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“
Consagrémonos todos nosotros, a los sagrados
corazones de Jesús y de María, para una vida
santa que atraiga a los alejados a la alegría
+ GUSTAVO RODRÍGUEZ VEGA
del evangelio.
NOVIEMBRE 2014. NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS. MÉXICO.
OBISPO DE NUEVO LAREDO
[email protected]
www.diocesisnuevolaredo.org
AÑO 9. NÚMERO 63
2 · VIDA
NOVIEMBRE 2014
N U E VA
EDITORIAL
Estimados hermanos y hermanas:
L
a alegría de celebrar las bodas de plata de nuestra Diócesis, nos lleva a un compromiso:
vivir la comunión que refleje la fraternidad y la reconciliación entre los agentes de
pastoral para llegar a todas periferias de nuestra Diócesis. Por tal motivo y como punto de
partida de nuestra festividad, tendremos la consagración por parte de nuestro Obispo,
Gustavo Rodríguez Vega de nuestra Diócesis, de todos los sacerdotes, religiosos y
religiosas, de todas las parroquias y capillas; después lo hará cada párroco de sus respectivas
parroquias, de todas los niños, adolescentes y jóvenes, de todas las familias, a los sagrados
corazones de Jesús y de María, de donde brotará la comunión y la realización, el
fortalecimiento de la fe de nuestro pueblo.
Tal como lo anunció el Obispo y como ya lo comentábamos, esta consagración nos
lleva a tres puntos fundamentales en nuestra vida y que va en orden a lo que el documento
de Aparecida y que el Papa Francisco nos está proyectando a todos los cristianos y que está
implícito en nuestro Plan de Pastoral: LA CONVERSIÓN. El deseo de cambio de vida,
dar lo mejor de nosotros a Dios y el esfuerzo cotidiano por volver sagrado lo profano. Esto
implica la CONSAGRACION.
Para poder lograrlo, esta consagración constará de tres etapas: Catequesis preparatoria
a la Consagración; la Consagración misma y la post Consagración, donde están invitados
a participar con nosotros, los hermanos del movimiento “la Misión por el amor de Dios
en todo el mundo”, ellos nos acompañarán a dar seguimiento a nuestras comunidades
más alejadas y a las periferias de nuestro territorio parroquial, con materiales catequéticos
sencillos, oraciones y manifestaciones de piedad a María Santísima.
Esta primera etapa consta de: seis orientaciones para la homilía que nos sirvan para
trabajar los viernes y los sábados en nuestras eucaristías, Moniciones y peticiones para los
cuatro domingos antes del 6 de noviembre, Oraciones Universales para cada día, durante
nueve días, previo al evento, cuatro catequesis elaboradas en power point, una para cada
semana y tres horas santas para que puedan desarrollarlo, los jueves, en sus comunidades y
así sean reproducidas en sus pequeñas comunidades y sectores de la parroquia.
La Consagración nos ayudara a llevar adelante la hermosa y desafiante tarea de la
Misión Territorial, llegar a todas las periferias, siempre y cuando la conducción y el éxito
de ésta, se encuentre en manos del Párroco, su vicario, religiosos y religiosas como parte
integrante de su Equipo Parroquial de Animación Pastoral (EPAP) o del Rector de algún
Templo, Colegio, Pastorales y Dimensiones o de los Asesores de Movimientos y sus
equipos.
La Consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, mira la realidad y
nos ayuda a discernir lo que el Señor quiere en nuestro territorio o ambiente para salir a
anunciarlo. Que este material que ponemos en sus manos pueda ayudarlos en su tarea de
animación de las comunidades de las cuales ustedes son responsables.
En el Corazón de Jesús y María. ■
Pbro. Rogelio Lozano Alcorta
Director General
Pbro. Daniel Vidales Brizuela
Coordinador de Información
Ing. Ricardo Galván Martínez
Diseño Editorial
UNA PUBLICACIÓN DE:
NOVIEMBRE 2014
V I D A N U E VA
·3
Bula Quo Facilius; nace una nueva diócesis
San Juan Pablo II fundó la Diócesis de Nuevo Laredo en un documento (bula) de nombre "Quo Facilius", que se llevó a ejecución el 10 de enero de 1990 llegando
como primer obispo don ricardo watty urquidi, de feliz memoria. A continuación su traducción del texto original.
Juan Pablo II Obispo, Siervo de los siervos de Dios, para perpetua memoria
A fin de que la verdad del Evangelio se difundía más fácilmente y con provecho en las regiones de la República Mexicana, denominadas en el idioma patrio Nuevo
León y Tamaulipas, Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo de Monterrey y Sabás Magaña García, Obispo de Matamoros, después de haber consultado a la Conferencia
Episcopal Mexicana, pidieron a la Sede Apostólica que se separan amplios territorios de sus respectivas circunscripciones eclesiásticas y que se erigiera una nueva
Diócesis.
Nos pues, para proveer al bien de las almas, habiendo escuchado la opinión del venerable hermano Jerónimo Prigione, Arzobispo titular de Lauriaco y Delegado
Apostólico en la nación mexicana y, después de haber consultado a nuestros venerables hermanos los Señores Cardenales de la Santa Romana Iglesia y a los
venerables hermanos Arzobispos encargados de los asuntos para la Congregación de los Obispos, asentimos a las súplicas.
Por consiguiente, supliendo al consenso de los que tenían interés o consideraban tener interés DECRETAMOS lo que sigue:
De la Arquidiócesis de Monterrey separamos los territorios de los territorios municipios civiles denominados Anáhuac, N.L., Bustamante, N.L., Lampazos,
N.L., Parás, N.L., Sabinas Hidalgo, N.L., Vallecillo, N.L. y Villa Aldama, N.L., de la Diócesis de Matamoros separamos los territorios de los municipios civiles
denominados Nuevo Laredo, Tam., Miguel Alemán, Tam., Mier, Tam., Guerrero, Tam. Y con los territorios así separados ERIGIMOS una nueva Diócesis que se
llamará NUEVO LAREDO, circunscrita por los mismos confines que delimitan el
presente los sobredichos municipios tomados en conjunto Establecemos la SEDE de
esta Diócesis en la ciudad llamada Nuevo Laredo, cuyo templo parroquial dedicado
al Espíritu Santo elevarnos al grado y a la dignidad de IGLESIA CATEDRAL
igualándola en todo a las otras Iglesias Catedrales y poniendo su Obispo Ordinario pro
tempore en turno al mismo nivel de los demás Obispos residenciales. Constituimos
la nueva Diócesis sufragánea de la Iglesia Metropolitana de Monterrey y sometemos
su Obispo al derecho metropolitano del Arzobispo de Monterrey pro tempore en
turno. Determinamos que se erija el Colegio de Consultores que ayude al Obispo,
y además que se provea al digno y conveniente sustento del mismo Obispo con
los emolumentos de la Curia, con las donaciones de los fieles y con la porción que
le tocara de la división de los bienes según el canon 122 de Código de Derecho
Canónico que hasta ahora pertenecieron a las mesas episcopales llamadas, según
el uso, “Mitras”, de Monterrey y de Matamoros. En lo que concierne a la erección
del Seminario diocesano y a la formación de los sagrados alumnos, además de
las Normas emanadas por la Congregación para la educación católica, cúmplanse
las disposiciones del Derecho Común, finalmente, envíense al Pontificio Colegio
Mexicano en Roma algunos seminaristas y sacerdotes, los unos para formarse en
las disciplinas filosóficas y teológicas, los otros para profundizar las disciplinas
sagradas.
Con respecto a las otras disposiciones de los sagrados cánones acerca de las Diócesis obsérvense enteramente los mismos cánones. Una vez llevada a cabo
la erección de la Diócesis de Nuevo Laredo, los sacerdotes coincidentes, adscritos a aquellas Diócesis en cuyo territorio tienen un oficio eclesiástico, los demás
sacerdotes y seminaristas quedaran incardinados o serán incardinados en aquella Diócesis en cuyo territorio tiene su domicilio legítimo. Además las Curias de
Monterrey y de Matamoros transmitan a la Diócesis de Nuevo Laredo los documentos y actas de la misma. Encomendamos al venerable hermano Jerónimo Prigione
la ejecución de todo esto, a quien otorgamos las necesarias y oportunas facultades también de subdelegar a cualquier varón constituido en la dignidad eclesiástica, con
la obligación de enviar a la Congregación de los Obispos un ejemplar auténtico del acta de la ejecución realizada. Lo que hemos ordenado por estas letras queremos
que sea firme ahora y para siempre.
Dado en Roma junto a San Pedro el día seis del mes de Noviembre en el año del Señor de mil novecientos ochenta y nueve, duodécimo de nuestro pontificado.
+ JUAN PABLO II
Agustín Cardenal Casaroli
Bernardin Cardenal Gantin
Marcello Rossetti
Ángel Lanzoni
Secretario de Estado
Prefecto de la Congregación de los
Obispos
Protonotario Apostólico
Protonotario Apostólico
4 · VIDA
N U E VA
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·5
Puntos esenciales para prepararse a la consagración.
MISIÓN POR EL AMOR DE DIOS EN TODO EL MUNDO.
INTRODUCCIÓN
En la Sagrada Escritura encontramos
que Dios habla de muchas maneras
y en cada tiempo lo hace y lo sigue
haciendo. Cada inspiración de Dios
nos habla de su presencia a lo largo de
estos 2000 años en nuestra Iglesia.
En ocasiones las iniciativas de Dios
vienen a través de los consagrados,
otras veces viene del pueblo de Dios,
es decir de los laicos y precisamente
es aceptada por los sacerdotes, unos
y otros preocupados por el rumbo que
toma nuestra historia, donde las cosas
que no veíamos antes, empezaron a
ser tema de todos los días.–como la
violencia generalizada- y que ahora
se nos ha hecho tan cotidiana y que se
escucha cada vez con más frecuencia,
como un grito desesperado: “¡que
alguien haga algo!” y es aquí donde
surge esta propuesta: “¿y nosotros que
hacemos?” “¿que estamos haciendo
por revertir esta situación? Los
Obispos mexicanos en su carta pastoral
“Del encuentro con Jesucristo a la
solidaridad con todos” se preguntan si
la Iglesia puede ser marginada en este
momento de la historia y aún más, se
preguntan con admiración ¿la Iglesia se
puede automarginar en este momento
de la historia? Nosotros estamos en un
momento crucial de nuestra historia,
porque tenemos la mejor arma que
un humano pueda tener: la oración, el
poder de la oración. Y la intervención de
Dios en todas nuestras cosas cotidianas,
en todos los actos de nuestra vida y es
por ello que vimos en el horizonte:
CONSAGRAR NUESTRA VIDA A
LOS SAGRADOS CORAZONES DE
JESÚS Y DE MARIA. Iniciaría por el
deseo de cambio de vida, en segundo
lugar por dar lo mejor de nosotros a Dios
y en tercer lugar, el esfuerzo cotidiano
por volver sagrado lo profano, esto
nos llevaría a la CONSAGRACION,
sin desconocer tampoco que la misma
consagración nos traería a un cambio
de vida, dar lo mejor a Dios y a un
ver el valor divino de lo humano.
En cuanto a los sagrados corazones,
el Papa Benedicto XVI tiene unas
palabras maravillosas que nos ayudan
a comprender mejor el amor de Dios a
nosotros manifestado en los sagrados
corazones. Dice el Papa que en el
lenguaje bíblico, el «corazón» indica
el centro de la persona, la sede de sus
sentimientos y de sus intenciones. En
el corazón del Redentor adoramos
al amor de Dios por la humanidad,
su voluntad de salvación universal,
su infinita misericordia. El culto al
Sagrado Corazón de Cristo significa,
por tanto, adorar a ese Corazón que,
después de habernos amado hasta el
final, fue traspasado por una lanza y
desde lo alto de la cruz derramó sangre
y agua, manantial inagotable de vida
nueva.
El corazón que más se asemeja al de
Cristo es, sin duda, el corazón de María,
su Madre Inmaculada, y precisamente
por este motivo la liturgia la presenta
a nuestra veneración. Encomendemos
a su Corazón Inmaculado, que
contemplamos de manera particular,
el mundo entero para que experimente
el amor misericordioso de Dios y
experimente la auténtica paz.
CATEQUESIS PRINCIPAL
SOBRE LA CONSAGRACIÓN
1. Recibirán el curso de la Catequesis
Breve de la Consagración todas las
personas que están al frente de las
pastorales fundamentales y específicas,
movimientos y grupos.
2. Dichas personas a su vez, de
acuerdo con el Párroco, se convertirán
en multiplicadores del curso de la
catequesis, llevando la misma a toda
la feligresía sin excepción, incluyendo
todas sus capillas, barrios
y la
población más alejada.
3. Se hace necesario enfatizar,
que para que la catequesis de la
consagración a los Sagrados Corazones
de Jesús y de María pueda rendir los
frutos esperados, se requiere la plena
conscientización de la conversión
personal, familiar, laboral y de todo el
pueblo en general. Sólo así se podrá
confiar en que ésta sea transformante y
transformadora de todos los contextos
de nuestra vida. Sólo así se podrá
lograr la paz y la santificación de toda
la sociedad. Sólo así se podrá lograr
la paz y una vida digna y libre de
violencia.
Cuando hablamos del Corazón
de Jesús y de María pensamos en
Jesús y en María bajo el aspecto de
la riqueza de la vida interior de ellos
dos, especialmente en su amor hacia
el Padre celestial y hacia nosotros, los
hombres.
La humanidad tiene necesidad, hoy
más que nunca, de la bondad divina,
del amor y de la piedad.
Es lo que recibimos al consagrarnos
a los Sagrados Corazones de Jesús y de
María y al vivir según la consagración.
Consagraciones a los
Sagrados Corazones
1º
El Papa León XIII consagró
en el año 1899 a toda la Iglesia y al
mundo entero al Sacratísimo Corazón
de Jesús.
2º El Papa Pío XII le consagró
al Inmaculado Corazón de María toda
la Iglesia y el mundo entero en el año
1942.
3º El Papa Juan Pablo II realizó
esta consagración al Inmaculado
Corazón de María en el año 1984 y en
el 2000.
Somos conscientes que vivimos
días en que la confusión crece en el
corazón de muchos creyentes. Como
ovejas dispersas se mantienen en
silencio a pesar de observar como la
inmoralidad, la corrupción y la maldad
aumentan cada día más en los pueblos,
ciudades, países y alrededor del mundo.
Muchos han comenzado a sentir
la necesidad imperativa de hacer
algo contra el mal que nos rodea,
pero no saben qué hacer o cómo
hacerlo. LA CONSAGRACIÓN A
LOS SAGRADOS CORAZONES DE
JESUS Y DE MARIA nos ofrece la
herramienta que necesitamos y en la que
podemos depender, ya que está basada
en la historia de la Iglesia Católica
y en las Sagradas Escrituras: Es la
consagración personal y comunitaria.
La consagración de todo lo que
somos y lo que tenemos, reconociendo
el señorío de Jesús en nuestras vidas y
nuestra entrega total a la voluntad de
Dios, por medio Corazón Inmaculado
de Jesús y el Corazón Inmaculado de
María, nuestra Madre. Entendiendo
que dicha consagración nos debe
llevar a la renuncia de todo aquello
en nuestra vida que sea contrario a
Dios. Cambiando nosotros primero,
transformaremos nuestros contextos
de vida y poco a poco, se logrará la
transformación de una realidad social.
¿CUÁLES SON LAS
RAZONES PARA HACER UNA
CONSAGRACIÓN, YA SEA DE
UN PAÍS, DE UNA CIUDAD O
DE UNA PERSONA?
Me consagro al SEÑOR, para hacer
su voluntad donde quiera que esté, en
la escuela, en el hogar, en el trabajo, o
en cualquier parte que me envíe. Dios
es quien decide lo que quiere que yo
haga y dónde quiere que le sirva, y
lo que El escoja para mí seguramente
será lo mejor. Pero requiere que yo se
lo diga, que yo le manifieste mi deseo
de ser suyo y de realizar la plenitud
de mi amor y voluntad por medio de
la consagración que me lleve a un
cambio y renuncia de todas aquellas
cosas que no son de Dios o que puedo
mejorar para gloria suya y beneficio de
mi familia y la sociedad.
¿POR QUÉ DEBO
CONSAGRARME AL SEÑOR?
Porque yo muero a mis propios planes
y aspiraciones ante la sublimidad
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del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por quien perdí todas las cosas, y
las tengo por basura para ganar a Cristo
(Filip. 3,8). El resultado es mi propia
conversión y luchar mediante el propio
testimonio de vida, por la conversión
de todos aquellos que Dios ha puesto
bajo mi cuidado: el esposo, la esposa,
la familia, los compañeros de trabajo,
etc. Total conversión: no es otra cosa
que el cambio de nuestra vida anterior
para vivir la vida según el Espíritu.
que presente mi cuerpo como “un
sacrificio vivo” a Él
Porque le pertenezco. La Biblia
dice: “¿No sabéis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo que mora
en vosotros, el cual tenéis de Dios
y que no son vuestros? Pues habréis
sido comprados por precio. Por tanto,
glorificad a Dios en vuestro cuerpo” (1
Cor. 6, 19-20). Y continúa afirmando
“Pues si vivimos, para el Señor
vivimos; si morimos, para el Señor
morimos. Así que ya sea que vivamos
o que muramos, somos del Señor”
(Rom. 14, 8).
• Los sacrificios en el Antiguo
Testamento eran símbolos del Señor
Jesús. Por ejemplo, cuando se ofrecía
un carnero como expiación por el
pecado, era símbolo o figura del Señor
Jesús muriendo en la cruz por nuestros
pecados (Cfr. Lv. 5, 14-26).
¿Cuál fue el precio que el Señor
Jesús pagó por mí? ¡Su propia sangre
preciosa!
Además afirma “Tened presente
que habéis sido rescatados de
vuestra vana manera de vivir, la cual
heredasteis de vuestros padres, no con
cosas corruptibles como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo,
como de un cordero sin mancha y sin
contaminación” (1 Pe. 1, 18-19).
El Señor Jesucristo me ha redimido:
El es mi Señor y Amo: pertenezco a
Él. Si le pertenezco al Señor es justo
que me entregue a Él. La pregunta
no es si pertenezco al Señor, sino si
“¿he entregado al Señor lo que ya le
pertenece?”
La consagración es sencillamente
reconocer que Cristo es mi dueño
y decirle a El Señor, “soy tuyo por
derecho, y deseo ser tuyo porque así lo
decido y elijo”.
¿QUÉ SIGNIFICA LA
CONSAGRACIÓN?
Es dar mi vida a Dios para que El haga
su voluntad en vez de la mía. Significa
En el Antiguo Testamento se
ofrecían animales. Desde luego que
Dios no me pide poner mi cuerpo sobre
un altar para ser sacrificado. En vez
de eso, El pide que me convierta en
“sacrificio vivo”. Eso quiere decir que
El desea que yo viva para El.
dondequiera que esté, en la escuela, en
el hogar, en el trabajo, o en cualquier
parte que me envíe. Dios es quien
decide lo que quiere que yo haga y
dónde quiere que le sirva, y lo que El
escoja para mí seguramente será lo
mejor.
Veamos más acerca del significado
de la consagración:
Dios dice a Moisés: “Habla a los hijos
de Israel y diles que cuando alguno de
vosotros presente una ofrenda a Yahvé,
ésta será del ganado vacuno u ovino.
Si su ofrenda es holocausto del ganado
vacuno, ofrecerá un macho sin defecto.
Lo ofrecerá voluntariamente delante
de Yahvé, a la entrada del tabernáculo
de la reunión.” Esto nos dice que la
consagración es “a Yahvé” y debe ser
voluntaria. Dios no me obliga a que
consagre mi vida a El. (Lev. 1, 2-3).
LA CONSAGRACIÓN “ES AL
SEÑOR”
Cuando me consagro al Señor ¿quiere
decir que estoy dando mi vida para
convertirme en predicador o en
misionero? Me consagro para ser ni
predicador ni misionero. Me consagro
al SEÑOR, para hacer su voluntad
Una vez que un animal era colocado
en el altar como un holocausto a Dios,
ya no se quitaba. Era santo a Dios.
La Biblia dice: “No se venderá ni se
rescatará ninguna cosa que alguien
haya dedicado por completo a Yahvé,
de todo lo que posee, trátese de
personas, de animales o de los campos
de su posesión. Todo lo dedicado por
completo será una cosa muy sagrada a
Yahvé (Lv 27, 28).
Una vez que yo haya consagrado
mi vida a Dios ya no podré tomarla
de nuevo.
Dios espera que mi
consagración a El sea una sola vez y
para siempre.
¿Qué pasa si caigo en pecado?
Quiere decir si pequé debo confesar
mis pecados a Dios mediante el
Sacramento de la Reconciliación,
para que pueda gozarme después de la
reconciliación, en la comunión.
• Pero había otro sacrificio que
no tenía nada que ver con el pecado.
Este sacrificio se llamaba “holocausto”
¿Qué representaba el holocausto? (Cfr.
Lv. 6, 1-6). Representaba al Señor
Jesús ofreciendo su vida al Padre para
hacer su voluntad. Este sacrificio era de
gran valor para Dios y de él podemos
aprender muchas cosas acerca de la
consagración.
LA CONSAGRACIÓN ES
VOLUNTARIA
LA CONSAGRACIÓN ES FINAL
LA CONSAGRACIÓN ES
CONTINUA
LA CONSAGRACIÓN ES LA
OFRENDA DE UNA VIDA
ENTERA A DIOS
Dios permitía que se usaran cuatro
clases de animales como sacrificios en
el holocausto. Los ricos llevaban un
animal caro tal como un buey; los que
eran menos ricos, llevaban una oveja
y los que no podían comprar ninguno
de éstos, llevaban palomas o tórtolas
(Lv. 5,7; Lv. 12,8). Pero en cada caso,
consistía en ofrecer una vida entera a
Dios. Dios no podía aceptar menos
que eso.
¿Qué nos dice esto acerca de
la consagración? Nos dice que la
consagración es ofrecer una vida
entera a Dios. No puedo dar a Dios
una parte de mi vida y guardar una
parte para mí mismo. Esto no satisfaría
a Dios, y tampoco me satisfaría a mí.
Todo el gozo y la bendición en la vida
cristiana dependen de que nosotros no
retengamos nada de Dios.
El holocausto era ofrecido a Dios
cada mañana y cada tarde, día a día,
continuamente. ¿Qué nos dice esto en
cuanto a la consagración?
Esto nos dice que nuestra
consagración debe ser continua. Mi
consagración se inicia con el hecho de
entregarme al Señor, pero no termina
ahí. Debo vivir continuamente mi
consagración. Día a día me ofrezco al
Señor para hacer su voluntad en lugar
de la mía. Esto es lo que el Señor Jesús
quiso decir cuando dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz
cada día y sígame” (Lc. 9, 23).
EL MOTIVO DE LA
CONSAGRACIÓN
Yo sé que debo entregarme al Señor, pero
¿qué es lo que me hace desear hacerlo?
El amor de Cristo. “El amor de Cristo
nos apremia” (2 Cor. 5, 14). Cuando
el amor de Cristo toca mi corazón, no
puedo hacer más que postrarme ante El
y ofrecerle toda mi vida.
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¿CUAL ES EL PROPÓSITO DE
LA CONSAGRACIÓN?
lineamientos que nos marca el
Magisterio de la Iglesia.
El propósito de la consagración es que
se haga la voluntad de Dios en mi vida.
En realidad es el Señor Jesús quien
hace la voluntad de Dios en mí.
a santa Catalina Labouré, a los
pastorcitos de Fátima, a santa Faustina
Kowalska.
¿CUÁL ES EL RESULTADO DE
LA CONSAGRACIÓN?
En la Biblia y en el habla corriente
de la gente, "el corazón" significa el
centro de la persona y es el símbolo de
su amor.
Los Evangelios nos dicen cómo
el Señor Jesús hizo la voluntad de su
Padre cuando El vivió aquí en la tierra.
El Libro de los Hechos nos cuenta
cómo continuaba haciendo la voluntad
de su Padre por medio de los Apóstoles
y discípulos de esa época. Ahora el
Señor Jesús quiere obrar mediante
nosotros para hacer la voluntad de
Dios. Para hacer eso, El necesita que
le ofrezcamos nuestros cuerpos como
sacrificio vivo.
Que yo muero a mis propios planes y
aspiraciones para someterlas y vivir
haciendo sólo aquello que es voluntad
de Dios. . El resultado es mi propia
conversión y luchar, mediante el propio
testimonio de vida, por la conversión
de todos aquellos que Dios ha puesto
bajo mi cuidado: el esposo, la esposa,
la familia. Total conversión: es decir,
cambio de nuestra vida anterior para
vivir la vida según el Espíritu.
El no vino al mundo para hacer su
propia voluntad o para ser grande ante
los ojos de los hombres. El vino para
hacer la voluntad de su Padre. Aunque
era Dios, se humilló a sí mismo y tomó
la forma de siervo. Fue obediente a la
voluntad de Dios, hasta en la propia
muerte de cruz. Ahora Dios nos dice a
nosotros: “Haya en ustedes esta manera
de pensar que hubo también en Cristo
Jesús” (Cfr. Filip 2,5).
¿CÓMO ME CONSAGRO A
DIOS?
¿QUÉ BENDICIONES PODEMOS
ESPERAR DESPUÉS DE LA
CONSAGRACIÓN?
Puedo también consagrar mi
vida a Dios cuando en un momento
de conocimiento interior, elijo libre
y voluntariamente consagrarme a
Dios. Al realizar esta consagración
estoy eligiendo vivir la vida de la
gracia, estoy eligiendo vivir los
caminos de Dios y renunciando a
todo pecado, vicio y acción que
me aleje vivir la vida según el
Evangelio y de acuerdo con los
La humanidad tiene necesidad,
hoy más que nunca, de la bondad
divina, del amor y de la piedad. Es lo
que recibimos al consagrarnos a los
Sagrados Corazones de Jesús y de
María y al vivir según la consagración.
EL SEÑOR JESUS ES NUESTRO
EJEMPLO
El Señor Jesús no tiene manos para
hacer la obra de Dios aquí en la tierra,
a excepción de nuestras manos. El no
tiene pies para llevar el mensaje de
Dios a los perdidos, excepto nuestros
pies. No tiene labios para hablar a
los hombres de la salvación de Dios
excepto nuestros labios. Esa es la razón
por la que la Biblia dice: “Así hermanos,
os ruego, por las misericordias de Dios
que presentéis vuestros cuerpos como
sacrificio vivo, santo y agradable a
Dios” (Rom. 12,1).
Dios no puede usar nada de la vida vieja
o anterior. Sólo los que son “vivos de
los muertos” pueden servirle. Es sólo
cuando veo que he sido crucificado
juntamente con Cristo, sepultado con
El y resucitado con El, que puedo
verdaderamente consagrar mi vida a
Dios. (Rom. 6, 6).
Cuando hablamos del Corazón
de Jesús y de María pensamos en
Jesús y en María bajo el aspecto de
la riqueza de la vida interior de ellos
dos, especialmente en su amor hacia
el Padre celestial y hacia nosotros, los
hombres.
La bendición mayor está en encontrar
la voluntad perfecta de Dios para
mi vida. Dios tiene un trabajo y un
proyecto para cada uno de sus hijos.
Nos dice: “Porque somos hechura de
Dios, creados en Cristo Jesús para hacer
las buenas obras que Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en
ellas” (Ef. 2, 10).
Cuando yo consagro mi vida a Dios
El me puede mostrar el trabajo que
tiene para mí. Mi mayor satisfacción
llega cuando encuentro la voluntad
de Dios para mi vida y la hago. Te
recuerdo la parábola de los talentos,
piensa en el gozo de encontrar al Señor
en la gloria y oírle decir: “Bien, siervo
bueno y fiel. En lo poco has sido fiel, al
frente de lo mucho te pondré. Entra en
el reino de tu Señor” (Mt. 25, 21).
¿QUÉ ES LA CONSAGRACIÓN
Y ENTREGA A LOS SAGRADOS
CORAZONES DE JESUS Y DE
MARÍA?
Lo fundamental de la consagración es,
conforme a la oración consagratoria, la
renuncia al pecado, a la tentación del mal
y a Satanás y la entrega incondicional
al Sagrado Corazón de Jesús y al
Inmaculado Corazón de María como
respuesta al amor a nosotros a ellos
dos. Con esta consagración se renueva
y profundiza de manera consciente la
consagración bautismal.
¿Por qué hablamos del
“corazón” de Jesús y de
María?
En primer lugar, porque el Corazón de
Jesús y el de María hacen referencia
los decretos del Magisterio de la
Iglesia y la liturgia (festividad del
Sagrado Corazón de Jesús y memoria
del Inmaculado Corazón de María).
También Jesús y María se
presentaron de esta manera en
revelaciones especiales, por ejemplo
a santa Margarita María de Alacoque,
La imagen de los Sagrados
Corazones
nos
habla
del
inconmensurable amor de ellos
dos hacia la humanidad, hacia cada
parroquia, hacia cada familia, hacia
cada individuo.
El amor de ellos hacia la humanidad
pecadora se revela permanentemente,
desde el nacimiento de Jesús en el
establo de Belén hasta su muerte en la
cruz en el Gólgota. El amor de ellos
dos es tan extraordinario justamente
porque Él fue crucificado y al pie de la
cruz estuvo su madre María.
Jesús y María, al demostrarnos
su amor, quieren conducirnos hasta el
amor desinteresado a Dios y al prójimo,
lo cual es la base de la santidad a la que
todos estamos llamados. Porque nos
aman quieren salvar a la humanidad,
que equivocó el camino. De esto
nos hablan también los mensajes de
Fátima. Es necesario creer en el amor
de ellos dos, confiarles y entregárseles
por completo. Cambiarán nuestros
corazones para que empecemos a
pensar, a obrar y a amar como ellos.
Jesús le aseguró a Santa Margarita
María de Alacoque que los cristianos
que titubean, si adoran al Sagrado
Corazón de Jesús, se tornarán fervientes
y así podrán alcanzar rápidamente una
gran perfección. ■
8 · VIDA
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Oración de
Consagración al
Sagrado Corazón de
Jesús y al Inmaculado
Corazón de María
Yo ___________________________, me entrego y consagro al Sagrado
Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, le ofrezco mi persona y mi
vida, mis acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no desee
hacer uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar
y glorificar al Sagrado Corazón.
Este es mi propósito inamovible, principalmente, ser completamente
de Él, y hacer todas las cosas por amor a Él, al mismo tiempo
renunciando con todo mi corazón a todo lo que no le sea agradable.
Por lo tanto, te tomo, Sagrado Corazón como el único objeto de mi
amor, el guardián de mi vida, mi seguridad de salvación, el remedio
de mi debilidad e inconstancia, la expiación por todas las faltas de
mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte.
Sé entonces, ¡Oh, Corazón de bondad! mi justificación ante Dios Padre
y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh, Corazón de amor! pongo
toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por mi propia maldad y
fragilidad, pero tengo esperanza de todas las cosas por tu bondad
y generosidad. Aparta de mí todo lo que pueda disgustarte o que
se resista a tu santa voluntad; permite que tu amor puro imprima
tu imagen tan profundamente en mi corazón para que nunca pueda
olvidarte o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad
la gracia de tener mi nombre escrito en tu Corazón, porque en Ti
deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo como
tu esclavo. Amén.
(Por Santa María Margarita)
NOVIEMBRE 2014
V I D A N U E VA
·9
Yo __________________________ me consagro a tu Doloroso e
Inmaculado Corazón, Hija amadísima del Padre Eterno; Dios te
salve María, la Madre más admirable del Hijo; Dios te salve María, la
más fiel Esposa del Espíritu Santo; Dios te salve María, la Madre más
querida, Señora más amorosa, Reina más poderosa! Dios te salve
María, mi alegría, mi gloria, mi corazón y mi alma.
Tú eres toda mía por la misericordia de Dios, pero yo soy todo tuyo
en justicia. Sin embargo, no te pertenezco lo suficiente y por eso,
una vez más, como un esclavo que siempre le pertenece a su amo, me
entrego completamente a ti, sin reservar nada para mí o para otros.
Si tú todavía ves algo en mí que no se te haya entregado, por favor,
tómalo ahora.
Conviértete en la dueña completa de todas mis capacidades.
Destruye en mí todo lo que no sea agradable a Dios. Erradícalo y
hazlo nada. Implanta en mí todo lo que consideres bueno; mejóralo
y haz que crezca en mí. Que la luz de tu fe disipe la obscuridad de
mi mente. Que tu profunda humildad tome el lugar de mi orgullo.
Que tu contemplación celestial ponga fin a las distracciones de
mi imaginación errante. Que tu visión continua de Dios llene mi
memoria con su presencia.
Que el ardiente amor de tu Corazón inflame la frialdad del mío.
Que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Que tus méritos
sean mi adorno y que compensen mi falta de mérito ante Dios.
Finalmente, mi queridísima Madre, concédeme, si es posible, que no
tenga ningún otro espíritu que el tuyo para conocer a Jesús y a su
Divina Voluntad.
Que no tenga otra alma que la tuya para alabar y glorificar al
Señor. Que no tenga otro corazón más que el tuyo para amar a
Dios pura y ardientemente como Tú lo amas. Amén, así sea, a todo lo
que hiciste en la tierra; Amén, así sea, a todo lo que estás haciendo
ahora en el Cielo. Amén, así sea, a todo lo que estás haciendo en mi
alma. De esta manera, Tú y sólo Tú glorificarás a Jesús en mí durante
toda mi vida y a través de la eternidad. Amén.
(Por San Luis-Maria Grignion de Montfort)
10 · V I D A
NOVIEMBRE 2014
N U E VA
HOMILÍA EN EL XXV ANIVERSARIO DE LA
PROMULGACIÓN DE LA BULA QUO FACILIUS
POR LA QUE SE ERIGÍA LA NUEVA DIÓCESIS DE
NUEVO LAREDO.
6 DE NOVIEMBRE DEL 2014.
“Aprendan de mí, que soy
manso y humilde de corazón”.
A
mada Iglesia de Nuevo Laredo,
sacerdotes, diáconos, religiosos y
religiosas, seminaristas y laicos, todos
muy queridos en Cristo nuestro Señor.
“Donde dos o más se reúnen en
mi nombre, ahí estoy yo en medio
de ellos”. Esta tarde el Poliforum La
fe se convierte en nuestra Catedral,
hoy Jesucristo está en el Poliforum.
Estamos viviendo en esta Eucaristía un
momento de gracia extraordinario, pues
no sólo hacemos recuerdo nostálgico
del pasado de hace 25 años, cuando
con gran alegría se recibió la noticia de
que el Papa Juan Pablo II, ahora santo,
había firmado la bula Quo Facilius,
con la que decretaba el nacimiento de
esta Diócesis de Nuevo Laredo, sino
que nos manifestamos como cuerpo
de Cristo vivo, que mira al futuro y
renueva su alianza con el Señor.
Todos y cada uno de nosotros ha
sido consagrado al Señor desde el
día de su bautismo. La mayoría de
nosotros reafirmamos la consagración
bautismal, el día que recibimos el
sacramento de la confirmación.
Algunos y algunas de nosotros han
reafirmado su consagración emitiendo
los votos evangélicos de pobreza,
castidad y obediencia. Algunos más
reafirmamos nuestra consagración
bautismal mediante el sacramento del
orden. Bien entendido el sacramento
del matrimonio, también debe ser el
momento en el que un hombre y una
mujer se unen por Cristo, con Él y
en Él, reafirmando como pareja su
compromiso bautismal y fundando
una Iglesia doméstica.
Pero entonces, ¿de qué se trata lo
que hoy vamos a hacer, si ya todos
estamos consagrados? Hoy hacemos
algo nuevo, hoy se trata de celebrar
nuestras bodas de plata como Iglesia
diocesana, con un corazón renovado.
Se trata de compartir la MISIÓN POR
EL AMOR DE DIOS EN EL MUNDO,
con la que jefes de estado y gobernantes
de distintos niveles, han consagrado a
los sagrados corazones de Jesús y de
María, sus pueblos, ciudades, estados
y naciones, porque han reconocido la
gran falta que está haciendo Dios en el
mundo de hoy, lleno de inmoralidad,
de corrupción y de maldad. Nosotros,
como pueblo de Dios que peregrina
en estas tierras, queremos hacer todos
juntos, y en nombre de cada uno de
los habitantes de nuestros municipios
de Tamaulipas y Nuevo León, una
consagración a Dios, que esperamos
trascienda y permanezca, y se traduzca
en frutos de justicia, paz y desarrollo
integral para todos, desde la caridad
cristiana.
En la primera lectura, tomada
del libro del Deuteronomio, hemos
escuchado como Moisés le recordaba
al pueblo de Dios, en el antiguo
testamento, que ellos eran un pueblo
consagrado a Dios, elegido por Dios para
ser su pueblo entre todos los pueblos.
Es decir, que el pueblo de Dios estaba
llamado a tener un comportamiento
singular que lo distinguiera de los
demás pueblos. Moisés amonestaba al
pueblo diciéndole: “Guarda, pues, los
mandamientos, preceptos y leyes que
yo te mando hoy poner en práctica”.
NOVIEMBRE 2014
En nuestros tiempos, aquí y ahora,
casi todos los pobladores de nuestra
Diócesis han recibido el bautismo,
lo cual nos convierte en miembros
del pueblo santo de Dios. Si todos
viviéramos como cristianos, estas
tierras deberían ser prácticamente el
paraíso terrenal, pero qué lejos estamos
e esa realidad. Qué pocos son los
bautizados que se saben y se sienten
pueblo de Dios. Cuántos son los
bautizados que están lejos de la Iglesia
y que viven su religión en forma aislada,
y en un modo peculiar, acercándose
muy poco a los sacramentos y a la
vida de la comunidad eclesial. Peor
aún, cuántos son los bautizados que
viven totalmente como paganos, entre
inmoralidades y corrupción y hasta
cometiendo crímenes abominables.
Los que aquí estamos reunidos,
somos un grupo de católicos,
conscientes de ser pueblo de Dios,
conscientes de ser bautizados y
conscientes de todo lo que significa
y todo lo que implica ser bautizados.
Nosotros hemos conocido la alegría del
evangelio y estamos preocupados por
encender el mismo fuego de gozo en
los corazones de todos los bautizados
que viven a nuestro alrededor. Nos
preguntamos como Iglesia qué
podemos hacer para cumplir la misión
de contagiar la alegría del evangelio a
toda la sociedad.
En nuestro plan de pastoral no
nos resignamos a la pequeña porción
de fieles que abarrotan nuestros
templos, porque sabemos que fuera
de ellos quedan muchísimos más
bautizados que no se han acercado, y
en nuestro corazón están todos, y en
nuestra intención está el atraerlos a
todos para que experimenten el valor
del encuentro con el otro e inicien la
vivencia integradora de pequeños
grupos en las parroquias, para descubrir
los valores del Reino en la fraternidad,
como corresponde a la primera etapa
de nuestro plan diocesano de pastoral.
La primera fase nuestro plan
contempla, para todos los bautizados,
promover
diversas
experiencias
de encuentro entre personas, para
V I D A N U E VA
acercarnos al otro superando el
aislamiento y la indiferencia, reconocer
sus valores y tener la oportunidad de
sentir que pertenecemos a un pueblo
y a esta región, con el fin de llegar a
caminar juntos hacia el Reino.
En la segunda fase nuestro plan
contempla, para todos los bautizados,
reconciliarnos unos con otros, para
descubrir el gozo de ser hermanos y
empezar a compartir en solidaridad los
bienes materiales y espirituales, con el
fin de llegar a ser familia de Dios y ser
germen de su Reino.
Encontrarnos, reconciliarnos, vivir
en fraternidad, es algo que sólo puede
suceder desde la caridad, sin el amor
esto es imposible. En la segunda lectura
escuchamos lo que el apóstol San Juan
decía a los cristianos de su tiempo
y sigue diciendo a los cristianos de
hoy: “Amémonos los unos a los otros,
porque el amor viene de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama no conoce a Dios,
porque Dios es amor”. Nos hemos
preparado a la celebración de las
bodas de plata fortaleciendo la virtud
de la esperanza. Ahora queremos que
el año 2015 sea en nuestra Diócesis
el año de la caridad. Esta caridad se
manifestará, sí, en obras a favor de los
pobres, los enfermos, los presos, los
migrantes, pero no podemos descuidar
la necesaria caridad que nos lleve a
todos a encontrarnos, a reconciliarnos
y a convivir como hermanos unos con
otros.
Dios nos creó a su imagen y
semejanza. Dios es amor, y nos creó
por amor y para amar. Amando somos
plenamente humanos y, al mismo
tiempo, amando nos asemejamos a
nuestro Creador. Jesús nos dijo que el
amor a Dios por sobre todas las cosas
y el amor al prójimo como a nosotros
mismos son los mandamientos que
resumen toda la ley. En ese sentido
decía san Agustín: “Ama y haz lo que
quieras”. Todo pecado es una falta de
amor. Para nuestros primeros padres,
Adán y Eva, comer la fruta prohibida,
por motivo de soberbia, significaba
amarse a sí mismos despreciando el
amor de Dios. Para Caín asesinar a
su hermano Abel, significaba haberlo
asesinado antes en su corazón, movido
por su envidia, y su falta de amor.
El amor de Dios nos hará superar
nuestros egoísmos. Consagrarnos a
los sagrados corazones de Jesús y
de María, significa conectarnos a la
energía del amor de Dios. Pero esta
conexión debe ser un ejercicio diario.
Si hoy me conecto, hoy amo. Si luego
me desconecto, pronto dejaré de amar,
porque amaré sólo a los que me amen y
eso sólo mientras no me fallen. Nuestra
capacidad de amar se nutre en el amor
de Dios. En Dios encontraremos
siempre razones nuevas para seguir
amando. Si sólo basamos el amor en
meras razones humanas, éstas tarde o
temprano nos han de faltar.
Hoy nos ha dicho Jesús: “Vengan
a mí todos… aprendan de mí que
soy manso y humilde de corazón”.
De Él sólo de Él podemos aprender.
Pero también de María aprendemos,
porque nos conduce a Él, diciéndonos
“hagan lo que Él les diga”. También
de María aprendemos, porque su fiat,
su sí incondicional, es muestra de un
corazón cien por ciento identificado
con el sí de su Hijo, obediente al Padre.
En el corazón de Jesús encontramos
descanso para nuestras fatigas,
aprendizaje para nuestra mansedumbre
y humildad, fortaleza para nuestra
debilidad en el amor.
Cuando se reencuentran los que
fueron compañeros en una misma
buena escuela 20 años después, o 30
o 40 años después, nos asombramos
por el parecido que tienen nuestras
formas de pensar, y por la coincidencia
en tantos criterios y valores. Pues
resulta que todos nosotros hemos
sido educados en las mismas aulas,
que son los corazones de Jesús y de
María, y ahí el Maestro interior ha
sido el Espíritu Santo. Cómo no poner
el corazón de María junto al corazón
de Jesús, si en el vientre de María se
forjó el corazón del Mesías, y desde ahí
los dos corazones sonaban al unísono.
Cómo no unir estos corazones, si
durante 30 años en Nazaret Jesús tuvo
· 11
ahí su aula y pudo experimentar los
sentimientos maternos de María, y ella
a su vez experimentó los sentimientos
filiales del su Hijo divino. Estos dos
corazones latieron intensamente en
Belén y en la cruz, y cuando Jesús
ascendió a los cielos, dejó el corazón
de su Madre latiendo en medio de sus
discípulos.
Queridos hermanos y hermanas,
hagamos esta consagración todos
juntos, pero hagámosla llenos
de fe y esperanza. Creamos que
convirtiéndonos a diario, cada uno
de nosotros, con la gracia de Dios,
podremos
transformar
nuestros
ambientes. Esperemos con alegría
los cielos nuevos y la tierra nueva,
convencidos de que la obra es de Dios.
Hagamos esta consagración en nombre
propio, pero también en nombre de
nuestra familia, en nombre de los
compañeros de trabajo, en nombre de
nuestros vecinos, en nombre de todos
nuestros pueblos y ciudades.
Consagremos a los que nos
gobiernan, para que no les falte la
sabiduría que procede de lo alto;
consagremos a los policías y militares,
para que conserven siempre un corazón
auténticamente humano; consagremos
a quienes se dedican al crimen,
para que se conviertan de corazón;
consagremos a los enfermos, para
que hallen consuelo y fortaleza en su
enfermedad; consagremos a los presos,
para que descubran y vivan la libertad
de los hijos de Dios; consagremos a
los migrantes, para que lleguen sanos
y salvos a su destino; consagremos a
los niños, adolescentes y jóvenes, para
que no sean pervertidos en su corazón,
y mantengan su fe en los altos ideales;
consagremos a los esposos, para
que perseveren fieles y alegres en su
unión matrimonial; consagremos a las
familias, para que se mantengan en la
unidad.
Consagrémonos todos nosotros, a
los sagrados corazones de Jesús y de
María, para una vida santa que atraiga
a los alejados a la alegría del evangelio.
¡Iglesia de Nuevo Laredo, sé fiel a tu
Señor. Amén! ■
12 · V I D A
NOVIEMBRE 2014
N U E VA
¡Iglesia de Nuevo Laredo, sé fiel a tu Señor !
reflexión de hora santa semanal.
consagración a los sagrados corazones.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
Creemos en ti, Padre porque el amor
viene de ti, y cuando amamos sabemos
que te conocemos, porque tú eres amor.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria)
Creemos en ti, Jesucristo porque
queremos aprender de ti, que eres
manso y humilde de corazón. (Padre
Nuestro, Ave María, Gloria)
Creemos en ti, Espíritu Santo
porque nos ayudas a cumplir los
mandamientos, preceptos y leyes que
nos manda el Padre a poner en práctica.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria)
ORACIÓN: Padre: haz que nos
revistamos con las virtudes del Corazón
de Jesús y nos encendamos con el amor
que inflama el Corazón maternal de
María, para que, consagrados y configurados a tu Hijo, merezcamos ser
partícipes de la redención eterna. Te lo
pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Adoración personal
MONICIÓN: El mandamiento del
amor, nos lleva a aprender de Jesús, el
manso y humilde de corazón.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS
Del evangelio según san Mateo: En
aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy
gracias, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque has escondido estas cosas
a los sabios y entendidos, y las has
revelado a la gente sencilla. Gracias,
Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en
mis manos. Nadie conoce al Hijo sino
el Padre, y nadie conoce al Padre sino
el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar. Vengan a mí todos los
que están fatigados y agobiados por
la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi
yugo sobre ustedes y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón y
encontrarán descanso, porque mi yugo
es suave y mi carga ligera”. Palabra del
Señor.
Oración Personal.
1. Como pueblo de Dios que
peregrina en estas tierras, queremos
hacer todos juntos, y en nombre de
cada uno de los habitantes de nuestros
municipios de Tamaulipas y Nuevo
León, una consagración a Dios, que
esperamos trascienda y permanezca,
y se traduzca en frutos de justicia, paz
y desarrollo integral para todos, desde
la caridad cristiana. En nuestros
tiempos, aquí y ahora, casi
todos los pobladores de
nuestra Diócesis han
recibido el bautismo,
lo cual nos convierte
en miembros del
pueblo santo de
Dios. Si todos
viviéramos
como cristianos,
estas
tierras
deberían
ser
prácticamente
el
paraíso
terrenal, pero
qué
lejos
estamos de esa
realidad.
Qué
pocos son los
bautizados que se
saben y se sienten
pueblo de Dios. Cuántos son los bautizados que
están lejos de la Iglesia y que
viven su religión en forma aislada,
y en un modo peculiar, acercándose
muy poco a los sacramentos y a la
vida de la comunidad eclesial. Peor
aún, cuántos son los bautizados que
viven totalmente como paganos, entre
inmoralidades y corrupción y hasta
cometiendo crímenes abominables.
Oración Personal.
2. Los que aquí estamos reunidos,
somos un grupo de católicos,
conscientes de ser pueblo de Dios,
conscientes de ser bautizados y
conscientes de todo lo que significa
y todo lo que implica ser bautizados.
Nosotros hemos conocido la alegría del
evangelio y estamos preocupados por
encender el mismo fuego de gozo en
los corazones de todos los bautizados
que viven a nuestro alrededor. Nos
preguntamos como Iglesia qué
podemos hacer para cumplir la misión
de contagiar la alegría del evangelio a
toda la sociedad. En nuestro plan de
pastoral no nos resignamos a la
pequeña porción de fieles
que abarrotan nuestros
templos,
porque
sabemos que fuera
de ellos quedan
muchísimos
más bautizados
que no se han
acercado, y en
nuestro corazón
están
todos,
y en nuestra
intención está
el atraerlos a
todos para que
experimenten
el valor del
encuentro con el
otro e inicien la
vivencia integradora
de pequeños grupos
en las parroquias, para
descubrir los valores del
Reino en la fraternidad, como
corresponde a la primera etapa de
nuestro plan diocesano de pastoral.
Encontrarnos, reconciliarnos, vivir
en fraternidad, es algo que sólo
puede suceder desde la caridad, sin el
amor esto es imposible. Nos hemos
preparado a la celebración de las bodas
de plata fortaleciendo la virtud de la
esperanza. Ahora queremos que el año
2015 sea en nuestra Diócesis el año de
la caridad.
Oración Personal.
3. Dios nos creó a su imagen y
semejanza. Dios es amor, y nos creó
por amor y para amar. Amando somos
plenamente humanos y, al mismo
tiempo, amando nos asemejamos a
nuestro Creador. Jesús nos dijo que el
amor a Dios por sobre todas las cosas
y el amor al prójimo como a nosotros
mismos son los mandamientos que
resumen toda la ley. Todo pecado
es una falta de amor. Para nuestros
primeros padres, Adán y Eva, comer
la fruta prohibida, por motivo de
soberbia, significaba amarse a sí
mismos despreciando el amor de Dios.
Para Caín asesinar a su hermano Abel,
significaba haberlo asesinado antes en
su corazón, movido por su envidia,
y su falta de amor. El amor de Dios
nos hará superar nuestros egoísmos.
Consagrarnos a los sagrados corazones
de Jesús y de María, significa
conectarnos a la energía del amor de
Dios. Pero esta conexión debe ser un
ejercicio diario. Si hoy me conecto, hoy
amo. Si luego me desconecto, pronto
dejaré de amar, porque amaré sólo a los
que me amen y eso sólo mientras no
me fallen. Nuestra capacidad de amar
se nutre en el amor de Dios. En Dios
encontraremos siempre razones nuevas
para seguir amando. Si sólo basamos el
amor en meras razones humanas, éstas
tarde o temprano nos han de faltar.
Oración Personal.
4. Jesús, hoy nos vuelve a decir:
“Vengan a mí todos… aprendan de mí
que soy manso y humilde de corazón”.
De Él sólo de Él podemos aprender.
Pero también de María aprendemos,
porque nos conduce a Él, diciéndonos
“hagan lo que Él les diga”. También de
María aprendemos, porque su “fiat”,
su sí incondicional, es muestra de un
corazón cien por ciento identificado
con el sí de su Hijo, obediente
al Padre. En el corazón de Jesús
encontramos descanso para nuestras
fatigas, aprendizaje para nuestra
NOVIEMBRE 2014
mansedumbre y humildad, fortaleza
para nuestra debilidad en el amor.
Cuando se reencuentran los que fueron
compañeros en una misma buena
escuela 20 años después, o 30 o 40
años después, nos asombramos por el
parecido que tienen nuestras formas de
pensar, y por la coincidencia en tantos
criterios y valores. Pues resulta que
todos nosotros hemos sido educados en
las mismas aulas, que son los corazones
de Jesús y de María, y ahí el Maestro
interior ha sido el Espíritu Santo.
Oración Personal.
5. Cómo no poner el corazón de
María junto al corazón de Jesús, si
en el vientre de María se forjó el
corazón del Mesías, y desde ahí los dos
corazones sonaban al unísono. Cómo
no unir estos corazones, si durante 30
años en Nazaret Jesús tuvo ahí su aula
y pudo experimentar los sentimientos
maternos de María, y ella a su vez
experimentó los sentimientos filiales
de su Hijo divino. Estos dos corazones
latieron intensamente en Belén y en
la cruz, y cuando Jesús ascendió a los
cielos, dejó el corazón de su Madre
latiendo en medio de sus discípulos.
Hermanos y hermanas, hagamos
esta consagración todos juntos, pero
hagámosla llenos de fe y esperanza.
Creamos que convirtiéndonos a
diario, cada uno de nosotros, con la
gracia de Dios, podremos transformar
nuestros ambientes. Esperemos con
alegría los cielos nuevos y la tierra
nueva, convencidos de que la obra es
de Dios. Hagamos esta consagración
en nombre propio, pero también
en nombre de nuestra familia, en
nombre de los compañeros de trabajo,
en nombre de nuestros vecinos, en
nombre de todos nuestros pueblos
y ciudades. Consagremos a los que
nos gobiernan, para que no les falte
la sabiduría que pro-cede de lo alto;
consagremos a los policías y militares,
para que conserven siempre un corazón
auténticamente humano; consagremos
a quienes se dedican al crimen,
para que se con-viertan de corazón;
consagremos a los enfermos, para
que hallen consuelo y fortaleza en su
V I D A N U E VA
enfermedad; consagremos a los presos,
para que descubran y vivan la libertad
de los hijos de Dios; consagremos a
los migrantes, para que lleguen sanos
y salvos a su destino; consagremos
a los niños, adolescentes y jóvenes,
para que no sean pervertidos en su
corazón, y mantengan su fe en los altos
ideales; consagremos a los esposos,
para que perseveren fieles y alegres en
su unión matrimonial; consagremos
a las familias, para que se mantengan
en la unidad. Consagrémonos todos
nosotros, a los sagrados corazones de
Jesús y de María, para una vida santa
que atraiga a los alejados a la alegría
del evangelio. ¡Iglesia de Nuevo
Laredo, sé fiel a tu Señor. Amén!
Oración Personal.
ORACIÓN
UNIVERSAL
Unidos
a
los
S a g r a d o s
Corazones
de
Jesús y de María,
pidamos al Señor
que
escuche
nuestra oración,
diciendo:
R/
Que
nuestro corazón
se inflame de tu
amor.
Concede
al
Papa
Francisco
y a nuestro obispo
Gustavo y demás
obispos un corazón
ardiente, semejante al de
Jesús y María, para anunciar el
Evangelio a todos los pueblos. Oremos
Concede a nuestra Diócesis, en su
aniversario XXV, por el amor a los
Sagrados Corazones, tu Espíritu Santo,
para que anuncie el Evangelio a los que
no conocen a tu Hijo. Oremos
Concede a nuestros presbíteros,
diáconos, religiosos, que los Sagrados
Corazones de Jesús y María acreciente
en ellos el celo por tu palabra y la
extensión de tu reino. Oremos
Concede los matrimonios de nuestra
Diócesis, ser modelo para sus hijos de
amor a tu Iglesia y a la humanidad
y testigos de fidelidad, fruto de la
consagración a los sagrados corazones.
Oremos.
Concede a nuestros seminaristas,
jóvenes, adolescentes y niños, la
perseverancia en la iglesia y sean
instrumento para que el Señor llame a
muchos jóvenes, enamorados de Jesús
y de María, a su servicio. Oremos.
Concede a nuestros gobernantes,
tu ayuda a través de los Sagrados
Corazones, para que puedan establecer
entre los pueblos relaciones de amor,
de concordia y de paz. Oremos
Concede a quienes nos
hemos reunido en esta hora
eucarística, ser capaces de
vivir la consagración,
retomando
las
cualidades propias
de Jesús y María
y
encontrando
en sus Sagrados
Corazones
la
intimidad
c o n t i g o ,
viviendo
el
servicio y amor
al
prójimo.
Oremos
Padre santo,
concédenos palpar
tu amor obteniendo
los bienes que te
hemos pedido. Por
Jesucristo,
nuestro
Señor. Amén.
6. Señor, Yo _______
entrego y consagro al Sagrado Corazón
de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona
y mi vida, mis acciones, mis dolores y
sufrimientos, para que no deseé hacer
uso de ninguna parte de mi ser que no
sea para honrar, amar y glorificar al
Sagrado Corazón. Este es mi propósito
inamovible,
principalmente,
ser
completa-mente de Él y hacer todas las
cosas por amor a Él, al mismo tiempo
renunciando con todo mi corazón a
todo lo que no le sea agradable. Por
· 13
lo tanto te tomo, Sagrado Corazón,
como el único objeto de mi amor, el
guardián de mi vida, mi seguridad de
salvación, el remedio de mi debilidad
e inconstancia, la expiación por todas
las faltas de mi vida y mi refugio
seguro a la hora de la muerte. Sé
entonces, ¡oh, Corazón de Bondad!,
mi justificación ante Dios Padre, y
aleja de mí los golpes de su justa ira.
¡Oh, Corazón de amor!, pongo toda
mi confianza en Ti, ya que temo a todo
por mi propia maldad y fragilidad, pero
tengo esperanza de todas las cosas por
tu bondad y generosidad. Aparta de mí
todo lo que pueda disgustarte o que
resista a Tu santa voluntad. Permite
que Tu amor puro imprima Tu imagen
profundamente en mi corazón para que
nunca pueda olvidarte o separarme de
Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad
la gracia de tener mi nombre escrito en
Tu Corazón, porque en Ti deseo poner
toda mi felicidad y gloria, viviendo y
muriendo como Tu esclavo. Amén.
BENDICIÓN
Les diste Señor, el pan del cielo. Que
contiene en sí todo deleite
OREMOS: Oh Dios, que en este
sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, te pedimos
nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo
y de tu Sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de
tu redención. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos. R. /Amén.
ACLAMACIONES: *Bendito sea
Dios. *Bendito sea su santo nombre.
*Bendito sea Jesucristo, verdadero
Dios y verdadero hombre. *Bendito
sea el nombre de Jesús. *Bendito sea
su sacratísimo Corazón. *Bendita sea
su preciosísima Sangre. *Bendito sea
Jesús en el Santísimo Sacramento del
altar. *Bendito sea el Espíritu Santo
Paráclito. *Bendita sea la gran Madre
de Dios, María Santísima. *Bendita
sea su santa e inmaculada Concepción.
*Bendita sea su gloriosa Asunción.
*Bendito sea el nombre de María,
Virgen y Madre. *Bendito sea San José,
su castísimo esposo. *Bendito sea Dios
en sus ángeles y en sus santos. Amén.
14 · V I D A
N U E VA
NOVIEMBRE 2014
NOVIEMBRE 2014
¿Para qué sirve mi diezmo?
T
u diezmo es para la Iglesia, la cual somo todos. Algunas de las tareas y actividades que como Iglesia podemos realizar
en conjunto gracias a tu diezmo son la de llevar a cabo acciones de; actividades pastorales, ayuda a sacerdotes enfermos
o ancianos, colaboración con parroquias necesitadas, preparación de sacerdotes y mas...
Recuerda, este 29 de noviembre y durante 2015, tu Iglesia que es de ti y para ti, cuenta contigo.
V I D A N U E VA
· 15
16 · V I D A
NOVIEMBRE 2014
N U E VA
MISAS EN NUEVO LAREDO
DECANATO SANTO NIÑO
SAN ANTONIO DE PADUA
2 de Abril. No. 7931. Col. Buenavista.
710-03-56
7:00 a.m.9:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m.
DIOS PADRE PROVIDENTE
Calle Huasteca No. 1050. Col. Francisco Villa.
726-35-67
8:00 a.m. y 1:00 p.m.
LOS SAGRADOS CORAZONES
Perú No.3115. Col. Juárez
714-80-20
8 a.m. 10 a.m. 12 p.m. 2 p.m. 6:30 p.m.
RECTORÍA SAN PABLO
Lauro Del Villar s/n. Esq. con Arquitectos. Col.
Solidaridad No. 2.
459-53-86
12:00 p.m.
CUASI PARROQUIA SANTO TORIBIO ROMO
Río Lerma No. 78. Fraccionamiento Campanario.
736-73-88
7:00 p.m.
NTRA. SEÑORA DE SAN JUAN
José De Escandón No. 1119. Sector Centro.
712-17-47
7:30 a.m. 10 a.m. 12 p.m. y 7 p.m.
SAN PEDRO APÓSTOL
Zihuatanejo Sur No. 201. Col. La Joya.
710-09-55
7:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m.
DECANATO ESPÍRITU SANTO
NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ
Madero No. 2819. Sector Centro.
712-38-33
9:30 a.m. 11 a.m. 12 p.m. 6 p.m. y 7 p.m.
NTRA. SEÑORA DE LOS DOLORES
Medellin 7302. Col. del Maestro.
749-87-07
8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m.
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Justo Sierra No. 1616. Col. Viveros.
714-52-57
9 a.m. 12 p.m. 2 p.m. y 7 p.m.
NTRA. SEÑORA DEL REFUGIO
Gral. Cedillo No. 9011. Col. Vol. y Trabajo III.
724-36-25
9:00 a.m. 10:30 a.m. y 7:00 p.m.
SAN MARTÍN DE PORRES
Tamaulipas No. 1910. Col. Guerrero.
714-15-86
7 a.m. 9:30 a.m. 12 p.m. y 7 p.m.
SANTA RITA DE CASSIA
Prometeo Esq. Boulevard Progreso No. 820.
Col. Reservas Territoriales.
727-09-81
6:30 a.m. 10:00 a.m. y 12:00 p.m.
PARROQUIA DEL SANTO NIÑO
Ocampo No. 209. Sector Centro.
Tel. 712-03-82
9 a.m. 12 p.m. y 6 p.m.
SAN JOSÉ
Canales No. 1001. Col. Victoria.
712-81-45
9:00 a.m. 11:00 a.m. y 7:00 p.m.
¿Dónde
hay...
Misa?
DIRECTORIO DE MISAS EN
NUEVO LAREDO
diocesisnuevolaredo.org/directorio/
Información de misas, párrocos,
direcciones, horarios de oficinas y
más.
SAN ANTONIO MA. CLARET
Malincheños y Fundadores. Col. Mier y Terán.
714-43-03
9:00 a.m. 11:00 a.m. 1:00 p.m. y 7:00 p.m.
SEMINARIO
Pino Suárez No. 1455. Col. Victoria.
712-24-09
10:00 a.m.
DECANATO GUADALUPE
NTRA. SEÑORA DE GUADALUPE
Canales No. 4750. Col. Hidalgo.
712-20-24
10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m.
CRISTO REY
Pino Suárez No. 7407. Col. Buenavista.
710-00-64
8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m.
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Canales No. 5715. Col. Hidalgo.
712-50-23
7:00 a.m. 9:00 a.m. 11:00 a.m. y 7:00 p.m.
DECANATO SAN JOSÉ OBRERO
SAN JOSÉ OBRERO
Perú No. 5708. Col. Palacios.
710-92-01
8:00 a.m. 10:00 a.m y 6:00 p.m..
SAN GERARDO
Josefa Ortiz De Domínguez No. 2616. Col.
Mirador.
710-70-88
8:00 a.m. 10:00 a.m. 1:00 p.m. y 7:00 p.m.
NTRA. SRA. DE LA ENCARNACIÓN
Ave. Jesús Guajardo No. 1735. Col. A.
Villarreal G.
724-41-34
9:00 a.m. y 7:30 p.m.
SAN JUAN BOSCO
Privada 28A. No. 410. Entre Carlos Rojos y
Valdez Reyna. Col. Nueva Era.
724-47-44
8:00 a.m. 10:00 a.m. 3:00 p.m. y 7:00 p.m.
MARÍA AUXILIADORA
Día Del Trabajo No. 419. Col. Arnulfo Tejada
Lara.
131-21-30
8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:30 p.m.
CATEDRAL DEL ESPÍRITU SANTO
Veracruz No. 2531. Col. Madero.
711-56-00
10 a.m.11:30 a.m. 1 p.m. 3:30 p.m. 6 p.m. y 7 p.m.
LA SAGRADA FAMILIA
Veracruz No. 3515. Col. Jardín.
714-14-95
10:30 a.m. 12:00 p.m. 6:00 p.m. y 7:00 p.m.
SAN FRANCISCO DE ASÍS
Lincoln No. 4412. Col. San Rafael.
10:00 a.m. 12:00 p.m. 7:00 p.m. (en horario de
invierno la de 7 p.m. pasa a 5 p.m.)
LA SANTA CRUZ
Ayuntamiento Sur No. 44. Col. Infonavit.
714-77-60
8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 6:30 p.m.
RECTORÍA CORPUS CHRISTI
J.J. Austin No. 10B. Col. Fundadores No. 2.
10:00 a.m. 5:00 p.m. (hasta mayo).
SAN ISIDRO LABRADOR
Díaz Ordaz No. 5935. Col. Concordia.
717-14-65
10:30 a.m. y 6:00 p.m.
SAN JUDAS TADEO
Prol. Guerrero No. 7821. Col. Benito Juárez.
Fovissste.
717-14-00
10:00 a.m. 1:00 p.m. 3:00 p.m. y 7:00 p.m.
SAN FELIPE DE JESÚS
Coahuila No. 422. Col. Enrique Cárdenas Glz.
718-01-44
9:00 a.m. 11:30 a.m. y 7:00 p.m.
CUASI PARROQUIA SAN JUAN DIEGO
Tulipan No. 315. Col. Primavera Km 14.
10 a.m. 1 p.m.
NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ
Sierra De California No. 202.Fraccionamiento
Colinas Del Sur.
718-05-11
10:00 a.m. 12:00 p.m. 2:00 p.m. y 6:00 p.m.