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ORACIÓN DE ALABANZA Y GRATITUD
Preparémonos para orar con alegría y esperanza
D
esde el principio el Animador
acentúa que con los Salmos
expresamos
nuestros
sentimientos para con Dios e
invita a Orar con el salmo 16, sin
prisa, sino con gusto y dedicación.
Elegimos un tiempo para orar y
debemos emplearlo o utilizarlo lo
mejor posible, centrados en el
encuentro con el Señor
En
diferentes
momentos
y
circunstancias experimentamos la presencia de Dios. Uno de esos momentos es LA
ORACIÓN. Cuando me dispongo a orar, cuando quiero escuchar a Dios y hablarle desde mi
vida, mis experiencias, mis anhelos, mis dificultades, mis alegrías, siento que Dios está ahí,
con migo, cercano.
Los Salmos ayudan a sensibilizar el corazón y a elevar el espíritu hacia el Señor, y así se hace
fácil el encuentro “de corazón a corazón” entre Dios y yo, entre mi Padre y yo su hijo. Los
Salmos son un verdadero instrumento para gozar la experiencia personal de este Dios que se
me comunica, se me revela.
Dios merece nuestra alabanza
Dios merece nuestra alabanza siempre y en todo lugar. Tenemos mucho por qué alabar y
agradecer a Dios, en quien confiamos, “en quien somos, nos movemos y existimos”, nos
dice San Pablo. EL SALMO 16 es un verdadero cántico de alabanza y confianza en Dios.
Dos lectores: 16, 1 – 11: cada uno un versículo y el grupo responde a cada cuatro: “Señor, Tú
eres mi único bien”
Después de unos minutos en silencio, un lector proclama todo el Salmo y al final, el grupo
responde: “Con el Señor a mi derecha no vacilaré”.
Animador: Démonos cuenta de dos partes en el Salmo: Con la primera, versos de 1 al 6,
Profesamos nuestra Fe. Y con la segunda, versos del 7 al 11, expresamos una actitud de
confianza y de gozo en el Señor en quien confiamos.
En silencio identifiquemos las partes: la primera…..la segunda….Cada uno ora
las partes del Salmo en silencio. El Espíritu inspira a cada uno en la medida en
que va repitiendo una y otra vez las frases o versículos. En un segundo
momento pueden, si quieren decir la frase, o la palabra en voz alta.
Participación grupal
Voluntariamente los participantes pueden expresar los motivos por los que alaba a Dios, o
aquello que encuentra en el salmo que se identifica con su momento personalEl Animador teniendo en cuenta que lo importante es saborear el Salmo como encuentro
con el Señor, en actitud orante, con espíritu reverente, hace gustar profundizar, o sentir el
salmo, acentuando que es un encuentro con el Señor y le hablamos con el corazón.
Conviene que se haga ECO orante del Salmo (según el tiempo y lo juzgan conveniente).
1
¿La experiencia del Salmista me deja alguna
lección, a qué me compromete?
2
¿Qué imagen de Dios me deja el Salmo 16?
Finalicemos este encuentro oracional con el Señor
El animador juzgará si emplea una o todas las formas que se ofrecen aquí:
En silencio cada uno ora unos breves momentos.
Recitan el Salmo en voz alta, o individualmente la frase que más le haya agradado.
Entonan un canto de confianza.
Todos dicen el Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.