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Padre Nuestro
Oración
Señor Jesús, te aclamamos como nuestro Rey, Rey de nuestras
vidas, y Rey del universo.
Noviembre 2011
Oración en torno a la fiesta de Cristo-Rey
¡Que toda lengua proclame: “Jesucristo es Señor”,
para gloria de Dios Padre! (Flp 2, 11)
Tú eres quien nos abre las puertas del Reino de Dios. Tu Padre y
nuestro Padre.
Haz de nosotros artífices de tu Reino de Justicia y de Paz, Tú que
amas por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo Rey, tú eres Señor, no solamente de la tierra, sino también
de todo el cosmos, de todos esos mundos que el hombre empieza
a explorar, y de todos lo que la ciencia no ha descubierto todavía.
Cristo Rey tú eres maestro de la historia para todos los pueblos y
en todos los tiempos.
Cristo Rey, tú lo eres, pero no a la manera de los poderosos de
este mundo que ejercen su poder dominándole, porque tu Reinado
es el de la Paz, de la dulzura, de la verdad y de la humildad.
Cristo Rey, tu Reinado se manifiesta cuando pareces el más
impotente, cuando sufres y cuando aceptas libremente tu muerte
en la cruz.
Mesías crucificado con el Corazón traspasado, tú eres el Señor de
misericordia que nos liberas de todos nuestros pecados.
Cristo, Rey de gloria, tú nos atraes a ti, y, por la resurrección, nos
haces, como tú, artífice de tu Reino de Amor, en nuestras familias
y por todas las partes que nos envías, “para que toda lengua
proclame: “Jesucristo es Señor” para gloria de Dios Padre”.
Invocación inicia
¡Que sea bendito, que venga el Rey, nuestro Señor!
¡Abramos las puertas de nuestro corazón a ese Rey, manso y
humilde!
Himno
Tu Reino no es de este mundo, Señor Jesús,
Tú le llevas sobre tus hombros,
Como el pastor a la oveja perdida.
¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
No tienes ningún cetro para dominar, sólo la cruz,
No tienes ninguna otra fuerza, sólo tu misericordia:
El amor vencedor es tu único derecho.
¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
Tú nos ofreces la vida a cambio de nuestra muerte,
Porque tu poder quiere devolver al hombre a sí mismo,
Y arrancarle el yugo de los remordimientos.
¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
Tu Reino está ya en nosotros, Señor Jesús;
Por tu palabra, resucita en nosotros el niño,
Tú le vuelves a crear sin que lo sepamos.
¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
En Ti, todo se encamina hacia su bondad;
Todavía frágil, la alegría roza la tierra;
El cielo está cerca, próxima su claridad.
¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
Palabra de Dios: De la Carta de San Pablo a los Filipenses, 2, 3-11
Estas palabras de Pablo nos ayudan a comprender el misterio de Jesús: porque
Él ha aceptado hacerse servidor de la voluntad de su Padre, Dios ñe confiere el
título de “Señor”.
“No hagáis nada por ambición o vanagloria, antes con humildad tened a los
otros por mejores. Nadie busque su interés, sino el de los demás.Tened los
mismos sentimientos del Mesías Jesús el cual, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición
de esclavo, haciéndose semejante a los hombres. Y mostrándose en figura
humanase humilló, se hizo obediente hasta la muerte, una muerte en cruz. Por
eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre, para que,
ante el nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el
abismo; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es
Señor!”
Adoración en silencio
“Jesús es Señor para gloria de Dios Padre”. En la Adoración, tomo
conciencia de que Jesús es el Señor. Un Señor manso y humilde de
corazón, que se ha hecho obediente hasta la cruz.
Jesús, yo te adoro, y te pido que cambie mi manera de pensar y de
obrar, que tenga tus mismos sentimientos y tus actitudes, que sea un
servidor de tu Reino a imagen de tu corazón. ¡Sálvanos Señor, tenemos
nuestra confianza puesta en Ti!
Oración de intercesión
Que venga, Señor, tu Reino de Amor a nuestras familias, a nuestros
barrios, a nuestros lugares de trabajo, a nuestra sociedad, y a nuestras
comunidades eclesiales. Que venga, Señor tu Reino de Ternura a los
enfermos, los minusválidos, a los que se sienten solos, los heridos por la
vida, los abandonados. Que venga, Señor, tu Reino de Paz y de
Reconciliación a los países en guerra, a las familias divididas y al
corazón de todos los hombres. Que venga, Señor, tu Reino de Luz, a los
que están dominados por las tinieblas del sin-sentido, de la increencia,
de la depresión, del error, de la mentira…