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Hemos recibido un don
y una misión.
Nuestros Fundadores nos han dejado
su experiencia profunda de Dios,
que les llevó a leer todos los acontecimientos con fe
en la presencia de Dios en la historia.
Bonifacia y Butiñá fueron buscadores de COMUNIÓN,
abiertos a las necesidades del hombre y la mujer trabajadores,
buscando responder con creatividad y generosidad.
GRACIAS, SEÑOR POR SU VIDA Y EL CARISMA QUE NOS
LEGARON.
La profunda vivencia solidaria con los/as pobres,
de nuestro fundador y de nuestra fundadora,
les llevó a responder en su época y en su realidad ,
siempre dóciles al Espíritu.
Valientes y audaces,
sintiendo el llamado a dar una respuesta,
no dudaron ni escatimaron esfuerzos
confiando plenamente en Él.
GRACIAS SEÑOR: HEMOS RECIBIDO UN DON Y UNA MISIÓN.
Plenamente convencidos de que su vida
Tenía sentido en el anuncio de la Buena Noticia del Trabajo,
profundamente humanos,
sufrieron y gozaron,
experimentando en carne propia el aislamiento,
la lejanía, la humillación y la incomprensión.
Pero fue mayor el cariño por la mujer pobre, sin trabajo
y supieron mirarlo todo con corazón compasivo y ojos de fe.
GRACIAS SEÑOR: QUE SEAMOS AUDACES Y CREATIVAS COMO BONIFACIA
Y BUTIÑÁ
A Bonifacia y Butiñá, nadie ni nada les hizo perder la paz.
En medio de situaciones muy difíciles
y desconcertantes no se dieron por vencidos,
permanecieron en fidelidad, manteniendo vivo el ánimo,
la esperanza y el deseo de anunciar a JESÚS,
el Artesano de Nazaret.
Sus vidas estaban plenamente en manos de Dios.
Alimentándose de una oración profunda unida al trabajo,
vivieron como una gracia el Carisma recibido
y lo pusieron al servicio de la Iglesia y del mundo.
GRACIAS SEÑOR: QUEREMOS CONSTRUIR EL REINO COMPARTIENDO
ESTE DON.
NAZARET ES LA BUENA NUEVA DEL TRABAJO
Jesús de su grandeza se despoja,
misterio de pobreza y sencillez,
comparte así la vida de los hombres,
como uno más trabaja en Nazaret.
José gana el sustento con esfuerzo,
en presencia de Jesús y de María,
se siente creador porque en sus manos,
las suyas Dios prolonga cada día.
Nazaret es la Buena Nueva del trabajo,
camino de un mundo más justo y más
humano.
María la mujer contemplativa,
convierte en manantial su corazón,
con los ojos de Dios lo mira todo,
realiza su trabajo con amor.
SALMO DE NAZARET (a dos coros)
Dios de nuestros padres
y Señor de la misericordia,
que con tu sabiduría nos has creado
y has puesto en nuestras manos
este mundo, lleno de vida,
para que seamos felices
y vayamos construyendo
la humanidad que tú deseas.
Danos la sabiduría de Nazaret,
la sabiduría de Jesús
en la que iba creciendo,
además de en edad y en gracia.
La sabiduría de hacer del trabajo
un lugar de encuentro con Dios
y con los hermanos,
un medio de sustento
y servicio a los demás,
una colaboración significativa
en la construcción de un mundo
más humano y fraterno.
Danos la sabiduría de Nazaret,
la sabiduría de María,
que se siente sierva del Señor,
vive en clave de servicio,
colorea de amor toda su vida,
guardando los sucesos en el corazón,
y proclama que los que tienen preferencia
en el corazón de Dios
no son los soberbios, ricos y poderosos
sino los humildes, pobres y pequeños.
Danos la sabiduría de Nazaret,
la sabiduría de José
el hombre que se fía de Dios
más allá de lo que ve y oye,
la sabiduría de quien está atento
al querer de Dios, y toda su vida
es levantarse una y otra vez
y ponerse en camino.
Danos la sabiduría de Nazaret
la sabiduría de la Sagrada Familia,
esa sabiduría que le da la vuelta
al sistema de valores
en el que nos refugiamos.
Solamente así, el escalón de abajo
se convierte en lugar de privilegio,
lo que brilla se vuelve opaco,
y lo escondido aparece
como un chorro de luz.
Lo que parecía grandeza
se queda raquítico
y lo insignificante se revela
como clave de sentido
en el vivir cotidiano.
Gloria al Padre