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Ecocardiografía Transesofágica Intraoperatoria en la
Anestesia Cardiovascular
Dr. Ricardo Gerenstein
USA
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La ecocardiografía transesofágica intraoperatoria se popularizó durante la década pasada. En estos casi 20
años desde su aparición como monitor intraoperatorio, ha alcanzado una difusión universal. La enorme
mayoría de los centros de cirugía cardiovascular en los países desarrollados cuenta con este monitor. Sus
indicaciones “absolutas” configuran una larga lista, que incluye la cirugía valvular, anomalías congénitas,
inestabilidad hemodinámica, e incluso el practicar una ventana pericárdica. La ecocardiografía
transesofágica intraoperatoria se basa en la introducción en el esófago, por detrás del corazón, de un
gastroscopio modificado que, en lugar de óptica, lleva adherido una fuente de ultrasonido en la punta y un
sensor de ultrasonido en el mango. El ultrasonido es enviado desde el esófago hacia el plano anterior del
paciente. Las hondas que chocan con algún tejido (corazón, grandes vasos) y rebotando, regresan al
transductor. Estos “ecos” son analizados e integrados en imágenes. En otra modalidad, el flujo de
ultrasonido es emitido paralelo al flujo sanguíneo pasando por válvulas y/o vasos, y la velocidad de este flujo
puede ser medida, permitiendo inferir las presiones intracavitarias e intravasculares.
Hallazgos anatómico/patológicos
La ecocardiografía transesofágica permite detectar inesperadas patologías cardiacas o vasculares en 14%
de los casos de cirugía de corazón abierto. La presencia de foramen oval permeable, insuficiencia mitral o
aórtica significativa, tumores como mixomas o vegetaciones en las válvulas cardiacas, son solo algunos de
los ejemplos de hallazgos en esta categoría Estos hallazgos frecuentemente motivan un cambio en la
técnica quirúrgica. A la vez, la ecocardiografía transesofágica intraoperatoria permite verificar el éxito de la
cirugía, alertando sobre posibles defectos en los reemplazos valvulares, áreas isquémicas después del
bypass coronario y/o apropiada corrección en cardiopatías congénitas. Una variación de la ecocardiografía
transesofágica es el mapeo epiaórtico, en el cual el cirujano, dirigido por el anestesiólogo, coloca en forma
estéril, un transductor de ecocardiografía sobre la superficie de la aorta ascendente buscando el área ideal
para la canulación, evitando las placas ateroscleróticas y disminuyendo la incidencia de complicaciones
neurológicas intraoperatoria.
Hallazgos hemodinámicos:
La ecocardiografía transesofágica ofrece una impresionante oportunidad para evaluar el estado
hemodinámico del paciente crítico. Tradicionalmente, para evaluar el estado hemodinámico monitoreamos la
frecuencia cardiaca, la presión arterial, la presión venosa central, la presión de cuna en la arteria pulmonar, y
el gasto cardiaco. La eficiencia de la contracción ventricular, los cambios en las resistencias periféricas y
pulmonares y la volemia del paciente son razonablemente inferidas con este monitoreo “básico”. Uno de los
problemas de inferir el estado de la volemia del paciente a través de las presiones de las cavidades
cardiacas es que la presión medida depende en parte de la volemia pero también de la distensiblidad de la
pared ventricular. Los cambios en la distensiblidad ventricular crónicos o agudos son frecuentes, como en
pacientes con hipertrofia ventricular izquierda o cardiopatía isquémica. En los últimos años hemos aprendido
que aproximadamente un 40% de los pacientes con insuficiencia cardiaca tiene fracción de eyección normal.
Es decir que la contracción ventricular (función sistólica) es normal pero las presiones de fin de diástole son
altas debido a la disminución de la distensiblidad y la relajación diastólica (disfunción diastólica). De esta
manera las presiones en la arteria pulmonar no reflejan ni la volemia del paciente ni la eficacia de su función
ventricular. La ecocardiografía transesofágica permite “ver y medir” la función ventricular. De esa manera, la
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evaluación del estado hemodinámico es mucho más objetiva y completa y la posibilidad de un diagnostico y
tratamiento adecuado es más evidente.
Limitaciones y complicaciones
Enfermedades del esófago, como cáncer o la presencia de venas varicosas son un obvio obstáculo para la
segura introducción del gastroscopio modificado. La incidencia de complicaciones es muy baja, reportada
como 1:2000. Las complicaciones generalmente son ligeras, incluyendo dificultad postoperatoria para tragar,
dolor de garganta. Laceración o perforación del esófago son posibles pero muy raramente ocurren. Una
significativa limitación es la necesidad de experiencia para optimizar las imágenes y mediciones e interpretar
los resultados. Sin embargo, este es un reto que un anestesiólogo/a puede afrontar, con paciencia y
dedicación, contando hoy en día con libros y videos tanto en discos como en internet.
Conclusión
La ecocardiografía transesofágica intraoperatoria es un monitor de uso generalizado durante la anestesia
cardiovascular. Permite ofrecer al cirujano información sobre el estado pre y post quirúrgico evaluar el
resultado de la cirugía y tomar medidas correctivas si fueran necesarias. Aunque requiere un entrenamiento
especial, esta tecnología esa hoy en día al alcance de los anestesiólogos cardiovasculares y sin duda es un
arma formidable para ofrecer el mejor cuidado posible de nuestros pacientes.
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