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.FORMACIÓN CONTINUADA Utilidad de la meperidina en anestesiología P. Cruz Pardosa I. Garutti Martíneza a Departamento de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. La meperidina fue el primer opiáceo sintético. Actúa predominantemente como agonista de receptores mu (µ) con una potencia analgésica 10 veces menor que la de la morfina. Como otros opiáceos produce náuseas, vómitos, retención urinaria y depresión respiratoria, pero a diferencia del resto actúa sobre las fibras nerviosas con propiedades similares a las de los anestésicos locales, lo que ha permitido su utilización como alternativa a éstos en los bloqueos anestésicos. Se revisan las indicaciones y contraindicaciones de la meperidina empleada por diferentes rutas de administración. La vía epidural es una buena alternativa a la vía intravenosa para el tratamiento del dolor, y se ha asociado por esta vía a anestésicos locales permitiendo usar dosis más reducidas y disminuir los efectos secundarios de ambos fármacos. Por vía intradural se ha utilizado como agente anestésico único en distintas cirugías, teniendo como principal ventaja producir analgesia postoperatoria prolongada. Por vía espinal, tiene como ventaja, respecto a la morfina, la menor incidencia de depresión respiratoria, sobre todo de aparición tardía. La vía intravenosa se ha utilizado en el tratamiento del dolor moderado-severo, en técnicas de anestesia regional intravenosa, así como en premedicación anestésica y como analgésico durante la anestesia. Su actividad sobre los receptores kappa ha permitido que sea considerado como el fármaco más eficaz para el tratamiento del temblor postanestésico. Aunque la meperidina se ha utilizado eficazmente para el tratamiento del dolor no quirúrgico, fundamentalmente de tipo cólico, en esta revisión nos hemos querido centrar más en la utilidad de la meperidina en el período perioperatorio. Palabras clave: Meperidina. Anestesia. Anestesia regional. Analgesia. Temblor. Usefulness of meperidine in anesthesiology education Meperidine was the first synthetic opioid agent. It acts mainly as an antagonist of mu (#m) receptors and has an analgesic potency ten times greater than that of morphine. Like other opioid drugs, meperidine causes nausea, vomiting, urinary retention and respiratory depression; a point of difference, however, is that it acts on nerve fibers and has properties similar to those of local anesthetics. It has therefore been used as an alternative to other opioids for anesthetic blockade. We review the indications and contraindications of meperidine administered by different routes. For pain, epidural administration has proven to be a good alternative to intravenous administration and epidural meperidine has been combined with local anesthetics using lower doses of both drugs and producing fewer side effects. Intradural meperidine has been used as the sole anesthetic agent in various types of surgery, its principal advantage being that it provides long-lasting postoperative analgesia. Spinal meperidine has the advantage over morphine of a lower incidence of respiratory depression, particularly late-occurring depression. An intravenous route has been used for treating moderate to severe pain, for regional anesthesia, for premedication and for analgesia during anesthesia. Meperidine's action on kappa receptors has meant that it is considered the most effective drug for treating postanesthetic trembling. Although meperidine has been used effectively to treat non-surgical pain, mainly from colic, this review focuses on its usefulness in the perioperative period. Keywords: Meperidine. Anesthesia. Regional anesthesia. Analgesia. Trembling. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2000; 47: 168-176 Introducción Paralelamente a la llegada de nuevos medicamentos al arsenal terapéutico de los anestesiólogos, se produce con bastante frecuencia una postergación e incluso olvido de "viejos" fármacos. Este fenómeno, aplicable a muchos otros campos de la medicina, ocurre con la esperanza, por parte de los médicos, de mejorar la actividad terapéutica y/o disminuir los efectos indeseables de los antiguos fármacos. En anestesiología, la meperidina ha sido un opiáceo muy estudiado y ha demostrado ser un fármaco fascinante debido fundamentalmente al hecho de asociar dos mecanismos de acción: analgésico y anestésico local, ambos muy interesantes para el tratamiento perioperatorio de nuestros pacientes. La meperidina fue descrita por primera vez en 1939. Sintetizada inicialmente como agente anticolinérgico, se descubrió que presentaba propiedades analgésicas, siendo el primer opiáceo sintético aprobado para su utilización en pacientes. Su actividad como anestésico local fue descrita en 1946 por Way, al observar que la meperidina al 1% tenía capacidad para inhibir las fibras sensitivas del nervio ciático en ranas, aproximadamente con la misma velocidad de inicio que la cocaína al 1%1; lo cual nos ha permitido a los anestesiólogos utilizarla como alternativa a los anestésicos locales. Ambos efectos de la meperidina, anestésico local y analgésico, han permitido su administración por distintas vías (espinal, intravenosa, intraarticular, etc.) en diferentes momentos del período perioperatorio. De esta manera, con esta revisión, queremos llegar al conocimiento y utilidad actual de este "viejo" fármaco en el ámbito de la anestesiología. Farmacología Estructura química y presentación farmacéutica El hidrocloruro de meperidina es un opiáceo sintético relacionado con las fenilpiperidinas (hidrocloruro de etil-1metil-4 fenilisopenicotato) con un peso molecular de 247 D y una liposolubilidad intermedia entre la morfina y el fentanilo (coeficiente de partición octanol/agua de 38,8 comparado con 1,4 de la morfina y 813 del fentanilo). El clorhidrato de petidina (Demerol®, Dolantina®) se presenta para su administración oral en forma de tabletas de 50 y 100 mg o en forma de jarabe (solución de 50 mg en 5 ml). Para su administración parenteral se conserva en ampollas de solución acuosa transparente a una concentración del 2,5% (25 mg/ml), del 5% (50 mg/ml), del 7,5% (75 mg/ml) y del 10% (100 mg/ml). Las preparaciones de meperidina son muy solubles en agua y alcohol, con un pH que oscila entre 3,5 y 6 y presentan un punto de ebullición de 186 ºC189 ºC. Deben ser protegidas de la luz y almacenadas a una temperatura inferior a 40 ºC, evitándose la congelación tanto de las soluciones orales como parenterales. La inyección de hidrocloruro de meperidina se ha demostrado física y químicamente incompatible con soluciones que contengan: aminofilina, barbitúricos, heparina sódica, sulfato de efedrina, succinato sódico de hidrocortisona y metilprednisolona, sulfato de morfina, bicarbonato sódico, tiopental sódico y yoduro sódico y potásico2. Farmacocinética La absorción2 de la meperidina se realiza por diferentes vías. Tras la administración oral la meperidina sufre un importante efecto de primer paso hepático, de manera que un 50-60% de la dosis administrada llega a la circulación sistémica sin alterarse, y debido a esto la meperidina es menos de la mitad de eficaz por vía oral que por vía parenteral3. La meperidina tiene un inicio de acción más rápido y una menor duración que la morfina, alcanzándose el pico analgésico a los 60 min tras su administración oral, a los 40-60 minutos tras su administración subcutánea y a los 30-50 min por vía intramuscular; manteniéndose la analgesia durante 2-4 h, aproximadamente2. En lo que se refiere a su distribución, la meperidina tiene una unión a las proteínas plasmáticas del 60-80% principalmente a la albúmina y a la glucoproteína * ácida (AAG). Los lugares de distribución de la meperidina incluyen: líquido cefalorraquídeo (LCR), placenta y leche materna; presentando un volumen de distribución de 3-5 l/kg. La meperidina se metaboliza3 principalmente en el hígado en metabolitos más polares siguiendo dos rutas: hidrólisis a ácido meperidínico y N-demetilación a normeperidina con posterior hidrólisis a ácido normeperidínico. Los metabolitos ácidos, menos activos que la meperidina, sufren posterior conjugación parcial con ácido glucurónico (fig 1). La eliminación se realiza por vía renal de modo que un 53% de los metabolitos se encuentran en la orina tras 24 horas de su administración, siendo un 2,2%4 eliminada sin alterarse (tabla I). La vía oral se utiliza menos debido, como se ha expuesto anteriormente, a su menor eficacia frente a la vía intravenosa como consecuencia de su biodisponibilidad. La dosis es de 50-150 mg cada 8 h. En los niños, para analgesia, se administra a unas dosis de 1,1-1,8 mg/kg por vía oral, intramuscular o subcutánea cada 3-4 h, siendo la dosis única no superior a 100 mg. Otra forma de administración es la vía intranasal en forma de vaporizador que aporta el 75-80% de la dosis equivalente intravenosa. Farmacología clínica La meperidina es un analgésico narcótico con múltiples acciones similares a las de la morfina; es un agonista µ , y ejerce sus efectos farmacológicos principales sobre el sistema nervioso central (SNC) y elementos neurales del intestino3. También tiene moderada acción agonista * y * . Sus efectos, dependiendo del órgano diana, son: 1. SNC: analgesia (100 mg de meperidina parenteral equivalen a 10 mg de morfina)3, sedación, depresión respiratoria y euforia igual a la producida por dosis equianalgésicas de morfina; náuseas y vómitos por estimulación directa de la zona quimiorreceptora desencadenante de la emesis situada en el área postrema del bulbo, miosis por acción excitatoria en el nervio parasimpático que inerva la pupila, y depresión del reflejo tusígeno. 2. Aparato cardiovascular: provoca liberación de histamina, hipotensión ortostática, disminuye la contractilidad miocárdica y aumenta la frecuencia cardíaca por el efecto parasimpaticolítico debido a su estructura similar a la atropina5. In vitro, se ha observado depresión de la contractilidad en músculo papilar aislado al aplicar altas concentraciones, posiblemente por su efecto anestésico local6. 3. Músculo liso: provoca menor estreñimiento y menor aumento del tono del esfínter de Oddi que la morfina y disminución del vaciamiento gástrico5. 4. Útero: estimula en grado muy leve la contracción uterina en la mujer no embarazada. Las dosis utilizadas durante el trabajo del parto no lo retrasan, no interfieren con la contracción e involución normal del útero posparto y no aumentan la incidencia de hemorragia posparto. Presenta otra serie de efectos muy similares al resto de opiáceos: incrementa la sensibilidad del aparato laberíntico, inhibe la secreción de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y del factor estimulador de la corticotropina (CRF) y aumenta la secreción de prolactina. Con la meperidina también pueden aparecer cuadros de tolerancia tras la administración repetida a intervalos breves de tiempo, así como dependencia física y psíquica3. La meperidina es un opiáceo que además se ha demostrado que presenta actividad como anestésico local. Esto le ha permitido ser una alternativa a los anestésicos locales en los bloqueos nerviosos. Este efecto se ha demostrado sobre todo cuando se utiliza a altas concentraciones (5%)7. Las características fisicoquímicas de la meperidina (pKa, liposolubilidad, peso molecular) así como su estructura molecular semejantes a los anestésicos locales pueden explicar, en parte, esta actividad (fig. 2), aunque realmente el mecanismo por el cual produce anestesia local al bloquear la conducción nerviosa no se conoce con exactitud; el hecho de que no pueda ser revertido con la administración de naloxona sugiere que es mediado por un efecto sobre receptores no opioides8. Contraindicaciones-precauciones La meperidina está contraindicada en pacientes que reciben inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)9, ya que se han descrito cuadros del tipo "sobredosificación aguda por opiáceos" con hipotensión arterial, cianosis, coma y depresión respiratoria, cuyo mecanismo de producción no está claro aunque podría deberse a una hiperfenilalalinemia preexistente2; así como síntomas de hipertensión e hiperexcitabilidad. La meperidina también está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad a este fármaco, la cual parece estar relacionada con el metabisulfito sódico que contiene algunas soluciones comerciales2. La administración de meperidina a pacientes que reciben isoniacida puede agravar los efectos de la misma2. Hay que tener precaución al emplear la vía intravenosa, en pacientes hipotensos (administrarla lenta y diluida), o con hipertensión intracraneal, en casos de flúter auricular u otras taquicardias supraventriculares, en pacientes con hipotiroidismo, cirrosis, disfunción pulmonar, enfermedad de Addison, epilepsia, insuficiencia renal o hipertrofia prostática, así como en casos de terapia concomitante con otros fármacos depresores del SNC. La normeperidina es un metabolito farmacológicamente activo de la meperidina con una vida media de eliminación más larga (8-21 h) y una potencia analgésica la mitad que la meperidina pero dos veces más potente como estimulante del SNC. La acumulación de la normeperidina puede ocurrir tras la administración prolongada y repetida de meperidina, especialmente en presencia de insuficiencia renal. En estos casos, se recomienda que los pacientes con tasa de filtración glomerular (FG) entre 1050 ml/min deberían recibir el 75% de la dosis normal y los pacientes con fallo renal grave (FG < 10 ml/min) el 50% de la dosis a los intervalos habituales10. La clínica de toxicidad se manifiesta por agitación, temblor, mioclonías, crisis convulsivas de tipo "gran mal" que no ceden con la administración de naloxona11 y aparecen con concentraciones sanguíneas de normeperidina entre 450-800 ng/ml. En el caso de que se sospeche toxicidad, la administración de meperidina debe suspenderse, y habitualmente en 2 o 3 días se recupera la función neurológica debido a la prolongada vida media de eliminación de la misma. Efectos secundarios El más grave de los efectos secundarios de la meperidina, como ocurre con otros opiáceos, es la depresión respiratoria. Las reacciones adversas más frecuentemente observadas tras su administración son la sensación de mareo, somnolencia, náuseas, vómitos y sudación. Otros efectos secundarios incluyen convulsiones sobre el SNC, como se ha descrito anteriormente, así como cuadros de agitación, movimientos descoordinados, alucinaciones con desorientación y trastornos visuales más frecuentemente observados en pacientes ancianos. En cuanto al sistema cardiovascular, se han descrito cuadros de bradicardia, taquicardia con hipotensión y síncope que pueden evitarse mediante una administración lenta del fármaco y manteniendo al paciente en decúbito supino. También puede producir retención urinaria y reacciones alérgicas en forma de prurito, urticaria y exantema cutáneo. La inyección inadvertida en un tronco nervioso puede originar una parálisis sensitivomotora, que generalmente, aunque no siempre, es transitoria. Meperidina intravenosa La meperidina intravenosa se ha utilizado para el tratamiento del dolor agudo postoperatorio de intensidad moderado-severo, ya sea mediante bolos a demanda, perfusión continua o sistema de PCA (patient controlled analgesia). Un régimen de infusión continua de analgésicos tiene como ventaja que produce un rápido inicio del efecto analgésico con mínimas fluctuaciones en las concentraciones plasmáticas, además de que la cantidad necesaria del fármaco para el buen alivio del dolor es mucho menor que cuando se emplean dosificaciones intermitentes intravenosas o intramusculares. La PCA es una buena técnica analgésica porque evita la complejidad individual de la farmacocinética y farmacodinamia que son responsables de la variabilidad individual en los requerimientos analgésicos. Mediante este sistema se consigue mantener unas concentraciones plasmáticas cerca de la MEAC (minimum effective analgesic plasma concentration) que tiene un valor de 455 + 174 ng/ml12. La administración intravenosa de meperidina debe realizarse lentamente y mediante soluciones diluidas (generalmente 1 mg/ml), con un ritmo de infusión que debe variar en función de la intensidad del dolor y de la edad del paciente, con el fin de conseguir unas concentraciones plasmáticas de 500 ng/ml para producir una analgesia satisfactoria2,3. Lo habitual es empezar administrando una dosis de carga y a continuación seguir con una infusión continua. La dosis en perfusión continua para analgesia postoperatoria varía (hasta cuatro veces) de unos pacientes a otros, pero en general se recomienda un ritmo de infusión de 10-20 mg/h (0,3 mg/kg/h). Mediante sistema de PCA existen distintas pautas de dosificación; una de ellas consiste en administrar un bolo de 5-15 mg, con intervalo entre los bolos de 5-15 min y un ritmo de infusión continua de 5-40 mg/h con un límite máximo de dosis en 4 h de 200300 mg. La meperidina ha demostrado ser una alternativa a la morfina como tratamiento del dolor postoperatorio debido a la excelente analgesia que produce, baja incidencia de sedación y alta satisfacción por parte de los pacientes con escasa incidencia de efectos secundarios potencialmente peligrosos13. Por vía intravenosa se ha utilizado como analgésico durante la anestesia, bien en forma de bolos intravenosos lentos como en infusión intravenosa continua utilizando soluciones diluidas (1 mg/ml) titulando la dosis según las necesidades del paciente, la premedicación utilizada, tipo de anestesia empleada y naturaleza del acto quirúrgico. Para su uso en premedicación anestésica, se administra 30 o 90 min antes del acto anest&eacut e;sicoquirúrgico a unas dosis de 50-100 mg intramusculares o subcutáneas en adultos, y en niños de 0,5-1 mg/kg. Meperidina epidural La meperidina fue uno de los primeros opiáceos administrados por vía epidural. Se ha utilizado incluso como único agente anestésico durante el intraoperatorio14, aunque es más frecuente su empleo en el postoperatorio, habitualmente asociado a anestésicos locales, para el tratamiento del dolor habitual que se padece en este período. La meperidina tiene una acción analgésica eficaz por vía epidural cuyo mecanismo de acción se debe al efecto sobre el cordón posterior de la médula espinal (analgesia espinal "selectiva")15; este bloqueo es diferente del originado por los anestésicos locales, y el efecto se produce tras atravesar la duramadre y actuar sobre la médula espinal. Se sabe que el factor determinante para el paso del fármaco al espacio intradural es la liposolubilidad16, siendo aproximadamente un 4% de la meperidina epidural la que atraviesa la duramadre. Este fenómeno condiciona la necesidad de administrar mayores dosis de meperidina por vía epidural que intradural. La meperidina epidural tiene una acción analgésica de rápido inicio (5 min frente a los 20 min de la morfina), alcanzándose su máximo efecto a los 15-30 min y con una duración prolongada (100 mg de meperidina epidural producen analgesia durante 6 h15), aunque de menor intensidad que dosis equianalgésicas de morfina16. La alta relación meperidina LCR/plasma a los pocos minutos de la inyección epidural y el rápido inicio de la analgesia confirman que el cordón posterior es el principal lugar de acción de la meperidina epidural, aunque la posterior absorción sanguínea de la misma contribuye, al menos parcialmente, a la analgesia. Ramesh et al han utilizado la meperidina por vía epidural como técnica anestésica única a dosis de 2,6-3,8 mg/kg en pacientes ASA III-IV sometidos a cirugía mayor ortopédica o ginecológica, obteniéndose adecuados niveles de bloqueo sensitivomotor (T3-T5) sin importantes efectos secundarios como hipotensión o depresión respiratoria, con una duración del bloqueo sensitivomotor de unos 60 min, por lo que la recomiendan como una técnica anestésica posible a tener en cuenta en pacientes de alto riesgo anestésicoquirúrgico14. Pero son muy escasos los trabajos que la presentan como único agente anestésico intraoperatorio por vía epidural. En nuestro hospital la aplicamos por esta vía, a dosis de 1,5-2 mg/kg, para el mantenimiento de la analgesia intraoperatoria durante la anestesia combinada (analgesia epidural más anestesia general) en cirugía aórtica ya que nos proporciona una adecuada estabilidad hemodinámica con el despinzamiento de aorta; también recurrimos a ella para la analgesia intraoperatoria en cirugía de resección pulmonar, ya que sabemos que mantenemos mejores cifras de PaO2 durante la ventilación a un pulmón que cuando utilizamos anestésicos locales en el espacio epidural. La meperidina epidural también se administra para el tratamiento del dolor postoperatorio en cirugía abdominal, torácica, cesárea y para analgesia durante el trabajo de parto17. La dosis recomendada por esta vía oscila entre los 10-18 mg/h. Se ha utilizado a concentraciones del 0,1, el 0,15 y el 0,25% y a un ritmo de infusión de 8-12 ml/h según el tipo de cirugía, obteniéndose adecuado grado analgésico y sin producirse bloqueo motor con concentraciones inferiores al 0,25%17-19. La meperidina también se ha administrado a nivel epidural combinada con anestésicos locales, lo que produce una regresión más lenta del bloqueo sensitivomotor originado por los anestésicos locales y una aparición más tardía del dolor20. Este mismo efecto se ha visto con otros opiáceos como la morfina21 o fentanilo, estando la diferencia entre éstos relacionada con su liposolubilidad22, de manera que la aparición de dolor es más rápida con los opiáceos más liposolubles (fentanilo > meperidina > morfina), y parece que la meperidina se prefiere al fentanilo o a la morfina por esta vía, ya que produce menos efectos secundarios19,23. De esta manera, la asociación de anestésicos locales a la meperidina aporta un sinergismo y adición de los efectos de ambos fármacos, lo que permite usar dosis más reducidas y disminuir los efectos adversos de ambos medicamentos. Así, se ha demostrado que la asociación de bupivacaína al 0,1% a la meperidina provoca menores concentraciones plasmáticas de meperidina frente al uso epidural de meperidina al 0,1% sola, y un adecuado alivio del dolor en las primeras 48 h postoperatorias17. La meperidina epidural ha sido administrada eficazmente para la analgesia poscesárea a dosis de 25 mg con mínimos efectos secundarios, con una duración analgésica de unos 100 min, y no aumentando ésta al usar dosis mayores24. La administración epidural de meperidina se ha realizado tanto en forma de perfusión continua como mediante sistema de PCA: PCEA (patient controlled epidural analgesia)25. Esta última proporciona como ventaja que el paciente tiene el control sobre su dolor con la analgesia a autodemanda. Mediante PCEA, y asociado a antiinflamatorios no esteroides (AINE)26, se ha utilizado eficazmente para el tratamiento del dolor postoracotomía a una concentración del 0,1% y con un requerimiento medio de meperidina de 5-6 mg/h. También se ha administrado para dolor poscesárea y cirugía abdominal a concentraciones del 0,1-1%27, administrándose bolos de 5-25 mg y con un intervalo de seguridad (aunque el paciente oprima el mando de autodemanda no recibe dosis) entre 10-20 min23. A pesar de todos los regímenes de PCEA de meperidina, no se ha establecido todavía el régimen óptimo de administración. Diferentes estudios han comparado los efectos analgésicos de la meperidina intravenosa y epidural, y han demostrado que la administración por vía epidural mediante sistema de PCA está asociada a una mejor calidad del alivio del dolor, con menor grado de sedación y consumo total del opiáceo28,29. En el perioperatorio de cirugía de tórax, la meperidina por esta vía ha demostrado una mayor mejoría de la función pulmonar postoperatoria (FEV1, FVC) en las primeras 72 h postoracotomía frente a la perfusión intravenosa29. Estas diferencias, junto con el hecho de que la administración intravenosa mediante perfusión continua durante períodos de tiempo prolongados se ha asociado con el desarrollo de importantes efectos secundarios sobre el SNC (relacionados con la acumulación de normeperidina), ha hecho que la administración epidural de meperidina esté ganando popularidad como alternativa para analgesia postoperatoria. Uno de los efectos secundarios más graves tras la administración de opiáceos por vía espinal es la aparición de depresión respiratoria de carácter bifásico. El paso a la circulación sistémica es el responsable de la depresión respiratoria temprana (a los 90-120 minutos) y la migración rostral de la misma a través del LCR al IV ventrículo de la depresión respiratoria tardía (a las 8 h aproximadamente). Esta complicación parece ser mucho menos frecuente con este fármaco que con la morfina16,22. No se han descrito casos de depresión respiratoria tardía tras el uso epidural/intratecal de meperidina, lo cual está relacionado con la mayor liposolubilidad de este opiáceo en comparación con la morfina22, de manera que aparece más precozmente que la morfina en el LCR y difunde más rápidamente a zonas ricas en lípidos de la médula espinal, reduciendo la cantidad y tiempo de meperidina disponible en el LCR para su migración cefálica pasiva22. La incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios tras la administración epidural de meperidina oscila entre el 9-50% según las series, y hasta un 24% de los pacientes pueden presentar prurito; pero en general la incidencia de efectos secundarios es menor que con el uso de otros opiáceos. Todos los efectos secundarios pueden revertirse con la administración de naloxona en pequeñas dosis sin que por ello se afecte la calidad analgésica. Meperidina intradural La combinación de sus efectos como opioide y como anestésico local ha permitido el uso de la meperidina intratecal como agente anestésico único, para cirugía urológica, perineal, de miembros inferiores y cesáreas7,30-33. La administración intratecal de meperidina produce unas bajas concentraciones plasmáticas de la misma; la máxima concentración en sangre ha sido medida 5 min después de la administración del fármaco. El rápido pico plasmático probablemente refleja una rápida absorción a través de las vellosidades aracnoideas en la cercanía de las venas epidurales; las concentraciones plasmáticas son muy bajas comparadas con las del LCR, de 5.000 a 10.000 veces menores en plasma que en LCR a los 5 min de la inyección34, lo que indica que el efecto se debe a su acción local sobre el cordón posterior de la médula espinal. La meperidina intradural produce un bloqueo sensitivo y motor que es dependiente de su débil acción como anestésico local. Estos efectos son más evidentes con dosis por encima de 0,5 mg/kg. Cuando se compara el bloqueo espinal producido por meperidina y anestésicos locales (lidocaína)30,35-37 se observa que con este opiáceo el inicio del bloqueo sensitivo y motor es más tardío, la duración del bloqueo quirúrgico con meperidina 0,5-1 mg/kg es menor (oscila entre 45-90 min) y se produce una mayor incidencia de efectos secundarios, como prurito, sedación y riesgo de depresión respiratoria inmediata; mientras que la incidencia de hipotensión y retención urinaria es similar con ambos fármacos. Este fármaco, usado intratecalmente, causa un bloqueo simpático similar al de la lidocaína al 5% o la bupivacaína al 0,5%. La dosis habitualmente recomendada es de 1 mg/kg. Recientemente se han empleado dosis mayores (1,2 a 1,8 mg/kg) con una mayor duración de la analgesia postoperatoria sin encontrarse un aumento de los efectos secundarios38; pero estos autores ya refieren que la muestra es demasiado pequeña para encontrar dichas diferencias. Hemodinámicamente el comportamiento es similar al de los anestésicos locales, con una disminución de la presión arterial, frecuencia cardíaca, presión venosa central y resistencias vasculares sistémicas36,39. Este efecto hemodinámico parece deberse, en parte, a su efecto anestésico local y por un bloqueo preganglionar (mediado por receptores opiáceos) de las descargas simpáticas intraespinales evocadas37. En general, aunque su acción como anestésico local podría explicar los distintos efectos obtenidos con su administración intratecal, los sistemas opioide endógeno y catecolaminérgico podrían estar también implicados37. El comportamiento del fármaco en el LCR es como el de una solución hiperbárica, pudiendo elevar el nivel de bloqueo con la posición de Trendelenburg35. La adición de adrenalina o clonidina a la meperidina prolonga el bloqueo sensitivo y motor pero no afecta al tiempo de inicio o extensión del bloqueo40. Como principal ventaja de la utilización intrarraquídea de la meperidina se postula la analgesia postoperatoria de larga duración36,37, probablemente debida a una acción sobre el sistema endógeno opioide en el asta dorsal de la médula espinal. En la bibliografía se describe que la duración de la analgesia postoperatoria después de la meperidina intratecal es de 3-4 h para cirugía de rodilla, 5 h para cirugía perineal, 6 h para la cesárea y 16 h tras la cirugía urológica31; incluso con 0,5 mg/kg algunos pacientes presentan analgesia durante las primeras 24 h de postoperatorio. La capacidad de la meperidina de actuar como anestésico local y de producir bloqueo nervioso, como se ha demostrado en la bibliografía al haberse utilizado como fármaco único en anestesia espinal7, permite que tengamos en este fármaco una alternativa para los pacientes en los que se vaya a realizar una técnica regional y sean alérgicos a los anestésicos locales25. Algunos autores refieren que con el uso de este fármaco se puede permitir una más pronta deambulación que con el uso de bupivacaína, debido a que se produce una más rápida recuperación del bloqueo sensitivomotor31. En definitiva, la administración de meperidina intradural como agente único anestésico cuando se compara con los anestésicos locales se acompaña de una mayor incidencia de efectos secundarios, un período de inicio mayor para el bloqueo necesario para la intervención y una duración de la analgesia postoperatoria mucho mayor. En obstetricia, se ha empleado la meperidina intrarraquídea para la realización de cesáreas. Se conoce que la meperidina atraviesa rápidamente la barrera placentaria, pero las concentraciones en arteria umbilical son inferiores a las que podrían producir depresión respiratoria neonatal. Kafle et al35, empleando una dosis de 1 mg/kg, no encontraron diferencias en el test de Apgar del recién nacido al compararlo con aquellos recién nacidos en los que se había practicado anestesia intrarraquídea a la madre con lidocaína al 5%. También se ha demostrado que es más eficaz para el alivio del dolor del parto (a partir de los 6 cm de dilatación) que otros opiáceos administrados intraduralmente41. No se ha publicado ningún caso de depresión respiratoria en los recién nacidos cuando se ha utilizado la meperidina por vía intrarraquídea. El uso de meperidina intradural está asociado con una elevada incidencia de náuseas y vómitos (10-40%). La incidencia de prurito es del 10-30% de los pacientes, siendo mayor la incidencia cuando se emplean dosis por encima de 0,75 mg/kg. Se describe que con una dosis de 1 mg/kg intradural aparece somnolencia hasta en un 77% de los pacientes. La retención urinaria se produce hasta en un 30% de los enfermos. No existe neurotoxicidad asociada al empleo por vía intradural. También se ha descrito algún caso de depresión respiratoria que necesitó ayuda ventilatoria por parte del anestesiólogo en los primeros 15 min después de la inyección intradural; esta rara complicación es más frecuente con la utilización concomitante de ansiolíticos42. Utilización de meperidina en anestesia regional intravenosa (ARIV) Se ha empleado este fármaco para la realización de anestesia regional intravenosa, bien asociado a algún anestésico local o bien como único fármaco con una dosis total de 100 mg. Todos los resultados de los estudios publicados a este respecto señalan que, si bien es posible emplearlo de manera aislada (produce bloqueo motor y sensitivo en la mayoría de los pacientes), sus beneficios son inferiores a los producidos por los anestésicos locales o a la asociación de anestésicos locales y meperidina, por lo que únicamente se recomienda la utilización de este fármaco para la ARIV en los raros casos de alergia a anestésicos locales43. La dosis mínima de meperidina eficaz para ARIV no ha sido bien establecida. La duración de la analgesia aumenta linealmente con la utilización de dosis crecientes de meperidina hasta una dosis de 30 mg. Por encima de 100 mg no es adecuada para ARIV debido a la alta incidencia de efectos secundarios44. La asociación de anestésicos locales (prilocaína, lidocaína) con meperidina (20-30 mg) parece mejorar la intensidad del bloqueo motor y sensitivo intraoperatorio, y fundamentalmente aumenta el tiempo de analgesia postoperatoria, y a estas dosis de meperidina la incidencia de efectos secundarios es menor. De esta manera, se puede concluir que la realización de ARIV únicamente con meperidina aumenta la aparición de efectos indeseables (prurito, náuseas, vómitos)43, por lo que actualmente no se aconseja su empleo como fármaco único para la realización de esta técnica anestésica, pero puede ser útil, en pequeñas dosis, asociado a anestésicos locales. Meperidina intraarticular También ha sido utilizada como agente anestésico único en artroscopias de rodilla con buenos resultados cuando la dosis empleada era de 100-200 mg intraarticular. La incidencia de efectos secundarios es mínima por esta vía, y el consumo de analgésicos en el postoperatorio precoz es menor comparado con las artroscopias realizadas con anestésicos locales. La analgesia postoperatoria se debe al efecto local y al sistémico ya que existe una absorción sistémica del fármaco desde la membrana sinovial alcanzando el pico plasmático en 40-80 min45,46. Tratamiento del temblor postanestésico El temblor es una respuesta normal frente a la hipotermia postoperatoria, con una incidencia que varía entre el 5-65%47. Es importante prevenir y tratar el temblor postanestésico debido a las consecuencias del mismo, entre las que destacan el aumento del metabolismo en torno a un 400%, hipoxemia y acidosis láctica; lo cual puede ser mal tolerado en pacientes con pobre reserva cardiorrespiratoria48. Una gran variedad de fármacos, incluyendo metilfenidato, orfenadrina, sulfato de magnesio, metamizol, pancuronio, doxapram y varios opioides (fentanilo, alfentanilo) han sido utilizados para el control del temblor postanestésico; entre ellos la meperidina ha demostrado ampliamente su eficacia47-50. Se ha utilizado por diferentes vías de administración: por vía intravenosa, 25 mg de meperidina administrados a la llegada a la unidad de recuperación son eficaces hasta en un 90% de los pacientes aboliendo el temblor en los 15 primeros min del período postanestésico, siendo superior a dosis equipotentes de otros opiáceos como la morfina y el fentanilo51. También se ha utilizado con éxito por vía intradural como epidural (25 mg) para suprimir los temblores inducidos por la anestesia espinal52. La explicación por la cual la meperidina es eficaz en el tratamiento del temblor postanestésico permanece todavía sin clarificar48,49. Se ha sugerido que este efecto podría estar mediado por la interacción más potente de la meperidina con receptores kappa, lo que explicaría la diferencia encontrada entre la meperidina (agonista µ y agonista * , * moderada) y la morfina y fentanilo (agonistas puros µ ); sin embargo, frente a esta teoría se ha observado la eficacia de alfentanilo (agonista µ puro) para el tratamiento de los mismos. Otras acciones de la meperidina como su efecto sobre receptores de la acetilcolina, su actividad anestésica local o estabilizadora de membrana podrían estar también implicadas; a pesar de todo esto, el mecanismo exacto está todavía poco clarificado. La eficacia frente a los escalofríos se debe, al menos en parte, a una importante reducción del umbral de aparición de los escalofríos más que a una inhibición generalizada de la termorregulación53. En conclusión, la meperidina, a pesar de ser un opiáceo sintetizado hace tiempo, a la luz de esta revisión y de la bibliografía actual, todavía es un fármaco que tiene un lugar durante el período perioperatorio. Preoperatoriamente sigue siendo un opiáceo muy empleado en la premedicación anestésica, excepto en cirugía cardíaca. En el intraoperatorio no se ha encontrado que presente ninguna ventaja respecto a los anestésicos locales cuando se emplea como único agente anestésico por sus diferentes vías (epidural, intradural, intraarticular o en anestesia regional intravenosa), pero cuando se emplea asociada a los anestésicos locales tiene como principal ventaja una analgesia prolongada en el postoperatorio inmediato y la posibilidad de disminuir las dosis de ambos fármacos y, por tanto, de sus efectos secundarios. En el postoperatorio como analgésico todavía sigue siendo el opiáceo de elección en muchos hospitales. La meperidina por vía epidural es, hoy día, una buena alternativa a la morfina para el tratamiento del dolor postoperatorio, e incluso esta vía de administración puede ser más eficaz que la clásica administración intravenosa. Sin embargo, es importante conocer las situaciones en las que se debe emplear con especial cautela (insuficiencia renal, edad avanzada, etc.). Por otro lado, la meperidina intravenosa sigue siendo el fármaco de elección en el tratamiento del temblor postanestésico. Cuestionario 1. En lo que se refiere a los efectos clínicos de la meperidina destacan: A. Efecto analgésico más potente que la morfina. B. Produce aumento de la frecuencia cardíaca por su efecto parasimpaticolítico. C. Es el único opiáceo sin efecto anestésico local. D. La normeperidina, su metabolito activo, se acumula fundamentalmente en pacientes con insuficiencia renal. E. Los trastornos psicomiméticos son un efecto secundario que aparecen con mayor frecuencia en ancianos. 2. La meperidina: A. Se ha utilizado eficazmente para el tratamiento del dolor agudo postoperatorio por vía intravenosa. B. Durante su administración intravenosa debe hacerse lentamente y utilizando soluciones diluidas. C. No se ha utilizado como analgésico durante la anestesia debido a su más difícil dosificación. D. En general, la administración intravenosa es más eficaz que la vía epidural con PCA para el alivio del dolor postoperatorio. E. No se recomienda su asociación a anestésicos locales cuando se administra por vía epidural debido a la alta incidencia de efectos secundarios. 3. La administración espinal (epidural/intradural) de meperidina: A. Produce efecto analgésico por su acción sobre el cordón posterior de la médula espinal. B. Tiene una alta incidencia de depresión respiratoria tardía. C. La principal ventaja de la meperidina intradural es la analgesia postoperatoria prolongada. D. Esta vía de administración es útil para el tratamiento del dolor del parto sin efectos fetales importantes. E. Puede utilizarse como agente anestésico único por vía epidural. 4. La meperidina intradural produce un bloqueo sensitivomotor que se distingue del producido por los anestésicos locales en: A. Es de inicio más precoz. B. Mayor duración del bloqueo. C. Mayor incidencia de efectos secundarios. D. Hemodinámicamente, se comporta igual que los anestésicos locales. E. Actúa como una solución hipobara. 5 La meperidina en el temblor postoperatorio: A. La dosis recomendada es de 25 mg intravenosos a la llegada del paciente a la unidad de recuperación. B. Es tan eficaz como otros opiáceos: fentanilo, morfina. C. Su administración por vía intradural/epidural no alivia el temblor. D. Parece que se debe a una interacción con receptores kappa. E. Produce el efecto por una inhibición generalizada de la termorregulación. En este test de autoevaluación el lector debe responder según considere las afirmaciones verdaderas (V) o falsas (F). Las respuestas correctas se hallan en la página 185. 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