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“Carta entre hermanos” CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA ENCUENTRO Nº 3 El Amor y el Perdón de Jesús ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 2 TEMARIO 1-El principal oficio de Jesús……………………………….....pág. 3 2- Pedir perdón…………............................................................pág. 5 3- Perdonarnos a nosotros mismos y los demás……………....pág.8 4- Resumen…………….............................................................pág.14 5- Preguntas para responder…………………………………..pág.17 Nihil Obstad Pbro. Claudio Castricone Coordinador del Área Adultos de la Junta Nacional Argentina de Catequesis. 25 de abril del año 2010 Imprimatur Monseñor Héctor S. Cardelli Presidente de la Comisión Episcopal Argentina de Pastoral Penitenciaria. 2 de junio del año 2010 Contenido: Ana María Terradas Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 3 Querido hermano: En los dos Encuentros pasados, hemos descubierto que el mejor de nuestros deseos es conocer a Jesús como nuestro mejor Amigo. El Amigo que nunca falla. El Amigo que está presente en las buenas y en las malas. El Amigo que nos quiere así como somos. Nuestro Dios Amigo para siempre…. Hemos descubierto también que para conocer a Jesús debemos buscarlo en en los hermanos más necesitados, a los que el Señor llama “pequeños”. Si no nos acercamos a ellos con un corazón de hermanos, nunca conoceremos a Jesús. Jesús nos dice que las personas que tienen un corazón de hermanos con los más necesitados, son los verdaderos herederos del Reino de Dios. “Vengan benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino preparada para ustedes desde la creación del mundo. Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer. Cuando tuve sed, ustedes me dieron de beber. Cuando era forastero, ustedes me alojaron. Cuando estuve desnudo, ustedes me vistieron. Cuando estuve enfermo, ustedes me acompañaron. Cuando estuve en la cárcel, ustedes me visitaron. Entonces los justos le contestarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos? Y el Señor les dirá: En verdad les digo que todo lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron.” Mateo 25, 34-40 1- EL PRINCIPAL OFICIO DE JESÚS Jesús vino al mundo para enseñarnos a vivir en el Reino de Dios, para que todos podamos estar unidos como hermanos formando la gran Familia de los hijos de Dios. Una tarea muy especial de Jesús en el Reino de Dios es la de perdonarnos. Por eso decimos que Jesús es perdonador de oficio. “En Jesús nos encontramos liberados y perdonados.” Colosenses 1,14 ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 4 Si nos preguntamos: ¿Cómo podemos conseguir el Perdón de Jesús? La respuesta es muy sencilla. Debemos decirle con sinceridad: “Perdóname, Jesús, porque estoy arrepentido.” Y acercarnos a Él con la seguridad de que el Señor nos recibe siempre con los brazos abiertos para abrazarnos y perdonarnos. ¿Y qué pasa si queremos que Jesús nos perdone, pero no podemos cambiar de vida? No pasa nada, porque Jesús sabe que somos muy débiles y que nos cuesta cumplir lo que nos proponemos. Si de veras estamos arrepentidos y queremos que Jesús nos perdone, del cambio de nuestra vida se hará cargo Jesús. Esto es así. ¡Ni dudarlo! Pero hay que pedírselo. “Porque todo el que pide recibe y el que busca, encuentra.” Mateo 7,8 Dicen que cada uno de nosotros está unido a Dios por un grueso cordón. Cuando hacemos algo que no está bien, rompemos el cordón. Entonces viene Jesús y une las dos puntas haciendo un nudo. Cuando nos volvemos a equivocar, rompemos de nuevo el cordón, y Jesús vuelve a unir las dos puntas. Así, una y otra vez, Jesús hace nudo tras nudo. Hasta que, al final, se termina el cordón y pasa lo que Jesús busca… ¡que nos abracemos a Él! ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 5 2- PEDIR PERDÓN Cuando pedimos perdón, se abre la puerta de nuestro corazón para recibirlo. Jesús no entra si no le abrimos la puerta. Porque no es prepotente. Si le abrimos la puerta de nuestro corazón, entra. Si no le abrimos la puerta…se queda esperando. Cuando le abrimos la puerta de nuestro corazón, Jesús comienza a limpiar todo lo sucio que encuentra. Jesús es tremendo. Es como una correntada que arrastra todo lo que no sirve. Es como un fuego que quema toda nuestra basura. Es como un ventarrón que barre todas las cosas dañinas. Pero hay que pedírselo. Esa es Su condición. Cuentan que un hombre estaba tan afligido por temor de que Jesús no lo perdonara que pidió a su Ángel de la guarda que lo llevara ante Su Presencia para pedirle perdón. Su Ángel le entregó una hoja en blanco y le dijo: — Para que te sea más fácil, anota aquí todas las cosas de las que te arrepientes y luego le entregas a Jesús la hoja para que la lea. Cuando el hombre terminó de escribir fue llevado ante Jesús. Para su asombro, vio que debía hacer una larga cola. Se fijó en que todos llevaban su papel en la mano, y vio también que el suyo tenía la lista más larga. Cuando le tocó el turno. Jesús lo saludó con una sonrisa y le pidió su escrito. Sorprendido, el hombre vio que le daba una rápida mirada y que luego estrujaba la hoja entre sus dedos y la tiraba a un papelero donde había otros bollos de papel. Después abrió un cajón de su escritorio de donde sacó una hoja en blanco. Se la entregó y le dijo: — Ya tiré al papelero tu pasado. Aquí tienes tu nueva vida en blanco. Fíjate bien para que, la próxima vez, me traigas una lista más corta. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 6 Dios nos perdona siempre que se lo pedimos con un corazón arrepentido. No importa las veces que hayamos caído. Ni lo que hayamos hecho. “Y cuando te haya perdonado, me olvidaré de tus pecados.” Isaías 43,25 El Perdón de Dios está preparado para nosotros desde antes que nos equivoquemos. No importa lo que hayamos hecho, ni las veces que lo hayamos hecho. Es un regalo que podemos tomar cuantas veces lo pidamos. Porque el Perdón de Dios es inmenso y gratuito. Como es inmenso y gratuito Su Amor. Jesús nos enseña cómo es el Amor y el Perdón de Dios en una parábola (cuento con enseñanza moral) que es uno de los pasajes más hermosos del Evangelio. “Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: Dame la parte de la herencia que me toca. Y el padre le dio la herencia. El hijo menor tomó su herencia y se fue de la casa de su padre a un país muy lejano. Allí malgastó toda la herencia llevando una mala vida. Cuando había gastado todo, comenzó a pasar necesidades. Fue a buscar trabajo y lo mandaron a cuidar cerdos. Como pasaba hambre pidió que le dieran la comida de los cerdos, pero nadie se la daba. Entonces pensó: ¡Cuántos empleados de mi padre tienen comida de sobra mientras yo aquí me muero de hambre! ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 7 Y se dijo: Voy a volver a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo. Te pido que me trates como a uno de tus empleados. Entonces se levantó del chiquero y caminó hacia la casa de su padre. Cuando el padre vio de lejos que se acercaba su hijo corrió hacia él, lo abrazó y lo besó. Entonces dijo a sus empleados: ¡Rápido! Traigan la mejor ropa y póngansela. Traigan el mejor cordero y mátenlo. Comamos y hagamos una gran fiesta. Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida. Estaba perdido y lo he encontrado. ¡Y comenzó la fiesta!” Lucas 15,11-24 Como se imaginará, querido hermano, el Padre de la parábola de Jesús es Dios. Un Padre que deja a su hijo que se vaya de su lado aunque sabe que le irá mal. ¿Por qué no lo detiene y le obliga a quedarse?: Porque Dios quiere que su hijo elija por sí mismo la clase de vida que quiere llevar. Nosotros somos hijos de Dios creados con libertad. Dios nos conoce y sabe que a cada hijo debe darle el tiempo que necesite para que se dé cuenta de que el mejor lugar para vivir es siempre la Casa del Padre. Por eso el Padre se queda esperando al hijo. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 8 ¿Por qué lo espera? Porque sabe que, cuando le venga la desgracia, no le quedará otro lugar donde refugiarse que en su Amor y en su Perdón. Sabe que el hijo lleva por dentro Su Sello, que es el deseo de lo bueno y de lo puro. ¡Y eso nada ni nadie lo puede borrar de su alma! Cuando el hijo malgasta todo su dinero y los falsos amigos lo dejan solo, no tiene otra que trabajar en un chiquero cuidando cerdos. Aclaremos que, para los judíos, los cerdos son animales impuros. Esto quiere decir que el hijo está en el peor lugar. Como se dará cuenta, querido hermano, el dolor del Padre es tremendo. ¿Alguna vez pensamos en el dolor de Nuestro Padre Dios cuándo sus hijos nos alejamos de su Amor? Cuando el hijo se levanta del chiquero porque se siente arrepentido, comienza el Camino de regreso a la casa de Su Padre. Con cada paso va diciendo una y otra vez: Padre, perdóname. Padre, perdóname… Este es el momento tan esperado por el Padre: corre, lo abraza, lo besa, y le hace una gran fiesta de bienvenida. La pregunta que podremos hacernos cada uno de nosotros es: ¿Padre, harás una gran fiesta para mí cuando vuelva a tu lado? Dios Padre responderá siempre: ¡SI! “Porque Dios tiene paciencia con nosotros porque no quiere que nadie se pierda sino que todos se conviertan.” 2ª Pedro 3,9 3- PERDONARNOS A NOSOTROS MISMOS Y A LOS DEMÁS Muchas veces somos nosotros los que no nos perdonamos aunque Dios nos haya perdonado. Lo que nos puede pasar es que, si nos sentirnos perdonados, debemos vivir la nueva vida que Jesús nos pide. Y eso no siempre nos gusta… porque Jesús nos dice que, así como Él nos perdona, también debemos perdonar a los demás. “Como el Señor los ha perdonado, perdónense entre ustedes.” Colosenses 3, 13 Puede pasar también que no nos perdonamos porque pensamos que nuestros pecados son superiores y más importantes que el Perdón de Dios. El que piensa así es un orgulloso, porque se cree superior a Dios….y debe pedir perdón por eso. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 9 ¡PERDÓNATE! ¡Perdónate! Si en paz no vives contigo mismo, ¡no tendrás paz…! La paz viene del fondo del corazón. Recibiste el perdón divino que en ti puso Dios. ¡Es tesoro de amor! ¡Perdónate! Tribunal no levantes dentro de tu alma. No te juzgues en juicio oye a tus ansias. ¡Ansias de paz! Contempla tu miseria, miseria humana. ¡Contémplala y aviva tu compasión. Compasión a ti mismo, piedad del hombre, piedad por sus errores… ¡Perdónate! ¡Perdónate! Dios te ha perdonado. Si tú no te perdonas ¿cómo has de perdonar a los demás? ¡Perdónate! ¡Perdónate! Miguel de Unamuno El Perdón de Dios, por más gratuito que sea, no lo pueden recibir los que se creen mejores que los demás y los desprecian. Porque tienen un corazón cerrado por la falsedad y la hipocresía. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 10 Sobre los que se creen superiores a los demás y los desprecian, Jesús nos habla en uno de sus hermosos cuentos llamados parábolas. Antes de que la lea quiero aclararle que el fariseo de la parábola era un hombre muy religioso, de la clase de gente que se creían los más puros. En cambio, el publicano, era gente muy despreciada porque se dedicaban a cobrar los impuestos que los judíos debían pagar a los romanos que los tenían dominados. Es decir, trabajaban para el enemigo. Ahora escuchemos a Jesús: “Dos hombres subieron al templo para orar; uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y que engañan a sus esposas. Ni tampoco soy como este publicano. Yo hago ayuno dos veces por semana y doy al templo la décima parte de todas mis ganancias. En cambio, el publicano, manteniéndose a distancia no se atrevía a levantar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho diciendo: ¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, porque soy un pecador! Les digo que el publicano bajó a su casa perdonada y el fariseo no. Porque todo el que se hace el grande será humillado y el que se humilla será engrandecido.” Lucas 18,9-14 “Dios rechaza a los orgullosos y protege a los humildes.” Santiago 4,6 Había un hombre que se preocupaba mucho por ayudar a los demás, aunque le costaba horas de sacrificio. A pesar de todo, estaba muy orgulloso por sus buenas obras. Quería ser reconocido como una persona de bien. Un día se le presentó Jesús y le dijo: ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 11 — Quiero que me des lo más importante que tienes en el corazón. Muy contento, el hombre comenzó a hacer un largo relato de sus buenas obras. Pero Jesús lo frenó de entrada: —Yo no te pido que me cuentes tus buenas obras. Yo te pido que me entregues lo que para mí es lo más importante: Dame ese pecado de orgullo que tienes en tu corazón por tus buenas obras. Esta es una hermosa oración del Antiguo Testamento. “Míranos, Señor, y piensa en nosotros. Inclina tu oído y escúchanos, abre tus ojos y míranos. No son los que de nada se arrepienten los que te agradan, Señor, sino el alma llena de aflicción, el que camina encorvado y agotado, con los ojos bajos y el alma hambrienta. Esos son los que te dan gloria y justicia, Señor.” C.f. Baruc 2,16-18 Jesús nos ofrece siempre Su Perdón. Y más aún cuando estamos muy hundidos y le decimos llenos de fe y esperanza: “Jesús, entra en mi corazón. Te necesito, porque solo no puedo salir adelante con mi vida. Sana mis miserias, ya no doy más.¡Libérame de mis culpas, Señor!” Entonces Jesús está a sus anchas en nuestro corazón para curarlo, perdonarlo y liberarlo. ¡Esa es una gran felicidad para Jesús! ¿Sabe, querido hermano, cuál es una gran tristeza para Jesús? Cuando le pedimos perdón por nuestras faltas y no queremos perdonar a los que nos han hecho daño. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 12 Perdonar a los demás es la condición que nos pone Jesús para darnos su perdón. Lo dice el Padre Nuestro. “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Mateo 6, 12 Otra tristeza del Señor es cuando no queremos reconocer nuestras faltas y le echamos la culpa a los demás de nuestros errores. Entonces nos parece que no necesitamos ser perdonados. Es como si cada uno le dijera a Jesús: “No te necesito”…Y nos quedamos atragantados por dentro con nuestras heridas sin sanar. Tengo aquí parte de la letra de un tango de Olivera y Tucci que habla de las heridas del alma: DESCREÍDA Descreída y amargada por las maldades del mundo, has perdido la esperanza…ya no tenés ilusión. Yo comprendo tu tragedia, sé de tu dolor profundo que ha quebrado tus ensueños y secó tu corazón. Es tan cruel tu desengaño, que no crees ya más en nada que te llegue por camino de ternuras y de amor. Vives siempre prevenida y te muestras desconfiada, aun delante del que te hable de un cariño superior. Yo sé bien que el desengaño te ha dejado esa amargura, como sé que hay en tu alma aunque no querrás decir… un rayito de esperanza y raudales de ternura, con no pocas ilusiones y deseos de vivir. No es la gente la culpable del fracaso de tu vida, no es el mundo el responsable de que sufras por error. Es preciso que comprendas que si tienes una herida… esa herida no se cura nada más que con amor. Nuestras heridas se curan con el Amor de Jesús. Por eso Jesús no se va aunque lo echemos. Se queda esperando el momento en que nos animemos a mirarnos por dentro y descubrir cuánto necesitamos Su Amor y Su Perdón. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 13 ”Mira que estoy a tu puerta y llamo. Si escuchas mi Voz y me abres, entraré a donde vives y cenaré contigo y tú conmigo.” Apocalipsis 3,20 Jesús seguirá esperando ante la puerta de nuestro corazón hasta que llegue el día en que le abramos para decirle: “Puedes entrar, Jesús, te necesito” ORACIÓN DE ENTREGA Jesús, te pido que entres dentro de mí y llenes toda mi vida con tu amor. Me entrego a ti por completo. Toma todo mi pasado, todo mi presente y todo mi futuro. Te ofrezco todo lo que soy, todo lo que hago, lo que pienso y lo que siento. Te doy los mejores deseos de mi corazón, mis ilusiones, mis sueños y mis esperanzas. Libérame de tristezas, amarguras y rencores; llévate todo eso y quémalo en el fuego de tu Perdón. Déjame un corazón limpio, un corazón nuevo, un corazón lleno de amor por Ti, por mí mismo y por los demás. Quiero ser todo tuyo, Jesús. Quiero ser tu amigo. ¿Qué quieres de mí? ¡Aquí me tienes, Jesús! ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 14 RESUMEN Jesús vino al mundo para perdonar nuestros pecados con su Amor, y darnos una vida nueva. Jesús es perdonador de oficio. Para recibir Su Perdón sólo necesitamos pedirlo. Jesús nos dice: “Porque todo el que pide recibe y el que busca, encuentra” (Mateo 7,8). El Señor nos perdona siempre. No importa el mal que hayamos hecho, ni las veces que lo hayamos hecho. El perdón de Dios es un regalo que podemos tomar cuantas veces lo necesitemos, porque es gratuito. Lo único que nos pide Jesús es que estemos arrepentidos y dispuestos de verdad a empezar una vida nueva. Este cambio de vida nos va a costar al principio, pero poco a poco iremos equivocándonos cada vez menos. Si queremos de verdad comenzar una vida nueva, del cambio de nuestra vida se hará cargo Jesús… Cuando pedimos perdón a Dios por nuestras faltas, se nos abre el corazón para recibir ese Perdón. Pero si no pedimos perdón a Dios por nuestras faltas, es porque no nos interesa ser perdonados. Cuando pedimos perdón, Jesús entra y limpia todo lo sucio que encuentra. Pero hay que abrirle la puerta del corazón. Hay que dejarlo entrar. Hay que dejarse purificar por Él. Una gran alegría de Jesús es cuando le decimos que lo necesitamos porque solos no podemos salir adelante. Y una gran tristeza de Jesús es cuando no queremos reconocer que hemos hecho algo malo o le echamos la culpa a los demás de nuestras faltas. Es cuando nos parece que no necesitamos ser perdonados. Como si cada uno le dijera: “No te necesito, yo me basto solo”. Entonces nos quedamos atragantados por dentro con nuestras miserias sin sanar. Jesús no se va aunque nosotros lo echemos, siempre está esperando que le abramos la puerta de nuestro corazón para recibirlo. ”Mira que estoy a tu puerta y llamo. Si escuchas mi Voz y me abres, entraré a donde vives y cenaré contigo y tú conmigo” (Apocalipsis 3,20). Así como Jesús nos perdona siempre, nosotros también debemos perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a los demás. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 15 Querido hermano: En el próximo encuentro: “La Biblia, Palabra de Dios”, hablaremos sobre este Libro Sagrado donde nuestro Padre Dios nos enseña a vivir como verdaderos hijos suyos. Por eso se llama también “El libro de la familia de los hijos de Dios”. No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro. Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas. Me despido de usted con mucho cariño. Ana María ________________________________________________________ MIS NOTAS ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS PISADAS EN LA ARENA Soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y por el Cielo pasaban las cosas que yo había vivido. Por cada cosa de mi vida que pasaba veía que quedaban dos pares de pisadas en la arena. Un par era mío y el otro del Señor. Pero también veía que muchas veces en el camino de mi vida, quedaba sólo un par de pisadas en la arena, y que eso pasaba en los momentos más difíciles y angustiosos. Le dije al Señor: Cuando te prometí seguirte me dijiste que andarías siempre conmigo todo el camino de mi vida, pero durante los peores momentos de mi vida había en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo por qué me dejaste en las horas que yo más te necesitaba. El Señor me respondió: Mi querido hijo, yo te amo y jamás te abandonaría. En los momentos de sufrimiento, cuando viste en la arena sólo un par de pisadas, fue porque yo te llevaba cargado en mis brazos. 16 ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 17 “Carta entre hermanos” ENCUENTRO Nº 3: El Amor y el Perdón de Jesús PREGUNTAS PARA RESPONDER (Contestar y mandar las hojas con la carta) 1-Si una persona le dice que no merece el perdón de Dios, ¿qué le contestaría? ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… 2-¿Cómo queda un alma cuando ha sido perdonada por Dios? ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………….. 3-¿Qué mensaje le dejó la parábola del hijo que se fue de la casa de su Padre y, cuando volvió arrepentido, fue recibido con una gran fiesta? ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………..………………… ……………………………………………………………………………………………. ENCUENTRO Nº 3: EL AMOR Y EL PERDÓN DE JESÚS 18 4-¿Se ha acercado alguna vez al Sacerdote para hablar sobre el perdón? ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… 5- ¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué? ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… 6-¿Puede darnos los nombres de compañeros que quieren escribirse con uno de nosotros? Gracias. ………………………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………………………..