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Cristo vive y Viene
Una advertencia solemne
Autor Efrain Araya
miércoles, 23 de julio de 2008
"UNA ADVERTENCIA SOLEMNE"
El hombre quiere vivir su vida intensamente, algunos con dificultades por sus enfermedades y pobreza material que los
limitan y les amargan la vida, pero otros en forma muy cómoda, disfrutando de los placeres y las abundancias que este
mundo les depara. “Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol; pero aunque un hombre viva
muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las tinieblas serán muchos. Todo
cuanto viene es vanidad” (Eclesiastés 11: 7 - 8)El ser humano, y muy especialmente en su juventud, quiere vivir
la vida intensamente, y cada uno inventa como hacerlo. A los jóvenes les habla la Santa Palabra de Dios, porque los ve y
los entiende, no para ponerlos tristes y frustrados, sino para advertirlos de lo que está por delante y ellos no
ven.“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tú corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los
caminos de tú corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios”
(Eclesiastés 11: 9)Para realizar su vida como ellos quieren, muchos lo hacen separados de Dios, por lo que se han
apartado para vivir en la oscuridad, lejos de la luz Santa del Señor, en la oscuridad del mundo, con todos los riesgos
que esto significa. La Palabra de Dios les habla a los jóvenes, y a todas sus criaturas:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino” (Isaías 53: 6)El Señor
les habla también a los creyentes, para que recuerden lo que era su verdad.“Porque vosotros erais como ovejas
descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” (1 Pedro 2: 25)
Nuestro Dios escudriña el corazón de todos los hombres. Nada hay oculto para el ojo santo suyo, y cuando lo ve con
tristeza, ilumina al hombre para que conozca su interior, para que se conmueva, y acuda en su pobreza al Salvador, el
único que puede limpiarlo de su mal.“Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo
suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal, y de insensatez en su
corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos” (Eclesiastés 9: 3)No podemos desconocer que
el mundo entero está contaminado por el pecado. Esta gran verdad no es para consolarnos, sino para temblar, porque
lo hace delante de los ojos de Dios, que todo lo conoce, y lo que es más lamentable aún, es que este mal va
creciendo más y más, para la vergüenza humana. “He aquí, en sus santos no confía, Y ni aun los cielos son
limpios delante de sus ojos; ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, Que bebe la iniquidad como agua?”
(Job 15: 15 -16)El hombre no tiene conciencia que su vida no termina con su muerte, cuando precisamente en ese
momento comienza la eternidad, que puede ser muy triste o muy feliz. Esto tiene que ver con sus decisiones, y los
caminos que tomó en esta vida.
“El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del Seol abajo” (Proverbios 15: 24)No
es sensato jactarse de la seguridad de la vida, por joven que esta sea, con grandes planes. El Señor en su gracia hace
reflexionar que no es para siempre lo que uno tiene ahora.
“¿No es acaso breve la vida del hombre sobre la tierra, Y sus días como los días del jornalero?” (Job 7: 1)El
Eterno Dios, no violenta a su criatura, le muestra la verdad de su camino, para que él lo analice, pensando no tan sólo en
su vida temporal, sino
considerando lo que será el fin de su vida, y que existe un Dios al que tendremos que enfrentar. Oigamos con el amor
que nos habla: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los
años de los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12: 1)El Señor que es omnisciente,
que conoce nuestro futuro, y que ve todas las cosas, está capacitado de hablar de los días malos, y no tan sólo de los
días malos, sino que también del juicio venidero, para que la eternidad del hombre no la experimente con dolor, sino con
alegría y felicidad.“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia soy salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las
abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2: 4
– 9)El Eterno Dios nos muestra nuestra vida futura, y nos señala el plan de salvación que Él nos ha provisto, para
nuestra eterna felicidad. Él llama a su criatura, para que se sumerja en este plan de gracia que le ofrece ahora, antes que
sea tarde, con su partida a la eternidad. Dios nos muestra nuestra vida en forma poética:“Antes que la cadena de
plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el
pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”
(Eclesiastés 12: 6 - 7)El misericordioso Señor llama a su criatura, y en este mensaje a la juventud que
ama:“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”
(Isaías 1: 18)E. Araya G.
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