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Queridas Familias: Al terminar otro ciclo lectivo lleno de bendiciones, es justo que demos gracias en primer lugar a Dios, fuente de todos los bienes: no hay nada que sea bueno que no provenga de nuestro Padre del cielo a través de su Hijo Jesús. Y nosotros tenemos también una intercesora especial en Nuestra Señora de los Milagros: como buena madre, de su corazón pendiente de sus hijos, vienen las cosas lindas que vivimos como comunidad en el colegio. ¡Cuántos momentos significativos para los chicos, para los docentes, familias, para toda la comunidad, hemos experimentado en este año! ¡Cuánto bien nos ha hecho a todos tantas vivencias hondas! ¡Esas vivencias que pasan por el corazón inmaculado de nuestra Madre! También es justo que miremos a cada familia y demos gracias. Muchos de Ustedes ensanchan el límite de la familia chica y abren las puertas del corazón a los compañeros de sus hijos, a todo el curso, a chicos de otras instituciones en el Aprendizaje en Servicio, a chicos de otros colegios jesuitas en los intercambios, a alumnos que en algún momento necesitan un cobijo especial. La presencia de Ustedes al traer a sus hijos cada día, en las reuniones, en los encuentros y diversas actividades del colegio son de las mayores riquezas que tenemos (cuando otros colegios nos visitan, notan el vigor que tiene la presencia de las familias en la actividad escolar). Una mirada especial al trabajo de cada miembro del personal. Es patente la vocación, el espíritu de entusiasmo, de creatividad, de compromiso con los alumnos; la calidez y cercanía en el acompañamiento personal; el trabajo heroico muchas veces escondido, pero que aparece en la calidad de su servicio; el compromiso de fe en transmitir los valores evangélicos e ignacianos. También han recibido elogios de pares de otros colegios jesuitas por la generosidad puesta en la misión. Los alumnos GIA (Grupo Ignaciano de Animadores), que llevan una responsabilidad muy grande al ser los mejores transmisores del Señor en los Encuentros con Cristo, convivencias, retiros, campamentos, Aprendizaje en Servicio. Estos alumnos más grandes, con su testimonio entusiasta, su entrega generosa que no conoce cansancios, su cariño, su mirada atenta, contagian el sentido gozoso de vivir al servicio de los demás por amor de Dios. Es justo agradecer a todo el personal de apoyo, que con su servicio sencillo posibilita crecer en un ambiente limpio, ordenado, hermoseado. Personalmente quiero agradecer a todos los Directivos, por su pasión de educar. El año que viene, si Dios quiere, nos encontrará trabajando en el reordenamiento edilicio. Los jesuitas vamos a ceder nuestra casa al Nivel Inicial para que puedan tener un espacio más adecuado. Gracias a la Providencia que nos benefició hace casi un siglo con terrenos junto a la autopista y el Salado, hoy podemos afrontar el costo de las mejoras. Les deseo que el Niño Dios encuentre en el corazón de cada familia un lugar cálido para vivir. Dios los bendiga con su Presencia y Nuestra Señora de los Milagros les haga experimentar su ternura maternal P Leonardo Nardin sj
