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El bacteriólogo frente a la hepatitis viral Gladys Alfonso Hernández, M.D.' Resumen L a hepatitis viral es una infección común causada por varios agentes virales, caracterizada por la inflamación y necrosis hepática, que puede tener un curso hacia la mortalidad. La hepatitis B, C, delta, tienen especial interés para el bacteriólogo por su transmisión por vía parenteral, que implica el riesgo de transmitir la enfermedad a través de transfusiones de sangre o sus derivados, y el riesgo de contaminarse él mismo en forma accidental. Se resumen las pruebas de laboratorio utilizadas en la detección del virus y su adecuada interpretación. Se exponen medidas sencillas de tipo preventivo, que son fáciles de adoptar en cualquier institución, y en todo caso más económicas que los costos que acarrea padecer la enfermedad o alguna de sus complicaciones. Palabras claves: Hepatitis viral, pruebas inmunológicas, prevención. Introducción La hepatitis viral es un complejo sindromático, caracterizado por la 18 inflamación y necrosis hepática, que puede tener un curso variado que va desde los cuadros asintomáticos, hasta la falla hepática fulminante, pasando por aquellos que presentan en mayor o menor grado malestar general, fiebre, astenia, adinamia, dolor abdominal e ictericia (1,2). La búsqueda continua de los diferentes agentes etiológicos, revela en la actualidad la presencia de virus de los tipos A y E (HA, HE) en la hepatitis de comportamiento epidémico, donde la transmisión principalmente se realiza por vía fecaloral, y de los tipos B, C, delta, en las hepatitis transmitidas por vía parenteral (HB, HC, Hd), y a las que por su importancia especial nos referiremos en la presente revisión con mayor énfasis. La transmisión parenteral de las hepatitis B, C, delta, incluye: transfusiones de sangre contaminada o sus derivados, el contacto de un sujeto sano con material contaminado proveniente de personas infectadas (agujas, cuchillas, navajas, etc.), la vía sexual y la transmisión vertical madre-hijo (como está plenamente demostrado para la HB). Este tipo de transmisión implica la existencia de grupos de riesgo que pueden padecer la enfermed a d con mayor probabilidad, entre los cuales están los bacteriólogos, los odontólogos, los drogadictos, los hemofílicos y los hijos de madres infectadas, entre otros. Es por tanto, un deber de todo bacteriólogo tener los conocimientos básicos acerca de la enfermedad y adoptar conductas precisas con respecto a tres aspectos importantes, a saber: 1. ¿Qué pruebas existen para la detección de los virus y cuál es su a d e c u a d a interpretación? 2. ¿Cómo deb e protegerse al usuario de sangre o sus derivados? 3. ¿Cómo deb e protegerse al bacteriólogo para evitar su contagio y disminuir el riesgo de exposición al virus?. El objetivo del presente artículo es proveer al lector de los elementos básicos para el análisis de éstos tres puntos fundamentales, que resumen la importancia del papel del laboratorio frente a esta entidad. ' Jefe Servicio de Medicina Interna, Nuevo Hospital San Rafael, Girardot. Laboratorio Actual/Año 9/No. 23/Agosto 1991 1. Pruebas inmunológicas para la detección del agente viral en hepatitis A, B, delta Enfermedad clínica Ante la sospecha de hepatitis viral, el clínico solicitará pruebas bioquímicas, que tienen c o m o objetivo aclarar la presencia real de necrosis tisular (transaminasas de tipo aspártico aminotransferasa AST y alanina-aminotransferasa ALT), el grado de disfunción h e p á t i c a (Albúmina, tiempo de protrombina, glicemia) y la existencia o no de estasis biliar (Bilirrubinas total, directa e indirecta). Estas pruebas pueden alterarse en cualquier hepatitis, son inespecíficas y no nos hablan del agente etiológico (3, 4); pero nos orientan acerca de la existencia de alteración hepática y por ello, una vez obtenidas, y de acuerdo con el cuadro clínico y epidemiológico, y con su desarrollo reciente o no, el médico solicitará pruebas de tipo inmunológico, que detecta n antígenos virales (Ag) o los anticuerpos que el huésped fabrica para su defensa (Acs) y que sí son específicos en c a d a tipo de hepatitis. * Recordemos que frente a cualquier antígeno el sistema inmunológico puede responder con la producción de anticuerpos de tipo IgM que son transitorios y se detectan en la fase aguda de una infección, y anticuerpos de tipo IgG, que son de aparición más tardía y persisten circulantes por tiempo indefinido. Revisaremos ahora el tipo de Ags o Acs que pueden detectarse en las diferentes hepatitis virales, y su interpretación: 1.1. Hepatitis A: (HA) La HA es causada por un RNA virus. Sus antígenos estimulan la producción de Acs que se detectan por ELISA o RIA y que son de tipo IgM en la fase agud a de la enfermedad e IgG en la convalescencia (éstos persisten indefinidamente) (Figura 1), (3,4). Laboratorio Actual/Año 9/No. 23/Agosto 1991 Figura 'I. Infección ANTI-HA (IgG) por virus de la hepatitis A. Hepatitis B. Sus antígenos, sus anticuerpos y la interpretación adecuada de su presencia en suero del sujeto afectado. T a b l a 1. Anticuerpo (Ac) Antígeno (Ag) Indica 1. De superficie HBsAg - Infección a g u d a (6-8 sem) - Portador crónico (mayor 8 sem). 2. Core HBcAg - Sólo d e t e c t a b l e en infección temprana. - No buscarlo en suero. hígado durante la - Repiicación viral activa. Alta infecciosidad del suero. - Normal al inicio de la e n f e r m e d a d ( c u a n d o HBsAg está presente). - Indica cronicida d si persiste en suero luego de fase a g u d a . 3. e HBeAg Anticore = Anti-HBe tipo (IgM-lgG) no neutralizante - Infección reciente (4-6 sem). - Unico d e t e c t a b l e en el período de ventana. - Portador crónico (mayor 6 sem). 5. Anti-superficie Anti-HBs - Resolución de la infección. - Presagia recuperación. 6. Anti- e Anti-HBe Neutralizante - Buenas defensas. - Desarrollo de inmunidad. - En su ausencia d e b e pensarse en cronicidad. 4. 1.2. Hepatitis B: (HB) El virus de la HB es más complejo en su estructura, por lo cual tiene varias partículas antigénicas. La aparición de anticuerpos no es simultánea y no todos neutralizan al virus, por lo cual la presencia de c a d a uno de ellos se interpreta de manera diferente; es importante además anotar que 10% de pacientes evolucionan a la fase crónica de la enfermedad, la cual tie- ne también su perfil inmunológico específico (5). En la Figura 2 se observan los antígenos virales. En la Tabla 1 se explica la manera de interpretar la presencia de c a d a uno de los antígenos y sus correspondientes anticuerpos. En la infección temprana (incubación), sólo se detecta el antígeno de superficie (HBsAg). En la infec19 En resumen, cuand o se sospecha la presencia de HB, se deb e realizar un perfil completo que incluya: HBsAg, HBeAg, anti-HBs, anti-HBc, anti-HBe. 1.3. Hepatitis delta 1 = A n t í g e n o de s u p e r f i c i e ( H B s A g ) 2 = Antígeno Core (HBcAg) Antígeno e (HBeAg) 3 = 4 = Partícula Dañe 5 = D N A viral HB s A g c i r c u l a n t e Figura 2. Morfología del virus de la hepatitis B. Tabla 2. Preparación del hipoclorito de sodio (decol). 1. A partir de d e c o l c o m e r c i a l (5 a 7%). 2. Fórmula (6): i n d i c a la c a n t i d a d de d e c o l c o m e r c i a l q u e u s t e d d e b e utilizar p a r a p r e p a r a r los litros de solución d e s e a d o s . X = Ejemplo: ppm? litros a p r e p a r a r x p p m d e s e a d a s ( d e c o l ) x 10 ¿ C u á n t o d e c o l d e l 7% se d e b e utilizar p a r a p r e p a r a r 1 litro de d e c o l a 500 X = 1 litro x 500 7 x 10 = 500 70 = 7.1 /?./Tomar 7.1 cc de d e c o l al 7%. llevarlo a 1 litro y mezclar. Q u e d a r á 1 litro de d e c o l a 500 p p m . ción clínica aguda se detectan el HBsAg y Acs de tipo IgM anti-HBc. En la fase de recuperación de la enfermedad, aparece el anticuerpo neutralizante del Age y el anticore IgG, por tanto el sujeto mostrará: anti-HBe (+), anti-HBc (+) tipo IgG e IgM con anti-HBs (+). En el período de recuperación temprana y a veces en la infección subclínica, aparecen solamente los anticuerpos anti-core IgG e IgM y desaparece el antígeno de superficie (tiene niveles bajos no detectabas por la prueba de laboratorio). La importancia de este grupo radica en la posibilidad de transfundir una sangre negativa para el HBsAg pero que es infectante pues contiene este antígeno en muy 20 bajo nivel; si la detección del anticore no es posible, pero se piensa que el paciente está recuperándose de la infección, se debe repetir la serología dos semanas más tarde, con el fin de detectar el antiHBs (5). La infección crónica se caracteriza por la persistencia del HBsAg y del HBeAg. Se pueden detectar antiHBs y anti-HBc, pero el anti-HBe (neutralizante) estará ausente, y sólo en algunos casos aparece en bajos niveles, luego de años de infección. La serología positiva solamente para el anti-HBs, se encuentra en pacientes que han sido vacunados, que han recibido gammaglobulinas o mucho tiempo después de la infección (5). La hepatitis delta es producida por un virus incompleto (4), que necesita de la cubierta del virus B (HBsAg) para poder sobrevivir, de donde se deduce que no habrá Hd sin HB, lo que da la posibilidad de dos cuadros clínicos: el de co-infección y el de sobre-infección, según la hepatitis delta aparezca simultánea o posteriormente a la hepatitis B. En el caso de coinfección, aparec e primero el HBsAg, seguido por el antígeno delta, luego el anti-delta tipo IgM, que es de corta duración y al que sucede la aparición del anti-delta tipo IgG. En la sobreinfección aparecen primero los cambios serológicos de la HB y durante la agudización del cuadro se pueden detectar, en su orden el antígeno delta y el antidelta tipo IgM. En resumen, es la alta sospecha de Hd la que lleva al clínico a solicitar el Ag-delta, el anti-delta IgM e IgG, pues de lo contrario puede pasar desapercibida, frente a la positivid a d para los Ag y Ac de la HB, que siempre estarán presentes. 2. Mecanismos de protección al usuario (receptor) de sangre o sus derivados Existen tres mecanismos que utilizados racionalmente pueden evitar la transmisión de la hepatitis transfusional, a saber: 2.1. Entrevista al donante Se sabe que por medio de una encuesta realizada al donante es posible detectar si pertenece o no a un grupo de riesgo de padecer hepatitis y se le puede descartar en primera instancia. Es indispensable, entonces, averiguar datos acerca de la profesión, antecedentes de Laboratorio Actual/Año 9/No. 23/Agosto 1991 ictericia o "hepatitis", antecedentes de enfermedades venéreas o de promiscuidad sexual, drogadicción o utilización para venopunciones de elementos no estériles. 3. Mecanismos de protección al bacteriólogo para disminuir el riesgo de infección por exposición laboral La importancia de estas encuestas radica en la posibilidad de descartar personas que pudieran portar el virus en su sangre, pero que no fuese posible detectar a través de las pruebas usuales de laboratorio por estar en el período de ventana inmunológica explicado anteriormente. Incluye entre otros: 2.2. Pruebas de laboratorio Actualmente la ley protege al usuario de sangre o sus derivados mediante la exigencia a los Bancos de Sangre de la realización de la prueba que detecta al antígeno de superficie. El bacteriólogo está entonces en la obligación de revisar que todas las sangres que salen del laboratorio tengan el sello que certifica la realización de la prueba. En casos de extrema urgencia, donde peligra la vida del paciente y es necesario realizar la transfusión de sangre que no tiene pruebas de hepatitis, SIDA y serología, es el médico quien deb e autorizar la transfusión; en este caso se debe dejar constancia escrita y el bacteriólogo reservará sangre de la bolsa y del paciente para realizar las pruebas tan pronto sea posible. 2.3. Utilización de agujas desechables El manejo a d e c u a d o de las agujas es un factor importante en la prevención de la transmisión de la enfermedad. Las agujas deben ser en lo posible desechables, de buena calidad y una vez utilizadas deben introducirse en hipoclorito de sodio (decol) a 500 ppm por 30 minutos, o glutaraldehído (Cidex azul) por 15 minutos, con el fin de destruir los virus B, C, delta y HIV I. En la Tabla 2 se muestra la fórmula que puede emplearse para preparar el decol a la concentración deseada, teniendo en cuenta que el comercio expende el hipoclorito a concentraciones que oscilan entre 5 y 7%. Laboratorio Actual/Año 9/No. 23/Agosto 1991 3.1. Vacunación En la actualidad existen vacunas para la HB que ofrecen una segurid a d superior al 95% (4), fabricadas por técnica recombinante o a partir de antígeno australiano (HBsAg) obtenido de portadores crónicos, el cual es inactivado por medios físico-químicos. Aunque actualmente no existe ninguna ley que exija al patrón asumir el costo de la vacuna del empleado en riesgo, por lo cual muchos profesionales se rehúsan a su aplicación, si tenemos en cuenta las consecuencias que surgen por padecer la enfermedad, entre las que enumeramos la posible cronicidad, la cirrosis hepática, el hepatocarcinoma, la transmisión a la pareja durante la relación sexual, o en el peor de los casos, la transmisión vertical madre-hijo, entenderemos por qué se justifica su administración autofinanciada a pesar del costo aparente y mientras se obtiene algún beneficio laboral por el momento poco probable. 3.2. Desinfección terminal del lugar de trabajo Diariamente debe ser aseado el laboratorio con agua y jabón, realizando una desinfección terminal de pisos y paredes con hipoclorito de sodio a 250 ppm; nunca mezcle jabón con el hipoclorito, puesto que este último se inactiva. Si durante el período de trabajo se contamina el piso, las mesas, la pared con sangre o sus derivados, puede limpiar el área con hipoclorito a 500 ppm. Es decir, que sólo se requiere preparar decol a 500 y 250 ppm para cubrir las necesidades de cualquier laboratorio; este recurso es económico, seguro y a la concentración a d e c u a d a no deteriora la calidad de las superficies, 3.3. Manipulación cuidadosa de sangre y sus derivados — Utilice guantes para la toma de muestras y manipulación de las mismas. — Utilice agujas desechables, evit a n d o volver a cubrirlas con el protector plástico para evitar pinchazos. — Utilice pipetas manuales para evitar la exposición de mucosa oral a sueros de origen desconocido. — Manipule "todas" las muestras de sangre o sus derivados con tal cuidado c o m o si todas estuviesen contaminadas. Luego que un trabajador de salud se expone a c c i d e n t a l m e n t e a sangre o derivados potencialmente contaminados, debe ponerse en c o n t a c t o inmediato con un médico que oriente las acciones requeridas c o m o son: toma de serología a la sangre sospechosa y al trabajador expuesto (a este último en forma seriada), aplicación de globulina hiperinmune, aplicación de vacuna, etc. Bibliografía 1. DIESNSTAG J.. WANDS J„ KOFF R. A c u t e Hepatitis. In: Brawnwald E., Isselbacher K., Petersdorf R., et al, eds. Harrisons. Principies of Internóle Medicine 2. Me Graw-Hill Company. International. Edition. Heath Profession Series, 1987: 1325-1338. 2. FRIEDMAN C. Hepatitis víricas. En: Stein J., Cline M., Daly W., eds. Medicina Interna. Latinoamérica Salvat Editores S.A. 1984: 1356-1358. 3. HOOFNAGLE J. A c u t e viral hepatitis. En: Mandell G.. Douglas R., Bennett J., eds. Principies a n d practice of infectious diseases. Third Edition. Churchill Livingstone; 1990: 10011016. 4. 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