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ACCIONES DE CONAGUA FRENTE A LA SEQUÍA
Por. Dr. Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
Oficinas Centrales
El cambio climático es una realidad a la que debemos enfrentarnos día con día y como nunca antes, estar
atentos para desarrollar estrategias que permitan adaptarnos a esta nueva situación, cuyos efectos más
fuertes en términos de ocurrencia y magnitud se observan en los eventos meteorológicos e
hidrometereológicos1.
México es naturalmente vulnerable a estos fenómenos por su localización y composición geográfica; no
obstante, hoy atraviesa por una sequía fuera de lo común de acuerdo con los registros históricos, lo que
obliga a generar nuevas estrategias de política pública para adaptarnos a estos fenómenos naturales y
mitigar sus efectos de manera integral tanto en lo ambiental, lo social y lo económico2.
La sequía presenta distintos grados (anormalmente seco, moderada, severa, extrema y extraordinaria), lo
que significa que también tiene diferentes niveles de impacto, y en consecuencia, debe ser atacada según
su gravedad.
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El cambio climático es una serie de modificaciones en el clima, que se atribuyen, directa o indirectamente, a la
actividad humana que altera la composición de la atmósfera a lo largo del planeta y que se suma a la variabilidad
natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables (Presentación “Cambio Climático en México y
sus repercusiones. Dr. Óscar Ibáñez, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Abril 2012).
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La sequía es una condición normal recurrente que forma parte de los ciclos del clima y por tanto de la variabilidad
climatológica. Por lo que este fenómeno natural es inevitable, impredecible y sin trayectorias y epicentros definidos.
La sequía presenta diferentes tipos y grados y por lo tanto, diversos niveles de impacto en lo ambiental, económico
y social. Existen tres tipos de sequía: metereológica, que implica que es de corto plazo, tiene efectos en la ganadería
de pastoreo, agricultura de temporal y poblaciones pequeñas que se abastecen de pequeños arroyos, norias, etc.;
agrícola, que es secuela de la sequía meteorológica y se manifiesta con falta de humedad en el suelo, afectando los
cultivos que inician temprano en la temporada de siembra; e hidrológica, que se presenta cuando a pesar de que se
regularicen las lluvias, si tiene una situación donde la sequedad del suelo por un estiaje muy acentuado absorbe
buena parte del agua de lluvia sin dejarla correr y dificulte la recuperación suficiente de agua en las presas.
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En el invierno del 2010, el norte del país registró lluvias por debajo de lo normal y a finales del 2011 y
principios de 2012, la sequía se intensificó de forma tal que el 80 por ciento del territorio nacional estuvo
impactado por algún tipo de sequía, de la cual cerca del 40 por ciento fue extrema, con lluvias por debajo
del promedio registrado para primavera.
A pesar de que el gobierno atiende y monitorea este fenómeno desde el 2010, las acciones de mitigación
dieron inicio en 2011. En este contexto, el gobierno federal firmó el 25 de enero de 2012 el acuerdo por
el que se instruyen acciones a cada una de las instituciones de gobierno para mitigar los efectos de la
sequía que atraviesan diversas entidades.
La Comisión Nacional del Agua, como el organismo nacional encargado de vigilar y proteger el agua de
todo el país, ha dado seguimiento puntual a este fenómenos a través de instancias como el Sistema
Meteorológico Nacional, las Direcciones Locales, los Organismos de Cuenca, y todas las áreas que
conforman esta institución, a fin de generar acciones concretas que permitan enfrentarnos a la nueva
realidad climática. Esto significa que hoy por hoy, todos los trabajadores de Conagua participamos de una
u otra forma, en el combate contra los efectos de la sequía.
A través de distintas tareas, el trabajo de la Conagua en torno a la sequía busca disminuir los impactos de
este fenómeno en la parte ambiental y socioeconómico, para enfrentarla de la mejor manera y así salir
adelante, en medio de las nuevas condiciones climáticas a las que debemos hacer frente.
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Cabe destacar que el apoyo a los habitantes de las comunidades afectadas por este fenómeno ha sido una
tarea primordial para el gobierno federal y para la Conagua; así y en cumplimento de la instrucción del
Presidente Felipe Calderón en relación a que no haya ni un sólo mexicano sin agua para beber,
entregamos 92 pipas de líquido para consumo humano en 919 comunidades, lo que se traduce en 130
millones 243 mil 500 litros de agua para 284 mil 635 mexicanos. Además de lo anterior, habrá que
mencionar la construcción y rehabilitación de pozos, galerías y manantiales, como parte de las acciones
que se llevan a cabo para mitigar los efectos de la sequía.
En este contexto, el manejo del agua debe contemplar la protección, preservación y manejo sostenible
del agua subterránea, acuíferos costeros y fuentes superficiales; el empleo y desarrollo de tecnologías
para el reúso de aguas residuales y desalinización y políticas públicas integrales que garanticen la
sustentabilidad del recurso hídrico; y para ello, la Conagua creó la Coordinación de Seguimiento de las
Acciones para Mitigar los Efectos de la Sequía, cuyo objetivo es coordinarse y apoyarse con otras
instancias del Gobierno Federal.
A la fecha, se tienen contabilizados 22 estados con 607 municipios dictaminados con sequía y se estima
que se requieren más de 3 mil millones de pesos por parte de Conagua para atender sus efectos3. Estos
municipios son apoyados a través del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) y el Componente de
Atención a Desastres Naturales en el Sector Agropecuario y Pesquero (CADENA), dictaminados
respectivamente por la Secretaria de Gobernación (SEGOB) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Asimismo, la Conagua, a través de sus Direcciones Locales y Organismos de Cuenca, realiza diagnósticos y
seguimientos semanales, con el fin de ajustar las estrategias de atención a las necesidades de los estados
afectados y se lleva a cabo un monitoreo especial respecto a los almacenamientos disponibles en las
presas y cuerpos de agua, lo que permitirá administrar más eficientemente el agua.
El Sistema Meteorológico Nacional prevé lluvias para mayo y junio en el centro, centro occidente y
pacífico sur, lo que puede ayudar a mitigar los efectos de la sequía en los estados más vulnerables como
son Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, entre otros. El manejo integral del recurso hídrico
maximiza los beneficios que acompañan a la temporada de lluvias, pues nos permite recolectar el agua y
recargar las presas.
La Conagua atiende activamente esta contingencia, al igual que cuando hay una inundación, un huracán o
cualquier otro fenómeno natural que ponga en riesgo a la población. Como parte de estos esfuerzos,
contribuye a la colaboración estrecha y a la articulación de las acciones del gobierno federal, de los
gobiernos locales y de los municipales para hacer menos perniciosos los efectos de esta sequía.
Es importante reconocer la valiosa participación de nuestra institución en la lucha contra los efectos dela
sequía, para seguir trabajando fuertemente por la mejora de las condiciones de las comunidades
afectadas y así hacer frente a este y otros fenómenos similares.
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Los estados más afectados por la actual sequía son Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila,
Durango, Jalisco, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas
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