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O.J.D.: 30822 E.G.M.: 204000 Sábado 10.12.11 Tarifa: 11124 € EL NORTE DE CASTILLA Fecha: 10/12/2011 Sección: LIBROS Páginas: 3-5 LA AVENTURA DE EDITAR 3 De izquierda a derecha, Rodrigo González, Mario Pedrazuela, Arcadio Mardomingo y Carlos Rod, el equipo al completo de la editorial La Uña Rota. :: A. M. Editar e inventar los géneros Beckett, Bernhardt, Liddell, Perec... figuran en el catálogo de La Uña Rota. Quince años editando teatro y más S i se miden por el rasero del tango puede que quince años no sean nada. Si se sitúa ese periodo de tiempo en el ámbito editorial, y precisamos un poco más: en el ámbito editorial independiente, esa quincena puede ser un mundo. Quince años son los que ha cumplido una editorial de nombre raro, tan raro como las rarezas que publica. Y sigamos enredándonos con las palabras y su sentido o su dimensión: raro, rareza, son aquí conceptos positivos. Raro por inusual, por arriesgado, por nada complaciente, por rescatar de los márgenes que desechan las editoriales grandes, nombres que acaban brillando entre la maleza de títulos y títulos a menudo prescindibles (y no en el sentido de los capítulos ‘prescindibles’ de los que hablaba Cortázar en su más famosa novela). Hace quince años, el equipo de La Uña Rota no era ni siquiera un equipo. Era un grupo de amigos aficionados al fanzine a los que se les cruza un texto con el que dar un paso más. Nace el primer número de la primera colección de la ‘editorial’, aunque todavía el rótulo les quedara grande. Título de la colec- ANGÉLICA TANARRO ción: Libros inútiles. Título de la obra: ‘El saludo del francotirador partiendo la noche’. Género: poesía visual. Por si acaso alguien duda de por dónde iban los tiros (nunca mejor dicho), nada como transcribir la presentación que los editores hacían del texto y de su autor: «Bonaerense de la Chacarita, poeta, vagabundo, alcohólico, músico de jazz, sui- cida. Llega a España hace unos años, no logra acomodarse. Su obra es escasa pero implacable, irregular pero sincera. Siempre atormentado, Fito entiende la poesía como sufrimiento necesario, vital, aunque imprevisible, una convulsión que hay que intentar canalizar». Era octubre de 1996. Sacaron 600 ejemplares numerados y en abril del año siguiente llegaría una segunda tirada de 300. El segundo ‘librito’ (eran pequeños, se vendían a 100 pesetas) llegó un mes después del primero. Misma línea. Título: ‘Escritos Higiénicos (desde el psi- quiátrico)’. El subtítulo es literal, su autor, Jesús Moncada, residía en el Hospital Psiquiátrico de Quitapesares (Segovia). La editorial informaba de que el autor, además de colaborar en varios fanzines era artífice de una revista en forma de rollo de papel higiénico en ejemplar manuscrito y único. E informaban: «En la actualidad no prepara ninguna novela». Ni ellos pensaban en el futuro. Ni en sus más optimistas sueños se verían cumpliendo quince años con Samuel Beckett, George Perec, Thomas Bernhard o Angélica Liddell en el catálogo. «Simplemente no pensábamos en ello. Fuimos libro a libro. Cada uno te llevaba al siguiente. Era como un hilo. Vendíamos en los bares y se agotaban las tiradas. Con el dinero que ganábamos sacábamos el siguiente». Lo dice Carlos Rod, un licenciado en dramaturgia por la Resad y diplomado en Publicidad que ha encauzado sus pasos profesionales por el mundo de la edición y que suele ser el portavoz de un grupo del que forman parte el fotógrafo y diseñador gráfico Arcadio Mardomingo, responsable de las excelentes portadas y del diseño de títulos y colecciones; Rodrigo González, licenciado en Ciencias de la Información y experto en comunicación y desarrollos Venían del fanzine pero se les cruzaron los derechos de autor de un libro de Beckett y su rumbo cambió El teatro ocupa un lugar preferente en el catálogo de este sello que apuesta por los ‘libros de editor’ web y Mario Pedrazuela, profesor de Literatura en la Universidad Carlos III e investigador del CSIC. Casi sin proponérselo el teatro fue ocupando un lugar preferente en el trabajo de un sello editorial que añadió a la de Libros inútiles, otras dos colecciones: Libros robados y Libros del Apuntador. «Supongo que fuimos reflexionando. Queríamos hacer algo diferente. El teatro apenas se edita. El título de Libros robados tenía ese sentido: robados a quién, a su contexto original, a la escena, por ejemplo, o textos desperdigados de un mismo autor. Igual Libros del Apuntador: tiene el referente del teatro pero también tiene ese sentido de apuntar hacia algo que ha pa- > O.J.D.: 30822 E.G.M.: 204000 4 LATarifa: SOMBRA 11124 € DEL CIPRÉS LA AVENTURA DE EDITAR > sado desapercibido a otros». El salto llegó en 2001 cuando se hicieron con los derechos de ‘La vieja canción’ un texto radiofónico escrito por Robert Pinget y traducido al inglés por Samuel Beckett. Se decidieron por una edición trilingüe, el original de Pinget, la traducción de Beckett y la versión en español. «Eso nos obligó a buscar un traductor y tuvimos la suerte de encontrar a alguien como Miguel Martínez Lage, desgraciadamente fallecido el pasado mes de abril. Parece increíble que alguien como él (en 2008 fue premio Nacional de Traducción por ‘Vida de Samuel Johnson’, de James Boxwell) confiara en nosotros y nos apoyara en cuanto a sus honorarios. Pero en esto también hemos tenido suerte, pues también ha traducido con nosotros Miguel Sáinz. Lo que da idea también de lo que nos importa una buena traducción». ‘La vieja canción’ fue su «primer Leer teatro FERNANDO HERRERO L a escritura escénica tiene dos vidas. La primera, el texto en libro, la segunda la representación que puede multiplicarse en las sucesivas ocasiones. ‘La Celestina’ la hemos podido leer en su totalidad, pero nunca ha sido puesta en escena de forma absoluta. Rechazo la opinión de quienes dicen que solo la corporeidad del hecho teatral justifica un texto. Mis grandes placeres de lectura tienen el nombre de Shakespeare, Racine, Chéjov, Valle Inclán y tantos otros, incluso antes de ver sus obras en los teatros, con actores, escenografías y variadísimas direcciones de escena. Los textos teatrales tienen por sí solos validez y riqueza, independientemente de que sean representados. Por otra parte otros géneros literarios, novelas (las de Delibes por ejemplo), poesía, pueden adquirir también esa otra entidad artística de un lenguaje diferente. He leído siempre obras teatrales. La Editorial Aguilar, en su magníficos volúmenes me hizo conocer a Shakespeare, la obra escénica de Cervantes, Lope, Tirso, Calderón, Molière, Ibsen, Chéjov, Puschkin y tantos otros. Guardo un recuerdo impagable y conservo los volúmenes de Obras Eternas y Joya como un tesoro que todavía consulto de cuando en cuando. También Austral, ahora renovada, nos hizo conocer muchísimas obras de teatro, entre ellas la producción completa de Valle Inclán. En tiempos remotos, los libritos de La farsa, continuados por Alfil, publicaban las obras de la cartelera y en ocasiones algún texto famoso o desconocido. Así se podía seguir paso a paso toda la producción destinada a los escenarios españoles. Leíamos teatro y veíamos teatro. En ocasiones comparábamos el texto con lo que se nos ofrecía en la representación y cuando se trataba de clásicos estudiábamos ambos desde los irremisibles cortes de la segunda. Cuando ‘Cuadernos para el Diálogo’ publicaba su colección de teatro dirigida por Álvaro del Amo y Miguel Bilbatua lamentábamos que muchos de los textos de su colección no llegaran a la escena. El material de esta serie con libros, magníficamente traducidos, no ha sido superado. Estaban asimismo las EdicionesTeatrales de Losada que nos pusieron en contacto con el teatro de los Sastre, Camus, libro con lomo» e inauguró también su relación con un autor talismán para la editorial, Samuel Beckett, del que han publicado una obra de teatro inacabada, ‘Deseos del hombre’, junto a los textos misceláneos de ‘Carta alemana’ o ‘A vueltas quietas’, el último relato del autor, escrito en 1988. «Son libros de editor, que no existen como tales en otras editoriales. Nos gusta jugar en esos terrenos fronterizos y a eso nos referimos cuando hablamos de inventar el género». El segundo punto álgido llega en 2009 cuando el teatro de La Abadía de Madrid se suma a su proyecto de editar ‘Play Strindberg’, un texto teatral de Friedrich Dürenmatt que estaba inédito en castellano y para cuya traducción también contaron con Miguel Sáinz. Es el año también de otro hito en la editorial: la publicación en un solo volumen, ‘Cenizas escogidas’ , de todos Synge, Genet, Strindberg (me enamore de ‘El Camino de Damasco’ que nunca he podido ver representaba), Behan y tantos otros, incluidos algunos textos de autores españoles como Alberti que estaban prohibidos. Los aficionados de aquel tiempo tenemos una inmensa deuda de gratitud con la magnifica Editorial argentina que tantos huecos llenó entonces. La Revista ‘Primer Acto’ en su primer número publicó el texto de ‘Esperando a Godot’. Se iniciaba con este acto de ruptura un ciclo riquísimo, cada número una obra, incluidas algunas de autores españoles. Otra vía de acceso al apasionante mundo del teatro. Después ‘Yorick’ de corta vida, ‘Pipirijaina’ y ‘El público’ siguieron esa vía que nos permitió acceder a la lectura de obras fundamentales, y otras no tanto, de ese mundo plural y riquísimo que es la escena de todos los tiempos. También en Madrid el Centro Dramático Nacional y el Teatro Español publican hoy algunas de las obras que representan. La joya de la corona es por ahora la estupenda Trilogía de Tom Stoppard ‘La costa de la utopía’ que fue puesta en escena en ruso en el Teatro Valle Inclán en unas memorables representaciones. La traducción española es muy buena, aconsejar su lectura es esencial. El gran problema actual de la Edición de Obras de Teatro es su limitación. En Francia, por ejemplo, es raro el autor contemporáneo que no esta presente en alguna de las muchas colecciones existentes. En nuestro país es difícil encontrar textos de actualidad o de alguna época reciente. La Fecha: 10/12/2011 Sección: LIBROS Sábado 10.12.11 Páginas:EL NORTE 3-5 DE CASTILLA los textos teatrales de uno de los autores más rompedores e interesantes del panorama actual: Rodrigo García, premio Europa de Teatro en la modalidad de Nueva Realidad Teatral en 2009. 500 páginas que resumen 20 años de trayectoria. No era su primer contacto con el impulsor de Carnicería Teatro, ya en el 2001 había aparecido su obra ‘Borges’ en la colección Libros inútiles. «‘Cenizas escogidas’ fue un reto, uno de esos libros Rechazo la opinión de quienes dicen que solo la corporeidad del hecho teatral justifica un texto FundaciónAutor de la S.G.A.E. publica obras de textos españoles, en su mayoría representados, Alba pone al día a Tennesee Williams, Mogol, Chéjov, la vasca Hiru, aunque de momento ha dejado la colección, nos trajo obras de Thomas Bernhard, Pinter o Bernard Marie Koltes, Alameda nos hizo conocer a Odon Von Horvath, un gran autor casi inédito en España, la segoviana La Uña Rota publicó piezas inéditas de Bertolt Brecht y los textos de Rodrigo García entre otros. Por su que nos obligó a comprometernos en uno de esos momentos de altibajos. Y es un libro que se mantiene vivo y que está yendo mejor de lo que hubiéramos imaginado». Una vez más el teatro abría una nueva fase en la editorial. Por lo que se refiere a la vida de sus libros, es una lotería, máxime en títulos como estos que necesitan además de un librero cómplice que los cuide y los recomiende. «Ocurre que hay li- parte Castalia, con subvención del Ayuntamiento de Valladolid, presentó el teatro completo de Alonso de Santos. Insuficiente de todas formas, aunque los tomos de Cátedra Biblioteca Aurea hayan editado el teatro completo de Brecht, Valle, Miguel Mihura y Buero Vallejo con buenos estudios complementarios y algunos textos clásicos imprescindibles. Leer teatro es leer la vida, de antaño y de hogaño. Teatro testigo de su tiempo, puerta abierta a otras realidades en esos textos que nos incitan a descubrir los misterios del hombre y la sociedad. Después, si llega a representarse toma una vida, muchas vidas diferentes. Esta es su gloria máxima y la razón de su permanencia a través de los tiempos. O.J.D.: 30822 E.G.M.: 204000 11124 € Sábado Tarifa: 10.12.11 Fecha: 10/12/2011 Sección: LIBROS Páginas: 3-5 EL NORTE DE CASTILLA bros que despiertan un entusiasmo de entrada y que luego no funcionan tan bien como se preveía. Por ejemplo, nos ha ocurrido con ‘Obra inacabada’ de Bertolt Brecht (el libro que completaba los textos del autor alemán que no habían sido incluidos en las ediciones en español de su teatro) que no ha cumplido las expectativas de los libreros. Pero supongo que hay que darle tiempo. Puede pasar como con ‘Play Strindberg’ que no arrancó muy bien y ahora está teniendo una segunda vida gracias al entusiasmo de algunos libreros». Fuera de lógica Van despacio. «Es bueno operar fuera de la lógica del mercado», afirman. Y debe de ser verdad si medimos su resistencia y el hecho de que estos quince años no les hayan hecho renunciar a lo que siempre han buscado: textos iconoclastas, autores con un punto de malditismo, textos duros, en los márgenes de lo comercial... Uno de sus últimos libros encaja perfectamente con sus premisas. Se trata de ‘La casa de la fuerza’ de Angélica Liddell, para muchos la autora más intensa e interesante de la escena actual. Como intenso y revolucionario es este texto que se representó en el Festival de Aviñón de 2010 y que ‘Le monde’ saludó como ‘cinco horas trabajadas hasta la exasperación por unas ganas furiosas de sa- Textos iconoclastas, autores con un cierto aire de malditismo, textos duros forman su catálogo El año próximo publicarán la biografía de Samuel Beckett escrita por Anthony Cronin Lectura de vanguardia L os primeros libros que conocí de La Uña Rota fueron Borges de Rodrigo García y Deseos del hombre / Carta alemana de Samuel Beckett, dos libritos pequeños, casi fascículos, que no sabía dónde colocar. Yo trabajaba en una pequeña librería con vocación independiente y latinoamericana, así que me sentí bastante cercano al espíritu multidisciplinar (dicho sin pedantería: alérgico a las imitaciones del género literario) de aquella pequeña editorial de tamaño mini que no sabía dónde colocar, ya digo, para que los libros se vieran entre tanto lomo gordo y abusivo. Además, La Uña Rota se atrevía con dos obritas de teatro «para ser leídas», una de un argentino por entonces desconocido, y otra de un irlandés más citado que leído. Pensé: qué kamikazes. No eran tiempos en los que proliferaran las propuestas independientes en el mundo editorial. Era el año dos mil y poco y debo decir una cosa más, para contextualizar y ser justo: el comercial que me enseñó los libros, Guillermo (qué suerte que ellos hayan cambiado de distribuidora pero, magias de la inseguridad laboral, no de comercial), era un fanático del proyecti- to, se sabía el catálogo de memoria y contraatacaba a mi pesimismo de librero: «Mira, mira, Carlos, no es cualquier Beckett. Lo traduce Martínez-Lage.» Así que leí los dos libritos y me fascinaron. Años después conocí a Carlos Rod en la cola para una entrevista de trabajo en otra librería. Allí me contó que La Uña Rota eran cuatro: Mario Pedrazuela, Rodrigo González, Arcadio Mardomingo (el diseñador de la colección) y él. Como nos contrataron a los dos, y nos hicimos amigos, pudo explicarme un poco mejor el secreto de esta editorialita superviviente de sus propios riesgos: el primero, CARLOS PARDO Poeta, editor, librero y crítico literario. Ha publicado una novela, ‘Vida de Pablo’ publicaban teatro, pero teatro, como ya he dicho, «para leer». Desde Pilar Campos Gallego, Rodrigo García y Angélica Liddell (lo mejor del teatro actual) hasta Beckett, Robert Pinget o la Obra inacabada de Bertolt Brecht, todo el teatro que ha publicado La Uña Rota puede disfrutarse en casa, entre las manos. Esto es: son textos, monólogos, diálogos ácidos, sátiras, cargas de profundidad que uno disfruta como la mejor literatura leída. El siguiente ingrediente de calidad que he podido confirmar según se hacían mayores (incluso en formato) es que han hecho partícipes de su proyecto a los mejores colaboradores: Isaac Rosa y Tomás Pollán, por ejemplo, pero quizá, sobre todo, un equipo de traductores que dan la medida de la excelencia del proyecto. Miguel Sáenz, Miguel MartínezLage, Marta Pino, Pablo 5 ber por qué todo va tan mal». Ahora trabajan en empujar su último libro editado, ‘En la pausa’, una excéntrica novela de iniciación del argentino Diego Meret en la que tienen mucha confianza depositada. Y por cerrar su ambicioso próximo título que de nuevo les lleva a Beckett. «Vamos a publicar una de las dos biografías más importantes que se han hecho sobre Beckett y que estaba inédita en español, la del irlandés Anthony Cronin, ti- tulada ‘El último modernista’. Son 700 páginas y un texto importante y a la vez que no santifica al autor, que incluso se muestra crítico con algunas de su obras y que no entendemos como la editorial que publica en España a Beckett no ha estado interesado en ella porque nos parece fundamental. Eso sí estamos un poco asustados por la magnitud de la obra». Pero a juzgar por su trayectoria, la editorial puede tener cuerda para rato. Moíño y Juan de Sola. Decir sus nombres equivale a decir, entre otros, Bernhard, Beckett, Perec, Manzoni, Walser. Estos traductores colocan a La Uña Rota en un lugar no menos ambicioso que el de editoriales como Anagrama, Alianza o Siruela, donde ellos (y «sus» autores) han publicado, si bien la voluntad de la editorial segoviana siempre ha sido la de mantenerse en los márgenes (en los márgenes de la novela, el teatro, el poema) y hacer un catálogo propio, sin prisa, donde cada libro publicado sea necesario como piedra de toque literaria. Su empeño en estos quince años sigue siendo el de convencer a los lectores de que la literatura se hace en esos intersticios y que su proyecto, que no se parece a ningún otro, independiente o no, agranda el mundo de la edición española. Esto lo han conseguido en algunos éxitos ‘comerciales’, como ‘Cenizas escogidas’, el teatro completo de Rodrigo García; ‘La casa de la fuerza’, de Angélica Liddell; y la ‘Así en la tierra como en el infierno / Los Locos. Los reclusos / Ave Virgilio’, la poesía de Thomas Bernhard. Tres libros que son una muestra de la capacidad de riesgo de los directores de La Uña Rota y de la favorable respuesta de unos lectores que no se dejan llevar por las estadísticas comerciales. El futuro de La Uña Rota lo aseguran los libros que anuncia para el próximo año: un Boswell, la biografía de Beckett, de Cronin (la más literaria de sus biografías), y una pequeña obra maestra de Robert Walser que permanecía inédita en castellano, Diario de 1926. Pero mientras escribo esto me doy cuenta de lo que La Uña Rota ya ha hecho por mí como lector: me ha ayudado a vencer algunas de las limitaciones más profundas de mis manías como lector y lo hizo con cierta tradición del “subsuelo” que había permanecido en el mejor teatro del siglo XX. Mucho antes del auge de las editoriales independientes (hoy no están tan solos, por suerte) La Uña Rota me enseñó a leer estos textos ‘perdidos’ de otra manera. Por eso, me gustaría terminar mi nota de lector entusiasta con dos recomendaciones de su catálogo, una antigua y otra reciente: ‘Play Strindberg’ de Fridriech Dürrenmat, breve pieza de teatro donde encontré la esencia de las obras más intensas de Dostoievski o Bergman, descenso al infierno humorístico de la pareja. Y ‘En la pausa’, exacto texto entre la ficción y la brújula personal, comedido y seductor, en el que el joven novelista argentino Diego Meret recontruye su formación como lector, es decir, sus momentos de pérdida de sentido de la realidad: vivir para leer y leer para vivir, piensa el narrador en una de las pausas de un trabajo que lo embrutece. Libros que se inventan su género propio, como La Uña Rota.