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Dr. Oscar Fiorio El trastorno de pánico Manual para el paciente Fiorio, Arnoldo Oscar El trastorno de pánico : manual para el paciente . - 1a ed. - Ushuaia : Utopías, 2012. 154 p. ; 19x14 cm. ISBN 978-987-1887-02-6 1. Psiquiatría. 2. Salud Mental. I. Título CDD 150.195 EL TRASTORNO DE PÁNICO - Manual para el paciente de Dr. Oscar Fiorio © Dr. Oscar Fiorio 1ra Edición - 150 ejemplares Diseño, diagramación y Edición: EDITORIAL UTOPIAS de Jorge Navone Te/Fax: 54 2901 424552 Ushuaia - Tierra del Fuego www.editorialutopias.com.ar Diseño de tapa: Jorge Navone Todos los derechos reservados I.S.B.N: 978-987-1887-02-6 Impreso en Argentina - Julio de 2012 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas por las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. A mi esposa e hijos El trastorno de pánico INTRODUCCIÓN Hoy se encuentran por centenas los libros dedicados a la autoayuda, en especial los que tienen como tema central la angustia en sus diferentes formas. De a poco nuestro lenguaje cotidiano se ha llenado de expresiones desconocidas: Trastorno de pánico; estrés post-traumático; fobia social; trastorno obsesivo, etc. Parece que en nuestra época se han descubierto o han aparecido enfermedades que antes no existían. ¿Pero es esto así? ¿Son nuevos trastornos que han venido a asolarnos, como el HIV? ¿Es consecuencia de nuestro estilo de vida post-moderno? ¿Tendrá algo que ver con la llamada crisis de valores; con la nueva organización de la familia; con los ideales actuales de la juventud? 7 Dr. Oscar Fiorio Por otro lado, estas enfermedades nuevas: ¿Son graves? ¿Son curables? ¿Se pueden evitar? ¿Puedo hacer algo por mí mismo si me veo afectado por ellas? En la siguiente exposición se tomarán estos puntos para abrir al público interesado las puertas a un tema que está latente detrás de todos estos nombres y que es el de la angustia como tal. La angustia en tanto punto de un dolor tan intolerable que estas enfermedades, paradójicamente, tratan de contener, de arrinconar, de evitar o de amurallar. Pero esto ya es tomar partido sobre el origen de estas afecciones. El siguiente trabajo, que presume un lector interesado (en tanto ya tiene alguna inquietud), recorrerá no solo las formas en que hoy se entiende y se trata este trastorno sino que intentará dejar esbozados principalmente algunos de los supuestos, alcances y limitaciones de las terapias vigentes teniendo en cuenta que, para el autor, aún no existe “la terapia ideal” que permitiera vivir sin temor (cosa que por lo demás no sería muy buena idea). Hablar de los tan diversos modos en que se manifiesta la angustia requeriría de una extensión que cansaría. Por eso, a modo de ejemplo, se tomará una de las formas más primaria de ella, el Trastorno de Pánico y se hará una breve referencia a las otras manifestaciones de la ansiedad. Esta obra no pretende sustituir la necesaria relación entre el médico y el paciente, que es en definitiva la mejor base para acla8 El trastorno de pánico rar posibles dudas y temores. Pero configura un primer paso para brindar información que en la práctica cotidiana se decanta como efectiva. Propongo algunas ideas y ejes temáticos que espero que puedan servir de complemento y orientación tanto para el paciente como para sus allegados, basado en lo que he aprendido en mi práctica profesional durante los últimos años dedicados al tratamiento de personas con ataques de pánico. Me he permitido incluir algunos consejos y técnicas que pueden ser útiles, no para sustituir un tratamiento especializado sino para que se lo pueda complementar. 9 El trastorno de pánico Pánico, un temor divino La palabra Pánico o, mejor dicho “terror pánico”, es de raíz griega y se refiere, en su mitología, al dios Pan de quien se dice que tenía por costumbre asustar a los desprevenidos pastores apareciéndose bruscamente en sus caminos. Habitaba en los bosques y en las espesuras, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que penetraban en sus terrenos. Sus hábitos eran diurnos, aparecía entre el amanecer y el atardecer (Demonio del Mediodía). También, como deidad, Pan representaba a toda la naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la generación del miedo enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio, significaba el temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de rayos. Podemos ver como el mito de Pan, el que asusta, describe ya algunas características del llamado ataque de pánico: También en 11 Dr. Oscar Fiorio la crisis hay una sensación de terror brusca sin, al parecer, motivo alguno, que acontece sobre todo durante el día (aunque las hay nocturnas). Y las personas, como los viajeros de antaño, tienden luego a esquivar lugares o situaciones que se creen más o menos relacionadas con la aparición de los sobresaltos (grandes espacios; lugares donde se está solo sin ayuda; zonas desconocidas). 12 El trastorno de pánico Historia del Trastorno Como decíamos en la introducción, el trastorno de pánico parece ser una enfermedad nueva. ¿Es así? Por paradójico que pueda parecer, la respuesta a ese interrogante es un no rotundo. El trastorno está presente desde nuestros inicios como hombres. Solo el nombre actual es nuevo. Nombre que recubre ahora otra forma de agrupar signos y síntomas que se presentan de determinado modo, pero que juntos o aislados, están presentes aún en las descripciones médicas más antiguas. Simplemente antes los síntomas se atribuían a otras enfermedades o afecciones del espíritu, dependiendo de las épocas o culturas. Por ejemplo, aún hoy, los hombres quechuas dicen que el ánimo de las personas está localizado en el cráneo y puede huir por la nariz a causa del “mancharisca” (susto). En los Valles Calchaquíes la enfermedad del susto describe también las crisis de angustia de los niños pequeños. En esa 13 Dr. Oscar Fiorio creencia popular el “susto” es la pérdida del alma por una impresión, por un acontecimiento más o menos fuerte dado por un movimiento que sorprende, un ruido imprevisto, una visión repentina. Dicen los lugareños: “Cuando el niño se asusta el alma se le va del cuerpo. El susto puede ser causado por la caída de un caballo, haber visto una serpiente, un deslave, el viento, el rayo. Eso le produce debilidad, decaimiento, sudores, sueños sobresaltados, pega brincos y llora al dormir. El chico tiene diarreas, desarreglo de vientre y se hace asustadizo. A veces se pone delgado, no come.” La enfermedad también se describe en los adultos. Juan M. que había sufrido el mal, lo describe así: “Me había agarrado el desánimo y estaba como desvanecido, sin fuerzas. Sentía el cuerpo vacío, parece que le han robado el espíritu a uno, está que no vale nada. Se sufre mucho, se está fundido, reventado y no se mejora hasta que no le hace un buen trabajo la curandera” En los niños las crisis de angustia tienden a ser descriptas como la “caída de la paletilla”. “Cuando tiene caída la paletilla al nene se le hunde el esternón un poquito, se le cae el estómago y los pies se le desigualan. Por eso los chicos tienen un poco de diarrea, vómito y lloran mucho por cualquier cosa. La paletilla puede venir de un susto, pero no se les va el alma como a los asustados” Otro ejemplo de la forma en que se describía este trastorno lo tenemos en la historia del naturalista Charles Darwin quien en su época sufría de una extraña enfermedad. En el año 1831, días antes de que zarpara a bordo del Beagle con el que recorrería también las costas de nuestra Patagonia, 14 El trastorno de pánico ya padecía de frecuentes episodios de palpitaciones y dolores en el pecho. En sus anotaciones, Darwin comentó: “No consulté a ningún doctor, porque no quería arriesgarme a que me bajaran del viaje”. En alta mar las cosas se pusieron peor. Sufrió crisis recurrentes de nauseas y vómitos que lo mantuvieron incapacitado durante días. La enfermedad continúo luego de su regreso a Inglaterra en 1836 con síntomas crónicos y recurrentes de dolor abdominal, debilidad, palpitaciones y dolores de cabeza que lo confinaban por el lapso de algunos días a un sofá. Durante años, los médicos le diagnosticaron problemas nerviosos, enfermedad de Chagas, envenenamiento con arsénico, agotamiento intelectual y otras enfermedades, pero nunca dieron con la palabra correcta. Una de las hipótesis actuales sobre tan extraña enfermedad es la de que muy probablemente su padecer hubiera sido simplemente “Trastorno de Pánico con Agorafobia”. Tal vez, de ser así, no hubiera sido tratado con baños de agua helada (sin ningún resultado) como lo sugería uno de los más de veinte médicos que había consultado. Avanzando en la historia, una descripción de las crisis de angustia muy similar a la actual es la que hace Freud en un trabajo de 1894 llamado “La neurastenia y la neurosis de angustia”. Incluso separa, como ahora, la agorafobia propiamente dicha de las crisis de angustia pura. Posteriormente aparecen nuevas re-categorizaciones del trastorno. En el “síndrome del corazón del soldado” descrito por Da Costa en 1871 en Veteranos de la Guerra de Secesión Norteame15 Dr. Oscar Fiorio ricana, se describen síntomas que solapan el estrés post traumático con los síntomas de pánico. Este también se llamaba, de acuerdo a las manifestaciones que predominaban, astenia neurocirculatoria; síndrome de esfuerzo; corazón de soldado; corazón irritable; estado circulatorio hipodinámico adrenérgico; neurosis de guerra; astenia vasoregulatoria; neurosis cardiaca; choque de la explosión (“Shell shock”); fatiga de combate o fatiga operacional. Da Costa en los soldados observó que presentaban, durante el combate o tras éste, una serie de síntomas, principalmente cardíacos (opresión precordial, palpitaciones, sensación de ahogo), de naturaleza no orgánica. Otro término de reciente aparición (y que aún hoy en día suelen utilizar los clínicos) es el de “Distonía Neurovegetativa”. En realidad es una forma de describir síntomas a los que no se los pueden encasillar en ningún otro diagnóstico clínico, pero que aparecen como una respuesta del sistema nervioso vegetativo, del que se supone, reaccionaría en forma inadecuada ante alteraciones del equilibrio (o tono) por causas internas o por causas psíquicas. Habitualmente eran diagnosticadas así las personas que presentaban dolores generalizados inespecíficos, insomnio, mareos, vértigo, frialdad de las extremidades, frío corporal parcial o total, irritabilidad, agotamiento, trastornos circulatorios periféricos, digestivos, urinarios, sexuales, miedo, intranquilidad, palpitaciones, espasmo bronquial, hipersensibilidad a cambios climáticos, dificultad de concentración, etc. Síntomas que son atribuibles hoy a las manifestaciones somáticas de las crisis de pánico. 16 El trastorno de pánico Lo importante a rescatar en todo esto es, como decíamos, que el trastorno de pánico ha existido desde los albores de la humanidad, bajo otros nombres. Lo nuevo es la significación que ahora se le da a estos síntomas. No es lo mismo tratar la paletilla o el susto estirando las piernas o buscando el espíritu perdido que usar técnicas como las que hoy tenemos a nuestra disposición. Tampoco es igual diagnosticar distonía neurovegetativa e indicar no hacerse problemas y tomarse unas vacaciones (tratamientos ineficaces para tratar el pánico) que hacer un tratamiento específico con resultados comprobados estadísticamente. Este reordenamiento sintomático, bajo el nombre de “Trastorno de Pánico”, no solo permite “descubrir” la inmensa cantidad de personas aquejadas a escala mundial, ya que se unifican las estadísticas, También permiten evaluar las pruebas diagnósticas, los ensayos clínicos y la eficacia de los tratamientos basándose en un lenguaje común, compartido por todos los especialistas. 17 El trastorno de pánico CAPITULO I SECCIÓN DESCRIPTIVA Definiciones preliminares Diferencias entre miedo, angustia y ansiedad. El miedo es una reacción orgánica normal que nos avisa que algo está amenazando nuestra estabilidad biológica, psicológica o social. Nos prepara para una acción específica; combatir, quedarse quieto o huir del peligro si es posible. Es una reacción emocional y conductual determinada que está provocada por la percepción de un peligro real y cuya finalidad es básicamente adaptativa. Un alerta que tiende a poner en marcha los mecanismos preformados de respuesta al peligro. La angustia en cambio es una aflicción, congoja o malestar físico o moral. Un estado afectivo caracterizado por un sentimiento de temor indefinido. A diferencia del miedo, no hay una plena percepción de lo que es peligroso. 19 Dr. Oscar Fiorio En esta condición predominan los síntomas físicos y anímicos por sobre lo temido. El peligro como tal no es bien reconocido. A veces tiende a situarse como una amenaza vaga, una posibilidad de sufrir alguna enfermedad o percance o también como inquietud por algún acontecimiento o catástrofe inminente. En la espera angustiosa la percepción del tiempo tiende a dilatarse, los minutos parecen horas. En cambio la ansiedad es la sensación que deviene de la preparación mental para un peligro. Es un estado que se caracteriza por un aumento de las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo de incrementar el nivel de algún elemento que en esos momentos se encuentra por debajo del umbral adecuado. Acá la percepción es que el tiempo pasa muy rápido o no alcanza. La ansiedad es adaptativa, un signo de salud siempre que sea una reacción que lleve a la consecución del objetivo, que ayude a resolver peligros o problemas puntuales. Se podría decir que en condiciones normales es una especie de alerta amarilla, para ir prepararando al organismo ante la posible existencia de una amenaza. Ya cuando la amenaza pasa a ser real se libera mucha adrenalina, el afecto es el miedo y el cuerpo está en alerta roja. En ocasiones tanto la ansiedad como la angustia dejan de ser adaptativas y pueden producir estados de intensa perturbación psíquica. 20 El trastorno de pánico En este libro vamos a tomar como equivalentes a la angustia y a la ansiedad, salvo que se haga referencia en contrario, englobándose el aspecto desadaptativo de ambas emociones bajo el nombre de “Trastornos de Ansiedad” Diferencia entre crisis y trastorno de pánico. Una crisis de pánico (o ataque de pánico) está caracterizada por la aparición repentina de síntomas en el cuerpo: falta de aire, palpitaciones, opresión o malestar en el pecho, sensación de no poder tragar, de estar asfixiándose; acompañados de miedo extremo a morir, «volverse loco» o a perder el control de sí mismo. Retengamos por el momento que “Crisis de Pánico” no es sinónimo de “Trastorno de Pánico”. Las crisis suelen duran unos pocos minutos, llegan a un pico máximo (típicamente, en tres a cinco minutos) y luego disminuyen hasta desaparecer. Conocer esto ya puede ser de mucho alivio. Uno puede hacerse una representación mental de la crisis como una flecha que se ha disparado hacia el cielo. No importa cuán fuerte la haya lanzado, llegará un punto en que se irá frenando para luego comenzar a caer. 21 Dr. Oscar Fiorio Si está teniendo una crisis imagine la flecha y recuerde que nadie ha quedado ‘’colgado en las nubes’’ del pánico. Esto le permitirá controlar la sensación de “eternidad” del mal momento recordándole que no tardará en comenzar a descender. Resumiendo, la característica principal de las crisis es la corta duración, el predominio de síntomas clínicos, el inicio brusco y el temor que produce en la persona. Luego de la crisis puede presentarse un estado de abatimiento y desesperanza, o la sensación de estar cansado y agotado, que puede durar el resto del día. El Trastorno de Pánico se produce por la reiteración de las crisis. Es en realidad el temor a la aparición de nuevas crisis. Se le suele llamar miedo al miedo y tiende a ser muy incapacitante por el estado de constante sobresalto con el que se vive. Una paciente solía describir el presentimiento de algo catastrófico con la siguiente frase: -“Me muero si me muero” Vamos a quedarnos entonces con el concepto de que es el surgimiento del “miedo al miedo” lo que hace la diferencia fundamental entre la crisis de pánico y el “Trastorno por pánico” 22 El trastorno de pánico Los trastornos de ansiedad Son llamados así porque lo que predomina es, ya sea la angustia de por sí o bien, mecanismos de defensa ante la misma. Están dentro de este grupo: •El trastorno de pánico •La agorafobia. •Las fobias específicas y la fobia social. •El trastorno obsesivo-compulsivo. •El trastorno por estrés postraumático. •Los trastornos de ansiedad generalizada. Las fobias Fobia es un temor que la persona reconoce como excesivo o irracional. Suele estar desencadenado por la presencia o por la anticipación a situaciones temidas (volar, visión de sangre, precipicios, puentes, alturas, animales, inyecciones, insectos, etc.) Lo característico es que mientras se evita la exposición al estímulo fóbico todo está bien, no hay ansiedad. Pero si se produce un encuentro con el mismo se provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de angustia, que puede tomar la forma de una crisis de pánico. 23 Dr. Oscar Fiorio La fobia es, en síntesis, una respuesta de ansiedad desadaptativa ante situaciones o cosas que normalmente no dan temor, acompañada de comportamientos de evitación. La agorafobia Está muy relacionada con el trastorno de pánico. Ya nos detendremos en ella. La fobia social Es una variante fóbica en la que la ansiedad es provocada por tener que participar, actuar o desempeñarse ante el público. Los comportamientos de evitación de situaciones de interacción social a los que llevan hacen que las personas se autolimiten muchísimo. Hay quienes al no poder participar activamente describen su situación como “ver pasar la vida por una ventana”. Suele ser muy discapacitante si no se la revierte. Mencionaremos resumidamente otras formas en que pueden manifestarse los trastornos desadaptativos de ansiedad: El trastorno obsesivo-compulsivo Se caracteriza por pensamientos recurrentes e indeseables que causan ansiedad y malestar significativos. También pueden apa24 El trastorno de pánico recer actos repetitivos (compulsiones) como el lavado de manos, verificación de puertas y ventanas, conductas centradas en el orden o en la limpieza, etc. El trastorno por estrés postraumático Puede aparecer en personas que estuvieron expuestas a acontecimientos que han puesto en riesgo su vida o han visto amenazada la de personas significativas. La característica básica es la de “volver a vivir” esos momentos altamente traumáticos una y otra vez (memoria traumática) junto a conductas de evitación asociadas a lugares, hechos o circunstancias relacionados con el trauma. La ansiedad generalizada Caracterizada por la presencia de preocupaciones de carácter excesivo, en un estado de permanente ansiedad. A diferencia de las crisis de ansiedad este estado está presente durante casi todo el día, casi todos los días. Ansiedad de causa orgánica Es interesante saber que no todos los trastornos de ansiedad son de causa psicogénica. La ansiedad puede depender de determinadas condiciones médicas que son importantes conocer para 25 Dr. Oscar Fiorio descartar durante el proceso diagnóstico. Como ser: Las crisis hipertiroideas; el feocromocitoma; el prolapso de la válvula mitral. Igualmente, la ansiedad puede ser producida por los efectos directos de una droga, un fármaco o un tóxico (un ejemplo típico es la ansiedad producida luego de la ingestión de sustancias con cafeína, como el café, las bebidas colas, el té, mate, asociaciones de aspirina y cafeína). Estas condiciones son generalmente evaluadas por el médico clínico antes de derivar al especialista en salud mental. Veremos a continuación algunos conceptos importantes relacionados con el pánico. 26 El trastorno de pánico Las crisis de pánico Imagine: “Va caminando por la calle y repentinamente, si ningún aviso, siente una opresión en el pecho, falta de aire, hormigueos en las manos. Nota que está por caerse en cualquier momento y tiene una inquietud creciente por todo esto que está pasando tan rápidamente en Ud. Los objetos que mira se ponen borrosos, los oídos zumban. Ya comienza a pensar que en ese momento su vida está en grave peligro. Se le ocurre que puede estar sufriendo un infarto. Recuerda un amigo que falleció de un derrame y duda si seguirá el mismo camino que él. Lo más probable es que en esos momentos Ud. esté buscando el centro asistencial más cercano o mirando por alguna persona que pueda ayudarle. Ni se le ocurriría imaginar que podría estar teniendo una crisis de angustia” . Sin embargo lo que he descripto es una crisis típica a predominio de síntomas cardíacos y respiratorios. Una persona está conversando plácidamente en un restaurante, disfrutando de una velada agradable en compañía de sus amigos. Al querer tomar el cubierto nota que su mano tiembla. Un sudor frío aparece en su cuerpo. Automáticamente se le ocurre que la comida le 27 Dr. Oscar Fiorio ha caído mal. Ya el estómago le da vueltas, le falta el aire, siente la imperiosa necesidad de salir del lugar e ir al baño. Tiene la idea que permanecer sentado puede llegar a ser catastrófico. Una sensación de desvanecimiento inminente le hace pensar que está seriamente afectado por alguna enfermedad. Digamos también que otra persona, profundamente dormida, despierta bañada en transpiración, el corazón le palpita a mil, las cosas parecen girar a su alrededor, no puede mantener el equilibrio. Intenta desesperadamente que alguien le socorra porque cree estar en sus últimos minutos. Ambas descripciones también son formas de presentación de las crisis. La última es un ejemplo de crisis nocturna. Hay tantas variantes que casi se podría decir que no hay dos similares, incluso en la misma persona. Pero lo característico, sobre todo en los primeros tiempos, es que es muy poco probable que las personas piensen que en esos momentos tienen una crisis de angustia. Cuesta convencerse, aún cuando el clínico haya descartado que se trate de alguna enfermedad orgánica. Ante la repetición de estos estados lo que se piensa una y otra vez es que en ese momento se está pasando por una condición médica de extrema gravedad. Muy pocas personas pueden dejar de alarmarse y decirse: -”Es solo otra crisis de angustia”. Retengamos hasta acá que la característica principal es la aparición de síntomas que aparecen sin previo aviso, en forma repentina y con síntomas de desarreglo corporal. 28 El trastorno de pánico Esto casi siempre lleva a creer que en ese momento uno o se está muriendo o está a punto de pasar por algo catastrófico, pero no a pensar que la razón de todo esto es la angustia. Hay variantes de las crisis que se acompañan de sensación de irrealidad o de temor al descontrol. En esos casos se instala la creencia de que uno puede estar volviéndose loco. En especial si las crisis se acompañan de desorientación, temor a perder el control, sensación de extrañamiento, fenómenos visuales como destellos, alteraciones en la profundidad del campo o en la proporción de los objetos. Los síntomas típicos de las crisis Vimos en los ejemplos anteriores la amplia variedad de formas de crisis. Ahora bien, para hacer el diagnóstico de crisis de pánico los especialistas consideran necesario que durante las mismas se presenten al menos cuatro de estos síntomas: 1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca. 2. Sudoración. 3. Temblores o sacudidas. 4. Sensación de ahogo o falta de aliento. 29 Dr. Oscar Fiorio 5. Sensación de atragantarse. 6. Opresión o malestar torácico. 7. Náuseas o molestias abdominales. 8. Inestabilidad, mareo o desmayo. 9. Sensación de irrealidad o de estar como separado de uno mismo. 10.Miedo a perder el control o volverse loco. 11.Miedo a morir. 12.Sensación de entumecimiento u hormigueo. 13.Escalofríos o sofocaciones. Pero, en las llamadas crisis a síntomas limitados, bastan solamente una o dos de las sensaciones descriptas para hacer el diagnóstico. Otra punto que se toma en cuenta es la duración. La crisis típica se inicia de forma brusca con alguno de los síntomas descriptos y alcanza su máxima intensidad habitualmente en menos de 10 minutos. Son principalmente diurnas pero pueden ocurrir a cualquier hora. Aún durante la noche, al estar dormido. En el “Apéndice” puede Ud. encontrar un auto-test para evaluar las crisis. 30 El trastorno de pánico Contenido INTRODUCCIÓN Pánico, un temor divino Historia del Trastorno 7 11 13 CAPITULO I: SECCIÓN DESCRIPTIVA Definiciones preliminares Diferencias entre miedo, angustia y ansiedad Diferencia entre crisis y trastorno de pánico Los trastornos de ansiedad Las crisis de pánico Los síntomas típicos de las crisis El trastorno de pánico De la crisis al trastorno Pánico y agorafobia La agorafobia Crisis de pánico Causas del Trastorno de Pánico Herencia y Género Teorías sobre las causas Algunas preguntas frecuentes 147 19 19 19 21 23 27 29 31 31 33 35 37 39 39 41 42 Dr. Oscar Fiorio CAPITULO II: TRATAMIENTO Introducción al tratamiento del “Trastorno de Pánico” Psicoeducación Tratamiento psicoterápico Tratamiento farmacológico La terapia cognitiva conductual (TCC) del “Trastorno de Pánico” ¿Que son los pensamientos distorsionados? ¿De dónde provienen los pensamientos automáticos? El modelo cognitivo del “Trastorno de Pánico” Espiral del pánico El tratamiento cognitivo Técnicas conductuales Terapias cognitivas grupales (TCG) Grupos cognitivos de mantenimiento Grupos de autoayuda El tratamiento farmacológico Medicamentos Algunas sugerencias a la hora de tomar fármacos 53 53 54 55 58 CAPITULO III: PREVENCIÓN DE RECAIDAS ¿Porqué hay recaídas? Las recaídas y su prevención Factores que pueden causar recaídas Recomendaciones generales para evitar la reaparición de las crisis La detección precoz de las recaídas Diez medidas que pueden reducir las recaídas 89 89 90 90 148 61 63 65 66 68 69 73 74 77 77 79 79 81 91 92 93 El trastorno de pánico CAPITULO IV: AUTOAYUDA ¿Qué hacer durante una crisis de angustia? ¿Qué ayuda a afrontar una crisis de pánico? Recursos generales para la autoayuda Información Verificar los pensamientos Exposición Estilo de vida recomendado Bebidas con Cafeína Descanso y sueño Ejercicio Programar tiempo para sí mismo Chequear el cuerpo Ejercitarse en el ABC cognitivo Relaciones interpersonales Sexualidad Otros recursos para la autoayuda Los grupos de autoayuda y mantenimiento El “diario” de la angustia La detección de pensamientos distorsionados 97 97 99 103 103 105 106 107 107 109 111 111 112 113 114 114 117 117 117 117 APÉNDICE Auto test orientativo para pánico Evaluación de la ansiedad Hoja de Registro de la Angustia 119 119 119 122 149 Dr. Oscar Fiorio Listado de pensamientos distorsionados Filtraje Pensamiento Polarizado Interpretación del pensamiento Visión catastrófica Personalización Falacia de control Falacia de justicia Razonamiento emocional Falacia del cambio Etiquetas globales Los debería Tener razón Culpabilidad Falacia de la recompensa Sobre-generalización 125 125 125 125 125 126 126 126 126 126 126 126 127 127 127 127 Técnica de relajación Primer día Segundo día Tercer día Cuarto día 129 129 130 131 132 La respiración lenta A tener en cuenta Respiración lenta 133 133 134 150 El trastorno de pánico Para los familiares ¿Qué hacer cuando un integrante de la familia sufre de pánico? A tener en cuenta sobre la farmacoterapia Conceptos generales a todos los fármacos Otros conceptos a contemplar 151 137 137 143 143 144