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cob_supocular2013.pdf 1 04/12/13 12:52 Casos clínicos en SUPERFICIE OCULAR VII Certamen Comité científico: C M Y CM MY CY CMY K Casos clínicos en superficie ocular • 2013 José Manuel Benítez del Castillo Sánchez Juan A. Durán de la Colina Jesús Merayo Lloves Premios 2013 Casos ClíniCos en superfiCie oCular Vii Certamen Casos ClíniCos en superfiCie oCular Vii Certamen Comité científico: José m. Benítez del Castillo sánchez Catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid Jefe de la Sección de Superficie e Inflamación Ocular Hospital Clínico San Carlos. Madrid Juan a. Durán de la Colina Catedrático de Oftalmología de la Universidad del País Vasco Instituto Clínico-Quirúrgico de Oftalmología. Bilbao (Bizkaia) Jesús merayo lloves Profesor Titular de Oftalmología de la Universidad de Oviedo Director de Investigación. Fundación de Investigación Oftalmológica Instituto Oftalmológico Fernández Vega. Oviedo (Asturias) editorial Glosa, s.l. Avinguda de la Meridiana, 358, 10.ª planta - 08027 Barcelona Teléfonos: 932 684 946 / 932 683 605 - Telefax: 932 684 923 www.editorialglosa.es ISBN: 978-84-7429-576-4 DL B. 28 809-2013 Soporte válido © Editorial Glosa, S.L. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida ni transmitida en ninguna forma o medio, incluyendo las fotocopias o cualquier sistema de recuperación de almacenamiento de información, sin la autorización por escrito del titular de los derechos. ínDiCe Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 primer premio Degeneración corneal calcárea en queratoplastia penetrante por uso crónico de tratamiento tópico oftálmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Itziar Martínez Soroa Colaboradores: Lucía Bascarán Oteyza, Beatriz Macías Murelaga, Nora Aristimuño Imaz, Marta de Frutos Lezaun, Aritz Bidaguren Urbieta y Javier Mendicute del Barrio 11 seGunDo premio Manejo terapéutico de una perforación ocular secundaria a queratitis ulcerativa periférica asociada a artritis reumatoide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Amanda García Tirado Colaboradores: Paula Larrañaga Fragoso, Almudena del Hierro Zarzuelo, Ana Boto de los Bueis, Pino Cidad Betegón y Diana Peiteado López 15 premio espeCial oJo seCo Rosácea ocular asociada a insuficiencia límbica, dos entidades y un destino: el ojo seco . . . . . . . . Isabel Carrillo Arroyo Colaboradores: Nerea Sáenz Madrazo y Alicia Garde González 19 CiruGía refraCtiVa Crecimiento epitelial como causa de extrusión de segmento corneal intraestromal: diagnóstico in vivo con microscopia confocal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . M.ª Isabel Gabarrón Hermosilla Colaboradores: Héctor Fernández Jiménez-Ortiz, Ana Boto de los Bueis y Mercedes Rivera Zori 23 5 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CASOS CLíNICOS EN SUPERFICIE OCULAR DeGeneraCiones, malformaCiones y traumatismos Presentación y evolución atípica de la degeneración marginal de Terrien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando Santander Trentini Colaborador: Anabel López Monguía, Lorena Domingos Gid, Samuel González-Ocampo Dorta y Pedro Sanz Solana 27 infeCCiones Escleritis bilateral herpética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Virginia Bautista Ruescas Colaboradores: Manuel García López, Óscar Martín Melero y José Manuel Granados Centeno 31 Queratitis en «sandwich» tras trasplante endotelial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pino Cidad Betegón Colaboradores: Almudena del Hierro Zarzuelo, Ana Boto de los Bueis, Eugenia González Sánchez, Fátima Sánchez-Carnerero Casas y Amanda García Tirado 34 Queratitis herpética bilateral en paciente en tratamiento para deshabituación alcohólica Verónica Castro Navarro Colaboradores: Nuria Doménech Aracil, Ramón Calvo Andrés, Javier Montero Hernández, Laura Hernández Bel, Alicia Gracia García y Enrique Cervera Taulet ...... 38 Afectación de la superficie ocular por Entamoeba, un parásito intestinal humano . . . . . . . . . . . . . Laura Cabezón Martínez Colaboradores: Antonio Mateo Orobia, Patricia Ramiro Millán, María Ángeles del Buey Sayas y José Ángel Cristóbal Bescós 42 Queratitis por Mycobacterium chelonae en paciente con síndrome de Sjögren . . . . . . . . . . . . . . . . . . Clara Berrozpe Villabona Colaboradores: José Antonio Gegúndez Fernández, Ricardo Cuiña Sardiña y José Manuel Benítez del Castillo 47 inflamaCiÓn oCular Causticación ocular en una niña de 3 semanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soraya Mediero Clemente Colaboradores: Jesús Peralta Calvo y Natalia Pastora Salvador 51 Escleroqueratitis no atópica posqueratoplastia lamelar anterior profunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristina Fernández Miranda Colaboradores: Jorge Solana Fajardo, Juan Pedro Torres Pereda, Diego García Guisado, Patricia Suárez-Bárcena Tenorio y Antonio Félix Conde Martín 55 6 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. íNDICE Manejo de la necrólisis epidérmica tóxica con afectación ocular grave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alicia Garde González Colaboradores: Mercedes Yolanda González Ruiz, Ana Fernández Hortelano, Daniel González González y Elena Isabel Sevillano Fernández 59 Vasculitis sistémica y tuberculosis: dos enfermedades simbióticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Anabel López Monguía Colaboradores: Lucía Martínez-Costa Pérez, Lorena Domingos Gid, Fernando Santander Trentini, Rosa Goriet Pardo y Pedro Sanz Solana 64 oJo seCo Adelgazamiento corneal grave por disfunción de glándulas de Meibomio en edad infantil: papel de la membrana amniótica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro Cardona Lloreda Colaboradores: Francisco Pastor Pascual y Marta Pérez López «Ojos que no sienten, paciente que no ve»: queratitis neurotrófica insidiosa bilateral, un reto diagnóstico y terapéutico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . M.ª Pilar Bambó Rubio Colaboradores: Guillermo de la Mata Pérez, María Satué Palacián, Blanca Ferrández Arenas, Miriam Idoipe Corta, Antonio Sánchez Pérez, Carlos Brito Suárez y Elena García Martín Xeroftalmía con perforación corneal bilateral por hipovitaminosis A secundaria a cirugía bariátrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mirian Ara Gabarre Colaboradores: Teresa Pérez Roche, Fernando Gutiérrez Ruiz, Juan Pinilla Borobia, Miriam Idoipe Corta, Carlos Brito Suárez y Antonio Sánchez Pérez 69 73 78 tumores Carcinoma epidermoide de conjuntiva con mala evolución. Actualización en el tratamiento del carcinoma epidermoide de conjuntiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lucía Cabrillo Estévez Colaboradores: Fernando Cruz González, Rebeca Lorenzo Pérez, Lourdes de Juan Marcos, Gumersindo Rodríguez Vicente y Emiliano Hernández Galilea Manejo de un caso de neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal recidivante . . . . . . . . . . . . . . . . . Daniel González González Colaboradores: Mercedes Yolanda González Ruiz, Alicia Garde González y Elena Isabel Sevillano Fernández 83 88 7 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CASOS CLíNICOS EN SUPERFICIE OCULAR Neoplasia escamosa de la superficie ocular tras quemadura química por cemento . . . . . . . . . . . . María Elena González Montpetit Colaboradores: Raquel Feijoo Lera, Sonia Valsero Franco, Jaime Echevarría Ecenarro y Nerea Martínez Alday Respuesta a la heparina tópica en un caso de conjuntivitis leñosa crónica y carcinoma escamoso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Betty Lorente Bulnes Colaboradores: María Fideliz de la Paz y Juan Pedro Álvarez de Toledo Elizalde Telangiectasias epiesclerales congénitas aisladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . María Rocío García Catalán Colaboradores: Manuel Arias Alcalá, Pedro Naranjo Bonilla y Rafael Giménez Gómez 91 95 98 Tratamiento intralesional con rituximab en un linfoma no hodgkiniano conjuntival multifolicular bilateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Karina Spiess Colaboradores: Ana Boto de los Bueis, José Luis Vallejo García y Almudena del Hierro Zarzuelo misCelánea Del pterigion a la evisceración, ¿perforación por antiinflamatorios no esteroideos tópicos? . . . . . 105 Alejandro Madrigal Quevedo Colaboradores: Ester Fernández López, Adriana María Fandiño López, Cristina Peris Martínez, Francisco Pastor Pascual y Marta Pérez López Toxicidad corneal por amantadina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Juan Carlos Mesa-Gutiérrez índice de autores y casos clínicos participantes en el VII certamen de casos clínicos en superficie ocular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 8 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. prÓloGo Una vez más, durante el Congreso Anual de la Sociedad Española de Oftalmología, que este año ha tenido lugar en Tenerife, se ha celebrado el VII Certamen de Casos Clínicos en Superficie Ocular, patrocinado por laboratorios Angelini. Se trata ya de un clásico durante el congreso. La gran aceptación del certamen también se refleja en que el número de casos presentados crece de año en año. Esto se debe al mayor conocimiento e interés que despierta la superficie ocular y a la labor divulgativa de este tema por parte de Angelini. El apoyo de Angelini al estudio de la superficie ocular es esencial, teniendo en cuenta los tiempos que corren. La gran variedad de casos abordados en relación con la superficie ocular y la córnea resultan de gran interés, no solo para los especialistas en la materia, sino también para el oftalmólogo general. Algunos de ellos representan situaciones excepcionales, mientras que otros nos acercan a la práctica clínica más o menos compleja. Para nosotros, el comité científico, la selección de los mejores casos representa un reto cada vez más complicado. En primer lugar, la selección de los mejores casos escritos, que se realiza de manera enmascarada, y finalmente, la elección de los tres mejores casos, atendiendo a las presentaciones; primer y segundo premio general y premio especial ojo seco. Quiero decir que este año fue especialmente difícil: la gran calidad de las presentaciones, de los presentadores y de las respuestas a las preguntas formuladas por el comité nos lo puso muy complicado. En esta obra se incluye una selección de los mejores casos presentados a este último certamen, entre los que se encuentran, por supuesto, los casos finalistas, ganadores y merecedores de premio. Quiero hacer llegar una vez más mi agradecimiento a Angelini por esta iniciativa y, sobre todo, por su continuidad. Pienso que se trata de una muy buena simbiosis entre la comunidad científica y los laboratorios farmacéuticos, una estrategia que ha gustado a los profesionales médicos y que ha despertado la admiración por parte de la industria. Los animamos a continuar en estos tiempos de crisis. Finalmente, me gustaría dar las gracias a todos los participantes, residentes y jefes, y cómo no a los premiados, por contribuir definitivamente al éxito de la convocatoria. José manuel Benítez del Castillo Catedrático de Oftalmología. Universidad Complutense de Madrid. Jefe de la Sección de Superficie e Inflamación Ocular. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. 9 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ PrimEr PrEmiO ⏐ Degeneración corneal calcárea en queratoplastia penetrante por uso crónico De tratamiento tópico oftálmico itziar martínez soroa COLabOraDOrEs: lucía Bascarán oteyza Beatriz macías murelaga nora aristimuño imaz marta de frutos lezaun aritz Bidaguren urbieta Javier mendicute del Barrio servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Donostia. Donostia-san sebastián (Gipuzkoa). Hay que recordar que los medicamentos incluyen en su composición química, más allá del propio principio activo, excipientes para conseguir la forma farmacéutica deseada y facilitar la preparación, conservación así como la administración del medicamento. En la formulación de estos excipientes podemos encontrar colorantes, conservantes, sustancias aromáticas y también compuestos reguladores de pH para conseguir la estabilidad del principio activo. En general, se considera que los excipientes son «inertes», es decir, que tienen poca o nula acción farmacológica propia, aunque algunos pueden tener un determinado efecto en circunstancias concretas. INTRODUCCIÓN En los últimos años la industria farmacéutica ha desarrollado nuevos colirios libres de conservantes basándose en los numerosos estudios que demuestran una elevada incidencia de signos y síntomas de afectación de la superficie ocular asociada al uso crónico de conservantes1. La posibilidad de elaborar colirios sin conservantes, bien en unidosis o en envases con filtros especiales, disminuiría el riesgo de toxicidad para la superficie ocular, intolerancias o alergias relacionadas con estos conservantes, incluso la teórica disminución del riesgo de contaminación microbiana del envase. De este modo, las firmas farmacéuticas han intentado presionar comercialmente la prescripción de colirios sin conservantes equiparándolo a la idea de «libre de aditivos» y, por tanto, de efectos adversos provocados por ellos. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de un paciente de 69 años, intervenido en su ojo derecho (OD) de querato- 11 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar plastia penetrante por un leucoma corneal tras un accidente laboral. En su ojo izquierdo tiene buena visión; alcanza la unidad de agudeza visual con corrección hipermetrópica. En su OD, 4 años después de la intervención, se produce un episodio de rechazo corneal, y a pesar del tratamiento corticoideo tópico, el botón corneal pierde su transparencia, motivo por el cual se decide realizar una nueva queratoplastia. La intervención, una facoqueratoplastia penetrante con implantación de lente intraocular en saco, transcurre sin incidencias y se pauta tratamiento de Tobradex® colirio (alcon) cada 6 horas. En el posoperatorio, a los 2 meses se observa un aumento de la presión intraocular y se asocia la prescripción de Timabak® 0,5 % colirio (Laboratorios Thea) cada 12 horas. a los 4 meses de la intervención se reduce la dosis de Tobradex® cada 8 horas y en la revisión se observa un defecto epitelial de 2 mm de diámetro a las 5 horas del botón corneal próximo a los puntos de sutura, sin otros hallazgos significativos. En las semanas siguientes se detecta el inicio de un depósito blanquecino en la zona del defecto que va aumentando de tamaño en los sucesivos controles. Dado que se conoce el riesgo de toxicidad corneal asociado a la tobramicina, se decide su sustitución por otro antibiótico con un perfil más seguro para la superficie ocular; se pauta Oftalmolosa Cusi de icol® cada 8 horas y suero autólogo al 20% cada 4 horas, manteniéndose la dosis de Timabak®. Tras 2 semanas de tratamiento se observa un aumento en la densidad y profundidad del depósito, que ocupa aproximadamente el 20 % del espesor corneal (figs. 1 y 2). El paciente refiere un aumento de la sensación de cuerpo extraño y pérdida de visión de 0,1 a cuenta dedos a 2 metros. El resto del botón corneal se mantiene transparente, no hay signos de hiperemia conjuntival ni reacción alguna en cámara anterior. se realiza un cultivo microbiológico del exudado corneoconjuntival, no evidenciándose crecimiento de germen alguno. ante el aumento de tamaño del depósito se decide la inter- figura 1. Depósito de calcio en botón corneal iniciado en zona de defecto epitelial próximo a los puntos de sutura. figura 2. imagen en detalle del depósito cálcico que afecta al tercio anterior del estroma corneal. vención quirúrgica para su escisión y posterior análisis (fig. 3). En el estudio anatomopatológico se describe el fragmento como depósito cálcico subepitelial. DISCUSIÓN El paciente no tiene antecedentes personales de interés, salvo una intervención en su cadera derecha 5 años antes para implantar una prótesis. no refiere tomar medicación sistémica alguna. Tras la evidencia de depósito cálcico en la córnea se 12 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. DEGEnEraCión COrnEaL CaLCárEa En qUEraTOPLasTia PEnETranTE POr UsO CróniCO DE TraTamiEnTO TóPiCO OfTáLmiCO En el colirio de Tobradex® no se observó componente alguno relacionado con la precipitación de sales de calcio. En relación con Timabak®, a pesar de estar libre de conservantes, se evidenció en sus excipientes varias formas de fosfatos (hidrogenofosfato de sodio dodecahidratado y dihidrogenofosfato de sodio dihidratado) como reguladores de pH. respecto al uso de la pomada de icol®, la dexametasona incorporaba en su formulación química la forma fosfatada (dexametasona fosfato disódico), por lo que su prescripción añadida al Timabak® podría aumentar considerablemente la concentración de fosfatos en la superficie ocular. En condiciones normales, la concentración de fosfatos que se encuentra en la superficie ocular es muy baja, alrededor de 1,45 mmol/l2. En el caso clínico que presentamos, sospechamos que la cantidad de este ion supera de forma importante su concentración fisiológica, ya que el colirio de timolol sin conservantes incorpora gran cantidad de fosfatos, ya descrita por otros autores3, y añadiríamos a esta circunstancia más fosfatos al prescribir la dexametasona en su forma fosfatada. La degradación tisular que acompaña a la queratopatía epitelial y a la inflamación de la superficie ocular aumenta la concentración de calcio4 por la liberación intracelular, lo que favorece la unión del catión de calcio y el anión de fosfato pre- figura 3. aspecto de la córnea tras la escisión quirúrgica del depósito calcáreo. realizó un análisis de sangre completo que incluía el estudio de hemograma, glucemia, colesterol, triglicéridos, bioquímica (sodio, potasio, calcio y fósforo), perfil renal (creatinina y urea) y hormonas paratiroideas, para descartar una posible enfermedad sistémica que pudiera explicar alteraciones en el metabolismo del calcio. En el estudio realizado no se observaron alteraciones analíticas, por lo que se sospechó de la posibilidad de una degeneración corneal calcárea asociada al uso crónico de colirios y medicamentos oftálmicos por vía tópica. se analizó el principio activo de los colirios prescritos así como sus excipientes (tabla 1). taBla 1. Composición química de los medicamentos tópicos aplicados por el paciente nombre comercial del colirio principio activo excipientes Tobradex® (alcon) Tobramicina 3 mg/ml Dexametasona 1 mg/ml Cloruro de benzalconio, edetato disódico, cloruro sódico, sulfato sódico, tiloxapol, hidroxietilcelulosa, ácido sulfúrico, hidróxido sódico, agua purificada Oftalmolosa Cusi de icol® (alcon) Cloranfenicol 10 mg/g Dexametasona fosfato disódico 0,5 mg/g Colesterina, vaselina Timabak® 0,5 % (Laboratorios Thea) maleato de timolol 5 mg/ml Hidrogenofosfato de sodio dodecahidratado, dihidrogenofosfato de sodio dihidratado, agua purificada 13 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar sente en el medio debido a los tratamientos tópicos. También se sabe que en estas circunstancias de inflamación aumenta el pH de la superficie ocular, por lo que disminuye la solubilidad del fosfato cálcico, lo que facilita su precipitación en zonas con defecto epitelial. Por tanto, todas estas circunstancias podrían explicar el depósito de sales de calcio en la zona del defecto epitelial. aunque cada vez somos más conscientes de la toxicidad de los colirios y demás tratamientos tópicos oftálmicos asociados a su uso crónico, deberíamos incorporar a nuestra práctica clínica la lectura de sus fichas técnicas para conocer con más detalle la formulación química de los principios activos así como los componentes de los excipientes. En la legislación española no se está obligado a indicar la concentración exacta de estos excipientes, aunque esta supere la concentración fisiológica. En circunstancias de patología ocular que dificultan la absorción y metabolismo de los componentes químicos, el conocimiento de la composición química de los medicamentos, tanto del principio activo como de los excipientes y su concentración, podrían disminuir el riesgo de toxicidad ocular asociado a su uso. si analizamos los excipientes de los colirios prescritos en nuestro medio, observamos que el fosfato se usa frecuentemente como tamponador, por lo que para disminuir la formación de sales de fosfato cálcico se ha planteado la posibilidad de sustituir el fosfato por citrato, que podría funcionar como regulador de pH sin el riesgo añadido de degeneración corneal calcárea5. aunque en este caso clínico la interacción de los diferentes medicamentos haya podido influir en el desarrollo de la degeneración cálcica, recordemos que la complicación descrita se inició con el uso de un colirio libre de conservantes. Para garantizar las condiciones óptimas de los medicamentos se incluyen en su preparación otros excipientes que podrían propiciar por su parte efectos adversos en condiciones concretas. En definitiva, no deberíamos equiparar la idea de la ausencia de conservantes en los preparados oftálmicos a la idea de «libre de aditivos» y, por tanto, de sobreentender que están libres de efectos indeseables. BIBLIOGRAFÍA 1. Jaenen n, baudouin C, Pouliquen P, manni G, figueiredo a, Zeyen T. Ocular symptoms and signs with preserved and preservative-free glaucoma medications. Eur J Ophthalmol. 2007;17:341-9. 2. schrage nf, flick s, redbrake C, reim m. Electrolytes in the cornea: therapeutic challenge. Graefes arch Clin Exp Ophthalmol. 1999;234:761-4. 3. Lake D, Tarn a, ayliffe W. Deep corneal calcification associated with preservative-free eyedrops and persistent epithelial defects. Cornea. 2008;27:292-6. 4. bernauer W, Thiel ma, Kurrer m, Heiligenhaus a, rentsch Km, schmitt a, et al. Corneal calcification following intensified treatment with sodium hyaluronate artificial tears. br J Ophthalmol. 206;90:285-8. 5. schrage nf, frentz m, reim m. Changing the composition of buffered eye-drops prevents undesired side effects. br J Ophthalmol. 2010;94:1519-22. 14 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ sEGUnDO PrEmiO ⏐ maneJo terapéutico De una perforación ocular secunDaria a queratitis ulcerativa periférica asociaDa a artritis reumatoiDe amanda garcía tirado COLabOraDOrEs: paula larrañaga fragoso almudena del Hierro Zarzuelo ana Boto de los Bueis pino cidad Betegón Diana peiteado lópez servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz. madrid. nica, tratamiento mediante un trasplante multicapa de membrana amniótica [Tma] e infliximab, y los resultados. INTRODUCCIÓN La queratitis ulcerativa periférica (qUP) estéril asociada a la artritis reumatoide se debe a la vasculitis autoinmunitaria que tiene lugar en la red capilar terminal que nutre el limbo y una pequeña porción de la córnea periférica, y suele producirse en pacientes con artritis reumatoide de larga evolución1. Los síntomas de esta entidad suelen ser escasos y pueden llevar a la perforación ocular sin que el paciente lo perciba. La existencia de una qUP representa el empeoramiento de la enfermedad sistémica hacia un estadio de potencial amenaza vital. Debido a ello, el manejo terapéutico de esta entidad es complejo, lo que hace imprescindible la estrecha colaboración entre reumatólogos y oftalmólogos. Presentamos un caso de perforación ocular secundaria a una qUP en un paciente con artritis reumatoide de larga evolución: presentación clí- CASO CLÍNICO Paciente varón de 73 años que acude al servicio de Urgencias de Oftalmología de nuestro hospital por ojo derecho (OD) rojo, con epífora y disminución de la agudeza visual (aV) tras un estornudo. Como antecedentes personales de interés, el paciente había sido diagnosticado de artritis reumatoide seropositiva erosiva, con títulos elevados de factor reumatoide y anticuerpos anticitrulina 12 años antes. se inició tratamiento con metotrexato, que suspendió por intolerancia, sustituyéndolo por leflunomida. En el momento de la exploración, nuestro paciente se encontraba en tratamiento con: leflunomida 20 mg/día, prednisona 30 mg/día, ranelato de estroncio 2 g/día y carbonato de calcio, colecalciferol y vitamina D 15 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar 500 mg/día. negaba cualquier otro tipo de sintomatología, salvo molestias oculares inespecíficas durante los meses previos por las que no consultó. su analítica mostraba anemia normocítica normocrómica y un aumento de reactantes de fase aguda (velocidad de sedimentación globular [VsG] de 60 mg/dl y proteína C reactiva [PCr] de 7 mg/ dl). se realizó interconsulta con el servicio de reumatología y se decidió ingresar al paciente para iniciar tratamiento con 3 bolos de metilprednisolona intravenosa 1 g cada 24 horas, doxiciclina 100 mg/día y oclusión de OD. Tras el primer pulso de corticoides se realizó la intervención quirúrgica para el sellado de la perforación. se llevó a cabo una peritomía temporal de 180° y un desbridamiento de los bordes de la herida que se selló mediante un parche cuádruple de membrana amniótica adherido con fibrina y ocho puntos sueltos, se rellenó la cámara anterior con suero salino estéril, y finalmente se cubrió toda la córnea con una capa de membrana amniótica suturada, una lente terapéutica y oclusión ocular durante 3 días (fig. 2). En la cirugía se procesaron muestras de tejido para cultivo de bacterias y hongos, que resultaron negativos, y humor acuoso para PCr de virus (familia Herpes, Citomegalovirus y Epstein barr) siendo todos los resultados negativos. se tomó además una biopsia de glándulas salivales para descartar un síndrome de sjögren secundario, que también resultó ser normal. figura 1. Primera consulta (ojo derecho). Perforación ocular asociada a queratitis ulcerativa periférica. figura 2. imagen de la cirugía en ojo derecho. Parche cuádruple de membrana amniótica. La exploración oftalmológica mostraba: • aV corregida en OD de cuenta dedos a 10 cm y de 0,7 en ojo izquierdo (Oi), sin cambios con agujero estenopeico. • biomicroscopia (bmC) del OD: qUP con afectación anular que únicamente respetaba 1 hora nasal y perforación franca a nivel temporal de 8 × 3 mm, presencia de tejido necrótico y hernia de iris a dicho nivel. atalamia de grado iV. sin inyección conjuntival ni escleritis. Oi: córnea con línea de fibrosis anular irregular con mínimo adelgazamiento periférico, sin ulceración, inflamación ni depósito lipídico o pannus; cámara anterior amplia (fig. 1). • Presión intraocular (PiO) digital en OD: blanda; PiO tonometrada en Oi: 14 mmHg. • Test de schirmer basal en OD: no valorable. En Oi: 10 mm. 16 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. manEJO TEraPéUTiCO DE Una PErfOraCión OCULar sECUnDaria a qUEraTiTis ULCEraTiVa PErifériCa asOCiaDa a arTriTis rEUmaTOiDE figura 3. Ojo derecho, 3 días tras el trasplante de membrana amniótica; tres bolos de corticoides por vía intavenosa como tratamiento sistémico. figura 4. Ojo derecho, 4 semanas tras la cirugía y 2 semanas tras el inicio de infliximab. al tercer día, tras la desoclusión se añadió al tratamiento pomada de aureomicina, 1 aplicación cada 6 horas, colirio de medroxiprogesterona, 1 gota cada 6 horas, y colirio ciclopléjico, 1 gota cada 8 horas. Como tratamiento inmunosupresor, al acabar los tres bolos de metilprednisolona se subió la dosis de prednisona oral a 60 mg/día y el servicio de reumatología añadió a su tratamiento infliximab 5 mg/kg por ciclo (fig. 3). Dos semanas tras el inicio del infliximab y cuatro después del Tma la exploración oftalmológica mostraba una mejoría manifiesta de su aV corregida en OD de 0,5. a la biomicroscopia en OD se apreciaba el parche de membrana amniótica sobre la zona perforada con buena coaptación de los bordes y una cámara anterior profunda con una PiO de 12 mmHg, y un schirmer basal en OD de 11 mm. su analítica en este momento ya no mostraba anemia y los valores de VsG y PCr se habían normalizado (fig. 4). 30 % y a un elevado riesgo de perforación ocular si no se trata de forma adecuada2. El pilar del tratamiento de la perforación ocular en estos casos, además del sellado quirúrgico de la herida, es el control de la inflamación tanto a nivel local como sistémico. sin embargo, no existe un consenso claro sobre el tipo de procedimiento quirúrgico ideal ni tampoco sobre su tratamiento médico ni duración. Esto depende de varios factores y cada caso debe individualizarse. En el caso que presentamos, se decidió cerrar la perforación ocular mediante un Tma como procedimiento puente hasta que el control de la enfermedad inflamatoria sistémica permitiese la realización de un trasplante de córnea. La membrana amniótica en la reconstrucción corneal presenta ciertas ventajas sobre otras técnicas empleadas con este fin: lentes de contacto, pegamentos adhesivos, colgajos conjuntivales, queratoplastias, etc., pues facilita la epitelización al promover la migración y diferenciación de las células epiteliales, e inhibe la angiogénesis y la inflamación, al suprimir la expresión de citocinas como las interleucinas (iL) 1a y 1b y contener inhibidores de las proteasas3. En el caso que nos ocupa, el buen resultado tectónico y la existencia de fibrosis tras el Tma DISCUSIÓN La queratitis periférica ulcerativa es la manifestación ocular menos frecuente de la artritis reumatoide, pero se asocia a una mortalidad de más del 17 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar ciarse en la primera o segunda semana después de la primera infusión. Thomas et al. demostraron su eficacia en el tratamiento de la artritis reumatoide asociada a qUP y resistente al tratamiento con metotrexato o similares y corticoides, como en el caso que presentamos5. En conclusión, ante la existencia de una qUP el abordaje terapéutico debe ser multidisciplinario. El control de la inflamación a nivel sistémico es fundamental y el manejo quirúrgico inicial debe ser lo menos agresivo posible. así pues, el Tma multicapa supone una alternativa terapéutica con buenos resultados, como hemos demostrado en el caso que presentamos. han evitado la queratoplastia en un segundo tiempo. En perforaciones oculares, el Tma debe realizarse en forma de multicapas, para lo cual, la utilización de fibrina como adhesivo entre estas proporciona una mayor consistencia al injerto. Hick et al. han demostrado las ventajas de la utilización de multicapas de membrana amniótica y pegamento de fibrina en el cierre de perforaciones oculares por úlceras corneales de hasta 3 mm de diámetro, como la de nuestro paciente. En su estudio, esta combinación obtuvo una tasa de éxitos del 92 % en ojos perforados comparada con el 74 % en ojos no perforados tratados con membrana amniótica sola4. En cuanto al tratamiento sistémico, la existencia de una qUP supone una indicación para subir un escalón más en la escala terapéutica de la artritis reumatoide. En nuestro caso, el servicio de reumatología optó por la introducción de un agente biológico, el infliximab, a su tratamiento de base. El infliximab, utilizado por primera vez en 2001 para el tratamiento de pacientes con artritis reumatoide y patología ocular asociada, es un anticuerpo quimérico contra el factor de necrosis tumoral a, una citocina que estimula la producción de las metaloproteinasas de matriz responsables de la disolución de la membrana basal epitelial y del estroma en la qUP. su efecto empieza a apre- BIBLIOGRAFÍA 1. Yagci a. review: Update on peripheral ulcerative keratitis. Clin Ophthalmol. 2012;6:747-54. 2. squirrell Dm, Winfield J, amos rs. Peripheral ulcerative keratitis «corneal melt» and rheumatoid arthritis: a case series. rheumatology. 1999;38:1245-8. 3. solomon a, meller D, Prabhasawat P, John T, Espana Em, steuhl KP, et al. amniotic membrane transplantation for non traumatic corneal perforations, descematoceles and deep ulcers. Opthalmology. 2002;109:694703. 4. Hick s, Demers PE, brunette i. amniotic membrane transplantation in the treatment of corneal perforations. 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INTRODUCCIÓN La rosácea o cuperosis es una enfermedad dermatológica crónica de origen desconocido, en la que están implicados factores vasculares que provocan una característica erupción acneiforme que afecta a la cara. no existe una prueba definitiva y el diagnóstico se basa en criterios clínicos de eritema persistente durante más de 3 meses con rubicundez, pápulas, pústulas y telangiectasias. Es más frecuente en pacientes de piel clara y en países nórdicos, por lo que se conoce como la «maldición de los celtas». Presenta un pico de incidencia entre los 40 y los 59 años. La rosácea sin compromiso ocular es dos veces más frecuente en las mujeres, pero en los casos con manifestaciones oftalmológicas la distribución en los dos sexos es similar. se clasifica la rosácea en cuatro subtipos: eritematotelangiectásico, papulopustular, fimatoso y rosácea ocular. En este último, las manifestaciones oculares pueden preceder a los signos cutáneos (20 % de los casos) y el cuadro puede ser muy variable, desde casos leves a lesiones graves con CASO CLÍNICO mujer de 70 años derivada a las consultas de oftalmología para valoración de ojo seco de larga evolución. En la anamnesis, la paciente refiere síntomas como escozor y sensación de cuerpo extraño en ambos ojos desde hace 6 años. mantiene tratamiento habitual con toallitas limpiadoras y lágrimas artificiales, con las que apenas nota una leve mejoría. Como antecedentes personales solo señala hipertensión arterial y alergia a las cefalosporinas. En la exploración presenta una agudeza visual (aV) de 0,5 en ojo derecho (OD) que mejora con estenopeico a 0,9, y en ojo izquierdo (Oi) una aV de 0,8 con estenopeico a 0,9. En la biomicroscopia del OD observamos hiperemia moderada con conjuntivalización corneal superior (fig. 1), y en el Oi 19 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar figura 1. neovascularización superior en ojo derecho. figura 3. Limbo superior con infiltrados secundarios a la exudación de los neovasos. llamativa conjuntivalización nasal con engrosamiento central (fig. 2). además, en Oi presenta, adyacentes al limbo superior, depósitos corneales estromales blanquecinos secundarios a exudación vascular (fig. 3), y blefaritis bilateral. Todos estos hallazgos indican una insuficiencia límbica, pero durante la exploración nos llama la atención el enrojecimiento facial que presenta la paciente. al preguntarle acerca de ello, nos cuenta que padece rosácea, que trata durante los episodios con gel tópico de metronidazol, aunque nunca lo había relacionado con su problema ocular. se solicita per- fil tiroideo, que resulta normal, e interconsulta con dermatología. La paciente es diagnosticada de rosácea ocular con insuficiencia límbica asociada, y ante la evolución de la queratoconjuntivitis límbica superior y la sintomatología de la paciente se decide iniciar tratamiento con suero autólogo al 20 % (fig. 4). En revisiones posteriores se propone tratamiento oral con doxiciclina en dosis de 40 mg/día. Tras la primera dosis presenta dolor abdominal y vómitos que obligan a la suspensión del tratamiento. Tras el tratamiento tópico, la paciente está subjetivamente mejor y las lesiones figura 2. Ojo izquierdo con notable conjuntivalización nasal. figura 4. Tinción con fluoresceína del ojo izquierdo, manifestación clara del ojo seco subsecuente que sufre la paciente. 20 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. rOsáCEa OCULar asOCiaDa a insUfiCiEnCia LímbiCa, DOs EnTiDaDEs Y Un DEsTinO: EL OJO sECO de superficie ocular permanecen estables. En la actualidad mantiene tratamiento con suero autólogo y lágrimas artificiales. En caso de reagudización de la clínica, se valora la posibilidad de ofrecerle tratamiento alternativo con colirio de azitromicina. caso presentado pertenecería a la segunda categoría, donde la rosácea sería el desencadenante de la insuficiencia límbica. Estas dos entidades pueden por sí solas explicar la alteración de la unidad funcional lagrimal, ya que su carácter inflamatorio, vascular e inmunológico provocaría de forma pluripotencial un ojo seco lipodeficiente, acuodeficiente y mucodeficiente2. La rosácea ocular es una patología que está infradiagnosticada. Es importante conocerla para realizar un diagnóstico precoz y ayudar a prevenir sus complicaciones sobre la superficie ocular. Los casos con afectación corneal pueden conllevar una disminución permanente de la aV. merece la pena también destacar que se trata de una enfermedad con impacto social y psicológico para el paciente. Estudios recientes han revelado que existen concentraciones altas de O-glicanos sulfatados en la lágrima y saliva de pacientes con rosácea, mientras que personas sin dicha patología presentan concentraciones elevadas de n-glicanos fucosilados. Esta diferencia abre la puerta para el desarrollo de biomarcadores diagnósticos3. La rosácea ocular requiere tratamiento tanto oral como tópico, incluyendo higiene ocular, lubricación y, en ocasiones, ciclos cortos de corticoides. El tratamiento oral se realiza con tetraciclinas. Debido a su intolerancia gastrointestinal, dentro de este grupo se prefiere la doxiciclina, que suele tener menos efectos secundarios, con propiedades antiangiogénicas y antiinflamatorias en dosis de 40 mg/día. En pacientes pediátricos o que no toleren la doxiciclina se puede iniciar tratamiento con colirio de azitromicina4. El colirio de ciclosporina al 0,05 % puede ayudar a mejorar la producción y calidad de la lágrima, mejorando los síntomas5. El caso presentado supone un triángulo diagnóstico en el que se entrecruzan factores fisiopatológicos comunes entre la rosácea, la insuficiencia límbica y el síndrome de disfunción lagrimal. DISCUSIÓN Este caso es otro de tantos ejemplos que nos demuestran que el ojo no es un órgano aislado, y la importancia de realizar una valoración global de nuestros pacientes. La paciente presenta una rosácea cutánea y ocular complicada con una insuficiencia límbica, lo que le provoca graves alteraciones de la superficie ocular y, en consecuencia, un síndrome de ojo seco. se han realizado varios estudios sobre los factores inflamatorios implicados en la patogénesis de la rosácea, observándose en la lágrima de pacientes con rosácea una concentración elevada de interleucina 1a y b con actividad aumentada de gelatinasa b (metaloproteinasa-9) y colagenasa-2 (mmP 8)1. Este hallazgo podría explicar la acción beneficiosa de la doxiciclina, al disminuir la concentración de metaloproteasas. Por otro lado, se han relacionado factores endocrinos (menopausia), déficit de vitaminas y anomalías de las glándulas sebáceas con los episodios de rubefacción facial de la rosácea, trastornos que también se han visto en el síndrome de disfunción lagrimal. La insuficiencia límbica se caracteriza por conjuntivalización con presencia de células caliciformes sobre la córnea, vascularización, destrucción de la membrana basal e inflamación crónica. se clasifica en dos categorías según su causa sea la aplasia: pérdida total de células límbicas por destrucción primaria (causticaciones, lentes de contacto, síndrome de steven-Johnson, cirugías, tóxicos) o la hipoplasia: pérdida gradual de células madre (aniridia, neoplasia endocrina múltiple, queratitis neurotrófica, penfigoide, eritrodermia). El 21 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar nis mJ. Glycomic analysis of tear and saliva in ocular rosacea patients: the search for a biomarker. Ocular surface. 2012;10:184-92. 4. Doan s, Gabison E, Chiambaretta f, Touati m, Cochereau i. Efficacy of azithromycin 1.5% eye drops in childhood ocular rosacea with phlyctenular blepharokeratoconjunctivitis. J Ophthalmic inflamm infect. 2013;3(1): 38. 5. schechter ba, Katz rs, friedman Ls. Efficacy of topical cyclosporine for the treatment of ocular rosacea. adv Ther. 2009;26(6):651-9. BIBLIOGRAFÍA 1. määttä m, Kari O, Tervahartiala T, Peltonen s, Kari m, saari m, et al. Tear fluid levels of mmP-8 are elevated in ocular rosacea - treatment effect of oral doxycycline. Graefe's arch Clin Exp Ophthalmol. 2006;244(8):95762. 2. benítez del Castillo Jm, Díaz Valle D. fisiopatología del ojo seco. superf Ocul Cornea. 2008;1:5-14. 3. Vieira aC, an HJ, Ozcan s, Kim JH, Lebrilla Cb, man- 22 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ cirugía refractiva ⏐ crecimiento epitelial como causa De extrusión De segmento corneal intraestromal: Diagnóstico in vivo con microscopia confocal m.ª isabel gabarrón Hermosilla1 COLabOraDOrEs: Héctor fernández Jiménez-ortiz1 ana Boto de los Bueis2 mercedes rivera Zori1 1 servicio de Oftalmología. Hospital Universitario de fuenlabrada (madrid). 2 servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz. madrid. Los anillos corneales actúan mediante un efecto de acortamiento de arco y aplanamiento de la córnea central, de acuerdo con la Ley de Espesores de barraquer, al tiempo que proporcionan soporte biomecánico a la córnea ectásica. Este procedimiento es mayoritariamente seguro, reversible sin afectar al eje visual de la córnea, y manteniendo su natural forma prolata. anteriormente se han descrito complicaciones intraoperatorias, como la extrusión del segmento a cámara anterior y la migración hacia la superficie anterior corneal secundaria a implantación muy superficial durante el procedimiento quirúrgico2. Las complicaciones posoperatorias documentadas incluyen extrusión del segmento, queratitis, adelgazamiento corneal, melting, visión de destellos y halos, inflamación local e intraocular, rotura traumática del segmento, vascularización corneal superficial y profunda, y pérdida de mejor agudeza visual corregida3. INTRODUCCIÓN Los segmentos corneales intraestromales son fragmentos de polimetacrilato de metilo, implantados en canales semicirculares creados en la media periferia corneal, ya sea manualmente a través de una incisión radial o asistido por intralase, a dos tercios del espesor estromal. Los anillos corneales fueron aprobados en origen por la food and Drug administration (fDa) en 1999 para el tratamiento de miopías moderadas (de –1,00 dioptrías [D] a –3,00 D). actualmente los anillos intraestromales también se utilizan para tratar enfermedades cor neales ectásicas, como queratocono (primer caso descrito por Colin et al. en 2001)1, degeneración marginal pelúcida, y ectasia después de queratomileusis in situ asistida por láser (LasiK) bajo la fDa Humanitarian Device Exemption desde 2004. 23 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar CASO CLÍNICO Varón de 29 años de edad, intolerante a las lentes de contacto, seguido en nuestro departamento por queratocono inferior avanzado (grado 3 de la clasificación de Krumeich) en su ojo izquierdo, sin otra afectación ocular y/o sistémica asociada, que fue incluido para implante de anillos intraestromales en este ojo. La agudeza visual no corregida en ese ojo era de 20/200, y la mejor agudeza corregida, de 20/30 en ese momento. El procedimiento quirúrgico se realizó con anestesia tópica según la técnica habitual con dos segmentos Keraring de 155 grados de arco de 250 y 150 µm de grosor. El primer día del posoperatorio se observó un defecto de epitelización sobre la incisión realizada. Tres días después de la intervención, ese defecto era más evidente, y se demostró observando la introducción de colorante en la profundidad de la incisión (figs. 1 y 2). se eliminaron del protocolo terapéutico posquirúrgico habitual las gotas de corticoide, y se inició tratamiento oral con tetraciclinas. figura 2. introducción de colorante en la profundidad de la incisión quirúrgica. Dos semanas después de la intervención quirúrgica, el defecto epitelial y el «escalón» incisional estaban en proceso de resolución, pero se observó un inicio de extrusión en uno de los segmentos. En ese momento se realizó un estudio de la incisión y túnel inferior con el módulo para microscopia confocal HrT ii rostock, que reveló un crecimiento intraepitelial en la herida que alcanzaba una profundidad de 390 µm, y envolvía las paredes del túnel creadas para la implantación del anillo (figs. 3 y 4). El anillo corneal inferior fue finalmente explantado por el evidente riesgo de extrusión e infección del canal. El tratamiento posoperatorio se limitó a antibióticos y corticoides tópicos. DISCUSIÓN La extrusión es una complicación bien conocida y descrita en la bibliografía sobre cirugía del implante de anillos intraestromales. Técnicas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT) de segmento anterior, la microscopia confocal y el Pentacam® se han exten- figura 1. imagen posquirúrgica del anillo intraestromal. 24 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CrECimiEnTO EPiTELiaL COmO CaUsa DE ExTrUsión DE sEGmEnTO COrnEaL inTraEsTrOmaL: DiaGnósTiCO in vivo COn miCrOsCOPia COnfOCaL dido ampliamente en los últimos tiempos como procedimientos diagnósticos del segmento anterior. respecto a los anillos corneales, la OCT se ha utilizado para confirmar la profundidad estromal exacta del segmento, y se ha concluido que, a mayor superficialidad de su localización, mayor es el riesgo de complicaciones, como rotura de la barrera epitelial y/o estromal y extrusiones. La microscopia confocal se ha utilizado tras la cirugía de anillos para estudiar los cambios morfológicos después del implante, que se traducen en córneas de características normales en todas sus capas en localización central y la activación de mecanismos de cicatrización adyacentes al anillo con las siguientes características: células epiteliales con núcleos de alta reflectividad con aumento en la tasa mitótica, compresión de capas estromales con aumento en la densidad de queratocitos, depósitos lamelares en el canal (con den- figura 3. Las células epiteliales tapizan el túnel estromal. figura 4. Las células epiteliales alcanzan una profundidad estromal de hasta 390 µm. 25 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar sidad en aumento proporcional al grosor del anillo) y sin respuesta de células inflamatorias4. En nuestro caso, el HrT nos ayudó a confirmar estos cambios histopatológicos in vivo como causa de la extrusión del segmento, con imágenes microscópicas de una complicación posquirúrgica. En contraste con otros cambios histopatológicos publicados, ferrer et al.5 describen en una serie de 58 anillos corneales explantados por distintas causas y estudiados con microscopia electrónica, que los 28 segmentos extraídos de la serie presentaban una reacción inflamatoria en el punto de extrusión, supuestamente desencadenada a raíz de la rotura de la barrera epitelial. Concluimos insistiendo en que las técnicas de imagen diagnósticas disponibles hoy en día nos pueden ayudar a confirmar o prever complicaciones de la cirugía de segmentos corneales intraestromales, con la finalidad de realizar un análisis exhaustivo de la anatomía in vivo para tomar deci- siones adecuadas ante posibles incidencias, cuando sea preciso. BIBLIOGRAFÍA 1. Colin J, Cochener b, savary G, malet f. 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J Cataract refract surg. 2010;36:970-7. 26 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ DEGEnEraCiOnEs, maLfOrmaCiOnEs Y TraUmaTismOs ⏐ presentación y evolución atípica De la Degeneración marginal De terrien fernando santander trentini COLabOraDOrEs: anabel lópez monguía lorena Domingos gid samuel gonzález-ocampo Dorta pedro sanz solana servicio de Oftalmología. Hospital Universitari Dr. Peset. Valencia. vascularización inferior con depósitos lipídicos intraestromales en OD (fig. 1), y una opacidad corneal inferior con adelgazamiento en Oi. El resto de la exploración estaba dentro de parámetros normales. se realizó estudio serológico y bioquímico, en el que destaca únicamente una hiperlipidemia con colesterol total de 243 y LDL de 176, por lo que se inicia tratamiento con dieta y 20 mg/día de atorvastatina y se decide observar la evolución INTRODUCCIÓN La degeneración marginal de Terrien es una enfermedad corneal poco común (el propio Terrien vio solo tres casos en sus 30 años de práctica clínica)1, caracterizada por adelgazamiento, vascularización, opacificación y depósitos lipídicos. a medida que progresa, produce un alto grado de astigmatismo y tiene riesgo de perforación2. Un tercio de los casos presentan un componente inflamatorio, y está típicamente descrita en pacientes de mediana edad. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de un varón de 35 años, sin antecedentes personales o familiares de importancia, que acude a nuestro servicio por una alteración corneal en ambos ojos, detectada en una revisión oftalmológica rutinaria, asociada a ojo rojo y queratitis intermitente. su agudeza visual (aV) corregida en ojo derecho (OD) (+0,5 –0,25 a 85°) era de 1,0, y en ojo izquierdo (Oi) (+1,25 –0,5 a 90°) de 1,0. En la biomicroscopia destacaba una neo- figura 1. Degeneración marginal de Terrien en su fase inicial. En la imagen se puede observar la neovascularización, el inicio del adelgazamiento y escasos depósitos lipídicos. 27 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar de la alteración corneal. al cabo de 18 meses, los episodios de ojo rojo y queratitis aumentan, y en un principio ceden con tratamiento de lágrimas artificiales y ciclos cortos de corticoides tópicos. La aV se mantenía en 1,0, y en la biomicroscopia se objetiva una mayor infiltración grasa que ocupa todo el estroma corneal, con pannus asociado y adelgazamiento inferior similar en ambos ojos (fig. 2). seis meses más tarde presenta una perforación espontánea en el OD, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente con una queratoplastia lamelar anterior tectónica anular, con evolución satisfactoria hasta la fecha. medad en el segundo ojo, décadas después del primero. La lesión se presenta habitualmente en el sector nasal superior en forma de opacidades punteadas finas con un área lúcida hacia el limbo. se asocia a vascularización fina superficial desde las arcadas límbicas y presenta un canal entre la opacidad y el limbo. El estroma se va adelgazando de manera progresiva, en general a lo largo de varios años. El borde periférico del canal se inclina suavemente, mientras que el borde central es a menudo más pronunciado. El epitelio suprayacente permanece intacto. El canal aumenta su anchura y vascularización a lo largo del tiempo, y puede extenderse tanto circunferencial como periféricamente. se pueden observar depósitos lipídicos centrales que se expanden a lo largo del borde del canal. La distrofia marginal de Terrien puede clasificarse en dos tipos. El tipo quiescente, el más común, se observa en pacientes de edad más avanzada. Estos pacientes pueden permanecer asintomáticos durante un largo período debido a que la lesión no causa dolor. La degeneración marginal de Terrien de tipo inflamatorio, como la descrita en el caso clínico, ocurre habitualmente en pacientes de grupos etarios más jóvenes3. Estos pacientes tienen episodios recurrentes de inflamación, epiescleritis o escleritis que deben ser tratados con tratamiento corticoideo. Puede presentarse astigmatismo a causa del adelgazamiento marginal. La lesión suele ser superior, induciendo un astigmatismo en contra de la regla, que puede ser el síntoma inicial. a pesar de que no existe tratamiento para prevenir el avance de la enfermedad, la progresión es lenta. La perforación puede ocurrir de manera espontánea, secundaria a un traumatismo menor en aproximadamente el 15 % de los pacientes4. Los pacientes pueden ser tratados con queratoplastias lamelares o excéntricas en caso de un gran astigmatismo o perforación. figura 2. Progresión rápida de la degeneración marginal de Terrien. En esta imagen se evidencia la extensa infiltración estromal grasa y adelgazamiento corneal inferior. DISCUSIÓN La degeneración corneal marginal de Terrien es una afección inflamatoria periférica frecuentemente incluida en las enfermedades degenerativas. Es un trastorno raro de etiología desconocida. Puede observarse a cualquier edad, pero se presenta en su mayoría entre los 20 y los 40 años. afecta tres veces más a hombres que a mujeres. La enfermedad suele ser bilateral y simétrica, pero puede ser asimétrica, con aparición de la enfer- 28 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. PrEsEnTaCión Y EVOLUCión aTíPiCa DE La DEGEnEraCión marGinaL DE TErriEn ción atípica, a la tradicionalmente descrita, de la degeneración marginal de Terrien, donde se observa una alteración corneal inferior que además ha presentado una perforación espontánea tratada quirúrgicamente de manera satisfactoria (fig. 3). BIBLIOGRAFÍA 1. Coppens G, foets b. 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Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ infECCiOnEs ⏐ escleritis Bilateral Herpética virginia Bautista ruescas COLabOraDOrEs: manuel garcía lópez óscar martín melero José manuel granados centeno servicio de Oftalmología. Unidad de Córnea-Uveítis. Hospital Perpetuo socorro (Complejo Hospitalario Universitario de albacete). colirio, tratamiento con el cual el paciente no había notado mejoría alguna. El paciente era hipertenso, broncópata y obeso; tenía además antecedentes de queratitis herpéticas en su ojo izquierdo (Oi). En la exploración mostraba una agudeza visual (aV) de 0,3, mejoría a 0,4 con estenopeico en ojo derecho (OD) y de 0,4 sin mejoría en Oi. En la lámpara de hendidura se observaba una hiperemia mixta intensa en OD, mayor en zona límbica superior, con afectación de vasos profundos. La superficie corneal era negativa a fluoresceína, la córnea era transparente y no presentaba Tyndall. En el Oi, la hiperemia era más intensa y también estaba localizada en la zona superior. Presentaba múltiples leucomas corneales con superficie corneal negativa a fluoresceína. Tyndall de 1+. En el fondo de ojo no presentaba signos inflamatorios ni hallazgos patológicos. se diagnosticó al paciente de escleritis anterior difusa bilateral y se inició tratamiento con ibuprofeno y valaciclovir por vía oral, aciclovir pomada oftálmica y colirios de ciclopléjico y tobramicina/dexametasona. se solicitó una bioquímica con serología y un mantoux. En la revisión a las 48 horas, el paciente refería más dolor, INTRODUCCIÓN Las escleritis son un grupo heterogéneo de patologías que tienen en común una respuesta inflamatoria centrada en la esclera. se trata de una patología infrecuente, grave, dolorosa y potencialmente causante de ceguera y perforación ocular. La heterogeneidad de esta patología lo es tanto en sus formas clínicas y estructuras oculares a las que puede afectar como en su patogenia y etiología1. La mitad aproximada de las escleritis son de etiología idiopática, pero el otro 50 % se asocia a enfermedades inmunitarias, infecciones locales o sistémicas y a síndromes de mascarada2. no hay estudios poblacionales fiables sobre la incidencia y la prevalencia de la escleritis. CASO CLÍNICO Varón de 67 años, que acude a urgencias de nuestro hospital por presentar desde hace 72 horas ambos ojos rojos con dolor y sensación de visión borrosa. Le había sido pautado por su médico de atención primaria diclofenaco y gentamicina en 31 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar menor visión y aumento de la hiperemia. En la exploración se objetivó la disminución de la aV en el Oi de 0,2, el aumento de hiperemia en ambos ojos y la aparición de Tyndall en OD 2+ y de aumento del existente hasta 3+ en Oi, así como la aparición de edema palpebral bilateral (figs. 1 a 3). además, el paciente comenzó con disfagia y dificultad para la respiración, por lo que se decidió su ingreso en el servicio de otorrinolaringología. El mantoux fue negativo. se comenzó con tratamiento intravenoso con corticoides en dosis altas, amoxi-clavulánico y aciclovir, y se continuó con la medicación tópica. La clínica mejoró de ma- figura 3. Escleritis bilateral aguda. Edema palpebral bilateral. nera importante y se procedió al alta a los 10 días. Durante el ingreso se realizó radiografía de tórax, bioquímica y analítica de autoinmunidad, que, junto con la serología, no fueron significativas. solo se encontró igG positiva para el virus del herpes simple (VHs) y el virus varicela zóster (VVZ). se mantuvo el tratamiento corticoideo por vía oral durante 3 meses con pauta descendente y continua con valaciclovir 500 mg diarios. actualmente el paciente está asintomático tras 5 meses de seguimiento (fig. 4). DISCUSIÓN Las escleritis infecciosas son un cuadro muy infrecuente. El 40-50 % de las escleritis se asocian a patología sistémica. De estas, un 30-40 % a enfermedades reumatológicas, entre ellas, las más frecuentes la artritis reumatoide y las vasculitis, y solo entre un 5 y un 10% a infecciones. De las escleritis infecciosas, el 70-75 % son de origen herpético (VVZ y VHs), un 10-12 % de origen tuberculoso, y el resto están ocasionadas por diversos organismos; entre estas últimas destacan las debidas a cirugías oculares que suelen ser ocasionadas por bacterias. Dentro de las escleritis de origen herpético cabe resaltar que de estas, un 85 % son agudas, un 80%, unilaterales, y el 80 % se presentan como escleritis anterior difusa; solo entre un 10 y un 12 % se presenta como escleritis anterior nodular y un 8% como escleritis necrotizante3. figura 1. Escleritis anterior difusa de ojo izquierdo. se observa la hiperemia con afectación de los vasos profundos esclerales. figura 2. Escleritis anterior difusa de ojo derecho. 32 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. EsCLEriTis biLaTEraL HErPéTiCa b a figura 4. imagen del paciente tras 2 meses de tratamiento. se observa la ausencia de hiperemia y la desaparición del aumento de vascularización. a. Ojo derecho. B. Ojo izquierdo. El tratamiento de las escleritis se basa princi- Puesto que las escleritis infecciosas son muy infrecuentes, ante cualquier paciente con escleritis es preciso realizar un estudio sistémico para descartar otra patología sistémica. incluso en nuestro caso, en el que el paciente tenía antecedente de queratitis herpética en uno de sus ojos, es conveniente descartar otras posibles enfermedades. El estudio de un paciente con escleritis debe incluir una exhaustiva historia clínica y una exploración oftalmológica y sistémica cuidadosa. Entre las pruebas de laboratorio hay que incluir una bioquímica con función renal y hepática, un hemograma, serología de lúes, virus de las hepatitis b y C, VVZ y VHs, y entre los marcadores de autoinmunidad no hay que olvidar los anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (anCa), que en esta patología tienen además un valor pronóstico. Una escleritis con anCa positivo se asocia con una mayor pérdida de visión final, más complicaciones corneales y requerimiento de terapias más agresivas4. además, siempre hay que incluir un mantoux y una radiografía de tórax para descartar tuberculosis activa o latente. palmente en el uso de inmunosupresores. Por eso es muy importante descartar una posible causa infecciosa antes de pautar el tratamiento. Y ante la duda razonable de que algún microorganismo pudiera estar involucrado, se aconseja el tratamiento con antimicrobianos combinados o no con inmunosupresores. BIBLIOGRAFÍA 1. Lin CP, shih mH, su CY. scleritis. surv Ophthalmol. 2006;51:288-9. 2. Wakefield D, Di Girolamo n, Thurau s, Wildner G, mcCluskey P. scleritis: immunopathogenesis and molecular basis for therapy. Prog retin Eye res. 2013;35:4462. 3. Gonzalez-Gonzalez La, molina-Prat n, Priyanka D, Joseph T, sainz de la maza mT, foster s. Clinical features and presentation of infectious scleritis from herpes viruses. a report of 35 cases. Ophthalmology. 2012;119 (7):1460-4. 4. Hoang LT, Lim LL, Vaillant b, Choi D, rosenbaum JT. antineutrophil cytoplasmic antibody-associated active scleritis. arch Ophthalmol. 2008;126:651-5. 33 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ infECCiOnEs ⏐ queratitis en «sanDwicH» tras trasplante enDotelial pino cidad Betegón1 COLabOraDOrEs: almudena del Hierro Zarzuelo1 ana Boto de los Bueis1 eugenia gonzález sánchez1 fátima sánchez-carnerero casas2 amanda garcía tirado1 servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz. madrid. servicio de Oftalmología. Hospital de la Cruz roja san José y santa adela. madrid. 1 2 with automated endothelial Keratoplasty) por una distrofia endotelial de fuchs, a partir de una córnea donante operada previamente con LasiK y en la que tras el cultivo del rodete donante se objetivó infección por Corynebacterium sp. Corynebacterium es un género de bacterias grampositivas que coloniza piel y mucosas, y que se aísla con cierta frecuencia en la superficie ocular de personas sanas. su mayor incidencia se observa en pacientes de edad avanzada con compromiso de la superficie corneal3. INTRODUCCIÓN La queratoplastia endotelial se considera el tratamiento de elección para determinadas patologías endoteliales, entre las que se encuentra la queratopatía bullosa1. Tiene como ventajas, en comparación con las queratoplastias penetrantes, la escasez de suturas requeridas, y con ello el menor astigmatismo inducido, la disminución de infecciones relacionadas con estas, el menor riesgo de rechazo, y la rápida recuperación visual2. Gracias a la aparición de las queratoplastias lamelares endoteliales, se están modificando los criterios de inclusión en los bancos de tejidos. Las córneas provenientes de donantes operados de cirugía refractiva, tipo LASiK (laser-assisted in situ keratomileusis) o queratectomía fotorrefractiva (PrK, photorefractive keratectomy), han pasado a formar parte de la reserva de córneas donantes para este tipo de cirugías1. Presentamos el caso de un paciente intervenido mediante DsaEK (del inglés Descemet stripping CASO CLÍNICO Varón de 86 años, en seguimiento por la sección de Córnea de nuestro hospital por distrofia endotelial de fuchs. El 29 de noviembre de 2012 se practicó una DsaEK en el ojo izquierdo, con la particularidad de que la córnea donante ya había sido intervenida de cirugía refractiva, como demostró la paquimetría corneal de 490 µm y la reapertura del flap tras el paso del microqueratótomo (fig. 1). 34 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. qUEraTiTis En «sanDWiCH» Tras TrasPLanTE EnDOTELiaL figura 1. La córnea donante ya había sido intervenida mediante LasiK, como demostró la paquimetría corneal de 490 µm y la reapertura del flap tras el paso del microqueratótomo. figura 2. replegamiento temporal del injerto. El primer día del posoperatorio, el injerto se encontraba en buena posición, por lo que se pautó tratamiento con colirio de tobramicina y dexametasona cada 4 horas y colirio de ofloxacino cada 6 horas. El décimo día tras la intervención, el servicio de microbiología informó del crecimiento de Corynebacterium sp. en el cultivo donante. Por biomicroscopia observamos que el injerto estaba claro, sin evidecia de infiltrados, y la cámara anterior transparente, por lo que, al tratarse de un germen de baja virulencia, decidimos observar de cerca al paciente sin comenzar tratamiento empírico. Dos meses después de la intervención el paciente acudió a una revisión rutinaria, en la que se apreció un replegamiento del injerto a nivel temporal y tres infiltrados profundos límbicos inferiores, a las 5, 6 y 7 horas, a nivel de la interfase (fig. 2). se comenzó tratamiento con colirio de ciprofloxacino cada 4 horas, y tobramicina y dexametasona cada 8 horas. Una semana más tarde se observó que el infiltrado de las 7 horas era más denso, motivo por el cual se pautó tratamiento con amoxicilina/ácido clavulánico por vía oral, 1 g cada 8 horas (fig. 3). figura 3. infiltrados densos inferiores localizados en la interfase del trasplante. Dado el empeoramiento del cuadro a pesar del tratamiento médico, y la escasa penetración del fármaco debido a la localización profunda del infiltrado, el paciente fue sometido en quirófano al drenaje de los infiltrados, con la obtención de muestras microbiológicas, irrigación de cámara anterior con penicilina e inyección de penicilina intraestromal. Un mes más tarde, los infiltrados se habían resuelto; sin embargo, actualmente la córnea se encuentra descompensada a la espera de la realización de una queratoplastia penetrante. 35 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar sia del tejido afectado o, como última opción, mediante la retirada del lentículo. En caso de aislamiento del germen una vez realizado el trasplante, si el germen es poco virulento y no existe manifestación clínica, el manejo podría basarse en la observación estricta. sin embargo, si se detecta aislamiento de hongos, algunos autores abogan por el tratamiento precoz, aun en ausencia de manifestaciones clínicas4. respecto al manejo terapéutico de la infección establecida, la localización del infiltrado a nivel profundo hace difícil la penetración del fármaco, por lo que es fundamental comenzar con regímenes de tratamiento intensivos desde el principio. De hecho, se ha observado que incluso cuando se ha proporcionado la medicación adecuada para el tipo de patógeno, el pronóstico del injerto puede llegar a ser muy malo. Por este motivo, algunos autores defienden la retirada del lentículo en la fase aguda del cuadro, mientras que, por el contrario, son otros los que promueven la observación hasta la resolución de esta primera fase aguda4,5. En conclusión, tras la realización de una queratoplastia lamelar posterior, es fundamental vigilar estrechamente la posible aparición de infiltrados infecciosos localizados en la interfase del injerto, dada la baja respuesta al tratamiento médi- DISCUSIÓN Las infecciones ocurridas tras una queratoplastia lamelar tienen como peculiaridad la dificultad a la hora de realizar un correcto diagnóstico etiológico, y un complejo manejo terapéutico4. En estos casos puede existir un retraso en el diagnóstico microbiológico debido a la inaccesibilidad para la toma de la muestra, si la infección se encuentra en la interfase, como en el caso que nos ocupa. Por este motivo, es fundamental enviar el rodete del botón donante, para el procesamiento del cultivo en el momento de la cirugía. En la literatura científica se han descrito infecciones, a nivel de la interfase, producidas principalmente por hongos, Candida y Aspergillus, y con menor frecuencia por bacterias2-4. En la actualidad disponemos de sistemas de diagnóstico, como el visante OCT y la tomografía de coherencia óptica de polo anterior, que nos permiten visualizar con detalle la localización del infiltrado corneal (fig. 4 a y b). En las infecciones en «sandwich», cuando el diagnóstico microbiológico no es posible desde un principio, se puede plantear la obtención de la muestra mediante el drenaje del absceso, la biop- a b figura 4. Tomografía de coherencia óptica de polo anterior donde se observa: replegamiento del injerto (a) e infiltrado en la interfase del injerto (B). 36 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. qUEraTiTis En «sanDWiCH» Tras TrasPLanTE EnDOTELiaL co una vez establecidos, y al mal pronóstico visual derivado de ello2. 2. sharma n, agarwal PC, Kumar Cs, mannan r, Titi yal Js. microbial keratitis after descemet stripping automated endothelial keratoplasty. Eye Contact Lens. 2011;37(5):320-2. 3. Heidemann DG, Dunn sP, Diskin Ja, aiken Tb. Corynebacterium striatus keratitis. Cornea. 1991;10(1):81-2. 4. Kitzmann as, Wagoner mD, syed na, Goins Km. Donor-related Candida keratitis after Descemet stripping automated endothelial keratoplasty. Cornea. 2009; 28(7):825-8. 5. Koenig sb, Wirostko WJ, fish ri, Covert DJ. Candida keratitis after descemet stripping and automated endothelial keratoplasty. Cornea. 2009;28(4):471-3. BIBLIOGRAFÍA 1. moshirfar m, Khalifa Ym, Davis D, fenzl Cr, Espandar L, Chang JC, et al. Descemet stripping automated endothelial keratoplasty using donor corneas with previous laser in situ keratomileusis or photorefractive keratectomy: a case series and donor cap histopathology. Cornea. 2012;31(5):533-7. 37 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ infECCiOnEs ⏐ queratitis Herpética Bilateral en paciente en tratamiento para DesHaBituación alcoHólica verónica castro navarro COLabOraDOrEs: nuria Doménech aracil ramón calvo andrés Javier montero Hernández laura Hernández Bel alicia gracia garcía enrique cervera taulet servicio de Oftalmología. Hospital General Universitario de Valencia. La queratitis recidivante por herpes simple es característicamente unilateral, con una incidencia bilateral de entre un 1 y un 10 %. aunque la queratitis herpética bilateral se ha descrito en pacientes con atopia, paperas, enfermedad de injerto contra huésped y con alteración del sistema inmunitario, la aparición simultánea de una queratitis herpética bilateral es particularmente rara2. Presentamos el caso de una queratitis herpética bilateral simultánea en el contexto de un paciente con antecedentes de afectación ocular herpética y alcoholismo crónico en tratamiento con carbimida cálcica de reciente instauración. INTRODUCCIÓN El virus del herpes simple (VHs) es un virus aDn de la familia Herpesviridae que tiene como único huésped al ser humano y es capaz de producir infección en una gran cantidad de órganos, entre los que se encuentra el globo ocular. Hasta el 90% de la población presenta anticuerpos positivos frente al VHs. La afectación ocular en el adulto está causada habitualmente por el subtipo 1 de este virus (VHs-1); por el contrario, en neonatos el subtipo predominante en la patología ocular es el tipo 2 (VHs-2). La infección herpética primaria puede ser o no sintomática, y va seguida de un estado latente de no replicación viral. La duración de dicho estado de latencia es variable; estados como la inmunosupresión pueden promover la replicación viral. se han comunicado tasas de recidiva de hasta el 18% en pacientes con brote herpético ocular el año previo1. CASO CLÍNICO Paciente de 70 años que acude a la consulta refiriendo dolor y enrojecimiento en ambos ojos (aO). Como antecedentes personales destaca historia de afectación ocular herpética recurrente de 38 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. qUEraTiTis HErPéTiCa biLaTEraL En PaCiEnTE En TraTamiEnTO Para DEsHabiTUaCión aLCOHóLiCa figura 1. imagen de lámpara de hendidura donde se aprecia defecto epitelial dendrítico con tinción de fluoresceína positiva en ojo derecho. figura 2. imagen de lámpara de hendidura donde se aprecia defecto epitelial dendrítico con tinción de fluoresceína positiva en ojo izquierdo. años de evolución y síndrome de dependencia alcohólica, siendo este último el motivo por el cual el paciente había comenzado tratamiento con carbimida cálcica 6 g/100 ml en dosis de 10 gotas cada 12 horas hacía 1 mes. su mejor agudeza visual corregida (maVC) en ese momento es de 20/30 en el ojo derecho (OD) y de 20/50 en el ojo izquierdo (Oi). a la exploración biomicroscópica se observan defectos epiteliales múltiples de aspecto dendrítico con tinción con fluoresceína positiva e hiperemia periquerática reactiva en aO. no se objetiva afectación estromal, Tyndall ni precipitados endoteliales. La presión intraocular y la exploración del segmento posterior son normales (figs. 1 y 2). se decide iniciar tratamiento con aciclovir en pomada oftálmica cinco veces al día, ciclopentolato e hidrocloruro de valaciclovir 500 mg cada 8 horas, dada la bilateralidad de la afectación. a los 7 días se revisa nuevamente al paciente, quien refiere no haber iniciado el tratamiento con Valtrex® por habérselo desaconsejado el facultativo responsable del tratamiento de la deshabituación alcohólica. En ese momento, la biomicroscopia muestra un curso favorable de la lesión dendrítica en el OD, mientras en el Oi se objetiva un empeoramiento en forma de queratouveítis (fig. 3). Dado el curso desfavorable en el Oi, se reincide en la importancia de iniciar tratamiento sistémico y se añade tratamiento con corticoides tópicos para tratar el componente inflamatorio. figura 3. imagen de lámpara de hendidura del ojo izquierdo donde se aprecia queratitis epitelial y precipitados endoteliales. finalmente, el paciente inicia el tratamiento pautado refiriendo en la siguiente revisión una mejoría clínica; presenta una maVC de 20/20 en aO y una resolución tanto del componente epitelial como de la inflamación en cámara anterior en la biomicroscopia (fig. 4). 39 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar da cálcica se utiliza en el tratamiento de la deshabituación de los pacientes alcohólicos crónicos ya que ayuda a mantener la abstinencia provocando una aversión hacia el alcohol de forma similar al disulfiram. actúa inhibiendo a nivel hepático la enzima aldehído deshidrogenasa (aLDH) encargada de la oxidación del principal metabolito del etanol, el acetaldehído. El bloqueo de la aLDH en presencia de etanol en sangre provoca un aumento del acetaldehído que se traduce clínicamente en lo que se conoce como reacción aldehídica o efecto disulfirámico, caracterizada por náuseas, vómito, taquicardia y síntomas neurológicos. se metaboliza ampliamente en el hígado a un metabolito inactivo que es eliminado por vía renal. Con respecto al valaciclovir, es conocida su función nefrotóxica por precipitación en los túbulos renales, por lo que es una contraindicación relativa el empleo concomitante de otros medicamentos nefrotóxicos o estrechamente dependientes de la función renal, como es el caso de la carbimida cálcica. El aumento de la concentración de acetaldehído provocado por la carbimida puede conducir al empeoramiento de una nefritis tubulointersticial aguda o crónica. asimismo, una sobredosis por carbimida puede producir una insuficiencia renal aguda, sobre todo si se acompaña de la ingesta de alcohol. En conclusión, presentamos un caso infrecuente de recurrencia corneal herpética bilateral y sugerimos el alcoholismo crónico como factor de riesgo para la bilateralidad y la recurrencia. algunos facultativos pueden encontrar poco aconsejable la asociación de carbimida cálcica y valaciclovir por vía oral, dado el riesgo de nefrotoxicidad si se utilizan de manera conjunta; sin embargo, no debemos olvidar que se trata de una contraindicación relativa y que en determinados casos con queratouveítis herpética, como el que acabamos de presentar, puede llegar a ser necesario su empleo concomitante. En los casos en que se precise su administración conjunta, es impres- figura 4. imagen de lámpara de hendidura donde se aprecia ausencia de afectación herpética en ambos ojos. DISCUSIÓN En la enfermedad corneal herpética, la presentación de un caso con queratitis herpética bilateral es infrecuente y hay muy pocos casos descritos en la bibliografía. La mayoría de estos casos compartían el factor de riesgo común de tratarse de un huésped inmunodeprimido; en nuestro caso consideramos como principal factor de riesgo del compromiso inmunológico el alcoholismo crónico. El abuso de alcohol acompañado de una mala alimentación puede ser causa de hipogammaglobulinemia3, trastorno que puede favorecer una reactivación de herpesvirus latentes. queremos destacar en este caso que nuestro paciente había iniciado tratamiento con carbimida cálcica hacía un mes. La carbimida o cianami- 40 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. qUEraTiTis HErPéTiCa biLaTEraL En PaCiEnTE En TraTamiEnTO Para DEsHabiTUaCión aLCOHóLiCa cindible tanto la realización de un ajuste de dosis previo al inicio del tratamiento en pacientes con antecedentes de afectación de la función renal como una monitorización posterior de esta. 2. Higaki s, inoue Y, Yoshida a, maeda n, Watanabe H, shimomura Y. Case of bilateral multiple herpetic epithelial keratitis manifested as dendriform epithelial edema during primary Kaposi's varicelliform eruption. Jpn J Ophtalmol. 2008;52:127-9. 3. mitani n, aihara m, Yamakawa Y, Yamada m, itoh n, BIBLIOGRAFÍA mizuki n, et al. Drug-induced hypersensitivity syndrome due to cyanamide associated with multiple reacti- 1. Herpetic Eye Disease study Group. Predictors of recurrent herpes simplex virus keratitis. Cornea. 2001;20: 123-8. vation of human herpesviruses. J med Virol. 2005;75: 430-4. 41 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ infECCiOnEs ⏐ afectación De la superficie ocular por EntamoEba, un parásito intestinal Humano laura cabezón martínez COLabOraDOrEs: antonio mateo orobia patricia ramiro millán maría ángeles del Buey sayas José ángel cristóbal Bescós servicio de Oftalmología. Hospital Clínico Universitario Lozano blesa. Zaragoza. de lentes de contacto blandas y haber padecido un herpes corneal hace 3 meses en ese mismo ojo. La agudeza visual mejor corregida en OD es de 0,1 y en ojo izquierdo (Oi) de 1. La exploración oftalmológica del Oi es normal, y en el OD se aprecia un infiltrado corneal central redondeado y de color blanco grisáceo con afectación estromal profunda e implicación del endotelio corneal (fig. 1). INTRODUCCIÓN Entamoeba coli (E. coli) es una ameba que puede encontrarse en el intestino de algunos animales, incluido el hombre, tanto en sujetos sanos como en enfermos, frecuentemente en forma de comensal. Ubicua en cuanto a su distribución y muy prevalente (2-40 %) en la población mundial1, se transmite en forma de quiste viable que llega a la boca por contaminación fecal. Han sido pocos los casos de afectación ocular descritos por el género Entamoeba, la mayoría producidos por la especie E. histolytica2. a continuación presentamos un caso clínico de afectación corneal por E. coli. CASO CLÍNICO acude al servicio de Urgencias de nuestro centro un varón de 27 años con visión borrosa y dolor en el ojo derecho (OD) de 2 días de evolución. El paciente es diabético de tipo 1, y entre sus antecedentes oftalmológicos destacan que es portador figura 1. aspecto inicial de la lesión con gran infiltrado a nivel estromal profundo e implicación endotelial sin defecto epitelial. 42 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. afECTaCión DE La sUPErfiCiE OCULar POr EntAmoEbA, Un ParásiTO inTEsTinaL HUmanO se realiza un raspado corneal, un frotis conjuntival y se envían a estudio microbiológico las lentes de contacto y el líquido de mantenimiento de estas. a la espera del resultado del análisis de cultivo para virus, hongos, amebas y bacterias, comenzamos tratamiento con colirios reforzados de vancomicina y ceftazidima horarios, ciclopléjico cada 8 horas y valaciclovir de 500 mg cada 12 horas, dado el antecedente de lesión herpética que el paciente relataba. a los 10 días del inicio del cuadro, siendo los resultados microbiológicos negativos, persiste el defecto epitelial y se decide añadir al tratamiento colirio de suero autólogo al 20% cinco veces al día, que es sustituido a la semana por colirio de plasma rico en factores de crecimiento (PrfC) al 100 %. a los 15 días de seguimiento, y confirmado mediante tomografía de coherencia óptica, se objetiva la úlcera con melting estromal progresivo. se repite el estudio microbiológico y se realizan serologías en sangre dada la evolución tórpida del cuadro. añadimos al tratamiento tópico colirio de medroxiprogesterona, por sus propiedades antiinflamatorias, con intención de evitar el uso de corticoides y su efecto colagenolítico ante una córnea con adelgazamiento. Tanto el segundo análisis microbiológico como las serologías en sangre resultan negativos. ante la persistencia del defecto epitelial, y habiendo transcurrido 20 días desde el comienzo del cuadro, se decide la realización de trasplante con membrana amniótica, colocando dos capas superpuestas de membrana en la zona corneal adelgazada, que realizan función de injerto (con la membrana basal hacia arriba), y una tercera capa de membrana con función de parche o recubrimiento de toda la superficie corneal (fig. 2). además, en dicha intervención quirúrgica se extrae 1 ml de humor acuoso para nuevo estudio serológico (incluida reacción en cadena de la polimerasa de la familia Hespesviridae) y microbiológico. nuevamente, los resultados de las muestras enviadas resultan negativos. figura 2. aspecto tras la realización de trasplante con membrana amniótica. Tras un resultado satisfactorio de esta intervención con cierre completo del defecto epitelial, al mes comenzamos a observar una nueva zona de defecto epitelial persistente en el área superior de la lesión acompañada de varios infiltrados estromales blanquecinos y puntiformes, dispersos en torno a la zona de la lesión (fig. 3). Para tratar de favorecer el cierre del defecto, añadimos nuevamente tratamiento con PrfC al 100 %. En los días sucesivos, el paciente evoluciona desfavorablemente con aumento de la zona desepitelizada, nuevas zonas blanquecinas estromales y progresivo aumento del melting corneal objetivado con tomo- figura 3. nueva activación del defecto epitelial un mes después de haberse realizado el trasplante con membrana amniótica. 43 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar grafía. Por cuarta vez consecutiva se realiza un nuevo estudio microbiológico en los bordes de la lesión y, finalmente, tras 2 meses desde el inicio del cuadro, el resultado es positivo para E. coli. no se observó presencia de parásitos en heces, y se realizó una ecografía abdominal que descartó la presencia de quistes hepáticos. Comenzamos tratamiento específico con colirio de clorhexidina al 0,02 % cada 2 horas, colirio de polimixina b-neomicina-gramicidina cada 2 horas y colirio de isetionato de propamidina al 0,1 % cada hora, con una reducción lentamente progresiva del tratamiento, consiguiendo la curación de la úlcera con persistencia de leucoma central y adelgazamiento moderado en el estroma corneal. sin embargo, mes y medio más tarde, el paciente acude de nuevo a urgencias presentando un cuadro de microperforación ocular en la zona de adelgazamiento corneal que relaciona con un estornudo. Cronológicamente, el episodio de perforación coincide con un cambio de medicación realizado en la última visita la semana anterior, donde el colirio de isetionato de propamidina es sustituido por colirio de hexamidina. En ese momento se realiza de urgencia un taponamiento de la microperforación con Tachosil® en espera de una evolución satisfactoria que permitiera realizar una queratoplastia, minimizando así los riesgos de dicha intervención quirúrgica. La anatomía patológica tras la exéresis de la pieza corneal se informa de queratitis ulcerativa asociada a fibrosis reparativa. En su última visita y tras 2 meses desde la realización de la queratoplastia penetrante, el paciente presenta una agudeza visual mejor corregida de 0,8 con una presión intraocular de 18 mmHg (fig. 4). figura 4. aspecto final tras queratoplastia penetrante. tacto así como una higiene deficiente en el lavado de manos han podido favorecer la aparición del cuadro. El haberse tratado de un cuadro que no ha presentado la afectación típica de la queratitis por Acantamoeba, como la ausencia de queratoneuritis radial, ha podido contribuir a un error diagnóstico inicial. Para el diagnóstico de certeza son esenciales las pruebas de laboratorio3. En este caso fueron necesarios un total de cuatro estudios microbiológicos hasta que los resultados fueron positivos. Tenemos en cuenta que la posible negatividad repetida de los resultados ha podido venir derivada por un procesamiento erróneo de la muestra. Por ello, es recomendable que la recogida y el cultivo de las muestras se realice con sumo cuidado y con la supervisión del equipo de laboratorio de microbiología. además, tras un cultivo negativo y ante un cuadro que no evoluciona favorablemente, debemos contemplar la posibilidad de que se trate de un negativo falso. Desgraciadamente, muchos casos se diagnostican tardíamente, confundidos principalmente con queratitis herpética o micótica cuyo tratamiento resulta ineficaz. El tratamiento antiamebiano más usado combina el empleo intensivo de una diamidina con una biguanida (ambas quisticidas), para lograr una rápida lisis de los trofozoítos y que el menor DISCUSIÓN La afectación de la superficie ocular por E. coli es muy poco frecuente en nuestro medio. En nuestro caso, un mal uso y cuidado de las lentes de con- 44 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. afECTaCión DE La sUPErfiCiE OCULar POr EntAmoEbA, Un ParásiTO inTEsTinaL HUmanO dro de perforación corneal producido. En cualquier caso, creemos que el adelgazamiento estromal y la depleción de queratinocitos producida por el proceso infeccioso, la producción de colagenasas en el contexto de un cuadro inflamatorio cronificado, y la toxicidad epitelial acumulada de los diferentes tratamientos, asociado a una maniobra de Valsalva, han podido ser los desencadenantes de una lenta colagenólisis con aparición de microperforación corneal. ante una perforación de aproximadamente 1 mm, cabe la posibilidad de realizar varias intervenciones quirúrgicas, como queratoplastia penetrante «en caliente», trasplante multicapa de membrana amniótica, recubrimiento conjuntival o cianocrilato con lente de contacto. Dando por segura la realización de una queratoplastia penetrante en un segundo tiempo, pero en previsión de un mal pronóstico ante una posible infección activa, ojo en atalamia e hiperemia mixta con pannus corneal, se optó por un taponamiento provisional con Tachosil® (adhesivo de fibrina y estroma de colágeno) que consiguió cerrar el globo, «enfriar» el proceso durante unos días y realizar una queratoplastia penetrante programada con menos posibilidades de complicaciones quirúrgicas5. La queratoplastia en pacientes con leucomas corneales inactivos tras haber padecido queratitis por amebas tiene un excelente pronóstico, no así en las queratoplastias «en caliente», donde es frecuente la colagenólisis en el injerto, la reaparición de la infección en el receptor, el glaucoma y la aparición de otras infecciones oportunistas debido a la necesidad de utilizar dosis importantes de corticoides. número posible de ellos revierta a formas quísticas, más resistentes. En España es necesario cursar solicitud de medicamento extranjero para la adquisición de diamidinas como el isetionato de propamidina al 0,1 % (brolene®, may and baker, Dagenham, reino Unido), y la hexamidina, también al 0,1 % (Desomedine®, Chauvin, montpellier, francia). Como biguanidas más activas se usan la clorhexidina y la polihexametilenbiguanida, ambas en colirio al 0,02 %, y no disponibles comercialmente, por lo que deben prepararse como fórmula magistral en una farmacia hospitalaria. Otros medicamentos que parecen de utilidad para el tratamiento de las amebas son las combinaciones de aminoglucósido, como la neomicina-polimixina y gramicidina, que, posiblemente, al margen de su acción amebicida, actúen eliminando los gérmenes que son potenciales nutrientes de los trofozoítos. Por otro lado, la administración de antimicóticos como el ketoconazol por vía oral podría contribuir a la eliminación de la totalidad de las amebas. En casos de inflamación persistente puede ser útil la aplicación tópica de corticoides a dosis bajas, teniendo la precaución de mantener los antiamebianos varias semanas antes, durante y después de administrarlos. Es un tema controvertido, pues aunque reducen el dolor y permiten controlar la repercusión intraocular de la infección, la administración de corticoides puede favorecer la infección de agentes oportunistas así como la colagenólisis y perforación corneales. El uso de medroxiprogesterona como antiinflamatorio tópico es una alternativa útil sin este efecto adverso de los esteroides4. se debe tener en cuenta que los diferentes tratamientos tópicos con los que el paciente ha sido tratado han podido dar lugar a una toxicidad corneal que a su vez ha podido favorecer la formación del melting corneal. En nuestro caso, el cambio de colirio de isetionato de propamidina a colirio de hexamidina coincide en el tiempo con el cua- BIBLIOGRAFÍA 1. fletcher sm, stark D, Harkness J, Ellis J. 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Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ infECCiOnEs ⏐ queratitis por mycobactErium chElonaE en paciente con sínDrome De sJögren clara Berrozpe villabona COLabOraDOrEs: José antonio gegúndez fernández ricardo cuiña sardiña José manuel Benítez del castillo servicio de Oftalmología. Hospital Clínico san Carlos. madrid. INTRODUCCIÓN CASO CLÍNICO mycobacterium chelonae es una micobacteria atípica no tuberculosa de rápido crecimiento1,2, que provoca infecciones oportunistas raras y puede causar patología de superficie corneal como queratitis infecciosa, especialmente en pacientes que presentan factores de riesgo. Los principales son el trauma ocular y la cirugía previa (queratoplastia penetrante, queratotomía radial o cirugía refractiva), y la enfermedad se desarrolla con más frecuencia entre las 2 y las 8 semanas tras la posible situación desencadenante1,3,4. El caso clínico que se describe a continuación presenta, además del antecedente de cirugía ocular previa (queratoplastia penetrante), dos factores de riesgo añadidos: síndrome de ojo seco grave por síndrome de sjögren secundario a artritis reumatoide e inmunosupresión tópica ocular y sistémica debida a los tratamientos pautados por la patología autoinmunitaria subyacente3,4. se trata de una paciente de 69 años, que acude a urgencias de nuestro centro hospitalario por dolor ocular en el ojo izquierdo (Oi). Como antecedentes personales generales presenta síndrome de sjögren en el contexto de artritis reumatoide, en tratamiento con inmunosupresores, y en su historia oftalmológica, síndrome de ojo seco grave complicado con perforación ocular en Oi por queratitis infecciosa, que fue tratada con injerto multicapa de membrana amniótica, posteriormente con trasplante corneal y, por último, con gotas tópicas antibiótico-antiinflamatorias, lubricantes oculares y lente de contacto terapéutica. a la exploración oftalmológica presenta una agudeza visual en Oi de percepción de luz, y en la biomicroscopia muestra hiperemia conjuntival de 360° con absceso corneal paralímbico e hipopion menor de 1 mm (fig. 1). En la imagen ecográfica no se observa ocupación vítrea. se decide mantener tra- 47 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CasOs CLíniCOs En sUPErfiCiE OCULar La anatomía patológica del botón corneal muestra un denso componente inflamatorio de predominio linfohistiocitario, con un patrón vagamente granulomatoso, aunque no se reconocen granulomas bien conformados ni células gigantes. El estudio con ácido peryódico de schiff y plata no revela hongos. no se observa presencia de Acanthamoeba. El estudio con Ziehl muestra abundantes micobacterias atípicas. La población linfoide es policlonal en inmunohistoquímica, con predominio de los linfocitos T, y el cultivo resulta positivo para mycobacterium chelonae (fig. 3). figura 1. absceso corneal paralímbico e hipopion menor de 1 mm. tamiento de base y añadir antibióticos tópicos reforzados e intravenosos, aumentando la pauta de antiinflamatorios. Durante el seguimiento, se constata mala respuesta a este tratamiento, por lo que se realiza una nueva queratoplastia penetrante (fig. 2) y colocación de parche multicapa de membrana amniótica. figura 3. Estudio microbiológico con tinción de Ziehlneelsen, que muestra abundantes micobacterias atípicas. a partir de esta nueva queratoplastia se instaura tratamiento con colirios tópicos reforzados de amikacina 20 mg/ml, claritromicina al 1% y moxifloxacino al 0,5 %, junto con claritromicina 200 mg/12 h por vía oral. El antibiograma muestra sensibilidad para claritromicina y linezolid. a los 3 meses de reducir la claritromicina (principal tratamiento antibiótico), se observa en la biomicroscopia una úlcera trófica corneal y se decide llevar a cabo una nueva intervención, realizando cross-linking transepitelial, junto con inyección intracorneal de claritromicina en las áreas infiltradas y colocación de injerto multicapa y parche de membrana amniótica. En el seguimiento, se observa queratopatía cristalina, y persiste la úlcera trófica recubierta por membrana amniótica (fig. 4). ante la gran difi- figura 2. segunda queratoplastia penetrante. 48 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. qUEraTiTis POr myCobACtErium CHELonAE En PaCiEnTE COn sínDrOmE DE sJöGrEn peña un papel importante en la resistencia del patógeno a los fármacos), sobre todo en pacientes tratados con inmunosupresores, como es nuestro caso, en los que el reto es aún mayor, ya que se ha demostrado que el uso de corticoides empeora y prolonga la evolución del cuadro. La forma de presentación como queratopatía cristalina es una entidad poco frecuente, pero potencialmente grave; descrita principalmente en ojos intervenidos de queratoplastia penetrante y muy estrechamente asociada al uso de corticoides, se caracteriza por la presencia de infiltrados estromales blancos, de aspecto cristalino y morfología arboriforme, tal y como muestra nuestro caso2,5. siempre debemos considerar la queratitis micobacteriana no tuberculosa en el diagnóstico diferencial de casos de infección ocular con mala respuesta al tratamiento, ya que un diagnóstico y tratamiento precoz son las mejores medidas para disminuir la morbilidad ocular. En conclusión, este caso demuestra la importante asociación entre una patología sistémica subyacente y los signos oculares, y la complejidad del manejo clínico de una infección corneal causada por un patógeno poco frecuente que a menudo requiere un tratamiento médico quirúrgico combinado. figura 4. queratopatía cristalina: infiltrados estromales blancos, de aspecto cristalino y morfología arboriforme. cultad para erradicar una infección tan agresiva y persistente, se decide realizar una tercera queratoplastia penetrante. actualmente, la paciente se encuentra en tratamiento con claritromicina y moxifloxacino tópicos, claritromicina y doxiciclina por vía oral y corticoides por vía tópica y sistémica, con buen aspecto corneal y sin infiltrados. DISCUSIÓN El principal factor de riesgo de la infección corneal por micobacterias atípicas es la lesión corneal, descrita con mayor frecuencia tras trauma ocular o cirugía previa, pero también otras patologías que alteran la superficie ocular pueden relacionarse con este cuadro, como el ojo seco, que es una patología oftalmológica muy frecuente con un amplio espectro clínico de afectación. El síndrome de sjögren, que puede llegar a afectar al 3 % de la población, en su mayoría mujeres de mediana edad, se relaciona directamente con la queratoconjuntivitis seca, aunque en ocasiones se asocia con cuadros más graves como queratopatía filamentosa, lisis estromal y perforación y queratitis infecciosa, como es nuestro caso3,4. La queratitis infecciosa micobacteriana atípica representa un desafío en su diagnóstico y tratamiento, debido a su curso clínico tórpido y su pobre susceptibilidad a los tratamientos antibacterianos convencionales (se cree que el biofilm desem- BIBLIOGRAFÍA 1. 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Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ INfLaMaCIóN OCULaR ⏐ CaustiCaCión oCular en una niña de 3 semanas soraya mediero Clemente COLaBORaDORES: Jesús Peralta Calvo natalia Pastora salvador Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz. Madrid. por trauma ocular químico en ojo derecho (OD) tras contacto accidental con nitrato de plata a alta concentración mientras se aplicaba esta sustancia en el cordón umbilical. En la exploración, fijaba y seguía objetos con ambos ojos. No existía heterotropía. Presentaba edema bipalpebral moderado en el lado derecho. En la biomicroscopia se observaron membranas grisáceas en tarso superior e inferior de OD y una ulceración corneal periférica con opacidad corneal subyacente en la zona nasal inferior unida a isquemia límbica adyacente, con una extensión menor de un tercio del perímetro. La tensión ocular era de 12 mmHg. El resto de la exploración del OD y del ojo izquierdo (OI) fue normal. Se le diagnosticó trauma ocular químico de grado II en OD según la clasificación de Roper-Hall3,4. Se procedió a la eliminación urgente del tóxico mediante irrigación abundante con suero fisiológico y se retiraron las membranas con restos de nitrato de plata adheridos a la conjuntiva tarsal. Se pautaron lavados con suero fisiológico, colirio de ofloxacino, colirio de dexametasona-tobramicina, pomada de acetato de hidrocortisona hidrocloruro de oxitetraciclina sulfato de polimixina B, colirio ciclopléjico y lágrimas artificiales. Se realizaron revisiones periódicas. INTRODUCCIÓN La causticación química es una de las patologías adquiridas más graves que pueden afectar a la superficie ocular. La mayoría de los casos ocurren como consecuencia de accidentes laborales o domésticos. El nitrato de plata es una sustancia empleada en medicina fundamentalmente para la quemadura química de lesiones dermatológicas mediante barritas sólidas, cuyo empleo alrededor del ojo debe estar prohibido1. En oftalmología se ha descrito su uso a bajas concentraciones (0,5-1 %) en la profilaxis de la oftalmía neonatorum, en el tratamiento de lesiones papilomatosas como moluscos o en la queratoconjuntivitis límbica superior1. Sin embargo, la lesión accidental de la superficie ocular por nitrato de plata, incluso a bajas concentraciones, puede conducir a graves secuelas oculares. El principal objetivo del tratamiento de las quemaduras oculares es prevenir los efectos sobre la superficie ocular y los párpados2,3. CASO CLÍNICO Paciente que a las 3 semanas de vida es atendida en urgencias de oftalmología de nuestro hospital 51 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR al cuarto día de evolución se liberaron sinequias de fórnix inferior y se colocó un anillo de simbléfaron para impedir la progresión de una contractura fornicial inferior incipiente. Cursó con desepitelización corneal completa, por lo que se le colocó una lente de contacto terapéutica. Se produjo reepitelización corneal, excepto en la zona nasal inferior, que evolucionó a defecto epitelial persistente. Posteriormente se conjuntivalizó esa zona. a partir del mes de evolución se redujo de manera paulatina el tratamiento, manteniendo la hidratación, y se le pautaron oclusiones horarias del OI. Siguió revisiones periódicas sin requerir otras intervenciones específicas. Dos meses después presentaba un notable retraso en el desarrollo ponderoestatural, anisometropía (OD +4,50 esf –2,25 cil a 138° y OI +1,50 esf) y endotropía de +5° en OD. a los 4 meses, la opacidad corneal progresiva afectaba al eje visual (fig. 1), por lo que se decidió realizar injerto de membrana amniótica. Se practicó en el OD, con anestesia general, una epitelectomía sectorial nasal inferior, resección de tejido cicatricial subconjuntival e injerto de membrana amniótica, que se suturó con puntos sueltos de nailon 10/0 en córnea y vicryl 7/0 en conjuntiva fornicial (fig. 2). a las Figura 2. Injerto de membrana amniótica y anillo de simbléfaron. 2 semanas evolucionó hacia la dehiscencia del sector corneal (fig. 3), por lo que se realizó un nuevo injerto de membrana amniótica fijándola con pegamento de fibrina y con anclaje conjuntival mediante puntos de vicryl 9/0 a limbo. Se pautó medicación tópica antibiótica y antiinflamatoria. El curso posoperatorio inmediato tras esta última intervención fue favorable. El décimo día del posoperatorio la paciente fue atendida en urgencias de oftalmología por irrita- Figura 1. Opacidad corneal que afecta al eje visual. Figura 3. Dehiscencia de membrana amniótica y defecto epitelial corneal. 52 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaUStICaCIóN OCULaR EN UNa NIña DE 3 SEMaNaS en estos casos es obligada cuando ocurre un daño unilateral, sobre todo si compromete la transparencia corneal5. La ambliopía se puede producir por opacidades corneales parciales. Se debe realizar oclusión ocular en los grupos de edad en los que es posible su aparición para evitarla5. En nuestra paciente se produjo la lesión ocular a las 3 semanas de vida, edad en la que se puede producir ambliopía, por lo que se le colocó oclusión temprana y se llevó a cabo tratamiento intensivo para intentar restablecer la transparencia corneal. El trasplante de membrana amniótica ha sido propuesto como un recubrimiento biológico para reducir el dolor, promocionar la epitelización temprana para restaurar la conjuntiva y la superficie corneal, reducir la inflamación, la fibrosis, la neovascularización y prevenir la formación de simbléfaron por sus propiedades antiinflamatorias y anticicatriciales tras quemaduras oculares agudas2,3,5. Estas propiedades hacen que sea de gran utilidad en el tratamiento de los niños debido a la considerable inflamación y cicatrización que se produce en ellos. En nuestro caso se llevó a cabo el recubrimiento del defecto epitelial con membrana amniótica dos veces debido a que se produjo dehiscencia. En los niños es más difícil evitar la fricción ocular, lo que favorece la dehiscencia de la membrana amniótica. Es de gran importancia el empleo de antibióticos profilácticos en el tratamiento de estas lesiones por la alta probabilidad de infección debido a la presencia de una superficie ocular no íntegra e inflamada unido al tratamiento con corticoides2-4. En nuestro caso, a pesar de que se siguió tratamiento antibiótico profiláctico, la paciente presentó, tras el segundo injerto de membrana amniótica, queratitis infecciosa y un absceso corneal en zona nasal inferior. Es posible que fuera debido a la presencia del anillo de simbléfaron, que puede favorecer la aparición de infecciones. Se resolvió tras tratamiento con antibiótico tópico reforzado y la retirada del anillo de simbléfaron, dejando bilidad. Se detectó la pérdida del injerto corneal, unida a queratitis marginal de aspecto infeccioso y un absceso corneal en zona nasal inferior de 2,5 × 2,5 mm. al encontrarse en tratamiento con antibiótico tópico, se decide tratamiento con antibiótico reforzado empírico (colirio de vancomicina y ceftazidima), colirio de atropina al 1 %, colirio de hidrocloruro de moxifloxacino y se retiró el anillo de simbléfaron. Siguió una evolución favorable y 5 días después, tras la mejoría del defecto epitelial y de la infección corneal, se añadió colirio de rimexolona para disminuir la inflamación y la aparición de cicatriz corneal. En la última exploración realizada un año después de producirse la lesión, la paciente había ganado peso, fijaba y seguía objetos con ambos ojos, presentaba anisometropía (OD +8,25 esf –4,25 cil a 66° y OI +1 esf) y endotropía de +5° en OD, no existía afectación palpebral, en la biomicroscopia se observaba un leucoma corneal donde tuvo el defecto epitelial sin signos de infección y conjuntivalización corneal de la zona. El resto de la exploración del OD y del OI era normal. DISCUSIÓN En las causticaciones oculares por sustancias químicas, la reparación del daño depende del agente causante y de la extensión de la afectación corneal, límbica, conjuntival y palpebral4. Es importante detectar inicialmente la cantidad de afectación y documentar los cambios en los exámenes siguientes de forma frecuente; sin embargo, la gravedad inicial puede dar una idea del pronóstico3,4. En las causticaciones oculares, la córnea puede perder su transparencia como resultado de la opacificación causada por la quemadura química o la invasión por la conjuntiva vascularizada5. La opacificación corneal unilateral en niños visualmente inmaduros puede tener consecuencias deletéreas como ambliopía, pérdida de fijación y estrabismo5. La rehabilitación temprana de la visión 53 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR do al riesgo que conlleva la inmunosupresión en estas edades y al ser necesario desinflamar primero los tejidos dañados. Las quemaduras oculares químicas requieren un tratamiento intensivo desde el momento de la lesión para conseguir restaurar la superficie ocular normal, y un seguimiento cercano para poder detectar y tratar las posibles complicaciones que vayan surgiendo. La consecución de transparencia corneal cobra una gran importancia en el caso de los niños en los que una opacificación de medios podría llevar a ambliopía. como secuela la aparición de un leucoma y conjuntivalización corneal de la zona. La lesión palpebral con formación de simbléfaron, entropión cicatricial o la aparición de lesión mecánica en la córnea por exposición puede ser problemático3,4. a nuestra paciente se le colocó un anillo de simbléfaron al cuarto día de la quemadura ocular para impedir la progresión de una contractura fornicial inferior incipiente, que en los niños puede ser mayor debido a la gran capacidad de regeneración de los tejidos. Otros procedimientos de importancia en el tratamiento de las quemaduras oculares son el autotrasplante y el alotrasplante límbico, cuando existe lesión en las células madre límbicas, y en muchas ocasiones la realización de queratoplastia penetrante o de una queratoprótesis para ayudar a la restauración de la visión en casos en que no es posible restaurar la claridad corneal3,4. Estos procedimientos pueden llevar asociada la necesidad de realizar inmunosupresión con el riesgo de infección que esto conlleva en la edad pediátrica. además, antes de realizar un trasplante límbico, una queratoplastia o de colocar una queratoprótesis, es necesario que el ojo no esté inflamado. En nuestra paciente dejamos estos tratamientos para un segundo tiempo si fuese necesario, debi- BIBLIOGRAFÍA 1. Laughrea Pa, arentsen JJ, Laibson PR. Iatrogenic ocular silver nitrate burn. Cornea. 1985;4:47-50. 2. tamhane a, Vajpayee RB, Biswas NR, Pandey RM, Sharma N, titiyal JS, et al. 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Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ INfLaMaCIóN OCULaR ⏐ esCleroqueratitis no atóPiCa PosqueratoPlastia lamelar anterior ProFunda Cristina Fernández miranda COLaBORaDORES: Jorge solana Fajardo Juan Pedro torres Pereda diego garcía guisado Patricia suárez-Bárcena tenorio antonio Félix Conde martín Servicio de Oftalmología. Hospital Perpetuo Socorro. Badajoz. profunda anterior (DaLK) en ojo derecho (OD) que desarrolló PKaS en ambos injertos. Como antecedentes de interés destacamos diabetes mellitus, ausencia de atopia documentada y perforación corneal tratada con recubrimiento conjuntival de urgencia hace un año. INTRODUCCIÓN La escleroqueratitis atópica posqueratoplastia (PKaS) es una forma rara y grave de inflamación de la superficie ocular, descrita en pacientes atópicos tras queratoplastia, caracterizada por aflojamiento o pérdida de la sutura y melting del injerto. Generalmente ocurre durante el período posoperatorio temprano (1 a 4 semanas). El diagnóstico precoz y la rápida instauración del tratamiento inmunosupresor tópico y sistémico son esenciales para prevenir las posibles complicaciones. La etiología de la PKaS es aún desconocida. Hay poca información acerca de los factores de riesgo, pero está documentada su asociación con blefaroconjuntivitis atópica, neovascularización corneal preoperatoria y enfermedad sistémica, como asma bronquial o diabetes mellitus1. Presentamos el caso de un paciente con dos intervenciones quirúrgicas de queratoplastia lamelar CASO CLÍNICO Varón de 76 años, diabético y seudofáquico, que presentó una úlcera corneal bacteriana (cultivo positivo para Staphyloccoccus aureus) asociada a hipopion en OD. a pesar del tratamiento con ciprofloxacino tópico y oral asociado a tobramicina, dexametasona y ciclopléjico tópicos, el adelgazamiento estromal progresó a perforación de aproximadamente 1 mm de diámetro. Se realizó recubrimiento conjuntival fuera de nuestro centro. En nuestra primera consulta, la agudeza visual en OD era de 0,05. Con lámpara de hendidura observamos que la perforación ya estaba contro- 55 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR negativo) nasal inferior en el botón donante, tratado con lente de contacto terapéutica, moxifloxacino tópico y disminución del tratamiento corticoideo (fig. 2). Otra semana después, acudió con gran aumento del defecto epitelial y melting que coincidía con la antigua zona del recubrimiento y afectaba al botón receptor, con tres puntos de sutura aflojados que hubo que retirar. Los cultivos volvieron a ser negativos. a raíz de esto, sospechamos una escleroqueratitis posqueratoplastia en paciente sin atopia documentada, comenzando tratamiento corticoideo tópico (acetato de prednisolona cada hora), sistémico (prednisona 1 mg/kg al día) e implantamos nueva membrana amniótica. El cuadro se resolvió dejando un leucoma residual asociado a gran adelgazamiento estromal, muy evidente en la zona de la perforación antigua. ante el riesgo de nueva perforación y por el leucoma residual que afectaba al eje visual, una vez controlado el proceso, se realizó de nuevo una técnica lamelar anterior profunda con recambio del botón donante. asociamos, en el mismo acto qui- lada y que habían desaparecido los signos infecciosos. Existía pigmento retroquerático a este nivel. La cámara anterior estaba formada y sin celularidad. La seudofaquia era correcta. La presión intraocular era de 15 mmHg y en el fondo de ojo la retina estaba aplicada, con mácula estructurada y papila normal, aunque era difícil apreciar detalles. Incluimos al paciente en lista de espera quirúrgica para DaLK. En la zona adyacente e inferior al recubrimiento conjuntival se desarrolló una pérdida de sustancia estromal progresiva posiblemente secundaria al dellen producido por la impronta del recubrimiento, sin signos inflamatorios (fig. 1). a pesar del tratamiento intensivo con lubricación y suero autólogo, requirió tres implantes de membrana amniótica. Figura 1. Dellen o adelgazamiento periférico corneal a las 7 horas por inestabilidad de la película lagrimal secundaria a la impronta del recubrimiento conjuntival. Obsérvese la notable pérdida estromal y la neovascularización corneal inducida por el colgajo conjuntival. Figura 2. En la imagen de la izquierda, posoperatorio precoz de la primera queratoplastia lamelar anterior profunda, donde se observa la transparencia del botón donante, ausencia de irregularidades en la interfase donante-receptor y adecuada coaptación de las suturas. En la imagen de la derecha, defecto epitelial y gran adelgazamiento estromal en la misma localización del antiguo recubrimiento conjuntival, donde se aprecia la aposición de membrana amniótica para la prevención de la perforación a este nivel. Posteriormente se realizó la DaLK con éxito, comprobando la integridad del endotelio y la membrana de Descemet, que presentaban fibrosis en la zona de perforación antigua (a las 5 horas). Una semana después de la intervención, apareció un defecto epitelial progresivo (de cultivo 56 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ESCLEROqUERatItIS NO atóPICa POSqUERatOPLaStIa LaMELaR aNtERIOR PROfUNDa rúrgico, el implante de dos capas de membrana amniótica sobre el nuevo botón para optimizar la integridad del epitelio. El botón que fue retirado se dividió en dos partes. Una de ellas se utilizó para estudio anatomopatológico (se encontró exclusivamente celularidad inflamatoria) (fig. 3) y la otra para estudio microbiológico (siendo el cultivo para aerobios, anaerobios y hongos negativo). Figura 4. a la izquierda puede apreciarse el aflojamiento de la sutura y melting, características clínicamente descriptivas de la escleroqueratitis posqueratoplastia, que se desarrolló en el paciente tras la segunda DaLK, a las 5 horas (zona del colgajo conjuntival y episodio anterior de PKaS). a la derecha, estado actual, todavía con restos del último implante de membrana amniótica, pero con recuperación de la integridad de la superficie ocular. Figura 3. Estudio anatomopatológico. Biopsia del botón donante utilizado para la primera DaLK tras el recambio en la segunda cirugía a diferentes aumentos (40x en la imagen de la izquierda y 400x en la imagen de la derecha), con tinción de hematoxilina-eosina, demostrativa de la naturaleza inflamatoria del infiltrado (núcleos de polimorfonucleares). 4 semanas) de algunas queratoplastias, como la DaLK. Clínicamente, la PKaS se manifiesta por aflojamiento de sutura asociado a melting corneal. Desde el punto de vista histopatológico presenta un infiltrado por neutrófilos y eosinófilos. La aparición precoz de un defecto epitelial en el posoperatorio no exime una respuesta de rechazo contra el epitelio donante. Por tanto, la PKaS podría ser un tipo de rechazo agudo epitelial y estromal (más frecuente en atópicos). Nuestro paciente no tiene atopia documentada, pero consideramos este proceso como manifestación de la activación de la autoinmunidad, que puede ser desencadenado también por otros mecanismos. En nuestro caso debemos realizar el diagnóstico diferencial: en primer lugar, con alteraciones de la sutura2, puesto que la mayoría de cirujanos tienden a colocarlas más superficialmente que en queratoplastias penetrantes, lo que provoca un escalón entre botón donante y receptor que dificulta la epitelización desde el limbo y puede manifestarse como un defecto epitelial persistente con riesgo de sobreinfección y adelgazamiento estro- Dos semanas después, la escleroqueratitis recidivó en la misma localización. Se intensificó el tratamiento corticoideo (tópico y oral), se retiraron las suturas aflojadas, se resuturó para favorecer la adhesión donante-receptor y se volvió a implantar la membrana amniótica. En esta ocasión la evolución fue favorable (fig. 4). Un mes después de la última intervención, el paciente se encuentra estable, con el botón transparente y sin zonas de defecto epitelial o adelgazamiento estromal. La mejor agudeza visual corregida es de 0,3. DISCUSIÓN La PKaS es una complicación poco frecuente que se presenta en el posoperatorio precoz (de 1 a 57 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR mal. En segundo lugar, con el rechazo estromal (mucho más tardío) y clínicamente caracterizado por edema corneal asociado a haze y vascularización periférica3. En tercer lugar, con infección de la interfase, generalmente secundaria a colonización por estafilococos, estreptococos o neumococo. En cuarto lugar, con queratitis ulcerativa periférica en el contexto de una enfermedad sistémica reumatológica o inmunitaria4 (que no presentaba nuestro paciente por la normalidad del estudio sistémico). El manejo de la escleroqueratitis posqueratoplastia incluye intervención precoz para eliminar cualquier sutura aflojada y resuturación en casos tempranos con pobre adhesión donante-receptor. además de la inmunodepresión tópica, forma también parte del protocolo de tratamiento la inmunosupresión sistémica (asociando ciclosporina en casos no controlados con corticoides). La queratoplastia está indicada en perforaciones por melting progresivo, no existiendo contraindicación para la técnica lamelar anterior profunda si se ha restituido la integridad del endotelio y la membrana de Descemet. La importancia de la identificación de factores de riesgo para escleroqueratitis posqueratoplastia radica en que el tratamiento profiláctico con corticoides e inmunosupresores podría ser efectivo. En nuestro caso, no pautamos inmunosupresión sistémica preventiva en la segunda intervención quirúrgica porque no existen suficientes estudios que avalen su efectividad. Se han descrito como factores de riesgo la blefaroconjuntivitis atópica, la neovascularización corneal preoperatoria y las enfermedades sistémicas como asma bronquial o diabetes mellitus. Nosotros consideramos en nuestro paciente la diabetes mellitus y el recubrimiento conjuntival como factores favorecedores del proceso y la recidiva en el nuevo trasplante. Izaguirre Roncal et al. no encontraron influencia del recubrimiento conjun- tival en la evolución de las queratoplastias en su serie de 18 recubrimientos conjuntivales de urgencia. Sin embargo, en nuestra experiencia, se pueden considerar un factor favorecedor de complicaciones por proveer un soporte para la neovascularización corneal, puesto que los procesos se desarrollaron en la misma zona del colgajo conjuntival. En sentido opuesto, consideramos la técnica lamelar anterior un factor protector del rechazo en pacientes de riesgo. En nuestro caso, asumimos una peor agudeza visual y mayor dificultad técnica, pero defendemos la realización de DaLK en pacientes con pronóstico visual comprometido y riesgo de complicaciones para reconstituir la integridad de la superficie ocular5. En cualquier caso, debido a que la escleroqueratitis posqueratoplastia es una complicación rara aunque potencialmente devastadora, es importante mantener un elevado grado de sospecha, identificar situaciones de riesgo y un diagnóstico y tratamiento precoz con inmunosupresión y manejo de la sutura para evitar el daño irreversible del injerto corneal. BIBLIOGRAFÍA 1. tomita M, Shimmura S, tsubota K, Shimazaki J. Postkeratoplasty atopic sclerokeratitis in keratoconus patients. J Ophthalmology. 2008;115(5):851-6. 2. Krachmer JH, Mannis MJ, Holland EJ. Cornea, fundamentals, diagnosis and management. 2.ª ed. Philadelphia: Elsevier Mosby; 2005. 3. Olson Ea, tu EY, Basti S. Stromal rejection following deep anterior lamellar keratoplasty: implications for postoperative care. Cornea. 2012;31(9):969-73. 4. Liesegang tJ, Skuta GL, Cantor LB. tema 9. En: Enfermedades externas y córnea. american academy of Ophthalmology. Curso de ciencias básicas y clínicas 2007-2008. Sección 8. Barcelona: Elsevier; 2008. p. 20541. 5. Villarrubia Cuadrado a, Mendicute del Barrio J, Pérez Santoja JJ, Jiménez-alfaro Morote I, Güel Villanueva JL. queratoplastia lamelar, técnicas quirúrgicas. Comunicación solicitada 81. Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología. Zaragoza, 2005. 58 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ INfLaMaCIóN OCULaR ⏐ maneJo de la neCrólisis ePidérmiCa tóxiCa Con aFeCtaCión oCular grave alicia garde gonzález COLaBORaDORES: mercedes Yolanda gonzález ruiz ana Fernández Hortelano daniel gonzález gonzález elena isabel sevillano Fernández Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario de Getafe (Madrid). INTRODUCCIÓN CASO CLÍNICO La necrólisis epidérmica tóxica (NEt) o síndrome Varón de 47 años que comienza con fiebre, mal estado general, exantema pruriginoso en tórax y cara con formación de ampollas y afectación de la mucosa oral y faríngea. No tiene antecedentes personales de interés, y como datos destacables, su hijo presentó varicela 15 días antes, y él había tomado dos dosis de paracetamol. Dado el grave empeoramiento del cuadro, se le traslada a la Unidad de Cuidados Intensivos de nuestro centro a las 72 horas de comenzado el cuadro. Las biopsias cutáneas realizadas muestran lesiones de NEt, sin signos de infección viral por varicela, y la serología para el herpes es negativa. En las primeras 24 horas tras su ingreso se realiza exploración oftalmológica, que pone de manifiesto hiperemia conjuntival grave, ulceración de piel y márgenes palpebrales y queratitis punteada difusa confluente en ambos ojos (aO). Se pauta, según protocolo del servicio, pomada de aureo- de Lyell es una erupción aguda, grave y autolimitada que afecta a la piel y membranas mucosas, que incluyen córnea y conjuntiva1,2. De etiología desconocida, se ha encontrado relación con reacciones de hipersensibilidad a factores ambientales, como infecciones y medicamentos. Estos últimos son el factor desencadenante más común, a pesar de que se ha descubierto una asociación entre el HLa-B12 y un mayor riesgo de padecer NEt1. Las complicaciones oculares son la secuela más frecuente en estos pacientes, principalmente el ojo seco, las cicatrices y retracciones de la conjuntiva bulbar y tarsal, las malposiciones de los márgenes palpebrales y las lesiones corneales1,3. Es, por tanto, importante un diagnóstico y tratamiento precoz durante la fase aguda, pues un 35 % de los pacientes que sobreviven presentan secuelas oculares en la fase crónica4. 59 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR micina y colirio de ciclosporina al 2 % cada 6 horas y abundante lubricación con lágrimas artificiales sin conservantes. Se solicita de forma urgente la preparación de suero autólogo al 20 %, para ser instilado cuatro veces al día, previa realización de hemocultivo que descarte bacteriemia. al día siguiente se evidencia necrosis conjuntival grave, formación de membranas de fibrina en fondos de saco, simbléfaron y gran actividad inflamatoria a nivel límbico y ulceración corneal en aO. ante la agresiva evolución se realiza trasplante de membrana amniótica (tMa) al tercer día de su ingreso. La técnica quirúrgica consiste en el recubrimiento de toda la superficie ocular con un fragmento de membrana amniótica criopreservada de 5 × 5 cm de tamaño. Para su fijación se utiliza un anillo de simbléfaron de 22 mm y aplicación de un adhesivo biológico (tissucol®) en fondos de saco, conjuntiva tarsal y borde palpebral (fig. 1). antes del tMa se realiza liberación del simbléfaron, extracción de membranas de fibrina y tejido necrótico, depilación de pestañas residuales y curetaje del borde palpebral. además, se colocan suturas de tracción en ambos párpados para facilitar la apertura palpebral a la hora de aplicar los tratamientos y realizar la exploración (fig. 2). Figura 2. trasplante de membrana amniótica y suturas de tracción. El paciente es revisado diariamente, y a las 2 semanas se realiza nuevo tMa porque persistía actividad inflamatoria, aunque de menor intensidad. En el momento del alta hospitalaria, al mes y medio de su ingreso, el paciente tiene una visión espontánea de 0,8 en aO, de 1 con estenopeico, córnea transparente sin queratopatía ni insuficiencia límbica, tiempo de rotura lagrimal (BUt) de 4-5 segundos y test de Schirmer con anestesia de 8 mm en ojo derecho y 7 mm en ojo izquierdo. Los párpados continúan engrosados, con desestructuración del borde libre, disfunción de glándulas de Meibomio de tipo obstructivo, epitelización de puntos lagrimales y madarosis. Respecto a la conjuntiva, se observa cicatrización subepitelial en ambos tarsos, manteniendo buenos fondos de saco y sin evidencia de simbléfaron. El paciente, tras 3 años y medio de seguimiento, ha precisado tratamiento con colirio de dexametasona sin conservantes y pomada oftálmica de oxitetraciclina e hidrocortisona en episodios recurrentes de reactivación inflamatoria con empeoramiento del ojo seco. Desde hace 2 años sigue tratamiento crónico con ciclosporina al 0,05 % cada 12 horas, lo que ha reducido notablemente el uso Figura 1. aplicación de tissucol® en fondos de saco, conjuntiva tarsal y borde palpebral. 60 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. MaNEJO DE La NECRóLISIS EPIDéRMICa tóxICa CON afECtaCIóN OCULaR GRaVE Figura 3. Áreas de madarosis y quistes de retención acuosa tarsales. Figura 4. Estado del paciente en la actualidad. de corticoides tópicos y de episodios inflamatorios. El tratamiento con suero autólogo al 20 % se pauta desde el alta hospitalaria (aunque se ha necesitado interrumpirlo en varios episodios de conjuntivitis bacteriana), y se suspende definitivamente a los 6 meses de comenzar el tratamiento con ciclosporina tópica; desde entonces precisa solo lágrimas artificiales sin conservantes. también ha requerido depilación ocasional con pinzas de pestañas distiquiásicas (aunque predominan las áreas de madarosis), y drenaje de quistes de retención acuosa tarsales (fig. 3). actualmente, el paciente tiene una visión espontánea de 1,0 en aO y como secuela fundamental presenta un ojo seco moderado5 o de grado 2 según la clasificación del Dry Eye Workshop, que precisa tratamiento crónico, pero que no le incapacita para su actividad diaria (fig. 4). cierta controversia en este aspecto, no se ha demostrado relación de la afectación ocular con el grado de gravedad (SCORtEN) de la necrólisis, el área de piel afectada o la etiología1. Por dicho motivo consideramos importante realizar un seguimiento oftalmológico precoz de todos los pacientes diagnosticados de esta enfermedad. Respecto al manejo agudo del síndrome de Lyell, todavía no hay consenso, y el uso de corticoides es controvertido. Pese al efecto beneficioso que poseen, inhibiendo la inflamación en la fase aguda, hay que tener en cuenta que pueden provocar un aumento del riesgo de infección y mortalidad. Sotozono et al., en un estudio de 94 pacientes, concluyeron que el uso precoz de corticoides tópicos, y quizá también sistémicos, era importante para la prevención de la pérdida de las células madre del epitelio corneal2. Sin embargo, Power et al., en una revisión retrospectiva de pacientes tratados con corticoides sistémicos (n = 366) no objetivaron una reducción significativa de las secuelas oculares4. Gregory et al., en un estudio de 10 pacientes, concluyen que a pesar del posible efecto beneficioso de los corticoides, el tMa por sí solo ya presenta beneficios, por lo que puede obviarse el tratamiento con estos. En este caso es DISCUSIÓN a pesar de que la incidencia de NEt es baja (0,41 casos por millón de personas por año)1-3, es importante el conocimiento de esta patología y la realización de una valoración oftalmológica precoz y un seguimiento frecuente. Pese a que existe 61 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR na. además, el epitelio corneal dañado por la afectación de las células madre del limbo dificulta la adhesión de la película lagrimal. Pero esta no es la única causa de ojo seco que presentan estos pacientes. también tienen un componente evaporativo, debido a la obstrucción y disfunción de las glándulas de Meibomio, que lleva a una deficiencia de la capa lipídica de la lágrima1,5. En la etiopatogenia del ojo seco en las patologías penfigoides, en el síndrome de Lyell, de StevensJohnson, y en los síndromes de CRESt, hay que mencionar el mecanismo inmunopatogénico. Se produce un ataque autoinmunitario de los tejidos ectodérmico y mesodérmico y, por tanto, una destrucción secundaria de las glándulas. La gravedad del ojo seco inmunopatogénico frecuentemente es de grado 3, con daño permanente de la superficie ocular y en ocasiones disminución definitiva de la agudeza visual5. Gracias al seguimiento y tratamiento precoz, las secuelas que presenta nuestro paciente a largo plazo son la madarosis y un ojo seco moderado, no grave (fig. 4). Con el tratamiento realizado se ha conseguido una función visual normal (1,0 en aO), pero una necesidad crónica de sustitutivos lagrimales y antiinflamación (ciclosporina). Se ha realizado un tratamiento escalonado, con lágrimas artificiales sin conservantes, suero autólogo y ciclosporina. No se pusieron tapones lagrimales en el tratamiento del ojo seco pues, debido a la propia enfermedad, el paciente presentaba epitelización de los puntos con obstrucción lagrimal. importante tener en cuenta que la aplicación de la membrana amniótica tendría solo beneficio local3. En el protocolo que nosotros realizamos, el manejo inicial se lleva a cabo con ciclosporina intravenosa, pomada de aureomicina, colirio de ciclosporina al 2 % y suero autólogo. Dentro de la primera semana se realiza un tMa. Shay et al., y Gregory et al., describen en su procedimiento la sutura de la membrana en los márgenes palpebrales y en epiesclera3,4. La técnica empleada por nosotros consiste en la aplicación de tissucol® en fondos de saco, conjuntiva tarsal y borde palpebral. En nuestra experiencia, esta técnica acorta el tiempo quirúrgico y disminuye la inflamación y el sangrado que se produce con la utilización de puntos de sutura. Conviene destacar la importancia del tratamiento con tMa, pues esta promueve la epitelización y reduce la inflamación y la cicatrización4. Hay que realizar tantos tMa como sean necesarios hasta que la inflamación se resuelva por completo3, dado que en estos pacientes la reabsorción de la membrana se produce más rápidamente que en los que no padecen necrólisis. En el caso presentado, realizamos un primer tMa a los 3 días de su ingreso, repitiéndolo a las 2 semanas. En el síndrome de Lyell hay una fase aguda y otra crónica, y muchos de ellos presentan episodios recurrentes. La evolución final es un cuadro de distiquiasis y ojo seco grave, tanto evaporativo como hiposecretor. En los pacientes con NEt, la lesión corneal puede ser debida al daño directo de las células madres del limbo, pero también a la malposición palpebral, distiquiasis o patología tarsal. El ojo seco es la secuela más común a largo plazo y su etiología es multifactorial. Por una parte, el paciente presenta un ojo seco hiposecretor. La inflamación y la necrosis conjuntival favorecen la destrucción de las células caliciformes y, por tanto, hay una disminución en la secreción de muci- BIBLIOGRAFÍA 1. López-García JL, Rivas Jara L, García-Lozano CI, Conesa E, Elosua de Juan I, Murube del Castillo J. Ocular features and histopathologic changes during follow-up of toxin epidermal necrolysis. Ophthalmology. 2011;118:26571. 2. Sotozono C, Ueta M, Koizumi N, Inatomi t, Shirakata Y, Ikezawa Z, et al. Diagnosis and treatment of StevensJohnson syndrome and toxic epidermal necrolysis with ocular complications. Ophthalmology. 2009;116:685-90. 62 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. MaNEJO DE La NECRóLISIS EPIDéRMICa tóxICa CON afECtaCIóN OCULaR GRaVE Johnson syndrome and toxic epidermal necrolysis. Surv Ophthalmol. 2009;54:686-96. 5. Murube J, Németh J, Höh H, Kaynak-Hekimhan P, Horwath-Winter J, agarwal a, et al. the triple classification of dry eye for practical clinical use. Eur J Ophthalmol. 2005;15:660-7. 3. Gregory DG. treatment of acute Stevens-Johnson syndrome and toxic epidermal necrolysis using amniotic membrane: a review of 10 consecutive cases. Ophtalmology. 2011;118:908-14. 4. Shay E, Kheirkhah a, Liang L, Sheha H, Gregory DG, tseng S. amniotic membrane transplantation as a new therapy for the acute ocular manifestations of Stevens- 63 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ INfLaMaCIóN OCULaR ⏐ vasCulitis sistémiCa Y tuBerCulosis: dos enFermedades simBiótiCas anabel lópez monguía COLaBORaDORES: lucía martínez-Costa Pérez lorena domingos gid Fernando santander trentini rosa goriet Pardo Pedro sanz solana Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Doctor Peset. Valencia. ha visto «una mancha oscura» en el ojo derecho (OD). El paciente niega dolor o visión borrosa, no tiene secreciones y sí refiere sensación de cuerpo extraño desde hace 6 meses. Como antecedentes oftalmológicos, el paciente fue intervenido de cataratas 4 años antes sin incidencias. En la exploración física se observa una agudeza visual corregida en el OD de 0,7 (0,8) y en el ojo izquierdo de 0,7 (0,9). En la lámpara de hendidura destaca en el OD una placa de coloración gris oscura en la conjuntiva nasal que afecta en profundidad a la esclera con transparencia de la coroides subyacente. La placa está adherida y tiene un tamaño de 3,1 mm horizontal × 3,5 mm vertical (fig. 1). No hay hiperemia asociada. Se observa además un adelgazamiento de la córnea periférica a modo de anillo, periférico, de 360°, sin que se evidencien defectos epiteliales (figs. 2 y 3). El resto de la exploración es normal en ambos ojos. No hay proptosis, y la motilidad ocular extrínseca e intrínseca es normal. Antecedentes personales: hipertensión arterial (Hta) de 7 meses de evolución. Ex fumador de 50 paquetes-año. Crisis de gota. Peso: 70 kg. Seis INTRODUCCIÓN Las vasculitis necrotizantes sistémicas causan déficit de perfusión tisular, microangiopatía y depósito de inmunocomplejos en la superficie ocular con afectación frecuente de la capa escleral. La escleritis nodular y la escleromalacia perforans son dos entidades relacionadas con la panarteritis nudosa, el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren, la arteritis de la temporal y la granulomatosis de Wegener, así como la hepatitis autoinmunitaria. aunque estas entidades estén presentes, no debemos olvidar nunca el cribado de la tuberculosis pulmonar o extrapulmonar debido a su alta prevalencia y comorbilidad. La omisión de su diagnóstico puede poner en peligro la vida de nuestros pacientes si están siendo tratados con terapia inmunosupresora sistémica. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de un varón de 69 años que acude al servicio de urgencias porque su nieto le 64 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VaSCULItIS SIStéMICa Y tUBERCULOSIS: DOS ENfERMEDaDES SIMBIótICaS Figura 1. Placa de escleritis necrotizante con un tamaño de 3,1× 3,5 mm. Figura 2. Mejoría de la escleritis tras tratamiento inmunosupresor. meses antes presentó un episodio de distensión abdominal, por lo que se realizó una analítica rutinaria en su centro de salud. Dicha analítica mostró una ligera elevación de las transaminasas, con una aspartato aminotransferasa de 48 UI/l y una alanina aminotransferasa de 69 UI/l, motivo por el cual su médico de cabecera lo remitió al servicio de digestivo, donde le solicitaron un perfil hepático completo con autoinmunidad y una ecografía abdominal. Los autoanticuerpos fueron positivos y la ecografía mostró un aneurisma de la aorta abdominal infrarrenal de 5 cm. El paciente comenzó tratamiento con prednisona en dosis de 1 mg/kg en pauta descendente. a pesar de la mejoría inicial, presentó un episodio de dolor abdominal, acolia y coluria que precisó ingreso en digestivo, realizándose biopsia hepática que demostró una hepatitis crónica grave con grado de actividad 6/8 y fibrosis 3/4, por lo que se inició tratamiento con azatioprina en dosis de 50 mg/día. tres meses antes de acudir a urgencias oftalmológicas presentó un cuadro respiratorio de tos, esputos mucopurulentos y astenia sin fiebre, por lo que se le realizó una radiografía de tórax que mostró lesiones compatibles con bronquiectasias sobreinfectadas. Se le trató con antibioticoterapia oral de amplio espectro con mejoría completa del cuadro. Tratamiento actual: espironolactona 25 mg/día, pantoprazol 15 mg/día y azatioprina 50 mg/día. En resumen, nos encontramos ante un varón en tratamiento inmunosupresor (azatioprina) por hepatitis autoinmunitaria, que presenta una lesión ocular compatible con una escleromalacia perforans, con Hta de reciente aparición y bronquiectasias. La escleromalacia perforans es una entidad clínica caracterizada por una escleritis necrotizante progresiva en la que no existe inflamación ocular. aparece con relativa frecuencia en vasculitis sistémicas y enfermedades autoinmunitarias como la panarteritis nudosa, la enfermedad de Horton, la artritis reumatoide, la hepatitis autoinmunitaria y en la granulomatosis de Wegener (en esta última es más común la escleritis necrotizante con inflamación ocular). a su vez, también puede encontrarse en pacientes afectados de tuberculosis sistémica u ocular. Nuestro paciente presenta una enfermedad ocular con riesgo de perforación y una enfermedad sistémica no controlada, por lo que se decide el ingreso. Se solicita una radiografía de tórax en la que se observa una opacidad seudonodular en el lóbulo superior derecho e imágenes nodulares en lóbulo superior izquierdo. Se realizó un Mantoux que fue negativo. Comenzamos tratamiento corticoideo adyuvante a su tra- 65 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR zada torácica que confirma imágenes nodulares en ambos lóbulos superiores, algunas cavitadas, sin aspecto neoplásico. tenemos la elevada sospecha de que el paciente presenta una vasculitis sistémica tipo enfermedad de Wegener o panarteritis nudosa, además de su hepatitis autoinmunitaria, por lo que se realiza una resonancia magnética nuclear cerebral para buscar lesiones vasculíticas. aparece una trombosis del seno cavernoso y del seno sigmoide izquierdos con enlentecimiento del flujo. Se realiza también una fibrobroncoscopia para evaluar las lesiones torácicas y tomar muestras para cultivo. Como nuestra primera hipótesis diagnóstica es una vasculitis sistémica asociada a una hepatitis autoinmunitaria, se procede al alta del paciente con el siguiente tratamiento: azatioprina 50 mg/día, prednisona 60 mg/día, risedronato semanal para prevenir la osteopenia. ácido acetilsalicílico 150 mg/día por la trombosis cerebral, espironolactona 25 mg/día y pantoprazol 20 mg/día. El paciente se mantiene estable de su escleromalacia perforans manteniendo tratamiento tópico con lágrimas artificiales cuatro veces al día sin otro tratamiento tópico ocular. ante nuestra sorpresa, los cultivos se positivizan para M. tuberculosis complex, por lo que se llama al paciente para su ingreso por ser inmunodeprimido y presentar inflamación hepática crónica. Comienza tratamiento con cuatro fármacos (rifampicina, isoniacida, pirazinamida y etambutol) y se reduce la prednisona a 40 mg/día. tras 6 días de tratamiento antituberculostático y estabilidad clínica/analítica se procedió al alta con el siguiente tratamiento: Rimstar® 4 comprimidos/día en ayunas durante 1 mes, después Rifinah® 2 comprimidos/día en ayunas durante 6 meses y tratamiento de mantenimiento con prednisona 40 mg/día. Hasta el momento actual y tras 28 meses del diagnóstico de escleromalacia perforans en su OD, el paciente se mantiene estable sin que se observe progresión de sus principales pato- tamiento habitual (azatioprina) para intentar frenar la progresión de la escleromalacia perforans (metilprednisolona 500 mg/día i.v., con un total de tres dosis). tras la dosis de carga inicial se pauta prednisona 60 mg/día por vía oral de mantenimiento. El Mantoux negativo no nos permite descartar tuberculosis en un paciente inmunodeprimido, por lo que se realiza un análisis de esputo en el que se observan abundantes leucocitos polimorfonucleares y flora mixta sin que se aprecien bacilos ácido-alcohol resistentes en la tinción de Ziehl-Neelsen. Se remitió parte de la muestra para su cultivo. Se solicitan analíticas completas con autoinmunidad y serologías, así como la función renal que puede verse afectada en episodios de vasculitis o infecciones. apareció una proteinuria de 10 g en orina de 24 horas y microalbuminuria. Estos parámetros se normalizaron a los pocos días, y al no existir paraproteínas se desestimó la realización de una biopsia renal diagnóstica. Destacó una velocidad de sedimentación globular (VSG) de 89 mm/h, proteína C reactiva (PCR) de 107 mg/l y una hipoalbuminemia de 1,9 g/dl. Las transaminasas se elevaron, con un valor de g-glutamiltranspeptidasa de 296 UI/l y lactato deshidrogenasa (LDH) de 377 UI/l. Durante la exploración exhaustiva en planta se encuentra una livedo reticular en extremidades inferiores y varias úlceras a nivel de codos, sacro y tobillos, sin aspecto infeccioso, que el paciente refiere desde hace meses. Es importante destacar también lo que no presenta el paciente: fenómeno de Raynaud (lupus eritematoso sistémico [LES], artritis reumatoide, escleromalacia), fiebre, xerostomía (síndrome de Sjögren), úlceras orogenitales (Behçet), tumefacción articular (artritis reumatoide), fotosensibilidad (LES). Resumimos ahora todos los hallazgos: escleromalacia perforans, Hta, livedo reticular, hepatitis autoinmunitaria, úlceras en áreas de presión, lesiones nodulares pulmonares, aneurisma de la aorta abdominal y aNCa positivo con patrón paNCa. Solicitamos una tomografía computari- 66 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VaSCULItIS SIStéMICa Y tUBERCULOSIS: DOS ENfERMEDaDES SIMBIótICaS logías. Su tratamiento a día de hoy es: azatioprina 50 mg/día, prednisona 7,5 mg/día, carbonato cálcico y colecalciferol unidía, 25-hidroxicolicalciferol 1 v/mes, espironolactona 25 mg/día y pantoprazol 20 mg/día. Persisten marcadores de inflamación crónica con una elevación leve-moderada de transaminasas, PCR (35-107 mg/l), VSG (37-89 mm/h) y LDH, pero sin signos de mayor actividad. La presión arterial se mantiene en cifras de 145/90 mmHg, el peso es estable (72 kg) y el aneurisma de la aorta abdominal no ha progresado. romalacia perforans en OD, descrita con mayor frecuencia en la artritis reumatoide que se descartó en nuestro paciente. La granulomatosis de Wegener se caracteriza por una inflamación granulomatosa de vías respiratorias, vasculitis necrotizante y nefritis. El espectro ocular varía desde escleritis necrotizante (la forma más frecuente que aparece en el 50 % de las granulomatosis de Wegener oculares), uveítis, epiescleritis, conjuntivitis, enfermedad inflamatoria orbitaria y queratopatía ulcerativa periférica3. afecta a arteriolas pequeñas y venas causando trombosis vascular, hemorragias, inflamación crónica e isquemia. La aparición de escleromalacia perforans en la granulomatosis de Wegener es rara y se han publicado pocos casos. En la poliarteritis nudosa es más frecuente la epiescleritis nodular asociada a queratopatía ulcerativa periférica que aparece tras la rotura del epitelio corneal periférico, progresando central y circunferencialmente. Han aparecido anticuerpos circulantes contra el epitelio corneal y conjuntival en el suero de estos pacientes y depósitos de inmunocomplejos en la córnea periférica. El adelgazamiento corneal estromal periférico se caracteriza por reabsorción gradual del estroma periférico (fig. 3) dejando el epitelio intacto. El estadio DISCUSIÓN Las enfermedades sistémicas inmunológicamente mediadas pueden aparecer aisladas o coexistiendo entre ellas. La relación, a su vez, con enfermedades infecciosas como la tuberculosis no puede pasarse por alto en la búsqueda de un diagnóstico correcto1. La escleromalacia perforans, la escleritis necrotizante y la escleritis nodular son entidades relacionadas con estas patologías que nos encontraremos en nuestra práctica diaria. La degeneración corneal periférica anular y la queratopatía ulcerativa periférica también pueden estar presentes. En pacientes con vasculitis sistémica, la afectación corneal se debe a vasculitis oclusiva que envuelve áreas intraesclerales del cuerpo ciliar anterior y venas perilímbicas2. Pero, ¿son entidades aisladas o enfermedades simbióticas? Nuestro paciente presenta una enfermedad autoinmunitaria (hepatitis autoinmunitaria) en tratamiento con azatioprina 50 mg/día y prednisona en dosis de mantenimiento de 10 mg/día. tras comenzar esta enfermedad aparecen otros signos en el tiempo de afectación vasculítica: úlceras por presión, livedo reticular, Hta de reciente aparición, un aneurisma de aorta abdominal y una positividad de paNCa. Estos hallazgos nos hacen sospechar panarteritis nudosa o granulomatosis de Wegener. El paciente se presenta en urgencias con una escle- Figura 3. adelgazamiento anular de la córnea periférica sin defectos epiteliales. 67 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR témica puede causar afectación granulomatosa ocular así como inflamación reactiva inmunológica, siendo la escleritis nodular su afectación más común (fig. 4). El grado de afectación escleral reflejará la gravedad de las enfermedades sistémicas, por lo que su correcto tratamiento frenará la progresión (figs. 2 y 3) como sucedió en nuestro paciente tras 28 meses de seguimiento. BIBLIOGRAFÍA Figura 4. Escleritis nodular asociada a tuberculosis sistémica. 1. Rachitskaya a, Mandelcorn E, albini t. an update on the cause and treatment of scleritis. Curr Opin Ophthalmol. 2010;21:463-7. 2. Okhravi N, Odufuwa B, Mccluskey P, Lightman S. Scleritis. Surv Ophthalmol. 2005;50:351-63. 3. Pakrou N, Selva D, Leibovitch I. Wegener's granulomatosis: Ophthlmic manifestations and management. Semin arthritis Rheum. 2006;35(5):284-92. final puede ser el aspecto de una cornea típica de usuarios de lentes de contacto que se ve más frecuentemente en la artritis reumatoide que en la granulomatosis de Wegener. La tuberculosis sis- 68 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ oJo seCo ⏐ adelgazamiento Corneal grave Por disFunCión de glándulas de meiBomio en edad inFantil: PaPel de la memBrana amniótiCa Pedro Cardona lloreda1 COLaBORaDORES: Francisco Pastor Pascual2 marta Pérez lópez2 1 Servicio de Oftalmología. Hospital de Sagunto (Valencia). 2fundación Oftalmológica del Mediterráneo. Valencia. dichas células. Por último, posee un efecto inhibidor de la cicatrización y vascularización2. Presentamos un caso de melting corneal grave secundario a disfunción de glándulas de Meibomio, donde fue necesario realizar un trasplante de Ma para estabilizar el adelgazamiento y lograr una evolución satisfactoria. INTRODUCCIÓN El origen y la composición de la membrana amniótica (Ma) le otorgan una serie de propiedades que le permiten ser utilizada en diversos campos de la medicina, dado que presenta escasa inmunogenicidad y se trata de un tejido metabólicamente muy activo con características antiinflamatorias y antibacterianas. En el campo de la oftalmología, y más en concreto en la patología de superficie ocular y córnea, se utiliza en diversas aplicaciones clínicas tales como injerto en la reconstrucción de enfermedades y neoplasias, como sustrato para el cultivo de las células germinales epiteliales del limbo esclerocorneal, o como recubrimiento de forma temporal o prolongada1. El injerto de Ma en patología corneal permite una adecuada reepitelización, ya que genera factores de crecimiento, impide la apoptosis de células epiteliales, rescatándolas hacia un nuevo ciclo celular, y facilita la migración de CASO CLÍNICO Exponemos el caso de una niña de 7 años que fue remitida a nuestro servicio por úlcera corneal en ojo derecho (OD) de semanas de evolución, sin respuesta al tratamiento con antibiótico tópico y lágrimas artificiales. No presentaba antecedentes de interés. En la exploración se objetivó una agudeza visual (aV) con su corrección de 0,5 en el OD y de 1 en el ojo izquierdo (OI). La biomicroscopia de polo anterior reveló en el OD un adelgazamiento corneal paracentral inferior, de 2 × 1,5 mm, de nula fluocaptación, adyacente a una zona de cicatriza- 69 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR coma paracentral. Se volvió a pautar eritromicina tópica y oral, consiguiendo una remisión de los signos clínicos de la mebomitis en una semana. No obstante, al persistir el adelgazamiento paracentral pronunciado con protrusión, se decidió realizar un trasplante de Ma, dado el elevado riesgo de perforación. Se colocaron tres capas posicionadas en la zona inferior corneal, enfrentadas por su cara estromal, y suturadas con nailon 10/0. al mes de la intervención, no se apreciaba el injerto de Ma, la meibomitis era casi inexistente y el adelgazamiento corneal mejoró notablemente (fig. 2). Se suspendió la eritromicina oral y se mantuvo la lubricación abundante y la higiene palpebral. a los 2 meses, el adelgazamiento corneal continuaba mejorando; la aV del OD era de 0,8. actualmente en el octavo mes de seguimiento, nuestra paciente continúa asintomática, y aunque persiste una zona paracentral inferior de leucoma con adelgazamiento, carece de riesgo de perforación y se mantiene estable (fig. 3). La tomografía de coherencia óptica y la paquimetría objetivan una mejoría del adelgazamiento corneal en la actualidad respecto a la situación basal Figura 1. adelgazamiento corneal paracentral inferior adyacente a una zona de cicatrización y neovascularización inferior. ción y neovascularización inferior (fig. 1). ausencia de hallazgos patológicos en el polo anterior del OI. En ambos ojos se apreció una blefaritis anterior con una evidente inflamación de las glándulas de Meibomio, más intensa en OD. El fondo de ojo era normal en ambos ojos. Inicialmente se planteó tratamiento con ácido fusídico en administración tópica, hidratación abundante e higiene palpebral. tras una semana de tratamiento, el cuadro no mejoró, por lo que se decidió comenzar con eritromicina tópica y por vía oral pautada por su peso. tras 2 semanas, se obtuvo una mejoría sintomática, apreciándose en la biomicroscopia una disminución notable de la inflamación de las glándulas de Meibomio bilateral, con un aumento del espesor corneal en el área de la lesión, objetivable mediante topografía corneal. Se mantuvo la eritromicina por vía oral durante un mes, con lo que se logró estabilizar el cuadro en los siguientes 4 meses, hasta que en una de sus visitas se objetivó un empeoramiento subjetivo y objetivo importante. La meibomitis volvió a hacerse más intensa, con eritema y telangiectasias en borde palpebral, hiperemia conjuntival y un aumento del adelgazamiento en el área del leu- Figura 2. aspecto del adelgazamiento al mes de la intervención. Ya no se apreciaba el injerto de membrana amniótica, la meibomitis era casi inexistente y el adelgazamiento corneal tenía mejor aspecto. 70 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. aDELGaZaMIENtO CORNEaL GRaVE POR DISfUNCIóN DE GLÁNDULaS DE MEIBOMIO EN EDaD INfaNtIL: PaPEL DE La MEMBRaNa aMNIótICa Figura 4. tomografía de coherencia óptica visante antes de realizar el injerto de membrana amniótica (imagen superior), y a los 8 meses de la operación (imagen inferior). Obsérvese la estabilización del adelgazamiento tras la cirugía. La paquimetría estimó un aumento de aproximadamente 100 µm en la zona de máximo adelgazamiento. Figura 3. adelgazamiento corneal en la actualidad, tras 8 meses del injerto de membrana amniótica. (fig. 4). Cabe reseñar que durante los períodos de exacerbación y tratamiento, fue preciso realizar oclusiones horarias de su OI para evitar ambliopía en su ojo afectado. menores de 8 años debido a que provocan cambios permanentes de la coloración de huesos y dientes. La eritromicina se puede usar como tratamiento alternativo en pacientes con hipersensibilidad conocida a las tetraciclinas o en niños, pero su eficacia en el tratamiento de la DGM no está demostrada. a menudo se tarda 3-4 semanas en obtener una respuesta clínica. El tratamiento debe proseguir disminuyendo gradualmente la dosis3. La Ma como injerto está indicada en casos de defectos epiteliales persistentes asociados a adelgazamiento importante del estroma corneal. al encontrarse dañada la membrana basal del epitelio corneal en el seno del lecho ulceroso, se dificulta el proceso de reparación fisiológico de las heridas corneales, lo que da lugar al fenómeno anómalo de reparación conocido como conjuntivilización corneal. El objetivo es emplear la Ma aprovechando su gruesa membrana basal como soporte que favorezca la epitelización rápida, ya que las células sanas del borde de la herida tendrán un soporte (la membrana) sobre el que replicarse centrípetamente hasta «cerrar» la úlcera corneal. además, proporciona una reducción de la infla- DISCUSIÓN La disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) se acompaña de una inflamación de la superficie ocular que puede llegar a ser importante, con una o varias de las siguientes manifestaciones: infiltrados marginales epiteliales y subepiteliales, adelgazamiento, neovascularización o cicatrización corneal. En nuestra paciente, la ausencia de tratamiento inicial desencadenó una inflamación grave con melting corneal. La DGM debe controlarse inicialmente con medidas de higiene palpebral, incluso con el uso a corto plazo de antibióticos tópicos para reducir la carga bacteriana del borde palpebral. Durante períodos cortos se pueden necesitar corticoides tópicos si hay inflamación moderada o intensa, en particular cuando hay infiltrados y vascularización en la córnea. Si los signos y síntomas no se controlan debidamente con estas medidas, las tetraciclinas por vía sistémica pueden ser muy eficaces. No obstante, debe evitarse su uso en niños 71 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. Casos ClíniCos en superfiCie oCular aunque el trasplante de Ma funciona en muchos casos similares a los de nuestra paciente, existen ciertas limitaciones que pueden inducir resultados no tan exitosos. ojos con alteraciones tróficas importantes, como necrosis estromales graves, o en situaciones de isquemia importante o ausencia de lágrima, el trasplante de Ma no conseguirá restablecer la superficie ocular. finalmente, y aunque la Ma reduce significativamente la inflamación, esta puede fracasar en ocasiones por una inflamación grave de la superficie ocular. en nuestro caso, la eritromicina por vía sistémica logró mejorar el pronóstico visual final tras el injerto de Ma, controlando la afección de base y permitiendo una adecuada reepitelización en poco espacio de tiempo. no hay que olvidar en el manejo de los pacientes de edad pediátrica, que es necesario realizar oclusiones en el ojo contralateral sano para la correcta rehabilitación visual, ya que, por el contrario, cualquier complicación en este sentido puede generar una gran discapacidad permanente. mación, de la vascularización y de la formación de cicatrices1,2. para ello recortamos un fragmento de Ma del tamaño adecuado y lo depositamos en el interior del lecho ulceroso o defecto estromal. la Ma debe colocarse con la superficie epitelial mirando hacia arriba y la estromal hacia abajo. esta orientación es fundamental para conseguir mayor adhesividad y multiplicación celulares4. existe la posibilidad, como en nuestro caso, de poder utilizar la Ma en forma de multicapa, donde se emplean varias capas para tratar úlceras profundas e incluso microperforaciones. aunque la orientación de las capas más profundas parece no tener importancia, se recomienda que la capa más superficial tenga el epitelio (membrana basal) orientada hacia arriba, lo que impulsa la epitelización sobre la superficie de la Ma del tejido receptor circundante sano. solo se necesita suturar la capa más superficial de la Ma, de forma similar a la técnica del injerto5. otras patologías que pueden beneficiarse de la Ma como injerto en la reconstrucción de la superficie corneal son: la insuficiencia límbica, la queratopatía en banda, por exposición, neuroparalítica, después de queratoplastia penetrante, secundaria a infecciones, cicatrices, queratopatías bullosas sintomáticas, erosiones corneales recidivantes, causticaciones oculares, síndrome de stevens-Johnson, etc. en los casos de insuficiencia límbica parcial, la Ma restablece el entorno de las células germinales en el estroma del limbo esclerocorneal, reduciendo la inflamación y estimulando la proliferación de estas células. en las situaciones en las que la deficiencia de células germinales es total, se hace imprescindible el trasplante de limbo que restablece la población de las células germinales. sobre la utilización del injerto de Ma en la queratopatía en banda tras retirar los depósitos cálcicos, es interesante señalar que con este método no se previene la recurrencia de nuevos depósitos1. BIBLIOGRAFÍA 1. Tseng sCG, Tsubota K. amniotic membrane transplantation for ocular surface reconstruction. en: Holland eJ, Mannis MJ, editores. ocular surface disease: Medical and surgical management. new York: springer-Verlag; 2002. p. 226-31. 2. Mamede aC, Carvalho MJ, abrantes aM, laranjo M, Maia CJ, Botelho Mf. amniotic membrane: from structure and functions to clinical applications. Cell Tissue res. 2012;349:447-58. 3. preferred practice patterns Committee, Cornea/external Disease panel. Blepharitis. limited revision. american academy of ophthalmology; 2011. 4. Gris o, lópez-navidad a, Caballero f, del Campo Z, adán a. amniotic membrane transplantation for ocular surface pathology: long-term results. Transplant proc. 2003;35(5):2031-5. 5. Dekaris i, Gabric n, Mravicic i, Karaman Z, Katusić J, lazić r, et al. Multilayer vs monolayer amniotic membrane transplantation for deep corneal ulcer treatment. Coll antropol. 2001;25 suppl:23-8. 72 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ oJo seCo ⏐ «oJos que no sienten, PaCiente que no ve»: queratitis neurotróFiCa insidiosa Bilateral, un reto diagnóstiCo Y teraPéutiCo m.ª Pilar Bambó rubio COLaBORaDORES: guillermo de la mata Pérez maría satué Palacián Blanca Ferrández arenas miriam idoipe Corta antonio sánchez Pérez Carlos Brito suárez elena garcía martín Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. difíciles y desafiantes de la patología corneal. Un defecto epitelial en el contexto de hipoestesia corneal supone un reto terapéutico que requiere un manejo precoz y agresivo con el objetivo de prevenir la ulceración y posible perforación1. INTRODUCCIÓN La queratitis neurotrófica es una rara enfermedad degenerativa de la córnea causada por la disminución o la ausencia de sensibilidad corneal. El mecanismo patogénico más habitual es la lesión de la inervación corneal trigeminal, y son múltiples las causas, oculares y neurológicas, que pueden provocarla, ya sea a nivel del núcleo localizado en la protuberancia, el ganglio de Gasser, la rama trigeminal oftálmica, el nervio nasociliar o las fibras del nervio ciliar largo. Desde el punto de vista clínico se manifiesta con fallo epitelial, que puede progresar a ulceración, defectos en la cicatrización, disolución corneal y perforación. aunque el diagnóstico se oriente fácilmente a partir de la historia y los resultados clínicos, el manejo de esta entidad es uno de los más CASO CLÍNICO Presentamos el caso de una mujer de 34 años que comenzó con un cuadro de visión borrosa en ambos ojos (aO) de varios meses de evolución hace 8 años (en 2005), por el que acudió a urgencias de nuestro centro hospitalario. En ese momento se constató una mejor agudeza visual corregida (MaVC) en aO de 0,9 en la escala de Snellen y una queratitis punteada superficial (qPS) bilateral por la que se le pautaron tratamientos con lubricantes oculares tópicos. El resto de exploraciones oftalmológi- 73 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR En septiembre de 2012, la paciente acude a urgencias de nuevo con disminución de la agudeza visual (aV), y se detecta la presencia de una úlcera corneal central en el OI con bordes sobreelevados y edema estromal, de aspecto neurotrófico, con unas características similares a las que 2 años antes habían sido detectadas en el OD. Se complementó el tratamiento a base de lubricantes y suero autólogo, con una lente de contacto terapéutica (LCt), y se le fue revisando de nuevo con mayor frecuencia. Con el tiempo, apareció un leucoma central con pannus en el OI, de forma similar a lo que había sucedido en el OD, que le produjo una disminución progresiva de la aV que cada vez incapacitaba más a la paciente. Se realizó una interconsulta con neurología para descartar una hipoestesia trigeminal como causa de la ausencia de sensibilidad corneal responsable de las úlceras y queratitis de repetición, cuyo resultado fue normal, incluida la resonancia magnética nuclear. En enero de 2013, la paciente presentaba una MaVC en aO de 0,2, y ante la aparición de una nueva úlcera en el OI, decidió consultar con otro centro oftalmológico para una segunda opinión. allí, tras un estudio pormenorizado, se le diagnosticó queratitis asociada a rosácea y se inició una pauta de corticoides tópicos en aO y tetraciclinas orales a dosis de 100 mg/día por vía oral. Una semana después del inicio de dicho tratamiento, acudió de nuevo a urgencias de nuestro centro, donde se constató una nueva reapertura de la úlcera del OD junto a la del OI (que ya presentaba previamente abierta). La morfología de la úlcera, en esta ocasión y como no había sucedido en las anteriores, adquirió ciertas características dendritiformes en los bordes, con unos márgenes de aspecto engrosado y algo arboriformes (fig. 1). ante el empeoramiento de la clínica con la introducción de los corticoides tópicos, sumado a la morfología dendritiforme que adquirieron las úlceras y la ausencia de dolor, se postuló el diagnóstico de presunción del origen her- cas, entre ellas la biomicroscopia de segmento anterior, la presión intraocular y el test de Schirmer sin anestésico, que fue de 11 mm en ojo derecho (OD) y 13 mm en ojo izquierdo (OI), fueron normales. La qPS persistió pese al tratamiento con lubricantes, lo que requirió múltiples visitas a urgencias durante meses, alternando períodos de mejoría y empeoramiento sucesivos. El único síntoma que aquejaba la paciente en todo momento era visión borrosa, sin presentar molestia alguna, lo que hizo pensar en un componente de hipoestesia corneal asociado para el que no se encontraba causa alguna en la anamnesis. a los 4 años del inicio del cuadro (2009) se observó, en una de las visitas de revisión, la presencia de una úlcera corneal central de aspecto neurotrófico, con infiltrado estromal en OD, de la que se tomaron muestras para cultivo de bacterias, virus y hongos. además, se decidió realizar una interconsulta con medicina interna para descartar la presencia de enfermedades autoinmunitarias (ya que la paciente refería también un episodio previo de artralgias y urticaria con 21 años), y se añadió, al tratamiento con lubricantes que ya seguía, antibioticoterapia tópica y suplementos orales con vitaminas a, B, C y E (puesto que la dieta de la paciente no era muy completa y había tenido algún episodio de conductas preanoréxicas durante la adolescencia). Los resultados de los cultivos fueron negativos, y en el estudio realizado en medicina interna (en el que se incluyó una analítica completa con cribado reumatológico junto a radiografías de manos y rodillas) se descartó el origen autoinmunitario del cuadro. Un año después (2010), la paciente presentó un leucoma corneal con pannus asociado en OD, con una MaVC de 0,5 en OD y de 0,8 en OI. Se observó, como sucedió desde el primer momento, una ausencia completa de dolor u otra clínica asociada a la visión borrosa, único síntoma presente. Meses más tarde, ante la persistencia de la qPS bilateral, se inicia tratamiento con suero autólogo. 74 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. «OJOS qUE NO SIENtEN, PaCIENtE qUE NO VE»: qUERatItIS NEUROtRófICa INSIDIOSa BILatERaL, UN REtO DIaGNóStICO Y tERaPéUtICO res tópicos, y presenta una MaVC de 0,1 en aO, leucomas corneales con pannus invasivo (8 mm en OD y 6 mm en OI) y úlceras neurotróficas en proceso de resolución en aO (fig. 3). Se encuentra a la espera de la realización de un procedimiento quirúrgico para restaurar la transparencia corneal, que se llevará a cabo una vez que se logre estabilizar el cuadro clínico por completo. Figura 1. Imagen de segmento anterior de ojo derecho donde se observa la úlcera corneal con márgenes engrosados y de aspecto dendritiforme que apareció tras iniciar el tratamiento con corticoides tópicos. pético de las mismas (diagnóstico que hasta el momento no se sospechó por la ausencia de las características típicas y la bilateralidad del cuadro clínico). Se inició tratamiento con aciclovir tópico y valaciclovir oral (1 g/8 h durante 7 días), con el que se obtuvo una mejoría franca de las úlceras una semana después del inicio del tratamiento (fig. 2). En el momento actual, la paciente sigue en tratamiento con valaciclovir oral, a la dosis profiláctica de 500 mg cada 24 horas, y lubricantes ocula- Figura 3. Imagen de segmento anterior de ojo izquierdo donde se observa el pannus de 6 mm junto a pequeña úlcera en resolución en lado temporal (flecha), con nubécula residual. DISCUSIÓN La queratitis neurotrófica supone un reto diagnóstico y terapéutico en la práctica clínica habitual. El grupo etiológico más numeroso responsable del cuadro son las patologías que provocan una lesión neural directa con disminución de la sensibilidad corneal. Dentro de este grupo, las causas más frecuentes son las infecciones por el virus del herpes simple2 y herpes zóster3. Lo siguiente en frecuencia son los tumores o procedimientos quirúrgicos que lesionan la rama oftálmica del nervio trigémino4. Otras causas menos frecuentes son síndromes congénitos, distrofias corneales, uso de lentes de contacto, traumatismos, lepra, diabetes mellitus, medicaciones o exposición a toxinas. En los pacientes afectados encontramos una Figura 2. Imagen de segmento anterior de ojo derecho a la semana de iniciado el tratamiento con aciclovir tópico y valaciclovir oral. Se observa una mejoría del aspecto de la úlcera, con márgenes menos activos y desaparición de las prolongaciones dendritiformes. 75 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR disminución de la sensibilidad corneal, fotofobia, disminución de la aV y del brillo corneal, y qPS en un primer estadio, que puede llevar a la aparición de erosiones, defecto epitelial persistente, disolución, vascularización, infección y perforación corneal. El primer paso fundamental en los pacientes en los que se sospecha una queratitis neurotrófica es realizar una anamnesis detallada que incluya enfermedades sistémicas, tratamientos, antecedentes de intervenciones quirúrgicas o infecciones, uso de lentes de contacto, y descartar el abuso de anestésico tópico, sobre todo en los casos que han presentado erosión corneal recidivante5. La exploración oftalmológica debe ser también muy completa y rigurosa, incluyendo el examen minucioso del segmento anterior mediante biomicroscopia, valoración de la película lagrimal (mediante el test de Schirmer y tinciones con fluoresceína, rosa de Bengala o verde de lisamina), evaluación del estado y posición de los párpados y realización de la prueba de sensibilidad corneal con una hemosteta1. Si existe úlcera corneal, es necesario hacer un cultivo de raspado corneal y de fondos de saco conjuntivales para descartar la infección por bacterias, virus y hongos (fig. 4). Es frecuente en esta patología que se tarde en llegar al diagnóstico y que pueda ser inicialmente erróneo, así como que la clínica del paciente pueda empeorar con algún tratamiento, como suce- Sospecha de queratitis neurotrófica anamnesis detallada + exploración oftalmológica completa antecedente de herpes o morfología sugestiva antecedente de trauma/cirugía con posible lesión de V1 Enfermedad sistémica asociada (diabetes, rosácea, lepra, intoxicación, etc.) Uso de lentes de contacto antecedente de erosión corneal recidivante queratitis neurotrófica herpética queratitis neurotrófica traumática o posquirúrgica (lesión V1) queratitis neurotrófica asociada a otra patología queratitis neurotrófica por hipoestesia corneal secundaria a lentes de contacto Descartar queratitis neurotrófica por abuso de anestésico tópico Figura 4. algoritmo diagnóstico ante la sospecha de queratitis neurotrófica. Resulta imprescindible realizar una completa anamnesis al paciente para poder orientar la etiología. El fracaso terapéutico también puede ayudar al diagnóstico, como sucedió en nuestro caso. V1: primera rama del quinto par craneal. 76 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. «OJOS qUE NO SIENtEN, PaCIENtE qUE NO VE»: qUERatItIS NEUROtRófICa INSIDIOSa BILatERaL, UN REtO DIaGNóStICO Y tERaPéUtICO frecuente e intentando mantener una situación estable mientras llegamos a esclarecer la causa. dió en nuestro caso. El objetivo desde el inicio debe ser mantener la integridad y la trasparencia corneal en la medida de lo posible, lo cual exige desde el comienzo la utilización de lubricantes oculares en forma de lágrima artificial o ungüentos, el uso de derivados hemáticos como el suero autólogo, y en algún caso de LCt vigilando la posibilidad de infecciones. En estadios más avanzados puede ser necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos (tarsorrafias, trasplante de membrana amniótica, queratoplastia, etc.). La búsqueda de la etiología en la queratitis neurotrófica es a menudo una tarea ardua y con posibles fracasos; sin embargo, en ocasiones es el fallo de un tratamiento el que nos conduce al diagnóstico. Por ello, es necesario mantener la alerta en todo momento, siguiendo al paciente de manera BIBLIOGRAFÍA 1. Gros EB Jr. Neurotrophic keratitis. En: Krachmer JH, Manis MJ, Holland EJ, editores. Cornea: fundamentals diagnosis and management. 2.ª ed. Philadelphia: Elsevier Mosby; 2005. p. 1189-96. 2. Liesegang tJ. Ocular herpes simplex infection: pathogenesis and current therapy. Mayo Clin Proc. 1998;63: 1092-105. 3. Coo ML. Corneal complications of herpes zoster ophthalmicus. Prevention and treatment. Cornea. 1998;7: 50-6. 4. Lanigan Dt, Romanchuk K, Olson CK. Ophthalmic complications associated with orthognathic surgery. 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Se presenta el caso de un varón de 55 años, intervenido por obesidad mórbida, que presenta xeroftalmía bilateral con pérdida total de la agudeza visual del ojo derecho (OD) y parcial del ojo izquierdo (OI), secundaria a hipovitaminosis por cese voluntario del seguimiento posquirúrgico. INTRODUCCIÓN El incremento de la obesidad en la sociedad occidental, su escasa respuesta al tratamiento médico conservador y la incidencia de complicaciones de la cirugía bariátrica cada vez menor justifican el mayor número de intervenciones quirúrgicas. La técnica de Scopinaro es de las más utilizadas y consiste en una gastrectomía parcial y un bypass biliopancreático. Dado que el objetivo de estas técnicas es la reducción de la capacidad gástrica o la hipoabsorción parcial de los alimentos, la aparición de complicaciones nutricionales secundarias no es excepcional. Siempre se debe considerar el riesgo de hipovitaminosis. Oftalmológicamente, la carencia de vitamina a produce metaplasia escamosa, pérdida de células caliciformes, acortamiento de microvellosidades, microerosiones y adelgazamiento estromal en fases avanzadas. Está descrito que el ácido retinoico tópi- CASO CLÍNICO Varón de 55 años que acudió a urgencias de nuestro hospital por dolor ocular bilateral y disminución de la agudeza visual (aV), con antecedentes personales de hipertensión arterial, diabetes mellitus de tipo 2, dislipidemia, síndrome de apnea obstructiva del sueño en tratamiento con dispositivo de presión positiva constante (CPaP), hepatopa- 78 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. xEROftaLMía CON PERfORaCIóN CORNEaL BILatERaL POR HIPOVItaMINOSIS a SECUNDaRIa a CIRUGía BaRIÁtRICa endoftalmitis aguda, se procedió al ingreso hospitalario del paciente, se instauró tratamiento antibiótico-antiinflamatorio intensivo intravítreo, tópico y sistémico según protocolo, y se tomaron muestras de cámara anterior. a los 5 días del ingreso, el hipopion en OD había desaparecido, pero dado el adelgazamiento corneal en el OI se decidió intervenir quirúrgicamente. La intervención consistió en la sutura de un parche corneal de 4 mm a la zona debilitada y un recubrimiento corneal con membrana amniótica, y se instauró tratamiento con vitaminas a y E por vía oral (auxina a + E 5000 UI/10 mg). La córnea del OD adquirió una coloración grisácea y a los pocos días mostraba un melting manifiesto con perforación central. Se realizó una queratoplastia penetrante en OD y se colocó una lente de contacto terapéutica en aO. Los estudios microbiológicos habían resultado estériles, y en el estudio nutricional destacaba: un déficit franco de vitamina a con niveles prácticamente indetectables de 0,04 µmol/l tía crónica por virus de la hepatitis B y enolismo, a quien se intervino por obesidad mórbida en 2002 (índice de masa corporal de 58,61 kg/m2) mediante derivación biliopancreática de tipo Scopinaro modificada (gastrectomía 3/4, anastomosis gastroyeyunal y yeyunoyeyunal con asa común de la Y de Roux de 50 cm). El paciente abandonó sus revisiones médicas y la toma de suplementos vitamínicos en 2008. En la exploración oftalmológica presentaba hiperemia mixta, falta de brillo en la superficie ocular, queratitis punteada difusa, opacificación corneal epitelial y estromal anterior y vascularización inferior en ambos ojos (aO). En el OD presentaba una úlcera central con la córnea muy adelgazada y un pequeño hipopion de 1 mm. En el OI mostraba también una zona de adelgazamiento corneal evaluada mediante tomografía de coherencia óptica del segmento anterior (fig. 1). Su aV era de movimiento de manos en OD y de cuenta dedos a 2 metros en el OI. ante la sospecha de Figura 1. tomografía de coherencia óptica de segmento anterior que muestra las zonas corneales adelgazadas en ojo derecho e izquierdo. 79 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR (1,05-2,45 µmol/l), vitamina E 8,5 µmol/l (11,646,4 µmol/l), 25-OH vitamina D 4,5 ng/ml (1555 ng/ml) y desnutrición proteica con albúmina sérica de 1,9 g/dl. Se inició tratamiento con vitaminas a, E y D en altas dosis y nutrición por vía parenteral. a los 4 días, el paciente presentaba atalamia del OD (fig. 2), y en el OI opacidad del injerto, de aspecto necrótico, con herniación del iris hasta la mitad del estroma (figs. 3 y 4). Dada la dramática evolución de los dos ojos (especialmente el OD), se decidió realizar otra queratoplastia penetrante con fines tectónicos en OD junto con una reconstrucción del OI mediante un nuevo parche corneal. Figura 4. Detalle del parche corneal del ojo izquierdo necrótico, con deshicencia de las suturas y herniación estromal del iris. además, se instauró tratamiento tópico con suero autólogo. a la semana de la intervención, el OI se presentó en atalamia por deshicencia de la sutura en la zona superior del parche. Se suturó de nuevo y se colocó un autoinjerto conjuntival sobre el parche corneal. La evolución oftalmológica comenzó a ser favorable tras la recuperación de su estado nutricional. actualmente el paciente está en su domicilio, permanece estable de su patología ocular, ha perdido la visión del OD, presenta una aV de 0,05 en el OI, y es dependiente para las actividades de la vida diaria. Recibe una dieta que incluye todos los grupos de alimentos y suplementos de vitaminas y minerales por vía oral con buena tolerancia. Figura 2. Ojo derecho en atalamia, con queratoplastia de coloración grisácea y deslustrada, de aspecto necrótico. DISCUSIÓN afortunadamente, el déficit de vitamina a como complicación posquirúrgica de la cirugía bariátrica es poco frecuente. La mayoría de los casos descritos se presentan únicamente con ceguera nocturna, que es reversible con el suplemento vitamínico sustitutivo3. La detección y tratamiento precoz en estos pacientes mejora los síntomas y evita complicaciones oftalmológicas, desde la ceguera nocturna hasta el desarrollo de úlceras corneales Figura 3. aspecto del parche corneal en el ojo izquierdo. 80 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. xEROftaLMía CON PERfORaCIóN CORNEaL BILatERaL POR HIPOVItaMINOSIS a SECUNDaRIa a CIRUGía BaRIÁtRICa Dada la gran incidencia de diferentes grados y pérdida ocular por queratomalacia4. Nuestro caso ilustra cómo una ingesta de suplementos vitamínicos no controlada con determinaciones periódicas de los niveles de vitaminas en suero puede tener consecuencias irreversibles en una persona intervenida de cirugía bariátrica. Entre sus antecedentes personales, el paciente padece de hepatopatía crónica que también puede acentuar la malabsorción intestinal de vitaminas, y sufre de apnea obstructiva del sueño en tratamiento con CPaP, de la que se han descrito complicaciones del segmento anterior, entre ellas sequedad ocular importante5. El paciente mostraba niveles casi indetectables de vitamina a además de una importante desnutrición proteica. En estos casos graves de hipovitaminosis debe indicarse el tratamiento con dosis altas de vitamina a por vía parenteral ante la escasa capacidad absortiva del intestino delgado acortado. de desnutrición en los pacientes sometidos a cirugía bariátrica, es necesario que se incluya un control oftalmológico en su seguimiento. BIBLIOGRAFÍA 1. Scopinaro N, adami Gf, Marinari GM, Cianetta a, travesso E, friedman D, et al. Biliopancreatic diversion. World J Surg. 1998;22:936-46. 2. Bloomberg RD, fleishman a, Nalfe JE, Herron DM, Kini S. Nutritional deficiencies following bariatric surgery. What we learned? Obes Surg. 2005;15:145-54. 3. Lee WB, Hamilton SM, Harris JP, Schwap IR. Ocular complications of hypovitaminosis a after bariatric surgery. Ophthalmology. 2005;112:1031-4. 4. Hatizifotis M, Dolan K, fielding G. Symptomatic vitamin a deficiency following biliopancreatic diversion. Obes Surg. 2003;13:655-7. 5. Harrison W, Pence N, Kovacich S. anterior segment complications secondary to continuous positive airway pressure machine treatment in patients with obstructive sleep apnea. Optometry. 2007;78:352-5. 81 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ CarCinoma ePidermoide de ConJuntiva Con mala evoluCión. aCtualizaCión en el tratamiento del CarCinoma ePidermoide de ConJuntiva lucía Cabrillo estévez COLaBORaDORES: Fernando Cruz gonzález rebeca lorenzo Pérez lourdes de Juan marcos gumersindo rodríguez vicente emiliano Hernández galilea Servicio de Oftalmología. Hospital Clínico Universitario de Salamanca. tumoral como primera opción terapéutica, con pocos efectos secundarios y nulo potencial carcinogénico. además, se plantea su efecto sinérgico con el ácido retinoico por vía tópica. En las últimas publicaciones se propone que la inyección subconjuntival de ranibizumab podría ser una opción terapéutica para inducir la regresión de la lesión en carcinomas epidermoides de conjuntiva recidivados. Presentamos una revisión de esta patología y actualización del tratamiento, exponiendo el caso de un portador de carcinoma epidermoide de conjuntiva, tratado con exéresis quirúrgica y aplicación tópica de IfN-a2b, con una evolución desfavorable. INTRODUCCIÓN El carcinoma epidermoide de conjuntiva, pese a tener una baja incidencia, es el tumor maligno más frecuente de la conjuntiva; ocupa el segundo lugar en frecuencia en los tumores malignos oculares. El término neoplasia escamosa intraepitelial implica integridad de la membrana basal, pero si hablamos de carcinoma invasivo de células escamosas hacemos referencia a lesiones que traspasan dicha membrana. En la mayoría de los casos tiende a ser invasivo solo superficialmente, con un curso relativamente benigno. El tratamiento clásico es la exéresis quirúrgica con márgenes de seguridad, al que se puede asociar crioterapia. Sin embargo, las tasas de recidiva pueden alcanzar hasta el 50 %. Por ello, se han propuesto tratamientos coadyuvantes como la mitomicina C y el 5-fluorouracilo, cuya desventaja es la toxicidad corneal y límbica. El interferón (IfN) a2b ha demostrado una eficacia similar a la cirugía en la erradicación completa de la masa CASO CLÍNICO Se presenta el caso de un varón de 85 años que consulta por masa conjuntival de crecimiento rápido 83 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR (3-5 meses). Entre sus antecedentes personales destaca macroglobulinemia de Waldenström, hipertrofia benigna de próstata, hipertensión arterial y cardiopatía isquémica. Exploración física La agudeza visual era inferior a 0,4 y la presión intraocular, de 15 mmHg en ambos ojos. El examen biomicroscópico mostraba una lesión conjuntival exofítica de aspecto papiliforme, vascularizada, de 4 mm de diámetro, en la región perilímbica temporal inferior (fig. 1). El resto de la exploración oftalmológica fue normal. Figura 2. autoinjerto conjuntival. Evolución Se obtiene un buen resultado, tanto quirúrgico como funcional, y el estudio anatomopatológico confirma el diagnóstico de carcinoma epidermoide moderadamente diferenciado, con márgenes de resección libre de lesión. En el estudio de extensión se solicita ecografía ocular, tomografía computarizada (tC) orbitaria y tC abdominopélvica. Se descarta la extensión local a nivel ocular y orbitario. La tC abdominopélvica informa de múltiples adenopatías compatibles con el proceso linfoproliferativo de nuestro paciente, lo cual es confirmado por el servicio de hematología. ante dicha situación, mantenemos actitud expectante con revisiones periódicas. Dos meses después de la intervención quirúrgica, se observa lesión blanco-rosada, vascularizada, en la misma zona perilímbica. Se sospecha carcinoma epidermoide conjuntival recidivado y se realiza nueva exéresis quirúrgica con márgenes de seguridad y reconstrucción con autoinjerto conjuntival. De nuevo, el estudio de extensión fue negativo. Dos meses después de la última operación, se detecta nueva recidiva de la lesión tumoral, en este caso llegando a infiltrar la esclera. Se plantea la indicación de enucleación, opción rechazada por el paciente, de manera que se inicia tratamiento Figura 1. Lesión conjuntival exofítica de aspecto papiliforme, vascularizada, de 4 mm de diámetro, en la región perilímbica temporal inferior. Actitud terapéutica ante la orientación diagnóstica de neoplasia intraepitelial conjuntival, se somete al paciente a intervención quirúrgica con extirpación de la lesión y reconstrucción de la zona afectada mediante injerto de conjuntiva libre del cuadrante temporal superior, suturado con nailon de 10/0 (fig. 2). Se envía muestra para estudio anatomopatológico. 84 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaRCINOMa EPIDERMOIDE DE CONJUNtIVa CON MaLa EVOLUCIóN. aCtUaLIZaCIóN EN EL tRataMIENtO DEL CaRCINOMa EPIDERMOIDE DE CONJUNtIVa con IfN-a2b a dosis de 1 millón UI/ml, cuatro veces al día, con la finalidad de disminuir el tamaño de la lesión y realizar una intervención quirúrgica menos agresiva. La respuesta de la tumoración a la inmunoterapia tópica fue favorable en las primeras semanas, observándose inicialmente una regresión de la supuesta recidiva. Sin embargo, tras 4 semanas de tratamiento, se identifica nueva masa en la región conjuntival inferior, con alteración a nivel corneal, edema corneal moderado, sinequias anteriores y reacción inflamatoria en cámara anterior (tyndall 2+), lo que sugiere crecimiento intraocular. Se solicita tC orbitaria para valorar extensión, que finalmente no se realiza por falta de asistencia del paciente. El paciente no acuda a las siguientes revisiones, debido a su mal estado general. Se mantiene tratamiento con IfN tópico y mantenemos contacto con familiares, los cuales nos informan de la evolución. Un mes después, el paciente acude a urgencias refiriendo dolor ocular intenso. En la exploración se objetiva importante desestructuración de la cámara anterior, con celulitis preorbitaria y sospecha de afectación orbitaria secundaria a invasión tumoral. Solicitamos tC orbitaria, en la que se evidencia masa tumoral inferior con crecimiento intraocular que podría ser compatible con metástasis (fig. 3). Se descarta afectación ósea orbitaria. ante dicha situación, se programa al paciente para exenteración orbitaria. Figura 3. Invasión intraocular con extensión orbitaria. lesión afecte al tercio externo, a los dos tercios externos o al espesor de todo el epitelio. Se presenta como una lesión unilateral lentamente progresiva con bajo potencial de malignidad, más frecuente en varones de edad avanzada. Cuando la lesión atraviesa la membrana basal, se denomina carcinoma invasivo1. En su evolución natural, puede crecer ocupando toda la conjuntiva bulbar y extenderse a través del septo orbitario, o invadir la lamela esclerocorneal, penetrando en el globo ocular. La invasión intraocular es poco frecuente (2-8 %). algunos signos indicativos son la invasión estromal profunda de la córnea y la afectación de estructuras de la cámara anterior. La presencia de sinequias anteriores se considera un signo indicativo de invasión intraocular. Sin embargo, en la mayoría de los casos es invasivo solo superficialmente y tiene un curso relativamente benigno. La enfermedad metastásica es rara; en la literatura se hallan porcentajes del 1 %. En pacientes inmunosupri- DISCUSIÓN El carcinoma epidermoide de conjuntiva es el tumor más frecuente de la superficie ocular1. La etiología es multifactorial: edad avanzada, exposición a rayos ultravioleta, tabaco, infección por virus del papiloma humano (VPH) y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Cuando la lesión está confinada al interior del epitelio se denomina neoplasia intraepitelial conjuntival, de la que existen tres estadios según la 85 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR tesis de aDN y aRN. Dado sus efectos secundarios corneales y límbicos, que pueden derivar en insuficiencia límbica grave, se considera el IfNa2b como tratamiento de elección debido a su escasa toxicidad tópica y su bajo potencial carcinogénico2. El IfN-a 2b, a dosis de 1 millón UI/ml, ha demostrado una eficacia similar a la cirugía en la erradicación completa de la masa tumoral como primera opción terapéutica. además, posee propiedades antivirales probadas en el VPH y antitumorales2. Hemos de tener en cuenta que en pacientes con VIH, la respuesta al tratamiento inmunomodulador con IfN-a2b puede ser paradójica. En cuanto a la dosificación, estudios recientes demuestran que no existen diferencias significativas en la respuesta tumoral entre dosis de 1 millón UI/ml y 3 millones UI/ml. Sin embargo, parece haber cierta tendencia a una resolución más rápida, pero con mayor tasa de efectos secundarios, con dosis de 3 millones de UI/ml. teniendo en cuenta estas consideraciones, se aconseja su uso a dosis de 1 millón UI/ml3. Se ha estudiado también que el ácido retinoico tópico y el IfN-a2b pueden actuar sinérgicamente, de manera que un tratamiento combinado puede ser una mejor alternativa al uso por separado de IfN-a2b en los carcinomas epidermoides de conjuntiva4. Recientemente, se ha propuesto el uso de 0,5 mg de ranibizumab subconjuntival en la base de la lesión, como tratamiento de rescate en pacientes con recidivas de carcinoma epidermoide, con el que se han conseguido buenos resultados y escasos efectos secundarios. Sin embargo, este tratamiento no reemplaza la terapia estándar con resección quirúrgica, crioterapia y quimioterapia local5. midos, el riesgo de presentar este carcinoma es mayor, con evolución más agresiva y más poder metastatizante. Desde el punto de vista clínico, se trata de lesiones poco elevadas, bien diferenciadas de los tejidos circundantes, con vascularización nutricia y coloración desde gris perlada a rojo grisácea. La localización más frecuente es en el limbo nasal, y es menos frecuente en la conjuntiva temporal en la fisura interpalpebral1. El diagnóstico histológico es siempre necesario. Según el tamaño de la lesión, se realizará biopsia escisional o incisional. En la actualidad, se pueden obtener muestras citológicas mediante impresión o cepillado, para diagnóstico y seguimiento posoperatorio1. El tratamiento clásico de estas tumoraciones es la extirpación quirúrgica con márgenes de seguridad. La resección incompleta es el mayor factor de riesgo del fracaso terapéutico. La tasa de recidiva puede alcanzar el 50 %. Si realizamos resecciones amplias, pueden ser necesarias técnicas reconstructivas como autoinjertos de conjuntiva, colgajos conjuntivales pediculados rotacionales o membrana amniótica. La tendencia a la dislocación de la membrana amniótica destaca la importancia de una buena técnica de sutura. Una buena opción es la sutura continua anclada a esclera. De gran relevancia señalar que la resección de la lesión debe realizarse por tejido sano, a unos 4 mm de los bordes objetivables de la lesión, para evitar la dispersión de las células tumorales («non touch»). asimismo, no se debe lavar con soluciones salinas, para evitar la diseminación de células neoplásicas e intentar disminuir así las posibilidades de recidiva. Posteriormente, podemos realizar criocoagulación de los márgenes conjuntivales de la resección realizada1. En un intento por reducir el número de recurrencias, se tiende cada vez más al empleo de coadyuvantes tópicos como la mitomicina C y el 5-fluorouracilo. La mitomicina C inhibe la síntesis de aDN mientras que el 5-fluorouracilo inhibe la sín- BIBLIOGRAFÍA 1. Verdaguer P, fideliz de la Paz M, Álvarez de toledo JP, Barraquer RI. Interferón alfa 2-b, queratectomía parcial y trasplante de membrana amniótica para el tratamiento de un carcinoma escamoso conjuntival recidivante. arch Soc Esp Oftalmología. 2011;86(5):154-7. 86 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaRCINOMa EPIDERMOIDE DE CONJUNtIVa CON MaLa EVOLUCIóN. aCtUaLIZaCIóN EN EL tRataMIENtO DEL CaRCINOMa EPIDERMOIDE DE CONJUNtIVa 2. Pérez de arcelus M, aranguren M, andonegui J. Interferón alfa-2b tópico como primera opción en las neoplasias intraepiteliales corneoconjuntivales. an Sist Sanit Navar. 2012;35(1):137-41. 3. Galor a, Karp CL, Chhabra S, Barnes S, alfonso EC. topical interferon alpha 2b eye-drops for treatment of ocular surface squamous neoplasia: a dose comparison study. Br J Ophthalmol. 2010;94:551-4. 4. Krilis M, tsang H, Coroneo M. treatment of conjunctival and corneal epithelial neoplasia with retinoic acid and topical interferon alfa-2b: long-term follow-up. Ophthalmology. 2012;119(10):1969-73. 5. finger P, Chin K. Refractory squamous cell carcinoma of the conjunctiva treated with subconjunctival ranibizumab (Lucentis): a two-year study. Ophthal Plast Reconstr Surg. 2012;28:85-9. 87 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ maneJo de un Caso de neoPlasia intraePitelial ConJuntivoCorneal reCidivante daniel gonzález gonzález COLaBORaDORES: mercedes Yolanda gonzález ruiz alicia garde gonzález elena isabel sevillano Fernández Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario de Getafe (Madrid). Desde el punto de vista clínico aparecen lesiones localizadas en las proximidades del limbo iridocorneal (típicamente en región del limbo de la hendidura interpalpebral), elevadas, papiliformes, de consistencia gelatinosa con placas leucoplásicas1,2 y en ocasiones penachos vasculares superficiales1. La afectación corneal se presenta con áreas de epitelio adelgazado y de color grisáceo2. El diagnóstico de confirmación se realiza a través del examen histopatológico de las lesiones1-3; presentan un patrón de hipercelularidad en capa basal, pleomorfismo y baja adhesión intercelular3. Se debe plantear diagnóstico diferencial con otras entidades como pannus, pinguécula, pterigion, disqueratosis intraepitelial benigna, papiloma conjuntival y melanoma, entre otros1,2. El tratamiento clásico incluye escisión quirúrgica con aplicación de crioterapia1,2,4 en los márgenes perilesionales. también se ha utilizado más recientemente mitomicina C (MMC), ácido retinoico, 5-fluorouracilo (5-fU) e interferón, todos ellos por vía tópica1-4. INTRODUCCIÓN La neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal es la tumoración más frecuente de la superficie ocular. Representa una tercera parte de las neoplasias epiteliales adquiridas. Presentan un patrón de crecimiento lento así como una baja malignidad al tratarse de lesiones confinadas al epitelio. No obstante, es importante conocerlas y diagnosticarlas pues son precursoras del carcinoma invasivo de células escamosas1-4. Se conocen diversos factores de riesgo asociados al desarrollo de este tipo de neoplasias, entre los que destacan: exposición a radiación ultravioleta y derivados del petróleo2,3, infección por virus del papiloma humano (VPH), virus de la inmunodeficiencia humana y herpes simple de tipo 11,3,4. Las personas mayores de 70 años, varones, fumadores, portadores de lentes de contacto2,3 y sujetos con piel clara e hipopigmentación ocular ven también aumentado el riesgo de aparición de neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal1-3. 88 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. MaNEJO DE UN CaSO DE NEOPLaSIa INtRaEPItELIaL CONJUNtIVOCORNEaL RECIDIVaNtE En este trabajo pretendemos mostrar la eficacia del tratamiento con interferón a2b (IfN-a2b) tópico en un caso de neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal, frente al tratamiento quirúrgico clásico y al uso de MMC y 5-fU. CASO CLÍNICO Varón de 74 años, ex fumador de más de 25 años, con antecedente de adenocarcinoma gástrico múltiple tratado hace 2 años con cirugía radical sin datos de recidiva en el momento actual. acude a la consulta para valorar tumoración límbica temporal en ojo derecho, papiliforme y vascularizada, que invade un tercio de córnea temporal e inferior. Se procede a la escisión quirúrgica de la lesión y de 3 mm del margen conjuntival no infiltrado, así como a la desepitelización de la región corneal afectada, utilizando aplicaciones de alcohol absoluto (fig. 1). Figura 2. Polo anterior de ojo derecho. Recidiva corneal tras tratamiento con mitomicina C. de instaurar tratamiento tópico con MMC al 0,02% cada 6 horas, en dos ciclos de 14 días, dejando un intervalo de 6 semanas sin tratamiento entre ambos ciclos. En el control fotográfico a los 4 meses no se evidencian datos de remisión. Instauramos tratamiento con IfN-a2b en dosis de 1 millón U/ml, una gota cuatro veces al día durante 6 meses, objetivándose mejoría progresiva de la lesión con desaparición de dos de las tres áreas de displasia corneal (fig. 3). tras realizar el tratamiento, se procede a una nueva intervención quirúrgica consistente en la Figura 1. Polo anterior de ojo derecho tras extirpación de la lesión. El posterior análisis histopatológico de la lesión confirma el diagnóstico de displasia conjuntival de alto grado/carcinoma in situ. a los 2 meses, el paciente presenta tres áreas de implantación corneal (fig. 2), por lo que se deci- Figura 3. Polo anterior de ojo derecho. Disminución de la extensión de la afectación corneal tras 6 meses de tratamiento con interferón a2b tópico. 89 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR tantes efectos secundarios como la toxicidad corneal1-3 y la insuficiencia límbica que de ellos se derivan, entre otros2,4,5. Por ello, elegimos el tratamiento con IfN-a 2b tópico en dosis de 1 millón de U/ml con una pauta descendente de cuatro veces al día los primeros 6 meses y tres veces al día durante 3 meses tras la cirugía hasta la completa erradicación. El IfN-a 2b es un fármaco inmunomodulador cuyo uso tópico está poco extendido en la actualidad en este tipo de patologías, y son limitadas las citas bibliográficas que encontramos al respecto. Es mejor tolerado debido a su escasa toxicidad epitelial y presenta un bajo potencial carcinogénico, así como propiedades anti-VPH y antitumorales3,4. Es por dicho motivo por el que proponemos el tratamiento con IfN-a2b como primera elección, así como tratamiento coadyuvante a la cirugía de neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal por su elevada eficacia y ausencia de efectos secundarios graves, en comparación con las terapias clásicas, especialmente en aquellos casos en los que la cirugía se ve limitada por la extensión de la afectación corneal. escisión del área de displasia corneal persistente, y se reinstaura tratamiento con IfN-a2b tres veces al día durante 3 meses, con remisión completa del cuadro. La tolerancia del paciente al colirio de IfN-a2b tras 9 meses de tratamiento es buena, y presenta escasos efectos secundarios, entre ellos hiperemia y queratitis punteada superficial leve, que se solucionó con la aplicación de lágrimas artificiales sin conservantes. actualmente y tras 3 años de seguimiento no hay evidencia clínica de recidiva de la tumoración (fig. 4). Figura 4. Polo anterior de ojo derecho. Estado actual tras 3 años de seguimiento. BIBLIOGRAFÍA 1. Schechter Ba, Koreishi af, Karp CL, feuer W. Longterm follow-up of conjunctival and corneal intraepithelial neoplasia treated with topical interferon alfa-2b. Ophthalmology. 2008;115:1291-6. 2. Krilis M, tsang H, Coroneo M. treatment of conjunctival and corneal epithelial neoplasia with retinoic acid and topical interferon alfa-2b: long-term follow-up. Ophthalmology. 2012;119(10):1969-73. 3. Pérez de arcelus M, aranguren M, andonegui J. topical interferon alfa-2b for primary treatment of conjunctiva-cornea intraepithelial neoplasia. an Sist Sanit Navar. 2012;35(1):137-41. 4. Galor a, Karp CL, Oellers P, Kao aa, abdelaziz a, feuer W, et al. Predictors of ocular surface squamous neoplasia recurrence after excisional surgery. Ophthalmology. 2012;119(10):1974-81. 5. Khong JJ, Muecke J. Complications of mitomycin C therapy in 100 eyes with ocular surface neoplasia. Br J Ophthalmology. 2006;90:819-22. DISCUSIÓN La neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal es la tumoración más frecuente de la superficie ocular. El tratamiento clásico incluye escisión quirúrgica con aplicación de crioterapia en los bordes de la lesión. No obstante, puede extenderse desde los márgenes, en ocasiones infiltrados, lo que la convierte en una entidad con elevado índice de recidivas, que llegan incluso al 50 % en algunas series3. El tratamiento coadyuvante con MMC tópica, 5-fU y crioterapia ha demostrado ser útil en la disminución de dichas recidivas, a expensas de impor- 90 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ neoPlasia esCamosa de la suPerFiCie oCular tras quemadura químiCa Por Cemento maría elena gonzález montpetit COLaBORaDORES: raquel Feijoo lera sonia valsero Franco Jaime echevarría ecenarro nerea martínez alday Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo (Bizkaia). álcalis podemos destacar el hidróxido de sodio (sosa cáustica), el hipoclorito sódico (lejía), el amoníaco, la cal, el hidróxido de potasio y el cemento. De entre ellos, es el amoníaco, por su gran capacidad de penetración, el que generalmente ocasiona mayor lesión tisular. Las quemaduras por sustancias alcalinas constituyen alrededor de un 60 % del total de las quemaduras químicas, son dos veces más frecuentes que las producidas por ácidos, y generalmente revisten mayor gravedad al ser capaces de penetrar a mayor profundidad. La gravedad de las lesiones viene determinada por la naturaleza y la concentración del producto químico, el área de superficie ocular afectada, el grado de penetración y el tiempo de exposición. Estos traumatismos pueden acarrear lesiones graves en la superficie ocular, como queratoconjuntivitis seca, formación de simbléfaron y entropión cicatricial, anestesia corneal, insuficiencia límbica y opacificación corneal, entre otras. Es por este motivo que la restauración anatómica y estructural de la superficie ocular supone una prioridad en el manejo de estos pacientes. INTRODUCCIÓN El cemento es un conglomerado hidráulico ampliamente empleado en la construcción, formado principalmente por una mezcla de caliza, arcilla y yeso finamente molido. Cuando esta amalgama de minerales entra en contacto con el agua se forma una mezcla uniforme, maleable y plástica con propiedades adherentes que fragua y se endurece. El contacto de esta pasta alcalina con la superficie ocular produce quemaduras químicas que requieren un manejo terapéutico inmediato y adecuado para prevenir complicaciones oculares ulteriores. El tratamiento médico habitualmente empleado consiste en irrigación salina inmediata, antibióticos tópicos, corticoides y ciclopléjico. La velocidad y la eficacia de la irrigación es el factor pronóstico más importante. La mayoría de las quemaduras químicas son ocasionadas accidentalmente en el entorno laboral y en el hogar. Los ácidos más habitualmente implicados son el sulfúrico, el sulfuroso, el fluorhídrico, el acético, el crómico y el clorhídrico. Entre los 91 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR En la primera visita al hospital se observó una lesión corneal similar a la descrita en el informe de urgencias, por lo que se mantuvo la sospecha de insuficiencia límbica como primer diagnóstico. Se decidió llevar a cabo un seguimiento estrecho del paciente con citas mensuales y toma de fotografías (fig. 1). Sin embargo, en la siguiente visita, habiendo transcurrido apenas un mes desde la llegada a nuestro servicio, se observó un aumento del grosor de la lesión y del proceso de conjuntivalización corneal que comenzaba a afectar al eje visual (fig. 2). Esta velocidad de crecimiento, asociada al aspecto papilomatoso y gelatinoso de la lesión, nos orientó hacia una neoplasia escamosa de la superficie ocular con alta sospecha de malignidad, y se procedió directamente a la escisión-biopsia como método diagnóstico-terapéutico. No se realizó citología de impresión previa, pues a pesar de ser un método de diagnóstico no invasivo, solo permite el estudio de las capas más superficiales de la superficie ocular. No aporta información sobre el espesor de epitelio afectado, que es lo que nos hubiera permitido diferenciar entre una neoplasia intraepitelial de conjuntiva y córnea (NICC) de un carcinoma infiltrante. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de un varón de 76 años que, tras sufrir una quemadura química por cemento en el ojo derecho mientras realizaba obras en su domicilio, desarrolló una sucesión de importantes complicaciones de la superficie ocular. Como antecedentes de interés cabe destacar un glaucoma crónico en tratamiento con latanoprost en ambos ojos, una cirugía de pterigion en el ojo derecho y unas cataratas corticonucleares en ambos ojos pendientes de ser intervenidas. El paciente acudió a su médico de atención primaria, quien tras irrigación profusa con suero salino le pautó tratamiento con ciprofloxacino y diclofenaco. No fue valorado por ningún especialista. Una semana más tarde acudió al Servicio de Urgencias de nuestro centro por sensación de cuerpo extraño que persistía desde el accidente. En la exploración oftalmológica destacó una conjuntivalización de casi 360° y una vascularización corneal en zona nasal y temporal superior sin afectación del eje visual. ante la sospecha de una probable insuficiencia límbica, se derivó al paciente a la sección de superficie ocular del Servicio de Oftalmología para continuar su estudio. Figura 1. aspecto del ojo derecho en la primera visita al hospital. Se aprecia una amplia conjuntivalización corneal que no llega a afectar al eje visual. Figura 2. Imagen obtenida en la segunda visita al hospital. Se aprecia una vascularización corneal superior así como un crecimiento de la lesión respecto a la figura 1, con afectación del eje visual. 92 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. NEOPLaSIa ESCaMOSa DE La SUPERfICIE OCULaR tRaS qUEMaDURa qUíMICa POR CEMENtO estable, sin signos de recidiva. Persisten restos de membrana amniótica y un pequeño pannus localizado en la zona superior. La úlcera corneal central se ha reepitelizado correctamente tras tratamiento con tetraciclinas e hidratación intensa dejando libre el eje visual (fig. 4). La agudeza visual en el ojo derecho es de 0,5 teniendo en cuenta la presencia de una esclerosis corticonuclear de grado moderado. El tratamiento llevado a cabo en quirófano consistió en la escisión simple de la lesión con márgenes de 2 mm de seguridad empleando el método «no touch» acompañado de trasplante de membrana amniótica para facilitar el cierre del defecto. El estudio anatomopatológico de las muestras obtenidas reveló una atipia grave presente en el espesor completo del epitelio sin afectación de la membrana basal (NICC). La información sobre el estado de los márgenes quirúrgicos no pudo ser aportada por el tipo de muestras enviadas. Dos semanas después de la intervención se inició tratamiento tópico con interferón (IfN)a2b a dosis habituales de 1 millón de UI/ml cada 6 horas durante 1 mes (fig. 3). Figura 4. Estado del ojo derecho 2 meses después de la operación. El eje visual se encuentra libre de lesión. No se aprecian signos de recidiva tumoral. Persisten aún restos de membrana amniótica. El paciente se encuentra en tratamiento con colirio de metilprednisolona al 1 % cada 8 horas, intentando frenar la evolución de la insuficiencia límbica, y con lágrimas artificiales para aliviar la sequedad ocular. Figura 3. aspecto 2 semanas después de la intervención quirúrgica. La superficie corneal aparece totalmente recubierta por el injerto de membrana amniótica. La insuficiencia límbica, ya presente en el momento del diagnóstico del NICC, se vio agravada por la cirugía escisional a la que el paciente fue sometido. Esta pérdida de células límbicas pluripotenciales trajo como consecuencia el desarrollo de una ulceración corneal central, probablemente también relacionada con la hipoestesia corneal y con la sequedad ocular desarrolladas tras la quemadura. actualmente, 2 meses después de la intervención quirúrgica, el paciente presenta un aspecto DISCUSIÓN La destrucción de células límbicas pluripotenciales y el desarrollo secundario de una insuficiencia límbica es una de las complicaciones más temidas tras una lesión química. Su aparición se relaciona con la gravedad de la quemadura. El empleo de la membrana amniótica en oftalmología se inició en 1940 con De Roth para la regeneración conjuntival en casos de simbléfaron. Desde su reintroducción en 1995 su uso se ha exten- 93 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR dido ampliamente en la reconstrucción de la superficie ocular. Su injerto facilita la migración de las células epiteliales y la adhesión de células basales, promueve la diferenciación epitelial y tiene un efecto antiinflamatorio al disminuir la actividad de citocinas y polimorfonucleares. La ausencia de antígeno HLa de tipo I y II impide que se desencadenen reacciones de rechazo. En quemaduras moderadas, como la sufrida por nuestro paciente, en las que persiste un número de células límbicas suficiente (grados 3 y 4 de la clasificación de Dua et al.), el trasplante de membrana amniótica en el momento agudo hubiera sido una buena opción terapéutica. Esta permite una regeneración estromal y epitelial de la córnea más significativa y rápida que el tratamiento médico aislado1,2. tras el accidente químico, nuestro paciente desarrolló un síndrome de ojo seco leve, una insuficiencia límbica y un NICC. Este último apareció como consecuencia de una diferenciación celular defectuosa probablemente relacionada con la gravedad de la quemadura, el tratamiento inicial subóptimo y con una cierta predisposición personal. El NICC forma parte del amplio espectro de lesiones que engloba la neoplasia escamosa de la superficie ocular. Consiste en una displasia celular que, según el grado (I, II o III) en el que se clasifica, afectará a un tercio basal, dos tercios o al espesor completo del epitelio, respectivamente, sin sobrepasar la membrana basal. Existen múltiples factores de riesgo que predisponen a su desarrollo, entre los que destacan la radiación ultravioleta, el virus del papiloma humano, el virus de la inmunodeficiencia humana y otros estados de inmunodeficiencia, el contacto con diversas sustancias químicas, etc. Su curso es lentamente progresivo y aunque la diseminación sistémica es rara, la ausencia de un tratamiento correcto puede llevar a afectación orbitaria e intraocular. Dado el aspecto típico de la mayor parte de los NICC, la escisión quirúrgica sin previa confirmación diagnóstica se considera apropiada ante lesiones sospechosas, lo que explica por qué no se llevó a cabo previamente ningún método diagnóstico en nuestro paciente. El tratamiento empleado habitualmente consiste en la escisión simple con 2 mm de margen utilizando la técnica «no touch» de Shields, asociada o no a crioterapia. La afectación de los márgenes quirúrgicos se considera el factor pronóstico más importante, con un riesgo de recidiva que asciende al 53 % cuando no están libres3. En aquellos casos con márgenes quirúrgicos positivos o cuyo estado de afectación es desconocido, como ocurría en nuestro paciente, el uso posoperatorio de IfN tópico disminuye la tasa de recurrencia a un nivel similar al de aquellos pacientes con márgenes libres, consiguiendo un adecuado control en el 95 % de los casos4,5. Los 2 años que transcurren tras la cirugía son los que presentan mayor tasa de recidiva, aunque se han descrito casos después de 10 años. Nuestro paciente seguirá revisiones frecuentes por especialistas de superficie ocular durante un período mínimo de 3 años para detectar de forma precoz cualquier signo de recidiva tumoral. BIBLIOGRAFÍA 1. López-García JS, Rivas Jara L, García-Lozano I, Murube J. Histopathologic limbus evolution after alkaline burns. Cornea. 2007;26(9):1043-5. 2. tejwani S, Kolari RS, Sangwan VS, Rao GN. Role of amniotic membrane graft for ocular chemical and thermal injuries. Cornea. 2007;26(1):21-5. 3. Basti S, Macsai MS. Ocular surface squamous neoplasia: a review. Cornea. 2003;22(7):687-704. 4. Galor a, Karp CL, Oellers P, Kao aa, abdelaziz a, feuer W, et al. Predictors of ocular surface squamous neoplasia recurrence after excisional surgery. Ophthalmology. 2012;119:1974-81. 5. Shields CL, Kaliki S, Kim HJ, al-Dahmash S, Shah SU, Lally SE, et al. Interferon for ocular surface squamous neoplasia in 81 cases: outcomes based on the american Joint Committee on Cancer Classification. Cornea. 2013;32(3):248-56. 94 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ resPuesta a la HeParina tóPiCa en un Caso de ConJuntivitis leñosa CróniCa Y CarCinoma esCamoso Betty lorente Bulnes COLaBORaDORES: maría Fideliz de la Paz Juan Pedro álvarez de toledo elizalde Centro de Oftalmología Barraquer. Barcelona. Entidades como la tuberculosis, la oftalmía nudosa o los depósitos amiloides han sido incluidos en el diagnóstico diferencial de esta entidad3. INTRODUCCIÓN La conjuntivitis leñosa es una entidad muy poco frecuente, de la que desconocemos realmente su prevalencia. Se trata de una conjuntivitis seudomembranosa que aparece normalmente en la infancia, aunque puede presentarse a cualquier edad. Es algo más frecuente en mujeres1, y en aproximadamente la mitad de los casos puede ser bilateral. Se producen unas membranas de material rico en fibrina que se adhieren firmemente a los tarsos, provocando abundante sangrado al retirarlas y que tienden a recidivar rápidamente. aunque la ubicación más frecuente de estas lesiones es la conjuntiva tarsal, también hay casos descritos con lesiones en conjuntiva bulbar e incluso a nivel límbico, llegando a invadir la córnea2. Su patogenia está relacionada con un déficit de plasminógeno de tipo I; la conjuntivitis leñosa es la manifestación más frecuente en los pacientes afectados. Entre los factores de riesgo que se han descrito como desencadenantes están las infecciones, los traumatismos y las cirugías oculares previas. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de una mujer de 79 años que padece hipertensión arterial e hipotiroidismo como únicas enfermedades de interés. a nivel ocular, perdió su ojo izquierdo cuando tenía 15 años a causa de un traumatismo. En su ojo derecho, refiere dos intervenciones quirúrgicas el año anterior por una lesión recidivada en conjuntiva bulbar nasal (informada como pterigion). acude a nuestro centro con carácter de urgencia por conjuntivitis membranosa de 2 meses de evolución que no mejora con ningún tratamiento hasta la fecha (múltiples colirios antibióticos y corticoideos). Su mejor agudeza visual con corrección en ojo derecho es de 0,6. a la exploración con lámpara de hendidura se aprecia una lesión blanquecina en conjuntiva bulbar nasal, con vascularización fina en márgenes y gran vaso nutricio a nivel central (fig. 1). a la eversión, además, se aprecian mem- 95 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Figura 1. Imagen clínica de la primera visita. aspecto general y detalle de la lesión conjuntival bulbar. Figura 2. Imagen clínica de la primera visita. Lesión membranosa en conjuntiva tarsal superior. branas que recubren prácticamente la totalidad de ambos tarsos (fig. 2). Se retiran las membranas con pinzas, lo que produce abundante sangrado. Se pauta tratamiento con colirio de tobramicina y dexametasona, lavados con suero fisiológico y lágrima artificial. acude a nuevo control con dichas membranas recidivadas. Estas se van cronificando y haciendo cada vez más densas, formado verdaderas placas en la conjuntiva tarsal de nuestra paciente. Se decide entonces escisión y biopsia de las membranas tarsales y de la lesión del canto interno. En el informe anatomopatológico se describen dos muestras de conjuntiva tarsal superior como carcinoma escamoso bien diferenciado. El resto de tomas «de un total de 7» se describen como abundante tejido necrótico con tejido conjuntivo con hialinización focal y escasa representación de epitelio plano estratificado. todo ello en el contexto de una inflamación crónica moderada. Dos meses después de su primera visita a nuestro centro, con el diagnóstico de carcinoma escamoso bien diferenciado y tras realizar el correspondiente estudio de extensión local y sistémico, se inicia tratamiento con mitomicina al 0,02 % cinco veces al día, nuevamente sin éxito y con mala tolerancia. tras el fracaso terapéutico, con nueva recidiva de membranas (fig. 3) y ante la sospecha Figura 3. aspecto de la paciente tras la toma de la biopsia realizada en quirófano. fotografía clínica que muestra recidiva de lesión en conjuntiva bulbar y conjuntiva tarsal. de una conjuntivitis leñosa asociada, solicitamos analítica, en la que constatamos un gran déficit de plasminógeno de tipo I: 23 (N: 75-150). Es entonces cuando se inicia tratamiento con heparina sódica al 1 %, 1 gota cada hora, asociado a suero autólogo cinco veces al día. Durante el tratamiento, ante la pérdida de visión progresiva debido a una opacificación del cristalino y la ausencia de recidiva, se realiza cirugía de catarata con implante de lente intraocular. a medida que iba produciéndose la resolución de la conjuntivitis, se fue reduciendo muy lentamente la pauta de la heparina 96 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. RESPUESta a La HEPaRINa tóPICa EN UN CaSO DE CONJUNtIVItIS LEñOSa CRóNICa Y CaRCINOMa ESCaMOSO caso como desencadenante de la conjuntivitis en una paciente predispuesta por su déficit de plasminógeno. Por este motivo, para los casos ya diagnosticados se habla de un tratamiento profiláctico perioperatorio con plasma fresco congelado4. En nuestro caso, la anatomía patológica nos demuestra la presencia de un carcinoma escamoso, pero también muchas muestras obtenidas reflejan la inflamación crónica y la hialinización que pueden corresponder a una conjuntivitis leñosa. Desde que se describió por primera vez la conjuntivitis leñosa, han sido múltiples los tratamientos sugeridos. Existen en la bibliografía casos respondedores a mitomicina C, ciclosporina a, membrana amniótica, plasminógeno tópico de muestras de plasma fresco y también a heparina5, aunque en la actualidad no hay ningún tratamiento protocolizado. En nuestro caso, la resistencia a la mitomicina tópica, así como la demostración del déficit de plasminógeno, es lo que nos hace pautar el tratamiento con heparina sódica tópica, con la que se alcanzó la resolución de la conjuntivitis leñosa. hasta 10 meses después del inicio del tratamiento (fig. 4). año y medio después, la paciente presenta un entropión que se maneja con electrocoagulación de pestañas y uso de lente de contacto terapéutica. Cuatro años después de su primera visita a nuestro centro, la mejor agudeza visual con corrección es de 0,5. La paciente no presenta signos de actividad inflamatoria ni recidiva del carcinoma escamoso. Figura 4. aspecto clínico de la paciente tras la resolución de la conjuntivitis leñosa. BIBLIOGRAFÍA DISCUSIÓN 1. Schuster V, Seregard S. Ligneous conjuctivitis. Surv Ophthalmol. 2003;48(4):369-88. 2. Krachmer JH, Mannin MJ, Holland EJ. Cornea. fundamentals, diagnosis and management. Vol. 1. 3.ª ed. Philadelphia: Mosby; 2011. p. 629-34. 3. Kanski JJ. Oftalmología clínica. 6.ª ed. Barcelona: Elsevier; 2009. p. 237-8. 4. tabbara Kf. Prevention of ligneous conjuctivitis by topical and subconjuctival fresh frozen plasma. am J Ophthalmol. 2004;138(2):299-300. 5. De Cock R, ficker La, Dart JG, Garner a, Wright P. topical heparin in the treatment of ligneous conjuctivitis. Ophthalmology. 1995;102:1654-9. No hemos encontrado en la bibliografía casos publicados de carcinoma escamoso asociado a conjuntivitis leñosa. Pero, como ya hemos mencionado, uno de los factores de riesgo descritos para la conjuntivitis leñosa es haber sufrido un trauma sobre la conjuntiva, ya sea un traumatismo directo o una intervención quirúrgica sobre la superficie ocular. Es lógico pensar que las intervenciones realizadas anteriormente actuaron en nuestro 97 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ telangieCtasias ePiesClerales Congénitas aisladas maría rocío garcía Catalán COLaBORaDORES: manuel arias alcalá Pedro naranjo Bonilla rafael giménez gómez Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. La agudeza visual corregida era de 1 en ambos ojos (aO). La biomicroscopia mostraba un ojo derecho (OD) normal. En el OI destacaba una vascularización anómala epiescleral con varios vasos de mayor calibre (fig. 1) que se ramificaban formando un plexo vascular (fig. 2). Dicha vascularización afectaba a tres cuadrantes y respetaba el sector inferotemporal (fig. 3). En la epiesclera temporal se podían apreciar dilataciones aneurismáticas y arrosariamiento venoso (fig. 4). El resto del INTRODUCCIÓN Las telangiectasias son una patología infrecuente de la superficie ocular. Suponen una vascularización anómala de la conjuntiva o epiesclera, con presentación de vasos sanguíneos dilatados, tortuosos, anastomóticos y, en ocasiones, con dilataciones aneurismáticas. Este patrón vascular puede producir un aumento de la presión venosa epiescleral que con mucha frecuencia conduce a un glaucoma de difícil manejo1. Suelen ser malformaciones vasculares congénitas asociadas en la mayoría de los casos a síndromes sistémicos1,2, por lo que su presentación aislada supone un reto diagnóstico dada la escasa bibliografía al respecto. CASO CLÍNICO Paciente varón de 39 años de edad, sin enfermedades conocidas, en tratamiento por glaucoma en el ojo izquierdo (OI) con triple terapia (brimonidina, dorzolamida y bimatoprost) de 4 años de evolución. El paciente refería hiperemia conjuntival en ese ojo desde la infancia e intolerancia a timolol por bradicardia. Figura 1. Notable dilatación vascular formando un plexo a la altura de la epiesclera nasal. 98 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. tELaNGIECtaSIaS EPIESCLERaLES CONGéNItaS aISLaDaS polo anterior y anejos era normal. La presión intraocular (PIO) era de 17 mmHg en el OD y 19 mmHg en el OI. La paquimetría era de 610 µm en el OD y de 650 µm en el OI. En la fundoscopia se apreciaba una excavación papilar de 0,4 y 0,6 en OD y OI, respectivamente. No se objetivaron vasos patológicos ni en polo posterior ni en periferia retiniana. En la inspección física no encontramos ninguna tumoración ni anomalía vascular facial ni palatina, ni tampoco otras lesiones dermatológicas de interés. La campimetría del OD era normal. En el OI, la prueba de hemicampo de glaucoma se encontraba fuera de los límites normales, con una desviación media de –1,37 dB. Se realizó una angiografía y una tomografía computarizada craneal con contraste, incluidos cortes orbitarios, para descartar una fístula arteriovenosa y malformaciones vasculares orbitarias y cerebrales. Figura 2. Se aprecia con más detalle plexo vascular con múltiples anastomosis. DISCUSIÓN Las anomalías vasculares oculares suponen un reto diagnóstico, dada su baja frecuencia y su amplio abanico de presentación3. En el caso que exponemos, una vez descartadas otras patologías como una hiperemia conjuntival asociada a prostaglandinas, una fístula carotidocavernosa de bajo flujo o un tumor orbitario, planteamos como primera posibilidad diagnóstica una malformación vascular congénita de la superficie ocular. Las telangiectasias epiesclerales se asocian en ocasiones a enfermedades sistémicas. Podemos citar como ejemplos, el síndrome de Sturge-Weber, que se caracteriza por angiomas faciales (nevus flameus) o cerebrales, acompañados en ocasiones de hemangiomas coroideos; el síndrome de DirvyVan-Bogaert, que se define por la presencia de angiomatosis conjuntival y angiomas racemosos en la corteza cerebral, y el síndrome de Louis- Figura 3. Respeto de parte de la epiesclera inferior. Figura 4. tortuosidad y dilataciones aneurismáticas en epiesclera temporal. 99 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR en muchos casos es necesario un abordaje quirúrgico1. En el presente caso, la PIO está controlada con tratamiento tópico máximo. Si durante el seguimiento fuera necesaria una cirugía hipotensora, la trabeculectomía sería una opción puesto que es un procedimiento que ha demostrado su eficacia en el control de la PIO en casos de Sturge-Weber. Sin embargo, habría que tener en cuenta las posibles complicaciones que podrían aparecer, como el riesgo de sangrado de los vasos epiesclerales. Como conclusión, presentamos un caso de telangiectasias epiesclerales aisladas, muy interesante desde el punto de vista clínico dada su baja incidencia y su manejo terapéutico complejo. Bar, que asocia telangiectasias conjuntivales con ataxia2. En nuestro caso se trata de telangiectasias epiesclerales aisladas, ya que no hemos encontrado ni angiomas coroideos ni ningún tipo de afectación sistémica. La intensa dilatación de los vasos epiesclerales de nuestro paciente podría provocar un aumento de la presión venosa a este nivel que dificultase el drenaje del humor acuoso, con el consiguiente aumento de la PIO, de un modo similar a lo que ocurre en el síndrome de Sturge-Weber1. En este síndrome, la incidencia de glaucoma supera el 30%. En el 60 %, el glaucoma se desarrolla en los dos primeros años de vida, detectándose una disgenesia en el ángulo iridocorneal, que es similar a las alteraciones observadas en otros glaucomas congénitos. Sin embargo, en el 40 % de los casos con Sturge-Weber, el glaucoma tiene lugar en una etapa posterior de la infancia o incluso a principios de la edad adulta. En estos pacientes se ha documentado un presión venosa epiescleral dos veces superior a la presión epiescleral normal4. El glaucoma asociado a la elevación de la presión venosa epiescleral es de difícil manejo. En el Sturge-Weber se ha documentado que la eficacia de los colirios hipotensores es limitada, por lo que BIBLIOGRAFÍA 1. Patrianakos tD, Nagao K, Walton DS. Surgical management of glaucoma with the sturge weber syndrome. Int Ophthalmol Clin. 2008;48:63-78. 2. Delfino M, Bruzzone R, Rey a, Delfino a, Pirez C. ataxiatelangiectasia (síndrome de Louis-Bar). arch Pediatr Urug. 2006;77:154-8. 3. Shields Ja, Mashayekhi a, Kligman BE, Kunz WB, Criss J, Eagle RC, et al. Vascular tumors of the conjunctiva in 140 cases. Ophthalmology. 2011;118:1747-53. 4. Shiau t, armogan N, Yan DB, thomson HG, Levin aV. the role of episcleral venous pressure in glaucoma associated with Sturge-Weber syndrome. J aaPOS. 2012;16: 61-4. 100 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. ⏐ tumores ⏐ tratamiento intralesional Con rituximaB en un linFoma no Hodgkiniano ConJuntival multiFoliCular Bilateral karina spiess COLaBORaDORES: ana Boto de los Bueis José luis vallejo garcía almudena del Hierro zarzuelo Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz. Madrid. La presentación clínica de los linfomas conjuntivales puede ser asintomática; sin embargo, la gran mayoría de los pacientes refieren sensación de cuerpo extraño, irritación leve o ptosis2,3. El patrón de referencia en el diagnóstico de los LaO es la biopsia con estudio histopatológico e inmunohistoquímico. En las series de Shields, aproximadamente la mitad de las lesiones conjuntivales linfoproliferativas obtuvieron un diagnóstico definitivo de linfoma, mientras que el porcentaje restante se correspondía con hiperplasias linfoides reactivas y atípicas3. La estirpe histológica más frecuente de los LaO es el linfoma B de la zona marginal (MaLt), que ocurre en un 60-80% de los casos, seguido del linfoma folicular (Lf) (15-20 %); menos frecuentes son los linfomas del manto o difuso de células grandes4. El Lf consiste en una proliferación monoclonal de linfocitos B que se agrupan en folículos. a nivel conjuntival, afecta típicamente a personas mayores de 50 años (84 %), aunque existen casos descritos en edades pediátricas. Suelen ser linfomas de bajo grado, que no suelen remitir espontánea- INTRODUCCIÓN La conjuntiva, al igual que cualquier membrana mucosa de nuestro organismo, contiene tejido linfoide del que pueden derivar tumores benignos y malignos. El 2 % de los linfomas no hodgkinianos (LNH) afectan a los anejos oculares, cifra que puede llegar a ser del 5-15 % si consideramos únicamente los LNH extranodales1. La localización más frecuente de los linfomas de anejos oculares (LaO) es la órbita (46-74 %), seguido de la conjuntiva (2033 %) y, en último lugar, los párpados (5-20 %)2. El 38 % de los linfomas conjuntivales son bilaterales en el momento del diagnóstico, y un 7 % de los inicialmente unilaterales acaban afectando al ojo contralateral a medio plazo. En el 23 % de los linfomas conjuntivales existe afectación ocular adicional, sobre todo palpebral y orbitaria3. Un 22 % de los linfomas conjuntivales se asocian a linfoma sistémico previamente diagnosticado, mientras que en un 28 % de los pacientes se desarrollan posteriormente, sobre todo si las lesiones conjuntivales son múltiples o cuando se localizan a nivel de fórnix o centrobulbar3. 101 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR mente, y en los que es frecuente la recurrencia local y/o contralateral5. El abanico terapéutico es muy amplio. aparte de las opciones clásicas, como la cirugía, la crioterapia, las tetraciclinas, la radioterapia local y la quimioterapia por vía tópica y/o sistémica, los LaO se han tratado con anticuerpos monoclonales intravenosos asociados o no a isótopos radiactivos, y recientemente se han propuesto técnicas locales intralesionales como el interferón, la mitomicina C y el rituximab (Rtx). Presentamos un caso de linfoma folicular bilateral resistente a múltiples terapias, que se controló con la aplicación intralesional de anticuerpos monoclonales anti-CD20. Figura 2. Conjuntiva tarsal inferior del ojo izquierdo antes del tratamiento. nóstico de LNH de tipo B, centrofolicular de bajo grado y patrón nodular, que presentaba positividad para los marcadores CD10, CD20, CD23, bcl-2 y bcl-6. tras un estudio de extensión negativo, se inició tratamiento intravenoso con dos tandas de cuatro ciclos de Rtx, a una dosis de 375 mg/m2 a la semana, con el que se observó una respuesta parcial con mejoría clínica, pero con una biopsia positiva para LNH folicular en aO. Posteriormente se administró un ciclo de radioinmunoterapia a una dosis de 1095 MBq de 90Y-ibritumomab tiuxetan con biopsia posterior bilateral sin evidencia de remisión. a los 18 meses del diagnóstico se aplicó radioterapia local ocular fraccionada, a una dosis total de 30,6 Gy, que derivó en una regresión significativa de las lesiones, con mejoría sintomática de la paciente. Sin embargo, a los 3 años de seguimiento periódico, se visualizó la aparición de múltiples folículos sonrosados nuevos en tarsos superior e inferior de aO, asociados a fibrosis interfolicular. Se procedió a la realización de una nueva biopsia de conjuntivas tarsales inferiores de aO para su estudio histológico e inmunohistoquímico, que confirmó la existencia de un LNH de tipo B centrofolicular de grado 1. ante esta recurrencia local, se inició tratamiento en quirófano con 18 ciclos de terapia intralesional con Rtx durante 4 meses, según la pauta descrita por ferreri et al. (1 ml Rtx + 0,5 ml de xilocaína al 2 % + 0,5 ml de suero autólogo 100 %) en CASO CLÍNICO Mujer de 62 años, remitida a la consulta de córnea por presentar episodios recidivantes de conjuntivitis folicular asociada a fibrosis en conjuntiva tarsal superior de ojo derecho (OD) y de ambos tarsos en el ojo izquierdo (OI) (figs. 1 y 2). La agudeza visual (aV) de la paciente era de la unidad en ambos ojos (aO). Se realizó una biopsia de conjuntiva tarsal inferior en OI, cuyo estudio anatomopatológico e inmunohistoquímico llevó al diag- Figura 1. Conjuntiva tarsal superior del ojo izquierdo antes del tratamiento. 102 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. tRataMIENtO INtRaLESIONaL CON RItUxIMaB EN UN LINfOMa NO HODGKINIaNO CONJUNtIVaL MULtIfOLICULaR BILatERaL Figura 3. Conjuntiva tarsal 8 meses después de la última sesión de inyecciones intralesionales de rituximab. mulsificación de aO por catarata corticonuclear y subcapsular posterior con evolución favorable. En las sucesivas revisiones a los 4, 6, 9 y 12 meses tras la última inyección de Rtx, la aV corregida era de 2/3 en aO, y las lesiones residuales permanecieron estables (fig. 3) sin hiperemia conjuntival asociada. Clínicamente la paciente refiere lagrimeo no invalidante y escozor ocasional que se controla con antihistamínicos tópicos. aO abarcando la totalidad de los folículos previa aplicación de anestesia tópica. al inicio, las inyecciones se llevaron a cabo bisemanalmente durante un mes, posteriormente de forma semanal durante 2 meses, y una vez cada 2 semanas en el último mes de tratamiento. No se registraron complicaciones graves salvo dolor y mínimo sangrado local durante las inyecciones, así como escozor, hiperemia bulbar y epifora, que fueron más significativas en los últimos ciclos. tras cada sesión se pautó tratamiento tópico con tobramicina y dexametasona. En el curso de las sucesivas inyecciones se apreció una progresiva reducción en tamaño y número de los folículos tarsales en aO. a los 2 meses de finalizada la terapia intralesional con Rtx se observó la desaparición de la mayoría de los folículos con persistencia de un único folículo en la unión conjuntival tarsal-bulbar en OD, así como 2-3 folículos mal definidos en el mismo nivel del ojo contralateral. Dada la perseverancia de lagrimeo, se realiza un estudio dacriocistográfico que revela una permeabilidad de las vías lagrimales, teniendo estas últimas un aspecto multidiverticular en OD y con una discreta estenosis cercana al punto lagrimal en OI. Debido a una pérdida de aV progresiva, una vez finalizados los ciclos, se procedió a la facoe- DISCUSIÓN Desde el punto de vista clásico, el tratamiento de los linfomas primarios conjuntivales sin afectación sistémica se basa en la escisión quirúrgica, la crioterapia y/o la radioterapia local. Estas pueden asociar efectos secundarios importantes: la radioterapia local puede producir fibrosis conjuntival e inducir la formación cataratas, y la cirugía también favorece la cicatrización fibrosa y la formación de adherencias. algunos autores consideran que estos linfomas de bajo grado no se curan, y por tanto se debe evitar un manejo demasiado radical de éstos1,4,5. En nuestro caso, la forma de presentación multifocal afectando a las conjuntivas tarsales de aO hizo desestimar en su momento la opción quirúrgica como tratamiento del Lf, eligiendo como pri- 103 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR ción conjuntival de la preparación. Hay que tener en cuenta que estos factores dificultan la aplicación de la técnica por parte del profesional y suponen molestias añadidas para el paciente. Se precisa, además, por ambas partes, una cierta disponibilidad temporal para llevar a cabo la terapia intralesional multifocal, además de una adherencia exquisita al seguimiento posinyección. a pesar de existir una remisión completa o casi completa, estos pacientes requieren un seguimiento periódico de por vida, tanto por oftalmología, dado el riesgo de recurrencia local, como por hematología u oncología, por el desarrollo de un posible linfoma sistémico. ante un linfoma conjuntival primario, este riesgo es de un 7 % en el primer año, un 12 % en el segundo año, un 15 % en el quinto año y de un 28 % a los 10 años3. Los linfomas conjuntivales primarios son enfermedades malignas, casi siempre indolentes, con rara afectación sistémica y mortalidad (<1 % en la series de Shields et al.)3, por lo que es fundamental individualizar cada caso teniendo en cuenta sus particularidades para así encontrar el equilibrio entre la eficacia terapéutica, la toxicidad y la calidad de vida. mera opción el Rtx por vía intravenosa. La aparición de los anticuerpos monoclonales anti-CD 20, como el Rtx, ha permitido atacar de forma más específica los linfocitos B tumorales en la mayoría de los linfomas conjuntivales. Existen varios casos descritos de remisión completa, parcial, pero también de recurrencias tempranas con el uso del Rtx intravenoso. Se estipula que la ineficacia del Rtx sistémico se debe a una baja biodisponibilidad en la conjuntiva. Posteriormente se ha propuesto la utilización de radioinmunoterapia, en la cual un anticuerpo monoclonal, junto con un radioisótopo, el itrio 90, alcanza la célula tumoral y actúa localmente emitiendo partículas beta4. En nuestra paciente, tanto el Rtx administrado por vía intravenosa como el uso de radioinmunoterapia no fueron eficaces para inducir la remisión, mientras que la radioterapia local sí lo consiguió de forma temporal. Se ha descrito un riesgo de recurrencia de un 25 % en los LaO cuando se aplica radioterapia local2. Para los linfomas conjuntivales MaLt o foliculares resistentes al tratamiento o recidivantes, ferreri et al. proponen inyectar Rtx de forma intralesional, aumentando así la biodisponibilidad local de los anticuerpos monoclonales. Se ha comprobado in vitro que la asociación de Rtx con suero autólogo aumenta la concentración local de C3 y C4 potenciando aún más la citotoxicidad mediada por complemento de los anticuerpos monoclonales1. Cómo hemos podido comprobar en nuestra paciente, las lesiones foliculares linfomatosas remitieron con este tratamiento, presentando una buena tolerancia local y sistémica. Consideramos que el Rtx intralesional es una opción terapéutica segura y predecible. No obstante, en nuestro caso, la multifocalidad y la bilateralidad implicaron la necesidad de múltiples inyecciones en cada sesión con el fin de abarcar el tumor en su totalidad. asimismo, la localización tarsal de los folículos y la fibrosis secundaria a las biopsias previas empeoraron la distribu- BIBLIOGRAFÍA 1. ferreri aJ, Govi S, Colucci a, Crocchiolo R, Modorati G. Intralesional rituximab: a new therapeutic approach for patients with conjunctival lymphomas. Ophthalmology. 2011;118(1):24-8. 2. Stacy RC, Jakobiec fa, Schoenfield L, Singh aD. Unifocal and multifocal reactive lymphoid hyperplasia vs follicular lymphoma of the ocular adnexa. am J Ophthalmol. 2010;150(3):412-26. 3. 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Valencia. culíticos sistémicos asociados y procesos inflamatorios e infecciosos propiamente oculares5. Presentamos el caso de un paciente diabético remitido a nuestro centro con antecedentes de múltiples intervenciones de pterigion y que en su seguimiento presentó un episodio de perforación corneal, de etiología probablemente multifactorial, en el que destacamos la decisiva influencia del tratamiento crónico con aINE tópicos y que acabó desarrollando una endoftalmitis con evolución a ptisis bulbi. INTRODUCCIÓN Los episodios agudos de inflamación del pterigion suelen resolverse con la administración de antiinflamatorios no esteroideos (aINE) y lubricantes tópicos1. Los aINE tópicos son fármacos bien tolerados en general2. Las reacciones adversas más frecuentes a las que se asocian son leves y transitorias, como ardor ocular, picor, reacciones alérgicas e hiperemia conjuntival. Sin embargo, su uso de forma crónica en altas dosis se ha relacionado con efectos secundarios corneales potencialmente graves, como la aparición de lisis o melting y perforación corneales1-4. Por otro lado, la perforación en pacientes intervenidos de pterigion es una entidad rara que se ha relacionado con el uso de mitomicina C4. ante el hallazgo de una perforación corneal en un paciente con pterigion recidivante es fundamental realizar una anamnesis detallada con el fin de evaluar su posible etiología: técnica quirúrgica realizada, medicación prescrita, síndromes vas- CASO CLÍNICO Varón de 74 años, diabético no insulinodependiente, remitido a nuestro centro para seguimiento tras haber sido intervenido en tres ocasiones de pterigion recidivante más injerto conjuntival en su ojo izquierdo (OI). La primera de ellas hacía 3 años. además, durante la anamnesis el paciente refería padecer de forma crónica, desde la aparición del pterigion, síntomas de irritación, como 105 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR a los 10 meses de la primera visita, nos vuelven a remitir al paciente por perforación corneal tratada de distintas formas y que no conseguían cerrar. a la exploración con lámpara de hendidura se evidenciaba una hiperemia ciliar intensa con pliegues en la membrana de Descemet superiores a una perforación corneal periférica con melting perilesional, a las 6 horas, de 1 × 1,5 mm, con el iris incarcerado en la lesión autosellando el defecto, corectopia leve y una cámara anterior media (fig. 2). Su aVcsc era de movimiento de manos y la PIO digital evidenciaba un globo ocular blando. La perforación había sido diagnosticada en otro centro hacía 15 días y fue tratada previamente con pegamento tisular más trasplante de membrana amniótica y, posteriormente, con pegamento tisular más lente de contacto terapéutica, sin conseguir sellar el defecto. Se decidió intervenir quirúrgicamente eliminando el tejido necrótico que circundaba la perforación y se suturó un injerto de politetrafluoroetileno, de 3 mm de diámetro con 8 puntos sueltos de nailon monofilamento de 10/0, al no disponer de botón corneal donante. El posoperatorio inmediato transcurrió sin complicaciones, manteniéndose una buena cámara anterior y un efecto Seidel negativo. asimismo, se realizaron pruebas reumatológicas para descartar enfermedad sistémi- sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, picor y ojo rojo, que se resolvían parcialmente con la autoinstilación de aINE tópicos y lágrimas artificiales, pero que volvían a aparecer al cesar la administración de aINE. a la exploración, el paciente presentaba una agudeza visual con su corrección (aVcsc) de 0,2 en OI, una presión intraocular (PIO) de 9 mmHg y en la biomicroscopia destacaba una región nasal leucomatosa en disposición vertical, correspondiente a la cicatrización corneal tras las múltiples escisiones de la cabeza del pterigion con una córnea transparente (fig. 1). El polo posterior era normal sin signos de retinopatía diabética. Figura 1. Polo anterior del ojo izquierdo en la primera consulta. Región nasal leucomatosa en disposición vertical correspondiente a la cicatrización tras las múltiples escisiones de la cabeza del pterigion. a B Figura 2. a. Polo anterior del ojo izquierdo. Se aprecian los pliegues en la membrana de Descemet superiores a una perforación corneal periférica de 1 × 1,5 mm, con melting perilesional y el iris incarcerado en la lesión autosellando el defecto. B. tomografía de coherencia óptica de polo anterior (aS-OCt VisantetM). 106 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. DEL PtERIGION a La EVISCERaCIóN, ¿PERfORaCIóN POR aNtIINfLaMatORIOS NO EStEROIDEOS tóPICOS? ca asociada causante de la perforación, que resultaron negativas. a los 16 días de la intervención el paciente acude de nuevo al servicio de urgencias por presentar un dolor intenso en OI de 1 día de evolución, edema corneal con una cuña de hipopion de 1 mm y fibrina en cámara anterior, manteniéndose el parche de politetrafluoroetileno normoposicionado y presentando un Seidel espontáneo y negativo a la presión (fig. 3 a). La exploración del polo posterior era impracticable, y en la ecografía ocular se visualizaban ecos vítreos. ante tales hallazgos, se procedió a la extracción de una muestra de humor acuoso y, posteriormente, se inyectaron 0,1 ml de vancomicina y 0,1 ml de ceftazidima intravítreas. además, se instauró tratamiento tópico con colirios reforzados de vancomicina y ceftazidima, corticoides tópicos y midriáticos. En el cultivo de humor acuoso se aisló Enterococcus faecalis sensible a vancomicina. Durante las primeras semanas tras el diagnóstico de endoftalmitis, la evolución fue favorable con efecto Seidel negativo, cámara anterior bien formada, edema corneal en resolución y desaparición de hipopion. Sin embargo, en una de las visitas sucesivas al mes, se observó a la lámpara de hendidura una membrana ciclítica a nivel pupilar con neovasos en el borde pupilar y atalamia con Seidel negativo y una presión intraocular de 28 mmHg (fig. 3 B). Por este motivo, se decidió intervenir al paciente realizando la extracción de las membranas de fibrina que ocupaban la cámara anterior y eliminando las sinequias anteriores. además, se realizó una capsulorrexis en abrelatas y se extrajo in toto la catarata. tras eliminar la catarata se observó una placa de fibrina purulenta retrolental que rellenaba toda la cavidad vítrea y que se encontraba adherida a la papila. ante tales hallazgos, se decidió realizar una vitrectomía 23 G de limpieza y se inyectaron vancomicina y ceftazidima intravítreos. a B C Figura 3. a. En el momento del diagnóstico de endoftalmitis: edema corneal con una cuña de hipopion de 1 mm y fibrina en cámara anterior. B. al mes del diagnóstico de endoftalmitis: membrana ciclítica a nivel pupilar con neovasos en el borde pupilar y atalamia. C. Posoperatorio inmediato tras extracción de catarata in toto y vitrectomía 23 G de limpieza. 107 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR En el posoperatorio inmediato se evidenciaba a la exploración un edema corneal con pliegues en la membrana de Descemet, con el parche de politetrafluoroetileno bien posicionado y sin fugas, persistencia de restos de fibrina en cámara anterior y una cuña de hipema de 1 mm con buen tono a la palpación y sin presencia de fulgor pupilar (fig. 3 C). a los 2 meses de la última cirugía de limpieza, el paciente acude de urgencias a nuestro servicio por notar desde hacía 2 días el OI más pequeño. El ojo estaba iniciando el proceso de ptisis bulbi, que en meses posteriores se confirmó al evidenciarse una córnea leucomatosa y vascularizada ya sin el parche, que se había caído, una conjuntiva retraída sin signos de infección y un ojo sin tono (fig. 4). ca, quemazón, sensación de cuerpo extraño, fotofobia y lagrimeo, que en ocasiones requieren tratamiento. Debido al componente inflamatorio del mismo, los fármacos de elección para los períodos intercurrentes de inflamación son los aINE, los corticoides tópicos y los lubricantes oculares. Son bien conocidos los efectos adversos que genera el uso crónico de corticoides tópicos en el ojo; sin embargo, las posibles complicaciones graves del uso prolongado de aINE por vía tópica no se encuentran claramente establecidas. Los efectos secundarios más frecuentes de los aINE tópicos son leves y transitorios, como ardor ocular, picor, reacciones alérgicas e hiperemia conjuntival, así como otros más infrecuentes, tales como queratitis punteada superficial, infiltrados subepiteliales y estromales, anillos inmunes y defectos epiteliales persistentes. además, se han publicado durante la última década casos que relacionan el uso de estos fármacos con la aparición de acontecimientos graves, como el desarrollo de lisis o melting y perforación corneal1-4. Congdon et al.1 realizaron una revisión de las complicaciones corneales generadas por los aINE y hallaron un 24,3 % de complicaciones graves, de las cuales el 64,7 % eran perforaciones. asimismo, observaron que las complicaciones generadas por acular® (ketorolaco trometamol, 5 mg/ml) o Voltaren® (diclofenaco sódico) eran más frecuentes en pacientes sin antecedentes de cirugía ocular pero que a su vez presentaban enfermedad de la superficie ocular y que habían recibido altas dosis de aINE. Por otro lado, hallaron que el diclofenaco genérico podía producir efectos adversos graves en dosis más bajas en el posoperatorio temprano de pacientes que habían sido sometidos a cirugía ocular. La presencia de enfermedad reumatológica sistémica y el haber sido intervenido de cirugía de catarata fueron factores de riesgo para desarrollar complicaciones graves. Sin embargo, no se encontró asociación estadísticamente significativa entre ser diabético, tener antecedentes de enfermedad Figura 4. Ojo izquierdo en ptisis bulbi. actualmente, el paciente está programado para realizarle una evisceración del OI, por motivos estéticos y por el riesgo de oftalmía simpática. DISCUSIÓN El pterigion es una formación fibrovascular de morfología triangular que partiendo de la conjuntiva invade la córnea. Su histopatología evidencia una intensa proliferación celular junto con procesos de angiogénesis e inflamación. Por ello, los pacientes que lo padecen suelen referir irritación cróni- 108 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. DEL PtERIGION a La EVISCERaCIóN, ¿PERfORaCIóN POR aNtIINfLaMatORIOS NO EStEROIDEOS tóPICOS? o cirugía previa de la superficie ocular y presentar complicaciones graves, a pesar de que estos pacientes desarrollaron un mayor número de complicaciones graves que de complicaciones leves o moderadas. además, observaron que el riesgo de sufrir eventos adversos aumentaba en el grupo con antecedentes de cirugía previa que había estado en tratamiento con corticoides tópicos en el posoperatorio. En los pacientes sin historia de cirugía previa se asoció como factor de riesgo el presentar antecedentes de enfermedad ocular o sistémica predisponente al melting y el uso durante más tiempo y a dosis más elevadas1. En nuestro caso, el paciente presentaba, como factores asociados, los antecedentes de múltiples cirugías de pterigion y el uso de corticoides tópicos durante los posoperatorios de las mismas y, por otro lado, el uso prolongado de aINE para el tratamiento de los episodios inflamatorios del pterigion. Por otro lado, Guidera et al.2 también observaron que la presencia de enfermedades oculares o sistémicas que predisponen al melting corneal, el uso de esteroides tópicos, así como la presencia de queratopatía epitelial en el posoperatorio temprano eran factores de riesgo potenciales para la aparición de complicaciones. Estas aparecieron entre 4 días y 15 meses tras el inicio del fármaco. Los nuevos aINE introducidos durante los últimos años, como el bromfenaco sódico, también se han relacionado con la aparición de melting corneal3. Entre los posibles mecanismos que estarían implicados en la producción de queratólisis destacan: la inhibición de la proliferación de los fibroblastos, la disminución en la sensibilidad corneal con retraso en el proceso de cicatrización, el bloqueo de la ciclooxigenasa con acumulación de ácido araquidónico que se metabolizaría por la vía de la lipoxigenasa produciendo leucotrienos y otros productos que estimulan la quimiotaxis y la desgranulación de los neutrófilos que contienen gránulos con colagenasas y otras enzimas hidrolíticas, así como alteraciones en la regulación y expresión de las metaloproteinasas de la matriz extracelular (MMP-1, MMP-2 y MMP-8) implicadas en la reparación de heridas2,4. además, los pacientes diabéticos, como nuestro paciente, presentan una mayor predisposición a sufrir defectos epiteliales y erosiones recurrentes al encontrarse alterados los mecanismos de reparación de heridas: disminución del número de hemidesmosomas que conectan el epitelio con su membrana basal, aumento del grosor de la membrana basal por acumulación de productos finales de la glicosilación avanzada, alteraciones en la matriz extracelular corneal, anomalías en la película lagrimal y disminución de la sensibilidad corneal1,5. Habiendo descartado patología inflamatoria e infecciosa sistémica que pudiera ocasionar la perforación ocular en nuestro paciente y desconociendo si se utilizó en la cirugías de pterigion mitomicina C a la que podría atribuirse la lesión corneal, estamos obligados a reflexionar sobre si el uso de aINE durante varios años en un paciente diabético ha podido ser el origen de este dramático desenlace. ¿Sería necesario establecer para el uso de aINE tópicos unas contraindicaciones o pautas de administración en pacientes diabéticos con patología de la superficie ocular? BIBLIOGRAFÍA 1. Congdon NG, Schein OD, von Kulajta P, Lubomski LH, Gilbert D, Katz J. Corneal complications associated with topical ophthalmic use of nonsteroidal antiinflammatory drugs. J Cataract Refract Surg. 2001;27:622-31. 2. Guidera aC, Luchs JI, Udell IJ. Keratitis, ulceration, and perforation associated with topical nonsteroidal antiinflammatory drugs. 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La arquitectura del iris fue normal, sin que se apreciaran sinequias, y en el cristalino no se observaron depósitos de pigmento en cápsula anterior. El fondo de ojo fue normal. INTRODUCCIÓN El hidrocloruro de amantadina es un antiviral que se emplea en el tratamiento de la gripe a y la enfermedad de Parkinson, ya que reduce los síntomas extrapiramidales y la acatisia. Se ha asociado con numerosos efectos secundarios en el sistema nervioso central relacionados con sus propiedades dopaminérgicas, adrenérgicas y anticolinérgicas. Entre sus efectos secundarios oculares destacan la midriasis, las opacidades punteadas subepiteliales y la queratopatía punteada superficial. Se presenta el caso de una mujer de 42 años en tratamiento con amantadina durante 3 años por enfermedad de Parkinson, que presentó edema corneal bilateral de inicio brusco con resolución completa de este tras la suspensión del fármaco. CASO CLÍNICO Paciente de 42 años que consulta por visión borrosa y fotofobia de 2 meses de evolución. La agudeza visual (aV) con corrección era de 0,05 en ojo derecho (OD) y 0,2 en ojo izquierdo (OI). La presión intraocular (Goldmann) fue de 20 mmHg en OD y 18 mmHg en OI, con unas paquimetrías de 750 y 695 µm, respectivamente. En el examen biomicroscópico se apreció edema microquístico epitelial y edema difuso estromal con pliegues en membrana de Descemet en ambos ojos (fig. 1). No se observó reacción infla- Figura 1. Edema corneal bilateral con pliegues en membrana de Descemet; ojo derecho (arriba) y ojo izquierdo (abajo). 110 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. tOxICIDaD CORNEaL POR aMaNtaDINa Se realizó el diagnóstico inicial de epiteliopatía corneal bilateral secundaria a una queratitis disciforme por VHS debido a los antecedentes de inflamación en cámara anterior, según constaba en el informe del otro centro, y a la localización del edema en la córnea central. Se tomó una muestra de humor acuoso para estudio con reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de herpes virus y se añadió valaciclovir oral 500 mg cada 8 horas y colirio de prednisolona cada 4 horas en ambos ojos. tras 2 semanas de tratamiento la aV en OD descendió a cuenta dedos a 2 m y a 0,05 en OI. Se pautó tratamiento con prednisona sistémica a dosis de 1 mg/kg por día y se mantuvo el valaciclovir 500 mg cada 8 horas. tras 2 semanas de tratamiento no se objetivaron cambios en la biomicroscopia. La falta de respuesta a los tratamientos esteroideo tópico y sistémico y la ausencia de inflamación en cámara anterior hizo descartar el diagnóstico de disfunción endotelial secundaria a queratopatía por herpes simple y el cuadro de atribuyó a una distrofia endotelial o la toxicidad por amantadina. Puesto que no se observaron los típicos cambios en córnea periférica de la distrofia de fuchs o de otras endoteliopatías, el diagnóstico final fue de edema corneal bilateral secundario a amantadina. De acuerdo con su neurólogo, se suspendió la amantadina. Previamente, la paciente había sido diagnosticada en otro centro de uveítis anterior con descompensación corneal en OD, basándose en la existencia de edema corneal y una reacción inflamatoria leve en cámara anterior. Por dicho motivo había sido tratada con prednisolona cuatro veces al día y ciclopléjico cada 8 horas. tras 2 meses de tratamiento no se observó mejoría en OD y sí la aparición de la misma sintomatología en OI. Se pautó el mismo tratamiento para el OI, sin que se apreciara mejoría. tras realizar una anamnesis detallada descubrimos el uso de amantadina como antiparkinsoniano, 100 mg cada 8 horas desde hacía 3 años, un trastorno ansioso-depresivo tratado con clonazepam 1,5 mg cada 8 horas y paroxetina 20 mg cada 24 horas, así como antecedentes de herpes labial de repetición. En el diagnóstico diferencial (tabla 1) se consideró: • Distrofia endotelial de fuchs. • queratitis disciforme por virus del herpes simple (VHS). • Otras distrofias endoteliales. • toxicidad por amantadina. taBla 1. Diagnóstico diferencial del edema corneal Clasificación etiología Características fallo endotelial primario Distrofia endotelial hereditaria congénita Distrofia de fuchs Síndrome endotelial iridocorneal Distrofia endotelial polimorfa posterior Primariamente estromal, difuso, progresivo fallo endotelial secundario traumatismo agudo o crónico químico Inflamatorio Hipoxia Primariamente estromal, focal o difuso, agudo o crónico Endotelio normal Presión intraocular elevada Primariamente epitelial, microquístico, central o difuso, agudo fallo epitelial Defecto epitelial Estromal, defecto adyacente, agudo 111 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Una semana más tarde, la aV fue de 0,2 en OD y 0,4 en OI, con mejoría del edema corneal bilateral. El estudio de la PCR fue negativo, por lo que se suspendió el valaciclovir oral y también los esteroides sistémicos. a las 2 semanas la aV era de 0,4 en OD y de 0,5 en OI. El edema había mejorado significativamente. La paquimetría era de 645 µm en OD y 595 µm en OI. El tratamiento se redujo a colirio de prednisolona cada 24 horas y de antiedema® cada 8 horas. a los 2 meses, la aV en OD era de 0,6 y de 0,7 en OI, con resolución completa del edema corneal (fig. 2). La paquimetría fue de 495 µm y 505 µm, respectivamente. La microscopia endotelial mostró una densidad endotelial de 755 células/mm2 en OD y 953 células/mm2 en OI, sin presencia de guttas. DISCUSIÓN El hidrocloruro de amantadina es un antiviral empleado en la profilaxis y el tratamiento de infecciones de las vías respiratorias altas producidas por el virus de la gripe a, en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y otras alteraciones discinéticas. también se ha empleado para la fatiga asociada a la esclerosis múltiple1,2. Entre las lesiones que puede producir en la córnea se han descrito queratitis punteada, opacificación subepitelial y edema epitelial o estromal. En 1990 se publicó el primer caso de edema corneal por amantadina. En 2004 se publicó un caso de edema corneal bilateral grave, sin inflamación en cámara anterior, en un paciente de 14 años en tratamiento con amantadina. tras la retirada del fármaco se observó una recuperación completa de la clínica. En 2007 se describió un caso similar en un paciente de 60 años, con resolución completa del edema corneal y recuperación completa de la aV tan solo 8 días después de suspender el tratamiento3. La administración de Salud de los Veteranos de guerra de Estados Unidos realizó un estudio en 2007 para determinar la correlación entre el edema corneal y la amantadina3. El riesgo relativo de edema corneal en pacientes en tratamiento con amantadina fue de 1,7 (intervalo de confianza del 95%: 1,1-2,8). En 2007 se presentó una serie de tres casos que proporcionó unos resultados interesantes: los pacientes habían tomado amantadina desde 3 meses a 6 años antes de la aparición de la sintomatología visual y se observó resolución completa en dos de los tres casos. La anatomía patológica de la muestra de queratoplastia del paciente en el que no se observó resolución demostró una pérdida significativa de células endoteliales sin guttas ni inflamación estromal3. Recientemente se han presentado los resultados de un estudio transversal en 169 pacientes en Figura 2. Resolución del edema corneal tras la suspensión del fármaco; ojo derecho (arriba) y ojo izquierdo (abajo). 112 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. tOxICIDaD CORNEaL POR aMaNtaDINa herpética (entidad rara pero que puede ser bilateral). finalmente, el edema se resolvió tras la suspensión de la amantadina. Este ejemplo pone de manifiesto la importancia de realizar una buena historia clínica (tabla 2). a pesar de la reversibilidad del edema y del resto de alteraciones corneales, la densidad endotelial suele permanecer baja. Dada la importancia del posible efecto adverso de esta medicación, creemos necesaria una exploración oftalmológica completa previa al inicio de este tratamiento para valorar el riesgo/beneficio del mismo. tratamiento con amantadina por enfermedad de Parkinson, comparándolo con un grupo control de pacientes con Parkinson apareados por edad y sexo, para evaluar el efecto de la amantadina en las células endoteliales de la córnea. Se observó que el grupo en tratamiento con amantadina tenían menores recuentos endoteliales y mayor pleomorfismo y polimegatismo. Se observó también que a mayor duración del tratamiento y a mayor dosis acumulativa, menor recuento endotelial4. El mecanismo por el que se producen estas alteraciones es desconocido3,4. Se ha sugerido que al secretarse el fármaco en la lágrima puede crear depósitos corneales superficiales asociados a edema epitelial y queratitis punteada5. además, su presencia en el humor acuoso sería tóxica para las células endoteliales, con el consiguiente edema estromal. En la mayoría de los casos, estas alteraciones son reversibles en días o semanas tras suspender el fármaco, reapareciendo si se reanuda su ingesta. Sin embargo, en algunos casos el edema corneal es irreversible2. aunque no se conoce el mecanismo exacto del daño corneal provocado por la amantadina, parece ser un efecto secundario bien documentado y que a menudo se pasa por alto en el diagnóstico diferencial del edema corneal. Desde 2008 ha habido un número creciente de artículos que ponen de relieve la asociación de la amantadina y la alteración del endotelio corneal1-5. Dada la relación dosis-efecto demostrada y la potencial resolución del edema tras la suspensión del tratamiento, es importante considerar la amantadina como causa de edema corneal en cualquier paciente con esta medicación. En nuestro caso, dada la resolución, no habíamos alcanzado el punto de no reversibilidad. En cuanto al diagnóstico diferencial, en nuestro caso, debido a la anamnesis inicialmente incompleta, que impidió conocer el tratamiento sistémico, se barajó la posibilidad de una endotelitis taBla 2. Elementos importantes de la historia clínica para el diagnóstico y tratamiento del edema corneal Edad de inicio Duración de los síntomas Unilateral/bilateral Historia familiar de enfermedad corneal Medicaciones oftalmológicas Enfermedad ocular previa Cirugía ocular previa (facoemulsificación, cirugía refractiva) Variación diurna de los síntomas Efectos del medio ambiente en los síntomas BIBLIOGRAFÍA 1. Chang KC, Jeong JH, Kim MK, Wee WR, Lee JH, Jeon BS. the effect of amantadine on corneal endothelium in subjects with Parkinson’s disease. Ophthalmology. 2010;117:1214-9. 2. Jeng BH, Galor a, Lee MS, Meisler DM, Hollyfield JG, Schoenfield L, et al. amantadine-associated corneal edema: Potentially irreversible even after cessation of the medication. Ophthalmology. 2008;115:1540-4. 3. Kubo SI, Iwatake a, Ebitara N. Visual impairment in Parkinson’s disease treated with amantadine: case report and review of the literature. Parkinsonism Relat Disord. 2007;14:166-9. 4. Chang KC, Kim MK, Wee WR, Lee JH. Corneal endothelial dysfunction associated with amantadine toxicity. Cornea. 2008;27:1182-5. 5. Pond a, Lee MS, Hardten DR, Harrison aR, Krach mer JH. toxic corneal oedema associated with amantadine use. Br J Ophthalmol. 2009;93:281. 113 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. vii Certamen de Casos ClíniCos en suPerFiCie oCular índiCe de autores Y Casos ClíniCos PartiCiPantes Nuestro agradecimiento a todos los participantes. El comité científico antunes da Costa Paula, Cláudia Hospital Consorci de terrassa (Barcelona) Queratopatía neurotrófica corneal bilateral en paciente con amiloidosis familiar ara gabarre, mirian Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Xeroftalmía con perforación corneal bilateral por hipovitaminosis A secundaria a cirugía bariátrica avendaño Cantos, eva m.ª Complejo Hospitalario La Mancha Centro. alcázar de San Juan (Ciudad Real) Toxicidad corneal tras una única instilación de tetracaína tópica Bambó rubio, m.ª Pilar Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza «Ojos que no sienten, paciente que no ve»: queratitis neurotrófica insidiosa bilateral, un reto diagnóstico y terapéutico Bautista ruescas, virginia Complejo Hospitalario Universitario de albacete Escleritis bilateral herpética Becerra rangel, erika Hospital Universitari Sagrat Cor. Barcelona Penfigoide ocular cicatricial: importancia del diagnóstico temprano 115 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Berrozpe villabona, Clara Hospital Clínico San Carlos. Madrid Queratitis por Mycobacterium chelonae en paciente con síndrome de Sjögren Blanco domínguez, irene Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid Tumores de macizo facial: ¿es el ojo seco grave una secuela inevitable? Blasco vergara, Jessica Complejo Hospitalario Universitario de albacete Sospecha de queratitis protozoaria por acanthamoeba en portador de lentes de contacto Cabezón martínez, laura Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza Afectación de la superficie ocular por Entamoeba, un parásito intestinal humano Cabrillo estévez, lucía Hospital Clínico Universitario de Salamanca Carcinoma epidermoide de conjuntiva con mala evolución. Actualización en el tratamiento del carcinoma epidermoide de conjuntiva Camargo villa, laura Complejo asistencial de Salamanca Tratamiento con pomada de tacrolimus como alternativa a enucleación en rechazo corneal múltiple Caramello álvarez, Constanza Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza Abordaje de melting corneal con Tachosil® y membrana amniótica en paciente portador de queraprótesis de Boston Cardona lloreda, Pedro Hospital de Sagunto (Valencia) Adelgazamiento corneal grave por disfunción de glándulas de Meibomio en edad infantil: papel de la membrana amniótica Carrillo arroyo, isabel Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Rosácea ocular asociada a insuficiencia límbica, dos entidades y un destino: el ojo seco Casado rojo, alfonso Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Escleroqueratitis por acanthamoeba en paciente con queratoplastia penetrante terapéutica por queratitis amebiana refractaria 116 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VII CERtaMEN DE CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR íNDICE DE aUtORES Y CaSOS CLíNICOS PaRtICIPaNtES Castillo Castejón, olimpia Hospital Universitario Virgen de Valme. Sevilla Interferon alfa 2b intraestromal y tópico como tratamiento de primera elección en neoplasia conjuntivocorneal intraepitelial Castro navarro, verónica Hospital General Universitario de Valencia Queratitis herpética bilateral en paciente en tratamiento para deshabituación alcohólica Cidad Betegón, m.ª Pino Hospital Universitario La Paz. Madrid Queratitis en sandwich tras trasplante endotelial Cifuentes-Canorea, Pilar Hospital Clínico San Carlos. Madrid Neovascularización corneal grave en paciente con disfunción de glándulas de Meibomio Cunha martins, ana teresa Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Pontevedra) Fiebre faringoconjuntival por adenovirus 4C asociada a parálisis facial periférica de la mata Pérez, guillermo Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Múltiples cuerpos extraños oculares tras explosión de neumático de gran calibre. Resultado favorable tras abordaje interdisciplinar de Pablo gómez de liaño, lucía Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Hallazgos en la biomicroscopia mediante lámpara de hendidura y tomografía de coherencia óptica de segmento anterior en pacientes afectados de cistinosis nefropática doménech aracil, nuria Hospital General Universitario de Valencia Endoftalmitis por alternaria alternata domingos gid, lorena Hospital Universitario Doctor Peset. Valencia Síndrome de Urrets-Zavalia. Complicación tras realización de queratoplastia lamelar anterior profunda en paciente con queratocono Fagúndez vargas, m.ª antonia Complejo Hospitalario Universitario de albacete Infección del segmento anterior secundaria a lagoftalmos posquirúrgico 117 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Fernández Barrientos, Yolanda Hospital Costa del Sol. Marbella (Málaga) Queratoconjuntivitis límbica superior: a propósito de un caso Fernández lópez, ester fundación Oftalmológica del Mediterráneo. Valencia Queratoplastia penetrante terapéutica para el tratamiento de infiltrado corneal por aspergillus Fernández miranda, Cristina Hospital Perpetuo Socorro. Badajoz Escleroqueratitis no atópica posqueratoplastia lamelar anterior profunda Ferrández arenas, Blanca Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Queratoconjuntivitis membranosa como manifestación ocular en la enfermedad de injerto contra huésped Frau aguilera, laura Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla Miopía tras terapia de oxígeno hiperbárico gabarrón Hermosilla, m.ª isabel Hospital Universitario de fuenlabrada (Madrid) Crecimiento epitelial como causa de extrusión de segmento corneal intraestromal: diagnóstico in vivo con microscopia confocal garcía Catalán, m.ª rocío Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba Telangiectasias epiesclerales congénitas aisladas garcía tirado, amanda Hospital Universitario La Paz. Madrid Manejo terapéutico de una perforación ocular secundaria a queratitis ulcerativa periférica asociada a artritis reumatoide garcía villanueva, Carolina Hospital Lluís alcanyís. xàtiva (Valencia) Úlcera corneal por Granulicatella adiacens garde gonzález, alicia Hospital Universitario de Getafe (Madrid) Manejo de la necrólisis epidérmica tóxica con afectación ocular grave 118 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VII CERtaMEN DE CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR íNDICE DE aUtORES Y CaSOS CLíNICOS PaRtICIPaNtES garrido linares, Jaime Clínica Baviera. Málaga Manifestaciones oftalmológicas en la enfermedad de Wilson. A propósito de un caso gestoso do Porto, antia Hospital abente y Lago. a Coruña Carcinoma epidermoide en paciente con VIH gómez Cortés, alfonso Complejo Hospitalario Universitario de albacete Queratitis por Pseudomona aeruginosa en portador de lentes de contacto en queratotomía radial que requirió queratoplastia lamelar anterior profunda ante irregularidad topográfica y refractiva secundaria gonzález gómez, ana Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria. Málaga Pterigión: aparentemente benigno, potencialmente maligno gonzález gonzález, daniel Hospital Universitario de Getafe (Madrid) Manejo de un caso de neoplasia intraepitelial conjuntivocorneal recidivante gonzález montpetit, m.ª elena Hospital Universitario Cruces. Barakaldo (Bizkaia) Neoplasia escamosa de la superficie ocular tras quemadura química por cemento gonzález sánchez, m.ª eugenia Hospital Universitario La Paz. Madrid Queratólisis recalcitrante como primera manifestación en el síndrome de Sjögren primario granados Centeno, José manuel Complejo Hospitalario Universitario de albacete Queratoprótesis de Boston: rehabilitación visual tras causticación ocular grave gutiérrez-ruiz, Fernando Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Tratamiento del penfigoide: ¿solo inmunosupresión? Hernández Bel, laura Hospital General de Valencia Terapia inmunosupresora en el manejo de una queratitis ulcerativa periférica en paciente con lupus y kala-azar 119 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Hervás ontiveros, ana Hospital Universitario y Politécnico La fe. Valencia Metotrexato como tratamiento en el penfigoide ocular cicatricial moderado Huertas ríos, naira Hospital Universitario de La Princesa. Madrid Queratitis por cándida en paciente con abuso de anestésicos tópicos: historia de una evisceración electiva Jiménez Cocco, ricardo Hospital de Galdakao-Usansolo. Galdakao (Bizkaia) Erosión corneal recurrente: tratamiento médico en paciente con distrofia de Cogan lapuente monjas, raquel Hospital Universitario de fuenlabrada (Madrid) Absceso corneal secundario a Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella en portador de lentes de contacto: utilidad de la membrana amniótica larrañaga Fragoso, Paula Hospital Universitario La Paz. Madrid Queratitis herpética: ¿origen de melting reumático? lópez monguía, anabel Hospital Universitario Doctor Peset. Valencia Vasculitis sistémica y tuberculosis: dos enfermedades simbióticas lópez valverde, gloria Complejo asistencial de Salamanca Manejo terapéutico de las manifestaciones oculares de la rosácea: desde la membrana amniótica hasta la queratoplastia lamelar anterior profunda lorente Bulnes, Betty Centro de Oftalmología Barraquer. Barcelona Respuesta a la heparina tópica en un caso de conjuntivitis leñosa crónica y carcinoma escamoso lorenzo Pérez, rebeca Hospital Clínico Universitario de Salamanca Perforación corneal como primera manifestación de síndrome de Sjögren secundario a artritis reumatoide madrigal quevedo, alejandro fundación Oftalmológica del Mediterráneo. Valencia Del pterigión a la evisceración: ¿perforación por aintiinflamatorios no esteroideos tópicos? 120 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VII CERtaMEN DE CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR íNDICE DE aUtORES Y CaSOS CLíNICOS PaRtICIPaNtES martín melero, óscar Complejo Hospitalario Universitario de albacete Penfigoide cicatricial. A propósito de un caso martínez Pérez, laura Hospital Médico quirúrgico de Conxo. Santiago de Compostela (a Coruña) Trasplante de membrana amniótica en el tratamiento de la fase aguda del síndrome de Stevens-Johnson martínez rodríguez, daniel Jesús Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada Queratoplastia penetrante frente a queratoplastia lamelar anterior profunda en un caso avanzado de fish-eye syndrome martínez soroa, itziar Hospital Universitario Donostia. Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa) Degeneración corneal calcárea en queratoplastia penetrante por uso crónico de tratamiento tópico oftálmico mediero Clemente, soraya Hospital Universitario La Paz. Madrid Causticación ocular en una niña de tres semanas mesa-gutiérrez, Juan Carlos Hospital de l’Esperit Sant. Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Toxicidad corneal por amantadina muñoz gallego, alicia Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Nevus azul conjuntival muñoz Jiménez, luz ángela Hospital Regional Universitario Carlos Haya. Málaga Queratitis por acanthamoeba resistente al tratamiento médico orive Bañuelos, ana Hospital Universitario Cruces. Barakaldo (Bizkaia) Colirio de tacrolimus al 0,03 % como tratamiento del prúrigo actínico ocular ortiz egea, José manuel Complejo Hospitalario Universitario de albacete Superficie ocular e ictiosis 121 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR Pastora salvador, natalia Hospital Universitario La Paz. Madrid Implante de membrana amniótica con suturas reabsorbibles en ulceración con adelgazamiento corneal por blefaroqueratoconjuntivitis infantil Pérez roche, m.ª teresa Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Quemadura corneal bilateral por explosión de olla a presión Pinilla Borobia, Juan Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Escleritis necrotizante quirúrgicamente inducida 78 años después de una cirugía de estrabismo Planella Coll, sandra Centro de Oftalmología Barraquer. Barcelona Síndrome de Sjögren con úlceras corneales bilaterales por desecación: a propósito de un caso Platas moreno, irene Hospital General de Segovia Escleritis necrotizante como manifestación inicial de granulomatosis de Wegener: evolución tórpida a pesar de diferentes tratamientos rachwani, navin Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria. Málaga Análisis inmunohistoquímico de un oncocitoma de carúncula ramos Cámara, verónica Hospital de Galdakao-Usansolo. Galdakao (Bizkaia) Sospecha diagnóstica: penfigoide de membranas mucosas roig revert, m.ª José Hospital de Sagunto (Valencia) Síndrome de Urrets-Zavalia tras cirugía no complicada de catarata sáenz madrazo, nerea Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Enfermedad injerto contra huésped: desde la queratoconjuntivitis seca a la perforación corneal sánchez-Barahona, Cristina Hospital Príncipe de asturias. alcalá de Henares (Madrid) Eficacia del bevacizumab tópico en el control de la neovascularización corneal tras queratoplastia penetrante por queratitis estromal intersticial herpética 122 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. VII CERtaMEN DE CaSOS CLíNICOS EN SUPERfICIE OCULaR íNDICE DE aUtORES Y CaSOS CLíNICOS PaRtICIPaNtES santander trentini, Fernando Hospital Universitario Doctor Peset. Valencia Presentación y evolución atípica de la degeneración marginal de Terrien satué Palacián, maría Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza Presentación atípica del melanoma como tumoración conjuntival amelanótica serna gómez, alejandro Complejo Hospitalario Universitario de albacete Homoinjerto escleral asociado a trasplante de membrana amniótica asistido con Tissucol® en el manejo del tumor dermoide limbar infantil soler sanchís, m.ª isabel Complejo Hospitalario de toledo Carcinoma epidermoide conjuntival: espectro clínico spiess, karina Hospital Universitario La Paz. Madrid. Tratamiento intralesional con rituximab en un linfoma no hodgkiniano conjuntival multifolicular bilateral toro-giraldo, diana Hospital Clínico Universitario de Valencia Diatermia con aguja fina asociada a bevacizumab intraestromal: tratamiento combinado para la neovascularización corneal valsero Franco, sonia Hospital Universitario Cruces. Barakaldo (Bizkaia) Diagnóstico diferencial de las conjuntivitis cicatriciales crónicas en pacientes con glaucoma villalba Pinto, luis Hospital Punta de Europa. algeciras (Cádiz). Complicaciones en cirugía de pterigión: a propósito de un caso 123 © Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual. cob_supocular2013.pdf 1 04/12/13 12:52 Casos clínicos en SUPERFICIE OCULAR VII Certamen Comité científico: C M Y CM MY CY CMY K Casos clínicos en superficie ocular • 2013 José Manuel Benítez del Castillo Sánchez Juan A. Durán de la Colina Jesús Merayo Lloves Premios 2013