Download María Madre de Misericordia No 16

Actualización para la misión. Tema 16.
MARÍA, MADRE DE MISERICORDIA1
“La Virgen María es la que conoce más a fondo el misterio de la Divina Misericordia. Sabe
su precio y sabe cuán alto es, en ese sentido la llamamos también Madre de la Misericordia,
Virgen de la Misericordia o Madre de la Divina Misericordia” (Dives in Misericordia, 9)
Es necesario que, antes que nada, como cristianos católicos, reconozcamos con la humildad
del corazón el inmenso regalo que nos ha hecho nuestro Señor al dejarnos en su testamento a
su Santísima Madre la siempre virgen María. Un cristiano católico no puede sin más rechazar
a la Madre de la causa de nuestra Salvación, sí bien sabemos que nuestra fe está centrada en
Jesucristo revelador del corazón misericordioso del Padre Dios, no podemos desconocer a la
Madre de la Misericordia.
El testimonio de María en los evangelios
“La Escritura y los padres de la Iglesia nos ponen ante los ojos en María una imagen concreta,
es más una imagen espectacular de la misericordia divina y un arquetipo de la misericordia
humana y cristiana” María es tipo de la misericordia cristiana. La Virgen María es tan humilde
que nunca pretende ser más importante que su Hijo Jesús el centro permanente de nuestra fe
cristiana. No olvidemos esto: “María aparece en el Evangelio y, por cierto, en un lugar
prominente”.
Tres textos evangélios como sólidos fundamentos de la espiritualidad mariana: Lc 1, 26-38;
Jn 19, 26s; Jn 2, 1-12. María tiene un lugar destacado en la historia de la salvación, “las escasas
líneas que sobre María se encuentran en la Sagrada Escritura evidencian que a la madre de
Jesús le corresponden una posición importante y un significado singular en la historia de Dios
con los seres humanos”.
Tal historia de Dios con nosotros la encontramos plenamente plasmada en el canto gozoso
del Magnificat “describiéndola como una historia de la compasión divina” (Lc 1, 50). Cuando
Dios elige y le da su vocación a María “lleva a cabo el último y, al mismo tiempo, decisivo y
definitivo intento de salvar a su pueblo y a la humanidad” es decir que María por sí misma no
es lo absoluto, todo lo que ella es se lo debe a la gracia (Lc 1, 30), no es más que la esclava
del Señor (Lc 1, 38), ella es el humilde instrumento de la compasión divina, la agraciada de Dios
que deja espacio a Dios, para que Él obre el milagro.
1
Cf. KASPER, W., La misericordia, Sal Terrae, Santander, 20145, 201- 211.
María con su sí obediente posibilita la venida de Dios a este mundo, convirtiéndose en la
Nueva Eva, la Madre de la Nueva y eterna Alianza, la mujer humilde y sencilla de Nazaret, la
madre de los pequeños, madre compasiva de los débiles, de los que se humillan… María en el
Magníficat anticipa las Bienaventuranzas, es más, las experimenta en su propia persona, pero
a María nada se le ahorró, incluso ni en sufrimientos, que más que experimentó lo más terrible
que le pasa a una madre.
El testimonio en la fe de la Iglesia
“La propia María predijo proféticamente: “En adelante me felicitarán todas las generaciones”
(Lc 1, 48)” Por eso el concilio de Éfeso proclama a María como la Theotókos (Madre o
alumbradora de Dios), el más claro testimonio de la fe de la Iglesia sobre María nos lo aporta la
liturgia en su multiplicidad de cantos, himnos, oraciones a nuestra amada Madre como por
ejemplo esta oración del año 300 “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios…” o
probablemente se diría “Bajo tu misericordia nos refugiamos…” o el Salve Regina (S. XI):
“vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos” o las letanías lauretanas… “María era
invocada como auxiliadora en todo tipo de necesidades…”.
San Ireneo de Lyon (S. II) la contempló acertada como la Virgen “desatadora de nudos” la
que desató el nudo atado por Eva, lo que para muchos cristianos es testimonio de que María
les ha ayudado a desatar muchos nudos de su vida personal y en la propia alma, el manto de
la misericordia a veces se extiende en exceso… El arte también nos habla de María, la Piedad
de Miguel Ángel, es la imagen más misericordiosa de ella, todo nos habla de ella.
María, arquetipo de la misericordia
Todo lo que se pueda expresar de nuestra amada Madre María, encuentra gran expresión
en la teología de San Ambrosio quien en su comentario al Evangelio de San Lucas calificó a
María como “tipo de la Iglesia” es decir, modelo de la Iglesia, ideal de todos los redimidos, madre
del Redentor y de todos los redimidos. María es para nosotros “madre en el orden de la gracia”,
María es creación especial de la misericordia divina, preservada de todo pecado (en Oriente
conocida como la Panagía: Enteramente Santa), es decir que Marías “es signo de que el poder
del pecado no puede frustrar el poder de la salvación”, el arca segura del diluvio esa es María.
No debemos temer anunciar al mundo y referirnos a María desde su humildad que la
caracteriza como el espejo y realización de la misericordia divina. “María es la pura
representación creatural de la misericordia de Dios” … “La Iglesia católica va aún más allá…
María es también la misericordiosa intercesora de la Iglesia y los cristianos”. Atención los
cristianos no ponemos a María a la misma altura que Cristo, ni compite con Él. No te olvides de
María. ELLA ES LA FUERZA DE SU AMOR.