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ARTE BARROCO
Introducción1
Marco cronológico: siglo XVII y primeros años del siglo XVIII.
Marco geográfico: En Italia, en Roma durante el periodo de la Contrarreforma (segunda
mitad del siglo XVI) comienza a gestarse el nuevo estilo, para responder a las nuevas
necesidades religiosas y políticas de la Europa del siglo XVII.
El Barroco es el movimiento artístico que sigue al Manierismo. Italia sigue siendo el centro
donde tienen lugar las innovaciones, desde allí el estilo se extiende por toda Europa.
Las claves del nuevo estilo
Es un estilo que parte de las formas renacentistas pero las dota de un nuevo sentido; el
lenguaje barroco no supone una innovación creadora sino que partiendo del Renacimiento
propone una lectura libre de los elementos anteriores donde predomine la sensación y no
la razón.
- Prima la libertad.
- La mesura del Renacimiento es sustituida por la exageración.
- Las formas exaltadas sustituyen a formas equilibradas.
- El sentimiento sustituye a la razón renacentista: pasión, sensación.
- El dinamismo sustituye a la serenidad clásica: el Barroco es un arte dinámico, el
movimiento es en acto y no en potencia.
¿Cómo se manifiesta el dinamismo? se manifiesta en los contrastes entre formas pequeñas
y grandes, cercanas y lejanas, cóncavas y convexas, luces y sombras y contrastes de color.
- Interés por lo monumental, lo rico, lo sorprendente que es expresión del poder y de la
autoridad.
Comenzaríamos con un breve repaso de la introducción que se habría realizado en la primera
sesión de la Unidad.
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María Pizarro Escabia
http://pinturabarroca.wordpress.com/
El arte al servicio del poder
El arte barroco expresa el estado de la sociedad de su tiempo, es un arte brillante,
ostentoso, un arte de propaganda con el que se expresa el poder de:
- Los grandes monarcas de los nuevos estados absolutistas.
- Las Iglesia Católica triunfante tras la Reforma Trentina.
El Poder Real: el siglo XVII coincide políticamente con el desarrollo de las monarquías
absolutistas. Los estados más sólidos en la Europa del siglo XVII son España y Francia y
estas monarquías absolutas encuentran en el arte un medio de propaganda por el que
transmitir a sus súbditos el poder del soberano. El arte es el medio para deslumbrar - el
Barroco es un arte monárquico, se construyen increíbles palacios y edificios de gobierno
que exaltan la omnipotencia del rey.
El absolutismo trae como consecuencia el establecimiento de una corte y una
administración inmensa, lo que determina el desarrollo de una nueva ciudad y el
nacimiento del urbanismo, cuya aportación más importante será la plaza.
- La consolidación de la Iglesia Católica.
En el siglo XVI el fraile alemán Lutero2 quiso reformar la Iglesia y terminó separando a
gran parte de Europa de la obediencia del Papa. Como consecuencia del Luteranismo
surgieron disputas teológicas, tensiones sociales y un largo período de guerras de religión.
Todo ello creó un clima de intolerancia que marcó la vida diaria y la cultura durante varios
siglos, (enfrentamientos de la Europa protestante del norte y la Católica del sur).
La reacción reformista de la Iglesia católica, llamada Contrarreforma se hizo a través del
Concilio de Trento, la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, fue decisiva
en la Reforma Católica.
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Los puntos fundamentales de la doctrina de Lutero: La salvación se debe sólo a la Fe y no a las
buenas obras. Cada persona puede interpretar libremente la Biblia y no hay obligación de aceptar la
interpretación de la Iglesia. El bautismo y la Eucaristía son los dos únicos sacramentos verdaderos;
los demás son invención humana. El Papado no es una institución creada por voluntad de
Jesucristo. El culto a la Virgen y a los Santos ha de suprimirse. El purgatorio no existe y las
indulgencias no sirven para redimir las penas de vida por los pecados.
María Pizarro Escabia
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Las principales decisiones de la Iglesia Católica en el Concilio de Trento fueron:
1. Una reorganización dogmática y disciplinaria, junto a las Sagradas Escrituras, se afirma
como fuente de la Fe la tradición. Se afirma también la presencia real de Jesucristo en la
Eucaristía y el valor de los siete Sacramentos. Se reafirma la superioridad del Papa frente a
la Asamblea Conciliar. Todo esto se enfrenta a las tesis protestantes.
2. Renuncia a las naciones protestantes, pero establece una férrea disciplina moral en las
que permanecen dentro del catolicismo.
3. La Contrarreforma necesita después de su victoria un arte comprometido al servicio de
la fe católica, no una contemplación de la perfección o una complicada reflexión formal
sólo apta para eruditos, soluciones que ofrecían el Renacimiento y el manierismo
respectivamente.
El arte Barroco debe mover a devoción, persuadir al fiel hasta conducirle hacia la fe. Es un
arte que simboliza el triunfo de la fe. Para lo que despliega seducción, imaginación,
sensualidad, dinamismo, riqueza.
Se juega con los sentidos, los artificios que engañan, el teatro y la representación.
- La literatura del siglo XVII hace patente la realidad social aquejada de una profunda crisis
por las guerras de religión y las epidemias que asolan la población. La picaresca muestra la
realidad social.
Destacar la diversidad que caracteriza a este periodo cultural que engloba a artistas tan
diferentes como Caravaggio, los Carracci, Rubens, Rembrandt, Bernini o Borromini que
trabajaron en naciones y circunstancias sociales y culturales diversas.
El patronazgo corre a cargo de los Papas en Italia, del Estado en Francia, ya que el arte
sirve para exaltar al soberano, (se crea la Academia), de la Corte y la Iglesia en España y de
la rica burguesía en Holanda.
El fin del arte Barroco
Cuando a finales del siglo XVIII se implante el Neoclasicismo, que supone una vuelta a la
pureza de los elementos clásicos, al palabra Barroco tomará un sentido peyorativo para
definir el estilo artístico recargado del período anterior y vinculado al Antiguo Régimen.
En los primeros años del siglo XVIII nace en Francia, y en relación con la corte, un
movimiento artístico denominado Rococó. Este estilo superficial, caprichoso, decorativo y
aristocrático supone el epílogo del Barroco y la exageración de sus formas.
María Pizarro Escabia
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