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CARACTERIZACIÓN DE LA APROXIMACIÓN COGNITIVO CONDUCTUAL Patricia Landa Durán Con frecuencia nos topamos en la literatura con la expresión “Terapia Cognitivo Conductual”, “Aproximación Cognitivo Conductual”, “Enfoque Cognitivo conductual”, “Terapia Racional Emotiva-Conductual”, “Modificación de Conducta Cognitivo Conductual”, etcétera. Puesto que el uso indistinto de tales términos podría llevar a confusiones, este pequeño texto tiene como meta presentar esquemáticamente las características de la aproximación Cognitivo Conductual a la psicopatología. Psicología Clínica: Aproximaciones Al Estudio Del Comportamiento Anormal. Son tres las aproximaciones más importantes al estudio y tratamiento del comportamiento anormal: la aproximación psicoanalítica, la aproximación humanista-existencial y la aproximación cognitivo-conductual. La aproximación psicoanalítica se basa principalmente en la teoría de S. Freud sobre el funcionamiento y estructuras de la mente. La aproximación humanista-existencial se basa en los conceptos de C. Rogers sobre la naturaleza humana y la aproximación conductual retoma los supuestos de las teorías del aprendizaje, para explicar y modificar el comportamiento anormal Aproximación Cognitivo Conductual. A diferencia de las aproximaciones psicoanalítica y humanista, que nacieron de la propia práctica clínica, la aproximación conductual implicó la extensión de los conceptos y procedimientos de la psicología experimental a diferentes ámbitos de problemas sociales. Entre ellos, al ámbito del comportamiento anormal o desviado. Conforme se fue avanzando en la investigación aplicada, se hizo evidente que tanto el paradigma de condicionamiento clásico, como el paradigma de condicionamiento operante resultaban insuficientes para entender aspectos relevantes de la conducta humana, lo que dio lugar al surgimiento de la aproximación Cognitivo Conductual. a. Antecedentes. La aproximación Cognitivo Conductual nace, en gran medida, por la insatisfacción con los modelos de condicionamiento clásico y operante, así como también por la ineficacia de las terapias de largo plazo, como la psicoanalítica. Por otro lado, el impacto de la Teoría Cognitiva, permitió que se reconsideraran algunos modelos conductuales que enfatizaban el papel de las cogniciones, como el modelo del aprendizaje social de Bandura, y el general, lo que se ha dado en llamar el conductismo mediacional. Asimismo, se retomaron las propuestas terapéuticas de A. Ellis y A. Beck, para conformar lo que en la actualidad se conoce como Terapia Cognitivo Conductual. Se puede definir a la Terapia Cognitivo Conductual como una forma de tratamiento a corto plazo, que se caracteriza por ser activa, directiva y en la que el terapeuta y paciente trabajan de manera conjunta. Su objetivo es lograr que los pacientes descubran sus pensamientos disfuncionales, contrasten con la realidad su pensamiento y conducta y construyan formas más adaptativas y funcionales de respuesta, tanto inter como intrapersonales. La meta es enseñarle al paciente a desarrollar mejores estrategias para manejar sus circunstancias cotidianas. b. Supuestos teóricos e ideológicos. Como cualquier ámbito de aplicación del conocimiento psicológico, la TCC tiene supuestos teóricos (el conocimiento que aplica) y supuestos ideológicos (la manera -1- como aplica dicho conocimiento, es decir, cómo se concibe la relación terapeutapaciente). Como aproximación teórica, la TCC se basa en los supuestos generales de las teorías del aprendizaje, es decir, lo que hacemos, sentimos, hacemos y pensamos es resultado de nuestra relación con el entorno, es decir, aprendido. Y por lo tanto, modificable. Así, tanto el comportamiento normal como el anormal, se aprenden y modifican bajo los mismos principios. En el caso del ser humano, la mayor parte de su comportamiento se encuentra mediado cognitivamente. El concepto de cognición en TCC incluye pensamientos automáticos, pensamientos con gran contenido emotivo, o cualquier percepción, memoria, expectativa, fantasía, sueño, imagen, símbolo, u opinión. Como terapia, está orientada hacia el presente, investiga el funcionamiento actual del individuo y no hay mayores exploraciones de su pasado, aunque por supuesto se hace una historia clínica y se pone énfasis en los patrones disfuncionales actuales de los pensamientos y conductas; el énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio. Es una terapia de corto plazo que pone énfasis en la cuantificación, midiendo los progresos obtenidos desde la primera sesión en la que se pueden administrar una gran variedad de herramientas de evaluación como cuestionarios y autorregistros en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y el enfoque es didáctico. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar. En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Dado que este tipo de terapia busca lograr un funcionamiento independiente, en ella se enfatiza el aprendizaje, la modificación de conducta, las tareas de autoayuda y el entrenamiento de habilidades inter-sesión. El objetivo de la terapia es aumentar o reducir conductas específicas, como por ejemplo ciertos sentimientos, pensamientos o interacciones disfuncionales. Se definen objetivos concretos a lograr y de esa forma es mucho más fácil evaluar o modificar los síntomas específicos y saber claramente lo que se quiere obtener o hacia dónde apunta la terapia. Rechaza el principio de sustitución de síntomas. Pone el énfasis en el cambio, por lo que solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de las tareas. Desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Activamente se lo confronta con la idea de que existen alternativas posibles para sus pensamientos y patrones habituales de conducta, se promueve al autocuestionamiento. Se centra en la resolución de problemas. Al comienzo de cada sesión el terapeuta indaga acerca de los problemas en los que el paciente focalizó su trabajo y cuáles necesita resolver en ese momento. Al concluir la sesión, le pregunta si ha hecho algún progreso al respecto. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una -2- continuidad temática entre las sesiones. En cada sesión se revisan las tareas indicadas para la semana anterior, se estudia cuál es el problema actual y se planean actividades para la semana siguiente. Desmitifica la terapia. El plan de tratamiento y el proceso terapéutico retiran el “velo de misterio” que cubre a casi todas las psicoterapias, al permitirle al paciente un libre acceso a la información teórica o metodológica. Tiene una base empírica y trabaja con la participación activa del paciente. c. Modelos Terapéuticos. Como metodología de cambio cognitivo conductual, la TCC está conformada por diferentes modelos de intervención o modelos terapéuticos, que van guiando al terapeuta a lo largo de todo el proceso. Son básicamente de tres tipos: los modelos que enfatizan los factores cognitivos en la génesis y mantenimiento de los desórdenes emocionales, los modelos que enfatizan los factores medioambientales y los modelos que mantienen un equilibrio entre los factores cognitivos y los conductuales. Ejemplos de modelos de evaluación cognitiva son: el Modelo ABCD de Albert Ellis y el Modelo de la tríada cognitiva de Aaron Beck El modelo de evaluación SORCK, pone énfasis en los aspectos del medio ambiente como generadores y mantenedores del comportamiento desadaptado. Finalmente, los modelos de M. Mahoney, D. Michembaum y el Modelo Secuencial Integrativo de Ballesteros, Fernández y Carrobles, son ejemplos de modelos de evaluación que asignan una causalidad equilibrada entre los factores cognitivos y ambientales en el origen y mantenimiento del comportamiento anormal. Para corregir las distorsiones cognoscitivas y los patrones habituales de comportamiento, la Terapia Cognitivo Conductual hace uso de una gran variedad de procedimientos terapéuticos. Estos procedimientos están diseñados para ayudar al paciente en la identificación y corrección de su comportamiento, asumiendo que si se piensa y se actúa en forma más realista y adaptativa con énfasis en el “aquí y el ahora”, experimentará una mejoría en el malestar emocional y en las propias estrategias de comportamiento. Estos procedimientos terapéuticos o terapias son un conjunto de técnicas que se usan de manera combinada para lograr el cambio cognitivo-conductual, por ejemplo, la Terapia Racional Emotiva, el Entrenamiento en Autoinstrucción, La Reestructuración Cognitiva, el Entrenamiento en Solución de Problemas, el Entrenamiento en Autocontrol, el Entrenamiento en Habilidades Sociales, la Inoculación de Estrés, etcétera. Sin embargo, una de las características de la TCC es el diseño a la medida del problema de cada paciente, por lo que el programa de intervención que se diseña puede implicar la elección de diversas técnicas para el logro de cada uno de los objetivos que se establecen. Así, se puede decidir emplear juego de roles, ensayo conductual, relajación, imaginación guiada, técnica del rol fijo, sensibilización encubierta, etcétera. La manera como se lleva a cabo este proceso de evaluación cognitivo-conductual, será el objetivo de la siguiente unidad. -3-