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Apego temprano, un tema de laboratorio Gracias al moderno equipamiento del nuevo Laboratorio de Neurociencias se podrán realizar diversos estudios. Entre ellos, investigar cómo interactúa la hormona cortisol en el niño y en la madre y su relación con la calidad del apego. En el nuevo Laboratorio de Neurociencia, cuyas instalaciones son de uso compartido entre el Centro de Apego y Regulación Emocional (CARE) y el Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS), se pueden realizar importantes y variadas investigaciones. Entre ellas, algunas relacionadas con el estilo afectivo, mecanismos de regulación y trayectorias desadaptativas y trastornos afectivos y socio-emocionales (depresión y ansiedad), conductas de regulación deficientes (obesidad, trastornos de la conducta alimentaria, adicciones) y trauma complejo del desarrollo. Dado que uno de los desafíos del CARE, de la Facultad de Psicología de la UDD, es entender el legado del apego temprano a nivel psicofisiológico, en dicho laboratorio se está realizando una investigación relacionada con la hormona cortisol y cómo ésta interactúa en el niño y en la madre, y su relación con la calidad del apego. Este estudio, financiado por FONDECYT, utiliza el moderno equipo de electroencéfalograma (EEG) con que cuenta el nuevo recinto. Esta tecnología mide la actividad oscilatoria eléctrica del cerebro respecto a un estímulo específico con el fin de asociarlo a diferentes procesos cognitivos. Un ejemplo de ello, es un estudio que consiste en que un sujeto ve en una pantalla caras neutras o con emociones, y con lo que se ha podido observar, el proceso de actividad neurobiológica es distinto frente a un contexto con o sin emoción. Los recursos técnicos del recién estrenado laboratorio son especialmente útiles para los investigadores, ya que aportan otro nivel explicativo respecto a problemáticas psicológicas. Esto porque se hará posible un avance en el conocimiento acerca de cómo los procesos psicológicos son también procesos neurofisiológicos, mejorando el diagnóstico, tratamiento y en general, la comprensión de la conducta normal y patológica. El futuro de la neurociencia es que ésta se transforme en una herramienta práctica, aplicada al estudio del comportamiento humano en todas sus dimensiones, tanto desde la clínica hasta modelos complejos de conducta social. La neurociencia ha sido por décadas una herramienta crucial para evidenciar el correlato de la conducta con el funcionamiento del sistema nervioso. En los últimos 30 años se han presentado grandes avances en técnicas, como por ejemplo, la imagen por Resonancia Funcional (FMRI por sus siglas en inglés), la tomografía por emisión de positrones (PET) y el electroencefalografía (EEG), que han permitido, de manera no invasiva, evidenciar la actividad del cerebro respecto a estímulos o conductas específicas.