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1) Introducción 1 2) Clasificación y receptores 8 3) Funciones proinflamatorias de las quimioquinas 12 4) Quimioquinas y su relación con el VIH 15 5) Quimioquinas y su relación con otras patologias 29 6) Bibliografía 32 Verónica Martínez Galipienso Patología Molecular II Unidad Docente Joan XXIII 5o Medicina 2007-2008 Patología Molecular II. Quimioquinas 1. INTRODUCCIÓN Desde 1986 un amplio número de citoquinas estrechamente relacionadas, las cuales se especializan en activar y atraer leucocitos hacia los sitios de injuria, han sido identificadas, clonadas y secuenciadas. Inicialmente fueron clasificadas como citoquinas quimiotácticas; hoy se sabe que cumplen además funciones importantes en la proliferación o apoptosis de diferentes células, la morfogénesis tisular, hematopoyesis, angiogénesis y en el desarrollo de respuestas inmunes específicas induciendo el tráfico de las células dendríticas, los linfocitos Th1, Th2 y B en el tejido linfoide secundario, lo cual contribuye a la ubicación celular en diferentes localizaciones anatómicas. Generalmente no inducen la producción de otras citoquinas, no generan fiebre ni son reactantes de fase aguda. La quimioquina fractalquina fue la primera quimioquina-CX3C que se describió, es estructuralmente distinta de otros tipos de quimioquinas y su nombre sistemático es CX3CL1. Se expresa como una molécula transmembrana y su expresión puede ser inducida marcadamente sobre células endoteliales por citoquinas inflamatorias como TNF-a, IL-1 y IFN-c (interferon c) o con el ligando CD40. La fractalquina soluble puede ser liberada de la superficie de la célula por proteólisis exhibiendo actividad quimiotáctica eficiente para monocitos y células T. En el proceso de extravasación de leucocitos cumple una función dual actuando a la vez como molécula de adhesión y como quimioquina. La interacción entre la fractalquina y su receptor, CX3CR1, puede producir la adhesión celular sin involucrar a las selectinas, pudiendo también producir el proceso de transducción de señales para la activación de las integrinas. Las quimioquinas constituyen el grupo más diverso y numeroso de citoquinas; son expresadas por gran variedad de células en respuesta a diferentes estímulos como: citoquinas, irritantes, antígenos y estímulos policlonales. Las quimioquinas son moléculas tan atractivas como promiscuas, que dirigen la migración leucocitaria e intervienen en una amplia variedad de procesos fisiológicos y patológicos fundamentalmente en procesos inmunitarios 1 Patología Molecular II. Quimioquinas e inflamatorios. Son proteínas de bajo peso molecular, de aproximadamente 70 aminoácidos y de 8 a 15 KDa; todas son dímeros, excepto el PF-4 que es un tetrámero; sin embargo, la mayoría actúa fisiológicamente como monómeros. Todas las quimioquinas son estructuralmente similares; tridimensionalmente presentan tres láminas plegadas conectadas por asas, un asa en la región NH2 terminal y una hélice en el dominio C-terminal. Su extremo carboxilo es de carácter básico y tiene afinidad para unirse a compuestos tipo heparina, glicosaminoglicanos y moléculas de azúcar cargadas negativamente que se encuentran en la superficie celular y la matriz extracelular. La mayoría presentan cuatro cisteínas en posiciones altamente conservadas, unidas entre sí por puentes disulfuro, excepto las g quimioquinas que presenta dos cisteínas conservadas y un solo puente disulfuro. Dependiendo del número y la secuencia de estas cisteínas en el dominio aminoterminal, las quimoquinas se dividen en 4 subfamilias, también denominadas respectivamente como CXCL (las dos cisteínas cercanas al N-terminal están separadas por un aminoácido simple), las CCL (las dos cisteínas están adyacentes), las XCL y las CX3CL. Todos los miembros de estas subfamilias son producidos como precursores inactivos, clivados enzimáticamente a nivel intracelular y secretados en forma activa. Las quimioquinas son secretadas por diversas células e involucradas en la migración y activación de leucocitos, en los procesos de angiogénesis, en la producción de colágeno y en la proliferación de los precursores hematopoyéticos. Las fuentes celulares de las quimioquinas CCL son muy diversas, entre ellas tenemos: monocitos, macrófagos, células dendríticas, eosinófilos, fibroblastos, células NK, endotelio, células epiteliales, mastocitos, hepatocitos, linfocitos T, basófilos, plaquetas y células epiteliales tímicas. Las quimioquinas son redundantes en su acción sobre las células blanco, ninguna es activa sobre una única población de leucocitos, y usualmente, una población de leucocitos posee receptores y responde a más de una quimioquina. 2 Patología Molecular II. Quimioquinas La interacción de las quimioquinas con sus receptores se caracteriza porque la mayor parte de los receptores interaccionan con múltiples ligandos y la mayor parte de los ligandos interaccionan con más de un receptor. Las células blanco de las quimioquinas CXCL son: neutrófilos, fibroblastos, basófilos, condrocitos, linfocitos B, células del músculo liso, linfocitos T, endotelio, células NK, monocitos, keratinocitos, megacariocitos y células de melanoma. Estas citoquinas inducen gran variedad de efectos biológicos como: quimiotaxis de diferentes células (neutrófilos, linfocitos T, monocitos, basófilos); activación y proliferación celular; regulación de la angiogénesis (positiva o negativa); modulación de la hematopoyesis (positiva o negativa); inducen la liberación de histamina, y síntesis de glicosaminoglicanos y colágeno por los fibroblastos. La IL-1 y TNF-a son los mayores estimulantes para la producción de las quimioquinas CXCL ELR+, en tanto que el IFN-g estimula la secreción de las CXC ELR- y tiene un efecto inhibidor sobre las que tienen el motivo ELR. La IL8 induce la expresión rápida de integrinas LFA-1 sobre el neutrófilo y la activación de su ligando, al igual que de la L-Selectina; induce también la liberación de enzimas y de metabolitos derivados del oxígeno, estimula la inducción de IL-1 y de IL-1Ra in vivo y por último, estimula la liberación de histamina por los basófilos. Se ha observado in vivo que la neutralización con anticuerpos de conejo dirigidos contra la IL-8, y las proteínas GRO y MIP-2, reducen significativamente la inflamación mediada por neutrófilos en varios modelos de inflamación aguda. Se propone entonces que la IL-8, además de otras quimioquinas, puede tener un papel importante en la patogénesis de la respuesta inflamatoria. Otra quimioquina CXCL importante es GRO, la cual es secretada por células mononucleares junto con la IL-8, teniendo además similar potencia para activar los neutrófilos. Así, la administración intradérmica de IL-8 humana induce una rápida infiltración de neutrófilos dependiente de la concentración, 3 Patología Molecular II. Quimioquinas llegando a su pico 4 horas después de la aplicación; la inyección de GRO induce una respuesta quimiotáctica similar a la IL-8, mientras que la NAP-2 (también activadora y quimioatrayente para los neutrófilos) es significativamente menos activa. Además, in vitro se ha observado que la IL-8 es más potente que la GRO y la NAP-2 en inducir la activación de la fosfolipasa D, en la expresión de CD11b/CD18 (MAC-1) y en la inducción de la quimiotaxis bajo agarosa. ENA-78 también se expresa en células endoteliales de pulmón humano inflamado y de otros tejidos; muestra características comunes con la IL-8 y una actividad biológica similar, aunque en una proporción de 5 a 10 veces menor. Se le atribuye la habilidad de inducir la adhesión y migración de neutrófilos, además de regular la expresión de MAC-1 sobre la superficie celular de los neutrófilos. Su inducción en cultivos de células epiteliales de colon humano mostró un patrón prolongado con respecto a la IL-8, y se propone que puede ser importante en el reclutamiento de neutrófilos en la lámina propia dentro de la capa epitelial. La subfamilia de quimioquinas CCL es la más numerosa; son especialmente quimioatrayentes de monocitos y linfocitos T, aunque también actúan sobre eosinófilos, basófilos, células dendríticas, linfocitos B, timocitos, NK, progenitores mieloides y megacariocitos. Las fuentes celulares de las quimioquinas CCL son muy diversas, entre ellas tenemos: monocitos, macrófagos, células dendríticas, eosinófilos, fibroblastos, células NK, endotelio, células epiteliales, mastocitos, hepatocitos, linfocitos T, basófilos, plaquetas y células epiteliales tímicas. Dentro de sus efectos biológicos encontramos que: son quimiotácticas para linfocitos T, monocitos, eosinófilos, basófilos, células NK y células dendríticas; inducen la activación del endotelio, los eosinófilos, basófilos y células NK; regulan la degranulación y liberación de enzimas por las células NK y T citotóxicas; modulan la apoptosis; controlan el crecimiento de las células hematopoyéticas; modulan la diferenciación de las células T hacia un fenotipo Th1 o Th2 y aumentan la producción de Ig E e Ig G4. 4 Patología Molecular II. Quimioquinas MCP-1 induce la expresión de las integrinas requeridas para la quimiotaxis; tiene acción sobre los monocitos, linfocitos T de memoria, basófilos y células NK; induce la liberación de gránulos por las células NK y los linfocitos T CD8+; es potente inductor de la liberación de histamina por los basófilos y no atrae eosinófilos, en comparación con MCP-2 y 3. RANTES es inducible por mitógenos o antígenos en una variedad de líneas de células T y linfocitos circulantes. In vitro es un potente quimioatrayente de monocitos como la MCP-1, pero es mucho menos efectivo para estimular la exocitosis. Atrae también linfocitos T CD45RO+, CD4+, NK, eosinófilos, y es el más potente quimioatrayente para células CD8+; también induce la liberación de histamina. La quimioquina DC-CK1 (quimioquina 1 de las células dendríticas) atrae selectivamente los linfocitos T CD45RA+ y contribuye de esta manera a la inducción de la respuesta inmune primaria. El reclutamiento de leucocitos depende de la especificidad de las quimioquinas producidas en el sitio de inflamación La IL-8 (interleuquina 8), actualmente CXCL8, y el MCP-1 (monocyte chemotactic protein-1), actualmente CCL2, son las quimioquinas más importantes para el reclutamiento de células polimorfonucleares (PMN) y monocitos, respectivamente. En la inflamación aguda el infiltrado es inicialmente de PMN y después de 24 a 48 horas predominan los macrófagos. Este proceso de transición entre estos dos tipos de leucocitos estaría relacionado a la cinética y propiedades funcionales de las quimioquinas IL-8 y MCP-1 respectivamente. Cuando los PMN y otras células son estimuladas por citoquinas inflamatorias, la IL-8 es producida tempranamente y por 24 horas, reclutando y activando localmente más PMN. Una prolongada producción de IL-8 puede producir una alta concentración de esta quimioquina en los vasos, lo cual inhibe la adhesión de PMN al endotelio y la extravasación de los mismos. La producción de MCP-1 está usualmente retardada pero sostenida por varios 5 Patología Molecular II. Quimioquinas días, su producción no sensibiliza a las células y conduce a un tardío reclutamiento de monocitos. Es interesante destacar que la estimulación de neutrófilos con citoquinas inflamatorias por varias horas produce selectivamente MCP-1 y no IL-8 observándose además que el complejo IL-6sIL-6Ra puede activar a las células endoteliales para secretar IL-8 y MCP-1. Estas interrelaciones entre citoquinas y quimioquinas se producen en todos los procesos biológicos donde intervienen estas proteínas y es lo que hace tan dificultoso su estudio in vivo. Regulación de la función de células endoteliales y células dendríticas por quimioquinas Quimioquinas y células endoteliales. Durante mucho tiempo se consideró que las células endoteliales que cubren la pared interna de los vasos sanguíneos, cumplían una acción pasiva, como si fuese un papel celofán que no deja pasar la sangre. Actualmente se sabe que participan en reacciones inmunes e inflamatorias produciendo y respondiendo a citoquinas y quimioquinas. Estos mediadores polipeptídicos solubles sirven para la comunicación entre células, tejidos y órganos. Las quimioquinas son fundamentales en el proceso de reclutamiento de leucocitos y son producidas por las células endoteliales en respuesta a moléculas involucradas en reacciones inflamatorias, inmunidad y trombosis. El repertorio de quimioquinas producidas por las células endoteliales incluye miembros de las familias CXC- (IL-8, epithelial-cell derived neutrophil-activating protein 78 (ENA-78)), growth related oncogen a (GRO-a), interferon-inducible protein 10 (IP-10) y CC- (MCP-1, MCP-3, RANTES) con la mayor cantidad de estudios focalizados sobre quimioquinas típicas como IL-8 y MCP1. En general el espectro de acción de las quimioquinas se restringe a leucocitos, sin embargo hay evidencias que sugieren que esta superfamilia de mediadores inflamatorios pueden afectar la función de las células endoteliales y nerviosas. 6 Patología Molecular II. Quimioquinas Quimioquinas y Células Dendríticas Uno de los desarrollos recientes más interesantes en la biología de las quimioquinas es el estudio de la interrelación entre quimoquinas y células dendríticas. Las células dendríticas (centinelas del sistema inmune) son las células presentadoras de antígenos más eficientes y son capaces de producir quimioquinas in vitro e in vivo constitutivamente o en forma inducida. Los progenitores de las células dendríticas entran a la sangre desde la médula ósea y se instalan en los tejidos no linfoides, donde se desarrollan como células dendríticas inmaduras con alta capacidad de captar y procesar antígenos y baja capacidad de estimular células T. La producción local de citoquinas inflamatorias como TNF, IL1, GMCSF, CD40L y el encuentro con un antígeno promueve la maduración de las células dendríticas y como consecuencia la migración de las mismas hacia los nódulos linfoides regionales. Estas células maduras, se caracterizan por expresar moléculas coestimulatorias y poseer alta capacidad para presentar antígenos que estimulan la proliferación de células T. Los receptores de quimoquinas se expresan sobre las células dendríticas en forma específica. Así, las células dendríticas inmaduras expresan el receptor CCR6 y responden a la quimoquina CCL20/MIP3a/LARC in vitro. Cuando estas células captan el antígeno, comienzan a madurar y expresan el receptor CCR7 el cual es fundamental para la migración hacia los nódulos linfoides ya que en los mismos se secretan las quimioquinas CCL20/MIP3b/ELC y CCL21/6Ckine/SLC cuyo receptor es CCR7. CCL20 y CCL21 forman un gradiente que hace migrar a las células dendríticas maduras a los nódulos linfoides, donde son capaces de activar células T de antígenos específicos. Estos y otros estudios sugirieron que la expresión de receptores de quimioquinas en las células dendríticas, es un fenómeno específico que posee una función durante la respuesta inmune. 7 Patología Molecular II. Quimioquinas 2. CLASIFICACIÓN Y RECEPTORES Se clasifican de acuerdo a la posición relativa de sus residuos cisteína Nterminal. Así, cuando los dos residuos de cisteína están separados por un aminoácido se designan como quimioquinas-CXC (CXC-chemokines) y cuando ambas cisteínas están unidas se las denomina quimioquinas-CC (CCchemokines). Después del rápido descubrimiento de nuevas quimioquinas, uno de los problemas que se presentó fue que varios grupos de investigación informaban acerca de la misma molécula con distintos nombres. Esto llevó a una confusión entre los científicos que trabajaban activamente en este campo de investigación. Así en el "Keystone Simposium on Chemokines and Chemokine Receptors " realizado en enero de 1999, en Keystone, CO. A. Zlotnik y O. Yoshie propusieron un nombre sistemático para todas las quimioquinas y sus receptores basándose en la estructura proteica y en su locus génico agrupándolas en cuatro familias (Cuadro 1). Los efectos biológicos de las quimioquinas son producidos por su unión a receptores que se expresan sobre la superficie celular y están acoplados a proteínas G. Estos receptores son promiscuos, siendo por lo tanto capaces de unir distintas quimioquinas y producir así efectos biológicos diferentes. Figura 1. Quimioquina y sus receptores 8 Patología Molecular II. Quimioquinas Los receptores para las quimioquinas y otros agentes quimioatrayentes pertenecen a la superfamilia de receptores con siete dominios transmembrana tipo serpina o rodopsina, la mayoría de ellos acoplados a proteína G, con tres asas intracelulares y tres extracelulares. Todos presentan un extremo Nterminal extracelular y un C-terminal intracelular. La porción intracelular carboxiterminal contiene residuos serina y treonina, los cuales son fosforilados y participan en la transducción de señales. La interacción entre la quimioquina y el receptor ocurre en el extremo aminoterminal y una de las asas extracelulares. La proteína G que está acoplada a dicho receptor es heterotrimérica (cadenas a-b-g) y se encuentra unida a la segunda asa intracelular que contiene el motivo DRY (aspartato, arginina, tirosina); dicho motivo ha sido implicado en la transducción de señales. Cuadro 1. Quimioquina /Receptor CXC Nombre sistemático CXCL1 CXCL2 CXCL3 Ligando humano GRO / MGSAGRO / MGSA GRO / MGSA - Ligando murino GRO/ KC GRO/ KC GRO/ KC Receptor de quimioquina CXCR2, CXCR1 CXCR2 CXCR2 CXCL4 CXCL5 CXCL6 CXCL7 CXCL8 CXCL9 CXCL10 CXCL11 CXCL12 CXCL13 PF4 ENA - 78 GCP - 2 NAP - 2 IL - 8 Mig IP - 10 I - TAC SDF -1 / BLC/ BCA -1 PF4 LIX CK - 3 Desconocido Desconocido Mig IP - 10 Desconocido SDF -1 BLC/ BCA -1 Desconocido CXCR2 CXCR1 , CXCR2 CXCR2 CXCR1 , CXCR2 CXCR3 CXCR3 CXCR3 CXCR4 CXCR5 CXCL14 CXCL15 BRAK/ bolequina desconocido BRAK Lungquina desconocido desconocido Quimioquina/ Receptor CX 3C CX3CL1 Fractalquiina Neurotactina CX3CR1 9 Patología Molecular II. Quimioquinas Quimioquina/ Receptor C XCL1 Linfotactina Linfotactina XCL2 SCM-1 desconocido XCR1 1 /ATAC XCR1 TCA – 3, P500 JE MIP - 1 CCR8 CCR2 CCR1, CCR5 SCM Quimioquina/ Receptor CC CCL1 CCL2 CCL3 CCL4 CCL5 CCL6 CCL7 CCL8 CCL9 / 10 CCL11 CCL12 CCL13 CCL14 CCL15 CCL16 CCL17 CCL18 CCL19 CCL20 CCL21 CCL22 CCL23 CCL24 CCL25 CCL26 CCL27 I - 309 MCP – 1 / MCAF MIP - 1 / LD78 MIP - 1 RANTES Desconocido MCP - 3 MCP - 2 Desconocido MIP - 1 RANTES C10, MRP - 1 MARC MCP - 2 MRP – 2, CCF18, MIP 1c Eotaxin Eotaxin Desconocido MCP - 5 MCP - 4 Desconocido HCC - 1 Desconocido HCC-2 / Lkn-1 / desconocido MIP-1d HCC-4 / LEC LCC - 1 TARC TARC DC-CK1/PARC desconocido AMAC-1 MIP-3 / ELC/ MIP-3b/ ELC/ exodus-3 exodus-3 MIP-3 / LARC/ MIP-3 / exodus-1 LARC/ exodus-1 6Ckine/SLC/ 6Ckine/SLC/ exodus-2 exodus-2/TCA MDC/STCP-1 ABCD-1 MPIF-1 desconocido MPIFdesconocido 2/Eotaxina-2 TECK TECK Eotaxin-3 desconocido CTACK/ILC ALP/CTACK/I LC ESkina CCR5 CCR1, CCR3, CCR5 Desconocido CCR1, CCR2, CCR3 CCR3 Desconocido CCR3 CCR2 CCR2, CCR3 CCR1 CCR1, CCR3 CCR1 CCR4 desconocido CCR7 CCR6 CCR7 CCR4 CCR1 CCR3 CCR9 CCR3 CCR10 10 Patología Molecular II. Quimioquinas Hasta la fecha, han sido clonados e identificados cinco receptores para la subfamilia CXCL (CXCR1-5) y once para la CCL (CCR1-11). Las quimioquinas muestran gran redundancia en la utilización de sus receptores; de esta manera, varias quimioquinas pueden acoplarse a un mismo receptor y una quimioquina puede ligarse a varios receptores. Por otro lado, los leucocitos, principalmente activados, expresan múltiples receptores debido a la modulación por factores tanto exógenos como endógenos, permitiendo así que en una misma célula la activación de sus receptores por quimioquinas diferentes produzca señales intracelulares distintas. Por lo anterior, se considera que las quimioquinas y otras citoquinas son pleiotrópicas en sus actividades. 11 Patología Molecular II. Quimioquinas 3. FUNCIONES PROINFLAMATORIAS DE LAS QUIMIOQUINAS 1. Quimiotaxis Las quimioquinas han sido involucradas en la migración de los leucocitos, tanto en los procesos homeostáticos como inflamatorios. Las quimioquinas CXCL pueden dividirse de acuerdo a la actividad quimiotáctica en: a. Proteínas con el motivo ELR (Glu-Leu-Arg) en la región aminoterminal, que son quimiotácticas para neutrófilos y no para macrófagos o monocitos. b. Sin motivo ELR, son quimiotácticas para células mononucleares y no para neutrófilos. Las quimioquinas CCL generalmente atraen monocitos y linfocitos, pero no neutrófilos. Son quimiotácticas para los eosinófilos: eotaxina-1, eotaxina-2, MCP-2, MCP-3, MCP-4, RANTES, MDC, MIP-1; algunas de ellas también atraen basófilos. El CCR3 es el receptor que media la mayoría de los efectos quimiotácticos de los eosinófilos y es el único receptor para eotaxina-1 y eotaxina-2. El rol selectivo de los CCR en la migración de los linfocitos T, monocitos, eosinófilos y basófilos, ha estimulado los estudios relacionados con la inflamación alérgica. Muchas quimioquinas tipo CC y CXC regulan la migración de los linfocitos T: IP-10, MIG, RANTES, MIP-1a, MIP-1b, linfotactina. Los linfocitos T vírgenes expresan receptores CXCR4 (para SDF-1) y CCR7 (para ELC), importantes para el tráfico basal de estas células. Las células dendríticas también tienen CCR7; este receptor se utiliza para localizar células dendríticas y linfocitos T vírgenes en los nódulos linfoides. Algunas quimioquinas muestran selectividad por la migración de los linfocitos T activados: MIG, I-TAC, IP-10, 6-C-Kine y STCP-1. 12 Patología Molecular II. Quimioquinas 2. Migración transendotelial Estudios in vitro han sugerido que la IL-8 es necesaria para la migración transendotelial de los neutrófilos activados; previamente se requiere una señal producida por las citoquinas proinflamatorias IL-1 y TNF-a, que activan las células endoteliales para interactuar con los leucocitos activados por las quimioquinas, en especial la IL-8. El RANTES induce la migración transendotelial de los eosinófilos activados por IL-5. Las células endoteliales expresan quimioquinas en la superficie luminal, específicamente en los proteoglicanos (glicocálix), estableciendo un gradiente quimiotáctico local; la respuesta migratoria a este estímulo se llama HAPTOTAXIS. Varias quimioquinas aumentan transitoriamente la adhesividad de las integrinas; por ejemplo, RANTES activa el VLA-4 en los eosinófilos y MCP-3 activa el MAC-1. Otras quimioquinas regulan positivamente la expresión de las integrinas: MIP-1a aumenta la expresión de CD11a y CD11c en monocitos. Algunas quimioquinas pueden funcionar como moléculas de adhesión: la fractalquina y CX3CR1 están en la membrana y regulan el tráfico de monocitos y linfocitos. 3. Activación y degranulación de las células inflamatorias Podríamos decir y resumir lo arriba explicado de otra manera: la migración de leucocitos a sitios inflamatorios depende de una cascada de eventos, mediados en parte, por quimioquinas y sus receptores y regulados por una variedad de señales. Se pueden distinguir cuatro pasos fundamentales en el proceso de extravasación de leucocitos: 1. Distintas moléculas (lipopolisacárido), proinflamatorias TNF(tumor necrosis como factor ) LPS e IL-1 (interleuquin-1) pueden activar a las células endoteliales para que expresen moléculas de adhesión como por ejemplo 13 Patología Molecular II. Quimioquinas selectinas, las cuales son capaces de unirse a moléculas de tipo mucinas que se expresan sobre los leucocitos, produciéndose así el rodamiento de los leucocitos sobre el endotelio vascular. 2. Las células endoteliales secretan factores quimioatractivos (quimioquinas) que se unen a sus receptores sobre la superficie de los leucocitos y activan a las integrinas, resultando en una firme adhesión entre leucocitos y células endoteliales. 3. Debido a que las integrinas se unen a moléculas de adhesión de la familia de las inmunoglobulinas que se expresan sobre el endotelio vascular (3,4), los leucocitos migran a través de las células endoteliales interactuando con la molécula de adhesión PECAM-1 (platelet endothelial-cell adhesion molecule (CD31)) expresada tanto sobre los leucocitos como sobre las membranas intercelulares de las células endoteliales. 4. Los leucocitos migran siguiendo un gradiente de quimioquinas, el cual se genera por liberación de las mismas por células endoteliales y macrófagos como consecuencia de una injuria producida en el tejido. Así, los leucocitos llegan selectivamente al lugar donde se produce el proceso de inflamación, dependiendo del tipo de quimioquina que se secrete. 14 Patología Molecular II. Quimioquinas 4. QUIMIOQUINAS Y SU RELACIÓN CON EL VIH Durante mucho tiempo se ha observado que algunos sujetos que estaban expuestos al VIH no se infectaban con el virus a pesar de haber estado repetidamente en situaciones de riesgo; estos sujetos, usualmente denominados Expuestos No Infectados (ENI), despertaron la atención de diferentes investigadores que hipotetizaron sobre la posibilidad de que existiese una resistencia natural a la infección por el VIH, posiblemente de naturaleza genética. Estas ideas iniciales se han reforzado con el conocimiento más reciente de los mecanismos patogénicos de la infección, ya que el rápido recambio del VIH, al menos en el plasma, podría sugerir que existen mecanismos naturales que son eficaces eliminando al virus aunque su naturaleza completa se desconoce en la actualidad. Figura 2. Ciclo del VIH Se ha comprobado que algunos ENI poseían linfocitos que ‘in vitro’ eran muy resistentes a la infección por el virus y que dicha resistencia podría estar asociada a la presencia de algunas mutaciones en las glucoproteínas de su 15 Patología Molecular II. Quimioquinas membrana que podrían actuar como unos ‘factores’ que serían los que facilitarían la entrada del virus en la célula; estas proteínas se han denominado, con respecto al VIH, correceptores. De otro lado se tenía el conocimiento que ciertas sustancias de naturaleza proteica soluble eran capaces de mediar e interactuar entre diferentes células. El concepto primario de mediación en los procesos inflamatorios se ha correspondido históricamente con diferentes nombres de estas sustancias; dado que el primer conocimiento que de ellas se obtuvo obedecía fundamentalmente a la realización de ensayos funcionales, las primeras denominaciones que se les dio hacían referencia a las células que las producían; de este modo se hablaba, entre otras, de linfocinas, monocinas o interleucinas según fuesen producidas por los linfocitos, los monocitos-macrófagos o los leucocitos polimorfonucleares. Sin embargo el conocimiento posterior permitió saber que las sustancias eran producidas por muy diferentes tipos celulares y se le aplicó el nombre más amplio de citoquinas para designar unos mediadores proteicos producidos por células que regulan la actividad de ellas mismas y de otras células. La aplicación de la genética molecular mediante la tecnología de ADN recombinante ha permitido aislar diferentes genes y obtener el producto que codifican de forma pura. Para algunos autores las citoquinas serían una especie de hormonas celulares. Durante la activación celular que sigue como respuesta a un estímulo se producen y se unen de forma transitoria a receptores específicos de membrana. Funcionalmente presentan retrorregulaciones positivas y negativas entre sí y por lo general no actúan solas sino con otras producidas por la misma célula pudiendo inducir, potenciar o inhibir la producción de otras citoquinas y/o modular negativa o positivamente los efectos de dichas citoquinas. Por otro lado al actuar sobre diferentes tipos celulares ejercen múltiples efectos (pleiotrópicas) e igualmente comparten muchos de ellos (redundantes). Dadas todas estas características se debe tener presente que algunos de los efectos que se atribuyen a ciertas citoquinas en realidad se podrían deber a otras con las que interactúan y éstas incluso ser desconocidas. Las citoquinas juegan un papel importante en la respuesta inmunitaria e inflamatoria en las que se las puede consideran como un mensajero que rellena el vacío comunicativo entre los 16 Patología Molecular II. Quimioquinas linfocitos y otras células del sistema inmunológico. Las quimioquinas, al formar parte del grupo de las citoquinas, están involucradas en este proceso. En el ciclo vital del VIH se sabe que necesita penetrar en la célula que infecta para poder replicarse en su interior y producir nuevos viriones. Se conoce que el VIH puede penetrar en las células a través del acoplamiento de los componentes de las membranas de célula y virus. Para ello es necesaria la presencia en la célula de receptores de alta afinidad, como la molécula CD4 con la que se produce la fijación de la proteína gp120 de la envoltura del VIH. También se ha comprobado 'in vitro' que diferentes tipos celulares pueden ser infectados por el VIH y no todos ellos poseen la molécula CD4 y que el VIH no infecta a células de otros animales que si expresan la molécula CD4 (no podían infectarse con el VIH células de ratón que también expresan CD4). Estos hechos han conducido en la última década a una intensa investigación para encontrar correceptores del VIH; fruto de dicha investigación ha sido la identificación de que al menos son necesarios 2 receptores de transporte localizados en la superficie celular de las células inmunológicas que comúnmente ataca el VIH. Los monocitos y macrófagos manifiestan un receptor diferente al de los linfocitos CD4+. Identificar ambos receptores, y varias de las quimioquinas que los estimulan, ha permitido establecer un campo de investigación clínica sobre las quimioquinas. Las investigaciones de este nuevo campo podrían ayudarnos a identificar nuevas estrategias de tratamiento de la enfermedad VIH, y proporcionar el ingrediente clave necesario para el desarrollo de una vacuna anti-VIH eficaz. Existen varios tipos de células inmunológicas que descargan quimioquinas. Los blancos de las quimioquinas son los receptores celulares, áreas especializadas localizadas en las superficies de monocitos, linfocitos, basófilos y esinófilos. Puesto que los receptores se especializan en aceptar el acoplamiento únicamente con ciertas formas, una quimioquina tiene que acoplarse con el receptor apropiado. Cuando una quimioquina se acopla adecuadamente con un receptor, ocasiona un proceso biológico. Se alude a este proceso como señalamiento, o transducción de señal. Un ejemplo de la 17 Patología Molecular II. Quimioquinas transducción de señal es el proceso que lleva al sentido del olfato. Los receptores olfatorios forman parte de un sistema complejo, en el cual se traducen moléculas químicas a olores específicos percibidos por el cerebro. La señal es la parte básica del reconocimiento corporal del mundo exterior. Se denominan como receptores de transporte a los receptores que funcionan como entradas a una célula. Las proteínas grandes que necesitan las células saludables entran en la célula a través de los receptores de transporte. Los receptores de transporte también tienen un papel importante en la infección. Se ha reconocido por muchos años que el VIH puede penetrar células inmunológicas humanas a través del acoplamiento con un receptor llamado CD4. Sin embargo, esta penetración infecciosa no ocurre en otros animales cuyas células también manifiestan el CD4. Al observar este hecho, los investigadores concluyeron que en los humanos, el VIH tenía que pasar por una función acopladora esencial; a partir de ese momento, se ha iniciado la investigación para encontrar el "co-receptor" humano del VIH. Cuando el VIH se acopla a la superficie de un linfocito T o macrofágo, inicia un proceso durante el cual el virus penetra la célula. Investigaciones recientes han identificado 2 receptores de transporte necesarios para este proceso, los cuales se localizan en la superficie celular de las células inmunológicas comúnmente atacadas por el VIH. Los monocitos y macrófagos manifiestan un receptor diferente al de los linfocitos CD4. Al identificar ambos receptores, y varias de las quimioquinas que los estimulan, se estableció el campo de investigación clínica sobre las quimioquinas. Las investigaciones de este campo han progresado con una rapidez impresionante. Científicos jóvenes han encabezado la mayoría de las investigaciones, y algunos investigadores experimentados han donando sus reputaciones y experiencias al campo, incluyendo los co-descubridores del VIH, los doctores Robert Gallo de la Universidad de Maryland, Jay Levy de la Universidad de California, y Anthony Faucci de los Institutos Nacionales para las Alergias y Enfermedades Infecciosas (siglas en inglés: NIAID). 18 Patología Molecular II. Quimioquinas Recientemente se descubrió que la falta congénita de un receptor específico protege a algunos individuos de la infección sexual por el VIH. El factor celular antiviral A partir de 1986, el Doctor Jay Levy ha mantenido que los linfocitos CD8 (linfocitos que manifiestan el receptor CD8) descargan un factor soluble que inhibe la replicación del VIH dentro de células infectadas. Levy dice que el FCA funciona independientemente de la citólisis, la destrucción directa de células infectadas víricamente, estrategia usual de los CD8 para el control de células dañadas. Por ahora, Levy no ha logrado aislar el factor, pero sus esfuerzos inspiraron a otros investigadores. Puesto que existe evidencia indirecta de este factor o factores, descrita en comentarios clínicos de estudios sobre personas cuyas enfermedades VIH no progresan a largo plazo (personas que no experimentan pérdida de linfocitos T y/o que no desarrollan enfermedades oportunistas a pesar de años de infección), los investigadores se embarcaron en un proceso de eliminación de candidatos potenciales. En diciembre de 1995, se demostró que 3 quimioquinas-RANTES, MIP1a y MIP-1b-son descargadas por los linfocitos CD8 y capaces de inhibir la replicación del VIH in vitro. La quimioquina RANTES (representado en sus siglas en inglés-Regulado a través de Activación, Expresado y descargado por linfocitos T Normalmente) fue aislada por el Laboratorio de Tumores Celulares de Robert Gallo en los Institutos Nacionales del Cáncer. Aunque se observó que ésta y las otras quimioquinas eran capaces de inhibir el VIH aislado de personas infectadas, pero no la cepa viral comúnmente empleada para el estudio de laboratorio (VIH IIIB), Gallo y sus colegas anunciaron que habían resuelto el dilema de Levy. El Doctor Levy no estaba de acuerdo, y continúa investigando por su cuenta el factor CD8. La confianza de Levy en que este factor existe es compartida por Fauci de NIAID y por investigadores de la Corporación Chiron en Emeryville, California. Ambos han descubierto que los linfocitos CD8 pueden inhibir la replicación viral a través de algún mecanismo desconocido que no incluye la citólisis o las 3 19 Patología Molecular II. Quimioquinas quimioquinas descubiertas por Gallo. Es posible que existan receptores del FCA todavía por descubrir. El VIH M-trópico y T-trópico El tropismo es la selección de células que un organismo como el VIH prefiere infectar. El tipo de VIH que infecta macrófagos y monocitos es el virus M-trópico. Los macrófagos y monocitos son células inmunológicas especializadas, diseñadas para digerir bacterias, virus y partículas extrañas, procesándolas para presentárselas a los linfocitos T. Los macrófagos también funcionan como empleados de sanidad del cuerpo humano, eliminando partículas extrañas y organismos que se han acoplado a anticuerpos. Los linfocitos T, trabajadores estratégicos del sistema inmunológico, descargan varias citoquinas para comunicarse con los macrófagos y monocitos, dirigir sus actividades, y controlar su replicación, crecimiento o falta de ambos. Los macrófagos y monocitos son las primeras células infectadas por el VIH directamente después de la seroconversión (la primera producción de anticuerpos al VIH después de la infección inicial) y durante los primeros años de la etapa asintomática de la enfermedad VIH. El virus M-trópico se reproduce dentro de las células mononucleares periféricas (linfocitos sanguíneos), pero no forma sincicio (grupos de células cuyas membranas se han juntado). Se considera que el virus que no induce sincicio (NIS) es menos virulento que el que induce sincicio (IS). El virus IS está asociado con la progresión rápida de la enfermedad y un pronóstico desfavorable. Los linfocitos T incluyen 2 categorías: linfocitos CD4 y linfocitos CD8. De estas, los CD4 son los linfocitos que el VIH desgasta continuamente durante el proceso patogénico. EL VIH que infecta los CD4 es T-trópico y capaz de inducir sincicio. La Doctora Roberta Weiss, del Instituto para la Investigación del Cáncer en Londres, cree que el cambio viral de NIS a IS refleja un cambio de tropismo. El VIH que ha seleccionado macrófagos en primer lugar para la infección cambia a la selección de linfocitos T. El co-receptor para el virus Ttrópico es el receptor quimioquínico alfa denominado fusin LESTR o CXCR-4. 20 Patología Molecular II. Quimioquinas Tatjana Dragic y sus colegas del Centro de Investigación Aaron Diamond en Nueva York demostraron que el VIH penetra una célula a través del receptor CCR-5, el cual es empleado por el virus para acoplar su cubierta viral a la célula huésped. CCR-1, CCR-2A, CCR-3 y CCR-4 no permiten esta fusión, y las quimioquinas beta RANTES, MIP-1a y MIP-1b son capaces de bloquearla. Joseph Sodroski y sus colegas del Instituto Dana Farber en Boston demostraron que el VIH M-trópico puede emplear los receptores CCR-5 o CCR3 para penetrar una célula, y que una parte específica de gp 120, componente del sobre o cubierta del VIH, interacciona con estos receptores. La parte de gp 120 que interacciona con el receptor es expuesta sólo después de que gp 120 se ha acoplado con el CD4. Después de este acoplamiento, la cadena V3 (tercera variable) de la molécula gp120 se desenreda para revelar el componente que adjunta al receptor CCR-5. EL VIH T-trópico emplea una estrategia parecida, acoplándose primero con el CD4 y desenredando un componente diferente del gp 120 que adjunta al receptor CXCR-4. Estos descubrimientos aumentaron las esperanzas de poder diseñar y comprobar rápidamente fármacos que atacarían estos procesos específicos de acoplamiento viral. Una serie reciente de experimentos hechos por el Instituto Gladstone de Virología en San Francisco ha establecido que la parte del receptor CCR-5 que sobresale de la célula huésped contiene varios componentes de aminoácidos que ayudan al VIH a penetrar la célula. La molécula receptora enreda la célula, con algunas partes expuestas y otras enterradas dentro de la célula. Tres cadenas y una 'cola' sobresalen de la superficie celular, proporcionando varias áreas de acoplamiento para el VIH. Robert Atchinson y sus colegas aprendieron dos lecciones importantes de sus experimentos: (1) se puede alterar la estructura del CCR-5 para bloquear la penetración por el VIH sin interrumpir sus funciones celulares normales (la célula seguirá reaccionando a los quimioquinas apropiadas), y (2) podría resultar posible diseñar un fármaco u otro compuesto que bloquee el co-receptor del VIH sin ocasionar una señal biológica no deseada, como puede ocurrir con una quimioquina natural. 21 Patología Molecular II. Quimioquinas Anteriormente, se creía que el receptor T-trópico CXCR-4 era un receptor huérfano sin vínculo (molécula que se acopla al receptor para iniciar un proceso biológico). En agosto de 1996, se anunció que la única quimioquina alfa conocida que emplea el receptor CXCR-4 es SDF-1 (factor derivado de células estromales). Estelle Oberlin y sus colegas del Instituto Pasteur en París reportaron que SDF-1 previene la infección por el VIH-1 que está adaptado a los linfocitos T, y sugirieron que el bloqueo simultáneo de los receptores M-trópico y T-trópico que emplea RANTES, MIP-a, MIP -1b y SDF-1 podría ayudar a reducir la carga viral y prevenir el desarrollo de virus IS. La estrategia propuesta consiste en atrapar todos los co-receptores potenciales del VIH para que el VIH no pueda infectar nuevas células huéspedes, y dejar que el sistema inmunológico mate y elimine a la población existente de células previamente infectadas. Las cepas M y T-trópicas del VIH coexisten dentro del cuerpo. No hay un periodo de enfermedad durante el cual todo el virus en una persona es completamente M-trópico o T-trópico. Sin embargo, se cree que antes de iniciar el cambio a T-trópico, la cepa M-trópica tiene que conseguir infectar el cuerpo en primer lugar. En otras palabras, la infección inicial por el virus es establecida por la cepa M-trópica, y el cambio a T-trópico ocurre después. El porqué de esta necesidad viral es un asunto de bastante polémica y especulación. Algunos investigadores creen que la cepa M-trópica está particularmente adaptada para infectar las membranas mucosas, lo cual explica por qué algunas personas que carecen de receptores para los virus M-trópicos no resultan infectadas a pesar de haber sido expuestas repetidamente al virus. Además, es posible que la falta de estos receptores también proteja a las personas de la infección transmitida por jeringuillas infectadas o productos sanguíneos contaminados. Inmunidades correlacionadas Frecuentemente, los estudios de no progresantes y sobrevivientes de la enfermedad VIH a largo plazo se enfocan en descubrir el elemento mágico que separa a estos grupos de personas de aquéllos que padecen la progresión de la 22 Patología Molecular II. Quimioquinas enfermedad al SIDA. Antes del descubrimiento del co-receptor CCR-5 del VIH-1, se sabía poco sobre la protección natural contra el VIH, o la inmunidad natural. Richard Koup y sus colegas de Centro de Investigación Aaron Diamond estudiaron a 25 hombres que permanecieron negativos a pesar de haber sido expuestos repetidamente al virus a través del sexo sin protección. Los investigadores descubrieron 2 elementos claves en estos hombres: (1) sus linfocitos CD8 manifestaban más actividad anti VIH que los CD8 aislados de controles que no habían sido expuestos al VIH, y (2) sus linfocitos CD4 resultaban relativamente resistentes a la infección por el virus M-trópico. Además, Koup y Nathaniel Landau (también del Instituto Aaron Diamond) descubrieron 2 personas VIH negativas que también fueron expuestos repetidamente al virus, y encontraron que los genes que estas personas heredaron de sus padres contenían una mutación: eran incapaces de producir CCR-5. Una colaboración siguiente entre Stephen O'Brien, Michael Dean y Mary Carrington del Instituto Nacional del Cáncer comprobó que algunas personas con la mutación genética del CCR-5 son extremadamente resistentes a la infección por el VIH. Entre 1.955 personas estudiadas, O'Brien y su equipo descubrieron que las personas con 2 copias del gen mutante no estaban infectadas, mientras que las personas con sólo 1 copia del gen progresaban con más lentitud al SIDA que aquéllos con 2 genes del CCR-5 completamente normales. Marc Parmentiwe de la Université Libre de Bruxelles en Bélgica descubrió por lo menos 1 copia de la mutación en el 17% de 707 personas blancas. Sin embargo, ninguna de las muestras de Africa (aisladas de personas de Zaire, Burkina Faso, Camerún, Senegal y Benin) o de Japón contenían la mutación. O'Brien descubrió la mutación en el 11% de sus muestras aisladas de personas blancas y en el 1,7% de sus muestras aisladas de personas negras. Aunque se ha localizado la mutación genética que afecta la producción del CCR-5 sólo en las poblaciones blancas y afro-americanas, es muy posible que existan otros mecanismos responsables de la inmunidad natural observada en prostitutas en Tailandia y Zaire, muchas de las cuales han sido expuestas 23 Patología Molecular II. Quimioquinas repetidamente al VIH. Mientras que el campo de investigación quimioquínica progresa, muchos receptores desconocidos hoy en día serán descubiertos, y se revelarán más correlaciones de la inmunidad natural. Durante la cuarta Conferencia sobre los Retrovirus y las Enfermedades Oportunistas, se presentó información que demuestra que varios tipos de células inmunológicas pueden descargar quimioquinas beta y bloquear la infección por el VIH M-trópico. Anthony Fauci y sus colegas de NIAID demostraron que los linfocitos naturales asesinos descargan quimioquinas b que suprimen la reproducción del VIH, y el Doctor R. Kornbluth y sus colegas de la Universidad de California y el Centro Médico VA en San Diego reportaron que los macrófagos localizados en las glándulas linfáticas producen grandes cantidades de quimioquinas b al ser estimulados por ciertos linfocitos T que cargan la molécula CD4-OL en sus superficies. Estas quimioquinas fueron aisladas y subsecuentemente protegidas en el laboratorio de la infección por el VIH. Estrategias de tratamiento Por ahora, los esfuerzos para bloquear el acoplamiento del VIH a los linfocitos CD4 han fracasado. El compuesto experimental, CD4 soluble, no resultó exitoso como una trampa para el VIH, principalmente por que no permaneció el tiempo suficiente en la corriente sanguínea para ejercer un efecto positivo. Esfuerzos futuros para bloquear el acoplamiento del VIH, esta vez con los co-receptores, enfrentarán las mismas dificultades técnicas. Sin embargo, se han sugerido algunos blancos potenciales para intervenciones futuras, y se está estableciendo la dirección necesaria para diseñar los fármacos o compuestos necesarios. Fernando Arenzano-Seisdedos, y sus colegas del Instituto Pasteur, en colaboración con investigadores Canadienses y Suizos, han identificado un químico nuevo parecido a RANTES que no activa células al acoplarse con el receptor CXCR-4 ni atrae linfocitos blancos, pero sí se acopla al receptor y bloquea la infección por el VIH. Los investigadores concluyen que es posible 24 Patología Molecular II. Quimioquinas diseñar compuestos terapéuticos que bloqueen el co-receptor sin ocasionar los efectos secundarios severos observados con la administración de otras citoquinas como IL-2. Helena Schmidtmayerova y sus colegas del Instituto Picower en Nueva York han demostrado que la inducción de las quimioquinas beta puede estimular o inhibir la replicación del VIH, dependiendo de la clase de célula estimulada y el virus predominante (M-trópico o T-trópico). Las quimioquinas no inhiben la infección de los monocitos o macrofágos, pero sí inhiben la infección de los CD4. Estas mismas quimioquinas incrementan la replicación del VIH en los monocitos y macrofágos pero la suprimen en los linfocitos T. Los investigadores sugieren que las estrategias terapéuticas que permiten o apoyan la descarga de quimioquinas por los monocitos y macrófagos podrían proteger a los linfocitos T al impedir la mutación del VIH de M-trópico a T-trópico. La compañía British Biotech ha desarrollado un análogo derivado de la quimioquina MIP-1a para el tratamiento del cáncer. Un estudio en Londres está inscribiendo 15 personas VIH positivas con números CD4 de 50 a 500 linfocitos por mm3 para recibir el compuesto BB10010. Se iniciarán estudios que empleen otros análogos experimentales en un futuro cercano. La colaboración entre LeukoSite, Inc., de Cambridge, MA y los hospitales Dana Farber y Children's en Boston, junto con la división investigadora de Lambert's de la compañía farmacéutica Parke-Davis, tiene planes de emplear el co-receptor VIH del CCR-5 como base para la investigación y desarrollo de nuevos fármacos antivirales. El desafío consiste en desarrollar versiones modificadas de quimioquinas existentes que resulten capaces de bloquear los co-receptores sin ocasionar la inflamación usualmente inducida por las quimioquinas. El diseño de vacunas Investigadores del campo de las vacunas han expresado esperanza que la identificación de los 2 co-receptores del VIH les ayude a diseñar modelos 25 Patología Molecular II. Quimioquinas animales que permitan el estudio intensivo del curso de la infección humana por el VIH. La falta actual de un modelo animal apropiado es uno de los obstáculos mayores del desarrollo de una vacuna anti VIH. El VIH-1 sólo se reproduce en los chimpancés además de los humanos, pero el chimpancé es una especie en peligro de extinción. La identificación del CCR-5 y CXCR-4 permite el diseño de modelos animales transgénicos (quizás ratones) que pueden ser manipulados genéticamente para reflejar las condiciones corporales necesarias para la infección humana. Se podrían evaluar vacunas potenciales rápidamente en estos modelos antes de proceder al estudio humano, el cual es más caro y complejo. La elucidación de algunas de las correlaciones entre la inmunidad natural al VIH abre varias preguntas importantes para los investigadores y fabricantes de vacunas. Tomando en cuenta que la falta de receptores CCR-5 confiere inmunidad al VIH sin ocasionar consecuencias negativas, algunos investigadores están considerando la posibilidad de desarrollar una vacuna capaz de estimular anticuerpos que eliminan los receptores CCR-5. Tal vacuna requiere un diseño que permita la destrucción selectiva de estos receptores sin necesidad de crear inflamación. Asuntos potenciales que quedan por resolver incluyen la determinación de lo que podría pasar si el acoplamiento de la vacuna al CCR-5 o la destrucción del receptor resultan en la manifestación de más receptores en la superficie celular (sobre-regulación). Durante los primeros meses de 1997, la compañía Immune Response presentó datos que sugieren que su vacuna experimental Remune indujo quimioquinas en 15 participantes de estudios. Remune también produjo un incremento en la producción de interferón gamma, otra quimioquina. Es probable que una estrategia de combinación resulte superior. La combinación de quimioquinas con fármacos antivirales podría prevenir la reproducción del VIH, y potencialmente acelerar el proceso de eliminación de las células latentemente infectadas. 26 Patología Molecular II. Quimioquinas Pero antes de proceder con las vacunas anti co-receptor, queda por investigar la localización exacta de cada parte del VIH que se acopla a un coreceptor. Si existe un componente viral que permanece visible al sistema inmunológico en vez de enredarse dentro de gp 120 antes de acoplarse al coreceptor, se podría desarrollar una vacuna de subunidad que refleje este componente. Conclusión La investigación del campo de las quimioquinas y los receptores está progresando y se están considerando diversos métodos de tratamiento basados en la información actual sobre el proceso patogénico del VIH. Muchas personas quieren saber si tienen uno, dos ó ninguno del gen mutante del CCR-5, la falta del cual parece otorgar inmunidad al virus. Actualmente, sólo los investigadores clínicos tienen acceso a las pruebas diagnósticas de esta anormalidad genética. Los biólogos moleculares están interesados en las funciones celulares y los efectos de las enfermedades infecciosas al nivel celular. Se espera que los avances recientes en la investigación quimioquínica, junto con indicios sobre el mecanismo que ocasiona la apoptosis (muerte celular programada), ayudarán a explicar la patogénesis de la enfermedad VIH en detalle. Sin embargo, no se sabe todavía cómo las quimioquinas producen sus efectos supresores contra el VIH al nivel molecular. Se sabe que tres enfermedades mayores emplean los receptores quimioquínicos. El citomegalovirus (CMV) fabrica una proteína transmembrana (CMV US28) que es parecida al CCR-1 y funciona como un receptor de quimioquina. El parásito de la malaria Plasmodium videx emplea un receptor quimioquínico de los linfocitos rojos. Y el VIH emplea por lo menos 2 receptores durante diferentes etapas de su desarrollo patogénico para poder infectar células continuamente. Estos 3 descubrimientos indican que quizás existen otras enfermedades infecciosas que explotan los receptores quimioquínicos. 27 Patología Molecular II. Quimioquinas Investigaciones recientes han revelado que el herpetovirus responsable por el sarcoma de Kaposi, KHSV, fabrica su propio receptor, el cual podría tener un papel en el proceso que torna este virus en una enfermedad maligna para las personas VIH positivas. En febrero de 1997, Leonardos Arvanitakis y sus colegas de la Universidad Médica de Cornell, reportaron sobre el descubrimiento de GPCR, un receptor de la familia quimioquínica C-X-C. Este receptor se torna activo al ser estimulado por IL-8, una proteína que estimula el crecimiento de nuevas vesículas sanguíneas, y su descubrimiento podría explicar el proceso de vascularización observado durante el SK. El nuevo receptor también representa un blanco potencial para los tratamientos anti SK en desarrollo. En 1996, la revista médica Science anuncio que el campo de investigación más alentador es el campo de investigación sobre el SIDA. Se espera que este año, los avances clínicos e investigadores resulten en nuevos tratamientos para las personas VIH positivas. 28 Patología Molecular II. Quimioquinas 5. LAS QUIMIOQUINAS Y SU RELACIÓN CON OTRAS PATOLOGÍAS Las quimioquinas podrían ser dianas terapéuticas para dolencias como la diabetes tipo I o la artritis reumatoide según un estudio del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) dirigido por el científico Santos Mañes y realizado en colaboración con la Universidad de Padua (Italia). Estos avances abren la vía al desarrollo de nuevos tratamientos para las patologías del sistema inmune. Los receptores de quimioquinas colaboran a nivel molecular con el receptor de linfocitos o TCR para proporcionar todas las señales intracelulares que necesita el linfocito para su total activación. Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el sistema inmunológico actúa destruyendo los tejidos sanos del cuerpo. Este trastorno suele estar asociado a una reactivación de células autorreactivas del sistema inmune que reconocen como extraños los antígenos del propio organismo. Hasta ahora, se pensaba que estas células autorreactivas secretaban quimioquinas, las cuales eran responsables de atraer a más linfocitos sobreactivados a los tejidos. Para el investigador español los resultados indican que, además de esta función, las quimioquinas intervendrían directamente en la sobreactivación de los linfocitos y por lo tanto estarían en el origen de la enfermedad. Ello implica que las quimioquinas podrían ser dianas terapéuticas sumamente efectivas para luchar contra las enfermedades autoinmunes y que se abren nuevas vías en el estudio de enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo I o la artritis reumatoide. El estudio de las quimioquinas y sus receptores en la Artritis Reumatoide se ha centrado fundamentalmente en su expresión y capacidad quimiotáctica sobre las células infiltrantes. Sin embargo, no hay evidencias sobre su posible papel en los mecanismos de destrucción tisular. Recientemente nuestro grupo ha demostrado la presencia de receptores de las quimioquinas funcionantes (CC y CXC) en sinoviocitos tipo fibroblasto (STF). 29 Patología Molecular II. Quimioquinas El objetivo es estudiar los efectos de las quimioquinas en la migración, proliferación y producción de colagenasa, mediados por sus receptores, en STF en cultivo de artritis reumatoide y artrosis. En primer lugar, comprobamos el estado funcional de los receptores en STF marcados con un fluorocromo (FURAred), mediante los cambios en la concentración de calcio intracelular inducidos por quimioquinas, que conducen a la activación del receptor acoplado a proteínas G (activación de PKC sensible a toxina pertussis). SDF-1a, y en menor medida IP-10 y MCP-1, aumentaban significativamente el influjo de calcio intracelular, al igual que el ionóforo de calcio A23187, usado como control positivo. En ensayos de transmigración realizados en cámaras de 2 compartimentos, observamos un aumento significativo de migración inducido por SDF-1ª, IP-10 y MCP-1, comparado con aumentos no significativos inducidos por RANTES, o ningún efecto derivado de MIP-1b y STF no estimulados. Estos incrementos podían inhibirse en presencia de toxina pertussica. La proliferación de STF se cuantificó tras 72 horas de incubación en presencia de quimioquinas. Se observó un incremento de proliferación, dosis dependiente, mediado por SDF-1a, IP-10, Mig y MCP-1. Los anticuerpos antiquimioquinas inhibían este aumento de proliferación. La actividad colagenasa se midió en sobrenadantes de STF cultivados durante 24 h con quimioquinas. Se cuantificaron, mediante un fluorímetro, los cambios en la fluorescencia derivados de la actividad enzimática de las muestras, que digería un sustrato fluoresceínado de gelatina o colágeno. MCP-1, SDF-1a y Mig aumentaron significativamente la actividad colagenasa en sobrenadantes de STF. Los efectos mediados por IP-10 y Mig en STF constituyen la primera descripción del R CXCR3 funcionante en este tipo celular. La inducción de migración, proliferación y actividad colagenasa mediada en STF por varias quimioquinas sugieren una implicación directa de éstas y sus receptores en los mecanismos de daño estructural de la AR. Tanto los científicos como los analistas financieros vaticinan que la mayor parte de los tratamientos farmacológicos que surgirán en el siglo XXI 30 Patología Molecular II. Quimioquinas contra patologías como el cáncer, el sida o la diabetes saldrán de una sóla familia de moléculas, las quimioquinas. Numerosas compañías farmacéuticas ya han desviado parte de sus recursos hacia la investigación de estos compuestos y otras se han creado con el único objetivo de explorar y explotar este terreno. Para hacer aún más prometedoras las perspectivas de estas terapias, un equipo de investigación español acaba de abrir una nueva puerta que con toda seguridad proporcionará más de un fármaco para los mencionados trastornos y otros, como la ateroesclerosis, responsables de un gran número de muertes. Se ha observado que las quimioquinas sirven de puente para que las células tumorales se desplacen y ataquen a otros órganos. De hecho la FDA, la agencia estadounidense que controla los alimentos y los fármacos, acaba de aprobar un medicamento para el tratamiento de cáncer cuyo mecanismo de acción consiste en bloquear la actividad de las mencionadas moléculas. Hasta el momento todas las investigaciones sobre las quimioquinas se habían centrado en buscar agentes químicos que bloquearan el acceso de éstas a los receptores. Sin embargo, el equipo de Carlos Martínez, del Centro Nacional de Biotecnología en Madrid, con la colaboración de Pfizer, se planteó alterar la actividad de las quimioquinas atacando el proceso de dimerización. Mediante diversos experimentos tanto en condiciones de laboratorio como en animales y en células humanas, los autores del trabajo, publicado en la edición on-line de Nature Inmunology, encontraron los puntos exactos de ensamblaje entre los dos receptores durante la dimerización. A continuación, crearon péptidos que bloqueaban los centros de unión dejando a los receptores rígidos en una posición inactiva y como consecuencia las quimioquinas no podían transmitir la información. Se trata de una nueva vía de desarrollo de fármacos para el tratamiento de numerosas patologías como las cardiovasculares, el cáncer, los trastornos autoinmunes e incluso las enfermedades neurodegenerativas, tipo Alzheimer. 31 Patología Molecular II. Quimioquinas 6. BIBLIOGRAFÍA Lehninger Principios de Bioquímica, tercera edición, ed. Omega Internet: http://www.eclac.cl www.granma.cubaweb.cu www.herbogeminis.com/relacion_de_la.html es.wikipedia.org www.portalciencia.net www.infodoctor.org www2.mdanderson.org www.jornada.unam.mx www.scielo.org.ar www.unq.edu.ar www.aaoc.org.ar www.datasalud.com.ar www.e-medicum.com www.entreríos.gov.ar/salud/indice.htm www.fai.unne.edu.ar/biología www.infomed.sld.cu Jutila MA. Function and regulation of leukocyte homing receptors. 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