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Comisionado Residente Pedro Pierluisi Día de los Presidentes Develación de Estatuas de Presidentes Lyndon B. Johnson y Barack Obama 20 de febrero de 2012 San Juan, Puerto Rico Muy buenas tardes a todos. Me uno al saludo protocolar y le agradezco al Presidente del Senado, mi amigo Thomas Rivera Schatz, la invitación a participar en esta actividad. Un saludo especial también para el Secretario de Estado, Kenneth McClintock, quien sé fue instrumental en el desarrollo del Paseo de los Presidentes y lo inauguró cuando presidía el Senado. Un día como hoy celebramos lo que se conoce como el Día de los Presidentes, que originalmente se concibió para honrar al primer presidente estadounidense, George Washington, y luego incluyó también al decimosexto presidente, Abraham Lincoln. La figura del Presidente de los Estados Unidos tiene un significado ilustre para los ciudadanos americanos y en Puerto Rico siempre hemos respetado y admirado a nuestros presidentes. Nueve presidentes han visitado nuestra isla, comenzando con el Presidente Teodoro Roosevelt en 1906. Muchas de estas visitas fueron cortas y algunas no se consideraron visitas oficiales. Sin embargo, de las más memorables tenemos que mencionar la visita del entonces Presidente John F. Kennedy, quien pernoctó en Puerto Rico en Diciembre de 1961. No fue hasta el pasado año que otro presidente visitó Puerto Rico en una visita oficial cuando Barack Obama estuvo aquí en junio de 2011. El Presidente de los Estados Unidos es una figura importante para los puertorriqueños. A pesar de que no podemos elegirlo, como ciudadanos americanos que somos, es nuestro Presidente. En algunas ocasiones hemos tenido presidentes que han tenido estrechas relaciones con nuestra isla y que han sido partícipes de momentos trascendentales en nuestra historia como la Ley Foraker, que organizó nuestro gobierno, la Ley Jones, que nos confirió la ciudadanía americana, el nombramiento del primer puertorriqueño como gobernador, y la aprobación de nuestra Constitución a mediados del siglo pasado, por mencionar sólo algunos. Las relaciones que se establecen entre nuestro gobierno y las administraciones del gobierno federal son cruciales para Puerto Rico pues de ellas depende en gran medida la manera en que nuestra isla es tratada por el Congreso y el Presidente de Estados Unidos. Durante la década de los noventa, bajo la incumbencia del Presidente Clinton, se forjaron estrechas relaciones con el gobierno de Puerto Rico y el entonces gobernador Pedro Rosselló. Esas relaciones continúan todavía, pues el ex–presidente Clinton ha visitado nuestra isla en varias ocasiones y junto a Kenneth McClintock participó de la develación de una de estas estatuas. La presidencia de Barack Obama también se ha caracterizado por una estrecha relación con Puerto Rico. Nos visitó como candidato presidencial, envió un mensaje durante la inauguración de nuestro Gobernador Luis Fortuño, y cumplió su promesa de regresar como Presidente. Más allá de la visita de Obama, sus acciones como el Primer Mandatario de nuestra nación han atendido las necesidades de nuestro pueblo aún con las limitaciones que tiene nuestro estatus político actual. El Presidente Obama ha incluido a Puerto Rico en todas las iniciativas de envergadura de su administración, comenzando con la Ley ARRA que ha significado sobre $7 mil millones en fondos federales adicionales para nuestra isla en momentos de gran necesidad económica. Asimismo, su insigne proyecto de Reforma de Salud se hizo extensivo a nuestra isla y conlleva un aumento que triplica los fondos federales anuales que recibe Puerto Rico para la salud de nuestra gente necesitada, lo cual le ha permitido a nuestro gobierno mejorar la cubierta del programa Mi Salud y aumentar la cantidad de beneficiarios que reciben ese seguro de salud. Durante la gestión del Presidente Obama, los puertorriqueños también han recibido diversos beneficios contributivos para los que normalmente no cualificamos, incluyendo el “American Opportunity Act” que ayuda a nuestras familias y estudiantes a costear la educación universitaria, y así como el “Hire Act” y el “Vow to Hire Heroes Act” que incentivan a nuestras empresas a emplear a personas y veteranos que han estado en las filas del desempleo. La participación de Puerto Rico en muchos programas federales desgraciadamente no es automática. He tenido que luchar arduamente, con la ayuda del Gobernador Fortuño y de líderes locales como el Presidente Rivera Schatz, ante el Congreso y ante la administración del Presidente Obama para obtener un trato justo para los puertorriqueños. Ninguno de los cincuenta estados tiene que pasar por eso, ya que todo programa federal les aplica por derecho propio y no tienen que cabildear su participación como nosotros. Yo aspiro, y todos debemos aspirar, a que como ciudadanos americanos gocemos de todos los beneficios y programas federales que confiera el gobierno de los Estados Unidos. Yo aspiro, y todos debemos aspirar, a que las visitas de los presidentes estadounidenses no sean un acontecimiento cada 20 o 30 o 50 años, si no que cada morador de la Casa Blanca tenga que venir a Puerto Rico a comprometerse con nuestro pueblo, a escuchar nuestras aspiraciones y a buscar nuestro apoyo para ocupar esa silla. Yo aspiro, y todos debemos aspirar, a poder votar por el Presidente y a tener una representación congresional en igualdad de condiciones que los estados de la Unión. Puerto Rico y sus casi cuatro millones de ciudadanos americanos merecemos disfrutar de todos los beneficios y responsabilidades que gozan nuestros conciudadanos de la Nación americana pues merecemos la igualdad. Muchas gracias