Download 9_la locura circular - Revista Contexto Psicológico
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
LA LOCURA CIRCULAR PUBLICADA EN EDICIÓN N° 28 DE CONTEXTO PSICOLOGICO Casi salomónica fue la disputa entre los psiquiatras franceses Falret y Baillarger, por la paternidad de la entidad clínica que abordaré en este capítulo. Pero, antes de entrar de lleno en el asunto, intentaré un breve desarrollo histórico, para ubicarnos mejor en el contexto en que ocurrió dicho debate. Poco tiempo después que el Dr. Andrés Piquer (1711-1772) tratara el padecimiento de Fernando VI, rey de España, y lo diagnosticara como un “afecto melancólico maníaco”, según las enseñanzas de Hipócrates, en la vecina Francia comenzaron a soplar vientos de cambios que culminarían con la abolición de la monarquía y la declaración de la república. En esos días de fervor revolucionario, Philippe Pinel (1745-1826), doctor en medicina, viajó de Montpellier a París, ciudad en la que experimentó las vicisitudes del proceso político en curso, pasando desde la humillante situación de sentirse rechazado por las autoridades médicas del reino, al reconocimiento, tras rodar la cabeza de Luis XVI, con su nombramiento en las enfermerías de Bicetre. Se cuenta que el suicidio de un amigo orientó su práctica hacia lo que comenzaba a delimitarse como el campo de la “alienación” o enfermedad mental. Es por eso que los médicos de los manicomios comenzaron a llamarse “alienistas” y comenzaron a funcionar como especialistas, en tanto portadores de un saber que comenzaba a recortarse con cierta especificidad desde el cuerpo de la medicina general. Philippe Pinel publicó, en 1801, su “Tratado médico-filosófico sobre la alienación mental, o la manía”, obra que, para muchos autores, marcó el comienzo de la psiquiatría. El concepto de “alienación mental” conllevaba la idea de una enfermedad única que, a la mirada del clínico, podía presentar cuatro formas fundamentales: la manía, la melancolía, la demencia y el idiotismo. Jean-Etienne-Dominique Esquirol (1772-1840), discípulo de Pinel, fue de los primeros en cuestionar algunas de las enseñanzas de su maestro, pero un discípulo suyo, Jean Pierre Falret (1794-1870), adoptó una posición mucho más radical, y apostó a una profunda revisión de todo lo escrito hasta el momento, convencido de la necesidad de reformular y renovar la clínica, lo que quedó claramente expresado en su informe “Acerca de la no existencia de la monomanía”, con el que bombardeó uno de los grandes pilares del rústico edificio teórico creado por Pinel. Esta obra tuvo un gran impacto en los jóvenes alienistas en formación, a los que continuó prescribiendo algunas recetas: no detenerse sólo en los síntomas positivos ( alucinaciones, delirios) sino también en los negativos: “lagunas, omisiones, ausencia de manifestaciones”; valorar la palabra de los pacientes y no dejar de monitorear “la marcha de la enfermedad, las diversas fases que atraviesa, las oscilaciones…”, criterio clínico-evolutivo que se convertiría en un marcador diagnóstico fundamental en la nosografía de los grandes psiquiatras por venir. Para Falret “la manía, la melancolía, la monomanía y la demencia, que en la clasificación reinante se consideran como formas diferentes, no representan más que estados sintomáticos provisorios y no reúnen ninguna de las condiciones necesarias para constituir especies verdaderamente naturales”. Con gran trabajo logró disecar algunas de ellas, entre las cuales ubica a la locura circular, cuadro que, se supone, ya describía en sus lecciones clínicas en la Salpetriére (1850/1851). Este dato histórico será fundamental para Falret, a la hora de defenderse en la disputa que mencioné en el párrafo introductorio. ¿Quién era su oponente? Otro discípulo de Esquirol: Jules Baillarger (1809-1890), quien a diferencia de Falret, continuó e intentó completar las enseñanzas de su maestro. Jefe de servicio en la Salpetrière , fundador de la prestigiosa publicación “Annales MédicoPsychologiques” y de la sociedad del mismo nombre. Entre sus aportes a la clínica se lo recuerda, además, por introducir el concepto de automatismo, que, más adelante volvería a ser trabajado magistralmente por Gaetan Gatian de Clérambault. Si bien se puede percibir una batalla subliminal entre un Baillarger más respetuoso de las enseñanzas de Esquirol y un Falret mucho más renovador en sus propuestas, el debate se hizo manifiesto y se abrió a la comunidad científica a partir del 30 de enero de 1854, fecha en la que Jules Baillarger presentó en la Academia de Medicina de París un informe acerca de lo que, provisoriamente, llamó “Locura a doble forma”. Compartiré con ustedes algunos párrafos de esa histórica presentación. Comenzaba diciendo: “No hay otros estados que muestren diferencias más marcadas uno con el otro y contrastes más sorprendentes que la melancolía y la manía. (…) Por lo tanto, en teoría, parecería que dos estados tan opuestos deben ser extraños uno al otro, y que una gran distancia debe separarlos. Sin embargo, esto no es lo que la observación demostró. Efectivamente, vemos en muchos casos, melancolía seguida de manía, y viceversa, como si un lazo secreto uniera esas dos enfermedades. (…) La consecuencia de esta posición es que esos ataques no pertenecen apropiadamente ni a la melancolía ni a la manía, sino que constituyen un tipo especial de alienación mental, caracterizada por la existencia regular de dos períodos: uno de excitación y otro de depresión. (…) Existe un momento en el que se establece un cierto tipo de equilibrio, y el paciente, que ya no muestra signos de delirio, parece estar entrando en la convalecencia. En el caso de un primer ataque, uno puede ser llevado a creer en una cura. He cometido este error dos veces. Apenas los pacientes, que me parecían estar convalecientes, habían dejado el hospicio, se observaban los síntomas de la excitación en ellos. Pronto eran traídos nuevamente, víctimas de la más vívida agitación maníaca. Fracasé en prever el segundo período del ataque. Frecuentemente han ocurrido errores similares. En un caso incluso, a una joven mujer, que se creía curada de un ataque de melancolía, se le permitió abandonar una gran institución, y ya estaba mostrando signos obvios de excitación. (…) Fue traída furiosa nuevamente al asilo. (…) Al unir y comparar los hechos, es claro que cuanto mayor es la profundidad de la depresión melancólica, más violenta es la excitación maníaca. (…) Una mujer pasaba el invierno muda, inmóvil y encogida en un rincón, repentinamente renacía en la primavera y durante el verano. Una locuacidad incontrolable y violentos signos de ninfomanía anunciaban el fin de su inmovilidad y su mutismo. También debo señalar que el elemento principal de diagnóstico para la locura a doble forma es precisamente esta regularidad en la sucesión de períodos. (…) La enfermedad, que usualmente dura varios años, puede así ser comparada con una larga cadena en la cual cada ataque es uno de los eslabones. Esta sucesión continua también se observa para ataques muy breves o muy prolongados; sólo en el primer caso la transición es repentina; en el segundo es lenta y gradual. En estos casos, el paciente, como pude ver, pasa su vida en una alternancia de excitación y depresión, de alegría y tristeza, sin siquiera detenerse en el estado de equilibrio que constituye la salud”. (1) Lo que presentó Baillarger con la claridad y la genialidad de los grandes clínicos, no es demasiado diferente a lo que observaron otros maestros desde la antigüedad (2): manía y melancolía como parte de un mismo proceso. Quizá lo más importante haya sido el hecho de que Baillarger le otorgó un nombre a lo observado, le dio el estatuto de una entidad, le dio un lugar entre los casilleros de una disciplina que, con el tiempo, advendría psiquiatría. Pero la presentación de Baillarger ante la Academia de Medicina no fue sin consecuencias. La primera reacción fue la de Falret, quien, dos semanas más tarde, se presentó ante la Academia de Medicina afirmando haber descripto con el nombre de “locura circular” el mismo cuadro que Baillarger había presentado recientemente con el nombre de “locura a doble forma”, y que lo había hecho antes que él en sus lecciones clínicas de 1850 (Dato tomado de Los fundamentos de la clínica de Paul Bercherie). Henri Ey comenta que en 1851, en una de sus clases en la Salpetrière , al describir “una forma circular de las enfermedades mentales”, Falret decía: “Esta forma consiste, no como frecuentemente se ha dicho, en la alternancia de manía y melancolía, sino en el relevo de la exaltación maníaca, simple sobreactividad de las facultades con suspensión de la inteligencia. Un período de excitación alterna con un período de debilitación comúnmente más prolongado” Según las investigaciones de Ritti, apenas Baillarger leyó su tesina sobre la “locura de doble forma”, Falret hizo publicar un apartado de su curso, que tituló “Sobre la locura circular, forma de enfermedad mental caracterizada por la reproducción sucesiva y regular del estado maníaco, del estado melancólico y de un intervalo lúcido más o menos prolongado. Esta publicación es la que Falret leyó en la Academia de Medicina. Bercherie sostiene que la modificó a último momento, motivo por el que expresa sus dudas respecto de la honestidad intelectual de Falret. Parece ser que la Academia de Medicina no hizo ningún pronunciamiento oficial sobre este pleito. Con el tiempo, ambas denominaciones cayeron en desuso. Tanto Falret como Baillarger tuvieron importantes discípulos que defendieron y continuaron su obra. En los tratados de psiquiatría, con frecuencia se los reconoce como ¿los primeros? en despejar un cuadro clínico que siguió siendo investigado por importantes psiquiatras que los sucedieron, entre ellos el famoso alemán… - no, ese no, el otro – Emil Kraepelin, y su famosa psicosis maníaco-depresiva, tema que intentaré abordar en nuestro próximo encuentro. Hasta entonces. (1) VERTEX. Revista argentina de psiquiatría. Volumen XII- Nº 43. Pag.64. (2) Ver “Sobre La Enfermedad Del Rey Fernando VI”. Melero Rubén. Contexto Psicológico N° 27. Diciembre 2008 BIBLIOGRAFIA - Fundamentos de la Clínica. Historia y estructura del saber psiquiátrico. Paul Bercherie. Manantial. - Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatría. Vidal, Alarcón, Lolas. Editorial Médica Panamericana. - Trastornos Bipolares. Akiskal, Cetkovich- Bakmas, García-Bonetto, Strejilevich, Vazquez. Editorial Médica Panamericana. - Fundamentos de la Psiquiatría actual. Prof. Dr. Francisco Alonso-Fernandez. Editorial Paz Montalvo. - Estudios psiquiátricos. Vol II. Henri Ey. Ed. Polemos. - VERTEX. Revista argentina de psiquiatría. Volumen XII- Nº43.