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TRATAMIENTO INMUNOLOGICO Y
ANTIINFLAMATORIO PARA LA
ARTRITIS REUMATOIDE
Dr. Roberto López Flores FES Iztacala
Dr. Carlos M. Falcón Aldana ANMHC y P MRS
RESUMEN:
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica y degenerativa,
caracterizada por una inflamación crónica de las articulaciones. En la actualidad no
existe cura para la AR, ni medicamentos que puedan revertir las deformaciones
articulares. El desafío principal en el tratamiento de la AR es la búsqueda de fármacos
específicos que inhiban el curso de la enfermedad, los signos clínicos y los daños
histopatológicos en las articulaciones.
En el presente trabajo, proponemos a la
Ciclosporina A como tratamiento alopático y como tratamiento homeopático un
medicamento isopático de suero y sarcodes de cartílago, cápsula articular, tejido
conjuntivo y líquido sinovial, así mismo el Guayacum como medicamento
antiinflamatorio.
INTRODUCCION:
La AR es una enfermedad autoinmune mediada por células T, que se
caracteriza por una inflamación crónica de las articulaciones, que afecta
aproximadamente al 1% de la población mundial. Ésta enfermedad se inicia con la
inflamación de la membrana sinovial que con frecuencia lleva a la destrucción erosiva
del cartílago adyacente y el hueso, lo que provoca la incapacidad física moderada del
80% de los pacientes y una temprana muerte.
En la actualidad no existe cura para la AR, ni medicamentos que puedan revertir las
deformaciones articulares, la terapia empleada consiste fundamentalmente en el
empleo de analgésicos, medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores y
estimulantes. Sin embargo, existen muchos pacientes que no responden a éstos
tratamientos, además de los diversos efectos colaterales que ocasiona su uso.
El avance en el conocimiento de la fisiopatología de la AR y en la biotecnología ha
permitido el surgimiento de una nueva modalidad de tratamiento, la terapia biológica. Su
fin es bloquear de manera selectiva diferentes elementos claves en la patogenia de la
enfermedad. Ante ésta nueva modalidad de tratamiento han surgido expectativas sobre
su efecto en pacientes con ésta afección. El objetivo de éste trabajo es describir las
características e inmunopatogénesis de la AR y revisar las diferentes modalidades de
tratamiento que existen en la actualidad para tratarla. En particular las terapias
biológicas que ya han sido aprobadas para su tratamiento, así como otras que se
encuentran en distintas fases de investigación.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ARTRITIS REUMATOIDE:
Manifestaciones articulares: La AR puede presentarse a cualquier edad, sin
distinción de razas y sexos, pero la incidencia máxima de su inicio ocurre entre los 25 y
55 años de edad, es una enfermedad que causa la inflamación de la membrana sinovial
de muchas articulaciones. Ésta inflamación constituye el síntoma principal de la
enfermedad y es la responsable del dolor, de la hinchazón claramente visible y de la
sensación de rigidez que los pacientes pueden tener por las mañanas. La persistencia
de la inflamación de la membrana sinovial provoca que el hueso se dañe y aparezcan
pequeñas erosiones.
Además la inflamación mantenida ó frecuente de una articulación, puede hacer que
el cartílago que permite el rozamiento suave entre los huesos adelgace y desaparezca.
Las deformidades características resultan de la destrucción del cartílago, de erosiones
óseas y de la inflamación y ruptura de los tendones.
Con el tratamiento se logra controlar la inflamación de la membrana sinovial, pero el
daño ocasionado en el hueso y en los cartílagos es irreparable.
Uno de los problemas más complejos que presenta la AR es la proliferación sinovial
excesiva que provoca cambios en la estructura de ésta membrana e induce a la
formación de un tejido de granulación que se denomina pannus.
La formación del pannus es el elemento
determinante en la aparición de erosiones,
con la consiguiente desorganización del
espacio interarticular y la destrucción de la
articulación, el pannus se comporta de
manera idéntica a un tumor multicéntrico
invasivo, que invade y destruye su entorno
local, por lo que pudiese ser válido ensayar
modalidades terapéuticas del arsenal del
oncólogo para el tratamiento de tumores invasivos. Estas estrategias incluirían la
interferencia en el proceso de angiogénesis para disminuir la irrigación vascular sinovial
y para promover la muerte del tejido hiperplásico, con la consiguiente disminución del
aporte de células inmunocompetentes en la memoria sinovial.
Manifestaciones extraarticulares:
Aunque la localización fundamental de las
lesiones ocasionadas por la AR está en la membrana sinovial de las articulaciones, a
veces pueden ocurrir alteraciones sistémicas. Por ejemplo, es muy común la presencia
de abultamientos (nódulos reumatoides) en zonas como los codos, el dorso de las
manos y los pies. La inflamación y atrofia de las glándulas que secretan las lágrimas, la
saliva, los jugos digestivos ó el flujo vaginal, constituyen manifestaciones
extraarticulares que aparecen como consecuencia de la AR, se agrupan con el nombre
de SX Sjögren. Además puede aparecer inflamación u otro tipo de lesión en algunas
estructuras del organismo. Los pacientes con AR presentan alteraciones en los análisis
de sangre, entre ellas trombocitosis, niveles elevados de la proteína C reactiva y
presencia del factor reumatoide (FR). Este último constituye el único marcador
sexológico para el diagnóstico de la AR.
La basculitis reumatoide (inflamación de los vasos sanguíneos) es una complicación
de la AR, potencialmente mortal; puede provocar ulceraciones en la piel y úlceras
intestinales sangrantes que pueden acarrear hemorragia masiva. También puede
afectar el cerebro, los nervios y el corazón, lo que ocasiona apoplejías, neuropatías
sensoriales (que generan entumecimiento y hormigueo), ataques cardiacos, miocarditis
y pericarditis. Estas dos últimas afecciones pueden generar insuficiencia cardiaca
congestiva, caracterizada por una dificultad respiratoria y acumulación de fluido en el
pulmón. Además, es común que la AR comprometa el pulmón. La fibrosis del tejido
pulmonar conduce a dificultades respiratorias y se ha informado que se presenta en el
20% de los pacientes con AR.
DIAGNOSTICO:
El diagnóstico de la AR se fundamenta en las manifestaciones que
presenta el paciente, los signos que el médico detecta, el examen físico y los exámenes
de laboratorio. Debido a la poca especificidad de los síntomas es difícil diagnosticar la
enfermedad en sus inicios. El Colegio Americano de Reumatología CAR en 1987
estableció los 7 criterios de diagnóstico de la AR:
1.- Artritis de tres o más articulaciones
2.- Artritis bilateral y simétrica
3.- Artritis en las articulaciones de las manos
4.- Rigidez matutina de las articulaciones durante más de 1hr.
5.- Presencia de nódulos reumatoides
6.- FR positivo
7.- Cambios radiológicos típicos
Un paciente puede ser diagnosticado solamente si cumple con 4 o más de los
criterios mencionados anteriormente.
PATOGENESIS:
La patogénesis de
la AR se caracteriza por la acción
concentrada de diferentes tipos de
células
que
desencadenan
la
destrucción progresiva del cartílago
del hueso.
En situaciones normales existe un
equilibrio entre las interleucinas (IL)
inflamatorias, como el TNF α, IL-1,
IL-6, IL-15, IL-16, IL-17, IL-18 y el
interferón gamma (IFN‫ץ‬
), y las
antiinflamatorias como la IL-4, IL-11,
IL-13 y antagonistas de IL-1 ó TNFα.
En la AR, sin embargo, éste
equilibrio se mueve a favor de las
citosinas inflamatorias.
Probablemente el reconocimiento de un antígeno exógeno ó autoantígeno sea el
detonante de una serie de eventos que culminan con la destrucción articular en
pacientes con AR. Éste fenómeno desencadena la activación de los linfocitos TCD4+ lo
que, junto con la estimulación de diferentes citosinas, induce a su diferenciación a
células Th1, con la consecuente liberación de IL-2
e IFN ‫ץ‬
. Muchos investigadores coinciden al afirmar que la inflamación crónica de las
articulaciones es inducida por estas células T activadas que infiltran la membrana
sinovial. La acción de estas citosinas sobre los macrófagos provoca la producción de
cantidades elevadas de TNFαy de IL-1. Estos, a su ves, ejercen funciones en el
ámbito local y sistémico, tales como: regular la expresión de las moléculas de adhesión
en las células endoteliales como LFA-1 (antígeno asociado a la función leucocitaria tipo
1) e ICAM-1 (molécula de adhesión intercelular tipo 1), las cuales favorecen el
reclutamiento de otras células al sitio de la inflamación. Además estimulan los
macrófagos, fibroblastos, condorcitos y osteoclastos a la liberación
de otros
mediadores de la inflamación como la IL-15 y la IL-8. El TNFαy la IL-1 estimulan la
proliferación de la membrana sinovial que da lugar a la formación del pannus, pueden
inducir la diferenciación de linfocitos B a células productoras de anticuerpos, que
potencialmente también participan en la destrucción articular.
Además, inhiben la producción de otras citosinas como la IL-10 e IL-14, producidas por
Th2 y estimulan a los hepatocitos para liberar IL-6. La IL-6, a su vez, favorece la
producción de las proteínas de la fase aguda, las cuales potencian la respuesta inmune.
El óxido nítrico (ON), es sintetizado por una familia de óxido nítrico sintasas y por
cualquier célula. La IL-1, el TNFα y el IFN‫ץ‬aumenta la actividad de las ON sintasas
inducibles y de la ciclooxigenasa-2, lo que ocasiona altos niveles de prostaglandinas y
de ON. El ON tiene efectos catabólicos en la función de los condorcitos en la AR: activa
las metaloproteasas, aumenta la apoptosis y disminuye los niveles del antagonista del
receptor de la IL-1. La familia de las metaloproteasas degrada todos los componentes
de la matriz extracelular del cartílago (MEC), como proteoglicanos y colágeno tipo II
(CII). Estas enzimas han sido estudiadas recientemente con especial atención como
principales contribuidoras de la destrucción articular, observada en pacientes con AR.
Autoantígenos relacionados con la AR:
Para comprender la patogenia de la AR es
importante el conocimiento de los antígenos que pueden originarla. Stefan Blass y
colaboradores agrupan los autoantígenos según los criterios siguientes: antígenos
xenogénicos, autoantígenos expresados fuera de las articulaciones, autoantígenos
expresados de forma omnipresente.
TERAPIA Y TRATAMIENTO:
Por todo lo anteriormente expuesto se propone como
tratamiento inmunológico la Ciclosporina A a dosis terapéuticas bajas y dinamizadas.
Está bien documentado que la CsA (Ciclosporina A) a medida que es un
inmunosupresor, es un fuerte inhibidor de la producción de citosinas. Los efectos
inhibidores son debidos a la capacidad de la CsA de inhibir la transcripción
seguramente de los genes para la producción de citosinas, particularmente IL-2, IL-3,
IL-5, IFN (interferón Gamma)
Algunas de estas citosinas son responsables de la actividad de linfocitos T. La IL-2
es el factor de crecimiento más definido para la célula T. contribuye mucho a la
actividad inmunosupresora de la CsA, incluyendo la inhibición de las clonas de
expansión de las células TCD4 y TCD8. La producción de otras citosinas como el IFN
gamma estimula a las células B y monolitos. No obstante éstas evidencias, la inhibición
de la IL-2 no puede ser la única razón de la inmunosupreción de la CsA pudiendo tal
vez interferir además con receptores de expresión de citosinas lo cual juega también un
papel importante en el modo de acción de la droga.
Últimamente se sabe que la CsA tiene acción sobre los genes que codifican la
producción de IL-2 e IFN gamma, NFIL-2ª. Y NFAT (factor nuclear de células T
activadas) respectivamente, inhibiendo la expresión del RNA mensajero (m RNA) que
transcribe la información para producir dichas citosinas además de suprimir la
activación de dichos genes.
TRATAMIENTO CON UN ISOPATICO DE SUERO:
El
tratamiento
homeopático
sugerido es con un Isopático de suero, ya que, en éste están las citocinas agresoras
como el factor necrótico tumoral alfa y la IL-1, de éstas una vez atenuadas en
preparación homeopática y administrada en el paciente con AR se elaboran anticuerpos
contra los péptidos de las citocinas.
ORGANOTERÁPIA Y SARCODES:
Es un método terapéutico que cura el órgano
enfermo por medio de su homólogo diluido y dinamizado. El órgano sano diluido y
dinamizado actúa sobre su homólogo humano para volver a equilibrar el funcionamiento
alterado. El principio deriva del idéntico y no del similar, dado que su ejecución hace
intervenir mecanismos anatómicos, fisiológicos e inmunológicos muy complejos.
De estos medicamentos sugiero los siguientes:
Cartílago 4CH: Tejido conjuntivo denso, especializado, capaz de soportar una tensión ó
presión considerables. Constituye una parte del esqueleto y recubre las superficies
articulares de los huesos.
Surrenales 4CH: Las glándulas suprarrenales secretan hormonas como el cortosol y
cortisona, importantes en el metabolismo de los CH, agua, músculos, huesos, sistema
nervioso central, aparato digestivo, aparato cardiovascular y sistema hematológico.
Produce antiinflamatorios naturales propios del organismo.
Tejido conjuntivo 4CH: Tejido conectivo, o conjuntivo, en anatomía es el tejido que
sostiene el organismo animal y que conecta sus distintas partes. Se origina en las
células de la capa mesodérmica embrionaria y da lugar a varios tipos de tejido, como el
tejido conectivo laxo, que se infiltra en los órganos dando consistencia al tejido
funcional, y el tejido conectivo denso, que aparece en la sustancia dura de los huesos y
en la dentina. El tejido conectivo se caracteriza por tener gran cantidad de sustancia
fundamental (que está entre las células del tejido) y que puede ser fluida, sólida o
semisólida. El tejido conectivo denso regular, es blanco y da lugar a la mayoría de los
tendones y ligamentos; el tejido conjuntivo elástico, es amarillo y forma estructuras
como los ligamentos amarillos de las vértebras de la columna vertebral y los elementos
elásticos de las paredes arteriales y de la tráquea; también aparece en las cuerdas
vocales. Cumple funciones de amortiguación y sostén. Otros tipos de tejido conectivo
son el tejido cartilaginoso o cartílago, que forma parte de las articulaciones y de las
zonas de crecimiento de los huesos; el tejido adiposo, que recubre los órganos vitales
para amortiguarlos (como los riñones) y sirve también de almacén del exceso de
alimento. El tejido linfático y la sangre, también se relacionan directamente con el tejido
conjuntivo durante el desarrollo embrionario; la neuroglia, el tejido de relleno del sistema
nervioso central, está más relacionada con la piel. Ver Tejido.
Líquido sinovial 4CH: Líquido contenido dentro de las cápsulas sinoviales, bursas y
vainas tendinosas. Líquido lubricante de las articulaciones.
Cápsula articular 4CH: Es una membrana que envuelve los extremos de los huesos
enfrentados en la articulación.
NOSODE:
Medorrhinum 200CH, 1000CH y 10,000CH: Pus blenorrágico. Corresponde a todas
las formas de psicosis y es el gran complementario de Thuja, pero más profundo que
ella y también menos conocido. El enfermo presenta gran fatiga; se agota al menor
esfuerzo. Los dolores son de carácter agudo, casi siempre son de estirón, aveces
punzantes ó constrictivos y se agravan cuando el paciente piensa en ellos. Neuralgias
errantes en la espalda, mejoradas por el tiempo húmedo. Los dolores de espalda son
sumamente frecuentes; pueden presentar diversos aspectos, pero sobre todo una
sensación de magulladura como de quemadura. Los dolores se asientan a lo largo de
la espina dorsal, que a menudo está adolorida en toda su longitud, pero principalmente
a nivel de las vértebras lumbares. Ardor en la nuca y dolor en el sacro y cóccix. Dolores
en los hombros, más especialmente el hombro izquierdo y dolores en los dedos con
deformación articular. Reumatismo crónico en los hombros. Ardor de pies,
principalmente en la planta de los pies. Agitación de los pies y piernas agravada en la
noche y acompañada de dolores. Extrema sensibilidad de los talones (Talalgia). Dolor
claro y frecuente en la cadera izquierda.
GUAIACUM OFFICINALE:
Para contrarrestar el efecto inflamatorio proponemos al Guayacum, entre otras cosas
porque contrarresta los efectos secundarios de la Ciclosporina.
En su acción farmacológica es un diurético salurético y uricosúrico, diaforético. En
uso tópico es un analgésico, antiinflamatorio y rubefaciente.
Indicaciones: Estados en los que se requiere un aumento de la diuresis: afecciones
genitourinarias (cistitis, uretritis, pielonefritis, oliguria, urolitiasis), hiperazotemia,
hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas, sobrepeso acompañado de retención
de líquidos. De uso tópico: inflamaciones osteoarticulares, mialgias, contracturas
musculares.
CONCLUSIÓN:
Por lo anterior escrito e investigado el tratamiento con la CsA (Ciclosporina A) a
medida que es un inmunosupresor, es un fuerte inhibidor de la producción de citosinas
como inmunosupresor. . Los efectos inhibidores son debidos a la capacidad de la CsA
de inhibir la trascripción seguramente de los genes para la producción de citosinas,
particularmente IL-2, IL-3, IL-5, IFN (interferón Gamma) logrando así disminuir el efecto
inmunológico agresor y combinado con el Guayacum para contrarrestar los efectos
colaterales al riñón de la primera y como antiinflamatorio, se obtiene un gran resultado
como tratamiento inmunológico para tratar la AR.
El isopático de suero es una gran opción para lograr los mismos resultados que el
anterior, pero la gran diferencia radica que no se obtienen efectos secundarios y
logramos que las citocinas agresoras como el factor necrótico tumoral alfa y la IL-1, de
éstas una vez atenuadas en preparación homeopática y administrada en el paciente
con AR se elaboren anticuerpos contra los péptidos de las citocinas.
. Y como tratamiento regenerador los sarcodes y organoterápicos son una muy buena
opción. Cómo medicamento del terreno el Medorrinum una opción extraordinaria.
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