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ESTENOSIS URETERAL Y DILATACION NEUMÁTICA 627 monográfico radiología en urología 2 Arch. Esp. Urol., 54, 6 (627-636), 2001 Estenosis ureteral y dilatacion neumática. JORGE MARTÍ MALET, HECTOR LOPEZ LLAURADÓ Y FERNANDO IZQUIERDO DE LA TORRE. Servicio de Radiodiagnóstico. Fundació Puigvert. Barcelona. España. Resumen.- OBJETIVOS: El motivo de este trabajo ha sido valorar la efectividad de la dilatación neumatica como método de tratamiento de la estenosis ureteral intentando relacionar su rango de éxito con la etiología del proceso. MÉTODO: Se han revisado 77 dilataciones ureterales efectuadas en 74 pacientes, la mayor parte correspondieron a secuelas post-quirúrgicas mientras que otras se derivaron de procesos médicos inflamatorios crónicos y evolutivos. RESULTADOS: El estudio diferenció tres posibilidades: a) Evolución favorable. b) Recuperación parcial. c) Fracaso. El resultado global evidenció un 47% de éxitos y los fracasos se cifraron en el 36%. CONCLUSIONES: Aunque el volumen de resultados deficientes no sea despreciable, la dilatación neumática por su escaso poder invasivo, baja morbilidad y corta hopitalización debe ser la primera opción terapéutica frente a la estenosis ureteral. En los casos que el resultado no sea el esperado puede intentarse la re-dilatación o proseguir con cirugía abierta convencional. Palabras clave: Dilatación neumática. Estenosis ureteral. Catéter globo. Summary.- OBJECTIVE: To determine the efficacy of balloon dilatation in the treatment of ureteral strictures and analyze the outcome according to its etiology. METHODS: 77 ureteral dilatations were performed in 74 patients. Most of the strictures were postoperative sequelae and the other cases were due to chronic inflammatory conditions. RESULTS: The overall success rate was 47%, partial improvement was achieved in 17% and the failure rate was 36%. In our series, the postoperative strictures responded slightly better to balloon dilatation than those arising from chronic inflammatory conditions. CONCLUSION: Endourologic techniques based on the percutaneous methods of interventional radiology have reduced the usage of invasive conventional surgery in the treatment of strictures. Although the proportion of unsatisfactory results is not negligible, balloon dilatation should be the first treatment option for ureteral strictures because it is less invasive, carries a low morbidity and requires a shorter hospitalization. If the results are unsatisfactory, re-dilatation can be attempted or conventional open surgery can be performed. Keywords: Balloon dilatation. Ureteral stricture. Balloon catheter. Correspondencia Jorge Martí Malet Servicio de Radiodiagnóstico Fundación Puigvert C/ Cartagena 340-350 08025 Barcelona. España. INTRODUCCIÓN La resolución "ad integrum" de la patología estenótica era y es conflictiva, la cirugía sobre un lecho previamente intervenido tiene ya de antemano 628 J. MARTÍ MALET, H. LOPEZ LLAURADÓ Y F. IZQUIERDO DE LA TORRE dificultades sobreañadidas como el apelmazamiento tisular y severa fibrosis que además de proporcionar intensa dureza en los tejidos circundantes provoca la perdida de planos de clivaje importantísimos para la disección quirúrgica, si además se suman problemas sépticos, rádicos, fistulizaciones.... el listón del éxito se eleva y las posibilidades yatrogénicas parecen hacerse más evidentes. A finales del siglo anterior, se describieron las primeras maniobras endourológicas que pretendían dilatar una estenosis ureteral tuberculosa mediante cateterismos progresivos (Pawlick, 1891), también se realizaron dilataciones para facilitar la expulsión de cálculos (Marion 1910). A mediados del siglo XX, las intervenciones quirúrgicas abiertas eran la mejor alternativa para la resolución de este tipo de patologías. Se efectuaban ureterotomías con colocación de tutores y suturas de distintos tipos. Más tarde apareció la técnica de implante de injerto urotelial libre, con resultados discutibles. Con la eclosión de la endourología moderna el tratamiento de la estenosis ureteral sufrió un importante cambio a partir de los primeros años de la década de los 70. Se desarrollaron las primeras endoureterectomías por vía anterógrada (Whickham y Kellet 1983), posteriormente aparición del ureteroscopio primero rígido (Schuller 1986) y mas tarde flexible (1988) posibilitó el acceso ureteral retrogrado. La técnica para conseguir la reducción estenótica utilizó inicialmente cuchillete frío, más tarde se empleó el asa de Collings para posteriormente recurrir al láser. Fue en 1974 cuando Grüntzig empleó por primera vez el cateter-balón para dilatar una estenosis arterial. Este procedimiento intervencionista vascular fue extrapolado urológicamente por Pingoud en 1980 realizando la primera dilatación de una estenosis ureteral. Ante estas perspectivas, el tratamiento quirúrgico cedió parte de su protagonismo a estas nuevas técnicas endourológicas que apoyadas en métodos percutáneos de radiología intervencionista, conseguían la resolución del proceso estenótico sin el inicial concurso de cirugías convencionales más cruentas (1,2,3). En condiciones adversas, cualquier actuación quirúrgica sobre el uréter, puede provocar tanto en la propia cicatriz como en áreas adyacentes hipovascularizadas, el depósito lento y pertinaz de fibras de colágeno que favorezca la formación de la estenosis (4). La presencia de procesos fistulosos o sépticos en el lecho quirúrgico potencia la alteración de la cicatrización acelerando la pérdida de luz ureteral (5). Otro de los factores inductores de fibrosis es el decúbito ocasionado por tubos de drenaje que contactan directamente con la vía urinaria. En otras ocasiones la estenosis ureteral no se relaciona causa/efecto con la cirugía sinó que su presencia se deriva de procesos inflamatorios crónicos. Siguiendo estos criterios hemos clasificado las estenosis ureterales en dos grandes grupos: a) Estenosis inducidas directamente por técnicas quirúrgicas. b) Estenosis sin cirugía abierta previa. El estudio de revisión demostró que las causas de estenosis más frecuentes en ambos grupos fueron: * Estenosis ureterales post-quirúrgicas: - Estenosis ureteral del riñón trasplantado. - Estenosis de la unión uretero-intestinal. - Estenosis post-ureterolitotomía. - Estenosis post-ureteropieloplastia. - Estenosis post-reimplante ureteral. - Estenosis post-cirugía ginecologica. - Estenosis post-otras cirugías abdominales. * - Estenosis ureterales no quirúrgicas: Tuberculosis. Litiasis. Radioterapia. Síndrome del ostium. Procesos retroperitoneales. MATERIAL Y MÉTODO Nuestra experiencia está basada en el estudio y consideración de 77 dilataciones ureterales efectuadas en 74 pacientes. El periodo de revisión abarca desde 1985 hasta Julio de 1999. Se descartó la estenosis de etiología neoplásica pero se incluyeron los pacientes que intervenidos previamente de procesos oncológicos desarrollaron más tarde una estenosis. También se excluyeron del estudio aquellos pacientes en los que por distintos motivos no se logró la ESTENOSIS URETERAL Y DILATACION NEUMÁTICA perfecta ubicación del globo sobre el área estenótica. Del mismo modo se desecharon aquellas estenosis que por el solapamiento de patologías y terapias fue imposible concretar su auténtica etiología. De las 77 dilataciones, 23 (30%) se realizaron en uréteres de riñones trasplantados, 30 (39%) en uréter izdo y 24 (31%) en uréter dcho. El estudio se centró en estenosis cortas descartándose los tramos estenóticos superiores a 1 cm., aunque se consideraron dentro de la revisión tramos ureterales más largos con pérdida parcial de calibre donde asentaban estenosis bien diferenciables y severas. El periodo de seguimiento de los pacientes es variable y dependiente de la fecha en que se practicó la dilatación oscilando entre 6 meses y 5 años. La mayor parte de las estenosis se localizaron en uréter terminal con un total de 45 casos (58%). Es el tramo ureteral más conflictivo y etiológicamente dispar: Uréter terminal del riñón trasplantado, anastomosis uretero-ileal, tuberculosis y pérdidas de calibre post-reimplantes. Las otras 32 dilataciones (42%) se repartieron aleatoriamente por todo el tramo ureteral. Contraindicaciones de la dilatación neumática ureteral. Además de los inconvenientes que ocasiona cualquier procedimiento guiado con intensificador de imágenes, que de antemano descarta a las pacientes gestantes por la irradiación desprendida, las contraindicaciones más importantes son las derivadas de alteraciones en la coagulación ya sean intrínsecas o 629 extrínsecas (tratamientos con anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios). En el momento de la intervención deben estar tratados y controlados los procesos sépticos asociados no pudiéndose realizar la técnica cuando el paciente no presenta cobertura antibiótica correcta. Aunque el contraste se administre dentro de la vía urinaria con el propósito de localizar el segmento estenótico, es preciso que los enfermos con historia de alergias severas al yodo sigan las pautas protocolizadas desensibilizantes. Cuando la técnica se realice después de una intervención quirúrgica debe existir un mínimo intervalo de tiempo para evitar de este modo yatrogenias no deseadas al trabajar en áreas frágiles con suturas escasamente consolidadas. Del mismo modo antes de iniciar el procedimiento se deben tener presentes las normas generales que precisan todas las técnicas intervencionistas urológicas como la presencia de vía venosa periférica que facilite el acceso terapéutico rápido en caso necesario, control general analítico y tensional haciendo especial hincapié en las pruebas de coagulabilidad y profilaxis antibiótica. El método puede llevarse acabo de tres formas distintas dependiendo de su abordaje: - Anterógrado: Se sustituye una nefrostomía colocada previamente por catéter "cobra" que con ayuda de guía y mediante instrumentación percutanea debe sobrepasar la estenosis, posteriormente se retira el catéter cobra dejándose solo la guía que será el soporte necesario para Fig. 1 (cuatro imágenes): Técnica "anterógrada" de dilatación neumática en unión uretero-vesical de riñón trasplantado. Se vence la severa cintura estenótica y posteriormente se tutoriza mediante doble "J". 630 J. MARTÍ MALET, H. LOPEZ LLAURADÓ Y F. IZQUIERDO DE LA TORRE Fig. 2 (cuatro imágenes): Dilatación "retrógrada" en paciente intervenido de litiasis ureteral que desarrolló intenso anillo estenótico en área de ureterolitotomía. avanzar el catéter de globo hasta su ubicación precisa. (Fig. 1 - a,b,c,d) - Retrógrado: Se asciende guía metálica a través de catéter ureteral introducido anteriormente hasta superar el área estenótica, una vez ubicada la guía de forma holgada por encima de la estenosis se sustituye el catéter ureteral por catéter globo que se ubicara sobre el área problema. (Fig. 2 - a,b,c,d) - Enhebrado: Cuando el trayecto ureteral tiene múltiples acodaduras que transmiten dificultosamente nuestra fuerza de proyección anterógrada o cuando la estenosis es severa e infranqueable al catéter de balón, pero no a la guía que sí ha logrado negociar la estenosis, se ha ideado un método denominado "enhebrado" consistente en intentar mediante la ayuda de un catéter "cobra" de pequeño calibre 5F, extraer la guía metálica por meato ureteral (ayuda endoscópica) o por estoma (manualmente) (6). Esto permite, sin comprometer yatrogénicamente al paciente, tensar la guía para facilitar el desplazamiento trans-estenótico del catéter de balón (7). (Fig. 3 - a,b) ¿Qué abordaje elegir? El denominador común de la estenosis es la uropatía obstructiva y su resolución exige en muchas ocasiones medidas urgentes como la derivación externa por nefrostomía o por cateterismo ureteral, demorando los procedimientos definitivos hasta que la vía urinaria recupere su morfología y función. Por ello, es habitual que en el momento de la dilatación los pacientes acudan con drenaje urinario externo colocado. Las características de este drenaje y la ubicación de la estenosis condicionarán el abordaje adecuado. Cuando la estenosis es alta y complaciente, el abordaje retrógrado es el más simple técnicamente ya que a la facilidad que comporta la instrumentación dentro de conductos naturales se añade la posibilidad de mantener operativa una nefrostomía durante el procedimiento. Si el paciente es portador de nefrostomía, intentaremos el abordaje anterógrado que puede convertirse en "enhebrado" cuando las dificultades técnicas lo exijan. En nuestro estudio se realizaron: Abordajes anterógrados: 16 (21%) Abordajes retrógrados: 27 (35%) Abordajes con enhebrado: 34 (44%) El catéter de balón ha evolucionado notablemente en el transcurso de los años mejorando su calidad y prestaciones, actualmente utilizamos catéteres de 5F, de 40 cm. de longitud, con globos de 2 a 4 cm. y de 7 a 10 mm. de diámetro, que soportan presiones de 15 bar. Aconsejamos la utilización de globos cortos (2 cm.) porqué facilitan la distensión y rotura del anillo estenótico al alcanzar mayor tensión expansiva de pared . El inflado debe repetirse varias veces hasta que no se identifique cintura estenótica en la pared del globo. En términos generales, las estenosis que se distienden fácilmente y con suavidad, se reproducen de igual manera. En cambio, las resistentes que ceden bruscamente a las presiones altas suelen tener buen ESTENOSIS URETERAL Y DILATACION NEUMÁTICA 631 Fig. 3 (dos imágenes): "Enhebrado" contralateral en paciente portador de vejiga ileal con compromiso estenótico de la anastomosis uretero-intestinal. La guía vascular esta sujeta dorsalmente mediante pinza Kocher facilitando el ascenso retrógrado del catéter globo. pronóstico. Una vez concluida la dilatación es aconsejable tutorizar la vía urinaria mediante prótesis de derivación interna doble J que además de impedir la obstrucción, facilitará una cicatrización adecuada faboreciendo el crecimiento del músculo liso. Hoy en día estas prótesis ofrecen distintas posibilidades siendo recomendable utilizar el catéter doble J asimétrico 7F / 14F dejando su extremo más grueso como molde del área dilatada. El tiempo de permanencia de la tutorización no debe sobrepasar las 6 / 8 semanas. Ya que éste es el tiempo que según estudios experimentales (8) tarda la reparación espontánea de la capa muscular ureteral rota por la dilatación forzada. En nuestra revisión osciló ampliamente de 1 semana a 3 meses (Fig. 4). Cuando el resultado no sea convincente puede demorarse su extracción intercambiándolo protocolizadamente durante largo tiempo. Durante los primeros días el paciente puede beneficiarse del soporte ofrecido por una nefrostomía simple de descarga que asegurará el drenaje renal (48 horas). Es obvio recordar que es necesaria una cobertura antibiótica eficaz y control básico de constantes durante las primeras horas. DISCUSIÓN Y RESULTADOS Con el fin de controlar acertadamente la bondad del método se decidió confeccionar una clasificación que valorando información clínica e iconográfica pudiera diferenciar tres grupos distintos según su resultado evolutivo: Evolución favorable: Desaparición o notable disminución de la ectasia. Desaparición de la sintomatología. 632 J. MARTÍ MALET, H. LOPEZ LLAURADÓ Y F. IZQUIERDO DE LA TORRE Tendencia a la recuperación analítica (monorrenos y trasplantes). Desaparición o franca disminución del anillo estenótico. No se precisaron otras terapéuticas correctivas. Recuperación parcial: Mantiene la ectasia, (igual o ligeramente menor que en fase previa a la dilatación neumática). No existe agudización clínica, (ligera mejoría o estabilización). No existe empeoramiento analítico, (tampoco franca tendencia a la normalización). El área estenótica se mantiene o disminuye ligeramente. Pueden perpetuarse las técnicas de apoyo, (doble J). Fracaso: Empeoramiento analítico y/o clínico. Estenosis persistente y/o progresiva pérdida de la luz. Precisó nueva dilatación y/o procedimientos quirúrgicos posteriores. La mayor dificultad técnica que se observó en la dilatación del riñón trasplantado fue la de alcanzar el área estenótica con el catéter balón por las severas acodaduras ureterales comunes en este tipo de riñones, que limitan la transmisión percutánea de movimientos. Este problema se intentó subsanar mediante el método del "enhebrado". El seguimiento de estos pacientes ha demostrado que los éxitos (48%) han sido superponibles a los fracasos y en un solo caso el beneficio de la técnica sólo se constató como parcial. Las pruebas analíticas de funcionalismo renal y la ecografía fueron los parámetros principales de valoración evolutiva. El tratamiento por dilatación neumática de la estenosis uretero-ileal tiene una connotación morfológica Los controles utilizados para dictaminar la evolución de la estenosis una vez dilatada fueron: a) Iconográficos: Ecografía. Pielografías ascendentes y descendentes. Urografía intravenosa. b) Analíticos: Parámetros de actividad renal fundamentalmente en pacientes trasplantados y monorrenos. Estenosis de etiología post-quirúrgica (Tabla I) Estenosis sin cirugía previa (Tabla II) Como queda reflejado en las tablas, las complicaciones estenóticas post-quirúrgicas fueron claramente superiores en número a las de etiología médica. Dentro de este primer grupo las estenosis ureterales en el riñón trasplantado (9, 10, 11, 12) y los compromisos de calibre en las anastomosis uretero- intestinales de las cirugías derivativas o de ampliación (13, 14) fueron las más frecuentes. En el riñón trasplantado, las estenosis aparecieron a nivel de la anastomosis uretero-vesical en el 91% de los casos. Están provocadas por reacciones anómalas de la sutura, la hipovascularización del tramo ureteral distal y la potencial aparición de reacciones inmunológicas. Fig. 4 (una imagen): Prótesis doble "J" asimetrica 7/14 ubicada como tutor ureteral en paciente sometido a dilatación neumática por secuela estenótica post-reimplante. ESTENOSIS URETERAL Y DILATACION NEUMÁTICA especial consistente en la vecindad anastomótica de ambos uréteres. Este hecho puede provocar por reacción traumática adyacente la aparición o el empeoramiento de la uropatía obstructiva de un lado después de intentar la dilatación del contralateral. También estos casos se benefician de las técnicas de 633 "enhebrado" ya que posibilitan la dilatación retrógrada dejando al finalizar un tutor "pig-tail" 12 Fr. que drenará a la bolsa de urostomía. (Fig. 5 - a,b,c,d,e) El seguimiento de estos pacientes muestra un número discretamente menor de evoluciones favorables (37%) que de fracasos (42%), aunque en este grupo Fig. 5 (cinco imágenes): Dilatación neumática por"enhebrado" homolateral de la unión uretero-intestinal en paciente portador de vejiga ileal con evolución estenótica de su anastomosis y control a los 3 meses mediante urografía. TABLA I: ESTENOSIS DE ETIOLOGÍA POST-QUIRÚRGICA Etiología Total pac. Total dilat. Evol. favorable Recup. parcial Fracasos Observaciones Trasplante renal. 20 23 11 - (48%) 1 - (4%) 11- (48%) 3 casos re-dilatados 21 u. terminal 2 ostium Anastomosis uretero-ileal. 19 19 7 - (37%) 4 - (21%) 8 - (42%) Ureterolitotomía. 7 7 5 – (71%) 2 – (29%) 0 Ureteropielo plastia. 3 3 1 – (33%) 0 2 – (67%) Reimplante ureteral 3 3 1 – (33%) 1 – (33%) 1 – (33%) Post cirugía ginecológica 6 6 5 – (83%) 1 – (17%) 0 Post otras cirugías abdominales 4 4 3 – (75%) 1 – (25%) 0 2- u. Lumbar 4- u. Sacro 1- u. Pelviano Neo recto (amput.ap) Vascular (by-pass) Retroperitoneal (fascitis) 634 J. MARTÍ MALET, H. LOPEZ LLAURADÓ Y F. IZQUIERDO DE LA TORRE TABLA II: ESTENOSIS SIN CIRUGÍA PREVIA Etiología Total pac. Total dilat. Evol. favorable Recup. parcial Fracasos Tuberculosis 3 3 2 - (67%) 0 1- (33%) Litiasis 5 5 2 - (40%) 1 - (20%) 2 - (40%) Radioterapia 2 2 0 0 2 - (100%) Estenosis de Ostium 1 1 0 1 - (100%) 0 Imposibilidad quirúrgica Retroperitoneal 1 1 0 1 – (100%) 0 A.A. compresivo encontramos un mayor contingente de recuperaciones parciales (21%) que sin empeorar, no resuelven sus problemas obstructivos (15). La cirugía litiásica precisa de pequeñas suturas en la pared urotelial que potencialmente pueden provocar estenosis, en estos casos, al mantenerse indemne la vascularización del área quirúrgica será sólo la reacción fibrótica e inflamatoria posterior la causa de la pérdida de calibre. Este factor se constata en seguimiento evolutivo de estos enfermos ya que la proporción de éxitos se elevó al (71%) y los restantes (29%) si bien no solucionaron totalmente su problema no evolucionaron negativamente (16). Dependiendo de la localización estenótica, la técnica está abierta a cualquier tipo de abordaje. Recomendamos la vía retrógrada en las afectaciones del tramo ureteral lumbar, y anterógradas para estenosis de área sacra y pelviana. El tratamiento de la estenosis congénita de ostium se apoya firmemente en la cirugía abierta, pero cuando los controles posteriores a la ureteropieloplastia revelan la persistencia o empeoramiento del problema obstructivo puede plantearse antes de una nueva intervención quirúrgica la posibilidad de practicar la dilatación neumática del ostium. Sólo 3 pacientes se trataron con esta técnica y los resultados obtenidos fueron mediocres. Es probable que el tejido del área ostial residual sea poco agradecido al procedimiento aunque el escaso numero de pacientes efectuados hace arriesgado enjuiciar su uti- Observaciones 4 post-múltiples LEOC en misma área lidad en estos casos. El abordaje debe ser retrógrado ya que es muy difícil canalizar un ostium insuficiente por vía anterógrada. La aparición de la estenosis ureteral en la cirugía del reimplante comparte etiología con las estenosis del uréter terminal en el riñón trasplantado, sin las complicaciones inmunológicas propias del injerto. A pesar de esta puntual diferenciación, los resultados obtenidos fueron superponibles. La vía anterógrada o la técnica del enhebrado fueron los abordajes más utilizados. Fue alentador descubrir la positiva respuesta a la dilatación neumática que manifestaron los pacientes con estenosis provocadas por intervenciones abdominales, preferentemente ginecológicas, donde la tasa de éxitos (80%) fue claramente superior a las recuperaciones parciales (20%) y no se filiaron fracasos. Por ello creemos que los compromisos ureterales secundarios a puntos de sutura adyacentes o bridas postquirúrgicas tienden a solucionarse adecuadamente con este método, siempre y cuando no se constate el englobamiento ureteral total por ligadura asfixiante, que imposibilite el paso de guías y, en consecuencia impida el desarrollo del procedimiento. Las estenosis derivadas de procesos inflamatorios crónicos sin relación con cirugía abierta fueron menos frecuentes y los resultados constatados ligeramente peores que en el grupo post-quirúrgico. Se trataron 3 estenosis de uréter terminal en pacien- ESTENOSIS URETERAL Y DILATACION NEUMÁTICA tes con tuberculosis urinaria evolucionada observándose seguimientos parcialmente favorables. El cálculo enclavado durante largo tiempo provoca una reacción inflamatoria crónica sobre la mucosa adyacente que además de dificultar su desplazamiento distal puede comportar posteriormente problemas estenóticos por engrosamiento de la pared ureteral. Si se añaden sucesivas sesiones de litotricia sobre cálculos resistentes o maniobras endoscópicas poco afortunadas se incrementarán las posibilidades de formación estenótica por la reacción tisular de colagenosis local. Se dilataron 5 pacientes con problemas estenoticos derivados de patología litiásica y los resultados obtenidos no superaron el 50% de éxitos. La radioterapia crea sobre la zona tratada una gran reacción inflamatoria que evoluciona en fases tardías de forma pertinaz con severas alteraciones fibroestenóticas. El segmento ureteral que atraviesa el área problema queda habitualmente afectado y la estenosis aparece con prontitud. Los resultados del procedimiento fueron malos intentándose sin éxito en 2 pacientes. La estenosis del ostium es una alteración congénita que para su corrección dispone de técnicas quirúrgicas que gozan de buenos resultados pero en algún caso singular con condicionantes especiales pueden intentarse otros procedimientos menos cruentos (17,18,19,20). Nuestra revisión solo incluye un paciente tratado con dilatación neumática y su evolución fue parcialmente exitosa. Debemos recordar la existencia de procesos retroperitoneales capaces de afectar la luz ureteral por infiltración directa o por compresión persistente provocando reacciones inflamatorias locales que favorecen aparición de estenosis (ej. aneurisma de aorta en íntimo contacto con uréter). En nuestra revisión se constató 1 caso y su recuperación fue parcial. Si globalizamos las evoluciones de cada grupo por separado, nuestros resultados fueron: ESTENOSIS POST-QUIRÚRGICAS Evolución Favorable Recuper. Parcial Fracaso 32 10 23 49% 15% 36% 635 ESTENOSIS SIN CIRUGÍA PREVIA Evolución Favorable Recuper. Parcial Fracaso 4 3 5 33% 25% 42% Evolución Favorable Recuper. Parcial Fracaso 36 13 28 47% 17% 36% TOTAL GLOBAL Complicaciones: La acción del globo desgarrando el anillo estenótico producirá hematuria reactiva que en principio no debe ser preocupante. Si el sangrado fuera abundante o muy duradero deben adoptarse medidas correctoras. En ocasiones la hemorragia se produce en el área adyacente a la vía urinaria formándose un hematoma y su importancia dependerá del calibre y tipo de lesión del vaso afecto. Las dilataciones neumáticas con calibres excesivos o la intervención mediante este procedimiento sobre una zona quirúrgicamente tierna pueden producir complicaciones traumáticas como efracciones de mucosa, disecciones más o menos importantes o incluso rotura y desinserción ureteral. Cuando esto sucede no es extraño observar urinomas satélites moderados o voluminosos, que pueden transformarse en colecciones sépticas locales si las condiciones del medio les son propicias. La aparición de procesos infecciosos generalizados (bacteriemias) en el transcurso del post-operatorio inmediato debe alertarnos sobre la posible instauración de complicaciones sépticas más severas. CONCLUSIONES - La aparición de estenosis benigna en la patología urológica es una complicación frecuente, su incidencia y desarrollo es multifactorial. 636 J. MARTÍ MALET, H. LOPEZ LLAURADÓ Y F. IZQUIERDO DE LA TORRE - La dilatación neumática ureteral es una técnica poco invasiva, de baja morbilidad y con tiempo de hospitalización corto que en manos experimentadas resuelve un buen número de casos, por ello hoy en día debe considerarse como la primera opción terapéutica frente a la estenosis ureteral benigna. - La técnica del "enhebrado" posibilita la dilatación de casos complejos, especialmente se utiliza para vencer estenosis estrechas sumidas en uréteres con múltiples acodaduras. - Si reaparece la estenosis puede intentarse su redilatación aunque en estos casos los resultados son menos alentadores. - El fracaso de la dilatación neumática ureteral no impide el paso a técnicas quirúrgicas abiertas más cruentas y resolutivas. - Otras publicaciones muestran resultados muy variables con porcentajes de éxitos que oscilan entre el 84% y el 48%. En nuestra revisión los éxitos se cifraron en el 47% y las recuperaciones parciales en el 17% lo cual comporta un 64% de evoluciones positivas. - En nuestro estudio, las estenosis de origen postquirúrgico respondieron ligeramente mejor a la dilatación neumática que las derivadas de procesos médicos inflamatorios y crónicos. - La valoración de resultados requiere de un seguimiento mínimo de 3 semanas ya que éste es el tiempo que precisa la re-estenosis para instaurarse de nuevo. BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS RECOMENDADAS (*lectura de interés y **lectura fundamental) **1. JIMENEZ CRUZ, J.F.; BORONAT, F.; GONZALEZ MARÍN, M. y cols.: "Endourología del tramo urinario superior." Cap. XII Ponencia AEU. Pamplona 1986. **2. GONZALEZ MARTÍN, M.; CHANTADA, V.; GARCÍA BUITRÓN, J.M. y cols "Estenosis ureteral. Tratamiento endourologico, (dilatación). Experiencia en 43 casos." Arch. Esp. Urol., 44: 563, 1991. *3. 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