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Jornada FACME Gestión Clínica: Los médicos y la Gestión Clínica
LOS PROFESIONALES SANITARIOS DEBEN PARTICIPAR EN
EL DESARROLLO DE LOS MODELOS DE GESTIÓN CLÍNICA Y
LIDERAR SU EJECUCIÓN TÉCNICA

El objetivo último de la “Gestión Clínica” es combinar eficiencia y calidad
asistencial para ofrecer a los ciudadanos la mejor atención sanitaria.

FACME desarrollará herramientas de formación e investigación en gestión y
generará estudios y registros que permitan el progreso del conocimiento en
esta área.

La Gestión Clínica ofrecerá valor en salud de manera eficiente, excelente,
responsable y evaluable organizándose por procesos.
Madrid, 10 de junio de 2014.- La Federación de Asociaciones Científico Médicas
Españolas (FACME) defiende desde hace tiempo que los médicos tienen algo que
decir a la hora de organizar los recursos disponibles y no solo ocuparse de lo que
atañe de forma directa a sus competencias asistenciales.
Tal y como se ha puesto de manifiesto durante la Jornada FACME Los médicos y la
Gestión Clínica, la gestión clínica pretende combinar eficiencia y calidad asistencial
para ofrecer a los ciudadanos la mejor atención sanitaria. Este cambio de modelo
implica a políticos, directivos y profesionales de la sanidad. Pero, en opinión del
doctor Carlos Macaya, presidente de FACME “estos últimos deben participar en el
desarrollo de los modelos de gestión clínica y ser los actores principales de la
ejecución técnica del proceso. Por eso, desde la Federación estableceremos un
sistema que facilite su participación en la mejora sistemática de la eficiencia mediante
el desarrollo de prácticas de gestión adecuadas”.
La toma de decisiones en práctica clínica exige deliberar teniendo en cuenta hechos,
valores y costes. “Los clínicos manejamos bien los hechos, es la medicina basada en
la evidencia, y estamos entrenados para ejecutar adecuadamente los procedimientos
técnicos. En cuanto a los valores, son indispensables cuando se ejerce la práctica
médica en estricto beneficio del paciente. Pero cuando el médico se enfrenta al reto de
ofrecer la mejor atención sanitaria posible necesita equilibrarla con los costes”, detalla
el presidente. “Este es el concepto de eficiencia y así alcanzar el objetivo deseado de
calidad de manera eficiente permitirá redirigir los recursos a nuevos objetivos de
salud”, añade.
Papel de las sociedades científicas
Las sociedades científicas en cada ámbito específico y FACME como agrupación de
las mismas, deben contribuir al establecimiento de criterios y estándares para la
evaluación del funcionamiento y coste eficacia de las Unidades. “Estos criterios deben
estar presentes cuando cada Unidad de Gestión Clínica establezca el alcance
concreto de sus acuerdos o contratos. Es decir, las Unidades deben pactar los
objetivos de calidad y los costes a evaluar”, apunta el doctor Fernando Carballo,
vicepresidente de FACME.
En esta misma línea los instrumentos de evaluación y cumplimiento también deben ser
específicos y acordados en cada institución pero en un marco general sujeto a criterios
validados, validables, objetivos y comparables. “Debe tenerse en cuenta el equilibrio
entre calidad y costes y no dejarse llevar por oportunismos o ideas cortoplacistas
basadas en el simple ahorro”, explica el experto. Es necesario desarrollar
herramientas de formación e investigación en gestión, y generar estudios y registros
que permitan el progreso del conocimiento en esta área.
Las sociedades científicas representan la fuerza profesional en todo lo que se refiere a
la garantía de calidad científica y técnica y, por tanto, son el eje de conocimiento
necesario para la atención sanitaria. “Pueden y deben compartir su saber transversal
con otras instituciones de la administración sanitaria, comunidades autónomas,
profesionales de perfil colegial o sindical y directivos sanitarios, pero el conocimiento
específico para las decisiones clínicas y sanitarias en procesos de salud les es propio”,
recuerda el doctor Carlos Macaya. “Por tanto, les corresponde aportar los mapas de
conocimientos, cartera de servicios y perfiles competenciales. Y, acorde con esto,
establecer las pautas de desarrollo profesional en esa parte específica al menos, así
como las de acreditación y adecuación de los profesionales y especialistas a las
Unidades donde estos ejercen. La administración sanitaria debe reconocer e
incorporar esto a la regulación”, demanda el presidente de la Federación.
La revolución necesaria
La gestión clínica favorecerá la necesaria revolución racional y operativa que necesita
el Sistema Nacional de Salud. Este nuevo modelo está verdaderamente basado en el
individuo que necesita atención sanitaria. La idea es ofrecer valor en salud de manera
eficiente, excelente, responsable, y evaluable, y gestionar por procesos como si de
una empresa se tratase. Tal y como describe el doctor Antonio Zapatero, tesorero de
FACME, “supondrá una mejor asistencia centrada en el paciente, más eficiente, con
un ahorro notable de recursos, mejor adherencia y conciliación de la medicación,
ahorro de visitas a Urgencias, ingresos más cortos, etcétera”.
Desde su experiencia en la gestión del paciente crónico pluripatológico, la Sociedad
Española de Medicina Interna (SEMI), de la que el doctor Zapatero forma parte, ha
observado las ventajas de poner en marcha la continuidad asistencial en coordinación
con Atención Primaria y reconocer el papel de la enfermería. Esta es la línea
estratégica en la que se basa el desarrollo de su modelo que está impulsando un
grupo de trabajo que recibe formación necesaria en este campo.
En el caso de la Atención Primaria, la doctora Ana Pastor, secretaria de FACME y
miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC),
ha subrayado durante la Jornada que “es prioritario sensibilizar y concienciar a toda la
organización sanitaria sobre el valor de los recursos que nos permiten continuar
prestando una atención basada en criterios de calidad y mejora permanente".
Las características de la Atención Primaria -puerta de entrada al sistema sanitario y
donde se resuelven el 90% de los problemas de salud de la población-, hacen que la
implantación de modelos de Gestión Clínica tenga garantías de viabilidad y sea un
proyecto a largo plazo. “La gestión clínica no debe suponer una ruptura del modelo
sanitario de gestión pública porque las instituciones y organizaciones que la realizan
no tendrán ánimo de lucro. El nuevo sistema, donde la continuidad asistencial y la
atención integral son lo fundamental, será autónomo en la toma de decisiones clínicas
y de gestión, para incrementar la calidad y la eficiencia”, cuenta la doctora.
Existen unos requisitos mínimos para el grupo de profesionales, centro de salud o
zona básica de salud, que deben cumplirse para que la implantación sea óptima. “Más
allá de la voluntariedad, la transparencia, el acceso a pruebas complementarias, los
objetivos pactados y la evaluación por resultados, debe trabajarse en base a procesos
asistenciales integrados, estableciendo nuevas formas de relación con áreas
funcionales multidisciplinares y contar con un equipo directivo con un perfil
profesional”, revela Ana Pastor. “Por último, los profesionales deben formarse en
gestión, participar en la evaluación de los resultados y trabajar mediante un sistema de
incentivos de tipo económico, formativo, investigador y curricular con una evaluación
continua”, concluye la secretaria de la Federación.
El reto de FACME
FACME se ha ʹreconstruidoʹ para responder al reto en el que están inmersos todos y
cada uno de los profesionales sanitarios, así como todas y cada una de las sociedades
científicas que representan la buena investigación, la buena formación y la buena
práctica clínica en cada una de las especialidades.
“Nos hemos dado cuenta de que no basta con ser coherentes en el día a día y cada
uno en su ámbito, sino que necesitamos una voz unida para defender los valores de
nuestro modelo de atención sanitaria basado en la calidad y la profesionalidad”, revela
el doctor Macaya. “FACME representa verdaderamente los intereses sociales, de los
pacientes y de los profesionales en el sentido de que orienta la voz y la acción hacia
una sanidad eficiente pero al tiempo excelente”, defiende el presidente.
“Apoyamos al Foro de la Profesión Médica porque es la forma de definir
adecuadamente marcos y políticas de actuación, pero a la hora concreta de ejecutar
las acciones en gestión clínica, la Federación debe ser el motor principal, aunque no el
único. No es posible seguir asumiendo modelos ʹdirigistasʹ de gestión en los que los
profesionales son únicamente receptores de instrucciones”, concluye el doctor
Fernando Carballo.
Las líneas que está desarrollando la actual Junta Directiva de FACME en relación con
la gestión clínica son:
1.
Difundir su conocimiento.
2.
Incentivar el desarrollo de unidades de gestión clínica con la mayor autonomía
posible y, para ello, trabajar con el Ministerio de Sanidad en el seno del Foro de la
Profesión Médica para establecer un marco regulatorio que posibilite el desarrollo de
experiencias de gestión con los conceptos que se han expuesto anteriormente.
3.
Promover la formación de profesionales en gestión clínica.
4.
Estimular la investigación en resultados de los servicios de salud.
5.
Colaborar con la Administración en diferentes ámbitos relacionados con el
desarrollo de la gestión clínica:
a.
definición de requisitos y estándares para la mejora de la seguridad y
eficiencia en la atención sanitaria.
b.
definición de indicadores de calidad y resultados en salud para la
publicación de los mismos.
c.
establecimiento de indicadores para la evaluación de resultados en los
contratos de gestión.
*Para más información PLANNER Media 91 787 03 00 / 639 33 82 15
Laura Castellanos [email protected]