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Revista Neurológica Argentina - Volumen 1 - Nº 1, 2009 56 DESTACADOS DE LA LITERATURA Neurología Argentina 2009; 1: 56-60 A POTENTIAL ROLE FOR B-CELL ACTIVATING FACTOR IN THE PATHOGENESIS OF AUTOIMMUNE MYASTHENIA GRAVIS Ragheb S, PhD; Lisak R, MD; Lewis R, MD; Van Stavern G, MD; Gonzales F, BS; Simon K, BS. Arch Neurol. 2008;65 (10):1358-1362 Resumen: Estudio caso-control en el que se compararon niveles sericos de Factor activador de células B (BAFF) en pacientes con diagnostico de miastenia gravis con sujetos controles. Las células dendríticas y otras células mieloides tímicas producen y secretan BAFF (un potente factor de supervivencia y diferenciación de linfocitos B), pero su rol en la patogénesis de MG autoinmune aun no ha sido intensamente investigada. En este estudio se determinaron los niveles sericos de BAFF de 43 pacientes con MG y de 48 controles sanos, 3 pacientes con ELA y 25 con esclerosis múltiple. Los niveles de esta sustancia fueron significativamente mayores en los pacientes con MG que en los otros 3 grupos. Los resultados fueron negativos al correlacionar estos valores con los niveles de inmunoglobulinas séricas, así como tampoco con la severidad y extensión de la enfermedad en los pacientes miasténicos. Comentario: Niveles séricos elevados de BAFF han sido deteminados en algunas enfermedades autoinmunes como LES, artritis reumatoidea, enfermedad de Sjoegren y granulomatosis de Wegener. En miastenia gravis un estudio de YC Choi y col recientemente publicado comparo niveles séricos de BAFF en esta población con controles sanos evidenciando un aumento esrtadisticamente significativo en pacientes miastenicos, un dato no reproducido en estudios anteriores (Thangarajh y col). El presente trabajo no mostró relación entre estos niveles y los de inmunoglobulinas séricas, sin embargo estudios previos proponen mayores niveles de BAFF en pacientes con anticuerpos contra el receptor de acetilcolina (ACRA) aunque sin significancia estadística. Una desregulación entre BAFF y su receptor en MG permitiría la sobrevida y maduración de los linfocitos B autorreactivos, proponiendo una atractiva teoría sobre los aspectos fisiopatologicos de esta entidad. Mayor evidencia en este sentido, abriria camino hacia nuevas posibilidades terapéuticas dirigidas hacia este blanco. Realizado por: Florencia Aguirre. Residencia de Neurología. División Neurología. Hospital Ramos Mejía. INFLUENCE OF CRITICAL ILLNESS ON AXONAL LOSS IN GUILLAIN-BARRE SYNDROME Doreen HO, MD; Kiran Thakur,BS; Kenneth Gorson,MD; Allan Ropper,MD. Muscle Nerve 39:10-15.2009 Resumen: Estudio retrospectivo que evalúa la transición electrofisiología a perdida axonal en pacientes con síndrome de Guillain-Barre (SGB) con un EMG desmielinizante y determina su relación con el desarrollo de neuropatía del paciente critico (NPC) analizando complicaciones sistémicas propias de la internación prolongada en UCI. Se seleccionaron 41 pacientes con SGB desmielinizante admitidos en UCI a los que se repitió un segundo estudio electrofisiológico al menos dos semanas luego del inicial. Estos pacientes fueron evaluados clínicamente desde el punto de vista neurológico con score de fuerza muscular (MRC) y de discapacidad funcional (Hughes) y desde el punto de vista de su enfermedad critica con Critical Illness (CI) score derivado del APACHE II y SOFA score ( sepsis-related organ failure). Los pacientes seleccionaron fueron divididos en EMG-A ( axonal):28 pacientes y EMG-D (desmielinizante):13 pacientes según los hallazgos del EMG de seguimiento y ,estos a su vez fueron comparados con 16 pacientes en quienes un segundo estudio no fue realizado. Estos últimos tenían una neuropatía menos severa de acuerdo a la mejor puntuación de los scores utilizados, con una menor frecuencia de soporte ventilatorio. El análisis comparativo entre EMG-A y EMG-D evidencio una mayor debilidad y discapacidad funcional al ingreso, nadir y externacion en los pacientes con un segundo EMG axonal. El store CI y la frecuencia de sepsis fueren similares en ambos grupos. En relación a la ventilación mecánica si bien la proporción de este requerimiento fue similar en ambos grupos, en los pacientes EMG-A esta fue de mayor duración. Comentario: Este trabajo no encuentra relación entre parámetros de severidad de enfermedad crítica y desarrollo de perdida axonal. De esta manera los factores que predisponen el desarrollo de NPC no estarían asociados al daño axonal en los pacientes con SGB en cuidados críticos. Sin embargo, el hecho de que los pacientes EMG-A permanecieron mas tiempo en asistencia ventilatoria y con mas días de internación en UCI implica que podría haber otros factores vinculados a esta condición no valorados, tal vez algunos otros factores de ries- DESTACADOS DE LA LITERATURA go para el desarrollo de NPC previamente descriptos, como estado hiperosmolar, alimentación parenteral y algunos fármacos como aminoglucosidos o bloqueantes neuromusculares .Por otro lado, señalan los autores que en el caso de los pacientes estudiados, los score CI eran relativamente bajos, inferiores a los observados en los pacientes que desarrollan NPC, indicando un menor compromiso sistémico de los mismos. Si bien tiene las limitaciones propias de un estudio retrospectivo, es interesante que la evolución de un numero no despreciable de pacientes con SGB en estado critico a perdida axonal secundario no tiene clara relación con su condición clínica lo que parece discriminar estos cuadros de la asociación con NPC frecuentemente sospechada en estas situaciones. Realizado por: Florencia Aguirre. Residencia de Neurología. División Neurología. Hospital Ramos Mejía. ANTICOAGULATION AFTER CARDIOEMBOLIC STROKE TO BRIDGE OR NOT TO BRIDGE? Hen Hallevi, MD; Karen C. Albright, DO, MPH; Sheryl Martin-Schild, MD, PhD; Andrew D. Barreto, MD; Sean I. Savitz, MD; Miguel A. Escobar, MD; Nicole R. Gonzales, MD; Elizabeth A. Noser, MD; Kachi Illoh, MD; James C. Grotta, MD Arch Neurol. 2008; 65 (9):1169-1173 Resumen: El stroke cardioembólico abarca el 20% de los strokes, y la anticoagulación a largo plazo se acepta como un medio eficaz de prevención del mismo, cuando y como iniciarla no esta bien definido. Años atrás se creía que el riesgo de embolia recurrente era del 10 al 20% dentro de las primeras 2 semanas del evento. Sin embargo, estudios más recientes, sugieren que el riesgo de recurrencia es inferior y el beneficio de la anticoagulación en agudo es a expensas de un aumento en la tasa de complicaciones hemorrágicas. Se realizó un estudio retrospectivo de todos los pacientes con accidente cerebrovascular cardioembólico ingresados en un centro desde el 1 de abril de 2004 al 30 de junio de 2006, los mismos no fueron tratados con activador tisular del plasminógeno. Los pacientes fueron agrupados según el tratamiento en: sin tratamiento, sólo aspirina, aspirina seguida de warfarina sódica, heparina sódica intravenosa en la fase aguda seguida de warfarina y enoxaparina sódica combinada con warfarina. Doscientos cuatro pacientes fueron analizados, la tasa de stroke recurrente fue baja (1%) a pesar del hecho de que casi la mitad los pacientes no recibieron anticoagulación. Estos datos concuerdan con otros estudios y sugieren que la tasa de stroke recurrente de origen embolígeno es baja, por lo menos en pacientes con fibrilación auricular, dejando abierta la posibilidad de que otros trastornos cardíacos agudos tales como trombo ventricular después de un infarto de miocardio tengan mayor riesgo de embolia recurrente. Stroke progresivo fue el más frecuente de los eventos adversos graves (5%). La fibrilación auricular fue la fuente más común de cardioembolia (77%). Por otro lado todos los síntomas por tranformación hemorrágica se presentaron en los pacientes que recibieron enoxaparina (10%), mientras que la hemorragia sistémica en los que recibieron heparina sódica (ocurrió en el 1%). Los autores concluyen que la warfarina parece ser segura y se puede iniciar en cualquier momento junto con la profilaxis para la TVP, mientras que la enoxaparina y la heparina pueden llevar a un riesgo mayor de sangrado intracraneal y sistémico. Comentarios: El estudio muestra que iniciar la anticoagulación utilizando el puente de la heparina sódica o la enoxaparina y la warfarina para evitar el efecto protrombótico inicial de esta ultima, tendría más complicaciones por mayor número de hemorragias cerebrales en el caso de la heparina de bajo peso y sistémicas en el caso de la heparina sódica no fraccionada en comparación con las complicaciones si se inicia directamente warfarina. Si bien todos los casos de hemorragia intracraneal sintomática fueron en el grupo enoxaparina, si esto indica un mayor riesgo de sangrado no está claro debido al número reducido de pacientes del estudio, no obstante la tasa de hemorragia intracraneal sintomática fue baja (1,5%), esto puede reflejar la prudente elección de los pacientes a anticoagular, evitando la anticoagulación en pacientes de alto riesgo. Estudios prospectivos con mayor número de pacientes deberían realizarse para poder establecer con certeza los resultados de este estudio. Realizado por Alejandro Giacchino. Residencia de Neurología. División Neurología. Hospital Ramos Mejía. 57 58 Revista Neurológica Argentina - Volumen 1 - Nº 1, 2009 RESTARTING ANTICOAGULATION THERAPY AFTER WARFARIN-ASSOCIATED INTRACEREBRAL HEMORRHAGE Daniel O. Claassen, MD; Noojan Kazemi, MBBS; Alexander Y. Zubkov, MD, PhD; Eelco F. M. Wijdicks, MD; Alejandro A. Rabinstein, MD Arch Neurol. 2008;65(10):1313-1318 Resumen: Reiniciar la terapia con warfarina en un paciente con HIC asociada a la misma es una difícil decisión. Se realizó un estudio de cohorte entre el 1/11/2001 y el 31/12/2005 donde se compararon 52 pacientes de los cuales un grupo reinició la anticoagulación y el otro no. Se realizo un seguimiento promedio de 43 meses. El 44% reinició warfarina, un paciente presentó hemorragia no traumática, dos hemorragias traumáticas y dos extracraneales. El 56% no reinició el anticoagulante, tres presentaron strokes embólicos, uno embolia pulmonar y uno embolia arterial distal. Los autores concluyen que reiniciar la warfarina se asocia con un bajo riesgo de recurrencia de hemorragia y el no hacerlo con un mayor riesgo de eventos tromboembólicos. En el estudio la diferencia entre reiniciar o no la anticoagulación sobre los eventos tromboembólicos y la recurrencia de hemorragia por warfarina no es estadísticamente significativa, sin embargo la observación del estudio sugiere que la hemorragia recurrente después del restablecimiento de la terapia con warfarina se produce con menos frecuencia que los eventos tromboembólicos en pacientes que no la reiniciaron, no obstante el reiniciarla también se asoció con un mayor riesgo de hemorragia traumática y extracraneal. El grupo que no reinició anticoagulación presentaba una edad promedio mayor, sin embargo, para tomar la decisión de reiniciar o no la anticoagulación en estos pacientes deben tenerse en cuenta otros factores como el riesgo de caídas, condición médica general, factores de riesgo para desarrollar hemorragia sistémica y por otro lado la fuente embolígena, en este estudio la mayor proporción de prótesis valvulares estaban en el grupo que reinició la anticoagulación mientras que la mayoría de los que no lo hicieron presentaban fibrilación auricular, no siendo comparables. Comentarios: La HIC se produce con una frecuencia de aproximadamente 0,3% al 0,6% por año en los pacientes anticoagulados crónicamente con warfarina. Entre los pacientes con HIC supratentorial admitidos en el Hospital General de Massachusetts en un período de 7 años, el 23,4% estaban tomando warfarina. La difícil decisión de reinicar la anticoagulación en estos pacientes debería equilibrar la prevención del stroke isquémico y el riesgo de HIC. Para la HIC relacionada con la warfarina, los principales factores de riesgo son la edad, antecedentes de hipertensión, la intensidad de la anticoagulación y las condiciones tales como angiopatía cerebral amiloide y leucoaraiosis, la mayoría de los cuales no fueron tenidos en cuenta en este estudio. La decisión de reiniciar la anticoagulación luego de una HIC en pacientes que se encontraban en tratamiento con warfarina es principalmente en aquellos pacientes con alto riesgo de embolismo cardiogénico ya sea asociado con válvulas cardíacas protésicas o fibrilación auricular crónica. La tasa de embolia cerebral en pacientes con FA sin historia de stroke es del 5% por año, cifra que alcanza el 12% anual en pacientes con FA que tienen antecedentes de stroke previos y al menos el 4% por año en los pacientes con válvulas cardíacas protésicas mecánicas. En un estudio con 114 pacientes con HIC, la reversión de la anticoagulación y la suspensión de la warfarina por 7 a 10 días se asoció con un 5% de embolias, el resangrado luego de iniciar la anticoagulación entre los 7 y 10 días a partir de la HIC se presentó en el 0,8%. Según estos datos el iniciar la anticoagulación entre los 7 a 10 días posteriores al HIC sería relativamente seguro. Algunos pacientes pueden beneficiarse con la reinstauración de la terapia con warfarina y el no hacerlo podría someterlos innecesariamente a complicaciones tromboembólicas, sin embargo la decisión de reiniciarla o no dependerá de cada caso teniendo en cuenta el riesgo beneficio que la terapia le ofrece a cada individuo en particular. Realizado por Alejandro Giacchino. Residencia de Neurología. División Neurología. Hospital Ramos Mejía. DESTACADOS DE LA LITERATURA 59 A MULTICENTRE STUDY ON SUICIDE OUTCOMES FOLLOWING SUBTHALAMIC STIMULATION FOR PARKINSON’S DISEASE ValerieVoon, Paul Krack, Anthony E. Lang, et all Brain 2008; 131, 2720-2728 Resumen: El tratamiento de la Enfermedad de Parkinson avanzada con estimulación subtalámica, es efectivo en la reducción de los síntomas. Este es un estudio retrospectivo y multicéntrico, en el cuál se identificó la cantidad de suicidios y los factores de riesgo (FR) asociados al suicidio en el postoperatorio (POP) de la cirugía de Parkinson. Se documentaron 0,45% (24/5311) de suicidios y 0,90% (48/5311) de intentos de suicidio. La incidencia de suicidios fue mayor durante el primer año y se mantuvo elevada hasta el cuarto año postoperatorio (50% a los 10 meses y 75% a los 17 meses). Los FR independientes para intento de suicidio fueron la depresión postoperatoria (p< 0,001), ser soltero (p=0,007) y la historia de trastornos impulsivos previo a la cirugía (p=0,005). El suicidio se asoció en forma significativa con depresión en el POP (p<0,001). Comentario: Este estudio es retrospectivo y multicéntrico, por lo cual, tanto el seguimiento, como la interpretación de los datos resultan dificultosos. Además, la muestra de los casos y controles es pequeña y en mi opinión la evaluación de la depresión en el pre-quirúrgico es incompleta. A pesar de lo recién comentado, se desprende de este artículo una importante conclusión: la depresión en el POP y los trastornos psiquiátricos preoperatorios, deben ser correctamente diagnosticados y tratados. De este modo, el suicidio en el POP de la cirugía de Parkinson, resultaría potencialmente prevenible. Realizado por María Inés Gaitán. FLENI. PLACEBO EFFECTS: CLINICAL ASPECTS AND NEUROBIOLOGY Barry S. Oken Brain (2008), 131, 2812-2823 Resumen: Este trabajo es una revisión sobre la evidencia hasta la actualidad del efecto placebo en los tratamientos médicos. El efecto placebo es un beneficio obtenido con una intervención o con la utilización de un agente inerte, no relacionado con el efecto biológico directo del mismo. Este efecto contribuye a la variabilidad observada en los estudios doble ciego randomizados. En este tipo de investigación el efecto placebo se asume como la diferencia entre la rama activa y la rama placebo. Hay diversos factores no relacionados con la fisiopatología de la enfermedad, que condicionan el efecto placebo. Por ejemplo, los factores individuales: aquellos sujetos que tienen más expectativas obtienen mejores resultados, las características de las sustancias utilizadas, el factor médico: aquellos que dan mucha información sobre las complicaciones asociadas a la terapéutica de un estudio o una droga, pueden tener un efecto nocivo, y aquellos que reciben un diagnóstico firme, con convicción de mejoría, obtienen mejores resultados. En trabajos sobre analgesia, con resonancia magnética y PET, se ha observado activación de la corteza anterior del cíngulo, corteza prefrontal dorsolateral y ganglios de la base, tanto en la utilización de opiáceos, como de placebo. La naloxona podría revertir parte de dicho efecto. En estudios de pacientes con Enfermedad de Parkinson, hasta 1/6 de los sujetos analizados mejoraron su UPDRS con el placebo. En ciertos estudios de cirugía de Parkinson, se constató una mejoría similar del UPDRS en los pacientes en espera para cirugía y en aquellos que se habían operado. En conclusión, los estudios clínicos que utilizan sustancias o realizan procedimientos inertes en sujetos controles, pueden generar un beneficio y obtenerse un resultado favorable en el análisis de datos. Comentarios: resulta interesante la lectura de este artículo para interpretar la información de los estudios, ciegos y no ciegos y las respuestas a los tratamientos aplicados (médicos y quirúrgicos). Creo importante considerar que la respuesta a una terapéutica implementada, puede ser mejor o estar modificada por el efecto placebo, sin relacionarse con la fisiopatología de la enfermedad. Realizado por María Inés Gaitán. FLENI. Revista Neurológica Argentina - Volumen 1 - Nº 1, 2009 60 TEMPORAL LOBE EPILEPSY SURGERY AND THE QUEST FOR OPTIMAL EXTENT OF RESECTION: A REVIEW Johannes Schramm Epilepsia: 2008; 49(8): 1296-1307 Resumen: La eficacia de la cirugía para el tratamiento de la epilepsia del lóbulo temporal (ELT) fármacoresistente ha sido demostrada en ensayos clínicos prospectivos randomizados. Continúa siendo controvertido que método resectivo es el que brinda los mejores resultados para la curación de la epilepsia y el funcionamiento neuropsicológico. La siguiente revisión sistemática analiza 53 estudios sobre la extensión de la cirugía en la ELT. De estos trabajos, solo 7 son prospectivos y 4 randomizados. Para analizar el número de crisis luego de la cirugía, se incluyeron 10 estudios comparativos entre resecciones temporales y amigdalohipocampectomías selectivas (AHS) desde 1995 hasta el 2007. En la población adulta, la frecuencia de crisis en el post-operatorio, tanto de AHS como de lobectomías, sería similar. En la población pediátrica habría una peor respuesta cuando se realizan AHS. Se analizaron 15 estudios sobre las secuelas neuropsicológicas posquirúrgicas. Si bien las variables que se analizaron y los intervalos de tiempo de seguimiento son diversos, globalmente habría una mejor evolución neuropsicológica cuando se realizan AHS. Los resultados de los estudios varían en cuanto a la relación entre la extensión de la resección mesial temporal y la libertad de crisis. La mayoría de los autores no encuentran una correlación positiva entre resecciones mayores y una mejor evolución. Aún sin resecar la amígdala o el hipocampo se pueden observar tasas de curación de alrededor del 50%. En 6 de 10 trabajos analizados, los estudios electrofisiológicos no muestran un mayor beneficio en resecciones amplias. No hay evidencia clase I con respecto al resultado quirúrgico de la extensión y el tipo de resección de la estructuras mesiales temporales. Comentario: Muchos estudios son retrospectivos y no utilizan la volumetría por RMN en su algoritmo diagnostico. Las debilidades del estudio se relacionan con la heterogeneidad de los datos obtenidos y a la gran brecha de tiempo que separa a los primeros trabajos (1991) de los más recientes (2007). Las cirugías fueron realizadas por distintos equipos quirúrgicos, con diversas técnicas y diferentes extensiones de las cirugías. Se utilizaron distintos parámetros para evaluar el número de crisis y la evolución neuropsicológica postquirúrgica. Los métodos diagnósticos que evalúan la extensión de la lesión y de la cirugía fueron diferentes. Como conclusión, continúa siendo difícil de establecer si las resecciones mesiales ampliadas derivan en un mejor control de las crisis postoperatorias. Se requieren estudios prospectivos y randomizados, donde se valoren: la extensión de la cirugía, tanto en lobectomías temporales como en AHS; el uso de volumetría por RMN pre y post-operatoria; evaluaciones neuropsicológicas estandarizadas pre y post-quirúrgicas y un seguimiento apropiado (mayor a un año). Realizado por Martín Donadío y Mauricio Moussalli. FLENI