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FUNCIONALISMO DEL BLOQUE
QUIRÚRGICO
9 de Abril de 2009
Comité Organizador
Dr. Josep Maria Bausili
Cap de Servei d’Anestesiología. Hospital d’Igualada
Dr. Francesc Sala
Director de Producte Àrea Quirúrgica. Hospital General de Vic
Dr. Miquel Vila
Responsable del Procés Quirúrgic. Fundació Hospital- Asil de Granollers
Dr. Jaume Francí
Departament de Documentació. Hospital de Terrassa)
Dr. Ricard J. Banchs Marin
Cap de Servei d’Anestesiología. Hospital St. Joan de Déu d’Esplugues
Dr. Antoni Gil Goñi
Cap de Servei de Cirugía General. Hospital de Martorell
Secretaría Técnica
Srta. Rosalía Bernal
B. Braun Surgical S. A.
1
FUNCIONALISMO DEL BLOQUE QUIRÚRGICO
1. CARACTERÍSTIQUES FUNCIONALS
Los centros hospitalarios no son edificios seguros al 100%, ni para pacientes
ni para profesionales. Esta afirmación se sustenta en el interés de la OMS por
la Seguridad del Paciente que creó en el año 2005 la llamada “Alianza Mundial
para la Seguridad del Paciente”, a la que se ha adherido el Ministerio de
Sanidad y Consumo (MSC), figurando como línea estratégica dentro de las
actuaciones del Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud.
El propio MSC puso en marcha el Estudio Nacional de Efectos Adversos
(ENEAS) para conocer su incidencia en los hospitales de la red asistencial. Se
entiende por Efecto Adversos: ”Todo accidente imprevisto e inesperado que
causa lesión y/o incapacidad y/o prolongación de estancia en el hospital y/o
exitus, y que se deriva de la asistencia sanitaria y no de la enfermedad de
base del paciente”.
Los resultados del estudio muestran que las tres causas principales son (i)
relacionadas con los medicamentos, (ii) relacionadas con las infecciones
hospitalarias, y (iii) relacionadas con la aplicación de procedimientos
quirúrgicos, en particular, con aquellos que se han llevado a cabo con
anestesia general. Además, el estudio también puso de manifiesto que casi el
50% de los efectos adversos son evitables.
El único efecto adverso del que aquí se va a tratar es el relacionado con las
infecciones hospitalarias ampliando el espectro para incluir no solo a los
pacientes sino también a los profesionales.
Históricamente, los profesionales médicos interponían barreras entre ellos y
los pacientes infectados como pone de manifiesto la imagen clásica del
“médico de la peste”, ya que se creía que la transmisión de la enfermedad
estaba ocasionada por los miasmas de la enfermedad.
Posteriormente, también la introducción de técnicas de asepsia en el material
y en el ambiente en el que se va a tratar al paciente contribuyeron a
incrementar las barreras a la infección.
Hay que esperar a que la enfermera Florence Nightingale pusiera de relieve la
importancia del ambiente en la recuperación de los pacientes, preconizando el
uso de agua, aire puro, limpieza y luz, para incluir a estos factores como
elementos importantes en la limitación de la infección. Pero no es hasta el año
2
1947 cuando se dispone de estándares ambientales para hospitales, entre
otros, la obligación de contar con ventilación forzada natural.
De forma paralela al desarrollo de estos elementos, las características
constructivas de los centros hospitalarios se van modificando, pasando de
contar con salas en las que se presta asistencia a múltiples pacientes a la
configuración de los centros actuales en los que se cuenta con un elevado
porcentaje de habitaciones individuales y el máximo de pacientes por
habitación en hospitales de agudos, es de dos en la inmensa mayoría de los
centros de nuestro país.
Así pues, para la lucha contra la infección se cuenta con una serie de
“barreras”:
Personales: las derivadas de la “vestimenta” más o menos sofisticada que se
interpone en pacientes y profesionales, o entre profesionales y muestras.
Estructurales: las derivadas de las instalaciones: elementos de ventilación,
calor, humedad, etc.
Arquitectónicas: derivadas de la construcción de espacios específicos para la
“contención” de la infección.
Todos estos elementos necesitan ser aplicados de forma ordenada y para ello
se precisa la realización de un Plan Funcional.
Pero ¿qué es un Plan Funcional? Una de las definiciones más completas es la
que expone que un Plan Funcional es un programa médico-arquitectónico, que
contiene un listado de las diferentes unidades funcionales del centro con los
espacios que las conforman, las relaciones de proximidad que se deben
establecer entre ellas, y las características especiales que configuran cada uno
de los espacios teniendo siempre presente la normativa vigente, para
conseguir centros, espacios funcionales, locales en los que se mitigue el
impacto ambiental, se mejore la accesibilidad a los mismos, se disponga de
capacidad de expansión, estén adecuadamente descritas y reflejadas las
diferentes circulaciones (pacientes ambulantes, pacientes ingresados, visitas,
profesionales, material limpio y material sucio), se asegure que los diferentes
locales diseñados contribuyen a la eficiencia minimizando las distancias a
recorrer, facilitando la visualización de los pacientes, contribuyendo a la
separación de circuitos y circulaciones y estableciendo únicamente el número
de espacios necesarios. Además, el Plan Funcional debe garantizar que los
locales son de fácil limpieza, higiene y conservación.
La finalidad es conseguir un Ambiente Terapéutico. Se considera que un
ambiente es terapéutico cuando cumple los siguientes requisitos:
•
Produce efectos positivos medibles en la efectividad del personal
•
Brinda apoyo al tratamiento del paciente y a las necesidades
psico-sociales de pacientes, familiares y profesionales
3
•
Produce efectos positivos medibles en los resultados clínicos del
paciente.
De entre los factores que contribuyen a mejorar la salud del paciente,
merecen mención especial todos aquellos elementos que sirven para
reducir o eliminar el estrés ambiental, tales como el ruido, los colores,
la luz, la temperatura, la humedad y la ventilación.
Así pues, el plan funcional es la herramienta que sirve de ayuda y apoyo al
cumplimiento en la creación de una estructura sanitaria capaz de proporcionar
cuidados de calidad y contribuir a restablecer la salud de los pacientes, así
como a proporcionar un ambiente saludable para sus trabajadores.
Una organización sanitaria madura, con protocolos, manuales de
funcionamiento, guías clínicas y perfectamente adiestrada en el respeto a las
circulaciones y las normas, merece un Plan funcional que le ayude al
cumplimiento de sus objetivos. Por el contrario, una organización sanitaria
más desestructurada en sus funciones, necesita un plan funcional para poder
satisfacer de forma adecuada la finalidad para la que fue construida.
Por supuesto que no todos los ambientes terapéuticos que se citan en un plan
funcional tienen idénticas necesidades de actuaciones arquitectónicas y de
instalaciones en la fase de proyecto. Para poder diferenciar los diferentes
ámbitos se propone la siguiente clasificación basada en el riesgo de infección
de las salas:
1. Salas de riesgo 1 (bajo riesgo de infección): consultas, triage, salas de
espera
2. Salas de riesgo 2 (riesgo moderado de infección): salas de endoscopia,
sala de despertar, Unidades de Cuidados Intensivos, Hemodiálisis,
banco de sangre, salas de preparación de paciente, salas de urgencias,
salas de tratamiento/pequeña cirugía
3. Salas de riesgo 3 (alto riesgo de infección): Unidades de Cuidados
Especiales (Neonatos), quirófanos de digestivo u otras especialidades,
algunas unidades de endoscopia (broncoscopias), sección de
mycobacterias
del
laboratorio
de
Microbiología,
Radiología
intervencionista, zona limpia de esterilización.
4. Salas de riesgo 4 (muy alto riesgo de infección): quirófanos de
neurocirugía, oftalmología, ortopedia, cirugía cardiaca, transplantes,
unidad de quemados, salas de inmunodeprimidos, zona de preparación
de estériles, nutrición parenteral, citostáticos, criobiología,
4
El presente documento se centra en la importancia de las salas de riesgo 3 y
4, en las que se van a llevar a cabo procedimientos quirúrgicos. Estos
quirófanos deben tener los parámetros ambientales estrictamente controlados:
partículas en aire, microorganismos, temperatura, humedad, flujo de aire,
presión interior del aire, iluminación, conformando lo que se entiende por sala
blanca, sala limpia o clean room: salas especialmente diseñadas para
obtener bajos niveles de contaminación.
El Plan Funcional colabora al mantenimiento de la contención de la
contaminación regulando y diferenciando el flujo de personas y materiales, así
como estableciendo, de forma “funcional” zonas diferenciadas, ubicando en el
interior de los diferentes espacios funcionales las salas blancas, de la forma
más alejada posible de las circulaciones exteriores, tal y como indica la figura:
Zona restringida (blanca)
Zona semi-restringida (gris)
Zona no restringida (negra)
Tanto el Ministerio de Sanidad y Política Social en su documento “Bloque
Quirúrgico, estándares y recomendaciones”, como el The American Institute of
Architects Academy of Architecture for Health en su texto “Guidelines for
design and construction of Hospital and Health Facilities”, recogen las
recomendaciones funcionales de los diferentes espacios que conforman el
Bloque Quirúrgico y que van a ser tratados en esta reunión.
5
El Bloque Quirúrgico (BQ)
La unidad funcional quirúrgica o BQ tiene como función la realización de
procedimientos diagnósticos y terapéuticos quirúrgicos que requieren un
elevado nivel de asepsia, ya sea con o sin anestesia, tanto para pacientes
programados como de emergencia.
Parte de la asepsia de la zona se consigue mediante un adecuado control de
los factores ambientales. Los elementos más relevantes son:
• Calidad del aire y ventilación
• Presurización de la sala (presión positiva con respecto a los pasillos y
áreas adyacentes), que debe garantizar que el movimiento del aire se
dirige desde los espacios más limpios a los menos limpios. Se ha
sugerido la utilización de flujo laminar de aire como medida adyuvante
para reducir el riesgo de infección nosocomial, sin embargo, no se ha
podido comprobar su utilidad.
• Óptimas condiciones de ventilación, humedad (<68%) y temperatura
para la comodidad del personal pero también para evitar condiciones
medioambientales que faciliten el crecimiento y la transmisión de
microorganismos.
• Limpieza del quirófano
• Limpieza del equipamiento
•
Vestuario del personal que accede al interior del BQ.
La unidad quirúrgica debe configurarse como una zona centralizada, donde se
desarrolla toda la actividad quirúrgica que requiere condiciones de
bioseguridad para evitar las infecciones, por lo cual la ubicación de los
espacios y las circulaciones deben ser las adecuadas.
Existe una clasificación para los quirófanos que está en relación con el riesgo
de infección al que se somete a los pacientes, distinguiendo entre:
•
Quirófanos de clase A con elevado riesgo de infección, reservando esta
denominación para los quirófanos de transplantes, cardiovascular,
neurocirugía, ortopedia y oftalmología, a los que correspondería una
ISO 5-6
•
Quirófanos de clase B: con alto riesgo de infección, correspondiendo al
resto de las especialidades quirúrgicas, a los que correspondería una
ISO 7
•
Quirófanos de clase C, con moderado riesgo de infección,
correspondiendo esta denominación a las salas de partos y a los
quirófanos de pequeña cirugía.
6
CIRUGIA CONVENCIONAL
Desde el punto de vista funcional, el BQ debe:
•
contemplar las relaciones de proximidad con otras áreas asistenciales
siendo fundamentales la proximidad con UCI, urgencias y esterilización,
•
organizarse como un conjunto de espacios construidos y equipados con
materiales de fácil limpieza e higiene
•
diseñar espacios dotados de Ambiente Terapéutico que reduzca al
máximo el estrés ambiental,
•
disponer de un diseño que proporcione a la Unidad de la máxima
eficiencia, minimizando las distancias a recorrer, facilitando la
visualización de los pacientes, considerando el número de espacios
estrictamente necesarios, agrupándolos en áreas con usos
diferenciados y necesidades constructivas y de instalaciones distintas,
y garantizando la separación de circulaciones.
En este sentido, el plan funcional exige un primer nivel de decisión que implica
optar por quirófanos diferenciados por especialidades o quirófanos
polivalentes. Si se opta por un BQ diferenciado por especialidades, se está
optando por integrar Quirófanos de tipo A y quirófanos de tipo B, con diferente
ISO, es decir con requisitos diferentes de calidad del aire, en un mismo
espacio.
La redacción de un Plan Funcional de un BQ contiene no sólo la decisión del
tipo de BQ (polivalente versus especializado), sino también las funciones de
los espacios, las características constructivas más relevantes y el número de
espacios que conforman el BQ, pero además también dimensiona las
diferentes áreas. El área de un quirófano va a depender de una serie de
variables que hay que tener en consideración:
•
si se trata de quirófanos específicos o polivalentes
•
los equipos que conforman la dotación de la sala
•
la capacidad en personal que debe tener el quirófano (considerar no
sólo los profesionales y el paciente, sino también la docencia pre y postgrado)
•
el país en el que va ubicada la sala.
El Ministerio de Sanidad y Política Social, recomienda
maximizar la
polivalencia de los quirófanos, no asignando quirófanos por especialidad y
7
distribuyendo las
programación.
sesiones
quirúrgicas
en
función
de
los
criterios
de
El BQ sigue el esquema funcional de zonas diferenciadas, ubicando en el
interior de los diferentes espacios funcionales, de la forma más alejada posible
de las circulaciones exteriores, las salas blancas o quirófanos.
En la tabla adjunta, se muestran algunos de los espacios que conforman las
diferentes zonas:
Zona restringida (blanca): lavado quirúrgico,
antequirófano, quirófano, almacén de material estéril.
Zona semi-restringida (gris): área de pre-anestesia,
reanimación, áreas de personal, zonas de apoyo logístico
Zona no restringida (negra): sala de espera, IS, recepción,
vestuarios, despacho de información, transferencia de
pacientes
El quirófano es una sala blanca o sala de ambiente controlado, en el que hay
que cuidar el nivel de partículas y microorganismos para minimizar el riesgo
de infecciones, pero en el que también hay que prestar atención a otra serie
de parámetros. Por ejemplo, la temperatura y la humedad en un quirófanos no
son sólo parámetros pensados y controlados para mejorar el confort de los
profesionales, sino que guardan relación directa con el crecimiento y desarrollo
de gérmenes: los hongos (Aspergillus) responden bien a temperaturas cálidas
y húmedas), pero determinados microorganismos precisan para su desarrollo
de condiciones de hipotermia que facilitan su crecimiento, fundamentalmente
en niños, por lo que hay que evitar en la medida de lo posible la
cirugía/anestesia en hipotermia mejorando los procedimientos quirúrgicos en
normotermia.
Pero hay que tener en consideración que no existe un modelo estandarizado o
único de bloque quirúrgico, por lo que la distribución de espacios en el interior
de la Unidad, así como las relaciones de proximidad entre ellos van a variar
8
dependiendo del modelo elegido. La agrupación o diferenciación de zonas que
se lleva a cabo en el Plan Funcional, así como la descripción de los mismos en
el Anexo de espacios tipo que acompaña a ese documento, puede servir de
guía a arquitectos e ingenieros sanitarios para determinar las características
más idóneas de los diferentes espacios y conseguir zonas adyacentes con
idénticos o similares requisitos, facilitando la instalación de los equipos.
Suele existir consenso generalizado en que la unidad quirúrgica debe contar
con un acceso separado de la circulación general del resto de espacios
funcionales del centro.
En la medida de lo posible, la entrada de pacientes al interior del BQ se llevará
a cabo por puntos diferentes al acceso de profesionales. Una vez en el interior
de la Unidad, la circulación de pacientes, profesionales, suministros, muestras
y residuos será diferente dependiendo del modelo organizativo elegido por
cada centro.
En bloque de pasillo único, todas las circulaciones se llevan a cabo por el único
corredor de la unidad.
2. 1. BLOC QUIRÚRGIC
PASILLO ÚNICO
Sucio
Limpio
Pacientes
Profesionales
Muestras
9
BLOQUE QUIRÚRGICO DE PASILLO UNICO
VENTAJAS
INCONVENIENTES
•
No incrementa el riesgo de
contaminación microbiológica
•
Se requiere un mayor grado de
formación y mayor disciplina
•
No hay errores o ambigüedades
de funcionamiento
•
•
Llevan
consigo
una
satisfacción del personal.
•
Se deben reducir al mínimo
posible el número de personas
circulando por el interior del BQ
para
conseguir
niveles
aceptables de biocontaminación
Reducen
el
construcción.
coste
alta
de
El bloque de pasillo doble, obedece al criterio de segregación de las
circulaciones de sucio/limpio
2. 1. BLOC QUIRÚRGIC
DOBLE PASILLO
Pacientes
Profesionales
Opción 1
Muestras
Limpio
Sucio
Pacientes
Profesionales
Muestras
Limpio
Opción 2
Sucio
Profesionales
Muestras
Limpio
Opción 3
Pacientes
Sucio
Limpio y muestras corresponden a suministros
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BLOQUE QUIRÚRGICO DE PASILLO DOBLE
VENTAJAS
INCONVENIENTES
•
Facilitan la disciplina del personal
•
•
Permite obedecer la normativa de
incendios
Suponen
un
constructivo
•
La segregación de circulaciones no
reduce el riesgo de contaminación
•
Distribuye los tráficos internos de
la Unidad
mayor
coste
La segregación de circulaciones no reduce el riesgo de infección, justificándose
en ocasiones por razones de organización interna, de facilitar la disciplina del
personal, distribución de los tráficos internos de la unidad, cumplimiento de la
normativa de protección contra incendios o la simple costumbre. Los diseños
con un único pasillo de circulación para los distintos tráficos de la unidad
(pacientes, personal, material estéril y material usado) son soluciones
contrastadas y con altos índices de satisfacción, que no fomentan errores o
ambigüedades de funcionamiento, aunque requieren una formación y una
disciplina del personal de la unidad, exigibles para cualquier otro diseño.
Circuito del paciente:
Desde hospitalización o urgencias, el paciente que va a ser intervenido
mediante técnicas convencionales, es trasladado al BQ.
Para la entrada de pacientes existirá un área de transferencia con amplitud
suficiente para permitir la movilización de los pacientes, siendo actualmente
habitual la instalación de transfer mecánico1 actuando a modo de barrera física
de protección de las áreas más sensibles.
Una vez en el interior del BQ, el paciente seguirá el pasillo correspondiente a
la estructura organizativa seleccionada, hasta el interior del quirófano donde
va ser sometido a la intervención quirúrgica de la especialidad
correspondiente. Cuando la cirugía ha terminado, el paciente es trasladado
hasta el área de reanimación o cuidados post-anestésicos que puede estar
ubicada en la zona gris de la Unidad.
Como norma general, un paciente deberá ser revertido inicialmente en el área
de quirófanos y ser trasladado a la Unidad de Recuperación Post-anestésica
(URPA), para, posteriormente, pasar a la Unidad de Readaptación al medio
1
El establecimiento de una zona para la transferencia de pacientes ha sido recomendado durante mucho
tiempo. Sin embargo, no se ha podido relacionar ninguna infección de sitio quirúrgico con la suciedad
proveniente de las ruedas de las camas/camillas.
11
(URM) y/o planta de hospitalización. En caso de procedimientos de baja
invasividad anestésico-quirúrgica podría ser trasladado directamente a la URM
si cumple los criterios clínicos de los protocolos existentes en el centro.
Circuito de profesionales:
Para los profesionales, los vestuarios actuarán a modo de esclusa desde el
exterior hacia el interior de la Unidad, aplicando el modelo de “marcha hacia
delante”.
En el vestuario, el profesional cambia su ropa habitual por el uniforme
quirúrgico al que debe añadir el calzado y el gorro, con la finalidad de iniciar el
sistema de barrera “personal” para minimizar la contaminación.
La circulación por áreas grises está permitida con esta indumentaria, en tanto
que para poder acceder al interior de las salas blancas, es imperativo un
adecuado lavado de manos, junto con el uso de mascarilla quirúrgica, bata y
guantes estériles.
El personal del BQ dispone en el interior de la unidad de espacios de apoyo de
uso específico tanto para la realización de tareas administrativas o en relación
con la asistencia a los pacientes, como de zonas de descanso.
También en la zona gris están ubicadas las zonas de almacén general y los
almacenes de equipos, así como la sala para el mantenimiento y reparación.
Lo ideal es que el acceso a los almacenes y a las salas de mantenimiento se
pueda realizar desde la zona negra y desde la zona gris, para minimizar el
flujo de personas por el interior de la unidad.
Las personas, cuando se mueven, son las principales fuentes de
microorganismos. Se reduce la carga bacteriana disminuyendo el número de
personas y sus movimientos, así como asegurando un adecuado flujo y
renovación de aire
Circuito de limpio/Sucio:
El material sucio, adecuadamente segregado y obtenido en cada uno de los
quirófanos, es trasladado hasta el depósito temporal de sucio por el pasillo
correspondiente según el tipo de organización seleccionada (pasillo único o
doble).
El material estéril, generalmente instrumental, proveniente de la Unidad de
esterilización, puede ser trasladado hasta el interior del BQ mediante
diferentes sistemas dependiendo de las relaciones de proximidad que se
establezcan entre el BQ y el servicio de esterilización:
12
•
Existencia de montacargas específicos para instrumental sucio
instrumental esterilizado cuando la central de esterilización
encuentra en el nivel inmediatamente superior o inferior al BQ
•
Existencia de una guillotina de comunicación entre el almacén de estéril
de esterilización y el Bloque, lo que exige continuidad de ambos
espacios funcionales
•
Mediante carros homologados para el transporte de material estéril
cuando no existe relación de contigüidad ni reproximidad entre ambas
unidades. En este caso, el acceso del instrumental estéril hasta el
interior del BQ debe hacerse mediante un sistema de transferencia de
material.
e
se
Este sistema de transferencia de material puede ser utilizado para el material
fungible proveniente del almacén general o para los medicamentos
provenientes de farmacia.
No obstante, si se dispone de un almacén general con doble puerta, el
suministro de estos elementos se hace a través del almacén, cuyo diseño
impide tanto la entrada de personal ajeno al bloque como la salida sin control
del personal adscrito al bloque.
Circuito de acompañantes:
Los familiares y acompañantes se instalarán en la sala de espera situada en la
zona negra y desde allí tendrán acceso a la sala de información, que
preferiblemente actuará como sistema de barrera separando la zona negra de
la zona gris y que contará con elementos que impidan el acceso de los
familiares a la zona gris o la salida del personal sin ningún control,
contribuyendo de esta forma a reducir el riesgo de infección.
En algunos casos, y para mejorar la calidad de la atención percibida por los
pacientes,
el
bloque
contará
con
vestuarios
específicos
para
familiares/acompañantes, permitiendo el acceso de los mismos al interior de la
Unidad.
Es particularmente importante contar con estos espacios cuando se llevan a
cabo procedimientos quirúrgicos en pacientes en edad pediátrica o en
pacientes con minusvalías psíquicas y ancianos, para permitir el acceso de los
familiares/acompañantes tanto al área de pre-anestesia como a la zona de
reanimación cuando ésta está ubicada en el interior del BQ.
13
ASPECTOS GENERALES
VESTUARIO
El objetivo del uso de vestuario específico en el quirófano es minimizar la
exposición del paciente a los microorganismos que se desprenden de la piel, el
pelo y las mucosas del personal que compone el equipo quirúrgico. Además,
también se protege al personal sanitario de la exposición a sangre y patógenos
sanguíneos como el virus de la hepatitis B o el VIH.
Las características de la indumentaria del área pueden resumirse, de forma
general, de la siguiente manera:
•
Pijama quirúrgico (verde): de algodón, transpirable que debe
recambiarse tan pronto como sea posible siempre que se produzca una
salpicadura con sangre o fluidos corporales, y cuando se encuentre
visiblemente manchado.
•
Calzas o zapato específico de quirófano. En algunos centros
hospitalarios, es obligatorio el uso de calzas, que sólo se emplearán en
la zona quirúrgica estricta, y se desecharán a la salida de esta área. No
se ha comprobado que el uso de calzas minimice el riesgo de infección,
por lo que en algunos bloques, el calzado específico del área sirve tanto
para las áreas semi-restringidas como para las restringidas.
•
Gorros: debe cubrir por completo el cabello.
•
Bata estéril con puños ajustables y cierre posterior. Las batas pueden
ser reutilizables o de un solo uso. No disponemos de evidencia sobre la
posible relación entre las características de las batas y paños
quirúrgicos y el desarrollo de una infección postquirúrgica. Sin embargo,
dada la porosidad de los tejidos de algodón, y del incremento del
tamaño del poro con su uso, es más probable la transmisión de
partículas con este tipo de indumentaria que si se utilizan tejidos sin
tejer.
•
Mascarilla: debe cubrir siempre boca y nariz. Debe desecharse después
de cada intervención. Es recomendable utilizar mascarilla protectora
para rayos láser cuando vayan a utilizarse.
•
Guantes: los guantes estériles desechables se colocan después de
ponerse la bata estéril, y su misión es minimizar la transmisión de
microorganismos desde las manos del equipo quirúrgico a los pacientes,
y prevenir la contaminación de las manos del equipo quirúrgico con
sangre o fluidos corporales de los pacientes. Deben recambiarse cada
hora de intervención y, en algunas intervenciones especialmente
sangrantes, se recomienda usar doble guante. En caso de pérdida de
integridad del guante (perforación), deben recambiarse lo antes posible.
14
No existe una norma general sobre la indumentaria que deben vestir
profesionales o acompañantes autorizados, en el interior del Bloque
Quirúrgico.
La inmensa mayoría de los bloques quirúrgicos utiliza una indumentaria
específica para esta área asistencial que se puede resumir como figura en la
tabla:
Zona semirestringida
Pijama quirúrgico (verde), calzado
específico para uso en el interior del
bloque, gorro
Zona restringida
A lo anterior hay que añadir, guantes
estériles, mascarilla y bata estéril.
Como norma de buena práctica, se recomienda que la enfermera circulante y
el anestesiólogo entren en las áreas restringidas con mascarilla y gorro.
Cada centro suele disponer de normas de asepsia y antisepsia para las
actividades que se desarrollan en el interior del Bloque y que deben ser
respetadas por profesionales, pacientes y familiares.
Las superficies ambientales del quirófano (mesas, suelos, paredes, techos,
luces), excepcionalmente, se han visto directamente implicadas como fuente
de patógenos en el desarrollo de una infección postquirúrgica; sin embargo, es
importante que se realice una limpieza y desinfección rutinarias de las
superficies para restablecer un ambiente seguro después de cada intervención.
Debe existir un procedimiento de limpieza y desinfección que quedará
plasmado en una instrucción técnica (IT) donde se especifiquen:
- Técnicas de limpieza y desinfección específicas de cada instalación.
- Materiales y productos que se van a utilizar.
- Periodicidad.
- Actuaciones en caso de vertidos o derrames susceptibles de contaminación.
- Responsabilidades del personal.
Todos los profesionales que desarrollan su actividad en el Bloque Quirúrgico
son responsables de colaborar en el mantenimiento de las instalaciones en
perfecto estado de orden y limpieza.
15
CONTROL DE LA BIOSEGURIDAD AMBIENTAL EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO.
Bioseguridad ambiental (BSA) es aquella situación en la que los niveles de
contaminación de esporas fúngicas son aceptables, siendo improbable que los
enfermos susceptibles adquieran un proceso infeccioso vehiculado por el aire.
Incrementan el riesgo de infección la duración de la intervención, el número
de personas que están en quirófano y la inoculación directa de
microorganismos en los dispositivos utilizados. En el caso de Aspergillus y
otros hongos filamentosos como Mucor y Fusarium, el aire es el vehículo en la
difusión de esporas. La literatura médica sobre las epidemias de infección
nosocomial por Aspergillus pone de manifiesto la importancia de mantener el
medioambiente hospitalario tan libre de esporas de hongos como sea posible,
especialmente en aquellas áreas donde se atiende a pacientes con un alto
riesgo de contraer esta infección (cirugía de alto riesgo y pacientes
neutropénicos).
El criterio de bioseguridad ambiental en el área quirúrgica es que no debe
haber contaminación fúngica apreciable en los quirófanos, ni procedentes del
aire acondicionado ni de otro origen (superficies horizontales del quirófano o
fuera de éste).
Debido a que no existen parámetros estandarizados de niveles microbianos
“seguros” en cultivos obtenidos de superficies ambientales del quirófano, el
muestreo rutinario no se considera justificado. Sin embargo, además de
revisar las condiciones de ventilación, climatización, limpieza y disciplina
intraquirófano, se aconseja la realización de controles mensuales en
quirófanos de alto riesgo: cirugía con prótesis (cardíaca, neuroquirúrgica y
traumatológica) y cirugía de trasplante, y siempre en caso de incidencias
(averías en el sistema de climatización, temperatura superior a 28ºC, obras
dentro del Bloque Quirúrgico, casos de infección quirúrgica por hongos
oportunistas).
En el resto de quirófanos y reanimación no existe recomendación de
monitorización microbiológica periódica, sólo si se detectan casos de infección
por Aspergillus o en caso de obras en el hospital.
16
CONCLUSIONES
Ni el mejor diseño de quirófanos por parte de los arquitectos, ni la más
costosa y sofisticada de las instalaciones de climatización, ni el plan funcional
más ortodoxo pueden de conseguir minimizar el riesgo de infección
nosocomial si no existe una adecuada educación y preparación de los
profesionales que se encargan de este espacio asistencial:
•
El vestuario adecuado a cada zona del bloque
•
El lavado frecuente de manos y el lavado quirúrgico de forma previa a la
entrada a la entrada en el quirófano
•
El uso de material estéril y la vigilancia para que no existan elementos
que puedan contaminarlos (situación de los equipos y de las mesas de
instrumental dentro del quirófano)
•
La disciplina en los movimientos de personas y equipos durante una
intervención, evitando desplazamientos innecesarios o antes de tiempo
(cierre de la herida quirúrgica). Se puede y debe actuar con rapidez
pero no con precipitación, ya que los movimientos en esta segunda
situación general mayor desplazamiento de partículas. Del mismo
modo, y puesto que se conoce con antelación la programación
quirúrgica de la jornada, se puede preparar todo el material necesario
de forma previa a la realización de la intervención, para evitar salidas
innecesarias que modifican la presión del quirófano.
•
El acceso únicamente permitido para el personal que no está enfermo ni
tiene lesiones cutáneas, situaciones ambas que suponen un riesgo para
la salud del paciente o del profesional.
•
La limpieza adecuada
desinfectantes idóneos
•
El mantenimiento, limpieza y desinfección de los equipos a utilizar en
cada intervención
del
quirófano
(superficies)
utilizando
los
Los profesionales sanitarios no deben olvidar nunca el principio atribuido a
Hipócrates de “Primum non nocere”, considerada en su acepción de
“obligación de prevenir el mal” y dejando en manos del gran desarrollo
tecnológico, tareas que le son propias: El mejor de los climatizadores, en el
bloque quirúrgico mejor diseñado, con la tecnología más avanzada, siempre
necesitarán contar con un equipo quirúrgico que desarrolle su labor con
excelencia.
113
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