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(en www.salesianos-madrid.com)
Celebración Penitencial II
Ritos iniciales
Monitor:
Un nuevo milenio, un año más. La Iglesia nos invita a ensanchar
los horizontes de nuestra fe, siguiendo la perspectiva de Cristo,
del Padre y del Espíritu Santo. La Cuaresma es tiempo
privilegiado para redescubrir y celebrar el sacramento de la
Penitencia en su significado más profundo. Un sacramento que
hoy, en este nuevo milenio, quiere mirar al futuro, al perdón, a la
esperanza, a intensificar el camino hacia Dios, a llevar amor a
toda criatura humana.
Celebrante: La predicación de Jesús pone especial acento en la necesidad de
conversión. Para realizar el proyecto del hombre nuevo es
fundamental volver a nacer en el Espíritu, lo que significa un
cambio radical en la forma de pensar y actuar. Ponerse en camino
y seguir a Jesús es dejar lo perteneciente al hombre viejo.
(Silencio)
Oh Dios, crea en mi un corazón puro...
Todos:
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
En el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Celebrante: Oremos
Padre santo y misericordioso,
que llamas siempre a tus hijos
con la fuerza y la dulzura del amor.
Rompe las durezas de nuestro orgullo
y crea en nosotros un corazón nuevo,
capaz de acoger el don de la vida de tu Hijo.
Él que es Dios y vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
AMEN.
Escucha de la Palabra
Monitor:
Dispongámonos ahora a escuchar la palabra de Dios. Acojamos
con un corazón abierto esta Palabra de vida.
Se presentan una serie de ofrendas antes de las lecturas. Algunos de los presentes salen con su ofrenda y
la deja en el suelo o en el sitio donde le hayan indicado ante del comienzo de la celebración. Éstas pueden
ser: un cuenco con ceniza, piedras, un cubo con agua o similar, unas manos en folios rotos, plato con algo
de comida y un montón de objetos más que signifiquen una ofrenda ante el altar...
Primera Lectura: 2 Cor 5, 17-21.
Canto
Evangelio: Mt 5, 23-25.
Homilía
Hay una breve homilía centrada en la Palabra y en los signos presentados. Llevará a los penitentes al
examen de conciencia, a la renuncia al pecado y a la conversión. Una vez acabada la homilía se deja un
rato de silencio y se continúa con una oración de fieles, recitadas por varias personas. La asamblea
contesta: Danos, Señor, tu perdón y tu paz.
Preces de perdón
* Hemos sido egoístas y cómodos, abandonando la tarea de luchar por la justicia,
incluso hemos cooperado al mal que existe en la sociedad.
* Hemos oscurecido el rostro de Dios ante los demás, por nuestra fe rutinaria,
poco sincera, nada activa, siendo un mal ejemplo para los otros.
* Hemos ofendido el nombre de Dios y hemos rebajado nuestra dignidad de
hijos suyos, cultivando el mal en pensamientos, palabras y obras, guiándonos por
criterios egoístas en la vida.
* No hemos amado de verdad a nuestros hermanos, sobre todo, a los más pobres
y necesitados; somos responsables, en cierta medida, de situaciones de marginación,
soledad, injusticia, tensiones y conflictos que rompen la convivencia e imposibilitan el
vivir como hermanos.
Celebrante: Mira con bondad, Señor, a tus hijos
que se reconocen pecadores
y haz que, liberados de toda culpa
por el ministerio de tu Iglesia,
den gracias a tu amor misericordioso.
Por Cristo Nuestro Señor. AMEN .
RITO DE LA RECONCILIACIÓN
Se puede realizar a continuación el rito de la aspersión como referencia al Bautismo y a la
conversión. El presidente rocía con agua, mientras se entona un canto alusivo al bautismo o canto
penitencial.
Monitor:
Antes de acercarnos al sacramento de la reconciliación, dispuestos
a perdonar para ser perdonados, nos dirigimos con confianza al
Padre con las palabras que Cristo nos enseñó.
Todos:
PADRE NUESTRO...
Celebrante: Dios Padre todopoderoso y lleno de bondad,
gracias por el perdón que nos ofreces cada día,
haz que siempre acudamos a tu abrazo conciliador,
hasta que tu amor nos lleve al gozo eterno de tu casa.
Te lo pedimos...
Se deja tiempo para las confesiones, los ministros se dirigen a sus lugares, si es que no están allí ya...
Acción de gracias
Celebrante: Y ahora, con el cántico de la Virgen María, demos gracias a Dios
Padre por la gracia de su perdón.
Se aconseja cantar el "Magnificaf', u otro canto u antífona mariana
CONCLUSIÓN
Celebrante: El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU
El Dios del amor y de la misericordia
os haga concordes en la caridad
y os establezca en la paz.
AMEN
Y la bendición de Dios omnipotente,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.
AMEN
Podéis ir en paz
DEMOS GRACIAS A DIOS.