Download BUSCO TU ROSTRO, SEÑOR

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
BUSCO TU
ROSTRO, SEÑOR.
GUÍA: En este tiempo de Oración queremos pedir al Padre la gracia de acoger el
don de su Hijo Jesús. Es el rostro al que deseamos conformar nuestra vida, siempre
más, porque creemos que Jesús es nuestra Vocación: Dios nos llama en su Hijo a
seguir de cerca sus pasos, su entrega, su amor, su estilo de vida.
Es el rostro al que quisiéramos que nuestros jóvenes se acercaran y, también con
nuestra ayuda, se asemejaran siempre más.
CANTO: SEÑOR, PERMITE...
Señor, permite que te hable hoy
del dulce encuentro que me cambió,
la hora feliz en que yo escuché
tus palabras de amor.
Dime cuando pudo suceder, si en la luz que el sol vierte al surgir,
o cuando el calor me hace vivir, o fue en la noche al volver.
¿Fue cuando una rosa dehojé, o en la fuente al agua que bebí,
o fue en el calor del dulce hogar, dónde por fin te miré?
No fue en las horas de ilusión, sino al decidir mirarme bien;
como amigo en mi alma te encontré, tú me esperaba allí.
Guía: Dios, grande y misericordioso, en tus misteriosos proyectos has establecido
asumir nuestro rostro humano. Y el rostro del hombre ha llegado a ser el rostro de
Dios. ¡Santa imagen de Cristo Jesús, dulce rostro del Salvador! Rostro de hombre y
rostro de Dios, mirada penetrante que perdona, da seguridad, consuela. Jesús,
verdadero rostro del Padre, imagen auténtica de hombre, rostro en el que leemos
nuestra historia de ayer, den hoy, de mañana. Buscamos tu rostro, Señor Jesús. Tú
que eres Dios y vives entre nosotros para siempre
Todos: AMÉN
Guía: Nos acercamos a la Palabra de Dios, que nos ayudará a reconocer el rostro
de Jesús a través de algunos rasgos: los ojos, las manos, el corazón. Todos somos
1
llamados a configurar nuestra vida, nuestros rostros, al rostro de Cristo.
LOS OJOS
Guía: una persona se reconoce en su rostro.
Estribillo: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, - no
hay felicidad fuera de Ti , no hay felicidad fuera de Ti.
Guía: De los ojos de Jesús no conocemos el color, pero su mirada tenía que poseer
una fuerza magnética y extraordinaria, si los pescadores de Galilea dejaron todo y
lo siguieron.
Lector 1: Del Evangelio según San Mateo (4,18-22)
Mientras caminaba por la orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos,
Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, que echaban las redes al mar, porque
eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Y
ellos, dejadas las redes, lo siguieron. Más adelante vio a otros dos hermanos,
Santiago y Juan, hijos de Zebedéo, que arreglaban sus redes en la playa, y los
llamó. Ellos, dejada la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra de Dios
Todos: Te alabamos Señor. (Unos momentos de silencio)
Guía: También la gente quedaba atraída por su mirada: lo seguían en multitud y
se olvidaban hasta de comer. La del Nazareno tenía que ser una mirada penetrante y
envolvente. Mirada de ternura que fija al joven rico, y que se vela en seguida de
tristeza por la respuesta negada; mirada llena de fuerza y de ira para los fariseos
obstinados que buscan hacerle caer en una trampa; mirada que se graba para
siempre en la memoria de Pedro que lo ha negado.
Encontrase con la mirada de Jesús tuvo que ser una experiencia única. Juan era
todavía joven cuando se encontró por primera vez delante de Jesús, en la orilla del
río Jordán, con su hermano Andrés. Luego los dos pasaron con Jesús una tarde
“mágica”.
El milagro de la multiplicación de los panes inicia todo por una mirada de amor y
de emoción de parte del maestro, también el milagro de la hija de la viuda de Naím
parte de los ojos del Señor.
Lector 2: Del Evangelio según San Lucas. (7,11-15)
Se dirigió Jesús hacia una ciudad de nombre Naím y mucha gente lo
seguía junto con sus discípulos. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, vio que
llevaban al sepulcro un muerto, hijo único de madre viuda. Viéndola, Jesús tuvo
compasión y le dijo: “No llores”. Se acercó y la gente se paró. Luego dijo: “Joven,
yo te lo digo, ¡levántate!”. El muerto se levantó y empezó a hablar. Y Jesús se lo
entregó a su madre. Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor.
2
Guía: en unos momentos de oración silenciosa y personal, dejémonos mirar por
Jesús. Mirándole a Él, sintamos su mirada de amor y de ternura, y escuchemos
interiormente qué nos va diciendo su mirada, a qué nos va llamando e invitando.
(Momentos de silencio)
CANTO:
UNA MIRADA DE FE
Una mirada de fe, una mirada de fe, es la que puede salvar al pecador. (2)
Y SI TU MIRAS A CRISTO JESÚS, ÉL TE PERDONARÁ.
PORQUE UNA MIRADA DE FE ES LA QUE PUEDE SALVAR
AL PECADOR.
Una mirada de amor, una mirada de amor,
Es la que puede salvar al pecador. (2)
Es la mirada de Dios, es la mirada de Dios,
Es la que puede salvar al pecador. (2)
LAS MANOS
Guía: una persona se reconoce por sus manos
Estribillo: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, - no
hay felicidad fuera de Ti , no hay felicidad fuera de Ti.
Guía: Fuertes y tiernas: ¿podrían ser diferentes las manos de un carpintero que han
trabajado por 30 años en el taller y luego las vemos hacer continuamente gestos de
grande delicadeza?
Parece que esas manos servían sólo para dar, nunca para tomar y cuando las usa
para tomar algo, como el pan, es para repartirlo a la gente hambrienta o a sus
discípulos en la noche de la traición. Y no solo da el pan, sino que Él mismo se
hace Pan para darse todo a todos: “Tomen y coman, esto es mi cuerpo que se
entrega por Ustedes”.
Las de Jesús son manos para curar, para bendecir, para abrazar a los niños, para
levantar al caído, para perdonar. No se arrestan frente a la lepra, o a la muerte.
Entonces “toma de la mano” a la hija de Jairo, apenas muerta, y le devuelve la vida,
toca al ciego para que vea.
Lector 3: Del Evangelio de San Lucas (Lc. 8, 54)
Jesús les dijo: no lloren, porque la niña no está muerta, sino dormida.
Todos se reían de él. Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo con voz fuerte:
3
¡Levántate! Y ella volvió a la vida.
Lector 4: (Lc.9, 16) “Jesús tomó en sus manos los 5 panes y los dos pescados,
pronunció la bendición, los partió y los dio a sus discípulos para que los repartieran
a la gente.
Lector 5: (Jn. 9,6) “Jesús vio a su paso a un ciego de nacimiento. Se le acercó, hizo
con la saliva un poco de lodo, y con sus manos se lo untó al ciego en los ojos.
Luego le dijo: Ve a lavarte en la piscina. El ciego fue, se lavó y empezó a ver.
Guía: manos que no temen de ensuciarse, hasta le punto de ponerse a lavar los pies
de los discípulos. Hasta el final, poniendo sus manos sobre la cruz y dejándoselas
clavar en ella, quedando en brazos abiertos, para acoger a todos.
En algunos momentos de oración personal, dejémonos tocar por las manos
de Jesús, que sane las heridas y nos toque el corazón. Pongamos nuestras manos a
su servicio, a servicio del amor. Preguntémonos qué pide Jesús a nuestras manos...
(momentos de silencio)
CANTO: TOMADO DE LA MANO
Tomado de la mano con Jesús yo voy:
le sigo como oveja que encontró al pastor.
Tomado de la mano con Jesús yo voy adonde Él va. (2)
- Si Jesús me dice: “Amigo, deja todo y ven conmigo
donde todo es más hermoso y más feliz”. (2)
Si Jesús me dice amigo, deja todo y ven conmigo,
Yo mi mano pondré en la tuya e iré con Él. (2)
- “Yo te llevaré, amigo, a un lugar conmigo,
donde el sol y las estrellas aún brillan más.” (2)
EL CORAZÓN
Guía: Una persona se reconoce por su corazón
Canto: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, - no hay
felicidad fuera de Ti , no hay felicidad fuera de Ti.
Guía: El corazón de Cristo... Un misterio y un abismo de amor que salva y que
llama a su seguimiento. Es un corazón en continua tensión entre acción y
contemplación... Entre viajar, predicar, sanar, orar. No tiene tiempo para comer,
pero se da el tiempo para una cena con un amigo, una visita a Betania, un diálogo
nocturno con Nicodemo, una parada al pozo de la Samaritana. Tiene los ojos
abiertos de par en par sobre la vida y sobre las situaciones humanas, pero sabe
4
quedarse en contemplar los lirios de los campos y las aves del cielo.
Lector 6: Del evangelio de Lucas (Lc. 12,22-31)
No se preocupen por lo que han de comer y de vestir. La vida vale más
que la comida o el vestido. Fíjense en las aves: no no siembran ni cosechan, sin
embargo Dios les proporciona la comida. ¡Y Ustedes valen mucho más que las
aves! Miren los lirios del campo, no hilan ni trabajan, pero ni el mismo Salomón
vestía como ellos. Por tanto no anden afligidos... Ustedes busquen el Reino de Dios
y todo lo demás se les dará por añadidura.
Palabra de Dios
Todos: Te alabamos Señor
Guía: Es el corazón de Jesús que busca el reino de su Padre, y sabe darse el tiempo
para abundantes espacios de oración, para estar a solas con su Padre. Es un corazón
tierno e intransigente. Su mensaje habla de radicalidad en el amor, en el
seguimiento: “quien me quiere seguir, renuncie a si mismo, tome su cruz y venga
tras de mi”. La elección es sin medias tintas: hay que preferir a Jesús por encima
del padre o de la madre, o con él o contra de él.
Su corazón es donación total: todo el tiempo, todas las energías, toda la vida. Y al
mismo tiempo es tierno y sensible, hasta las lágrimas, frente al sepulcro de Lázaro,
delante de Jerusalén...
Es un corazón humilde y a la vez gozoso: sabe combinar austeridad alegría de vivir.
Sostiene una vida dura, duerme al abierto, vive pobremente, pero sabe compartir un
buen banquete.
Ama hasta donar su vida, sin esperar la respuesta, gratuitamente. Y nos llama a
tener un corazón como el suyo.
En unos momentos de oración personal, descansemos en le corazón de
Jesús. Escuchemos lo que Jesús pide a nuestro corazón, a nuestra manera de amar.
(momentos de silencio)
Guía (3 veces): Corazón de Jesús
Todos: haz nuestro corazón semejante al tuyo
Canto: GRACIAS QUIERO DARTE
Gracias quiero darte, por amarme, Gracias quiero darte a Ti, Señor.
Hoy soy feliz, porque te conocí, Gracias por amarme a mí también.
Yo quiero ser, Señor amado, Como el barro en mano del alfarero.
Toma mi vida, hazla de nuevo, Yo quiero ser un vaso nuevo. (2)
Te conocí y te amé, Te pedí perdón y me escuchaste.
Si te ofendí, perdóname, Señor, Pues te amo, y nunca te olvidaré.
Guía: El rostro de Jesús se dibuje y deje su huella en nuestro rostro. Pasando por
5
las veredas de nuestras vidas, Él nos invita y nos llama a se la continuación de sus
ojos, de sus manos, de su corazón en el mundo.
Todos:
Jesús hoy no tiene manos, tiene nuestras manos para actuar;
Jesús hoy no tiene ojos, tiene nuestros ojos para ver y mirar;
Jesús hoy no tiene boca, tiene nuestra boca para anunciar su evangelio;
Jesús hoy no tiene pies, tiene nuestros pies para ir al encuentro de los demás;
Jesús hoy no tiene corazón, tiene nuestro corazón para amar.
Nosotros somos hoy el cuerpo y el rostro de Cristo Jesús, para sanar, para
anunciar, para perdonar y para amar a los hombres de hoy.
Guía: les invito ahora a dirigir nuestras súplicas al Señor, para que haga de
nosotros instrumentos de sus llamadas, santifique las manos y lo rostros de los
consagrados, y llame a muchos en las varias vocaciones necesarias para que crezca
su Reino en la tierra.
Responderemos a cada oración: “brille, Señor, tu rostro entre nosotros”
PETICIONES libres de los presentes.
PADRE NUESTRO....
Canto: PESCADOR
Pescador, que al pasar por la orilla del lago
me viste secando mi redes al sol.,
tu mirar, en tus ojos mis ojos sangraron
y estás en mi vida buscando mi amor.
PESCADOR, QUE EN MIS MANOS HAS PUESTO OTRAS REDES
QUE PUEDAN GANARSE LA PESCA MEJOR
Y A LLEVARME CONTIGO EN LA BARCA
ME NOMBRASTE, SEÑOR, PESCADOR.
Pescador, entre otros que había en la playa,
tus ojos me vieron, tu boca me habló
y a pesar de sentirse mi cuerpo cansado
mis pies en la arena siguieron tu voz.
Pescador, manejando mis artes de pesca
en otras riberas mi vida quedó,
al querer que por todos los mares del mundo
Trabajen mis fuerzas por Ti, Pescador.
6
Pescador, mi trabajo de toda la noche,
mi dura faena hoy nada encontró.
Pero Tú, que conoces los mares profundos
compensa, si quieres, mi triste labor.
7
8