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¡ AMETUR COR JESU !
Hermano Luis Jorge Rausch Lell
Hermano del Sagrado Corazón
Nació el 27 de junio de 1942
en Bovril – Entre Ríos - Argentina
Falleció el día 08 de junio de 2009
en Buenos Aires - Argentina
a la edad de 67 años
y 48 años de vida religiosa
¡ AMETUR COR MARIAE !
Provincia de América Austral
BIOGRAFÍA DEL
HERMANO LUIS JORGE RAUSCH LELL
“Participamos en la misión apostólica a través de cualquier función que
nos asigne la obediencia”. (Rdv 149)
UN HERMANO, UN AMIGO
Cuántos recuerdos vienen a nuestra memoria y más en estos tiempos en los
cuales nos está costando no tener tu presencia física. Cuántos momentos compartidos
junto a ti.
Recordamos el día en que festejamos la llegada de la primavera en Villa La
Merced, cuando jugando a las bochas nos decías ¡Cuidado que si se pegan en un pie
les va a doler mucho! Y cuando saltando a la soga te diste un flor de golpazo. ¡Qué
susto! Todos nos arrimamos para levantarte y vos te hacías el valiente para no
preocuparnos.
Te alegrabas compartiendo con nosotros
Sentimos que ya nada será igual sin ti, pero nos quedan en el corazón
hermosos recuerdos y también lo que tú nos brindaste como persona: amor
incondicional, las enseñanzas transmitidas, los consejos recibidos, la sencillez y
serenidad para hablarnos, la compañía permanente, el refugio de tus brazos, las
sonrisas y caricias demostradas, entre innumerables cosas más.
Te extrañamos un montón, pero sabemos que estás junto al Ser que nos
enseñaste a ver con ojos nuevos y eso nos reconforta y nos anima cada día.
Hubiera sido lindo decírtelo personalmente pero tú ya lo sabias.
¡Nuestro cariño será para siempre Hermano Luis!
Cuadro elaborado por los docentes y alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Villa
General Belgrano con escenas de la vida del Hermano Luis.
Más arriba texto escrito por los alumnos del Colegio al conocer la noticia del
fallecimiento del Hermano Luis.
“Quiero expresar mis sentimientos por todo lo vivido junto a ustedes en los
últimos días de mi hermano Luis.
Yo, Hermana María Margarita de la Congregación de las Cooperatrices
Parroquiales de Cristo Rey, agradezco a Dios la vida de mi hermano Luis, su
humildad, su preocupación por la juventud; vivió plenamente su vocación religiosa, su
vida de piedad, su cercanía a la familia. Era muy responsable en sus cargos que tenía
como religioso y su entrega generosa.
En sus últimos momentos hablaba con dificultad, expresaba sus proyectos en
el Colegio donde últimamente estaba como director.
También nosotros su familia que tanto amaba, sus sobrinos, sus hermanos y
hermanas y cuñadas, agradecemos al Señor, lo que recibimos de él y que tanto nos
edificó en su vida, enfermedad y partida.
Quiso morir junto a su familia religiosa y su familia de sangre. Agradezco al
Señor haber estado junto a él con mis hermanos y acompañarlo en el momento de su
partida a la Casa del Padre donde un día nos encontraremos todos juntos en la
eternidad.
No puedo dejar de agradecer la delicadeza de los Hermanos del Colegio Benito
Nazar porque nos hicieron sentir familia y hermanos acompañando a Luis hasta el
último suspiro. Gracias Hermanos, que esta amistad que se creó, no se borre, sigamos
sintiéndonos hermanos en la oración y cuando el Señor permita nos encontremos, en
el peregrinar de estos días, camino a la Casa del Padre.
Con fraternal afecto”.
Hna. María Margarita Rausch c.o.c.r
“Tenemos que rezar porque se cumpla la voluntad de Dios y recibamos la gracia
de aceptarla con paz en el corazón”.
El Hermano Luis tuvo siempre buena salud. En el mes de julio de 2008 sintió
molestias en el estómago aunque los médicos no le dieron mucha importancia al
principio, pero con el pasar de los días se vio que había un problema serio en el
estómago. Sus molestias habían comenzado ya en diciembre de 2007, pues según
nos relata su hermana María Magdalena (familiarmente conocida como Maruca) en
dichas fechas fue a visitar a su familia en Bovril por la Navidad y ya manifestó que
algunos alimentos no le caían bien. Fue operado en la clínica San Camilo (Bs. As.) en
el mes de diciembre. Su enfermedad
nos golpeó fuertemente a todos.
En julio de 2008 comenzó a
hacerse estudios del sistema digestivo y
fue tratado por una úlcera en el
estómago,
hasta
que
estudios
posteriores pudieron dar un diagnóstico
más certero: Tenía un tumor en el
estómago.
La opinión de los médicos y del
cirujano sugería una rápida intervención
quirúrgica que se llevó a cabo en
Buenos Aires el día 17 de diciembre de
2008.
El estado de salud post Con los Hermanos Javier, Federico, Pedro y Nicolás
operatorio se complicó con una en febrero de 2009.
infección a nivel hepático que pareció
estar superada en el mes de febrero de 2009.
Los meses de marzo y abril fueron los mejores: el Hermano Luis se sentía bien,
mejoraba su estado de salud, hacía planes, hablaba de su tratamiento oncológico,
visitó a su familia en Rosario e hizo dos visitas al Colegio Sagrado Corazón de Villa
General Belgrano.
En el mes de abril recibió dos sesiones de quimioterapia, pero a finales de mes
empezó a desmejorar; los primeros días de mayo fue internado con el objeto de tener
un diagnóstico certero y con este objeto se hizo una interconsulta con el médico
cirujano, el inmunólogo, el oncólogo y el médico clínico.
Por su evolución desfavorable empezamos a temernos lo peor y esto se
confirmó cuando a mediados de mayo recibimos el informe médico: el Hermano Luis
tenía una metástasis hepática.
Tan agresiva fue la enfermedad que desde dicha fecha hasta el día de su
muerte, el 08 de junio, el deterioro se hacía evidente cada día.
Los hermanos de la comunidad del Benito Nazar le acompañaron durante toda
su convalecencia. También lo hizo de forma casi continua su hermano Florián,
religioso salesiano y por períodos alternados su hermano Fausto.
Todos sabemos el cariño con que su hermana María Magdalena (también
llamada Maruca) cuidó de Luis en sus últimos días y cuán apreciada es en la familia
por haber cuidado de los hermanos más pequeños cuando eran niños y después de
sus padres, ya mayores. Los últimos quince días con su paciencia y cariño lograba
suavizar el deterioro y la agresividad de esta enfermedad; acompañaron también sus
hermanas religiosas María Margarita y Teresa; entre todos lo cuidaban y atendían día
y noche.
El Hermano Pedro nos fue informando de los tratamientos médicos, de la
evolución del Hermano Luis y cómo sobrellevaba su enfermedad. Nos decía: “Creo
que en estos momentos necesita recibir apoyo, escucha, comunicación y animarle a
ver un horizonte esperanzador en la propuesta que la vida le ha hecho al ponerle en el
camino esta enfermedad. Les agradezco la oración y toda expresión de fraternidad
hacia su persona”.
Luis, con qué dignidad, con qué hidalguía, con qué serenidad has cargado con
tu cruz. Al verte en la clínica en mi última visita me acordé de las estrofas del himno de
Laudes que tantas veces has rezado:
Que cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor
ni se me nuble la paz.
Te fuiste rodeado de familiares, hermanos y amigos. Las primeras Ave Marías
en familia, las pronunciaste balbuceando tus primeras palabras; las últimas rodeado de
tus hermanos y amigos. Te fuiste tranquilo. Siempre te recordaremos.
Los hermanos de las comunidades de Buenos Aires, docentes de dichos
Colegios, sus hermanos, familiares y exalumnos, despedimos sus restos mortales en
la capilla del Colegio Benito Nazar el día 09 de junio de 2009. La ceremonia fue muy
emotiva al igual que la celebrada al día siguiente ya en Venado en la que el Hermano
Jerónimo expresaba: “Señor te agradecemos por haber estado presente en nuestras
vidas y te pedimos que continúes acompañándonos en esta vida de religiosos
consagrados para que realmente seamos testimonio de un Jesús viviente en la
educación de los niños”.
Aún rezamos por ti, pero tenemos la certeza de que Jesús ha escrito tu nombre
para siempre en su Corazón.
SU HOGAR – SU INFANCIA
Luis Jorge Rausch
Lell nació el 21 de junio de
1942 (en su documento
aparece la fecha del 27 de
junio por un error en el
registro) en la localidad de
Bovril, provincia de Entre
Ríos, aunque a reconocer
verdad sus padres vivían en
la chacra o campo de la
familia y que distaba unos 20
Km de la ciudad de Bovril.
Sus padres Nicolás
Rausch y Margarita Lell tuvieron estos hijos: Roberto, Alfonso(+), Erminda Margarita,
Eugenio(+), Teresa, Vicente(+), María Magdalena, Faustino, Luis(+) y Florián.
En la foto de familia podemos ver en primer lugar y empezando de izquierda a
derecha a sus padres Nicolás(+) y Margarita(+) y después los hijos: Roberto, Erminda
Margarita, Eugenio, Teresa, Vicente, María Magdalena, Faustino, Luis y Florián.
(Alfonso está ausente en la foto).
Erminda Margarita es religiosa Cooperatriz Parroquial; Teresa Hija de María
Santísima del Huerto y Florián religioso salesiano. Alfonso falleció a temprana edad,
Eugenio murió hace pocos años y Vicente en el año 2009 un mes después que su hijo
Raúl, sobrino que escribe en nombre de su familia la carta que está incluida en esta
biografía.
Don Nicolás era un hombre leal y muy trabajador; fuerte y de buena salud
vivió hasta los 95 años, pues falleció el día 07 de junio del año 1998. Toda su vida tuvo
una conducta honesta y una práctica religiosa fiel. Luis heredó de su padre la
dedicación al trabajo, su bondad y honradez.
Doña Margarita fue lo que denominamos “una santa”.
Educar a los hijos le exigió una gran entrega, mucha fortaleza y
una gran paciencia y confianza que le llevaba a hacer verdaderos
milagros para que alcanzara la ropa, la comida, las golosinas, el
tiempo, las caricias y los cuidados. Criar con esta dedicación a los
hijos también desgastó su organismo y falleció el 22 de octubre
de 1982 cuando solamente tenía 74 años de edad.
La “mamá Margarita” siempre tenía tiempo para detalles
del agrado de todos, como hacer queso, ricota, dulce de leche,
kreppel (torta frita crocante), pan casero, procke (sopa de pan
Foto de su cédula de
frito). Hay que reconocer que las hijas mayores ayudaban mucho identidad; tenía 14
con los más pequeños y aliviaban las tareas del hogar. Hasta años.
llegaban a dirigir el rosario que se rezaba en familia al concluir la
jornada como sabemos que hacían María y Teresa. Nos cuenta Florián: “Rezábamos
el rosario antes de la cena; en el buen tiempo en el patio de casa y en invierno en el
hogar”.
Una familia como la del Hermano Luis era muy común en esa época en el
campo argentino: una familia numerosa; una casa grande edificada en el campo cerca
del camino; una extensión de 200 hectáreas; animales de trabajo y crianza distribuidos
organizadamente en la propiedad.
La familia iniciaba sus tareas a las 05:00 de la mañana: las mujeres a ordeñar
las vacas lecheras y los varones a preparar los animales para el trabajo. Los hijos
varones ayudaban en las tareas del campo y el cuidado de los animales, variando sus
responsabilidades según la edad y las necesidades. Los mayores cuidaban del
ganado vacuno, las ovejas y los caballos.
Nuestro hermano desde niño aprendió a ayudar en la familia con las tareas
propias de su edad. Nos relata Florián: “En el campo teníamos ganado vacuno, ovejas
y criábamos también cerdos para
el consumo de la familia.
Teníamos abejas (las cuidaba
Eugenio) ovejas, patos, gansos y
aves de corral; una de las tareas
de los niños era buscar los nidales
ya que las aves ponían los huevos
en cualquier parte.
En el galpón teníamos una
herrería pues nuestro padre y el
abuelo sabían el oficio de
herreros; los niños ayudábamos
dando aire con una maquinita
manual. Otra tarea que hacíamos Un niño en el patio de la casa con sus hermanitos en la
era picar leña para hacer carbón o cuna; detrás se ve un carro verde o carro ruso.
para cocinar; en el monte había
guayabo que es una leña dura con la que hacíamos carbón.
Aunque las tareas eran abundantes y de todos los días, los domingos eran
sagrados en nuestra casa; para los niños eran días dedicados a tareas más gratas,
tales como recorrer el arroyo y la costa, cazar perdices y comer miel de camachui
(avispas pequeñas). En el año 2006 haciendo una recorrida de recuerdo por el campo
encontramos unas parrillitas de alambre que hacía 50 años atrás habíamos dejado
colgadas en las ramas de un árbol”.
En una oportunidad Luis y Faustino, (familiarmente llamado Fausto) en su afán
de ayudar fueron más lejos de lo recomendable al querer acelerar el corte de caña
dulce (kafir) para los animales. El mismo Fausto nos cuenta: “Estábamos cortando
caña dulce para dar de comer a los animales; Luis ponía la caña sobre el tronco de
madera y yo con el hacha iba cortando; decidimos acelerar el corte para avanzar más;
tan rápido ponía y sacaba la mano, que en un golpe con el hacha le corté el dedo
índice”. Luis con el dedo índice izquierdo colgando aún, corrió hacia nuestra madre
quien lo terminó de cortar con una tijera, lo curó y vendó; parece que lo hizo bien pues
cicatrizó rápido”.
Estos accidentes suelen ser comunes en el campo, pero en este caso es
curioso que aunque por motivos diversos, también les falta un dedo a otros de sus
hermanos. La vida de una familia tan numerosa tiene características que son difíciles
de entender para una familia de hoy día. Florián nos relata cómo era la vida en el
hogar, la escuela y cómo se organizaban para ir a misa los domingos:
“Nuestra casa estaba a unos 200 m de la ruta; muy cerca había un monte y
más lejos un arroyo que cuando crecía nos impedía ir a la escuela; al lado de la casa
había árboles frutales sobre todo cítricos y un corral para guardar los animales.
Muy próximo teníamos mucho monte de donde sacábamos leña para las
necesidades del hogar; era un lugar apropiado para ir a jugar y cazar animales como
carpinchos, guazunchos (corzuelas) y zorros; también pasaba un arroyo donde íbamos
a pescar; aunque teníamos que tener mucho cuidado con las víboras; en el verano
buscaban incluso las partes fresca de la casa o se metían en el baño y hasta las
encontrábamos en el calzado.
De niños hacíamos muchas travesuras y el abuelo ponía orden. Luis junto con
Florián y Fausto que trepaba muy bien, se subían a los árboles para sacar avisperos o
nidos de lechiguana. Es una avispa muy brava de ese nombre que hace un nido
cónico, de color gris, semejante al papel mascado, con celdas interiores donde está la
miel.
A 1 km vivía el tío Cristóbal Rausch (padre de
Aurelio y Remigio) quien tenía 11 hijos. Mi madre les
ayudaba en lo que podía; incluso llegaron a vivir con
nosotros hasta que hicieron su casa, que fue bendecida
por el Padre Massone, sacerdote salesiano nacido en la
provincia de la Pampa.
A la mañana temprano salíamos para ir a la
escuela rural distante unos 2 km de la casa; cada uno
preparaba su caballo poniéndole una carona o cojinillo de
cuero de oveja y con cuidado partía para la escuela. En la
escuela hablaban el castellano, pero en la casa oíamos a
nuestros mayores el dialecto alemán, así que íbamos
aprendiendo los dos idiomas.
Los domingos teníamos que recorrer en carro unos
20 km por camino de tierra (por la ruta eran unos 25 km)
para asistir a la misa dominical. Nos trasladábamos en el
carro ruso o carro verde tirado por dos caballos. Si se Florián y Luis el día de su
primera comunión.
podía, acudía toda la familia, aunque alguno se quedaba a
cuidar la casa bien con el papá o la mamá. Teníamos que salir a eso de las 06:00 de
la mañana para llegar a tiempo a la celebración de la Misa mayor a las 10:00.
Nuestros padres nos abrigaban bien con mantas apropiadas y si llovía
usábamos bolsas de arpillera para protegernos. Íbamos rezando en el carro; el abuelo
también iba a Misa y revisaba en los niños la ropa y el peinado. Nuestro abuelo se
llamaba Cristóbal Rausch y estaba casado con Bárbara Cachanoski que era polaca.
Era un gran dibujante y con frecuencia le pedíamos que nos hiciera los dibujos para la
escuela. Nuestro abuelo había sido administrador de una estancia propiedad de la
empresa Establecimientos Argentinos de Bovril Limitada (empresa productora de
carne envasada que en la época de su gran desarrollo, poseía ranchos completos en
Argentina equivalentes en tamaño a la mitad de Inglaterra y mantenía cerca de 1,5
millones de cabezas de ganado).
Los carros se dejaban bien cerca de la Iglesia o en la casa de algún pariente
del pueblo; teníamos una tía en Bovril. Luis y yo vivimos en su casa durante un mes
mientras nos preparábamos para la primera comunión. También se aprovechaba la
visita al pueblo para hacer la compra de algunos elementos necesarios en la casa o
llevar algún regalo de los productos del campo
a los parientes.
Ya en la Iglesia los niños se colocaban
adelante a la derecha; las niñas adelante a la
izquierda y los adultos atrás, también
separados”.
Desde el primer asentamiento alemán
en nuestro país se establecieron escuelas
bilingües, pues tenían especial interés en que
los niños conservasen el idioma materno. La
articulación entre escuela pública en castellano
y escuela sustentada por los colonos en
Interior de la Iglesia parroquial de San
alemán, se resolvió, en parte, mediante la Miguel de Bovril.
implementación del doble turno: en castellano a
la mañana y en alemán a la tarde. En las zonas donde el gobierno no montaba una
escuela, los mismos colonos contrataban una maestra, e improvisaban un aula, en un
galponcito cedido por algún vecino, o en el caso de los católicos, en una dependencia
de la capilla.
Los juguetes que podían encontrarse entre los niños de las aldeas eran en su
mayor parte fabricados por ellos mismos. Usuales eran los huesitos de animales que
representaban vacas, caballos y otros animales de granja y que servían para
conformar el corral de palos clavados en el suelo; a esto se agregaban las trilladoras,
los autos y los otros vehículos. Sólo en ocasiones, como Navidad, merecían la compra
de algún juguete especial, aunque lo más común eran las, no menos esperadas
golosinas y caramelos.
PATRIA CHICA – UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Entre Ríos es la decimoséptima
provincia argentina más extensa y la sexta más
poblada. Está situada al norte de la provincia
de Buenos Aires, al sur de la provincia de
Corrientes, al este de la provincia de Santa Fe
y al oeste de la República Oriental del Uruguay.
Por otra parte, está ubicada al sur de la
Mesopotamia Argentina abrazada por los ríos
Paraná y Uruguay, vocablos guaraníes que
significan Pariente del Mar (Paraná) y Río de
los Pájaros (Uruguay); estos ríos determinaron
el estilo de vida de sus habitantes y constituyen
parte de las atracciones turísticas como la
pesca, actividades náuticas y los balnearios a
lo largo de todas sus orillas.
Su territorio es una fértil llanura, con intensa actividad agropecuaria, donde
sobresalen los cultivos de cereales (arroz, trigo, maíz) y cítricos, la cría de vacunos y
aves de corral. Su gastronomía es variada, porque comparte las características de su
vecina zona pampeana (abundancia de típicos asados) con las propias, es decir con
toda clase de pescados de río y excelentes corderos. Tiene una vida rural apegada a
las viejas tradiciones, con domas de caballos, diestros jinetes y profusión de cantores
con alegres repertorios locales, dado que su música es sumamente dulce y armónica.
Entre Ríos ha sido tierra de caudillos que dejaron huellas en la historia
nacional, cuna de poetas ilustres y políticos, recibidor de corrientes migratorias que
mucho aportaron a la cultura y la economía regional. Es la provincia “matera” por
excelencia. Tomar mate en familia o en grupo (compartiendo) está vinculado al
agasajo, al recreo, al disfrute de un agradable intercambio muy familiar o de total
confianza.
El mate es la infusión preferida y apreciada por los argentinos en general y, por
supuesto, para los habitantes del campo entrerriano. Consiste en una infusión de
yerba mate y agua a punto de hervir, por lo que es una bebida caliente; en algunos
casos se le pone azúcar -mate dulce- pero normalmente se toma sin endulzar -mate
amargo o “cimarrón”. Del mismo modo (mate) se llama al recipiente que se usa para
tomar la infusión, hecho de una variedad de calabazas pequeñas con forma de “pera”.
Su preparación -casi un rito- requiere determinadas operaciones en secuencia:
echar la yerba en el mate hasta un poco más de la mitad de su continente, agregar el
agua cuidando que no esté tan caliente en la primera cebadura de modo de no quemar
la yerba, dejar “hinchar” la misma (que se humedezca lo necesario y casi leude) por
unos minutos, introducir entonces la bombilla que quedará aprisionada y por fin,
invadir el mate con nueva agua caliente que se succionará por la bombilla.
LOCALIDAD DE BOVRIL
La ciudad de Bovril debe su nombre y fundación a una empresa británica hoy
desaparecida: “Bovril Limited” conocida en nuestro país también como “Sociedad
Argentina Bovril”, que entre fines del siglo XIX y comienzos del Siglo XX, edificó un
imperio económico de carácter mundial dentro
de la industria de la carne vacuna y sus
derivados. Fue esta compañía la autora del
trazado fundacional de lo que hoy es la
localidad de Bovril, la cual obviamente debe su
nombre a la referida empresa.
El ferrocarril era el medio de transporte
más conveniente para llevar hasta el puerto de
Buenos Aires la carne y los granos que se
producían en los campos. Por eso en esta zona
fuertemente agrícola y ganadera, el puntapié
inicial para el surgimiento de lo que sería la
primitiva “Colonia y Pueblo Bovril” fue dado por
la construcción del ferrocarril.
En 3 de noviembre de 1912, en el
kilómetro 49 de dicho trazado, se comenzó a
construir el edificio de la estación de pasajeros
de Bovril y fue habilitada, junto con el
mencionado ramal, el 11 de abril de 1914,
iniciando así su labor un año después de la
fundación de la localidad. El ferrocarril, además
de ser el artífice del nuevo pueblo, sería durante
décadas el eje de su actividad económica y el consecuente progreso de la localidad.
Florián nos cuenta que cuando era seminarista y volvía de vacaciones a su
casa, iba en tren desde Paraná hasta el apeadero de Bovril.
Los primeros asentamientos humanos en lo que hoy es Bovril estuvieron
constituidos principalmente por ingenieros, topógrafos y peones del ferrocarril en
construcción, que hicieron primero las mensuras, es decir, la demarcación de las
manzanas del futuro pueblo a crearse y de las chacras adyacentes hacia las Estancias
de la Compañía Bovril y después realizaron el terraplenado.
No obstante lo expuesto, la tradición oral indica que al mismo tiempo que los
trabajadores ferroviarios habrían habitado esta zona, algunas familias, dedicadas a la
producción de leña y carbón vegetal fueron asentándose.
El 26 de Marzo de 1913, el Gobernador de la Provincia resolvió la aprobación
del trazado presentado por la compañía Bovril, creando así la “Colonia y Pueblo
Bovril”, que hasta entonces se llamaban “Km 49”. Al aprobarlo, el Gobierno provincial
obligó a la Sociedad Argentina Bovril, en carácter de propietaria de las tierras, a dejar
reservas fiscales, es decir, superficies destinadas a edificios y espacios públicos: una
plaza, una escuela, una comisaría, un cementerio, calles y avenidas.
La medida se completaría con el remate en la ciudad de La Paz de las tierras
que hoy son la ciudad de Bovril y colonias aledañas, efectuado el 13 de abril de 1913.
A partir del hecho numerosos pobladores llegaron a la flamante localidad y la
población inicial fue creciendo alrededor del floreciente negocio que era la explotación
de los montes y tierras de cultivo.
El ferrocarril brindó el
medio de llegar a los mercados
de consumo con la enorme y
extraordinaria riqueza forestal
que guardaban los montes
vírgenes. En aquel entonces, y
por
varias
décadas,
las
cosechas procedentes de las
colonias
vecinas
se
almacenaban en los galpones
del ferrocarril a la espera de ser
cargadas en los trenes.
Estibas de cereales antes de ser cargadas en el ferrocarril con
Con el alambrado de los destino al puerto para su exportación.
solares que comenzó por ese
entonces y la construcción de varias casas de ladrillos, la población de Bovril empezó
a definir una especie de Villa. Para esta fecha Bovril tenía 2.350 habitantes. En la
actualidad su población es de unos 9.000 habitantes.
Bovril fue escogido por inmigrantes que en gran número llegaron a estas tierras
en el marco de la oleada inmigratoria que experimentaría el país a fines del siglo XIX y
las primeras décadas del siglo XX. Así surgieron las colonias donde se asentaron las
familias de alemanes del Volga, nombre que alude a la particular historia de este
pueblo que debió emigrar dos veces desde su Alemania natal a Rusia inicialmente y
luego de cien años a América.
¿Por qué los alemanes del Volga eligieron la provincia de Entre Ríos?
Evidentemente, por las posibilidades que brindaba la tierra para la agricultura, la
cercanía de los ríos, la abundancia de madera y, fundamentalmente, las cartas de
quienes ya se habían asentado y llamaban a sus familiares, donde se comentaban las
bondades del suelo y del clima y las promesas del gobierno argentino.
Y tan buenas resultaron las dos primeras cosechas, que los colonos pudieron
cancelar en ese término su deuda con el gobierno, convirtiéndose en propietarios
exclusivos de la tierra que cultivaban, habiendo superado los obstáculos que
representaban la extrema dureza de un terreno que nunca había sido roturado y,
paralelamente, la falta de arados de hierro.
La ciudad de Bovril, al igual que tantos pueblos del interior, ha nacido de una
búsqueda incansable de hombres y mujeres sedientos de fundar una nueva vida,
teniendo como objetivo la dignificación de su existencia a través del trabajo y vivir en
paz construyendo un futuro esperanzador.
Y así lo sienten los habitantes de esta
localidad que en el arco que da la bienvenida
al visitante le reciben con esta frase: Bovril
tierra de esperanza.
Posteriormente, entre 1930 y 1931 se
construyó la Capilla San Miguel que se erigió
como Parroquia el 19 de mayo de 1935,
asumiendo ese día sus funciones el primer
Párroco: Presbítero José María Gareis. El 24
de junio de ese año se celebró el primer
casamiento y el 4 de septiembre la primera
confirmación. (ver foto)
INGRESO AL ASPIRANTADO DE LOMAS DE ZAMORA
Un día de tantos del año 1956 el Hermano Bernardo pasó por Bovril, visitó el
hogar de los papás de Luis y le invitó a ingresar al aspirantado de los Hermanos del
Sagrado Corazón. Tenía 14 años. Ese año las clases comenzaron en el mes de mayo
a causa de la enfermedad llamada “polio”. El Hermano Luis solía contar que pasó por
su casa el Hermano Bernardo, le pusieron en el carro y se fue con él.
El Hermano Bernardo cuando visitaba los pueblos lo primero que hacía era ir a
la parroquia y después a una familia con quien tenía confianza. También se acercaba
a la escuela. Nos relata Florián: “Viajaba con dos bolsos grandes y a veces lo veíamos
en sotana subido al carro para ir de la casa de un vecino a la de otro. El Hermano
rezaba con la familia y si se quedaba a dormir solía dirigir él la oración. En su visita a
la escuela conversaba con los chicos, pasaba diapositivas y solía dejar estampas y
recuerdos en las familias”.
El Hermano Mario Gassmann nos comparte el origen de las numerosas
vocaciones a la vida religiosa entre estas familias:
“Las familias de alemanes provenientes del Volga que se asentaron en estas
tierras, se han caracterizado por ser gente sencilla, trabajadora, con una intensa
práctica religiosa, acendrada piedad y profunda fe en Dios y su Santísima Madre.
Donde había una familia de alemanes del Volga, allí había práctica de fe
religiosa. Al levantarse a la mañana, se hincaban en el suelo, se persignaban y
rezaban. Rezaban antes de comer, agradeciendo a Dios el pan nuestro de cada día y
antes de irse a descansar se hincaban nuevamente al pie de la cama para rezar.
Cuántas familias podrían testimoniar la presencia de meritorios hermanos o
sacerdotes recorriendo los intrincados y polvorientos caminos de nuestras colonias en
búsqueda de candidatos para sus casas de formación. Por esas Aldeas y en distintas
épocas han pasado los Hermanos David, Bernardo, Jesús y hasta el mismo Luis
buscando vocaciones. Cuántos, aún niños, dejaron sus pequeños y cálidos hogares,
con gran dolor y santa ilusión de sus padres, para marcharse muy lejos e ingresar a
una casa de formación.
De ahí las numerosas vocaciones de religiosos y religiosas que han regalado a
las Congregaciones y a la Iglesia. No es de extrañar, entonces, que del hogar de
nuestro querido Hermano Luis hayan surgido cuatro vocaciones a la vida religiosa.
¡Qué aldea no ha dado hijos e hijas a su iglesia!
“… Y en la tierra del pan y de las hostias
floreció, cual milagro,
la síntesis grandiosa de una raza
hecha de fe y de patria asentada
en los pilares del hogar cristiano
y en las columnas del trabajo honrado.
y con sano orgullo lo muestran al mundo.
… Mi blasón es la paz; mis espadas
son sus torpes manceras del arado.
mi tesoro, el hogar que es carne y sangre
que ofrezco diariamente
en las aras de Dios y de la Patria”. ” (Monseñor Enrique Rau)
Querido Hermano Luis: estoy seguro que este canto interpreta tu vida y la de tu
familia: un corazón sencillo y el amor a tu terruño destacan la humilde generosidad del
que no abre las manos para pedir sino para dar”.
El recuerdo que nuestro hermano guardó de esta etapa fue la dirección
paternal del Hermano Segundo, la entrega sin límites del Hermano Bernardo, los
tiempos de oración, las horas dedicadas al estudio para nivelar los conocimientos
aprendidos en la escuela del pueblo y los ratos de recreación. Todo muy placentero.
Hizo el aprendizaje de la vida en grupo, de la obediencia y de la disciplina.
Durante los años 1957, 58 y 59 realizó en Venado Tuerto los estudios del Ciclo
Básico de Bachillerato indispensables para acceder a los estudios del Magisterio.
Los últimos seis meses del año 1959, se intensificaron los conocimientos sobre
el Instituto y otros temas de la vida religiosa. Ayudado por las orientaciones del
Hermano Pablo Arrázola (Ramiro) su maestro, Luis, libremente, decidió avanzar en el
camino iniciado solicitando su ingreso al noviciado que haría en el año 1960.
NOVICIADO- SAN ESTEBAN
“Los novicios se dedican a conocer la Sagrada Escritura y la Regla de Vida.
Adquieren los fundamentos del culto al Sagrado Corazón, se inician en la
historia y espiritualidad del Instituto”. (Rdv 190)
San Esteban es una pequeña localidad situada al norte de la provincia de
Córdoba a 99 kilómetros de la capital. En la actualidad tiene unos 600 habitantes y su
principal actividad es el turismo, debido a su ubicación serrana. El cierre del ramal
ferroviario afectó mucho al progreso del pueblo y a sus habitantes.
Los Hermanos adquirieron allí una propiedad en donde se edificó una casa
para el funcionamiento del noviciado. El grupo del Hermano Luis fue el primer grupo
en hacer allí su noviciado iniciándolo el 2 de enero del año 1960.
En la casa todo estaba por hacer y acomodar. Alguna vez hemos
oído comentar al Hermano Luis de la dureza del trabajo ese año
del Noviciado, bien arreglando la casa, haciendo acequias, tapias y
hasta dos grutas a la Virgen.
En el año 1960 la casa de formación de Lomas de Zamora
se inicia como Colegio y por lo tanto se traslada el noviciado a San
Esteban. Unos años después se hace el traslado del juniorado a la
localidad de Villa General Belgrano.
Su Maestro en esta etapa fue el Hermano José Luis Martínez de Lahidalga
formando comunidad con los Hermanos Segundo y Agustín. Muchas veces le he oído
comentar los paseos por Dolores, el Mástil, el cerro Uritorco, Capilla del Monte, Los
Cocos y también las horas dedicadas a cultivar la tierra y arreglar la acequia.
Pero el noviciado es un tiempo de formación espiritual. Poco a poco con el
estudio, la oración y las pláticas de los hermanos, fue comprendiendo que el avance
espiritual es un proceso que dura toda la vida, por el que tenemos que decidirnos cada
día. Incrustar mi vida en el proyecto que Dios tiene para mí, significa que es para
siempre.
El hermano Luis comentaba con alegría y agradecimiento la experiencia del
noviciado. Tenía una gran admiración por el Hermano Agustín. Su anecdotario era
muy variado y oportuno. Al terminar el año de noviciado hizo la primera profesión el
día 5 de febrero de 1961 en San Esteban.
Terminada su estadía en San Esteban, Luis ya hermano, va a Venado Tuerto
para hacer el Escolasticado los años 1961, 1962 y 1963; el 10 de diciembre de 1963
obtiene el título de Maestro Normal Nacional en el Instituto Sagrado Corazón que lo
habilitó para educar como maestro; en el año 1964 lo registra ante el Ministerio de
Educación y Justicia de la Nación y en el año 1965 en la Dirección General de
Escuelas de la Provincia de Buenos Aires.
Paralela a la formación pedagógica corría la formación espiritual y religiosa. Su
Maestro fue el Hermano Joaquín que le inculcó una tierna devoción a la Virgen María.
El Hermano Santos recuerda de esta etapa que el Hermano Luis al ser el hermano
“más antiguo” (el de mayor edad o años en comunidad) se llevaba muy bien con el
Hermano Joaquín y recibía de éste encargos de responsabilidad. El año 1964 el
Hermano Luis vivió en la ciudad de Venado Tuerto pero ahora desempeñándose como
maestro en el Colegio Sagrado Corazón.
Finalizado su período de los votos temporales, el Hermano Luis no teme
comprometer su futuro y “renueva su consagración religiosa al Señor mediante
vínculos firmes y estables” (RdV 65). Hace los votos perpetuos el 1º de enero de 1967.
Tiene claro a que se compromete. Se subió a la barca del Instituto el año 1956 y no se
bajará hasta encontrarse definitivamente con el Señor.
En setiembre de 1979 participó en Roma de una sesión de renovación
espiritual, también llamado “Gran Noviciado”. Al culminar la sesión en mayo de 1980
junto con algunos hermanos del grupo, peregrinó a Tierra Santa e hizo un viaje por
Francia y España.
ITINERARIO DOCENTE – OBEDIENCIAS
En el cuadro que sigue se refleja el itinerario del Luis desde el año1963, las
ocupaciones y cargos que ha desempeñado hasta 2009.
1964
1965-1966
1967
1968-1975
1975-1978
1978-1979
1980-1984
Colegio Sagrado Corazón
Venado Tuerto donde se
desempeña como
maestro de grado.
Colegio
Belgrano
de
Temperley donde
se
desempeña
como
maestro de 4º grado y
que vemos en la foto.
Colegio Sagrado Corazón
de Villa General
Belgrano, como maestro de juniores.
Colegio Sagrado Corazón de Lomas de Zamora, como administrador,
maestro de grado y desde el año 1972 a 1975 Director del Colegio.
Reclutador o promotor vocacional.
Colegio Benito Nazar Buenos Aires, como superior de la comunidad y
maestro de grado. En julio de 1979 es enviado a Roma para hacer la
sesión de espiritualidad.
Colegio San Rafael como Director.
1985-1993
1994-1999
2000-2009
Colegio Belgrano de Temperley, como superior de la comunidad y
director del nivel primario.
Colegio San Rafael, como superior de la comunidad y director del nivel
primario.
Colegio Sagrado Corazón en Villa General Belgrano como superior de
la comunidad y Director del Colegio.
EL HERMANO EDUCADOR
“Como miembro de un Instituto dedicado a la educación cristiana tenemos la
específica responsabilidad de dar a la persona humana una formación integral
con vistas a su destino eterno”. (Rdv 149)
Una de sus grandes preocupaciones era la de dar buena formación humana,
religiosa y moral a aquellos que le estaban confiados. Animaba a todos a asumir sus
responsabilidades dando el ejemplo de religioso entregado a los demás.
Fue para sus alumnos un guía seguro haciendo surgir en ellos lo mejor de cada
uno. Dotado de una autoridad natural quería que todos progresaran en el control de si
mismos. Alguna vez recurrió a métodos más convincentes con los díscolos o
distraídos. No toleraba las burlas o las bromas pesadas.
Inculcaba el valor del esfuerzo y del sacrificio como medio de conseguir las
metas propuestas.
Estaba convencido de que
la oración es la palanca en la que
se basa toda la acción apostólica.
Oraba al Corazón de Jesús
pidiéndole que abra el corazón y la
mente de sus dirigidos para recibir
con gozo el mensaje del Evangelio.
El Hermano Luis ha sido
muy buen educador. Numerosos
exalumnos han hablado de él con
mucho agradecimiento por el
impacto profundo y bueno que les
había dejado. Simplemente me El Hermano Luis y alumnos del Colegio Sagrado Corazón
remito al texto que encabeza esta de Lomas de Zamora.
biografía, escrito por los niños de
sexto grado del Colegio Sagrado Corazón de Villa General Belgrano junto con su
maestra y que continúa de esta manera:
“Esperábamos las fiestas del Colegio como el día del Sagrado Corazón, día
del niño y del Hermano Policarpo porque sabíamos que nos preparabas chocolatada
con facturas o golosinas, como cuando nosotros preparamos nuestros cumple años e
invitamos a las personas queridas para compartir este momento.
¡Te alegrabas compartiendo con nosotros!”
EL HERMANO RELIGIOSO
“Por medio de nuestras vidas consagradas el Espíritu hace más visible al mundo
la muerte y la resurrección de Cristo”. (Rdv 62)
Luis ha sido un hombre fiel. Fiel a los valores religiosos, fiel a los compromisos
contraídos, lleno de amor para el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón. Era
feliz en conocer la situación de las provincias del Instituto y sus proyectos.
Se desempeñó durante varios años como maestro; desde hace 29 años lo
hacía ya como Director. Sus superiores no han tenido dificultades para confiarle un
cargo de responsabilidad bien como director de comunidad, administrador y consejero
provincial. La obediencia lo ha llevado a diversas ciudades y colegios. Siempre se
adaptó sin dificultad a la tarea encomendada.
Era un hombre de oración simple, sin manifestaciones espectaculares, realista,
convincente. “En medio de las tareas apostólicas debemos perseverar en la oración”.
(Rdv 133) Sabía que Dios siempre encuentra una frecuencia en nuestra radio interior
para solucionar cualquier situación en nuestra vida y disfrutar de su paz. Solía repetir:
“la oración no es cosa de broma”.
Piadoso y también amante de María. En su enfermedad se sentía protegido por
Ella y le rezaba en silencio.
Luis fue ante todo un hombre de Dios, un hombre de fe. El Hermano Luis ha
puesto en su vida el sello que atestigua su fe en el Corazón de Jesús, la fe que
sostuvo hasta el último aliento. El credo de su vida debe animarnos a no conformarnos
con guardar un recuerdo del hermano, sino a hacer nuestro el credo de su vida como
Hermano:
Creyó en Dios, amor.
Creyó en la familia, corazón de los pueblos.
Creyó en los niños y jóvenes, corazones sagrados.
Creyó en sus hermanos, corazones en fraternidad.
Creyó en la bondad, corazón humano.
Creyó en Jesús, Corazón de Dios.
Creyó en su vocación, corazón del camino.
Creyó en el amor, corazón de la vida.
Creyó en María, corazón de madre.
Creyó en el Amor, vivió de él y lo difundió. Por eso decimos Hermano Luis
descansa en la paz del Amor que te creó, que te llamó, que te señaló un camino, que
te acompañó en la vida y que ahora te llamó a ser y vivir uno con él.
HERMANO ENTRE SUS HERMANOS
“De compartir un mismo ideal de vida y de apostolado surgen múltiples
ocasiones de conocernos, aceptarnos y amarnos”. (Rdv 26)
El Hermano Luis fue para mí un hombre de consejo (compartimos varios años
la responsabilidad del gobierno de la provincia) sentía para con él una gran cercanía,
confianza y aprecio. Era una persona acogedora, jovial, serena, un colaborador
sacrificado y leal. No fue para atrás ante el trabajo ni ante las dificultades que tuvo que
enfrentar. Ha amado mucho a su familia por la que sentía un profundo agradecimiento.
Hacía agradable la vida de comunidad pero le gustaba poner orden con las
personas y en las cosas de la casa. Ello le valió alguna incomprensión de parte de
quienes no opinaban como él. “El superior sostiene y coordina nuestros esfuerzos
hacia la perfección de la caridad”. (Rdv 28)
Fue un hermano abierto y respetuoso de las opiniones de los demás, de muy
buen consejo; sabía quedarse muy cerca de Dios plenamente abandonado a su
voluntad.
Se interesaba por los hermanos preguntando por las actividades de cada uno,
del progreso en sus estudios y su tarea como educadores. Disfrutaba de la lectura del
Anuario (crónica anual del Instituto) y se deleitaba leyendo las circulares y las cartas
de los superiores del Instituto.
Su buen espíritu comunitario se
hacía patente cuando recibía la visita de los
hermanos de otras comunidades. Era para
él una fiesta, la ocasión para contar sus
experiencias educativas, organizar algo
lúdico o de esparcimiento. Todos nos
acordamos de los buenos momentos
pasados en su compañía. Sabía ser
agradable, amante de buenas historias uno
se divertía al oírle contar sus salidas de
caza y pesca o las subidas al cerro
Los Hermanos Mario Stempel, Mario
Champaquí (2.790 m). Desbordaba de Gassmann y Luis y dos exalumnos subiendo
buen humor al encontrarse con amigos y al cerro Champaquí.
conocidos.
Muy habilidoso para arreglar y reparar, lo mismo soldaba un banco de clase
que podaba las plantas y los frutales. Hay que reconocer su buen gusto para hacer
arreglos con plantas y adornar los jardines sobre todo en Villa General Belgrano donde
tenía un jardín cuidado y muy atractivo.
TESTIMONIOS
“Compartimos con los profesores seglares la responsabilidad de la
formación moral y religiosa de los alumnos”. (Rdv 157)
Han llegado varios aportes para completar la biografía del Hermano Luis.
Gustoso los incluyo en el trabajo ya que reflejan lo que nuestro hermano ha sido para
ellos y el aprecio que sentían por su persona.
El testimonio de su sobrino Raúl
es especial y refleja el cariño de todos los
sobrinos y demás familiares. Los
hermanos vimos el cariño que todos
tenían por su tío en las visitas que le
hacían y la preocupación por el desarrollo
de su enfermedad.
Pero el llanto de Raúl el día del
entierro del Hermano Luis era expresión
de un sentimiento de orfandad; su tío Luis
había sido una persona importante en su
vida y sentía que le desaparecía de la
vida como si se lo hubieran arrebatado.
Nos cuenta el Hermano Pedro:
Tres de sus sobrinos con sus esposas e hijos.
“Tuve varias comunicaciones y correos
de su sobrino Raúl; siempre preguntaba
por los hermanos de la comunidad y me manifestaba su admiración y cariño hacia su
tío Luis.
En el mes de julio de ese mismo año tuvo un derrame cerebral; en los
momentos que estuvo un poco recuperado hablaba de su tío Luis y manifestaba que
quería hablar conmigo. En una ocasión estando en Venado Tuerto, me acerqué a la
ciudad de Rosario para visitarle en el hospital pues había sido internado; a la hora de
llegar al hospital, el médico de terapia intensiva salió a comunicarnos su fallecimiento.
El dolor fue inmenso; la desolación de la familia indescriptible; su madre, cuñada del
Hermano Luis, y que guarda un gran aprecio y cariño por él, decía: “Mi hijo Raúl se ha
ido con su tío Luis; no podía vivir sin él; eran iguales, buenísimos; no pudo soportar la
muerte de su tío”.
Que sean estas palabras de Raúl, que van a continuación, a la vez que un
testimonio del cariño de su familia hacia el Hermano Luis, la expresión de su unión en
el cielo.
“Quiero expresarle en nombre de mi familia mi más sincero agradecimiento por
los cuidados que tuvo con nuestro querido tío Luis, en cada visita o comunicación de la
familia encontramos en Ud. y en todos los hermanos corazonistas valores y
sentimientos profundos los cuales los vimos en el
especial cuidado y trato que tuvieron con el tío,
desde que comenzó la enfermedad.
El tío Luis es un ejemplo para todos nosotros,
tenemos recuerdos imborrable; desde que éramos
muy chicos nos trató siempre con cariño a todos
nosotros (Gabriel, Miguel Ángel, Daniel, Ariel,
Marcelo y yo, Raúl) en nuestras vidas compartimos
días inolvidables, días de aventuras en el campo de
los abuelos, días de pesca en el Gualeguay, en
Santa Elena o en la costa del arroyo lindante al
campo del abuelo, de compartir una mesa en familia
con los abuelos, tíos, primos y amigos de la familia,
de rezar el rosario por las noches antes de ir a
Con su sobrino Raúl y los hijos de
dormir, de ayudar en las tareas o trabajos que éste, Matías y Franco, en un cerro
emprendía (siempre me sorprendía con sus de Córdoba.
proyectos). El tío nos visitó muchas veces en nuestra
casa de Rosario, estuvo en los momentos importantes de la vida de cada uno de
nosotros, en nuestros casamientos, cuando nacían nuestros hijos o en momentos
difíciles de enfermedades en familia.
Recuerdo y recordaré siempre su último viaje a Rosario para pasar Semana
Santa con nosotros, acompañar a mi madre y a mi padre que está atravesando un
momento difícil. Hasta entonces toda la familia estaba muy contenta de verlo
recuperado de su operación, todos, absolutamente todos, estábamos convencidos que
estaba recuperado. En esos días compartimos almuerzos, paseos, charlas amenas;
siempre tenía buen humor (nunca se veía enojado) y con su sabiduría nos enseñó
muchas cosas que llevaré grabadas el resto de mi vida. Mi tío Luis es verdaderamente
un ejemplo a seguir.
El 8 de junio Dios llamó a Luis para que lo acompañe y nos guíe desde el cielo.
Les doy a todos los Hermanos del Sagrado Corazón, en nombre de la familia
Rausch, las GRACIAS por toda la ayuda, el apoyo y las oraciones”. Raúl Rausch
El Hermano Pedro expresó estas palabras en la despedida del hermano y que
fueron publicadas en una revista de nuestros Colegios: “El Hermano Luis fue un
hermano de confianza y de fe. Supo confiar y aceptó el reto que supone ser
depositario de la confianza de los demás. En su vida dedicada con entrega a la
educación de niños y jóvenes se hizo evidente su fe en la bondad de la persona, en su
capacidad de cambio y en las posibilidades maravillosas del ser humano cuando se
abre a la gracia de Dios y colabora con su esfuerzo.
Sus exalumnos, docentes y hermanos sabemos también de su paciencia, de su
fortaleza para esperar el momento en que cada persona madura y está dispuesta a
dar un sí responsable y sincero.
Así como el apóstol san Pablo dice: “he corrido la carrera, he sostenido la fe” (2
Tim 4, 6-8) creo que nuestro Hermano Luis ha puesto con su vida el sello que
atestigua su fe en el Corazón de Jesús. Y pasó los últimos momentos con el nombre
de Jesús en los labios y haciendo la señal de la cruz.
El credo de su vida debe animarnos a no conformarnos con guardar un
recuerdo del hermano, sino a hacer nuestro el credo de su vida como hermano. El
creyó, pero nosotros podemos también decir y hacer haciéndonos su eco: sí, creemos.
Los Hermanos del Sagrado Corazón
agradecemos la oración, estima y apoyo
dado al Hermano Luis.
En el período de convalecencia estuvo
rodeado de toda su familia, los hermanos de
la comunidad, el afecto de los niños y
docentes, exalumnos y amigos. La fe del
hermano en la familia se hizo evidente hasta
el último momento.
Gracias a todos por acompañarnos,
por seguir creyendo en la fe que recibieron o
cultivaron a través del Hermano Luis.
El Hermano Luis fue maestro o
desempeñó cargos directivos (en algunos
años ambas tareas a la vez), en los Colegios
Sagrado Corazón de Venado Tuerto (3 años),
Colegio Belgrano de Temperley (11 años),
Sagrado Corazón de Lomas de Zamora (8 El Hermano Luis remontando un barrilete con
años), Benito Nazar de Bs. As (3 años), San familias del Colegio. Lo mira el Hno. Guillermo.
Rafael de Bs. As. (9 años) y Sagrado
Corazón de Villa General Belgrano (14 años).
Por eso estos testimonios que nos llegan de docentes de estos Colegios.
“Es difícil en estos momentos decir lo que se siente, que en mi caso lo he
tenido varias veces de director. ¿Qué puedo decir del Hermano Luis? Que siempre ha
estado dispuesto a escuchar, a consolar, a demostrar el cariño que tenía y volcarlo
hacia los demás.
Siempre me ayudó en los momentos difíciles que he pasado y me ha
demostrado en muchas ocasiones su amistad y comprensión. Segurísimo que Dios lo
ha premiado entrando al cielo por la puerta grande, ya nos encontraremos todos otra
vez”. Elvira Melcón (mamá del Hno. Daniel).
“Si tuviera que definir al
Hermano Luis lo haría con estas
palabras: “manso y humilde de
corazón”. Así era él, sencillo en sus
palabras y actuar cotidiano que
despertaba cariño en todas las
personas que lo rodeábamos niños,
docentes y padres.
A veces también teníamos
nuestras diferencias pero siempre
llegábamos a un acuerdo. Por todas
esas vivencias debe ser que lo
extraño tanto y por ello guardo en mi
corazón los mejores recuerdos de
tantos momentos compartidos”. Sra.
Nancy Gigena.
El Hermano Luis con los alumnos de 7º grado del
Colegio Sagrado Corazón de Villa General Belgrano.
“Uno de los momentos compartidos con el Hermano Luis fue, cuando en el año
2006 transcurriendo el mes del Sagrado Corazón y enseñando a los alumnos cosas
referidas a este tema le pregunté que era un escapulario y él me explicó, y no sólo
eso, se presentó en clase con uno para que se lo mostrara a mis alumnos. Cuando fui
a devolvérselo me dijo que lo guardara.
Hasta el año 2008 estuvo acompañándome como un bien preciado en el folio
de mi carpeta de clases, porque luego de ser operado, me pareció conveniente que
debía tenerlo él como signo de fortaleza y fe. Se lo entregué al Hermano Pedro con
unas líneas que decían: “Hermano Luis espero que te encuentres bien. Te extrañamos
un montón. Te hago llegar el escapulario que me diste… te lo presto hasta que
vuelvas con nosotros”.
Cuando volvió en marzo, se acordó y sus palabras fueron: “Me lo prestaste
hasta que vuelva” y nos reímos los dos, porque los demás no conocían esta historia.
Lo único que esperaba es que esa prenda tan valiosa para mi, haya servido
para acompañar a una persona tan rica moral y espiritualmente en su preparación
para encontrarse con Dios, como lo fue nuestro querido Hermano Luis”. Sra. Graciela.
“Lo conocí tempranamente. Él era ya escolástico (terminaba el magisterio) y yo
junior (primer año del secundario), en el seminario de Venado Tuerto. Era el sacristán,
y nos llamaba la atención la seriedad y simplicidad con que hacía su trabajo y ¡lo largo
que era!
Pasando los años fue demostrando que ésas no eran sus únicas cualidades,
aunque sí las fue profundizando. Se le sumaron la satisfacción profunda y su
manifestación sencilla ante las pequeñas alegrías de la vida. Nunca fue estridente a
pesar de llorar –literalmente- de risa.
Fue un hombre de paz; fue un hermano constructor de paz. Puedo dar fe de su
capacidad para vencer en ciertas batallas y construir la paz en ambientes escolares y
también, comunitarios adversos.
Sus placeres fueron simples, silenciosos, fraternos, sin ostentación… Ha sido
un testimonio estruendoso desde la mansedumbre, la simplicidad y el casi silencio de
su accionar. Creo también que, dada su personalidad, hubiera preferido siempre la no
exposición, pero sus obligaciones le imponían otra cosa y él las asumía con total
responsabilidad y sin ningún alarde.
Entre su “cachiquengue” (auto destruido y obsoleto) y sus “¡Mirá…, mirá…!”
(admiración casi infantil) todos nos acordaremos de esas anécdotas que lo hacían
disfrutar de la vida sencilla de un verdadero hermano de corazón, hacedor de paz.
Las preocupaciones importantes también le robaban esa mirada seria e
inteligente. Buscaba la mejor solución. Se hacía asesorar. Pedía consejo. Recurría a la
autoridad. Reconocía sin dificultad sus errores y no recriminaba por los ajenos, más
bien era muy comprensivo.
¡Ay, Luichepo! ¡Qué pronto te fuiste! ¡Cómo te extrañamos! Aunque siempre
tenemos presente tu dicho: “Mirá, después de los 60, todo es yapa”. Y, a decir verdad,
diste como cuando se da “yapa”: siempre de más sin pedir absolutamente nada,
gratuitamente y de corazón. Porque eso es lo que más extrañamos: tu generosidad sin
límites y tu alma de alfombra para que todos nos pudiéramos deslizar por nuestros
caminos sin tropiezos, aunque para ello vos debieras “allanar montes, rellenar lagos”.
Agradezco al Corazón de Jesús el ejemplo de tu vida y le pido tu sabiduría
hecha de sentido común y sencillez, para poder construir paz a mi alrededor”. Hno.
Roberto De Luca.
“El Hermano Luis era un entusiasta de las actividades al aire libre; sobresalía
por su alegría, por su constancia, por su adaptación al ritmo de los más jóvenes y por
su pasión contagiosa en lo que hacía.
Tenía un trato sencillo, respetuoso; ponía su cuota de humor en tertulias y
sobremesas con anécdotas y con expresiones tan reconocibles en él como el: ¡mirá,
mirá!
“Compartimos
una
misma
afición: la pesca; muchas han sido las
jornadas a la vera de ríos cordobeses
y a orillas del dique Los Molinos, en
las que su persistencia hacía que
obtuviéramos las preciadas piezas
que después eran compartidas en la
mesa con el resto de los hermanos
que estaban de vacaciones en Villa
General Belgrano.
Inolvidable, el viaje a Tierra del
Fuego un año antes de su
fallecimiento. Siguió el ritmo de cada
una de las jornadas con el espíritu de
aventura de un joven. Un grato
recuerdo para quienes, junto con él,
andamos y desandamos los caminos
en esas vacaciones. Hermano Luis,
muchas gracias por tu ejemplo de
vida”. Hno. Julio Alonso.
En enero de 2008 participó de unos días de descanso
en Tierra del Fuego junto a los Hermanos Mario
Gassmann, Mario Stempel, Enrique y Roberto y Julio
(no está en la foto).
CONDOLENCIAS
“El Colegio Alemán en Villa General Belgrano hace llegar a la comunidad
educativa del Sagrado Corazón sus sinceras y profundas condolencias por el
fallecimiento del Hermano Luis. Sabemos lo que significa para ustedes esta irreparable
pérdida. Nosotros siempre lo recordaremos como un ser humano noble y
comprometido con la difícil y gratificante tarea de enseñar. Por ello estará presente
como referente en nuestra labor diaria. En cordial saludo”. Ema Acrich de Audisio.
Directora.
“Ante reciente noticia del deceso del Hermano Luis, deseo expresar el pesar de
nuestra comunidad educativa ante tan sensible pérdida. El Hermano Luis se había
incorporado a nuestro quehacer educativo y social compartiendo espacios y
compromisos en la diaria tarea de encauzar los destinos de los niños y jóvenes de
nuestra Villa. Será difícil superar el vacío de su presencia, la sencillez de su
personalidad y la grandeza de su opinión serena, sensata y experimentada”. Elsa del
Valle Stoll. Directora Escuela Gral. San Martín. Villa General Belgrano.
“Nos unimos en oración y espiritualmente a Uds. En tan sentida pérdida”.
Fabián Tamargo y familia.
“Acompaño a la comunidad educativa del Sagrado Corazón en el dolor por el
fallecimiento del Hermano Luis”. Fabián Hoss. Intendente.
“He recibido la triste noticia del fallecimiento del H. Luis. Mi pésame a ti, a sus
familiares y a todos los hermanos de la Provincia. Perdimos a un buen hermano, un
hermano jovial, servicial y atento a cada uno de nosotros. Me recordaré siempre de él,
en forma particular, cuando en mi primera visita a Córdoba, con el equipo de JuvencorChile, nos preparó con especial atención un "asado argentino". Le ví orgulloso de su
cultura pero abierto a compartirla con otros, sus hermanos de Chile. Hoy,
curiosamente somos de la misma provincia... ciertamente fue un hermano que me
abrió los brazos para que se haga lo que hoy llamamos la Provincia de América
Austral.
Una vez más, mis condolencias a cada uno por el fallecimiento de Luis y que
Dios lo reciba entre sus amigos, entre sus fieles servidores... que lo reciba su Corazón
en este mes de junio”. Hno. Denis Plourde.
SU MUERTE
Luis permaneció varios días en la Clínica San Camilo después de que le fuera
retirado el estómago por un tumor canceroso. El Hermano Pedro nos comunicaba:
“Luis está bien sin grandes cambios y evolucionando favorablemente”.
La doctora inmunóloga le ha dado el alta sugiriéndole cuidarse mucho pues
tiene que recuperar la flora intestinal. La doctora nutricionista le ha dado indicaciones
cómo se tiene que alimentar y qué alimentos son los más apropiados.
La doctora clínica ha ordenado la realización de análisis y tomografías para ver
cómo va esa mancha descubierta en el hígado. El doctor cirujano sigue analizando las
tomografías para descartar otras complicaciones. El doctor oncólogo espera el alta de
los doctores para iniciar el tratamiento”.
Durante el período post-operatorio hizo dos visitas a la Villa para realizar
gestiones ante el Ministerio de Educación provincial y la obra social. Hubo mucha
alegría y esperanza de que pronto se mejorara y nos acompañaría nuevamente. La
segunda vez se lo vio menos animoso, desganado en las comidas y había perdido
mucho peso.
Promediando el mes de mayo, nuevamente se internó en la Clínica San
Camilo. El cirujano informó que el mal, el cáncer, se había extendido al hígado. Esto
era impensable cuando fue operado en diciembre.
El Hermano Luis manifestó su deseo de estar en la comunidad religiosa y no en
la clínica. Allí fallece la tarde-noche el día 8 de junio rodeado de los hermanos y varios
de sus familiares que lo acompañaban desde hacía varios días.
Primero en el Colegio Benito Nazar (Bs. As.) y después en el Colegio Sagrado
Corazón de Venado Tuerto, ya el día miércoles 10 de junio, se celebraron Eucaristías
de cuerpo presente. Nos acompañaron en esta última celebración y después hasta el
cementerio sus hermanos, cuñada, sobrinos y familiares de Entre Ríos y Rosario,
docentes y directivos del Colegio Sagrado Corazón de Villa General Belgrano,
docentes, directivos y exalumnos del Colegio de Venado Tuerto. También, varias
religiosas de las comunidades de Venado Tuerto.
Se cantó con unción:
¡Qué bien! todos unidos
mano con mano en el luchar
¡Qué bien! todos hermanos
en el sufrir y en el gozar.
Nosotros queremos, Señor
correr con la antorcha encendida
queremos dejar al relevo
un fuego mejor, una llama más viva.
El Hermano Luis descansa en el panteón que la comunidad tiene en el
cementerio de Venado Tuerto junto a los Hermanos que nos han precedido. Nombro
especialmente al Hermano Agustín a quien tanto quería y admiraba.
Señor, acoge a nuestro Hermano Luis en tu regazo. Inúndalo de tu luz y
de la paz que Tú reservas para tus amigos más generosos.
El Hermano Pedro decía: “Nuevamente agradezco a todos las atenciones con
el Hermano Luis y además de orar, doy gracias al Corazón de Jesús pues estos
acontecimientos dolorosos, nos permiten incrementar las redes de afecto, fe, apoyo y
fraternidad que nos unen y entrelazan. Les animo a pedir al Sagrado Corazón que
Los
Hermanos
Mario
Stempel,
Mario
Gassmann y
Luis Rausch
con
dos
alumnos del
Colegio
trepando
al
cerro
Champaquí.
extienda los lazos de su Corazón a nuestras comunidades educativas, que fortalezca
nuestros vínculos en la fraternidad, la oración y la misión”.
AGRADECIMIENTOS
Querido Hermano Luis. Al concluir tu biografía, siento que es mucho más lo
que falta que lo que aquí se expresa. Tu mochila está llena de cosas buenas ya que lo
bueno realizado es siempre bueno aunque no se vea.
 Gracias por tu serenidad, acogida, buen humor, por tu palabra calma y
moderada
 Gracias por tu disponibilidad, entrega generosa al servicio de los hermanos.
 Gracias porque me enseñaste a perdonar. Escogiste no juzgar sino amar.
 Gracias porque en tu enfermedad me mostraste el valor del sufrimiento
aceptado y vivido con fe en Dios.
 Gracias por el testimonio de tu oración perseverante y fiel. En la oración
encontraste la fuerza para superar las dificultades. Si Dios está con
nosotros, ¿quién más fuerte que nosotros?
 Gracias por la siembra de la fe en la mente y el corazón de los niños y
jóvenes que guiaste en su crecimiento humano y religioso.
 Gracias por la cercanía, el consejo, la orientación que prodigaste a los
docentes que te acompañaron en la tarea de enseñar y educar a tantos
niños que conociste en tus largos años de maestro y director.
Agradezco a quienes han colaborado con sus aportes para elaborar esta
biografía-recuerdo del Hermano Luis.
Vayan mis sinceras condolencias para sus hermanos y familiares. Luis ya no
está pero tengo la seguridad que desde el cielo los tiene a todos presentes ante el
Padre. Los quería mucho.
Hermano Luis, presenta al Corazón de Jesús las necesidades de los docentes,
los niños y los familiares del Colegio Sagrado Corazón de Villa General Belgrano que
te recuerdan con cariño.
Hasta encontrarnos. Hasta el cielo.
Hermano Pascual López S.C.