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Problemas Ambientales
Clase 2: Grana Roberto
Estimados amigos les envío esta clase final del módulo Ecositemica y Problemática del
curso de posgrado “Desarrollo Sustentable” de UNIDA, espero que les sirva como guía
para el estudio y análisis de la bibliografía pertinente.
Ustedes saben que según el Diccionario Enciclopédico la palabra crisis significa: “Cambio
favorable o adverso que acaece”... “ momento decisivo y de consecuencias importantes en
asunto grave. Grave desequilibrio... Juicio que resulta de examinar cuidadosamente algo”1
El análisis de la situación global, nacional y regional, las implicancias que estas
circunstancias tienen sobre el estado de salud de las poblaciones humanas, y la importancia
de los avances jurídicos para frenar el deterioro ecológico, nos permite afirmar que
observamos un conjunto cuantitativo y cualitativamente relevantes de cambios adversos,
que tratamos un asunto grave, que nos acercamos a momentos decisivos y de pronóstico
alarmante, y que en consecuencia enfrentamos en los espacios regionales, nacionales y
mundial, una crisis socio ambiental, que merece un examen cuidadoso.
Podrán constatar cuando lean la bibliografía que se extiende la erosión y la desertización y
comprobar a través de documentos de la Secretaría de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, que alrededor de 3.500 millones de hectáreas están afectadas por la
desertificación, 6 millones de hectáreas se vuelven áridas y 21 millones se empobrecen de
humus en tal magnitud que los cultivos resultan antieconómicos. Proceso de erosión del
suelo estimulado por la deforestación, que de seguir el ritmo actual, a fin de siglo habría
hecho perder 180 millones de hectáreas selváticas y boscosas; nueve países
subdesarrollados en los próximos 25 años habrían perdido sus bosques de hojas anchas y
otros 13 países en 50 años. La Argentina pierde un millón y medio de hectáreas de bosques
cada año.
La pérdida de bosques y selvas también incide en la composición gaseosa de la atmósfera,
en el régimen de precipitaciones, en el drenaje y la escorrentía de las aguas, en la
biodiversidad, en la alteración de la corriente de energía, de la productividad primaria y de
la biomasa, en el desarrollo de las cadenas y redes tróficas, en los ciclos biogeoquímicos, en
la homeostasia de los ecosistemas y en las cotas de tolerancia de los factores limitativos.
Como hemos podido analizar al estudiar los ciclos biogeoquímicos gaseosos y
sedimentarios existen dos pozos de abastecimiento, los llamados depósitos y de
intercambio. Los pozos se encuentran en la superficie terrestre, en el subsuelo, en las aguas
y en la atmósfera y como hamos visto pueden ser comprometidos por acciones directas o
por efecto indirectos de estas acciones. Más del 97 % del agua del planeta es agua de mar,
contaminadas en ritmo creciente por el depósito de hidrocarburos, plaguicidas, fertilizantes,
efluentes térmicos, descargas cloacales y residuos industriales, petroquímicos, mineros y
radioactivos.
1
Enciclopedia Britannica Pubersher, Lexipedia, vol. 1, Kentucky, Estados Unidos de América, 1994 - 1995, p.
572
1
En nuestra bibliografía, podrán apreciar que señalamos diferentes denuncias sobre la
contaminación del Mar Argentino y de zonas de alto valor turístico como las playas de Mar
del Plata.
La contaminación originada en la actividad de las poblaciones humanas también alcanza a
las aguas dulces lénticas y lóticas. La contaminación en nuestro país de las principales
cuencas hídricas y de los lagos del sur son un ejemplo de lo que decimos, y hemos
demostrado con estudios de oxígeno molecular por dm3 de agua y con la demanda biológica
de oxígeno el deteríoro de la Cuenca Matanza-Riachuelo.
En el mundo aproximadamente 1.700 millones de personas carecen de agua y 3.000
millones de seres no disponen de agua con adecuado saneamiento. Se ha subrayado como la
falta o escasez de agua potable afecta la salud con la propagación del cólera, el tifus, la
hepatitis, la poliomielitis, las diarreas, la sarna, conjuntivitis, etc..
Los pozos atmosféricos también se alteran con gases, partículas, polvillos, etc. lo que
genera el efecto de invernadero, las lluvias ácidas, enfermedades respiratorias, oculares,
epidérmicas y otras.
El crecimiento del circuito económico y el incremento de sus atributos técnicos interfiere
en los circuitos naturales de pastoreo y de detritus orgánico, desequilibra las cadenas
tróficas y produce, en muchos casos, la extinción de cadenas y poblaciones. Extinción que
tiene sus manifestaciones más agudas, en la desaparición de especies conocidas e ignoradas
con empobrecimiento de las biodiversidad planetaria.
El incremento del gasto de exoenergía, la explotación abusiva de recursos naturales, la falta
de previsión sobre los tiempos que demanda el desarrollo de la productividad primaria y el
almacenamiento que resulta de la productividad secundaria, la contaminación de los pozos
de depósitos y de los pozos de intercambio, las alteraciones de las cadenas y redes tróficas
y de los ciclos biogeoquímicos son un conjunto de fenómenos que caracterizan las formas
económicas de operar y que ponen en peligro la homeostasia de los ecosistemas, con serias
amenazas para la vida y la salud de las poblaciones humanas.
La violación de los límites de tolerancia, por el aumento de la actividad técnica-productiva,
se manifiesta en diferentes ejemplos como son la merma y extinción del oxígeno molecular
en las aguas de escorrentía, el incremento de los gases dióxido y monóxido de carbono, de
plomo y azufre en la composición de la atmósfera, el descenso de la capa de ozono y la
mayor intensidad del ruido en las grandes ciudades.
A los factores limitativos naturales para la producción primaria como son la falta de agua
en los desiertos y praderas y la falta de elementos nutritivos en mar abierto, se agregan en
magnitud creciente factores limitativos que se originan en la actividad económica humana
como: la contaminación e intoxicación de mares y océanos, el talado indiscriminado de
árboles en bosques y selvas, el avance de la desertificación por erosión laboral, el
debilitamiento de la capa de ozono y las lluvias ácidas.
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Como ustedes pueden observar, todo indica que la dominación ecológica de los seres
humanos está acarreando graves problemas a los ecosistemas y a las mismas poblaciones
humanas, de lo que se deduce, el carácter humanista de la preocupación ambiental.
El estudio que realizamos demuestra que si bien la capacidad del hombre de alterar el
ambiente se ha ensanchado, también es cierto que las leyes fundamentales de la naturaleza
no han sido en modo alguno derogadas, y que el hombre a pesar de su técnica, sigue
dependiendo del ambiente geoquímico-biológico.
Lo que sí, es necesario subrayar, según nuestro pensamiento que las poblaciones humanas
son componentes de los ecosistemas con una tridimensionalidad ecotímica-vitál, valorativaespiritual y teorética-cognitiva que caracteriza al ser humano y lo distingue dentro de las
diversidad personales y culturales que los diferencian, y que emergen de las diversas
condiciones históricas.
Estas condiciones humanas más generales originan un ritmo, velocidad, extensión y
profundidad de las transformaciones ambientales inéditas, que no poseen los otros seres
vivos, asimismo esas facultades crean la posibilidad de elegir un sentido u otro para la
acción, gestión y operación en los ecosistemas.
Con la acción económica se incrementan los subsidios de exoenergía, (el 85% la consumen
los 8 países con mayor crecimiento económico) revierte el proceso geofísico de
acumulación y se modifica el balance calórico terrestre debido a que mientras los vegetales
desarrollan en los niveles más altos la producción primaria y los animales realizan un
consumo equilibrado, las poblaciones humanas elevan al máximo la productividad
secundaria y de bienes artificiales.
Como hemos comprobado el circuito económico interfiere y altera los circuitos de pastoreo
y detritus orgánico y en consecuencia es un error realizar la investigación ecológica con
exclusión de los fenómenos socio-económicos. Con la dominancia ecológica humana el
control biológico de los ecosistemas es reemplazado por el control económico. Estará claro
para ustedes que la sociedad humana es muy difícil que elimine todo vestigio de vida en el
planeta, pero si a esta altura puede debilitar o terminar con sus propias condiciones
ambientales de existencia y de otras especies.
La producción de materiales sintéticos en gran escala, la retroalimentación energética
positiva, la extensión del uso de fertilizantes y herbicidas, la utilización de energía nuclear,
etc. afecta el equilibrio dinámico de los ecosistemas y las funciones naturales de los pozos
depósito y de intercambio.
La fusión de la ciencia y la técnica con la producción de bienes y servicios y la
comunicación mediada, en las condiciones de la conducta ecológica actual y la dirección
política actual del proceso produce cambios cualitativos en el ambiente, con efectos muy
negativos y en algunos casos imprevisibles.
La responsabilidad sobre el curso de los acontecimientos se debe diferenciar según los
niveles de decisión que ocupen los diferentes seres humanos, grupos y sectores sociales.
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La problemática planteada se hace mas preocupante al observar el posible crecimiento de la
población mundial en el siglo próximo y la explosión demográfica urbana que se
intensifica.
El crecimiento demográfico rápido y no planificado genera problemas múltiples, muchos de
los cuales aparecen al describir la historia del poblamiento en la región de La Matanza. La
centralización e incremento irracional de la población se realiza siempre con un alto costo
ambiental.
Si definimos la biosfera como “ todos los organismos vivos de la tierra que actúan
recíprocamente con el medio físico como un todo, de modo que se mantenga un sistema de
estado fijo intermedio en el flujo de energía, entre la alta contribución de energía del sol y
el sumidero térmico del espacio”2. Podemos considerar que la gestión ambiental humana,
hasta hoy, no respeta ese concepto.
En consecuencia, la realidad actual y los estudios ecológicos actualizados confirman: La
definición del ambiente como la integración de ecosistemas compuestos por seres abióticos,
bióticos y humanos, y la conducta ecológica actual de las poblaciones humanas
desequilibra peligrosamente los ecosistemas, fenómeno agravado por la concentración
urbano-económica y el desarraigo cultural.
El desarrollo de los ecosistemas se realiza en un proceso ordenado evolutivo de la
comunidad, que comprende, cambios en las estructuras de las especies, con control de la
comunidad, orientado, predecible, que modifica los componentes físicos-abióticos, que a su
vez condicionan el tipo de velocidad del cambio, poniendo generalmente límites al mismo.
Este proceso de cambios culmina en el ecosistema estabilizado con un grado máximo de
biomasa por unidad de energía, con alto contenido de información y funciones simbióticas.
Las especies con reproducción y desarrollo intenso tienen mas probabilidades de sobrevivir
en las etapas tempranas. El concepto de climax, como resultado de proceso de cambios
corresponde a la comunidad que se perpetúa a si misma y mantiene el equilibrio con el
hábitat físico.
El monocultivo atenta contra la biodiversidad de los ecosistemas, la agricultura y la
silvicultura de alta recolección determina una acumulación pobre de biomasa, en
consecuencia la producción económica máxima hace disminuir la biomasa.
Las poblaciones humanas no controlan, no predicen, no orientan el desarrollo de los
ecosistemas y la modificación de los componentes bio-físico-abióticos, los cuales
condicionan las formas de existencia de los seres humanos. El curso de los acontecimientos
no indica que nos dirigimos a un ecosistema estabilizado, ni a concretar el concepto de
clímax. La calidad de vida de las poblaciones humanas se define por el rendimiento
productivo sostenible y la preservación y creación de un espacio vital, recreativo y estético
2
ODUM E.P., Opus cit. p. 4
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que se logran en las condiciones del clímax y de ecosistemas estabilizados en equilibrio
dinámico.
La predación irracional y la contaminación de los espacios acuáticos y aéreos atentan
contra las funciones simbióticas. La contaminación es un cambio perjudicial para los
componentes físicos, químicos o biológicos del aire, el suelo o el agua que afecta o afectará
nocivamente la vida de los seres humanos o de otras especies beneficiosas.
Esta contaminación se origina en diversas causas: aumento de la densidad demográfica,
incremento de la demanda de consumo por persona, mayor cantidad de desechos por
persona, falta de tratamiento de residuos y efluentes industriales y domiciliarios. Los países
con mayor desarrollo que tienen el 30 % de la población mundial, son los responsables
principales de la contaminación química agro-industrial de la atmósfera y los océanos.
La contaminación se realiza a través de sustancias no degradable o de degradación lenta
como botes de aluminio, sales mercuriales, plásticos, compuestos químicos, fenólicos de
cadenas largas, DDT, etc.; de sustancias biodegradable como las aguas negras; y de formas
de energía radioactiva, electromagnéticas, no-iónicas sonoras o lumínicas perjudiciales. La
contaminación se puede vigilar por diversos medios: medición de concentración de
contaminantes o de sustancias que se agotan, por uso de índices biológicos, ensayos con
microorganismos, medición de BOD, etc., y los desechos pueden ser tratados en fases
primaria o mecánica, secundaria o biológica y terciaria o química.
La contaminación tiene diferentes costos que se manifiestan en la pérdida de recursos, en
los gastos de control y supresión de los contaminantes, en problemas que genera para la
salud humana.
El hombre debe evitar transformarse en un parásito de su ambiente “Ha llegado el
momento de que el hombre administre tanto su propia población como los recursos de los
que depende”3. Cuando la actividad económica-cultural de las poblaciones humanas se
desinteresa o independiza demasiado de la naturaleza, se originan dificultades.
Por tanto deberíamos considerar a la ciudad como parte integrante del ecosistema
planetario: La ecósfera
- promoviendo una remodelación urbano-rural con
descentralización económica, demográfica y política.
Los problemas generales ecológicos, señalados anteriormente, se reflejan como en un
espejo en las condiciones particulares de la Región de La Matanza. Las tierras llanas con
leves ondulaciones pertenecientes a la fértil pampa húmeda de nuestro país, cursada por el
Río Matanza y un conjunto de arroyos y arroyuelos afluentes, conservó sus características
rurales hasta que las migraciones internas hacia Buenos Aires inician un crecimiento
demográfico explosivo. La revolución industrial tardía en Argentina que se origina en la
década del ‘30 y es estimulada por políticas gubernamentales que la aceleran a partir de
1947, se realiza en los marcos del país agropecuario exportador con centralización
económica en el puerto de Buenos Aires.
3
ODUM E.P., opus cit., p. 362
5
El desarrollo industrial en el marco de esas condiciones estructurales intensifica la
concentración económica en Buenos Aires e inicia un rápido crecimiento demográfico
alrededor de la Capital Federal, con despoblamiento de zonas rurales y de ciudades del
interior del país. Aproximadamente el 80 % de la exoenergía que se consume en el país, se
utiliza en la diagonal que se extiende desde la Ciudad de San Lorenzo en la Provincia de
Santa Fe hasta la ciudad de La Plata en la Provincia de Buenos Aires.
Este rápido crecimiento económico y demográfico sin planificación urbana, sin estudios de
impacto ambiental y sin tratamientos de efluentes industriales y domiciliarios ha
deteriorado el ambiente de la región. De un ambiente rural sano y atractivo se ha transitado
a un ambiente, en general insalubre, desagradable y no recreativo. La zona de frondosa
vegetación, de césped y pastos continuos, con abundante fauna de ecosistemas aeroterrestres y acuáticos, se ha transformado en gran parte de su superficie en asiento suburbano, con hacinamiento y precariedad habitacional, aguas contaminadas y extinción de la
flora y la fauna que la caracterizaban.
.Como decimos en nuestro libro Ecología y Calidad de vida capítulo 3.1., p.: “El agua es
componente vital cuyo estado incide en la vida y la salud de los seres vivos del ecosistema,
animales y seres humanos, agua dulce que al no ser preservada en su composición normal
acarrea graves consecuencias para el equilibrio ecológico en general y para los hombres
en particular”.
Esa centralidad ha originado el crecimiento económico desigual de nuestro país y sus
efectos conducentes, como es la explosión demográfica en la región que estamos tratando.
Las viviendas precarias, la carencia de servicios básicos, la ocupación de llanuras de
inundación, la escasez de agua potable, la contaminación de las aguas superficiales y
subterráneas, el incremento de las enfermedades y de la mortalidad, la pérdida del paisaje
natural, el deterioro de la calidad de vida, etc. son fenómenos que se observan al explorar el
ambiente de La Matanza, y son una demostración mas de la crisis ambiental que señalamos.
Nuestra definición del ambiente como el entorno natural-socio-cultural de las personas nos
permite en síntesis, caracterizar esta crisis ambiental en esas dimensiones que interaccionan
entre si.
En la composición natural del ambiente, los principales fenómenos críticos son: la
extensión de la erosión y la desertización y la degradación de la composición húmica del
suelo; la contaminación de mares, océanos, aguas de escorrentía, napas subterráneas y la
escasez creciente de agua dulce y potable; la alteración de los ciclos hídricos de los
regimenes de precipitaciones; la polución atmosférica y los cambios en la composición
gaseosa del aire; el aumento de las lluvias ácidas;, del efecto de invernadero y de las
temperaturas medias; el incremento del ritmo de desforestación ; el decrecimiento de la
productividad primaria y de la biomasa; la extinción de especies y el empobrecimiento de la
biodiversidad; el agotamiento de recursos naturales no renovables, la mayor densidad de
radiaciones perjudiciales; los desequilibrios en el funcionamiento de las cadenas y redes
tróficas, de los circuitos biogeoquímicos y en la homeostasia de los ecosistemas.
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Entre los fenómenos socio - culturales del ambiente que emergen como problemas agudos y
trascendentes destacamos; la explosión demográfica urbana; la exclusión laboral; el
aumento de la distribución desigual de alimento, abrigo y energía entre países, regiones y
sectores sociales; el consumismo y la extrema pobreza; la precariedad habitacional y de
servicios; las deficiencias en la atención de la salud y en el desarrollo de la educación
general y ecológica; el incremento del consumo de drogas y la violencia familiar y social;
el aumento, en algunas regiones, de la mortalidad infantil y de los casos de menores en
situación de riesgo; tendencias crecientes a uniformar usos y costumbres y a debilitar las
culturas nacionales y locales.
Esta crisis ambiental, como hemos dicho, está en la agenda de múltiples reuniones
internacionales y nacionales y es motivo de preocupación de gobierno, movimientos
sociales y personalidades. Gran número de documentos y declaraciones se han emitido con
respecto a estos problemas y a la existencia y carácter de esta crisis. Entre esos
pronunciamientos, transcribimos algunos que consideramos muy significativos.
“Los ecólogos Edward Godsmith, Nicolás Hildyard, Peter Bunyard y Patrick Cully,
después de analizar los problemas ecológicos que amenazan la tierra han establecido que
esto podría ocurrir dentro de 5.000 días, y aunque esto no es más que un orden de
magnitud lo cierto es que ya queda muy poco tiempo para que los gobiernos de los
distintos países y los organismos internacionales adopten medidas realmente eficaces para
evitar la destrucción total”4.
Estimados amigos, enestos días les envío la bbliografía, reciban mis saludos afectuosos, y
como siempre con mi obsesión docente, espero respuesta, lo antes posible. Sepan
disculparme gracias. Roberto
Nota: Como consigna de trabajo seía interesante que a la luz de e los materiales que
reciban reflexiones y me envíen una síntesis de los problemas ambientales de la región en
donde ustedes residen.
4
Goldsmith, Eduard y otros CONOCER nro. 100 Bs. As., Abril 1992, p. 18
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