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El uso médico de la Hipnosis
Dr. Luis David Guzmán Moreno
Dr. Luis David Guzmán Moreno. Neurocirujano. Presidente del Consejo Mexicano de
Hipnosis Clínica, A.C. Autor de: "Fenómenos de la hipnosis", "Introducción a la
hipnosis clínica", "Los secretos de la hipnosis de teatro".
Antes de entrar en materia aclararé que soy un medico entrenado en medicina alópata
con especialidad en Neurocirugía (Neurología Quirúrgica) y, por tal motivo, estoy
obligado a usar lo útil y desechar lo que no va a servirle a mi paciente. Luego de cerca
de 30 años de usar la hipnosis en medicina, les puedo ofrecer los siguientes
lineamientos para orientación de los pacientes y algunas directrices para el médico que
recién ha descubierto que la hipnosis se puede usar en medicina. Para el médico que es
experto en el uso de la hipnosis, solo recordar algunos puntos que estoy seguro que los
conoce bien.
No es nueva la hipnosis y su uso como auxiliar en el tratamiento o como terapia por si
misma comenzó con la humanidad. Parece ser que el entrar en trance fue desde siempre
un mecanismo de auto preservación. El australiano Ainslie Meares, en los cuarenta del
siglo pasado, habló de la hipnosis teorizando que éste es un rasgo del humano primitivo,
dando apoyo al concepto de entrar en trance para el alivio de los males, rasgo que debió
serle muy útil al humano primitivo. Sin embargo este trance no era provocado. Tenía
que ser automático y surgir por sí mismo.
No insistiré mucho en la historia de la hipnosis, en otros sitios podrá ahondar en su
fascinante evolución. Sí hay que decir que Antón Mesmer organizó el cuerpo de
conocimiento conocido como magnetismo animal y el rasgo primordial eran las “crisis”.
Mientras éstas no aparecieran, no había magnetismo animal. En su época, este fue un
importante cambio en el paradigma médico de la época. Usted y yo, como hombres
modernos, no podremos entender cómo era vivir en una época si antibióticos, sin
analgésicos, sin higiene. Se curaba sacando sangre y el que no sanaba, moría, más que
nada por el tratamiento. Así que Mesmer sacudió al mundo con su descubrimiento,
rompió con el paradigma de curar mediante sangrías y el descubrimiento, dicho sea de
paso, sí curaba.
Uno de sus seguidores es propiamente el fundador de la hipnosis moderna tal como la
conocemos, el marqués de Puysegur, un militar aficionado al magnetismo que se topó
con el formidable descubrimiento de un sujeto que no le daban crisis pero que obedecía
al magnetizador y hacía lo que se le indicara. Este fue un cambio en el paradigma
mismo del magnetismo que de por sí ya era un hito. Y tal es la naturaleza de la hipnosis
que aún hoy desconocemos sus mecanismos íntimos.
Recientemente se ha usado mucho la modalidad llamada hipnosis Ericksoniana o
hipnosis moderna. Termino mal dirigido puesto que arroja la duda si “la otra” hipnosis,
la común, la tradicional. sirve de algo. ¡Por supuesto que sirve! Y de hecho, no hay
mucha diferencia entre los resultados obtenidos con la hipnosis común y corriente y esta
extraordinaria modalidad que es una hipnosis evocativa, desarrollada por el Dr. Milton
H. Erickson en los Estados Unidos de Norteamerica.
La aclaración viene del hecho de que muchas personas pueden perder la oportunidad de
sanar o mejorar en la creencia de que si no es la hipnosis americana de Milton H.
Erickson no van a curarse o que si no se usa la Programación Neurolingüistica
(modalidad terapéutica nacida de la hipnosis ericksoniana y otras fuentes) su caso no es
curable. La hipnosis Ericksoniana no es tan poderosa como la hipnosis común y de
hecho es tan “suavecita” que usted puede no enterarse de que estuvo en trance aunque
también cabe decir que sus resultados son bastante buenos.
Hay más corrientes en hipnosis que las mencionadas -la hipnosis de David Elman por
ejemplo- y todas son exitosas debido a que el del talento para lograr el trance es el
paciente. El hipnotizador solo es un hábil guía entrenado en manejar bien una técnica.
Cuando recibimos un paciente que específicamente busca hipnosis, es prudente
averiguar por qué específicamente quiere el paciente esta modalidad de manejo. La
inmensa mayoría de los pacientes están en búsqueda de algo inexistente: Magia. Desean
que su problema desaparezca con el mínimo de molestias o ninguna, que desaparezca
instantáneamente y que no le cueste nada. Bueno, bonito y gratuito. O sea,
expectaciones que no corresponden a la realidad. Si el paciente, por lo contrario, se
pone en nuestras manos, a nosotros nos corresponde decidir si la hipnosis le puede
ayudar aunque usted deberá saber que la hipnosis es más un auxiliar del tratamiento que
una terapia por sí misma.
Y bajo este concepto, las aplicaciones de la hipnosis están en todas partes y de hecho
¿quién debe aplicar la hipnosis en determinado campo del saber humano? Cualquiera
que dentro de su campo ya maneje bien su modalidad de tratamiento será quién deba
aplicarla pues él tiene los conocimientos necesarios para aplicarla correctamente. El que
todo lo ignora, va a querer usar hipnosis para todo. El que realmente la sabe usar, sabrá
además cuando NO usarla.
En muchas ocasiones se me ha reprochado mi tajante afirmación de que la hipnosis
médica debe ser usada sólo por el profesional de la salud. Creo que es obvio. Usted no
le da un cuchillo a un loco a ver qué hace con él. Usted no lleva su auto descompuesto
al que repara las bicicletas. Así de simple, la medicina con los médicos. Y además, las
leyes vigentes en los países civilizados exigen que el manejo de la salud sea
exclusivamente por personal de la salud. No es una materia para la controversia ni me
voy a pelear con usted al respecto. Y he tenido alumnos así, tan luego aprenden
hipnosis, desean “curar”. Pídales a estos legos ansiosos por ayudar que suturen una
herida, se van a indignar. En cambio, ya que la mente no se ve ni se toca ha de ser fácil
hipnotizar y sugerir cambios, y entonces ahora sí, quieren hacer regresiones, curar
esquizofrenia, curar al adicto. Parece muy fácil. Nada de eso.
Déjeme insistir en este punto: debe conocerse bien la psicología normal y anormal de la
persona. Mucho de esta temeridad viene de las exhibiciones hipnóticas en televisión o
en teatro. El hipnotizador toma a su sujeto y en menos de tres segundos ya tiene a la
persona en trance. Algunas manipulaciones, y el sujeto ya habló sobre su pasado.
Bueno, esto es televisión, es escenario.
No amigos, ese es otro tipo de hipnosis. Los sujetos han sido escogidos, su
hipnotizabilidad es de otro tipo, y yo no voy a usar metodología de teatro para ayudar a
mi paciente a sanar. Siento mucho el desaliento de algunos lectores, pero así es. No
existe la magia, ni manipulaciones misteriosas, ni pases secretos. En la práctica, si bien
se pueden conseguir estos trances espectaculares, lograr un trance no significa que el
sujeto va seguir nuestras indicaciones. Ni con la hipnosis más moderna y noble, la
Ericksoniana.
Déjeme decirle para qué se usa la hipnosis hoy. Vamos a lo que usted quiere saber.
Durante la hipnosis, el cerebro normal funciona “diferente”. Usted tiene acceso a partes
de su mente ordinariamente no accesibles. Llámele mente subconsciente, interna, etc.
En realidad el concepto es un poco más profundo que el concepto ordinario del
subconsciente de Freud. Solo sabemos que es más rico y mucho más lleno de recursos.
Durante el estado de hipnosis llamado trance usted no está inconsciente pues escucha,
entiende y aún puede resistirse, pero aún cuando pueda escuchar, fenómenos que no
ocurren espontáneamente -al menos no tan fácilmente- ocurren con cierta facilidad. Por
ejemplo, usted puede recordar y aún vivir en su pasado, estar ahí en un momento de su
vida previa. Y si pide que el sujeto se traslade al futuro, la mente hace los cambios
necesarios para vivir un seudo futuro. No, no hay viajes en el tiempo, quedamos que no
existe la magia.
Hay algunas otras cosas que la hipnosis no es. Nunca será un medio para hacerle tener
capacidades que usted no tiene, es decir, si no sabía tocar violín, no va a salir del trance
convertido en un concertista. Tampoco revelará secretos, ni su hipnotizador le hará salir
desnudo a la calle y mucho menos podrá obligarle a robar un banco. Todas estas y otras
dudas le serán aclaradas cuando vaya con su médico y se haya decidido que se va a usar
hipnosis. Este es un estado de cooperación y confianza. Si su cerebro está bien y usted
desea cooperar, vamos por buen camino. Cosa curiosa, usted no necesita creer en este
estado para que funcione, sin embargo, muchos profesionales de esta modalidad creen
que es necesario la creencia en el fenómeno de la hipnosis.
Y en este estado, con unas palabras bien dirigidas se reduce el dolor, el medicamento
administrado funciona mejor, los pensamientos pueden dirigirse a metas específicas,
directa o indirectamente. Sus nauseas disminuyen, el apetito se puede incrementar En
verdad su bienestar se incrementa y visto así, la hipnosis es un facilitador. El gineco
obstetra podrá inducir cambios en las costumbres de la embarazada que se logran más
fácilmente que sin hipnosis. Puede hasta hacer una anestesia local suficiente para retirar
algún quiste y hasta se ahorra los malos efectos de la anestesia, pero de hecho, ya que
hablo de anestesia, aunque hay indicaciones muy precisas para hacer cirugía con
hipnosis (obesidad extrema también llamada mórbida, alergia a los medicamentos y
algunas otras), más bien se usa junto con los medicamentos para obtener mejores
anestesias, menos molestias postoperatorias, mejor actitud ante la vida. Al oncólogo le
interesará entrenar a su paciente para que disminuya su náusea o para que domine el
dolor. El ortopedista podrá reducir fracturas con menos anestésico y menos
incomodidad. El pediatra podrá ayudar al pequeño con asma a que se recupere y hasta a
que se cure (no estoy exagerando). El dermatólogo podrá ayudarle con hipnosis a
controlar su soriasis, a desaparecer verrugas, a quitar su prurito (comezón), pero no le
va a servir para desaparecer un vitíligo (áreas de la piel sin color) o un cáncer de piel.
Usar hipnosis no hace menos profesional a su doctor. Él sabrá cuando usarla y cuando
no. Y seguramente la ha usado y usted ni se ha dado cuenta. Por supuesto hay muchas
más aplicaciones en cada especialidad médica y reducir la tensión del paciente es el uso
más común en cualquier especialidad.
La hipnosis para uso en la salud está contraindicada en los casos siguientes:
1.
El hipnotizador no es médico, psicólogo ni dentista.
2.
El hipnotizador no está certificado por el Consejo de esta modalidad terapéutica.
3.
El paciente tiene paranoia o depresión con ideas de suicidio.
4.
Hay otra manera de resolver el problema más fácilmente.
5.
El cliente le ha sido llevado a la fuerza.
Dicho sea de otra manera, la hipnosis no está exenta de riesgos. La mayor parte de las
veces las complicaciones son mínimas (algún dolor leve de cabeza, alguna sensación
extraña, etc.), pero quien maneje su mente debe saber exactamente lo que hace.
En Latinoamérica hemos estado experimentando una invasión de hipnotistas legos (es
decir, sin entrenamiento en las ciencias de la salud), y por ello, al menos en México,
hemos logrado constituir un Consejo Mexicano de Hipnosis Clínica que reúne a
especialistas de la hipnosis en México cuya labor es certificar que aquel que usa
hipnosis realmente sabe usarla. Y créame que entre los profesionistas certificados no
hay ningún lego, y realmente usted tiene la confianza de que alguien ajeno a la propia
escuela donde se entrenó al hipnotista ha verificado por usted las credenciales del
profesional y si realmente sabe hipnotizar. No hay documento más valido.
Y el primer paso como paciente es verificar si su hipnotizador posee esta certificación,
si está registrado como profesionista de la salud y, en caso contrario, seguir adelante
bajo su propio riesgo o, mejor aún, cambiar de profesionista. La hipnosis es una
herramienta poderosa que puede cambiar la realidad de su mente y que puede tener
inconvenientes. Po eso aconsejo prudencia al momento de escoger quién manipulara la
parte más preciada de su persona: su mente.
Es de lamentar que la hipnosis no se use más ya que la relación costo-beneficio es muy
alta, es decir, la hipnosis cuesta poco o nada, y los beneficios son grandes. Entre otros,
acorta los procesos de enfermedad, la estancia en hospital del paciente, introduce
esperanza y logra llevar bienestar.
Es de esperar que páginas como ésta sean un medio de difusión efectivo que permita
que se beneficien más personas de esta poderosa manera de lograr el cambio. Es un
llamado al uso con cordura de la herramienta más poderosa: La Hipnosis.
Bibliografía
Elman, D.: Hypnotherapy. Westwood Publishing Co. Los Angeles, CA, USA, 1970.
Guzmán-Moreno, L. D.: Fenómenos de la Hipnosis. Video. Edición privada.1986.
Guzmán-Moreno, L. D.: Introducción a la hipnosis clínica. Audiolibro. Megabrain
unlimited.1984.
Guzmán-Moreno, L. D.: Los secretos de la hipnosis de teatro: Consejo Mexicano de
Hipnosis Clínica. México, 2007.
Guzmán-Moreno, L. D., Chávez Hernández, J.: Hipnosis Clínica en Medicina Familiar.
Capítulo XX en Chávez Hernández, J: Introducción a la Medicina Familiar. pp191-196.
Ediciones de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México,1992
Yapko, M. D.: Lo esencial de la Hipnosis. Paidós. Barcelona 1999.