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UNIDAD 9.- LA ECONOMÍA EN EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS
1. LOS DESEQUILIBRIOS DE LA ECONOMIA MUNDIAL
La Primera Guerra Mundial tuvo unos efectos económicos muy profundos, que se hicieron notar durante el
período de entreguerras y sobre todo entre 1919 y 1929.
1.1. LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA GRAN GUERRA
La Gran Guerra supuso la desarticulación de las economías de los países combatientes, que habían orientado
su economía y producción al esfuerzo bélico. Cuando el conflicto terminó, las economías de los países
europeos se enfrentaban a graves problemas. La guerra había supuesto la pérdida de millones de vidas
humanas, la destrucción de bienes de equipo e infraestructuras y la paralización del aparato productivo.
Además, el conflicto tuvo enormes costes financieros. Para hacer frente al gasto militar se recurrió a fuentes
de ingresos extraordinarios:
 Utilizar las reservas de oro,
 Emitir masivamente deuda pública,
 Aumentar la moneda en circulación,
 Pedir créditos a otros países.
Estas medidas tuvieron graves efectos económicos:
 El aumento de moneda en circulación provocó una devaluación de su valor y un alza de los precios
(inflación).
 A la deuda interna de los países había que sumar la deuda externa con otros países, fundamentalmente
con Estados Unidos.
Los tratados de paz supusieron varios efectos negativos:
 Se impusieron fuertes indemnizaciones a los países vencidos.
 Se desmantelaron los antiguos espacios económicos (Alemania perdió Alsacia y Lorena, la cuenca del
Sarre y Silesia).
 Surgieron nuevas fronteras.
 Y se desorganizaron los sistemas de transporte.
Un problema importante era lo relativo a las reparaciones de guerra. Los países vencedores contaban con la
indemnización que debía pagar Alemania, para hacer frente a su deuda con Estados Unidos. Pero como
Alemania no podía pagar las elevadas cantidades que le habían impuesto, fue Estados Unidos quien concedió
préstamos a Alemania para que pagara su indemnización a los vencedores, y así estos poder resarcir su deuda
con Estados Unidos.
Pero la Primera Guerra Mundial afectó también al sistema económico mundial. Se produjo un desequilibrio
comercial entre los países exportadores de materias primas y los países industrializados. Durante la guerra
Europa demandó gran cantidad de alimentos y materias primas, pero algunos años después de su finalización,
con la recuperación europea, esa demanda se frenó y creó una crisis en esos países exportadores.
Finalmente, la guerra desorganizó el sistema monetario internacional, que inicialmente se basaba en el
patrón oro, pero que fue abandonado por algunos países al emitir más moneda de la que equivalía a sus
reservas de oro. La consecuencia fue un trastorno del comercio internacional, una anarquía monetaria y se
disparó la inflación.
1.2. EL DECLIVE DE EUROPA Y EL AUGE DE ESTADOS UNIDOS
Tras la Primera Guerra Mundial, Europa perdió su posición hegemónica en la economía mundial, lugar que
pasó a ocupar Estados Unidos.
En el plano industrial, decayó el peso económico y financiero de Europa, como resultado del esfuerzo
realizado entre 1914 y 1918. Estados Unidos se convirtió en la primera potencia industrial del mundo. A
finales de la década de 1920 la producción manufacturera de Estados Unidos suponía el 42,2% del total
mundial, mientras que Europa tenía el 33,8%.
Respecto al comercio, Europa fue perdiendo mercados en ultramar. Por su parte, Estados Unidos experimentó
un gran crecimiento en su balanza comercial, llegando a acumular la mitad de las reservas de oro mundiales.
A nivel financiero, Estados Unidos se convirtió en el gran acreedor de los países europeos. Y su moneda, el
dólar, desplazó a la libra como principal moneda internacional; y la Bolsa de Nueva York se convirtió en el
centro financiero mundial.
1.3. LA CRISIS ECONÓMICA DE POSGUERRA. 1920-1921.
Tras la guerra, la economía pareció recuperarse, pero pronto esta situación acabó y estalló una grave crisis.
Una vez lograda la paz, la economía internacional conoció entre 1919 y 1920 un intenso pero corto boom
económico. Los países europeos necesitaban maquinaria y herramientas para reconstruir las infraestructuras y
el aparato productivo. La economía de Estados Unidos, así como las de Japón y Canadá, se beneficiaron del
notable incremento de la demanda europea.
Este proceso de reconstrucción se pudo realizar debido a los créditos que los países europeos habían recibido
para poner en marcha sus economías. Pero este proceso de crecimiento favoreció una subida de los precios y
generó una inflación a nivel mundial.
Pronto quedó interrumpido el crecimiento económico, porque Estados Unidos frenó bruscamente la concesión
de créditos al exterior. La crisis que se produjo entre 1920-1921, de corta duración, fue entendida como algo
normal en el proceso de transformación de una economía de guerra a una economía normal en un estado de
convivencia en paz.
1.4. LA RECUPERACIÓN Y SUS LÍMITES, 1921-1925
Para llevar a cabo la reconstrucción de la economía internacional se intentó restaurar el sistema económico
liberal anterior a la guerra. Para ello, lo primero que había que hacer era frenar la inflación. Para conseguir
este objetivo había que disminuir la cantidad de moneda en circulación y volver al patrón oro. Pero faltó
cooperación internacional para conseguir este objetivo.
Para superar la inflación se pusieron en marcha distintas políticas económicas:
 Los países neutrales, así como Estados Unidos y Reino Unido, adoptaron una política deflacionista
(reducción del gasto público, subida de impuestos, reducción de la moneda en circulación y de los
créditos). Esto produjo una reducción de la producción y un aumento del número de parados.
 Un segundo grupo de países, Francia, Bélgica e Italia, muy endeudados, se vieron impotentes para
frenar la inflación y no lo consiguieron hasta 1926.
 Un tercer grupo de países, Alemania, Austria, Hungría, Checoslovaquia y Polonia, sufrieron una
hiperinflación, los precios se disparaban día a día y estaban fuera de su control.
La situación más espectacular fue la de Alemania, que emitió una excesiva cantidad de moneda, que
elevó desmesuradamente los precios y hundió su economía. Como consecuencia, Alemania suspendió
el pago de reparaciones de guerra. Francia y Bélgica no aceptaron este hecho y ocuparon militarmente
la cuenca industrial del Ruhr en enero de 1923, para cobrarse los pagos no recibidos.
Para restablecer el sistema monetario internacional, se convocó la Conferencia Internacional de Génova en
1922, con el objetivo de estabilizar las monedas y retornar al patrón oro. En esta conferencia se aprobó el
llamado patrón cambio oro, que suponía respaldar la moneda propia en parte con reservas de oro y en parte
con divisas de otros países. La mayoría de los países adoptaron este sistema.
Para solucionar el problema de las reparaciones de guerra, en 1924 se aceptó la propuesta de Estados Unidos,
el llamado Plan Dawes. Dicho plan adaptó el pago de la deuda alemana a su ritmo de crecimiento y
suministró un cuantioso préstamo para que Alemania pudiese reconstruir su economía. Además, Alemania
adoptó una nueva moneda, el reichsmark.
La adopción del Plan Dawes posibilitó hacer frente a las indemnizaciones de guerra y saldar las deudas
existentes con los Estados Unidos. Pero generó un problema añadido, el que la economía mundial dependiese
casi exclusivamente del sistema financiero norteamericano.
2. LA RECUPERACIÓN DE LOS AÑOS VEINTE
La economía mundial conoció en la segunda mitad de la década de los años veinte una etapa de expansión,
pero limitada sobre todo a Estados Unidos.
2.1. LOS FELICES AÑOS VEINTE EN ESTADOS UNIDOS
Estados Unidos conoció entre 1922 y 1929 un espectacular crecimiento, tanto de producción industrial como
de sus exportaciones. La expansión económica de Estados Unidos se caracterizó por apoyarse en sectores
económicos novedosos.
En primer lugar, experimentaron un gran impulso las nuevas industrias, como el automóvil, las industrias
eléctricas y de fabricación de electrodomésticos, la industria química, la industria aeronáutica y el desarrollo
de nuevas fuentes de energía como la electricidad y el petróleo. La industria del automóvil constituyó el
símbolo de los nuevos tiempos. Estados Unidos acaparó el 80% de la producción mundial. En 1929, de los 35
millones de vehículos en circulación en el mundo, más de 26 millones corresponden a Estados Unidos.
En segundo lugar, en la industria estadounidense se impuso la producción en masa. Se mecanizaron la
mayoría de las tareas, se racionalizó el trabajo (taylorismo) y se adoptó la producción en serie (fordismo). El
resultado fue un aumento espectacular de la producción sin incrementar la mano de obra, y con abaratamiento
de los precios.
Se puso en marcha también la publicidad y se incorporaron sistemas de compra a plazos. Esto hizo que
personas de un poder adquisitivo medio y bajo pudieran acceder a los productos. Se empezó a desarrollar una
economía de masas.
2.2. LA SITUACIÓN EUROPEA
Europa se recuperó de la crisis de posguerra, pero dejó de ser el centro de la economía mundial. De las
potencias europeas, sólo Francia y Alemania conocieron un importante crecimiento de la producción
industrial:
 Francia mejoró su industria gracias al impulso de los nuevos sectores industriales, como la
electricidad y el automóvil.
 En Alemania, la recuperación económica se inició a partir de 1924. A esto contribuyó la llegada de
capitales británicos y estadounidenses, la racionalización del trabajo y la concentración empresarial.
 En el Reino Unido, por otro lado, el período 1924-1929 estuvo caracterizado por un relativo
estancamiento económico. El gobierno británico se arriesgó y adoptó por su cuenta el patrón oro para
su moneda, tras la guerra, lo que provocó que sus productos resultaran más caros y que sus
exportaciones decayeran.
2.3. LOS LÍMITES DE LA EXPANSIÓN
Este crecimiento económico experimentado por Estados Unidos entre 1922 y 1929 tenía serios desequilibrios
que afectaban a otras zonas del mundo:
 La crisis permanente de los sectores tradicionales (agrícola, textil, siderurgia, carbón) frente a la
expansión de las industrias nuevas (electricidad, petróleo, química, automóvil).
 El descenso de la capacidad de consumo de la población. Ello fue debido a que los beneficios
industriales recayeron en los empresarios y no en la mayoría de la población. Los agricultores se
encontraban mayormente endeudados y el desempleo había crecido en gran manera, lo que redujo
mucho el consumo.
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El comercio mundial también se estancó a causa de la caída del consumo y de la imposición de tasas
aduaneras a las importaciones (proteccionismo).
La inestabilidad del sistema monetario internacional fue otro escollo importante. El sistema del patrón
cambio oro no logró estabilizar la situación por falta de cooperación internacional.
Finalmente, también se produjo un descenso de las inversiones de capital en las actividades
productivas. Muchos capitales se invirtieron en Bolsa porque la especulación ofrecía mayor beneficio.
3. EL CRACK DE 1929 Y LA GRAN DEPRESIÓN
El crecimiento económico de los años veinte se frenó bruscamente en 1929. En octubre de ese año se produjo
la quiebra de la Bolsa de Nueva York, que provocó el hundimiento de las inversiones y de la actividad
económica en los Estados Unidos, provocando a su vez una crisis económica a nivel mundial.
3.1. LAS CAUSAS DEL CRACK DE 1929
Las causas del crack de 1929 hay que buscarlas en los desequilibrios económicos de los años veinte:
 La crisis de los sectores industriales tradicionales (textil, carbón, siderurgia y construcción naval), lo
mismo pasó con la agricultura, que estaba en crisis desde 1921.
 Los sectores más favorecidos (automóvil, electrodomésticos) vieron también afectadas sus ventas
desde 1927 por la disminución del poder de compra y el descenso de los salarios en la mayoría de la
población.
 También entró en crisis el sector de la construcción. Crisis que se inició hacia 1925 en la construcción
de viviendas particulares y en 1928 en la de edificios comerciales.
La situación de la Bolsa de Nueva York era en realidad muy frágil, entre 1927 y 1929 el valor de las acciones
creció y atrajo a muchos inversores. Había por tanto un desequilibrio entre el estancamiento de la economía
real y el desmesurado crecimiento de las acciones, que dio lugar a una colosal burbuja especulativa. No se
correspondía el valor de las acciones con los beneficios reales de las empresas. Esto creó una situación muy
peligrosa.
Un primer descenso brusco de las cotizaciones, causado por la retirada de los inversores, sembró el pánico
entre los que habían comprado las acciones a crédito, que intentaron venderlas rápidamente. Repentinamente
el 24 de octubre, conocido como el “jueves negro”, 13 millones de acciones se ofrecieron a la venta con una
demanda casi nula. El pánico se extendió y el 29 del mismo mes se pusieron a la venta otros 16 millones de
acciones. El mercado se colapsó y el hundimiento de las acciones continuó hasta 1933.
3.2. LA GRAN DEPRESIÓN
El hundimiento de la Bolsa provocó una reacción en cadena que colapsó la economía estadounidense y dio
lugar a una larga crisis conocida como la gran depresión. Las características de esta crisis fueron las
siguientes:
 El hundimiento bursátil provocó la destrucción del ahorro de muchos pequeños y medianos inversores
y la drástica reducción del crédito, del consumo y de la inversión.
 Los bancos se hundieron porque las personas retiraban sus ahorros y porque muchos préstamos
quedaron sin devolver.
 El cese de la demanda y de las inversiones tuvo por consecuencia la crisis industrial y unas enormes
tasas de paro (en 1932, 12 millones de parados, 25% de la población activa). Muchas empresas
tuvieron que cerrar.
 El país más rico del mundo no disponía de un sistema de ayuda a los parados, que cayeron en la
miseria. Millones de ciudadanos se convirtieron en mendigos, al perder su trabajo y sus hogares.
 La crisis agraria se acentuó por el hundimiento de los precios y de la capacidad adquisitiva de los
campesinos. La miseria en el mundo rural fue mayor aun que en las ciudades. Muchos agricultores
perdieron sus tierras.
Estados Unidos era la primera potencia económica y el motor financiero del mundo, por lo que la crisis no
tardó en extenderse por otros países. La crisis se expandió por el resto del mundo a través de dos canales: el
comercio y las finanzas internacionales.
Entre 1929 y 1932, se redujo el comercio mundial en 2/3 de su valor. Estados Unidos redujo sus
importaciones y adoptó una política proteccionista, lo que afectó a las exportaciones de muchos países. Otros
países siguieron su ejemplo, imponiendo medidas proteccionistas en sus economías, lo que condujo a un
estancamiento del comercio durante la década de los años 30.
El segundo canal de exportación de la crisis fue la repatriación de capitales, que desató una crisis financiera
internacional. Estados Unidos dejó de exportar capitales a otras zonas del mundo y exigió la devolución de los
capitales invertidos con anterioridad.
3.3. LAS CONSECUENCIAS SOBRE EL RESTO DEL MUNDO
La extensión de la crisis afectó a todo el planeta, aunque hubo dos grupos de países que sufrieron más la
crisis:
 Aquellos cuya economía dependía de la venta de materias primas, y
 Los países de Europa que dependían de los créditos e inversiones de Estados Unidos.
Prácticamente el único estado que se libró de la crisis fue la Unión Soviética, debido a sus sistema económico
de planificación estatal, completamente desvinculado del sistema capitalista.
Los primeros en sufrir los efectos más dramáticos y devastadores de la crisis fueron los países exportadores de
bienes agrícolas y de recursos minerales. Los precios de los productos primarios cayeron un 55% en 1933 a
causa de la reducción de la demanda por parte de las zonas industrializadas. Al daño provocado por el
desplome de las exportaciones se añadió la reducción de los préstamos y las inversiones extranjeras. Dentro de
este grupo se encontraban los países de Europa Oriental, la mayoría de Latinoamérica, China y los países del
sudeste asiático.
El segundo grupo de países afectados era el compuesto por los países europeos que dependían de las
inversiones y préstamos estadounidenses. De todos ellos, nos detendremos en los casos más significativos.
Alemania y Austria
Estos países sufrieron la crisis de forma brutal. El crecimiento y la recuperación de su economía para hacer
frente a las reparaciones de guerra dependía de los créditos concedidos. Su sistema bancario estaba
fuertemente endeudado con el exterior. Cuando ese dinero dejó de fluir, los bancos quebraron, no pudieron dar
respuesta a los inversores, que querían retirar su dinero, ni a las reparaciones de guerra. El colapso del sistema
bancario trajo consigo el cierre de numerosas empresas y creció el número de parados (6 millones de parados
en Alemania, en 1931, 20% de la población activa).
Reino Unido
Este país venía recuperándose lentamente tras finalizar la guerra, pero sufría un proceso de estancamiento
económico por haber adaptado su moneda al patrón oro, y resultar caros sus productos en el mercado
internacional. La depresión hundió definitivamente las exportaciones y provocó el descenso de la producción
industrial, incrementando el número de parados (más de 2 millones en 1931, 11% de la población activa). En
1931 optó por abandonar el patrón oro y se vio obligado a devaluar su moneda, la libra esterlina.
Francia
Los efectos de la crisis llegaron más tarde a Francia, debido al carácter diversificado de su agricultura y su
menor nivel de industrialización, lo que le suponía una menor dependencia de los capitales extranjeros. Pero
el abandono del patrón oro por parte de Reino Unido y la devaluación de la libra esterlina redujeron la
competitividad de los productos franceses.
En definitiva, las quiebras bancarias producidas por la crisis financiera internacional arrastraron tras de sí a
todo el sistema monetario, con lo que las inversiones y los intercambios internacionales se hundieron.
4. LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS FRENTE A LA DEPRESIÓN
4.1. EL FRACASO DE LAS SOLUCIONES TRADICIONALES
Las primeras medidas ante la crisis tuvieron en común dos tipos de respuestas tradicionales: las políticas
deflacionistas y el proteccionismo:
 Las políticas deflacionistas. Los gobiernos tendieron a aplicar la receta clásica del liberalismo
económico: fomentar la bajada de precios para reactivar el consumo. Para ello, hicieron una reducción
de los gastos públicos y disminuyeron el crédito y el volumen de moneda en circulación. Y a la vez,
para recuperar la rentabilidad de las empresas, bajaron los salarios.
Pero esta política fracasó completamente y se acentuó la crisis.
 El proteccionismo económico. Para proteger sus industrias y su agricultura, los gobiernos optaron
por poner barreras a las importaciones. Lo hicieron a sabiendas de que perjudicaría el consumo
internacional, y de este modo a sus propias economías.
La búsqueda de una salida colectiva a la crisis propició la Conferencia Económica Mundial de Londres
(1933), en la que se propuso la vuelta al patrón oro y la reducción de aranceles a los productos. Sin embargo,
no se llegó a ningún acuerdo y cada país afrontó la crisis por su cuenta.
4.2. LAS POLÍTICAS INTERVENCIONISTAS
El colapso del sistema generó un debate en torno a la revisión del liberalismo económico. Fue el economista
británico John Maynard Keynes quien propuso una mayor intervención del Estado en la economía.
Frente a la mayor parte de los economistas, que pensaban que el paro se reduciría con un descenso de los
salarios, Keynes mantuvo que el nivel de empleo dependía de la capacidad de consumo y que los bajos
salarios limitarían las compras. Para estimular la demanda eran necesarios altos salarios que aportaran dinero
al mercado, lo que produciría una subida de precios. El consiguiente aumento de la inflación no le preocupaba
puesto que sería contrarrestado por el pleno empleo y el alto consumo. Es lo que se conoce como una
“inflación controlada”. Estas ideas inspiraron el New Deal y supusieron una alternativa a la concepción liberal
del capitalismo.
La mayoría de los países, ante el fracaso de las medidas deflacionistas, respondieron con medidas
improvisadas de intervención del Estado en la economía, para relanzar la actividad económica y frenar el
paro. De este modo, se emprendieron obras públicas y planes de empleo, se subvencionó a empresas
industriales y agrícolas, y se siguió manteniendo el proteccionismo. Estas medidas adoptadas variaron en
relación a la situación de cada país.
Estados Unidos
En este país, en 1933 llegó a la presidencia demócrata Franklin Delano Roosevelt, justo en el momento más
intenso de la depresión: fuerte caída de la demanda, hundimiento de la producción y de la inversión, caída de
los precios y elevadísimo número de parados.
Roosevelt puso en marcha un programa de intervención económica estatal, conocido como New Deal (nuevo
modelo). Entre 1933 y 1938 adoptó una serie de medidas para combatir la deflación, relanzar la economía y
crear empleo:
 Se puso en marcha un programa para sanear el sistema bancario. Se clausuraron los bancos con
serias dificultades económicas, y el resto quedaron bajo la supervisión de la Reserva Federal. Se fijó
un seguro sobre los depósitos bancarios y se prohibió la exportación de oro. Se devaluó el dólar en un
50%, y con el abandono del patrón oro se pretendió subir los precios interiores y favorecer las
exportaciones, especialmente las agrícolas, que resultaron así más competitivas.
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Se emprendió un programa de fuertes inversiones en obras públicas para relanzar la economía y
crear puestos de trabajo.
Se intentó disminuir la producción agrícola para elevar los precios de los productos del campo y
que se recuperaran las rentas de los agricultores. Para ello se concedieron subvenciones a aquellos que
redujesen sus cosechas y el área sembrada.
Con respecto a la industria, favoreció a las grandes empresas, eliminando la competencia. Limitó su
producción para acabar con los excedentes y fijó acuerdos sobre precios, estimulando así mismo las
inversiones.
Se forzó a los empresarios a aceptar mejoras sociales, como el establecimiento de un salario mínimo,
la limitación de la jornada laboral semanal a 40 horas, el derecho a la libre sindicación y a la
negociación colectiva. Se crearon seguros de invalidez, paro y vejez.
Para reducir el paro, se ofrecieron puestos de trabajo directos en labores de repoblación forestal, y en
la construcción de edificios públicos e infraestructuras del Estado. También se estimuló mediante
créditos la iniciativa empresarial de los desempleados.
El New Deal tuvo unos efectos limitados a nivel económico, no logró recuperar los niveles de producción
alcanzados antes de 1929 y no consiguió eliminar el paro, aunque redujo los efectos de la miseria entre la
población más afectada y permitió recuperar al pueblo americano la confianza en el sistema democrático y la
ilusión de pertenecer a una gran nación.
Reino Unido
El gobierno británico recurrió a una política intervencionista para hacer frente a la crisis: proporcionó ayudas
económicas a los parados, contribuyó a transformar muchas empresas e impulsó las regiones con industrias
exportadoras.
El gobierno se vio obligado a devaluar la libra esterlina, que abandonó el patrón oro en 1931, con objeto de
activar la industria nacional y la exportación. A esta medida siguieron otras, como la construcción de
viviendas sociales o el establecimiento de bajos tipos de interés para favorecer el crédito.
Además, Reino Unido buscó la reactivación económica impulsando sus intercambios con las colonias.
Estableció acuerdos con sus antiguos dominios y creó en 1911 un área económica y cultural, la British
Commonwealth of Nations. Las consecuencias de esta política supusieron el aumento de la producción
industrial, la disminución del paro y el crecimiento de los intercambios comerciales.
Francia
Los gobiernos de la derecha, entre 1932 y 1936, recurrieron a medidas deflacionistas, pero supusieron un
fracaso. El descontento popular favoreció la llegada al poder del Frente Popular en 1936 (formado por
socialistas, comunistas y republicanos radicales).
Este gobierno intentó reactivar la economía desde medidas más de izquierdas: aumentó el poder adquisitivo de
los trabajadores, impulsó un programa de obras públicas y aumentó los impuestos. Se establecieron los
acuerdos de Matignon (1936) entre la patronal y los sindicatos, que pusieron fin a la conflictividad obrera. Se
subieron los sueldos una media del 12%, se redujo la jornada laboral a 40 horas semanales y se concedieron
tres semanas de vacaciones pagadas.
Esta política mejoró las condiciones de los trabajadores pero no consiguió reactivar la economía. A finales de
los años 30 se produjo un cambio de gobierno, y se volvió a una política más liberal, de recorte en derechos
sociales y devaluación de la moneda.
Alemania
En Alemania, la República de Weimar puso en marcha una estricta política deflacionista, lo que condujo a un
aumento del paro y del malestar social. El ascenso de Hitler al poder en 1933 (el Tercer Reich), llevó a un
cambio en la política económica. El nuevo estado acometió la solución de la crisis con el recurso a la
autarquía, mediante grandes inversiones estatales, que permitieron una total autosuficiencia en el sector
primario y en el industrial. La denuncia del Tratado de Versalles propició una política de rearme que
contribuyó al desarrollo de una industria militar.
El resultado inmediato de esta política económica fue el pleno empleo (el Ejército absorbió a buena parte de
los parados), el crecimiento industrial, la contención de la inflación, el estancamiento salarial y la limitación
del consumo.
Sin embargo, la autarquía a medio y largo plazo era inviable. La necesidad de materias primas y de productos
alimenticios hizo necesarias las importaciones. La potente industria alemana generaba unos excedentes que
era preciso colocar en otros países, lo que provocó una política imperialista sobre parte de Europa Oriental en
busca de mercados. Esta política les condujo a medio plazo a imponer su dominio militar para asegurar sus
intercambios comerciales, presagiando un nuevo conflicto europeo.