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UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
FACULTAD DE EDUCACION
DEPARTAMENTO DE POSGRADO
Especialización en Pedagogía Modalidad Abierta, A distancia y TIC.
MODULO DE FORMACIÓN CIUDADANA Y DEMOCRÁTICA
Documento. Borrador
Elaborado por:
Rosa Ludy Arias Campos
Bogotá, noviembre 27 de 2006
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BIENVENIDA
Carta a los y las participantes
Este Módulo está dedicado a potenciar la reflexión y la capacidad del sector educativo en torno a la
formación ciudadana y la democracia, extiende a la vez, una invitación a quienes se preguntan por el papel de
la educación en la construcción de una sociedad más justa, incluyente y solidaria, y se encuentran motivados y
dispuestos a contribuir de manera personal y profesional, con esta misión.
El proceso será desarrollado mediante un diálogo cultural y educativo, que permita integrar los
presupuestos y retos de la educación ciudadana, a las necesidades y características del contexto social, y a la
construcción de nuevas formas de ser, pensar y hacer del educador, frente a la formación para la convivencia
social y política del siglo XXI.
Los temas, las preguntas y los textos que se proponen para adelantar el recorrido, no son propiamente
una guía minuciosa y acabada sobre la ciudadanía y la formación ciudadana; su aspiración es la de ser una
provocación pedagógica para adentrarse en el debate, apropiarse de sus principales preguntas, referentes
teóricos y metodologías, y continuar el recorrido, aplicando los nuevos aprendizajes y comprensiones en los
contextos educativos desde donde sea posible desplegar los nuevos conocimientos y prácticas ciudadanas.
Le invitamos a seguir la ruta propuesta, el equipaje, solo requiere, apertura, asombro, observación,
lectura de textos y contextos, conciencia crítica, esperanza, responsabilidad social, y compromiso y creatividad
para desarrollar la formación ciudadana.
Bienvenido / a.RLA - 2006
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INTRODUCCION
El modulo de Formación Ciudadana y Democrática, responde a la intencionalidad de formar educadores
como sujetos reflexivos, de saber y poder pedagógico, para animar procesos educativos que contribuyan al
desarrollo humano y cultural y a la generación de una cultura política proclive al reconocimiento de la
multiculturalidad, el ejercicio activo de la ciudadanía y la responsabilidad democrática en el marco del Estado
Social de Derecho Colombiano y del mundo Globalizado.
Dada la importancia que tiene la Formación Ciudadana y Democrática para contribuir en la construcción
del Desarrollo Humano, Social y Político de un Estado; se hace necesario reflexionar sobre la responsabilidad
de la educación en este proceso, el papel de las instituciones educativas y de los educadores en la construcción
de sociedades democráticas, la importancia de saber leer desde perspectivas teóricas y críticas la relación
entre contexto e intencionalidad formativa de la ciudadanía, y apropiarse de las propuestas y debates en torno
a la formación ciudadana, para reconstruir las prácticas educativas, y formular alternativas adecuadas a los
contextos locales de las y los participantes
Todos estos aspectos serán ordenados a través de cuatro unidades de trabajo, en cada una de las
cuales, se agrupan preguntas orientadoras, los contenidos, la reflexión sobre la práctica, la bibliografía y los
recursos específicos de apoyo para su desarrollo.
OBJETIVOS




Conocer y apropiarse de los referentes teóricos y normativos para fundamentar y orientar la formación
ciudadana en los ámbitos educativos.
Reconocer el contexto de la formación ciudadana en lo local y lo global y los retos que se derivan para
la educación.
Discutir las propuestas de formación ciudadana del sector educativo y proponer nuevos itinerarios para
consolidar sus procesos.
Generar un espacio de reflexión sobre la práctica pedagógica que integre los presupuestos teóricos de
la formación ciudadana, y la relación con el contexto.
CONTEXTO
El contexto de la Formación Ciudadana y Democrática, es multidimensional y complejo, se configura a
partir de la interrelación entre realidad social y política, la práctica de la ciudadanía en la cultura social y política
específica, y las concepciones educativas sobre ciudadanía y formación ciudadana, que se establecen para
guiar esta práctica educativa.
El momento actual de la sociedad Colombiana se caracteriza por su alta complejidad en todos los
órdenes del desarrollo, en donde se entrecruzan la larga historia de desigualdad, violencia y corrupción, con el
impacto del mundo globalizado, caracterizado por la instalación hegemónica del modelo neoliberal, la exclusión
de grandes sectores de la población, la supremacía del mercado como modelo de bienestar, junto a la débil
cultura de la civilidad del Estado, de la sociedad civil y del ejercicio ciudadano. La economía globalizada ha
creado además una sociedad indolente, frívola, y mercantilizada , que ha conducido a la pérdida de sentido de
las identidades individuales y colectivas, el debilitamiento de los sistemas tradicionales de integración y
cooperación social , el incremento de la vulnerabilidad social y el deterioro de las instituciones básicas de la
sociedad.
El país experimenta el conflicto armado, la ausencia de un proyecto colectivo de nación, el narcotráfico,
la pérdida de credibilidad en lo político, el desplazamiento forzado, el deterioro de la convivencia, y la opinión
generalizada de que es necesario construir el Estado Social de Derecho, la democracia, el sentido de lo
público, y el fortalecimiento de la cultura de la civilidad 1.
El sector educativo frente a este panorama, ha realizado un recorrido hacia la formación ciudadana que
se puede ubicar de manera cercana en la Constitución del 91, en la que la educación cívica se afianza como
1
Ver TALLERES DEL MILENIO. Repensar a Colombia : Hacia un Nuevo Contrato Social . Agencia Colombia de
cooperación Internacional PNUD, Bogotá 2002.
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educación en y para la democracia, superando los enfoques que abordaban la cívica como urbanidad y
aprendizaje memorístico de la institucionalidad política.
Después, la Ley General de Educación 115 del 94, propuso democratizar el escenario escolar,
mediante la educación para la convivencia democrática y ciudadana y el gobierno escolar, estableciendo este
propósito, como una de las prioridades de los planes, programas y proyectos educativos de las distintas
instituciones de educación primaria, básica, y media y en los estatutos orgánicos de los planes de desarrollo
nacional, departamental y local.
De manera reciente, el Ministerio de Educación promovió la implantación de estándares básicos de
calidad, con el fin de que las instituciones educativas cuenten con un referente común que asegure a todos los
colombianos el dominio de conceptos y competencias básicas, para alcanzar desempeños satisfactorios en su
actividad personal y laboral, vivir en sociedad y participar en ella, en igualdad de condiciones, promoviendo
además, el desarrollo de competencias ciudadanas. La promoción de estas competencias, configura una de las
prioridades de las instituciones educativas en los planes de mejoramiento, que deben girar en torno a: el
respeto y defensa de los derechos humanos, la convivencia y la paz, la participación y la responsabilidad
democrática, y la pluralidad y valoración de las diferencias 2.
Este conjunto de elementos contextuales, se enriquece a demás por los aportes de investigadores y
expertos que en los últimos 15 años, ha cumplido un papel significativo en la reflexión en torno a este campo
de conocimiento tanto a nivel teórico, y empírico como en la innovación pedagógica, aspectos que aportan un
campo propicio para el debate, la apropiación de sus avances, el debate crítico de sus tendencias y la
necesidad de seguir tejiendo y articulando sus múltiples aspectos en la educación Colombiana.
FUNDAMENTACIÓN
Uno de los actos vinculados a la dimensión social, cultural y política de la educación, es el que relaciona
la educación con la formación ciudadana, como un campo temático específico en donde es posible construir
conocimientos, actitudes, valoraciones, razonamientos, elecciones, que posibiliten el bienestar individual y el
bien común.
Para potenciar este desarrollo es necesario reflexionar sobre la educación como agente principal de la
formación ciudadana; como derecho colectivo y como bien público, que dentro de un proceso ético político,
debe favorecer la inclusión social, el desarrollo de la civilidad y la convivencia, la consolidación de la
democracia y la construcción de lo público.
El conocimiento ciudadano y democrático, configura un saber que se construye y se reconstruye en los
procesos formativos, a través de prácticas de socialización, educación, comunicación, convivencia,
organización y gestión social; aspectos que trascienden el ámbito de la educación formal y se instalan en los
diversos escenarios en donde las normas, las leyes, los pactos y los acuerdos, tienen presencia cultural, moral
y jurídica.
Esto implica una formación ciudadana a través de procesos, basados en el reconocimiento del otro y la
multiculturalidad, la construcción de valores cívicos, y de un ethos ciudadano democrático que posibilite la
interlocución válida, la participación y la cooperación para la acción pública, elementos que requieren ser
desarrollados de manera intencional y coherente a través de procesos de educación formal y no formal.
El qué , el para qué y el cómo de la formación ciudadana, supone la interacción de un conjunto de
actores, conformados por educadores y educandos, cuyos propósitos son los de construir conocimientos,
valores y actitudes para dinamizar, crear y mejorar las prácticas de formación ciudadana en sus espacios de
docencia, y/o trabajo institucional y comunitario.
La formación ciudadana apunta a contribuir con la inserción social y política de las personas en la
sociedad. La condición de ciudadano trasciende un estatus jurídico y el ejercicio del voto, implica la
construcción de subjetividades ligadas a lo público, la democracia, el bien común, para ello, es fundamental
como lo señaló Dewey , que la educación despierte en cada ciudadano/a la iniciativa y la disposición, por los
intereses de la colectividad, para convertir al ciudadano, e un actor motivado y capaz de incidir en los procesos
sociales y políticos, y de esta manera ir superando la pasividad, la indiferencia, y la manipulación de intereses,
2
Ministerio de Educación. Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas Noviembre de 2003. Documento de Trabajo.
Pag 2
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que terminan imponiendo la lógica del mercado y del capital , sobre cualquier otra consideración de solidaridad
y bien común.
En el campo de la educación, la preocupación por la construcción de una ciudadanía deseable y
posible, requiere la construcción de conocimientos, valores, actitudes, y habilidades, para el ejercicio activo,
competente, y crítico de deberes, derechos, y la realización de agenciamientos sociales y políticos en torno al
desarrollo de lo privado y lo público.
En este sentido se entenderá como :
Conocimientos, las nociones y concepciones en torno a la historia de la civilidad, la fundamentación de
la ciudadanía y la democracia, la identidad y la pertenencia al territorio, y la interpretación y ejercicio de los
derechos humanos.
Valores, las asignaciones de sentido de carácter moral y ético, en la vida individual y colectiva, de lo
que se considera : justicia, libertad, solidaridad, honestidad, tolerancia, igualdad, equidad, pluralidad, diálogo, y
su reflexión cultural y universal para la convivencia, local y global.
Actitudes, la manera en que se construye y desarrolla la sensibilidad moral y ciudadana, la subjetividad
política, y el compromiso con el cuidado del sí mismo, de los otros, del entorno ecológico y de lo público.
Habilidades, la forma como se expresa << el saber hacer ciudadano- democrático >> a nivel de los
procesos de comunicación, negociación, participación, construcción de acuerdos, y desarrollo de alternativas,
en la consecución del bien común. El desarrollo de este conjunto de presupuestos nos permitirá hablar de
capacidades para el ejercicio activo de la ciudadanía y la democracia.
Para aproximarnos desde estas consideraciones a la comprensión de la construcción de la ciudadanía
y la democracia y a la forma en como podemos abordar su desarrollo en los procesos formativos, se proponen
en este módulo, el desarrollo de cuatro unidades que abordarán en su orden: 1) concepciones y condiciones
de la ciudadanía 2) marcos normativos de la ciudadanía, 3) valores democráticos y la construcción de lo público
4) dimensiones y áreas de la formación ciudadana, y nuevos elementos para su reconfiguración.
La idea de ciudadanía, condiciones básicas y contexto de la formación ciudadana : La ciudadanía es un
concepto polisémico con una carácter histórico y contextual, en la medida en que sus nociones y prácticas, se
configuran en escenarios sociales determinados, y responden al grado de evolución del ethos ciudadano y de
la cultura política en que se realiza. Se trata de un concepto abierto y complejo, susceptible de ser construido,
deconstruído y perfeccionado, mediante el desarrollo del pensamiento y el sentimiento cultural, político y
subjetivo, frente a los valores cívicos, la titularidad de derechos y los modelos de justicia que orientan el
desarrollo social y económico.
Por esta razón se puede afirmar que no hay un solo tipo de ciudadanía, sino que existen tantas
ciudadanías, como comunidades políticas y sociales hay, y que estas a su vez, están conformadas por la
pluralidad de ciudadanos/nas que en las sociedades democráticas, contemporáneas viven y conviven en
conciudadana, ejerciendo sus derechos y responsabilidades con perspectivas, e intereses diferentes.
El ejercicio de la ciudadanía, implica la realización de aspectos básicos que le son inherentes, como son
: la pertenencia, los derechos humanos y la participación. Aspectos que adquieren connotaciones específicas
en el contexto local y global y que sugieren los retos de la formación ciudadana en la sociedad contemporánea.
Marcos normativos de la ciudadanía y la democracia: La construcción de la ciudadanía se desarrolla en
medio de la pluralidad y la diversidad de opciones, ideologías y posturas políticas, por ello es necesario
conocer las características básicas, de orden normativo que orientan el sentido, y las formas de ejercer los
comportamientos ciudadanos y democráticos, en donde cobran diferentes sentidos y énfasis las discusiones
sobre libertad, igualdad, multiculturalidad, papel del Estado, bienestar individual y bien común, permitiendo
identificar la múltiple configuración de las ciudadanías influenciadas por estos enfoques.
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El abordaje se realiza con los enfoques liberal, comunitarista, y republicano, desde la filosofía moral, la
filosofía política y del derecho, presentando las principales discusiones en torno a los ideales democráticos y de
justicia, que giran en torno a la política, y que permiten identificar los nuevos atributos de la socialización política
para la formación ciudadana.
Esta aproximación busca promover cuestionamientos en torno a qué propósitos y de acuerdo con qué
criterios y principios se orientan las acciones de formación ciudadana, en un contexto de marcados conflictos
sociales, políticos y económicos y de profundas desigualdades sociales e imperfecciones del Estado Social de
Derecho.
La descripción de las anteriores dimensiones que definen el horizonte y los elementos que conllevan los
procesos de educación ciudadana, se constituyen en referentes para identificar los conocimientos, actitudes,
habilidades y capacidades que requieren ser potenciadas para que el ciudadano/a pueda participar activamente
en la construcción de un orden social democrático, teniendo como referencia, las siguientes discusiones
aportadas por los enfoques referenciados :
Perspectiva Liberal: Hace énfasis en el liberalismo político de Jhon Rawls . Esta perspectiva destaca que la
legitimidad y estabilidad de las instituciones democráticas, radica en la definición de unos principios mínimos de
justicia, construidos colectivamente en la esfera política, los cuales permiten fundamentar la estructura básica
de un Estado Social de Derecho. En este sentido la educación para la ciudadanía liberal, es un factor esencial
para promover una cultura política pública y un marco normativo que regule el ejercicio de la ciudadanía en el
contexto del pluralismo razonable .
Perspectiva Comunitarista : Esta perspectiva señala la necesidad de reconocer los diversos contextos de
pertenencia cultural donde se promueve un conjunto de virtudes que se han cimentado en la tradiciones de los
grupos sociales, las cuales aportan recursos morales significativos para establecer parámetros de regulación
social. Lo anterior demanda una política del reconocimiento, de la diversidad y el establecimiento de ciertos
derechos colectivos que minimicen la exclusión de grupos minoritarios.
Perspectiva Republicana: El republicanismo defiende la organización institucional, que es capaz de alentar la
discusión pública en torno al bien común, objetivo, que puede ser alcanzado a través del sistema educativo y
del sistema político. El status ciudadano, es el de estar de manera activa vinculado con el entorno ( urbano,
rural), la democracia republicana debe entender el ejercicio ciudadano de participación integral permanente,
con el gobierno, para ejercer el control de las decisiones públicas.
La ciudadanía se valora en este enfoque porque: contribuye a la preservación de las libertades
individuales y públicas; a la consolidación del Estado Social de Derecho; a la activación de la sociedad civil, a
la profundización y realización de la democracia y a la reducción de los fenómenos de corrupción y de primacía
de los intereses del mercado sobre la justicia social.
Construcción de lo público y los valores democráticos: Señala los límites y relaciones entre la vida
cotidiana, la sociedad civil, lo político, lo público, en la construcción de la democracia y el Estado Social de
Derecho; así como la construcción de la subjetividad y la cultura política, y de las características de los
procesos de socialización política en el contexto local y global.
De la misma manera se aborda el debate de la corresponsabilidad democrática para la construcción
ciudadana de lo público, que configura la expresión de la responsabilidad entre sociedad civil y gobierno para
construir el desarrollo social y político, en el marco de una ética cívica, la moral, el pluralismo razonable, los
diálogos ciudadanos, la ciudadanía activa, la acción pública y el bien común.
En este aparte se asume que ¨ uno de los rasgos que caracteriza el desarrollo de las democracias, es el
fortalecimiento de una cultura de lo publico, asumida esta como la expresión de los múltiples matices del
pluralismo en sus diferentes dimensiones, sobre la base de unos acuerdos mínimos que regulen la participación
de los actores sociales y posibiliten escenarios de consenso o disenso sobre problemáticas de interés colectivo
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para una comunidad. La preservación de lo público recae en la responsabilidad del Estado a través de sus
instituciones y también de las organizaciones sociales que conforman la llamada sociedad civil ¨ ( Documento
del Programa de Especialización en Pedagogía. Universidad Pedagógica 2006)
Dimensiones, ámbitos y reflexiones para un itinerario de formación ciudadana
Señala las propuestas de la política educativa y los planteamientos del Ministerio de Educación en el campo de
la formación ciudadana, las cuales definen los propósitos, las dimensiones y los ámbitos de la formación, con la
mirada de competencias ciudadanas. En este aparte se abordan: el planteamiento de las competencias
ciudadanas definido por el Ministerios de Educación; y algunas propuestas para consolidar el itinerario de la
formación ciudadana.
Pensar y asumir los escenario educativos como espacios de formación política y ciudadana plantea la
pregunta por la función de la educación en la formación de sujetos ético- políticos, autónomos y solidarios, que
sobre la base del desarrollo de ciertas capacidades pueden construir y reconstruir los referentes y las practicas
culturales de lo político, lo público y de lo que implica el ejercicio de los valores que sustenten la ciudadanía.
Las instituciones que adelantan procesos de formación ciudadana se reconocen en esta oportunidad,
como agentes de socialización política, que tienen como compromiso generar mediaciones pedagógicas que
viabilicen el desarrollo de capacidades psico-sociales, etico-morales y socio-políticas asociadas a la formación
de una cultura política y al ejercicio de la ciudadanía.
De la misma y de manera transversal, se aborda el papel que le corresponde asumir a la pedagogía,
como saber y conocimiento regulador y reconstructor de la cultura, en el campo de la socialización política y en
la formación de valores cívicos, en torno a la justicia, la libertad, la solidaridad, la igualdad, el diálogo ético y
político.
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CONTENIDOS
UNIDAD I. CONCEPCIONES Y CONDICIONES BASICAS DE LA CIUDADANIA
Preguntas Generadoras.


¿Qué podemos entender por ciudadanía ?
¿ A través de que elementos se construye la ciudadanía?
Contenidos básicos.
 Concepciones de la Ciudadanía
 Condiciones básicas de la ciudadanía
UNIDAD II. MARCOS NORMATIVOS PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA.
Pregunta Generadora.
 ¿Cuál son los planteamientos centrales de los enfoques de la ciudadanía liberal, comunitaria y
republicana ?
 ¿Qué implicaciones se derivan de estos enfoques para orientar la formación ciudadana?
Contenidos básicos.
 Características generales de los marcos normativos de la ciudadanía
 Implicaciones para la formación ciudadana del enfoque liberal
 Implicaciones para la formación ciudadana del enfoque comunitario
 Implicaciones para la formación ciudadana del enfoque republicano
UNIDAD III. CONSTRUCCIÓN DE LO PÚBLICO Y VALORES DEMOCRATICOS EN
GLOBALIZACIÒN.
TIEMPOS DE
Pregunta Generadora.
 ¿ Cuál es la relación que se establece entre globalización y formación ciudadana?
 ¿ cómo se construye y legitima el sentido de lo público, y de que manera contribuye a la
reestructuración del proyecto democrático?
Contenidos básicos.
 Educación , globalización y formación ciudadana
 Corresponsabilidad democrática para la construcción ciudadana de lo público.
UNIDAD IV DIMENSIONES, AMBITOS Y REFLEXIONES PARA UN ITINERARIO DE FORMACIÓN
CIUDADANA
Pregunta Generadora.
 ¿ Cuál es la política del sector educativo para la formación ciudadana?
 ¿ Por qué es importante la formación ciudadana?
 ¿ Que se puede proponer para consolidar un itinerario de formación ciudadana en nuestro contexto?
Contenidos básicos.



Propuesta de formación ciudadana del sector educativo
Importancia de la formación ciudadana
Finalidades para un itinerario de formación ciudadana
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ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
El proceso que plantea el desarrollo del módulo, tiene como características metodológicas : potenciar la
observación, el análisis de contexto, la apropiación crítica de los marcos de fundamentación, el conocimiento de las
propuestas de formación y sus debates fundamentales, así como retomar las prácticas educativas, para propiciar
nuevas miradas y alternativas de los procesos de formación ciudadana, pertinentes al contexto y necesidades de
las y los participantes.
Con estos presupuestos el módulo se ha organizado en las siguientes partes:
Contextualización, fundamentación, plan temático ( contenidos), y orientaciones metodológicas.
Para el abordaje de los contenidos se parte de preguntas generadoras, que permiten identificar los
problemas de conocimiento que son necesarios resolver con el abordaje temático y práctico de cada una de las
unidades, que conforman los contenidos.
Los contenidos, desarrollan los planteamientos conceptuales básicos del eje temático correspondiente. Los
cuales son obligatorios de abordar para llenar los requerimientos del proceso formativo.
Posterior a la lectura de cada unidad, se propone un ejercicio de reflexión sobre la práctica3, que propone un
conjunto de mediaciones para recuperar, caracterizar y potenciar las prácticas para la formación ciudadana.
Para ello se incluye una guía para cada unidad, las cuales se explican a continuación y se anexan al
documento. (Anexo 1)
EVALUACIÓN
Los criterios de evaluación para el presente módulo son los siguientes :
. Cada unidad tiene previsto un resultado de proceso, en cada uno se aplican unos criterios de calidad que
aportan puntos acumulativos sobre 5.0 y al final, la sumatoria de puntos establece la calificación final.
3 Propone ejercicios, según sea el caso de cada unidad, para reflexionar en torno a aspectos dinámicos( motivos e
intenciones), cognitivos ( conciencia y creencias), conceptuales( apropiación de conceptos y nociones), prácticos (
recuperación de experiencias y reflexiones sobre el saber pedagógico y el saber político en torno a las prácticas). Cada
unidad requiere lectura del contenido y desarrollo de reflexión sobre la práctica, de manera complementaria y articulada con
las otras unidades .
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Unidad 3:
Construcción de lo público y valores democráticos
Contenidos
3.1 Educación, globalización y formación ciudadana4
La dilución de las identidades y de los referentes colectivos, culturales e inmediatos en el territorio que se
habita, conlleva a que hoy más que nunca, deba resignificarse la pertenencia a un planeta común, en el cual
todo lo que acontece afecta directa o indirectamente a todos los sujetos. Ante la crisis, la incertidumbre y la
creciente desigualdad, se necesita refundar la política y construir una ciudadanía firme localizada y globalizada,
unida por aspiraciones comunes.
En esta medida, cada uno/a es responsable de lo que sucede y sucederá tanto a las actuales como a las
futuras generaciones en los entornos local y global. Por ello se requiere la participación de todos/as en diálogos,
negociaciones y movimientos planteados en esta dirección. Lo anterior también demanda la construcción de
nuevos conocimientos, actitudes y competencias para ejercer una ciudadanía activa de cara a las implicaciones
en la convivencia social y política en un mundo globalizado.
Las personas necesitan cada vez más información e interactuar en la relación de los contextos local,
territorial, nacional y global. Tal relación exige crear nuevos conocimientos, aprendizajes, habilidades y
actitudes para delimitar e integrar lo que se piensa y hace en los entornos particulares y en los contextos cada
vez más amplios a los cuales se pertenece, hasta llegar al punto de lo global. Esto se relaciona directamente
con una participación pensada, consciente y política, es decir, un ejercicio activo de la ciudadanía (Arias, 2006).
Frente a la globalización no existe un consenso sobre si uniforma a la humanidad, arrasa con las culturas
locales, despersonaliza y somete el pensamiento. Lo que si parece una apreciación común es la referida a la
disminución de la facultad de los sujetos para obrar con criterios propios y de acuerdo con su voluntad. Un
efecto de dicha circunstancia es que la identidad, la subjetividad y la capacidad de agenciar proyectos comunes
se diluyen y pierden en la totalidad5.
En ese sentido, los objetivos de vida se encuentran mediados por aquello que está de moda, se vende y
se publicita, haciendo que la forma de existir en el mundo se preocupe más por los medios que por los fines del
desarrollo. Esta tendencia genera lo que muchos han denominado la trivialización del significado de vivir y
convivir, el falseamiento de la autonomía y la independencia.
De acuerdo con María Teresa Yurén (s.f.), la libertad del consumo ha desbancado la libertad del
ciudadano; la preocupación por la forma y la apariencia, impuesta por las marcas comerciales y la estética de la
publicidad, ha suplantado la ética de la autenticidad; el dinero fácil, el afán de lucro y el exitismo coyuntural, han
erradicado la paciencia y la fortaleza para enfrentar la vida productiva y social según las normas de convivencia
y la acumulación gradual; los realitys y la búsqueda de la felicidad individual, han superado los proyectos
colectivos y ciudadanos; la televisión ha reemplazado el ágora 6. Yurén, en este punto sostiene:
El panóptico es el lugar donde un vigilante controla los cuerpos, los movimientos de muchos. El
sinóptico es global y libera aparentemente al observador de su localidad transportándolo en el
ciberespacio o en el espacio electrónico; no lo obliga a ocupar un lugar, sino que lo seduce para que
se coloque voluntariamente como observador. Los observados son los ‘famosos’, quienes transmiten
Para este apartado se retoman planteamientos de gran parte de un trabajo anterior. Arias, Rosa, Ludy (2006). “Educación,
comunicación y globalización”. En: Mediador pedagógico: Globalización y economía. San Vicente del Caguán (Caquetá):
Instituto Francisco de Asís.
5 Este análisis puede ampliarse retomando los planteamientos de Maria Teresa Yurén. “Educación para la eticidad y la
ciudadanía en tiempos de globalización. Una mirada desde México”. En: Oraisón, Mercedes (Coord.) (2005). Educación en
valores, globalización, ciudadanía y educación. Barcelona: OEI / Octaedro.
6 El ágora se relaciona con un espacio público que permite el encuentro para deliberar, debatir, definir acuerdos y construir
lo público.
4
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una forma de vida y su autoridad está asegurada por la lejanía, ejerciendo sutilmente el gobierno de
mentalidades y la construcción de una cultura gradualmente homogénea. (96)
A lo anterior puede agregarse que para el capital, el ciudadano es un consumidor y para el Estado es un
contribuyente fiscal. Es así como el marco de la democracia en la sociedad moderna globalizada,
(…) se caracteriza por el privilegio del cálculo racional y los valores del exitismo asociados a la
posesión de bienes materiales, la acumulación y la disponibilidad para el consumo en la sociedad de
mercado, la reducción del Estado interventor, la ideología científica-tecnológica, la planeación
tecnocrática, el dominio de la información a través de los medios, la educación estandarizada y el
debilitamiento de los movimientos alternativos para la transformación socio-política. (Mejía, 2005: 18).
De allí que no haya logrado articularse un concepto integral de cultura como proceso social, más bien se han
generando culturas populares híbridas, sin fundamento en un ethos cultural nativo y sin perspectivas frente a
una unidad-identidad nacional por consolidar (Ibíd.: 23).
Este planteamiento permite afirmar que la dinámica de la globalización implica nuevos escenarios y
preguntas para orientar los objetos de la formación ciudadana. También impone retos no sólo en procesos
educativos directos (cara a cara) de construcción de conocimiento y comunicación social, sino en la utilización
pedagógica de las mediaciones comunicativas y tecnológicas de la sociedad de la información al servicio de la
sociedad del conocimiento y del desarrollo social y económico.
La constitución del vínculo entre globalización y educación encuentra en la ciudadanía como concepto,
finalidad y ejercicio, el elemento fundante de nuevos sentidos y desafíos para su correlación.
En primer lugar, el papel de la educación frente a este proceso debe asumir retos muy específicos frente al
desarrollo de la ciencia, la tecnología y la convivencia. Allí subyacen como común denominador entre las
reflexiones de diversos autores, las propuestas de la formación moderna en torno a la ciudadanía con tres ejes
de sentido:
 La contribución a la construcción de una ética global para la solidaridad y la justicia.
 La formación para el ejercicio activo de la ciudadanía local y global.
 La consolidación de la democracia como proceso de gobierno deseable en medio de la multiculturalidad.
Es por ello que no basta con el aprendizaje de los valores y los derechos a través de la socialización en la
familia y la vida cotidiana. Hoy día se hace indispensable generar una educación intencional para problematizar,
analizar, debatir, deconstruir y acordar criterios y prácticas que permitan descubrir y valorar los valores y los
derechos humanos, en la búsqueda de consensos básicos para asegurar una convivencia que garantice el bien
común por encima de los intereses individualistas de las sociedades centradas en el mercado, el lucro y el
consumo.
3.2 Corresponsabilidad en la construcción de lo público
Para dar una idea de lo acontecido con la importancia de la construcción de lo público en tiempos de
globalización, Adela Cortina (2006: 1) aporta una visión panorámica del proceso en los siguientes términos:
Según informes del Banco Mundial y del PNUD, aproximadamente un cuarto de los seres humanos
subsiste bajo la línea de la pobreza internacional, una tercera parte de las muertes que se producen
al año (unos 18 millones de personas) está relacionada con la pobreza, 790 millones de personas no
están adecuadamente nutridas, más de 880 millones no tienen asistencia sanitaria básica, el acceso
al agua potable ni siquiera ha sido reconocido como un derecho humano, las desigualdades de
calidad de vida entre las distintas regiones de la tierra han aumentado, crece el desempleo y el
trabajo se precariza. En Latinoamérica existe una profunda asimetría entre tres dimensiones de la
ciudadanía: la extensión del voto, la ciudadanía política activa y la ciudadanía social y económica, y, sin
embargo, sabemos que hay medios más que suficientes para que todos los seres humanos vean
cubiertas sus necesidades básicas; sabemos que el proceso de globalización puede resultar
beneficioso para todos los hombres, si se orienta desde principios de justicia. Por otra parte, la ética
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cívica de las declaraciones universales es la de los derechos humanos y la igualdad de capacidades
básicas.
Es así como Cortina enfatiza en la necesidad de promover la justicia universal y potenciar la solidaridad desde
una ética pública global en donde la sociedad civil y la ciudadanía tengan un papel protagónico en todos los
espacios sociales, económicos y políticos. De la misma manera, se evidencia el tránsito inaplazable de una
democracia de votantes a una de ciudadanos, diseñando y poniendo en marcha una política generadora de poder
democrático, cuyo objetivo sea la ciudadanía integral que articule lo que la autora denomina Estado democrático,
economía ética y ciudadanía activa que, en su concepto, conforman el trípode en el cual se sustenta una sociedad
civilizada.
En consonancia con lo anterior, puede afirmarse que allí se ubica la noción de corresponsabilidad como
ejercicio mancomunado entre sociedad civil, empresas, redes, grupos, movimientos sociales, profesionales,
opinión social y gobierno, para construir lo público entendido como lugar en donde confluyen intereses ciudadanos,
privados y colectivos, con el objeto de consolidar lo político y las políticas en torno al bien común.
Por ello, consolidar la sociedad civil implica empoderar a los sujetos políticos7 mediante la socialización
política8, la formación ciudadana y el agenciamiento social y político9, para que en conjunto, y siguiendo el
planteamiento de Cortina, contribuyan a desregular el mercado de corte neoliberal; cogestionar lo público y
fortalecer en la convivencia los valores universales de la justicia y la solidaridad, ya que la gran tarea de la sociedad
civil en el siglo XXI, consiste en potenciar su papel en la articulación del sector político, el sector económico y el
sector social.
Dicha tarea constituye un aspecto nodal en la formación ciudadana, pues en una secuencia lógica y gradual,
forma al sujeto moral y ético, al sujeto de derechos y al ciudadano como tal, para el ejercicio de las libertades
individuales y publicas, la construcción de la autonomía individual y social, el reconocimiento de la diferencia, el
establecimiento de criterios y capacidades para decidir moral y políticamente, así como para ejercer derechos y
propiciar la integración entre sociedad civil (organización, agenciamiento cívico y empresarial, resistencia,
participación, gestión y control social) y Estado (cuya competencia es crear el marco legal, suministrar los recursos
básicos y facilitar y coordinar los procesos políticos, administrativos y sociales).
Es en este marco donde cobra vigencia el fortalecimiento de la reflexión sobre los valores cívicos referidos
a justicia, libertad, igualdad, solidaridad, honestidad, diálogo y tolerancia, pues contribuyen a construir y
reconstruir el sentido de la participación democrática 10 de la sociedad civil y de los procesos de responsabilidad
democrática. Reflexión que debe fundamentarse en el análisis de sus implicaciones en la constitución de
sociedades justas y solidarias que respeten los derechos fundamentales y la multiculturalidad, apelando a la
7
Sujeto político. El sujeto alude a la constitución del yo pensante, afectivo y social que se ha configurado a través de
procesos de socialización y educación formal, no formal e informal. Este sujeto, mediado por la razón, busca fundamentar
sus pretensiones de desarrollo desde diferentes cosmovisiones, algunas de las cuales le permiten potenciar su
individualidad desde la autonomía y otras le someten a la masificación, el mercado y la competitividad en el mundo
productivo y laboral. Esto pone en evidencia múltiples subjetividades donde cada individuo constituye su identidad en
contextos específicos. Una de las expresiones de tal subjetividad, se relaciona con la naturaleza política del sujeto, que le
liga al proyecto de vida en común, como forma de organización de los grupos humanos para agenciar los asuntos comunes.
La política es la dimensión del mundo relacional en la cual los grupos humanos se encuentran para compartir intereses,
tramitar sus derechos y agenciar sus apuestas en la esfera pública.
8 Socialización política. La socialización ha sido considerada como el proceso mediador entre la realidad y el mundo
relacional del sujeto, a través de creencias, normas, valores, interacciones y sistemas simbólicos instituidos, para reproducir
y/o transformar la realidad. En este caso, se alude a la realidad política inmersa en una cultura política polisémica,
contextual e histórica que determina las orientaciones de los comportamientos cívico-políticos que establecen los sujetos en
la sociedad.
9 Agenciamiento. Identifica la intencionalidad, organización y capacidad colectiva para resolver problemas, superar
necesidades, reivindicar derechos, demandar inclusión y viabilizar intereses y alternativas de desarrollo, fortaleciendo los
lazos sociales, el trabajo en red y el sentido de corresponsabilidad en la construcción de lo público.
10 Mejía (2005), de manera coincidente con Cortina, plantea que. “Es necesario crear una cultura política, democrática y
participativa. Reconociendo las tensiones y disfuncionalidades de la sociedad y determinando un nuevo paradigma jurídicopolítico, desde el cual acometer un proceso de modernización que integre los diferentes actores del conflicto a un esquema
común de reconstrucción económica, política, social, donde todos tengan participación y protagonismo simétricos y
efectivos”
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inclusión, la ética comunicativa, la ética del cuidado y de la compasión y al contrato social y la responsabilidad
democrática ciudadana.
Aquí, la inclusión es asimilada a la garantía de derechos, a la solidaridad con la población más pobre y
vulnerable y al incremento del poder político para la participación ciudadana. En este punto es importante
retomar tres presupuestos generales de existencia que Robert Dahl señala como imprescindibles para hablar de
sistema político democrático, los cuales se plantean en torno a la existencia de igualdad de oportunidades para
que las personas puedan: formular preferencias, manifestarlas públicamente y recibir del gobierno igualdad de
trato.
Conectadas con estos supuestos, el mismo autor propone las siguientes condiciones institucionales
tendientes a posibilitar la vida política: libertad de asociación, información, expresión, voto, agenciamiento
social, elegibilidad para el servicio público, ejercicio político, elección libre e imparcial, competencia equitativa y
garantías constitucionales en el terreno político. Así se consolida aquello que Dahl denomina liberalización e
inclusividad.
Al entender que la construcción de lo social y lo político demanda la reflexión sobre los valores cívicos, los
derechos, la institucionalidad política y la democracia, se delimita el papel de la educación para contribuir a la
formación del sujeto político y se propician escenarios de socialización política y/o se potencia su realización en
el contexto, así como su respectivo redimensionamiento en la constitución de la cultura política.
Se trata de develar las maneras de internalizar la realidad (socio-política) por parte del individuo y los
grupos, con el propósito de que adquieran mayores comprensiones, motivaciones y capacidades para participar
en su transformación.
En la reconfiguración de las líneas programáticas que permitan establecer un norte de sentido para la
consolidación de una democracia real, efectiva, incluyente y deliberativa en América Latina, y que a la vez
establezcan los elementos a ser fortalecidos desde la formación ciudadana, Mejía (2005: 20) propone tener en
cuenta:
 La inserción a la economía mundial no debe hacerse a costa de la desorganización de la producción
industrial interna.
 Para afrontar el ajuste estructural del mercado internacional, es necesario generar una expansión
productiva y distributiva para que todos los sectores productivos compartan los costos sociales del
desarrollo.
 Frente al crecimiento nacional, potenciar en la economía neoliberal la participación de la sociedad en
general.
 Fortalecer el papel crítico de la intelectualidad y la academia, así como de los medios de comunicación.
 Desmitificar el papel neutro de la tecnocracia y propender para que las decisiones y ejecuciones macro y
micropolíticas de los organismos de planeación económica sean consultadas con la comunidad o, por lo
menos, sean fruto de auténticos procesos democráticos.
 Recuperar de manera crítica y proactiva, las identidades, culturas y tradiciones de cada comunidad para
enfrentar las ideologías unidimensionales y tecnologizantes.
 Solidarizarse y hacerse responsables de las reivindicaciones de las minorías (ecologistas, feministas,
homosexuales, indígenas, niños y niñas, jóvenes, prostitutas, indigentes).
 Propender por un fortalecimiento de un ethos sociocultural para la convivencia social, el pluralismo y la
participación democrática, la paz y la integración.
 Fortalecer las capacidades de participación en la construcción de políticas públicas, control social y
fiscalización.
 Abordar integralmente los conflictos entre cultura iconoclasta y cultura reformista; sectarismo político,
dogmatismo conceptual con categorías ajenas a la realidad latinoamericana; culturas populares y cultura
transnacional; cultura tecnicista y cultura humanista; culturas excluyentes y culturas del reconocimiento y la
inclusión.
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 Contar con un programa mínimo de derechos humanos: derechos a la paz, la vida, la igual libertad para
todos, a la diferencia, a la justa igualdad de oportunidades, a bienes sociales primarios, a la justicia
procedimental pura, a la objeción de conciencia y a la desobediencia civil (Ibíd.: 45).
___________________________________
Bibliografía
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Unidad 4:
Dimensiones, ámbitos y reflexiones para un itinerario de formación ciudadana
Contenidos
4. 1 Propuesta de Formación Ciudadana del Sector Educativo
4.1.1 Lineamientos del sector educativo
La actual política educativa establece que para desarrollar la educación es necesario definir: las
competencias básicas o fundamentales que deben aprender y desarrollar los estudiantes (estándares), los
momentos de la vida en que son oportunos (niveles de los estándares), la evaluación (pruebas de competencias
que explican en qué parte del proceso se encuentran los estudiantes en las áreas básicas)11. En este sentido la
noción de competencia propone no sólo conocer, sino ser y saber hacer, de tal manera que se le permita al
estudiante y a la institución observar qué tan bien está comprendiendo y aplicando lo que aprendió.
En este marco el Ministerio de Educación define la propuesta de la formación en Competencias
Ciudadanas, como un proceso que se puede diseñar, con base en principios claros, implementar, con
persistencia y rigor, evaluar continuamente e involucrar en los planes de mejoramiento de cada institución.
Desde esta perspectiva, se consideran como supuestos del programa nacional de formación en
competencias ciudadanas 12:
. El énfasis en una educación para fortalecer el comportamiento ciudadano, más que en la construcción de
conceptos cívicos y ciudadanos.
. La necesidad de que las Instituciones educativas se deben organizar con las mismas estructuras de los
valores en que quieren formar,
. La importancia de garantizar la democracia como una forma de vida en la escuela y no como un mero
discurso,
. La convicción, de que en la medida en que se transformen las relaciones de la escuela, se puede incidir en la
transformación de la sociedad para crecer humana y socialmente.
. La posibilidad de articular la educación formal con otras instancias de educación no formal e informal.
. La necesidad de involucrar pedagogías cognitivas y constructivistas, y asegurar ambientes educativos
democráticos y de confianza para la formación ciudadana
4.1.2 El Planteamiento de Competencias Ciudadanas13.
Chaux, (2004), plantea que ante la existencia de diversas maneras de desarrollar la formación
ciudadana en las instituciones educativas, los equipos que han venido trabajando en esta propuesta, están
convencidos de que ¨ la mejor opción es a través de la formación en competencias ciudadanas y por medio de
la integración de la formación ciudadana a lo que ocurre de manera cotidiana en las aulas y fuera de ellas ¨ (p:
14).
Aquí el autor considera que no se parte de cero para desarrollar una educación ciudadana en la
escuela, dado que la misma, se ha venido realizando a través del currículo oculto, y en las asignaturas de
democracia y de ética y valores, solo que su énfasis se ha dado en la transmisión de conocimientos, ante lo
cual se plantea la necesidad de que este proceso sea intencional, planeado, y complementado con el
desarrollo de habilidades y competencias ciudadanas, lo cual sólo se logra a través de la práctica. y del
desarrollo del pensamiento crítico.
11
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL, Dirección de Poblaciones y Proyectos Intersectoriales. Programa de
Competencias Ciudadanas. Septiembre de 2004.
12 Aspectos presentados por Rosario Jaramillo Rosario en ponencia. Programa de Competencias Ciudadanas del Ministerio
de Educación. Seminario: PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA EDUCACIÓN CIUDADANA Y DEMOCRÁTICA EN
COLOMBIA. Fundación Presencia. Bogotá, octubre de 2006.
13 Este punto integra los planteamientos de Ministerio de Educación, en cabeza de Rosario Jaramillo y los realizados por
Enrique Chaux, (investigador colaborador de esta propuesta) en lo referente a la forma como se define el programa de
competencias ciudadanas.
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Las competencias desde este marco se establecen como un conjunto de conocimientos, actitudes,
disposiciones y habilidades (cognitivas, socioafectivas y comunicativas) que relacionadas entre sí, facilitan el
desempeño flexible, asertivo y coherente de los individuos, contribuyendo al buen vivir y a la convivencia
pacífica y democrática. Las competencias generan un saber saber, un saber pensar, un saber sentir, un saber
decidir, un saber resolver, y un saber hacer, es decir un poder ser, en contextos y circunstancias determinadas.
Expresan además, el desempeño del individuo en su interacción. Se es competente para vivir, convivir y
producir. Un individuo competente, integra los equipamientos múltiples de que dispone, en el acto, en las
situaciones, en las decisiones que debe tomar de manera pertinente y en los conflictos que debe resolver, en
contextos y momentos concretos de su vida.
Definición de las Competencias
Las competencias cognitivas se refieren a la capacidad para realizar diversos procesos mentales tales
como la identificación de las implicaciones y consecuencias de una decisión, la descentración, la coordinación
de perspectivas.
Las competencias emocionales hacen referencia a las habilidades necesarias para la identificación y
respuesta constructiva ante las emociones propias y las de los demás.
Las competencias comunicativas identifican las habilidades necesarias para establecer un diálogo
constructivo con otras personas, en términos de escucha empática, utilización de sistemas simbólicos (lengua,
pintura, danza) y el desarrollo de procesos adecuados de argumentación.
Los conocimientos se conciben como la apropiación de información teórico- práctica, de los contenidos
y dimensiones que se deben saber y comprender para el ejercicio ciudadano.
Las competencias integradoras , se refieren a las habilidades para articular, en la acción misma, las
competencias definidas y los conocimientos necesarios para el ejercicio de la ciudadanía.
Ámbitos de las Competencias Ciudadanas
La propuesta de Chaux, parte de considerar varios aspectos : ¨ la necesidad de convivir pacífica y
constructivamente con otros que tienen diferentes intereses, el reto de construir colectivamente acuerdos y
consensos sobre normas y decisiones que nos rigen a todos y que deben favorecer el bien común, el ejercicio
de la ciudadanía implica el reto de construir sociedad a partir de la diferencia, es decir, del hecho de que a
pesar de que compartimos la misma naturaleza humana, somos diferentes en muchas maneras. Estos tres
retos corresponden a tres ámbitos de la ciudadanía en los cuales hemos concentrado nuestra propuesta de
competencias ciidadanas6 1) convivencia y paz; 2) participación y responsabilidad democrática; y 3) pluralidad,
identidad y valoración de las diferencias ¨( p:19)
Convivencia y paz
Aquí se considera que la convivencia requiere el reconocimiento del conflicto y del aprendizaje de nuevas
formas de manejo sin agresión, buscando la armonización de los diversos intereses, a través del diálogo y la
negociación .
Participación y responsabilidad democrática
Identifica la necesidad de construir un ambiente democrático, mediante la participación activa y crítica de todos,
en la escuela, la familia, el barrio, la localidad.
Pluralidad, identidad y valoración de las diferencias
En este ámbito se hace alusión a que la Constitución de 1991 declara que nuestra nación es pluriétnica y
multicultural. Razón por la cual se requiere una educación para reconocer, valorar y aprender a interactuar con
la diferencia y en la diversidad, sin discriminar, ni excluir a otros por su religión, grupo étnico, género,
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orientación sexual, o por sus limitaciones físicas o mentales. Esto implica además el fortalecimiento de la propia
identidad, como individuos, y como ciudadanos miembros de grupos sociales más amplios, que nos llevan a
cuidar las identidades de los demás.
Principios orientadores para la implementación de programas de formación ciudadana en el marco de
las competencias ciudadanas.
Chaux, 2004, integra una propuesta sobre la formación ciudadana en las instituciones educativas que
se basa en cinco principios, los cuales presenta aclarando que constituyen una guía, para orientar el diseño e
implementación de programas de formación ciudadana.
Principio 1. Abarcar todas las competencias necesarias para la acción: referidas a las competencias cognitivas,
emocionales, comunicativas e integradoras que se enunciaron anteriormente
Principio 2. Brindar múltiples oportunidades para la práctica de las competencias: indica la necesidad de
generar espacios para la práctica de las competencias.
Principio 3 Integrar la formación ciudadana de manera transversal en las áreas académicas : que permitan
aprovechar los espacios existentes, y crear nuevas alternativas.
Principio 4. Involucrar a toda la comunidad educativa: señala la importancia de involucrar a toda la comunidad
educativa, con el compromiso de las directivas, los padres de familia, las organizaciones sociales del entorno
escolar, para generar un mayor impacto plazo.
Principio 5. Evaluar el impacto: En este principio el autor plantea que la evaluación se puede realizar de
distintas maneras entre las que se encuentran: la prueba de competencias ciudadanas del ICFES, realizando
cohortes comparativos de entrada y salida, para identificar los avances de las y los estudiantes. Así mismo se
pueden incorporar innovaciones de aula, comparando, estudiantes que participaron en su aplicación y otros,
que no fueron involucrados en esta experiencia.
Al respecto Chaux, señala que las pruebas estandarizadas como la del ICFES tienen limitaciones, ya
que la prueba no evalúa todas las competencias y dependen del grado sinceridad con la que la responden los
estudiantes, razón por la cual es necesario crear nuevas formas de complementar la evaluación, como por
ejemplo incorporar observaciones de clase, entrevistas a estudiantes, a docentes, y a padres y madres de
familia.
¨ El programa de competencias ciudadanas adopta la finalidad de construir una cultura de ciudadanía
activa, donde no solo se trabajen los conocimientos necesarios para el desarrollo de la ciudadanía y se estudien
los derechos humanos y fundamentales, sino que se respeten, se ejerzan y se desarrollen en una practica
reflexiva con los diversos actores locales, regionales y nacionales. La política del MEN de trabajar en
competencias insiste en que las y los estudiantes usen el conocimiento, mediante acciones que le permitan ver
que tan bien está comprendiendo lo que aprendió. En las competencias ciudadanas se trata de que las
personas puedan usar esas habilidades y conocimientos de manera flexible y proponer alternativas creativas y
novedosas para la resolución de problemas individuales y sociales, de manera progresiva inteligente,
compresiva, justa y émpatica. De esta forma se espera ir desarrollando su disposición para la acción en la
convivencia y la paz, la participación y responsabilidad democrática y la valoración de las diferencias en un
marco de respeto a la dignidad humana y de contribución al bien común.¨ ( Jaramillo: 3. )
4. 2 Importancia de la formación ciudadana14
Con lo analizado hasta el momento no es difícil justificar la importancia de la formación ciudadana. La
realidad de los contextos local y global señala las tareas indispensables para construir sociedades solidarias,
justas e incluyentes. La formación ciudadana debe ser entonces una de las metas más significativas dentro de
las agendas político-sociales de un Estado y dentro de las agendas político-educativas contemporáneas.
En este punto se retoman algunos planteamientos de Arias, Rosa Ludy (2006). “Educación social y formación ciudadana
en tiempos de globalización”. En: Revista de Trabajo Social. Tendencias y Retos. Bogotá: Universidad de la Salle, pp. 8-13.
14
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Razones que la justifican
En un país como Colombia no es necesario ahondar demasiado para encontrar las razones y respuestas
que hacen imperiosa la formación ciudadana. Fernando Savater (1999) señala:
No están mal formados (los ciudadanos) académicamente sino sobre todo mal formados cívicamente:
no saben expresar argumentadamente sus demandas sociales, no son capaces de discernir en un
texto sencillo o en un discurso político lo que hay de sustancia cerebral y lo que es mera hojarasca
demagógica, desconocen minuciosamente los valores que deben ser compartidos y aquellos contra
los que es lícito -incluso urgente- rebelarse.
Al respecto, Savater identifica algunas razones que complementan el debate:
 Constituye un medio para resolver conflictos, desigualdades y exclusiones.
 Permite garantizar la supervivencia de la especie, las instituciones, las sociedades y el planeta.
 Construye la esperanza de que otro mundo es posible y es tarea de todos hacerlo realidad, a través de la
democracia.
 La construcción de la ciudadanía es esencialmente pedagógica, pues opera en el aprendizaje social y
político para construir imaginarios, actitudes y prácticas ciudadanas.
 La formación ciudadana es un lineamiento fundante de la educación formal e informal, que requiere ser
repensado, redefinido y realizado de manera crítica y proactiva.
Para llevar a la práctica tales razones, se requiere tener acceso a la información, a la formación y a la gestión
pública ciudadana, para formarse una opinión integrada y así la democracia no parezca un simulacro. Giovanni
Sartori (1997) sostiene ¨que cada maximización de la democracia demanda que el número de personas
informadas se incremente y que, al mismo tiempo, aumente su competencia, conocimiento y entendimiento¨. Si
tomamos esta dirección, entonces el resultado es una democracia potenciada, capaz de actuar más y mejor
que antes
4.3 Finalidades para un itinerario
Es así como se pueden proponer a manera de complemento y de enriquecimiento de lo aquí tratado, algunas
finalidades de la formación ciudadana, y de principios iluminadores para su práctica educativa, tales como:
 Empoderar al sujeto moral (construcción de valores individuales), al sujeto ético (construcción de valores
cívicos universales), al sujeto de derechos (construcción de un equilibrio entre los aspectos individuales y
colectivos de los derechos) y al sujeto ciudadano ( construcción de capacidades de participación y
construcción de lo público), subjetividades interdependientes, que requiere toda sociedad para su
desarrollo.
 Potenciar la democracia como un estilo de vida y de relacionamiento que favorece la convivencia social y
política en los ámbitos privado y público.

Desarrollar la capacidad de actuar cívica y responsablemente en atención a acuerdos ético-políticos en
torno a la libertad, responsabilidad, pluralismo, tolerancia, diálogo, solidaridad, honestidad, igualdad,
equidad y justicia.
 Consolidar la democracia como régimen político en la multiculturalidad.
 Crear las condiciones culturales y materiales para hacer posibles los valores democráticos y los derechos
humanos.
 Construir conocimientos, habilidades, actitudes y competencias para desear, valorar, comprender y realizar
los valores, los derechos y la participación democrática de un Estado social democrático de derecho.
 Desarrollar una educación ético-moral, democrática y política para la construcción de un ethos ciudadano
incluyente, solidario, justo, garante de los derechos y de las libertades individuales y públicas.
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 Cualificar las prácticas y sistemas de elección y votación propios de las elecciones democráticas, mediante
la información pertinente, suficiente y transparente 15.
La formación ciudadana implica asumir integralmente la educación cívica impartida por la educación formal y no
formal, los espacios y el ambiente democrático de las instituciones y las comunidades en donde se realiza, la
información y la comunicación alusivas a la ciudadanía y que circulan en los medios de comunicación y en las
nuevas tecnologías, así como el conjunto de representaciones, imaginarios y prácticas reproducidas y/o
transformadas en cada contexto particular.
Por ello es tan importante manejar no solamente los objetivos y marcos de referencia que fundamentan la
ciudadanía, sino los enfoques pedagógicos que la hacen posible. A la par es relevante motivar para la
ciudadanía y formar al ciudadano/a responsable, participativo/a y democrático/a. La ética, la democracia y la
ciudadanía no se transmiten, pues constituyen dominios del conocimiento social y político sobre los cuales es
necesario reflexionar, contextualizar, resignificar y proyectar con un compromiso crítico y unas capacidades
para ejercerlas en ámbitos plurales, conflictivos y complejos (en el barrio, la vereda, la ciudad, el país y el
mundo).
Lo anterior conlleva a que revisar la mirada en torno a sobre qué educar y cómo realizarlo frente a la
construcción de ciudadanía, sea el primer reto de la democracia para el siglo XXI. Es indispensable formar para
pensar, deliberar, decidir y actuar con efectividad, justicia y solidaridad en la sociedad. La formación ciudadana
apunta a insertar creativamente al sujeto y a los colectivos sociales dentro de una sociedad democrática, a
ejercer sus derechos y responsabilidades ciudadanas, a ser críticos y creativos para luchar por el bienestar
individual y el bien común16.
Un/a ciudadano/a que vive y convive bajo esta perspectiva, ejerce la ciudadanía activa, pensante y
comprometida, y aporta de manera individual y colectiva al cambio, lo cual, sumado al de otros/as, incentiva la
perfectibilidad de la idea sustancial de la democracia.
Principios iluminadores para la práctica educativa
Algunos principios que pueden derivarse para pensar en la constitución de la vida ciudadana y democrática
desde la formación, es fortalecerla como:
 Proceso permanente y básico para vivir y convivir.
 Articular mediante el diálogo de saberes, el carácter universal de los derechos humanos, los valores cívicos
y los presupuestos de la democracia en los contextos particulares socio-culturales de los/as educandos/as
de la ciudadanía.
 Integrar la educación moral y política con la acción democrática en lo institucional, comunitario, social y
político, sostenida mediante la reflexividad democrática, la construcción de hábitos y virtudes, la
refundamentación de la cultura política y de lo público.
 Articular los enfoques que aportan el constructivismo cognitivo, significativo y socio-crítico en la práctica
educativa de la formación ciudadana.
______________________________
Bibliografía
15
Desde esta perspectiva, la formación ciudadana también debe preocuparse por la enseñanza-aprendizaje del proceso
electoral, para que las y los ciudadanos en formación y en ejercicio cotidiano de su ciudadanía sea informados/as del
proceso, los planteamientos sustanciales y comparativos y las propuestas de gobierno (contenidos que se dirimen en la
contienda electoral). Aquí es donde se empodera la soberanía del pueblo para elegir, con conocimiento de lo que pasa y lo
que se propone para transformar la realidad, con sentido y con prospectiva de responsabilidad social y política; aquí también
se habilita a los/as ciudadanos/as que asumen roles específicos de divulgación o recepción de sufragios, entre otros.
16 Al respecto Hoyos (1993: 62) plantea: “Si los procesos de modernización de la economía y del Estado amenazan con
reducir la modernidad a mera racionalidad instrumental, es por que la naturaleza del dinero y de la administración, es el
desarrollarse funcional y sistemáticamente. Por ello una sociedad moderna requiere además del desarrollo de su economía
y de la eficacia de la administración, de la solidaridad entre sus miembros y hacia fuera, no sólo como fuente de legitimidad,
sino sobre todo como fuerza renovadora del sentido de lo humano.
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