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Fundación educacional
Liceo Santa Marta
Vallenar
kj
Guía de Contenidos de Filosofía y Psicología
Unidad 1: “La Filosofía”
Subunidad: “La filosofía y el sentido de la vida humana”
Depto de Lenguaje y comunicaciones
Profesora. Patricia Morales
Cuartos Medios
¿Qué es la filosofía?
Esta pregunta admite una diversidad de respuestas igualmente correctas, que es algo muy distinto de sostener que
todas las respuestas que se pudieran ofrecer a ella sean igualmente aceptables. Y esto revela que se trata de una
pregunta humana, una clase de interrogante que contrasta radicalmente tanto con las preguntas empíricas - esto es,
aquellas cuya respuesta depende de cómo sea la realidad y de las experiencias que demuestran que la realidad es así
o asá - como con las preguntas formales - esto es, aquellas cuya respuesta depende de las reglas y de los raciocinios
que demuestran que las cosas son de una u otra forma. Las preguntas empíricas, como las de la física y la biología, y
las preguntas formales, como las de la lógica y la matemática, admiten sólo una respuesta que es, en principio,
correcta. Así, por ejemplo, cuál es el número atómico del oro y cuál es la raíz cuadrada de 25 sólo tienen sendas
respuestas correctas: 79 en el caso de la primera y 5 ó -5 en el caso de la segunda.” (Orellana B., M. Pluralismo: una
ética del siglo XXI, p.21).
Existen dos fuentes básicas de cómo obtenemos información acerca del mundo y de nosotros mismos. Estas son: los
sentidos (vista, tacto, gusto, olfato, oído, etc.) y la razón (el pensamiento o inteligencia).
Explica con tus palabras que quiere expresar la frase.
“Todos los seres humanos desean saber por naturaleza “Aristóteles.
Algunas respuestas que surgen de la evolución histórica del concepto de Filosofía son:
_ Es el amor a la sabiduría.
_ Es la sabiduría misma, es el saber.
_ Es ir de camino.
_ Es algo que el hombre hace.
_ Una disciplina que cuestiona todo, hasta las cosas más básicas y obvias.
_ Una actitud crítica general.
_ Busca dar explicaciones racionales y justificar lo opinado.
_ Se ocupa de responder a problemas que se planteó el hombre en todos los tiempos y para los cuales
el conocimiento vulgar no alcanza.
_ La consecuencia de la actividad de pensar será un sistema de pensamiento, que pueda explicar la vida
o parte del mundo humano.
Los seres humanos se hacen preguntas movidos por la admiración y reconociendo su propia ignorancia. De modo que es
el reconocimiento de la propia ignorancia el motor de nuestro pensamiento, lo que le lleva a tratar de conocer, a intentar
encontrar la sabiduría. En este intento por salir de la ignorancia, desde los distintos ámbitos del ser humano, surgen los
siguientes tipos de preguntas:
Preguntas Empíricas
Preguntas Formales
Preguntas Filosóficas
Este tipo de preguntas se dirigen hacia
aquellos hechos u objetos concretos
que se relacionan directamente con la
EXPERIENCIA, entendiéndose ésta de la
siguiente manera:
1. Captación de la realidad externa, por
medio de los sentidos. EJ. ¿De qué color
es el pizarrón de esta sala de clases?
2. Forma de verificar o falsear un juicio
sobre la realidad (hipótesis
método
científico). EJ. ¿A todas las personas les
gusta comer chocolate?
3. Tener una determinada vivencia que
en la medida que se asimila, conduce a
la reflexión. EJ. ¿De qué me servirá esta
experiencia?
4. Enseñanza adquirida con la práctica.
Así, la experiencia es un medio de
aprendizaje. EJ. ¿Qué sabes cocinar?
Este tipo de preguntas se dirigen Este tipo de preguntas se dirigen
hacia aquellos hechos u objetos hacia los principios o fundamentos,
que se relacionan con lo FORMAL,
sobretodo de la vida humana.
o sea, con aquello que es producto - Frente a este tipo de preguntas
de la mente humana, LAS IDEAS, existe un rango abierto, pero
pero no necesariamente de la
acotado de respuestas,
realidad concreta.
que son igualmente inteligibles y
- La objetividad de las preguntas racionalmente defendibles.
formales pasa justamente por su - Por ello, la validez de la respuesta
formalidad, la que siempre
filosófica estará en la formalidad
obedecerá a un principio formal o de sus fundamentos, es decir, en la
forma intelectual de ver las cosas, objetividad, coherencia y calidad
por lo tanto, válida para todos los de sus argumentos.
casos que cumplan las mismas
¿Para qué existimos?
condiciones.
¿Realmente Dios existe?
- La lógica, la aritmética, la ¿Existe vida después de la muerte?
geometría y la ortografía son ¿Qué es la justicia?
ejemplos de ciencias formales.
¿Realmente somos libres?
EJEMPLOS:
¿Qué esperamos para el futuro?
¿A es igual a B?
¿Cómo podemos ser felices?
¿Cuál es el resultado de 6x8?
¿Efectivamente ha evolucionado el
¿Cuántos lados tiene un cuadrado? ser humano?
¿Las palabras esdrújulas siempre
¿Cómo
se debemos vivir los seres
acentúan?
humanos?
 Aunque sus objetos son radicalmente distintos, en estas preguntas
existe un punto en común, éste consiste en que, ambas preguntas empíricas y
formales- siempre tendrán UNA RESPUESTA UNICA, ya sea determinada por la
experiencia o por la formalidad.
EL SURGIMIENTO DEL SABER FILOSÓFICO
La Filosofía surge en Grecia como una crítica a la sabiduría popular y rutinaria, a la que se pretende suplantar. Esta
sabiduría popular es el mito y su crítica se lleva a cabo por todos los frentes, se trata de una nueva visión de la
realidad en toda su complejidad, una visión que se esfuerza por eliminar los supuestos irracionales del mito. En
general, cabe entender por mito el conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales de los poetas
(especialmente Hornero y Hesíodo) acerca del mundo, el hombre y los dioses. Como conjunto de narraciones, el
mito se caracteriza por ofrecer una explicación total, que da respuestas a los problemas y enigmas más
acuciantes y fundamentales sobre el origen y naturaleza del universo, del ser humano, de la civilización y de la
técnica, de la organización social, etc. Al oponerse a las explicaciones de carácter mítico, la filosofía no renuncia a
este carácter de respuesta última acerca de la totalidad de lo real, antes al contrario, esa dimensión viene a
constituir uno de los rasgos esenciales del pensamiento filosófico.
Por mito cabe entender también, no sólo el conjunto de las narraciones tradicionales de los poetas, sino una
actitud intelectual, algo así como el esquema mental que subyace a tales explicaciones. Las características
peculiares del mito así entendido, es decir en cuanta actitud intelectual ante la realidad, son varias, pero es
necesario destacar dos fundamentales. En primer lugar que en el mito las fuerzas naturales (el fuego, el viento
etc.) son personificadas y divinizadas: se trata de dioses personales, cuya presencia y actuación se deja sentir
continuamente en el transcurso de los acontecimientos. En segundo lugar y en consonancia con lo anterior, los
fenómenos y sucesos del universo se hacen depender de la voluntad de un dios (de los dioses en general). Las
consecuencias de esto son claramente comprensible: los fenómenos naturales -y también la conducta humana,
individual o colectiva- son en gran medida imprevisibles, suceden de un modo arbitrario, dependen en su curso
de la voluntad antojadiza de la humanidad.
Resulta obvio que dentro de estas coordenadas resulte imposible la ciencia. La ciencia sólo es posible como
búsqueda de las leyes, de las regularidades que rigen en la naturaleza y ¿cómo intentar siquiera descubrir las
leyes que rigen el universo, si se niega por principio su misma existencia? Conviene, sin embargo señalar que este
cuadro del pensamiento mítico encuentra ciertas limitaciones pues, la actuación de los Dioses está sometida a
ciertas fuerzas de carácter cósmico, como el destino. Estas fuerzas son entidades más o menos imprecisas que, al
contrario que los Dioses a que nos hemos referido anteriormente, no son personales sino abstractas. Contra el
destino nada pueden los hombres. Nada pueden los dioses. De este modo el destino viene a establecer una cierta
necesidad en el acontecer universal.
La filosofía por una parte, criticó la arbitrariedad de las intervenciones divinas que antes nos referíamos y, por
otra parte, recogerá esta idea de necesidad despojándola de su carácter ilógico e inescrutable y afirmándola
como una exigencia de racionalidad de lo real.
Se puede decir que la filosofía surgió, tanto en Grecia como en la India y Egipto, de un movimiento elitista de
“desmitificación”, al poner en crisis la tradicional sabiduría mítica. Estas élites comenzaron a buscar la “esencia”,
no ya en la historia de los dioses, sino en una situación “primordial”, en un “comienzo absoluto” que fuese la
matriz del Ser, la arché (principio).
La diferencia fundamental entre ambas formas de cosmovisión reside en el cuestionamiento lógico de la realidad.
El mito no da razón de sus afirmaciones. El logos, como su mismo nombre lo indica es razón: prueba sus
afirmaciones mediante deducciones metódicas más o menos rigurosas.
El filósofo ya no se conforma con el pensamiento tradicional de su comunidad, aceptado por los demás con una fe
incuestionable. Él, a solas, libremente y con la fuerza de su reflexión moral, examina y prueba lo que por sí mismo
debe ser sentido como verdadero. Esto es lo que el logos griego aporta al mito: en nuevo camino, más universal,
racional y humano para acercarse a la verdad.
Hacia el siglo VII AC se produce un cambio importante: se empieza a separar lo sobrenatural (mítico) de lo natural
(físico), y se empieza a privilegiar lo objetivo sobre lo subjetivo: de esa disociación y esta objetivación nacerá la
filosofía. Los primeros filósofos, más que atacar los mitos, primero se extrañan de ellos. El miedo y el asombro
que habían generado los mitos ahora son fuente de reflexión filosófica: se admira contemplando el mundo y ve
que el mito es insuficiente para explicarlo en su origen y devenir.
Los filósofos presocráticos tenían en común la creencia de una materia prima que era el origen de todos los
cambios. Querían entender los sucesos de la naturaleza sin tener que recurrir a los mitos tradicionales. Ante todo,
intentaron entender los procesos de la naturaleza estudiando la misma naturaleza.
De esta manera, la filosofía se independizó de la religión. Podemos decir que los filósofos de la naturaleza dieron
los primeros pasos hacia una manera científica de pensar, desencadenando todas las ciencias naturales
posteriores. La naturaleza es ahora concebida como principio (arché), es decir, como aquello que las cosas son y
que desde ellas mismas determina su forma de comportarse. Los tres rasgos que corresponden a la naturaleza
como arché son: origen, sustrato permanente y causa.
Empiezan a aparecer conceptos básicos como “cosmos” (todo, universo ordenado), “logos” (razón), “arjé”
(elemento primero y también explicación racional) y “fhysis” (naturaleza generatriz, fundamento). Todas estas
nociones están articuladas entre sí formando un sistema cosmológico que permite dar una visión coherente del
mundo.
Comprendamos algunos significados
Cosmos: es una unidad indivisa cuyo principio y fin está en sí misma, es el universo unificado y homogéneo,
aunque pueda tener distintas manifestaciones. Es además eterno, a pesar de sus cambios cíclicos, y racional
pues está regido por leyes universales, por un orden, lo cual nos lleva al concepto de ‘logos’.
El logos: es razón, racionalidad inherente al cosmos ya que éste está ordenado racionalmente.
Arjé: Por su parte el ‘arjé’ (o principio) tiene varias connotaciones ligadas: es aquella realidad material de la
cual devienen todas las cosas (fuente del devenir, según Aristóteles); también es aquello que da razón de
todo (con lo cual arjé se vincula con logos); también arjé es el elemento último e irreductible de la realidad
(pues al ser el origen, no puede provenir de otra cosa).
Physis: por su lado es la naturaleza en cuanto poder y crecimiento, génesis de los seres. Es lo que hace que
cada cosa se comporte de una forma única y especial, pero es también el fundamento de todas las cosas, o
sea es un principio aglutinante. En general, las nociones de universo, razón, génesis natural y principio son
el primer legado de la racionalidad griega a la cultura occidental.
En conclusión, entonces, con la filosofía Griega, se inaugura la razón como un instrumento para la búsqueda de
la verdad, se siembran los principios de la ciencia moderna. Surge como una respuesta a los mitos, para dar
argumento acerca de su naturaleza (el porqué de las cosas), ya que la mitología no es un pensamiento filosófico,
puesto que no da una afirmación racional y deductiva de sus afirmaciones.
A continuación expondremos y sintetizaremos los principales pensamientos de sus principales exponentes:
1. Tales de Mileto. (624- 562 a. de C.)
Los relatos antiguos le atribuyen múltiples actividades: ingeniero, astrónomo, financiero, político. Por eso es
considerado como uno de los siete sabios de la antigüedad griega.
Probablemente viajó por Egipto y por eso se le atribuye la introducción en Grecia de la Geometría Egipcia.
También predijo el eclipse de sol que ocurrió el 28 de mayo del 585 a.C Según Tales, el principio de todas las cosas
es el agua, y al ser el agua, fuente y principio de vida, y constituir el elemento básico que todo lo penetra y lo
sostiene, un elemento divino.
“Pensemos un momento en el ciclo indestructible del agua: primero, el agua en los océanos, el agua en los ríos, el
agua en las montañas. Luego, la existencia del agua a causa del sol y, entonces, el agua constituyéndose en el
medio acuoso en el que, según Tales, reposa la tierra. Luego, el descenso del agua, en forma de lluvia, sobre la
tierra, a fin de renovar la vida en la naturaleza. Y nuevamente vuelve el ciclo del agua…” 1
1
Giannini, Humberto. “Breve Historia de la Filosofía”. Editorial Universitaria. 14ª edición. Santiago de
Chile, Noviembre de 1986, pág. 18-19.
2. Anaximandro de Mileto. (610- 547 a de C.)
Sucedió a Tales a mediados del siglo VI en la dirección de la Escuela de Mileto. Se conserva un fragmento de su
libro “Sobre la Naturaleza”, considerado el primer escrito filosófico de occidente. Se le atribuyen sin certeza,
diversos inventos de tipo matemático y astronómico. Se le tiene, por ejemplo, como creador de la geografía
científica, por la confección del primer mapa terrestre. Es de los primeros, si no el primero, en afirmar que el
hombre viene del pez (antecedente de la Teoría de la Evolución expuesta por Darwin, siglos después).
A la pregunta por el principio de las cosas, responde diciendo que es lo Infinito e Indeterminado, pero con
capacidad de tornarse en determinado. Despoja a la naturaleza de contenido empírico asignándole uno más
metafísico. No obstante, lo infinito es lo que generará todo el universo físico. No se puede definir, puesto que no
tiene límites, es indefinido y además ilimitado. Es algo que no proviene de otra cosa anterior y algo de lo cual
deriva todo lo demás: “En sí el infinito es eterno y permite explicar la génesis, la existencia y la destrucción de
todas las cosas”.
Todos los seres surgen del infinito por un proceso de separación o disociación de los contrarios, un movimiento
interno en su interior produce perennes remolinos que dan origen a distintos mundos y diferentes elementos por
disociación en cada uno de ello. Estos elementos se ordenan según la gravedad.
Es también el fin de todas las cosas, el tiempo hará que las cosas vuelvan a su unidad primera, al equilibrio
absoluto original de donde han salido injustamente. De donde proviene el nacimiento de las cosas, de allí
proviene también su corrupción, finalmente, este infinito lógicamente es concebido por Anaximandro como
sustancia divina, y posee los atributos impersonales de la divinidad.
3. Anaxímenes (585 – 528 a de C.)
Seguramente contemporáneo y discípulo de Anaximandro. Considera el mundo como un gran animal viviente,
que respira. Para él, el arjé es el aire, pero no se trata aquí de un aire atmosférico, físico, sino de un aliento vital,
espiritual, de una fuerza poderosa que se halla dentro del aire atmosférico. Por eso, es algo vivo y divino, que
conserva, anima y ordena todo.
Es el aire exterior, invisible, veloz, fuerte, infinito, envuelve todas las cosas y las transforman unas en otras. El aire
interior, propio de los seres animados (animales) es el soplo vital, pneuma, que los mueve y vivifica.
Concluyendo con la teoría de Anaxímenes, del aire nacen todas la cosas, por condensación o por dilatación, y a él
vuelven cuando se corrompen. El aire enrarecido (sutil) se torna fuego; condensado, viento, densificándose,
después nubes, luego agua, tierra y piedra, y de ahí todo lo demás (resto de los seres). Poco después de la muerte
de Anaxímenes, Mileto es arrasado por los Persas (año 494 a.C.)
4. Pitágoras (582 – 500 a de C.)
Filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido en la isla de Samos, Pitágoras
fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos jonios: Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se
dice que Pitágoras había sido condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el
530 a.C. se instaló en una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos,
políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de
sus discípulos.
Introduce las matemáticas como la estructura del universo. En un principio observaron que la realidad tiene un
comportamiento matemático: se pueden medir fenómenos, se observan proporciones, etc. Llegan a la conclusión
de que el orden del Universo es matemático; y como todo lo matemático, puede reducirse a números, llegando a
la conclusión obvia, que el arché de las cosas son los números. O sea, la esencia permanente del mundo puede
encontrarse en los principios matemáticos, y especialmente en los números.
“Los números, pues, son los que dan razón del devenir del cosmos y le prestan la armonía y regularidad que le son
propias. En este sentido, los pitagóricos se adelantaron a la Ciencia Moderna, según la cual las leyes de la
Naturaleza se pueden expresar en fórmulas matemáticas”. 2 Los números no son para ellos, como son para
nosotros, entidades abstractas y fijas, sino la fuerza generatriz de la movilidad de los fenómenos y del devenir de
la Naturaleza.
Para los pitagóricos, todo el Cosmos está formado por 10 corpúsculos dispuestos en torno a un fuego y
moviéndose con una armonía que no alcanzamos los hombres a percibir. Respecto al alma, esta tiene un origen
divino y hay un pecado primordial que el alma debe expiar. Para ello pasa de un cuerpo a otro, purificándose
progresivamente. El alma es inmortal, es el principio motor sujeto a un ciclo de transmigraciones de una especie a
otra (Teoría de la Transmigración del alma o Metempsicosis). Además, es una dualidad de bien y mal, pero que
tiende a una armonía o equilibrio. Hay también, una correspondencia entre alma y cuerpo. Para ellos “el cuerpo
es la tumba, la cárcel del alma, la cual, con la muerte, y después de haber expiado sus culpas unida a otros
cuerpos, se reúne en la vida ultraterrena con el Uno.
5. Heráclito de Éfeso ( 540 – 476 a de C.)
Nació en Éfeso, una antigua ciudad griega en Asia Menor, que ahora pertenece a Turquía. Debido a su vida
solitaria, y a la oscuridad y misantropía de su filosofía, es llamado algunas veces “el Oscuro”, por la complejidad
de sus ideas. Se supone que su mención del fuego como principio universal tiene sólo un carácter simbólico para
expresar la permanente mutabilidad y recreación cíclica de las cosas.
Para este filósofo, “…el principio de las cosas es el fuego, concibiendo la vida cósmica entre el encenderse y
apagarse del fuego, siendo por ello, esencial al cosmos el devenir, y un devenir que posea un orden y una
medida”.
Para Heráclito, hay entonces:
1. Un principio activo, el Fuego = Razón divina.
2. Una realidad cósmica en eterno devenir = cambio.
3. El devenir que se desenvuelve según un orden, una armonía = Logos (Ley universal del mundo).
4. Y por último, una armonía de Contrarios, de los Opuestos. (caliente-frío, vida-muerte,…)
El universo es un desenvolverse incesante de los contrarios en lucha entre ellos. La extinción de un contrario
representa la vida del otro, y la muerte de éste es el retorno existencia del primero. El devenir, entonces, se
debe a la superación de los contrarios. Ahora bien, en esta pugna que mantienen los opuestos nada permanece
idéntico a sí, sino el Logos, la armonía del todo, lo inteligible, la Razón.
Giannini concluye,”… el cambio, el movimiento, la condición más real del universo, el principio de todo (arjé). Y
que “es imposible sumergirse dos veces en un mismo río”, “todo fluye”, “el sol es nuevo cada día”, porque no
hay reposo y nada permanece lo mismo”. 3 Lo que era presente, ahora es pasado, y sólo es permanente y lo
mismo la interna armonía de los contrarios en pugna: El Logos (el Discurso del Universo).
2
Sciacca, Michelle Federico. “Historia de la Filosofía”. 4ª edición. Editorial luis Miracle, S.A. Barcelona, 1962,
pág.44.
3
Giannini, Humberto. “Breve Historia de la Filosofía”. Editorial Universitaria. 14ª edición. Santiago de Chile,
Noviembre de 1986, pág. 22.