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MARX
Pregunta 2 – Explicar el problema de la concepción materialista de la historia en
Marx y desarrollar sistemáticamente las principales líneas de su pensamiento
En “La ideología alemana” (1845-1846), junto con “Tesis sobre Feuerbach”, Marx presenta por primera
vez las bases materialismo histórico – su teoría sobre la formación y desarrollo de la sociedad. En “[1]
Historia” expone su crítica a la concepción idealista hegeliana de la Historia, predominante en Alemania
desde principios del s.XIX, cuyo presupuesto fundamental es el predominio de las ideas y las abstracciones
(la actividad teórica). Marx y Engels, en “La ideología alemana”, se oponen a esta historiografía, cuyos
presupuestos y conclusiones consideran alejados de la realidad y defienden que ser humano es un ser
corpóreo y natural, cuyo requisito vital es la satisfacción de unas necesidades a través de la producción –
trabajo, el cual, no es una actividad espiritual abstracta (teórica), sino un medio práctico, transformador de
la realidad, que determina el orden social (clases). Esta nueva dimensión de la filosofía, la “praxis” o
“actividad transformadora”, inseparable de la práctica social en la que se desenvuelve y de sus condiciones
económicas, permitirá transformar la naturaleza mediante el trabajo y la sociedad mediante la actividad
revolucionaria.
En el MATERIALISMO HISTÓRICO, la base de todo orden social va a ser la producción: la
característica distintiva del hombre respecto del animal es la producción se sus propios medios de
subsistencia a través del trabajo, y que incluye:
 medios materiales de producción, el conjunto de: objetos de trabajo (“materia” a transformar),
fuerza de trabajo (mano de obra física o intelectual) y medios de trabajo (conjunto de instrumentos
que el hombre precisa para producir los medios materiales),
 relaciones de producción, el conjunto de: relaciones técnicas agente-medio o vínculos sociales
agente-agente, que participan en el proceso de producción. Desde el punto de vista social, los
agentes se pueden clasificar en: propietarios de los medios de producción (propiedad privada) y no
propietarios, dándonos las formas históricas de las relaciones sociales: relación explotadorexplotado (capitalismo) y relación de colaboración recíproca (comunismo).
Medios materiales y relaciones de producción constituyen las modos históricos de producción,
caracterizados no solo por las relaciones sociales de explotación o colaboración, que determinan la
infraestructura económica de la sociedad (y generan las clases), sino también por la superestructura
cultural – la ideología: que constituye el conjunto de las representaciones que anidan en la conciencia de
los seres humanos (ideas políticas, filosóficas, jurídicas, estéticas, religiosas, etc.), mediante las que se
intenta justificar y mantener las relaciones sociales de explotación (las clases) y, con ello, la infraestructura.
Al comienzo del “Manifiesto del Partido Comunista” Marx resalta que “la historia de todas las sociedades
[…] es la historia de la lucha de clases”, que en el caso del capitalismo se ha reducido a dos, una
dominante (la burguesía capitalista) y una dominada (el proletariado), en situación de dependencia y
subordinación, poniendo de manifiesto una contradicción entre los intereses de ambas – una lucha de
clases. La clase social se determina en función de su posición respecto de los medios de producción, si esa
posición se iguala, el capitalismo entrará en crisis y acabarán desapareciendo las clases.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------El materialismo histórico es una continuidad de y toma su fundamento en el MATERIALISMO
DIALÉCTICO. El materialismo clásico (no dialéctico) afirma que todo cuanto existe es materia, procede de
la materia o es mera manifestación de la misma. Esta filosofía de la naturaleza es originaria de la Grecia
Clásica (s. V-VI a.C.), y es mecanicista considerando la realidad como estática, invariable e idéntica a sí
misma, sometida a cambios cuantitativos – lo que no permite explicar los cambios cualitativos. El
materialismo dialéctico explica cómo cambios cuantitativos originan variaciones cualitativas siguiendo las
leyes dialécticas (hegelianas) de la evolución de la naturaleza:
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ley de la unidad y lucha de los contrarios: Siguiendo los pasos de Heráclito y Hegel, Marx y Engels
consideran que la realidad es esencialmente contradictoria. Todos los fenómenos que ocurren en la
Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se hallan unidos en el mismo
ser o fenómeno, siendo la causa de todo movimiento y cambio en la Naturaleza, en la sociedad y en
el pensamiento.
ley de la transformación de la cantidad en cualidad: Cuando una cosa pasa de poseer una cualidad
a poseer otra hablamos de "salto cualitativo"; como todo movimiento es el resultado de la lucha de
elementos contrarios, el salto cualitativo supone la resolución de una contradicción, que da lugar a
una nueva realidad, que representa un avance en el desarrollo de la Naturaleza.
ley de la negación de la negación: esta ley completa la anterior explicando el modo en que se
resuelve la contradicción (en tres pasos: afirmación o tesis, negación o antítesis y negación de la
negación o síntesis), dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo
negado.
Aplicado esto a la relación entre infraestructura y superestructura, se entiende como la contradicción que
puede surgir entre los elementos de ambas generan situaciones cualitativamente nuevas, que recogen las
características de las anteriores, superándolas. Por ejemplo, las relaciones entre las fuerzas productivas y
las relaciones de producción da lugar a un modo de producción determinado (asiático, tribal, esclavista,
feudal o capitalista), estos cambian según lo hacen las fuerzas productivas y con ellas deben cambiar las
relaciones de producción. Cuando estas no varían de manera acorde con las primeras, entran en
contradicción y se abre una etapa de revolución social en la que las relaciones de producción se verán
transformadas, así como las ideas morales, religiosas o filosóficas y las estructuras jurídicas que forman la
superestructura – la ideología. Por lo tanto, la economía condiciona la ideología y la ideología la economía.
Precisamente, en “La ideología alemana”, Marx señala que una ideología es un pensamiento que interpreta
la realidad y que cree desarrollarse libremente, pero que, en realidad, sin que la persona se dé cuenta,
refleja la situación económica y social en que vive, por lo tanto: “las ideas de la clase dominante son, en
todas las épocas, las ideas dominantes”. En consecuencia, la ideología en lugar de reflejar la realidad
tiende a desfigurarla y ocultarla, porque dicha realidad se encuentra altamente condicionada por la
realidad económica de la sociedad en la que surge. La ideología sirve, en definitiva, para enmascarar,
justificar y perpetuar la posición de la clase dominante.
En la sociedad capitalista, según Marx, tanto la economía, como la ideología de encuentran alienadas,
alteradas, habiendo perdido algo que les es esencial. La alienación puede ser:
 Alienación económica o infraestructural: consiste en la alienación del trabajo, por la cual, el
trabajador, en lugar de realizarse o perfeccionarse con el trabajo se despersonaliza y pierde su
auténtica realidad humana. El objetivo de Marx a este respecto consiste en la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción (fábricas, bancos, fincas, etc.).
 Alienación ideológica o superestructural: consiste en una deformación de las ideas y las creencias
de los individuos y se divide en:
o Alienación social: debida a la división de la sociedad en clases sociales; en el caso del
capitalismo, en dos clases antagónicas: capitalistas (son dueños de los medios de
producción) y proletarios (venden su fuerza física y habilidad intelectual).
o Alienación política: la clase dominante representa al Estado, que tiende a esclavizar la
sociedad en su propio provecho.
o Alienación religiosa: consiste en la evasión de la realidad hacia un mundo trascendente
(ilusorio), que sirve de consuelo y esperanza para un mundo tremendamente injusto.
Para Marx, la alienación económica es la raíz de todas las demás alienaciones. En la sociedad capitalista
ha contribuido a la alienación la conversión de las actividades del ser humano y de él mismo en mercancía
o valor de cambio. En “El capital” Marx desarrolla su teoría del valor, en la que distingue entre: valor de
uso: capacidades o cualidades de un bien o producto para satisfacer una necesidad humana (agua – apagar
fuego, bañarse, calmar la sed); y valor de cambio o mercancía: “precio” que los bienes, objetos o
actividades adquieren en el mercado. En la sociedad capitalista, el valor de uso tiende a ser suplantado y
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ocultado por el valor de cambio, por lo que los objetos y las actividades valen lo que valen como mercancía,
quedando sometidos a las leyes impersonales del mercado (ley de la oferta y la demanda). En el mercado,
todas las mercancías se pueden intercambiar gracias a una realidad común a todas ellas que permite medir
su valor: el trabajo. Sin embargo, en el capitalismo el trabajo del obrero se ha convertido a su vez una
mercancía sometida a las leyes del mercado, por la que se paga un salario. La diferencia que existe entre la
producción del obrero (el valor de cambio de los bienes que produce) y el salario que percibe es la
plusvalía, que implica la explotación del obrero y constituye el beneficio del capitalista, siempre que venda
los bienes producidos.
Atendiendo a las bases del capitalismo, ¿hasta cuándo el capitalista puede acumular capital? El capitalismo
está abocado a entrar en crisis por sí mismo, pues es un sistema internamente contradictorio:
1. Es consustancial al sistema capitalista la enemistad entre los capitalistas y los proletarios, lo que lleva a
una situación paradójica: aquellos, para mantener su posición no puede prescindir de éstos, pues
necesitan seguir explotando al proletariado.
2. Para poder competir con otros, los capitalistas deben explotar más al proletariado para obtener
mercancía a precios más bajos y así vender sus productos a precios más competitivos. El capitalista que
no sea competitivo se arruinará.
3. El capitalista arruinado se convierte en proletario, por lo que, los proletarios son cada vez más y los
capitalistas menos. En esta situación se deben cumplir dos leyes:
a. Ley de concentración: el capital pasa a concentrarse en manos de unos pocos – muy ricos – que
cada vez encuentran menos competencia en el mercado, lo que, a la larga, debe desembocar en
una crisis;
b. Ley de crisis: el proceso de concentración no es indefinido, pues el proletariado cobrará
conciencia de su fuerza (la mayoría) y acabarán desposeyendo de sus bienes al capitalista –
revolución. Desaparecerá la propiedad privada y se establecerá la dictadura del proletariado,
entrando en el sistema socialista.
En último lugar, ocurrirá el paso del sistema socialista al sistema comunista: primero, desaparecerá la
propiedad privada de los medios de producción, eliminándose la explotación del hombre por el hombre y
cada trabajador percibirá el fruto íntegro de su trabajo; segundo, los objetos irán perdiendo su valor
cambio a favor de su valor de uso; y tercero, el Estado poseerá un carácter residual y su función será
preparar la llegada del hombre nuevo y el triunfo de la sociedad comunista. Con todo ello el proceso
histórico dialéctico habrá llegado a su fin; se habrá alcanzado la síntesis: EL COMUNISMO.
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