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PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Cátedra: Primeros Auxilios en zonas agrestes Trabajo Práctico. Tema: Quemaduras – Ampollas Consigna: Investigar acerca de las clasificaciones de las quemaduras y su tratamiento. Investigar acerca de las ampollas producidas por la actividad física y su tratamiento. En ambos casos adaptar los procedimientos a las zonas agrestes donde desarrollamos nuestra actividad. Fecha de entrega tope: 25 de Junio 2010 por mail. . Fuente sugeridas de consulta: Manuales de supervivencia. Internet (buscadores). Medicina para montañeros, Ed. Desnivel. Prof. Juan Pedro Vilche Alumno: Marcos Costanzo Guía Superior en Turismo Aventura Trabajo Practico Primeros Auxilios Quemaduras en zonas Agrestes Lamentablemente las quemaduras son una de las lesiones más frecuentes en excursiones. La manipulación indebida de combustibles y cocinillas, aceites de mesa sobrecalentados o sartenes calientes provocan fácilmente este tipo de experiencias dolorosas. El mal tiempo induce a cocinar dentro de las angostas carpas para dos personas, donde fácilmente se puede derramar el agua hirviendo de la cocinilla tambaleante, o ésta incluso incendia la carpa en su totalidad. Las quemaduras se clasifican en cuatro grados. En primer grado, se enrojece la capa más externa de la piel, lo que provoca dolor, típico para una quemadura de sol. En segundo grado, aparecen adicionalmente ampollas. En tercer grado, son destruidas en forma irrevocable todas las capas de la piel (necrosis) y pueden ser tratadas solamente por medio de trasplantaciones de piel. El cuarto grado se hace evidente por la carbonización de las partes del cuerpo comprometidas. Quemaduras que afectan a más del 15% del cuerpo pueden producir adicionalmente un estado de shock acompañado de pulso alto y una baja de la presión sanguínea. Medidas Si una persona se ha quemado, se debe enfriar el tejido recalentado, en lo posible con abundante agua limpia y fría, pero no muy helada. En caso de quemaduras que afecten amplias partes del cuerpo, se debe prestar atención a que el cuerpo no se enfríe demasiado. Un amplio enfriamiento de las heridas puede bajar el grado de la quemadura considerablemente. Partes quemadas de la vestimenta que se desprendan con facilidad de la piel afectada deben ser extraídas, aquellos que estén fuertemente adheridos a la piel se deben dejar, recortando alrededor del trozo adherido. Luego vendar flojamente las heridas con vendas recubiertas con aluminio para protegerlas de gérmenes. Nunca abrir las ampollas. En caso de que las quemaduras cubran más del 9% de la superficie total de la piel, el afectado debería ser transportado inmediatamente vía aérea. Como ejemplo, el 9% en personas adultas corresponde aproximadamente a la superficie de una mano. Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD La Piel Antes de abordar el tema “Quemaduras”, es necesario tener una breve reseña sobre la composición y capas de la piel, para poder entender mejor lo que abordaremos mas adelante. La piel forma una barrera protectora contra la acción de agentes físicos, químicos o bacterianos sobre tejidos más profundos, y contiene órganos especiales que suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como sentido del tacto, temperatura y dolor. Cumple un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal gracias a la acción de las glándulas sudoríparas y de los capilares sanguíneos. Corte transversal de la piel La piel consiste en una capa externa protectora (epidermis) y una capa interna de tejido vivo (dermis). La parte superior de la epidermis está compuesta de células muertas que contienen queratina, la escleroproteína córnea que forma también el pelo y las uñas. Clasificación y el Tratamiento de las Quemaduras ¿Cómo se clasifican las quemaduras? Las quemaduras se clasifican en quemaduras de primer, segundo o tercer grado dependiendo de cuán severas son y cuán profundo penetran en la superficie de la piel. Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Quemaduras de primer grado (superficiales) Las quemaduras de primer grado afectan sólo la epidermis o capa externa de la piel. El lugar de la quemadura duele, no presenta ampollas y está enrojecido y seco. Un ejemplo sería una quemadura solar leve. No es frecuente que se produzca daño permanente de los tejidos; la lesión suele consistir en el aumento o disminución de la coloración de la piel. Quemaduras de segundo grado (de espesor parcial) Las quemaduras de segundo grado afectan la epidermis y parte de la dermis. El lugar de la quemadura está enrojecido y ampollado y puede estar tumefacto y doler. Quemaduras de tercer grado (de espesor total) Las quemaduras de tercer grado destruyen la epidermis y la dermis. Este tipo de quemaduras también pueden dañar los huesos, los músculos y los tendones. El lugar de la quemadura presenta un color blanco o carbonizado. No hay sensibilidad en la zona, puesto que las terminaciones nerviosas están destruidas. Quemaduras de Primer Grado Las quemaduras de primer grado afectan sólo la epidermis, o capa externa de la piel. El lugar de la quemadura duele, no presenta ampollas y tiene un aspecto enrojecido y seco. Generalmente, el dolor dura entre 48 y 72 horas y luego disminuye Tratamiento para las quemaduras de primer grado: Generalmente, las quemaduras de primer grado se curan por sí solas en menos de una semana. El tratamiento suele depender de la gravedad de la quemadura y puede incluir: Compresas frías Lociones o ungüentos Acetaminofén o ibuprofeno En general, no es necesario colocar apósitos sobre las quemaduras de primer grado. Quemaduras de Segundo Grado Las quemaduras de segundo grado afectan la epidermis y parte de la dermis. El lugar de la quemadura está ampollado y enrojecido, puede doler y estar tumefacto. Los síntomas pueden incluir: Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Ampollas Enrojecimiento intenso El área afectada presenta un aspecto húmedo y brilloso Dolor al tocar la piel La quemadura puede ser blanca o con manchas descoloridas Los Tratamiento para las quemaduras de segundo grado: Generalmente, el proceso de cicatrización de las quemaduras de segundo grado superficiales dura aproximadamente tres semanas, siempre y cuando se mantenga la herida limpia y protegida. El proceso de cicatrización de las quemaduras de segundo grado profundas puede llevar más de tres semanas. En general, una quemadura de segundo grado que no afecta más del 10 por ciento de la superficie de la piel puede tratarse en forma ambulatoria. El tratamiento depende de la gravedad de la quemadura y puede incluir: Ungüentos antibióticos Cambios de apósitos una o dos veces por día, dependiendo de la gravedad de la quemadura Limpieza diaria de la quemadura para retirar la piel muerta o el ungüento Antibióticos sistémicos, en algunos casos Quemaduras de Tercer Grado A las quemaduras de tercer grado también se las conocen como quemaduras de espesor total. Este tipo de quemadura destruye epidermis y dermis. Los síntomas pueden incluir: Piel seca y curtida El color de la piel puede ser blanco, marrón o amarillo Tumefacción Ausencia de dolor debido a la destrucción de las terminaciones nerviosas Tratamiento para las quemaduras de tercer grado: limpieza y debridamiento inmediato (retiro de la piel y el tejido muerto de la zona quemada). Este procedimiento puede realizarse en una bañera especial en el hospital o a través de un procedimiento quirúrgico. Líquidos que contengan electrolitos, administrados por vía endovenosa Antibióticos por vía endovenosa o vía oral Ungüentos o cremas antibióticas Creación de un medio cálido y húmedo para la quemadura Suplementos nutricionales y una dieta rica en proteínas Analgésicos Injerto de piel (en algunos casos, necesario para cerrar el área lesionada) Reconstrucción funcional y estética Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Ampollas Una ampolla es un mecanismo de defensa del cuerpo humano consistente en una vejiga llena de líquido linfático y otros fluidos corporales, que se forma en la epidermis. Puede producirse como reacción a quemaduras o fricción y ayuda a reparar el daño producido a la piel. Se distinguen las ampollas subcorneales (localizadas bajo el estrato córneo), intraepidérmicas (situadas en la epidermis) y subcutáneas (situadas bajo la dermis). Tratamiento Ampolla por quemadura de segundo grado. En general, las ampollas se curan por sí solas, sin necesidad de tratamiento médico, ya que la piel ensanchada protege bien la herida. De esta manera, el líquido se reabsorbe y la piel de la ampolla se seca. Para evitar que se rompa, esta puede cubrirse con una venda o apósito protector. Salvo bajo supervisión médica, las ampollas deben mantenerse intactas para evitar infecciones; es decir, no se deben picar las ampollas. Sin embargo, si la ampolla se encuentra debajo de la planta del pie, puede ser pinchada con una aguja estéril para que sane más rápido. Entonces la ampolla es cubierta con un gran parche, con el fin de evitar infecciones. Ampollas provocadas por el calzado Contra las ampollas en los pies ayudan el calzado adecuado, que no roza, así como otras medidas: Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico PT-155 Instituto de Nivel Terciario Santísima Trinidad FUNDACIÓN EDUCATIVA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD atar los zapatos lo más firmemente posible para que entre el zapato y el pie se produzca tan poco movimiento como sea posible; usar calcetines sintéticos delgados bajo calcetines de excursión más gruesos: la fricción aparece así entre los dos calcetines y no en la piel; un parche protector (antes de la excursión) fijado con una buena cinta adhesiva, teniendo cuidado de que no se formen arrugas; embetunar los pies con una crema para la piel que engrase fuertemente. usar sandalias sin calcetas rozando el pie contra el borde Ampollas en zona agreste Las ampollas o flictenas son una de las molestias más temidas por los viajeros de la naturaleza. Estas burbujas bajo la piel, llenas de un líquido claro o sanguinolento, son probablemente uno de los motivos más frecuentes que nos obligan a finalizar de forma prematura las actividades al aire libre. Las ampollas pequeñas suelen provocar irritación y molestias, en tanto que las grandes, además de ser muy dolorosas, pueden ocasionar graves infecciones y ulceraciones si se rompen.Las ampollas suelen producirse al llevar calzado nuevo o mal adaptado. Su origen es la fricción de la piel contra los calcetines y contra el revestimiento interior de la bota, fenómeno que se produce cuando la bota queda grande o va mal atada, o bien cuando los calcetines tienen gruesas costuras o se arrugan dentro de la bota. En principio las ampollas anuncian su aparición como un "punto caliente" o sensación localizada de calor que va creciendo en intensidad y extensión. Examina inmediatamente estas zonas y toma medidas preventivas. Coloca una generosa porción de esparadrapo o de "Segunda Piel" sobre la zona. No utilices tiritas adhesivas corrientes para cubrir los puntos sensibles, porque parece que facilitan la formación de ampollas al rozar el tejido interior no adhesivo sobre la zona irritada. Una vez que la ampolla se ha formado procura no reventarla -salvo que sea absolutamente necesario- a fin de evitar infecciones. La piel absorberá el líquido al cabo de pocos días y la ampolla se curará por sí sola. Si tienes que continuar caminando o seguir con la actividad que hizo aparecer la ampolla, cubre ésta para evitar que se rompa. Coloca un parche adhesivo en forma de "rosquilla" en torno a la ampolla, de tal forma que el parche quede más abultado que la ampolla para que nada presione directamente sobre la zona delicada. Fija la "rosquilla" con un esparadrapo para evitar que se mueva. En raras circunstancias puede ser conveniente vaciar la ampolla de líquido: por ejemplo, si no puedes ponerte la bota porque el parche adhesivo abulta demasiado, o si la hinchazón de la ampolla te produce excesivo dolor. En este caso lava primero la zona con agua y jabón; esteriliza una aguja con un mechero y pincha ligeramente bajo el borde de la ampolla. Presiona suavemente para que salga el líquido y a continuación aplica un apósito estéril. Si la ampolla se ha roto sola, lava la zona, cúbrela y vigila por si se produjera una infección. Primeros Auxilios 2010 Trabajo Práctico