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MANIFIESTO DE VOLUNTADES Y PROPUESTAS PARA EL CAMBIO
En el marco del Encuentro Grancolombiano por el
Desarrollo Humano y la Paz, las universidades abajo
firmantes manifiestan lo siguiente:
Toda vez que queda claro que el proceso de toma de
decisiones sobre el desarrollo tiene un carácter más
político que técnico, la sociedad y sus instituciones
políticas están llamadas a transformar prácticas sociales
que partan del reconocimiento de las posturas diferentes,
no desde la simple tolerancia de las mismas, sino desde
la argumentación que facilite la integración de intereses,
que se gestionen desde la solidaridad social con
conciencia comunitaria con una fuerte valoración del
carácter dinámico del conocimiento tradicional y de los
beneficios ambientales, en especial, en los escenarios
institucionales desde los cuales las estructuras de
gobierno puedan fortalecer estas lógicas. Sin el concurso
estatal y su voluntad política, este camino se hace más
tortuoso y lento.
La construcción colectiva del desarrollo humano que
establezca condiciones para la búsqueda de la paz exige
del Estado reducir los niveles de burocratización en los
procesos de administración de lo público, profundizando
la democracia participativa, de tal forma que ésta le
imprima legitimidad social a las decisiones, que por esa
vía superen la práctica de la defensa de los intereses
particulares y corporativos de quienes vienen cooptando
los espacios de liderazgo construidos para ser escenarios
de la vida colectiva.
En esa medida se conmina a los funcionarios públicos y
oficiales a generar procesos de construcción progresiva y
continua de tejido social, así como a las universidades, a
los empresarios y a la sociedad civil a apoyar y consolidar
dicho proceso. Para esto se requiere de las instituciones
de gobierno demostrar la voluntad política necesaria
para generar los contextos adecuados que posibiliten la
construcción de los caminos que nos acerquen al
desarrollo humano y a la paz, no solo a nivel nacional,
sino en indoamérica, a partir del desarrollo de procesos
de planeación de abajo hacia arriba, es decir, con
participación comunitaria real que permee los planes de
desarrollo y de inversión de los diferentes niveles de
gobierno.
El logro de modelos que trabajen por la paz interna y
regional implica la superación de los paradigmas
autoritarios de administración y gobierno de las naciones
latinoamericanas. Esta es una alerta temprana que debe
interpelar a los mandatarios, quienes deben analizar y
profundizar en nuevas estrategias de hacer de forma
exitosa la política, pero una política que se caracterice
por ser de carácter inclusivo, y de otra parte, interpelar a
los ciudadanos en general, quienes deben trabajar
procesos que faciliten el desarrollo de posturas críticas
que analicen satisfactores complejos para la vida
cotidiana, comunitaria, social y política, que redunden en
la mejora continua de su calidad de vida, sin sacrificar sus
derechos, y que al mismo tiempo los empodere para
ejercer el control social necesario de los cambios que se
requieren en las formas de gobierno.
La razón instrumental que domina desde la economía la
toma de decisiones de los procesos institucionales, viene
agudizando la exclusión social, el aumento de la pobreza,
la desinstitucionalización de la democracia y la
generalización de la violencia física y simbólica, entre
otros. Por lo tanto, un acercamiento a las dinámicas de
paz en las sociedades indoamericanas, latinoamericanas
o de sur, centro América y el Caribe, requiere la
transformación de la ética empresarial que transforme el
principio de la maximización de la ganancia por el de la
maximización del bienestar social con desarrollo humano.
El nombre desde el que hoy podemos pensar el
problema es el de Responsabilidad Social, de las
organizaciones, de las empresas, de las universidades, de
las comunidades, pero no desde un manejo
independiente de los criterios de cada una de estas
visiones, para implementarla, sino derivada de la
concertación y la participación activa de los actores
involucrados. Una economía sustantiva requiere
ajustarse a deseos legítimos y a la satisfacción de
necesidades de los grandes grupos de población como
criterio de pertinencia.
Caminar hacia una economía social, que implique la
responsabilidad, requiere ser construida a partir de la
desmercantilización de la naturaleza, el trabajo y el
dinero, que dé lugar a principios de reciprocidad donde
los compromisos con el desarrollo humano y la paz se
hagan de forma diferencial, acorde con las diferentes
competencias y los distintos niveles de capacidad para
incidir en el cambio (políticos, económicos y sociales).
experimentar otros paradigmas de desarrollo, requieren
de la acción colectiva que partan de modificar las
estructuras mentales que generan lazos afectivos que
dificultan el cambio.
Frente a los actores armados ilegales del conflicto
colombiano, al igual que al Gobierno Colombiano, en el
marco de las iniciativas aquí planteadas, nos queda claro
que una mirada de la paz desde el desarrollo humano
requiere superar la paz negativa, fundada en las lógicas
de eliminación del enemigo, la ausencia de guerra y
el balance de fuerzas, tal y como ya se ha planteado en
las teorías sobre el conflicto y la paz en los sectores
académicos y los organismos internacionales como la
UNESCO y se ha demostrado en los procesos de paz de
varios países. En ese sentido, la solución política del
conflicto que vivimos requiere de su concurso para
generar fundamentos reales para superarlo y potenciar
las condiciones para que los procesos de fortalecimiento
de la democracia, de planeación participativa, de
implementación de una economía social con criterios
sustantivos y de sostenibilidad, de reducción de la
exclusión y la pobreza, en fin, puedan ser una realidad.
UNIVERSIDAD CATÓLICA POPULAR DE RISARALDA – UCPR
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL ÁREA ANDINA – FUAA
UNIVERSIDAD SANTO TOMAS –USTA
Todos estos cambios exigen desde la sociedad en general
ser creativos en plantear alternativas viables que
transformen los paradigmas actuales desde los que actúa
la política, la economía y la sociedad civil. El reto es
transformar las estructuras mentales desde las que
valoramos el sistema mundo y que dificultan el cambio.
Los modelos económicos importados o la globalización
acrítica que se incorporan a través del miedo a
COMITÉ INTERUNIVERSITARIO Y EMPRESARIAL – CIUE
FUNDACIÓN TECNOLÓGICA SAN FRANCISCO DE ASIS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR – PUCE
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES (VENEZUELA)
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL CHOCO – UTCH
UNIVERSIDAD SUR COLOMBIANA
Pereira, 27 de marzo de 2009