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1
APUNTES PARA UNA PROPUESTA DE TRABAJO
SOCIAL.

Apuntes de clases de Cátedra de Trabajo Social.
Curso 2005.


Alejandro Díaz
Escuela De Trabajo Social
Universidad Central De Chile
2005
2
CAPITULO I:COLECTIVOS Y GRUPOS SOCIALES:
UNA ESTRATEGIA EN TRABAJO SOCIAL.
La mención a una estrategia metodológica de grupo,
siempre se menciona en un terreno intermedio entre lo
que se ha dado en llamar la dimensión individual del
sujeto social y una dimensión comunitaria. Desde los
años 40, el trabajo social en América Latina trata de
establecer tímidamente una intervención más o menos
ordenada con una metodología que abordara en términos
locales una práctica social con grupos.
El ejemplo estaba en las prácticas de lo que se había
estado haciendo en Nueva York durante 20 o 30 años.
En ese punto de la historia del trabajo social
latinoamericano, se incorpora una nueva valoración de
la realidad social, que daba cuenta de las
potencialidades
que
revestía
estas
prácticas
metodologica de trabajo con grupos. Y que a su vez,
hablaba respecto de que las interacciones sociales
grupales, se desarrollaban de acuerdo a ciertas reglas, y
que mediante la observación y la aplicación de
rudimentarias técnicas sociológicas era posible descubrir
y evidenciar fenómenos y regularidades de interacción
social interna de los grupos que inauguraban un nuevo
campo disciplinario, disponible eventualmente para las
planificaciones del desarrollo social, que en la década del
50, vaticinaban la emergencia de una suerte de
ingeniería social. Esta estaba entonces disponible como
método de gestión social. Y por tanto también disponible
para una disciplina que pretendía abrirse paso para
organizar la caridad, bajo categorías de rigurosidad
científica: el Trabajo Social.1
Fue Kurt Lewin quien denominó a este fenómeno con el
sugestivo apelativo de dinámica de grupos. El impacto y
el entusiasmo que provocó el conjunto de indagaciones,
exploraciones, descubrimientos, fue de tal magnitud que
aún no concluye y que en el campo de la psicología
social, provoca y vuelve a entusiasmar a generaciones
sucesivas de profesionales. Pareciera que la dinámica de
grupos en tanto disciplina, se acopla con regularidad y
perfección a la necesidad de reparación psicológica del
grupo acotados en sus límites o fronteras por la acción
del psicólogo.
El estudio de las irregularidades grupales, también
hicieron su camino por el lado de la naciente sociología.
El clásico libro de Georges Homans, titulado el Grupo
Humano, provocó un impacto de igual magnitud en el
camino de la construcción de la sociología hacia la
interioridad de la estructura social. Tanto Lewin como
Homans, inauguraron un camino molecular de nuevos
fenómenos en la temática de los grupos. Desde los años
treinta a los 50, se creó un una tercera disciplina que
cubría o pretendía dar cuenta de un insterticio de la
realidad social entre la sociología y la psicología. Había
emergido la psicología social.
1
Ver el extenso material que tradicionalmente se ha desarrollado en torno a
Mary Richmond en el contexto de la consolidación del industrialismo
capitalista norteamericano, Nueva York y Chicago.
3
El contexto y le historia de los grupos estudiados fue
Estados Unidos, quizás en un porcentaje cercano al 80 o
90% de las experiencias que descrita, analizada y
sistematizada como investigaciones sociales daban
cuenta del estudio de grupo sen el contexto histórico del
capitalismo norteamericano. De allí que las necesidades
de la psicología social aplicada hayan estado también
relacionadas con las dimensiones históricas sociales del
capitalismo norteamericano que comienza a nutrir los
fenómenos de lo que hoy podríamos llamar la
cotidianeidad en que se mueven las clases sociales en la
Norteamérica de los años 30.
pequeño grupo, que es descubierto como generador de
importantes relaciones sociales, no identificadas en el
estudio y propuestas de la realidad social vista como
macro totalidad concreta, que se objetivan tanto con
Weber como con Marx. El escenario de ese análisis
inédito e innovativo, es la sociedad norteamericana del
New Deal de Roosveell y el planteo dominante es el
funcionalismo, como clave que rodea el planteo
epistemológico. Estados Unidos esta naciendo como una
sociedad libre y la no integración de grupos sociales o la
anomia de Durkheim debe ser erradicada. El sistema
debe funcionar.2
Las temáticas, no solamente pasan por preocupaciones
como el aumento de la eficiencia de los grupos humanos,
contextualizados por la fábrica como es el caso del taller
de borneras de la Wester Electric, o la necesidad de
estudiar la recreación y uso del tiempo libre respecto del
aumento de la productividad social por medio del
descanso comunitario o la conducta integrada o anómica
de los grupos indígenas a partir de la también emergente
antropología cultural en los también clásicos estudios de
Frank Boas o de Margaret Mead. Existe una
preocupación también por las posibilidades de control de
los estados totalitarios, en el ambiente de la Alemania
Nazi y fascista.
La fuerza de las argumentaciones “científicas de la nueva
ciencia de los grupos” impacta a las siempre
dependientes
cohortes
académicas
nativas.
El
descubrimiento de las regularidades de los procesos
sociales que acontecen en el grupo, demuestran ámbitos
insospechados para el funcionamiento de sociedades
democráticas y las posibilidades de neutralización de los
defectos del capitalismo, pueden ser subsanados
mediante mejores niveles de interacción, para los cuales
esta disponible la teoría social de grupo y un conjunto de
En estas condiciones, la narración que se hace de un
nuevo dominio de observación de la realidad social
denominado dinámica de grupos o estudio de grupos no
podía dejar de demostrar las regularidades y
sinuosidades de un fenómeno que se asienta en el
2
Es sintomático como este planteamiento se mete de contrabando en un
Trabajo Social supuestamente progresista. Al respecto Natalio Kisnerman
señala”…Entendemos que hoy la respuesta a como integrar las masas al
desarrollo, la da el servicio de Grupos (SSG) como de educación psicosocial
informal. A través de este se esta enseñando a la masa a vivir en
democracia, a lograr un sentimiento de comunidad y a tener una actitud
activa para poder participar…” Pág. 15, Natalio kisnerman, Servicio Social
de Grupos, Editorial Humanistas, 1968 con amplias y sucesivas reediciones.
4
técnicas que catalogadas genéricamente como dinámica
de grupos, se muestran extraordinariamente eficientes,
para “terapizar” relaciones sociales deterioradas. Y para
aumentar la productividad. Para trabajar mejor.
La demostración de la existencia de regularidades
universales en el grupo, sea pequeño o secundario, sea
muchedumbre o primario, presentan un impacto evidente
a las nacientes escuelas de Sociología y Trabajo Social
en
Latinoamérica.
La
formación
académica
latinoamericana comenzará a mostrar inevitables sesgos
de dependencia frente a estas poderosas teorías, no solo
para dar cuenta de la nueva realidad descubierta, el
fenómeno grupal, sino que también para trasladar los
contenidos temáticos de los grupos estudiados. Es decir,
no solo se habría asumido acriticamente el credo sino
que también, la liturgia de la naciente teoría de grupos
norteamericana.
Así, se comenzará a hablar de grupos recreativos3 o de
adolescentes, grupos con fines comunes, con presencia
de voluntarios en la década del 50 o 60, parecían mas
atingentes a la realidad de la asociación cristiana de
jóvenes norteamericana que de las propias realidades
rural urbana de la América Latina, consumida por la
dependencia, sin industrialización y sin reforma Agraria
de los años 50. 4
De esta forma, el grupo que aparece en la literatura del
trabajo social, evidencia una descontextualización
notable, salvo en aquellos aspectos en los que se
pretende dar cuenta de la realidad interna del proceso de
grupo para ejemplificar las regularidades respecto de
cómo se constituye un grupo, en donde es posible
encontrar menciones a grupos observados realmente
existentes como jóvenes en ambientes protegidos de
escuelas o enfermos en hospitales o grupos terapéuticos
.Quizás el ejemplo más paradigmático lo encontramos en
el clásico de la literatura del trabajo social, servicio social
del grupo de Natalio Kisnerman,, que en sus 316
páginas, no establece ninguna relación entre el
fenómeno de la grupalidad realmente existente en
América Latina y los probables condicionamientos e
interrelacionamientos, que a no dudarlo debieran existir
entre el grupos y la realidad social latinoamericana.
En otras palabras, nos asiste la sospecha de que el
grupo social latinoamericano , no se comportaría, ni en
sus interacciones, ni en sus relaciones, ni en sus
regularidades actitudinales como el mítico grupos de
obreros de las borneras de Homans ni presentaría una
descripción fenomenológica interna de características
4
3
Ver Servicio social de Grupo de Dorotea Sullivan, Konopka Gisela, Social
group Word: a helping Process, profusamente citado por Kisnerman en
Servicio Social de Grupos.
Es extraordinariamente notable, como ni la sociología ni el trabajo
social, de esa época, es capaz de mirar y observar por la ventana
las carretas de manzanas, que deambulan por la precaria estructura
urbana de las tres ciudades que en ese momento en Chile
ostentaban una germinal modernidad capitalista
5
similares al de la Western Electric y que es altamente
probable que la tipología de Lewin, con toda la
nomenclatura
establecida,
requiera
fuertes
modificaciones a la luz de la hibridación psicosocial y
cultural de América Latina.
Claro está, que esto es una sospecha y por tanto no
puede ser una afirmación taxativa. Solamente nos
afirmamos en aquella máxima dialéctica tan antigua
como aquella de Heraclito de Efeso, de que nunca será
posible que no bañemos en las mismas aguas de un
mismo río.
Los grupos sociales, se constituyen en torno a relaciones
sociales, las cuales se constituyen en torno a estructuras
sociales, que a su vez son constituida por un tipo
especial de relación entre el estado y la sociedad,
incluida un tipo especial de relacionamiento entre el
estado y la sociedad que denominamos política públicas
y por un tipo especial de relacionamiento central en la
sociedad capitalista que denominamos mercado. En esta
“matrix das capital”, se constituyen los grupos sociales. Y
entonces, es lícito suponer, que el fenómeno y la
interpretación del fenómeno grupal no podrá estar de
dejar condicionado por la temporalidad histórica espacial
de cada formación social capitalista
En este contexto, nuestra argumentación, señala que
siendo hoy día una condición obvia, para desarrollar
análisis social, quizás no lo era tanto en la década en
que
algunos autores del trabajo social se ven
compelidos a establecer programas de formación
académica en servicio social del grupo. Natalio
Kisnerman, quizás el autor más prolífico en esta línea
temática trabajo social, se presenta a nuestro juicio como
el más claro exponente de una mirada acritica, respecto
del fenómeno de sociabilidad grupal en América Latina
en condiciones del capitalismo post keynesiano y en
camino al neoliberalismo.
Tenemos otra sospecha: El problema anterior, no se
soluciona sólo con una adecuada caracterización de un
marco teórico que quiera cuenta en forma más o menos
detallada de los fenómenos sociales y culturales del
capitalismo actual. Si no existe un proceso de
construcción analítica y en una recreación de las
categorías conceptuales, con las cuales construimos la
realidad social de los grupos en Latinoamérica, podemos
desembocar en el mismo escenario, en que detrás de un
marco referencia teórica, profundamente caracterizadora
de los desmanes del capitalismo se termine trabajando
con instrumentos funcionalistas e integradores.5
Estamos señalando, que no obstante los proceso de
globalización, es hoy día tan importante como ayer, el
5
Este fenómeno es observable en algunas exhaustivas descripciones post
modernas de la sociedad capitalista, que realiza cierto Trabajo Social de
matriz tecnocrática, que terminan citando a los neoconservadores
norteamericanos, en una escalada de liberalismo que se transforma en
pesimismo funcionalista desarticulador de cualquier esperanza de
transformación social. Y con ello, transformándose en una rápida voltereta,
en trabajo neo conservador. Los diseñadores del actual programa puente en
Chile, 2005, exhiben esta cada vez mas escandalosa característica de
algunos Trabajadores Sociales
6
que hablemos de la temporalidad de los procesos
sociales y de la temporalidad de los procesos históricos
sociales y de la presencia de las subjetividad en la
creación de explicación social, que no puede ser ciencia
en términos del positivismo (Y en buena hora) Por
ejemplo, los piqueteros en Argentina ¿son un grupo
primario? ¿Son un grupo secundario?, ¿son una
muchedumbre?, ¿son una masa?.. Es mas ¿es posible o
necesaria una caracterización de los piqueteros en la
nomenclatura de la psicología social de grupos
norteamericana? ¿Es un partido político?, ¿es un
movimiento social? ¿Es una serie concatenada de
pequeños grupos? Y estos dos ejemplos, aceptarían un
proceso estándar de mejoramiento de su dinámica del
grupo, de acuerdo a los planteos de Lewin o de
Kisnerman?
De allí, que entonces nosotros establezcamos en esta
primera clase, una duda razonable, respecto de los
aconteceres constituyentes de una metodología de
trabajo social con grupos. Colocamos en suspenso
muchos de los lugares comunes que han sido
recurrentes en la formación del trabajo social de grupos.
Creemos que nuestro punto de partida y de arranque
debe estar más acá de la psicología social
norteamericana. Y.ese tiempo lo fijamos en la década del
60, que a nuestro juicio presenta un punto de conjunción,
de apretujamiento social e histórico, en la cual
explosionan las energías sociales y por tanto se
constituyen de una manera distinta las subjetividades,
con las cuales se construye la cotidianidad de los
fenómenos de grupalidad social y colectiva.
Esta es la hipótesis de trabajo, con la cual comenzamos
esta asignatura y que de alguna manera está reflejada en
la fundamentación que hicimos del curso. Nos interesa
recuperar los fenómenos sociales y teóricos de América
Latina y su condicionamiento e impacto en los grupos
sociales, con los cuales el trabajo social pretende
desarrollar una construcción tecno política, orientada al
desarrollo de procesos sociales y psicosociales, de
intervención en la realidad social, para la generación de
situaciones de transformación de las relaciones sociales
de la cotidianidad capitalista
Puestos en este contexto, sostenemos que será
necesario desmitificar y recrear nuestra relación con las
ciencias sociales con la cual hemos sido dependientes.
Dependientes, porque hemos trasladado acriticamente
conceptos y nomenclatura. Acriticamente, porque hemos
leído y trasladado un funcionalismo, que hoy día será
neoconservador y lo hemos sentado en el mismo banco
que a un Haberlas o a un Marx. O lo que es peor, hemos
presumido en forma arrogante con un exacerbado cuenta
cuento posmoderno, que hablar regocijadamente del fin
de los mega relatos, para terminar adoptando un
relativismo ético y político en una especie de asunción
del tango cambalache como divisa del Trabajo Social.
Pero hay situaciones peores que están ocurriendo en
trabajo social. Cuando el capitalismo desenfrenado,
desestima cualquier mención a la colectividad social, a la
organización social, a las sociabilidad grupal precursora
eventualmente de movimientos sociales, no pocas
7
escuelas sociales del continente han borrado o
desnaturalizado la formación en trabajo social con
colectivos y movimientos sociales. En su lugar y en su
reemplazo aparece la figura solitaria, tecnocrática de un
asistente social que hace uso del marketing para
impulsar procesos de agrupamiento social. Ya no se
escuchan en las Escuelas de trabajo social las críticas
de Marcase respecto del Hombre Unidimensional o las
crítica de Erich Fromm al miedo a la libertad ni qué decir
la teoría del alienación de Marx, como constituyentes del
núcleo conceptual valorico y ético de la formación en
trabajo social.
Por ello, sostengo, que si nuestro objetivo como trabajo
social no es el diagnóstico por el diagnóstico ni el análisis
por el análisis ni tampoco es terapia en las relaciones
sociales, nuestro objeto de intervención se coconstituye junto con nosotros, en un proceso
metodológico de intervención social, que transcurre en la
cotidianidad de las relaciones de los grupos y las
comunidades, en el cual cada proceso grupal será un
acontecimiento inédito, irrepetible constructor de una
nueva realidad social, en un ámbito histórico determinado
y que no volverá a ser nunca más. Y que el carácter
único de co-construcción de un fenómeno de grupalidad
colectiva, como clima ambiental sistémico, en donde se
desarrollan en forma sinérgica las capacidades de
hombres y mujeres, se hace para conquistar un proceso
ascendente de participación y desarrollo como seres
humanos trascendentes.
Por ello, y al igual que las preguntas que tenemos que
plantearnos y replantearnos en torno al sujeto social y en
torno a la comunidad, como ámbito o dimensiones de
trabajo del trabajo social, como es el caso del trabajo
social con grupos y colectividades, no puede eludir la
pregunta por que tipo de trabajo social
estamos
apostando
Y ello requiere, una vez más, un planteo epistémicos
ontologico, que no es sólo un ejercicio individual del
trabajador social en solitario con su conciencia, sino que
de los trabajadores sociales, en el colectivos de pares,
que puestos en una coyuntura histórica adoptan, también
ellos mismos una postura tecno política, históricamente
situada, para el desarrollo de mejores sociedades.
Campus La Reina, 7 de abril del 2005
8
CAPITULO Nº 2:
POLITICAS
ESTRUCTURA SOCIAL.
PÚBLICAS Y
Buenos días, me han encargado realizar una sesión de
introducción a la importante cuestión de las políticas
públicas y las políticas sociales. Veré si pudo satisfacer
esta expectativa. Mi presentación va contener tres
tópicos fundamentales o principales que se refieren a:
1.Marco
Teórico-Analítico
para
una
comprensión de la cuestión de las políticas públicas.
2.Políticas sociales como constructoras de
Estructura Social
3.Componentes problemáticos de la gestión de
la política social hoy día.
Espero poder lograr estos tres objetivos y terminar con
algunas conclusiones.
1.-
Marco
Teórico-Analítico
para
una
comprensión de la cuestión de las políticas
públicas.
En este punto me apoyare en tres autores que han
hablado acerca de la importante cuestión de
investigación en políticas públicas en América Latina Y
en la inevitable relación que éstas tienen con la
comprensión de la relación entre Estado y Sociedad: .O”
Donell, Oszlak y Coraggio son los autores escogido para
poder construir un esquema de análisis que nos permita
explicar esta relación triangular entre Sociedad, Estado y
Política Públicas.
El primero de ellos, Guillermo O Donell, inauguró hace
algún tiempo, 20 o 30 años atrás, una teoría comprensiva
de la política pública en América Latina, en relación con
el fenómeno de instalación de las dictaduras militares y
de la aparición de un particular tipo de Estado, Estado
capitalista sin lugar a dudas, pero que por particular
circunstancias de represión y de contención social, se
mostraba como un Estado ausente de todo tipo de
mediación, ausente de todo tipo de ropaje legitimador y
que al contrario, exhibía sin pudores una desnudez
represiva desde el punto de vista político y coactiva
desde el punto de vista social. Represión y cooptación
fueron dos componentes, especialmente singulares en la
aparición de un tipo de Estado capitalista, que entra en
rápida alianza con el espectro neoliberal que comienza a
dominar el mundo. Este tipo de estado es una
construcción ideológica política y represiva, que se
deshace del viejo tipo de Estado de Bienestar y que
asume
una conducta depredadora de cualquier
construcción participativa societal, de cualquier
participación política y de represión y contención. A partir
esta realidad, este autor, se plantea la pregunta de como
posible que un Estado pueda convertirse en una bestia
depredadora, si hacía poco tiempo, ese mismo Estado,
era una fruta exquisita para ser degustada por la
participación popular social y política que demandaba
una sociedad nueva, e incluso una sociedad socialista.
O Donell señala, que este tipo de Estado es antes que
9
nada un Estado Capitalista y que en América Latina es
también un Estado Capitalista implantado. Un Estado
que llegó con la corona española, y que se vuelve
centralista y que se construye autoritario y que se refugia
en una ciudad orientada a la conquista de “territorios
salvajes”, en una suerte de urbanización central primada,
que se convierte en centralista y que niega cualquier
posibilidad de crecimiento a cualquiera que no sea él y
su urbe inmediata. Ese estado, estado capitalista, debe
ser dice O Donell el objeto de estudio fundamental y
principal: en la comprensión de su comportamiento
interno radica la posibilidad de una explicación más
pertinente más real respecto de lo que significan las
políticas públicas y dentro de ella a las políticas
sociales.
termostatos reguladores entre sociedad y ese Estado,
desprendido de su sociedad madre, autonómizado y a
corto andar, regulador dominante de la sociedad de la
cual nace.
Si en un principio la sociedad, desde la expresión
comunitaria de ella, hasta la expresión federativa de
varias de sus comunidades, abdicaron de la facultad de
administrar cercana y autónomamente su componente
político de gobierno, de gobernabilidad y de gobernanza,
entonces delegaron en un componente especial y en un
estamento especial, la administración de sus
componentes y asuntos políticos. Y para su relación con
este especial componente político que se llamará Estado
y que administrará el “estado del poder” de esa
sociedad, creara relaciones mediadoras entre ese Estado
y esa Sociedad y nacerá una especial construcción de
relación social, que se llamara política pública, que se
llamará política social y que en última instancia operará
como mediadoras, en tanto arreglos políticos
institucionales, que sinérgica mente irán operando como
El que algunas cuestiones puedan convertirse en
políticas públicas, dependerá en toda circunstancia y en
todo lugar, de la correlación de fuerzas favorables que
esa cuestión concita en torno de si. Y cuando estamos
señalando la importante cuestión de la correlación de
fuerzas, como factor fundamental del cual dependerá el
tránsito de la cuestión social en política pública, estamos
diciendo entonces, que la resolución que una sociedad
haga y que su sociedad política establezca, dependerá
en última instancia de los componentes técnicos propios
del debate mismo de la cuestión y de los componentes
políticos, que en definitiva establecerán la viabilidad de la
cuestión social debatida, mediante la cual la cuestión es
finalmente sancionada como política publica
Y cuando esto ocurre, en un proceso de complejidad
creciente y no decreciente, esta política debe construir
Oszlak, por su parte, señalará que éstas políticas
públicas, que nacen como instancias mediadoras de la
relación entre Estado y Sociedad, son la expresión de los
arreglos políticos institucionales, es decir, que de
todas las cuestiones sociales, quien algún momento
pueden estar debatiéndose en la sociedad, sólo algunas
de estas cuestiones podrán convertirse en arreglos
políticos institucionales y que en definitiva serán soporte
de la condensación de las política pública y de las
políticas sociales.
10
una institucionalidad, mediante la cual pueda operar los
objetivos para los cuales está solicitada como expresión
de demandas y reivindicaciones. Y cuando esto ocurre,
esta
institucionalidad
se
agregará
como
un
compartimiento estanco a los otros compartimentos
estancos, mediante los cuales se ha construido el Estado
Capitalista. En América Latina, comenzando por el
Estado oligárquico capitalista, con sus clásicos
Ministerios de Hacienda y de Guerra como primeros
componentes fundamentales de su relación de
dominación, hasta los últimos estertores del Estado de
bienestar, como por ejemplo el Ministerio de la Vivienda,
como por ejemplo la Corporación de la Reforma Agraria,
como por ejemplo una Dirección de Industria y Comercio,
(DIRINCO) etc., etc.
Todos estos compartimentos estancos, con grados más
o con grados menos, constituyen de por sí, un fenómeno
de institucionalidad pública que adquiere en América
Latina y en el mundo, legitimidad como objeto de
investigación en ciencias sociales, en particular por la
ciencia política y administrativas, que dicen relación con
el contemporáneo tema del rediseño del Estado.
Y en este cuadro, nos llega el Consenso de Washington,
arranca el neoliberalismo, en un país pequeño perdido en
el extremo sur de América, que opera como laboratorio
social y político y que conforme al predominio de una
dictadura sangrienta, con organismo represivos, con
Servicios de Seguridad operando al servicio del Dictador,
con detenidos, con miles desaparecidos, se hace posible
la emergencia de un ajuste global al aparato del Estado
Desarrollista con visos de bienestar, conforme a un
rediseño también global del sistema capitalista, para
poder seguir operando como sistema dominante. El
Estado capitalista, centralizado y centralizador, cooptador
de las energías políticas y sociales de sus sociedades,
está obligado a recomponer su estructura, para poder
seguir siendo el ente dominante y para ello está obligado
a descentralizarse y a desconcentrarse. Y de allí,
comienzan a elaborarse las envolturas ideologizadas,
que con el nombre de procesos de descentralización,
inaugurarán una nueva etapa de encubrimiento de la
estructura fundamental del Estado capitalista.
Y la descentralización caerá sobre América Latina y en
no pocos casos será visto será visto realmente como una
reivindicación legítima territorial de no pocos pueblos de
América Latina, habida circunstancias de los procesos
brutalmente centralizadores del imperio español, del
imperio ingles y del imperio norteamericano.
Desde la ciudad central primada de los españoles,
pasando por el puerto protegido de los ingleses hasta la
ciudad global metropolitana de la globalización, estarán
todas estas ciudades disponibles para ser objeto de
elaboradas disquisiciones conceptuales respecto de las
bienaventuranzas de la descentralización. Y no es que la
descentralización la entendamos solamente como un
ardid ideológico. Al contrario, como vamos a ver más
adelante, somos convencidos de que la descentralización
podría contener un sentido
popular, que podría
acercarnos a niveles más profundos de democracia
radical y representativa ciudadana. El tema es otro. En
11
un punto de especial debilidad de América Latina, de
especial vulnerabilidad, la descentralización aparece
como el caballito de batalla de las huestes militares
enseñoreadas en el cono sur de América Latina.
¿Cómo podemos resumir nuestra tesis de fondo respecto
de este primer planteamiento? Nos asiste el
convencimiento de que en el interior de toda política
pública, como espacio de relación política de la sociedad
y él Estado, se ocultan o están contenidos en su interior
importantes componentes políticos que dicen relación
con su gobernabilidad y a importantes componentes
técnicos, que dicen relación con el modo de resolución
más viable y más negociada, que se pudiera determinar
en una sociedad dada, habida consideración del
desarrollo social y político de esa sociedad.
Política pública y política social, para su nacimiento,
desarrollo eventual resolución y para la permanente
cotidiana y rutinaria gestión, requerirá de la comprensión
y gestión dialéctica de los componentes técnicos y de los
componentes políticos de una sociedad dada, y hoy, de
una sociedad globalizada.
2.-
Políticas Sociales como constructoras
Estructura Social
de
Vistas así las cosas, podría invadirnos una cierta
sensación determinista y mecanicista. No es nuestro
planteamiento. No es nuestro planteamiento de fondo.
Los argumentos anteriores nos sirven de ordenadores.
Pero es indudable, que la acción transformadora de un
sistema de intervención que proviene de una política
social, puede dejar de serlo y convertirse en acción
rutinaria y por lo tanto deslizarse hacia la conservación
del sistema social y desde esa manera contribuir a crear
un tipo especial de estructura social o bien convertirse en
un sistema de transformación social y con objetivos
reformadores del estructura social.
En cualquiera de los dos casos, las políticas sociales
están construyendo estructura social, es decir, en las
política pública están contribuyendo al modelamiento,
diario, cotidiano, rutinario, intersticial de la estructura
social.
Hasta aquí, es probable que este sea el análisis duro y el
análisis grueso de la relación Estado y Políticas Sociales.
Análisis que debe estar siempre presente para ponernos
a buen recaudo de exaltaciones voluntaristas
filantrópicas. Todo ello para dimensionar la cuantía y
calidad de los procesos sociales en los cuales estamos
inmersos. Sin embargo, hay autores que sin negar la
validez de las aseveraciones anteriores, consideran
necesario matizar estos análisis entre Estructura Social,
Estado y Política Social y plantean la necesidad de
considerar la posibilidad de que la estructura social sea
modificable a partir de un conjunto de prácticas sociales
provenientes de las políticas Sociales. Autores como
Habermas Giddens y otros, han
planteado tales
posibilidades. Un reciente articulo señala:
”…Desde nuestra perspectiva, la política
social no solo ni fundamentalmente hay que
12
entenderla como un intento de corregir o
compensar la desigualdad que produce el
mercado en la distribución de recursos, sino
también como una intervención generadora
y moduladora de la propia desigualdad,
incluso mas allá del mercado o de sus
finalidades explicitas, “naturalizando” e
institucionalizando las desigualdades de
clase, genero, edad, etnia o cualquier
otra…las interrelaciones entre la estructura
social y la política social son de carácter
recursivo: la política social, no solo se
genera a partir de la estructura social sino
que contribuye también a los procesos de
estructuración social de las sociedades,
mediante diferentes maneras de provocar
cambios o permanencias en la estructura
social”( 6)
José Adelantado, en este articulo, discurre en torno a
que es posible diferenciar la estructura social en torno a
4 esferas que estarían actuando como componentes de
provisión de bienestar y como regiones de relación entre
estructura social y política social…”Apoyaremos nuestra
argumentación…en
el
siguiente
supuesto:
las
desigualdades sociales que escinden a la población de
las sociedades capitalistas operan en cuatro esferas de
6
José Adelantado et al, Cambio en el Estado de Bienestar. Políticas y
Desigualdades en España, Articulo en Revista Cuadernos de Practicas
Sociales, Magíster en Políticas Sociales y Gestión Local, Universidad Arcis,
2002, Enero Pág. 54.
la
actividad social, que
estatal, domestico familiar
esencial, de cara al estudio
cualquiera de esas cuatro
bienestar
social
a
la
7
simultáneamente…” ( )
denominaremos mercantil,
y relacional. La cuestión
de la política social, es que
esferas puede proveer de
población,
y
hacerlo
En este sentido, la Esfera Mercantil seria una esfera de
producción
e intercambio material, en donde el
mecanismo central es el intercambio o trueque, con
individuos operando en un mercado. Con móviles de
maximización de tasa de ganancia e irradiando un
proceso general de mercantilización de las relaciones
sociales.
Existiría, también, una esfera Domestico –Familiar y de
parentesco, en donde existen actividades en unidades
mínimas de co-residencia, que procesos históricos y
sociales han atribuido a las mujeres y caracterizados
como trabajo domestico. El mecanismo que coordina la
acción de esta esfera, es la socialización y la relación de
dependencia familiar que crean unas determinadas
identidades de género.
A su vez, la existencia de una Esfera Estatal, incluye
un aparato administrativo e institucional y el conjunto de
actuaciones generadas en ese mismo marco. El Estado
así concebido no es un epifenómeno del sistema
capitalista, sino que tendría un entramado con lógica
propia, y de expresión, con determinados grados de
7
.- José Adelantado et al, Cambios en el estado de Bienestar, Op Cit Pág. 40
13
autonomía y con relaciones sociales subyacentes.
“…mecanismo de coordinación es el poder político, es
decir, el monopolio estatal de las asignaciones colectivas
circulantes, que se plasma en varios instrumentos;
principalmente, la capacidad de regulación por vía
normativa y los procesos de administración y gestión de
recursos, programas y servicios. En su posición central
en una realidad social dada, la esfera estatal irradia a
todos los
ámbitos sus medidas de definición,
reproducción y cambio de la estructura social de la cual
ella es parte integrante: la esfera estatal es tal vez la
cuenta con una mayor capacidad recursiva. (Esto es de
actuación sobre sí misma)” (8)
A su vez existiría una Esfera relacional que se refiere al
conjunto de acciones sociales supraindividuales que
canalizan intereses y necesidades, mediante grupos
sociales en asociaciones formales y
grupos
comunitarios. En ella actúa una lógica de acción
comunicativa, pero que también esta sometida a
relaciones de dominación, y desigualdad de poder y
recursos. Estarían constituyendo esta esfera, dos sub.
Esferas asociativa y comunitaria (9)
Según este autor, estas cuatro esferas son productoras
de bienestar y se encabalgan y se yuxtaponen en
complejas regiones de relaciones. En esta perspectiva la
Política Social jugaría un papel como dispositivo
gubernamental que permite la gestión de la desigualdad,
8
9
.- Adelantado, Op. Cit
.- Estos planteamientos siguen la argumentación de Adelantado, Op. Cit
asignando a cada esfera de la estructura social
(mercantil, estatal, domestica y relacional), un
determinado papel
en la
satisfacción de las
necesidades, reequilibrando el flujo de relaciones entre
ellas en forma continua. Aun más, señalan que el sector
mercantil del bienestar social se refiere a la provisión que
realizan las empresas privadas en educación, vivienda,
etc. El sector estatal hace referencia al suministro de
bienes,
servicios
y
transferencias…el
sector
informal…provee recursos de bienestar de amigos,
familiares y vecinos en forma de redes y con un sector
voluntario o tercer sector.
Estos planteamientos nos sirven a nosotros para postular
un diagrama de coordenadas por dentro de las cuales
transitaría una Política Social, que en nuestros territorios
latinoamericanos, tienen que hacerse cargo de nuevas y
viejas coordenadas para entender nuestra peculiar
estructura social
14
precariedad de la legitimidad del Estado para gestionarimponer sus políticas sociales.
TERRITORIO
ESFERA
ESFERA
ESTATAL
MERCANTI
L
Todo ello para señalar que este es el encuadre para
conversar de exclusión, segregación y Políticas sociales.
3.-
ESFERA
ACTORES
PODER
INTERESES
ESFERA
DOMEST
ICO
FAMILIA
R
RELACI
ONAL
DESIGUALDADES
De esta manera, la construcción cotidiana de una Política
Social no podría escapar a este entrecruzamiento de
relaciones, que en última instancia están señalando que
ellas deben adoptar un comportamiento técnico y político
para transitar por tal mapa. El autismo no seria
recomendable, sobre todo en situaciones de extrema
Componentes problemáticos de la gestión de
la política social hoy día.
Hace algunos años, múltiples especialistas se hacían la
pregunta respecto de sí al término del régimen militar, se
habían modificado los parámetros que informaban la
política social, tal como se caracterizaban y se
mostraban en la cotidiana práctica de ministerios y
municipalidades. Se señalaba en esos años que
estábamos en presencia de una política asistencialista
que operando sobre una red social, había construido
una eficaz red clientelar para cooptar a los más pobres
con consecuencias insospechadas para el futuro. El
pertinaz criterio de la focalización se instalaba como un
fetiche sustantivo, que abría solo una puerta de entrada
a la realidad del mundo de los pobres, que entre cosas
se les trasladaba de territorios a fin de sanear los suelos
para una eficaz política urbana de liberalismo extremo.
En ese contexto, Ministerios y Municipalidades heredaron
un núcleo duro de comprensión de las políticas sociales y
también, de manera particular, un peculiar estilo de
gestión de la red social, libre e impoluta de vicios
políticos, pero que escondía en su matriz genética una
forma de desplegarse sobre los pobres sobre la base de
15
la emergencia y el individualismo: si la condición sobre
la que se operaba era la emergencia, cualquier dadiva
era suficiente y si la solidaridad social era un elemento
arcaico, la focalización se afinaba mucho mas sobre un
individuo familiar, permeable y maleable.
Y así, tuvimos un tiempo de gestión de políticas sociales
en la transición democrática de los últimos diez años.
¿Se modifico radical y sustantivamente el cuadro
anterior? En lo más absoluto. ¿Se hicieron intentos? Al
parecer bastantes, pero se advertía un claro caso de
divorcio entre las orientaciones discursivas, que
prometían un radical cambio de la política social y la
persistente presencia de la consolidación de una política
publica social que fue
modelando la gestión
administrativa del sector público social, de tal forma de
ocupar por presencia física la actividad rutinaria del
sistema de administración interior del Estado. En esa
situación, los intentos de los aparatos sociales del
Estado, oscilaban entre una discusión por los sentidos
“post modernos” de la participación y de la gestión social
y la acción rutinaria focalizada y asistencial del antiguo
régimen, que se imponía por la práctica rutinizada de
política pública.
En este cuadro, ¿cuales son las futuras coordenadas
democráticas de la gestión social de las políticas
sociales? ¿Continuidad o transformación? Si la opción de
estos momentos es la disrupción con el esquema
clientelar y asistencial, entendiendo que las políticas
sociales resultan hoy día ser el acompañante que puede
marcar la diferencia en los distintos desarrollos del
capitalismo mundial integrado, entonces la tarea de
diseño social y de gestión
requerirá de
un
enfrentamiento radicalmente distinto y transformador.
Para ese desafío deberán quedar en el camino los
remanentes de décadas de comprensión y de gestión
de lo social. Desde aquellos que entendían a los pobres
como parte del paisaje divino, hasta los tecnocráticos
que en el paroxismo de
la alienación y del
reduccionismo, intentan hacer saltar
pobres por
encima de la valla de la línea de la pobreza a punta de
rentabilidad social. Pasando por todos los remanentes de
la teoría de marginalidad, que dieron paso a todas las
formas de privatización de la acción social reparadora, en
convivencia esto ultimo tiempo, con la introducción de la
competencia salvaje por los “fondos concursables”.
Veamos los componentes problemáticos de la Política
Social que podrían operar a manera de pistas
cartográficas

Un Estado para la democratización de la
gestión pública Social.
Se ha señalado que para constituirse el Estado requirió
de la expropiación de los componentes políticos a la
sociedad civil. Conforme a ese procedimiento, este
Estado especializó aparatos para el cumplimiento de las
funciones que aseguraran gobernabilidad sobre un
territorio y sobre todo funciones de acondicionamiento
16
social para la reproducción del sistema. En este ultimo
sentido, este Estado comparte roles, con una suerte de
privatización de buena voluntad con la asistencialidad
multireligiosa, de distinto signos y sentidos. En este
esquema básico, se debate también nuestro peculiar
Estado nacional. Los últimos 50 años del siglo XX, recién
pasado incorporó y despojo sucesivamente al Estado
nacional de Políticas y aparatos sociales y también en
un incrementalismo inconexo,
desarrolló
distintas
modalidades de relación con esta suerte de privatización
de la gestión social, depositada en una variada gama de
instituciones.
En esta situación podríamos aventurar que nos
encontramos ad portas de un extremo del movimiento
pendular en donde se reincorporaría la mayor actividad
del Estado en la gestión del acondicionamiento social y
también en una posibilidad de mayor expansión de la
licitación privada de la gestión social. La pregunta que
surge ¿Ello da cuenta de una real
voluntad
transformadora en la realización de un nuevo trato entre
el Estado y la sociedad?
¿Bastará con que nos
coloquemos en el otro extremo del péndulo, para
satisfacer las tendencias globales a la ciudadanizacion
del Estado y de la política?
La historia social de América Latina y particularmente de
Chile, nos demuestra a cada instante, que no da lo
mismo cualquier concepción del Estado y de las políticas
sociales. Los efectos para la construcción de la realidad
social pueden ser devastadores, clientelistas, anómicos,
tecnocráticos o transformadores en la búsqueda de
sucesivos grados de democratización y libertad. Para
que esto ultimo suceda, la concepción acerca del Estado
debe introducirse en una lógica de ruptura con el Estado
neoliberal e inventar un Estado democratizador, en
donde sus políticas sociales
se convierten en los
instrumentos de reconversión catalica de los procesos
anómicos y perversos de la neoliberalización salvaje.
Por ello, que no da lo mismo quien gestione lo social.
No es neutral para la democracia y para la dirección del
Estado quien haga la tarea de la gestión pública social.
Como nos lo demuestra la historia corta de nuestro país,
la acción persistente del clientelismo municipal de la
década del 70 y 80 son suficientes plataformas para
alimentar
parasitariamente propuestas políticas
retardatarias por los próximos 20 años.
De allí que sea necesario replantear el papel del Estado
en la direccionalidad y gestión cotidiana de sus políticas
sociales
como
principales
instrumentos
democratizadores en la recuperación de un rol que es
mandato de la mayoría que direcciona el Estado. No
puede haber neutralidad respecto del que y del como
de las políticas sociales. Parece ingenuo entonces
preguntar solo por la eficacia y la eficiencia. Casi es un
suicidio político de aquella mayoría que accede a la
dirección del Estado.
17
Entonces la comprensión y el diseño del Estado, juegan
un factor desencadenante en una nueva correlación de
fuerzas, que debería construirse a partir de los factores
liberadores de la energía social de la ciudadanía en
busca de más democracia y más libertad. Y con ello los
que gestionan las políticas públicas dejan de ser meros
administradores rutinizados y se convierten en
constructores de una transformación corpuscular en los
pliegues y en los intersticios de los contenidos, de los
objetivos y de cada una de las metodologías de
intervención en la cotidianeidad de los espacios sociales

La Cuestión regional en la gestión de Políticas
Sociales
El desarrollo de las políticas descentralización y
regionalización están colocando hoy
día nuevos
elementos en el acontecer de la gestión cotidiana y
operativa de la política pública, en particular de aquellas
que tienen que enfrentarse con las complejidades de
nuevas institucionalidades y que están en permanente
mutación interna por readecuaciones programáticas o
que no consiguen despegar del todo en la nacientes
nuevas institucionalidades regionales
Esto provoca el desarrollo de un importante campo de
análisis y discusión en torno a cuáles serian las
alternativas de gestión de los programas sociales, habida
consideración de los elementos de evaluación que la
institucionalidad pública, empieza colocar en orden
establecer indicadores metas, resultados como
elementos sustantivos a lograr, junto con lograr un
desarrollo de los servicios y bienes que son propio de las
políticas y de los programas.
En este aspecto, parece importante entonces desarrollar
una discusión en torno a establecer algunos parámetros
para colocar referencias e hitos necesarios en el análisis
respecto del como la institucionalidad pública regional,
que está encargada de la gestión de programas y
políticas sociales, consigue desarrollar los mejores y
mayores grados de resultados, en un contexto de
exigencias respecto de la democratización y la
descentralización.
Lo que está implícito en el título de estos apuntes para la
discusión, es que hoy día podríamos detectar una forma
no estratégica de gestión de las políticas sociales. El
significado de lo Estratégico, lo usamos en el sentido de
colocar una preocupación esencial por el conjunto de
condiciones, determinaciones y restricciones de carácter
social, económico, cultural y político de los cuáles
dependen en última instancia el logro de nuestro objetivo
final.
Es decir, existiría un tipo de gestión de las políticas
sociales, que tendría dificultades crecientes para el
desarrollo de una conducta flexible que le permita la
conquista de los fines y del logro de los resultados y que
habría quedado atrapada
en los mecanismos
18
institucionales propio de una gestión excesivamente
normativa y burocrática.
Si lo anterior tuviera algún grado de pertinencia, para
identificar los componentes problemáticos de la realidad
de la gestión pública en el tratamiento y en la gestión de
las políticas sociales, se justificaría el señalar algunas
proposiciones para proponer escenarios alternativos de
comportamiento y procesos metodológicos
de que
podrían estar disponibles para una gestión regional
estratégica de un programa social.
Lo primero que surge como una interrogante básica a
discutir es
cuánto de identidad regional podemos
descubrir e implementar en el despliegue de las políticas
sociales que se asientan en los ámbitos regionales y
locales. Estamos desarrollando un conjunto de
proyectos,
programas,
acciones,
reuniones,
coordinaciones y dando cuenta por resultados en una
realidad denominada Región y que establece como
principal institucionalidad al Gobierno Regional. Fuera
de este, conviven y se relacionan un conjunto de
asentamientos humanos diseminados en un paño
territorial-geográfico que responde a límites denominadas
fronteras regionales. En estos lugares, ciudades y
pueblos, se perciben distintos roles sociales, políticos,
económico y culturales que se personalizan en actores
sociales, con distinto grados de poder político y de poder
social. En el interior de esos mismos escenarios, actúan
los propios responsables del proyecto-programa y
políticas sociales de carácter nacional que quieren
instalarse en el denominado espacio regional.
En estas circunstancias, para cualquier gestionador de
políticas públicas regionales, comienza un complejo
proceso de discernimiento respecto de un variado
conjunto de situaciones problemáticas que se presentan
a la hora de imaginar el camino más adecuado para
lograr los objetivos del desarrollo de su programa y de su
política. ¿Priorizará el cumplimiento estricto, normativo
de los productos y resultados que solicitan como
imprescindibles por parte de las centralidad de la
dirección del programa? ¿O priorizará acorde a los
acentos que la autoridad política regional ha solicitado al
programa? ¿Será pertinente demorar el cumplimiento de
los logros y resultados, por la necesidad de lograr el
acuerdo de organizaciones sociales de la provincia y del
pueblo más apartado de la región? ¿Cómo resolver la
evidente duplicación de esfuerzos y proyectos con la
Dirección Regional de la Política Social colindante a la
nuestra? ¿Que ofrecer a las instituciones municipales
para conseguir su asentimiento y colaboración para la
instalación de nuestras políticas en su territorio?
En definitiva, la gestión de una política social en este
medio, revela un cúmulo de interrogantes de variada
factura y el modo de asentamiento territorial de estas
políticas se transforma en uno de los problemas más
importantes del rediseño del aparato del Estado y de sus
mecanismos de operación.
No pareciera que solo se tratara de un problema de
rediseño organizacional del tipo de los gerenciamientos
con manuales de funciones y descripción de cargos. O
19
con definiciones de misiones regionales en el vacío
social y político o con la sola invocación a los marcos
lógicos y a las peticiones y rendiciones de cuentas
afincada en la especialización sectorial y el
tecnocrátismo compartimentado.
Si no hay una respuesta fácil, entonces corresponde abrir
la discusión al interior de los aparatos estatales respecto
de la necesidad de revisar los modos de dirección y de
gobierno en los ámbitos regionales y locales. Es decir
revisión de aquellos modos de relación entre objetivos y
medios, como una nueva manera de enfrentar el viejo
problema de la planificación al interior de los aparatos
públicos.
Si el problema se solucionara con el solo traslado de los
planteamientos de la planificación estratégica propia de
las Transnacionales y de la empresa privada del mundo
desarrollado a los esmirriados aparatos estatales del
mundo latinoamericano, entonces no cabría hacerse
problema. Si por el contrario... si existe la legítima
sospecha de que con misiones, visiones, esmerada
atención de público, cableados de fibra óptica
y
orgullosos logotipos institucionales no se consiguen
establecer vínculos coherentes con el procesamiento de
los componentes políticos ciudadanos, entonces
tenemos el legítimo derecho a plantearnos nuevas
búsquedas metodológicas para construir un tipo de
gestión del aparato del Estado coincidente con los
objetivos de democratización y descentralización.
La hipótesis que se plantea es que el sector público
latinoamericano al enfrentarse a nuevas formas de
gestionar sus políticas públicas, en particular las
sociales, presenta indecisiones que lo llevan a equivocar
el camino para definir sus procesos metodológicos y sus
nortes orientadores al no conseguir aún, una definición
del problema fundamental de gestión de las políticas
sociales.
Así el enfrentamiento de la definición de los principales
problemas de gestión de Programas sociales no podrá
disolverse en problemas de ámbito distinto o mayor como
por ejemplo él que no exista una misión de la región,
cuando la propia región es todavía inexistente o cuando
esta misión se define sin la presencia de los actores
regionales o bien la mención a la sola productividad
basada en el costo beneficio, cuando la evaluación de
ésta, se realiza sobre la base de proyectos disjuntos,
inconexos y en competencia por fondos escasos o con
el recurso tan en boga hoy día, de que la sola instalación
de un gerente con habilidades míticas logrará
transformaciones institucionales revolucionarias y
conseguirá resolver las crecientes dificultades de
instalación democrática de las políticas sociales. O peor
aun, cuando se observa todavía una practica
decimonónica de concebir los Planes Maestros y planes
estratégicos como la solución tecnocrática
por
excelencia... cuando estos siguen siendo diseñados y
construidos como si el aparato estatal latinoamericano
fuera un detentador del monopolio de los recursos
sociales, económicos y políticos... es decir planes
20
maestros y planes estratégicos hechos entre el escritorio
y el computador.
Nos asiste la sospecha que estos y otros llamados
problemas centrales... No son centrales ni son los
problemas fundamentales de gestión de las Políticas
sociales en un ámbito regional. Pareciera que a estas
alturas... el definir los nudos críticos de los problemas de
la gestión pública en Latinoamérica, pasaría
necesariamente por tener que plantear el viejo tema
referido al tipo de relación que si quiera construye entre
Sociedad y Estado. O sea, es casi un problema
epistemológico de cómo hacer gestión pública, logrando
corporizar los principios inspiradores de democratización
de la sociedad en forma sistémica, holistica e
integradora. Sobre todo si esa relación entre Estado y
Sociedad se quiere construir sobre la base de un nuevo
trato, con profundos contenidos descentralizadores y
productora de niveles de conciencia y de cambios
actitudinales para sustentar
variadas políticas y
proyectos sociales. No todas las políticas sociales
están en condiciones de desarrollar tal conjunto de
promesas, pero hay algunas, que por la variedad e
integralidad de su propuesta, no pueden renunciar a
este cometido.
Los anterior solo se puede entrar a resolver si la
discusión se plantea en la escala adecuada y ella parece
ser el tipo de Gobernabilidad que el Estado se plantee
como norte, es decir que tipo de instituciones, normas,
usos y costumbres, se estén propiciando como
orientadoras y sostenedoras del tipo de relación que el
Estado esté dispuesto a construir con la sociedad. Y por
supuesto, esto tiene que ver con el tipo de Gobernanza
que la sociedad civil comunitaria y sociedad civil
privada este dispuesta a conquistar, en el intercambio
continuo de poderes con el Estado.
Si el planteamiento situara el problema fundamental de
la gestión regional de políticas sociales como un asunto
esencialmente político de contribución de las políticas
publicas a la democratización de la sociedad y al
establecimiento de mecanismos eficientes de equidad y
justicia, entonces se estaría en condiciones de señalar
que la gestión publica regional debería ser evaluada
fundamentalmente en cuanto sus objetivos contribuyen al
establecimiento de procesos, alianzas, sinergias, redes
de modo de realizar la construcción regional de una
cultura de desarrollo territorial de cada una de las
políticas sociales.

Los Espacios Sociales y los Espacios
Institucionales: la hora de
una
Estrategia de Unidad en la diversidad. (Hacia
una teoría del
espacio de las coinspiraciones).
Y una vez efectuadas éstas consideraciones queda
expuesta la necesidad de avanzar en el diseño de formas
de construir estrategias y espacios disponibles para una
democratización y ciudadanizacion, que haga alianzas
con el proyecto humanizador del “bajo pueblo”, en
21
nuevas fases de autonomización y de consideración de
los espacios del Estado como espacios disponibles para
la lucha cultural
por nuevos diseños de Políticas
Publicas y Políticas Sociales que establezcan las
complicidades con los espacios sociales , que
recurrentemente se nutren de las cargas históricas de
humanización.
Ello es una complicidad co-inspiradora entre
intelectualidad orgánica democratizante, disponible para
el ejercicio de nuevas prácticas de constituir ser social y
de constituir relaciones políticas ciudadanas, que
transformen persistentemente los aparatos estatales.
Tales elementos, en la práctica de profesionales
transdisciplinarios, que se alimentan de una concepción
de transformación de las relaciones sociales, pueden
ubicar sus praxis en los variados intersticios de la zona
de fricción entre Estado y Sociedad. Algunos en las
Políticas Publicas y en sus organismos de
administración, otros en las institucionalidades de la
Sociedad Civil. Tanto unos y otros, si comparten la
necesidad del cambio societal, alimentaran sus prácticas
y sus sistematizaciones, en la pertenencia a un proyecto
de transformación corpuscular de la sociedad. De nuevo,
por otros cauces. Las disciplinas de lo social como
disciplinas de la praxis, pueden ser una de estas
transdisciplinas, destinadas a unir lo que el positivismo
decimonónico dividió y esclerotizó.
22
CAPITULO III: COTIDIANEIDAD DE LA GRUPALIDAD
SOCIAL y LOS IMPACTOS DEL SISTEMA SOCIAL.
1. INTRODUCCIÓN
Aquello que denominamos lo Social es una compleja red
de relaciones sociales, que se presenta a los ojos de las
personas como relaciones naturalizadas rutinarias y
transparentes. Algunos autores han presentado una idea
conceptual de mirar más profundamente esta malla de
relaciones sociales adoptando una concepción micro
para mirar estas relaciones. En lo que sea llamado vida
cotidiana. La potencia del concepto señalada por Agnes
Heller en la Sociología de la vida cotidiana o por nuestro
cercano Norbert Lechner, sugieren que la vida del
hombre es la totalidad de sus acciones entendida como
"totalidad de las actividades que caracteriza las
reproducciones singulares productoras de la posibilidad
permanente reproducción social" (Heller, 1972)
En América Latina, la necesidad de hacer observables
estos conjuntos de cualidades y actividades, mediante
las cuales los individuos y grupos se reproducen en su
cotidianidad social, reviste la máxima importancia por
cuanto existe la sospecha, de que es en este ámbito de
reproducción social en donde la omnipotencia del
sistema, del sistema capitalista, encuentra su más
poderoso apoyo. Entre la acción cotidiana para la
sobrevivencia y su vinculación con la justificación del
sentido común, se alinea una entretejida urdimbre de
relaciones sociales sustentadoras de la normalidad de la
sociedad capitalista de consumo.
De allí que junto con valorar la riqueza de encontrar un
concepto que permita hacer visible lo invisible de las
anormalidades de las normalidades de la vida cotidiana,
sea extremadamente necesario denunciar
a esa
cotidianidad a que son condenados grupos humanos y
sociedades en América Latina.
Para el Trabajo Social, quizás sea éste uno de los
caminos, que nos permita desentrañar el sentido y
significado de las prácticas de transformación social en
las que hemos estado involucrados como profesión,
desde hace más de medio siglo en América Latina. Sin
lugar a dudas que ésta no es una tarea fácil. Pareciera
ser que la práctica del trabajo social se incorporó a
ciegas en la normalidad capitalista, sólo señalando en
una primera etapa las inconveniencias y efectos
negativos de la industrialización y anunciando junto a la
iglesia, que estaba emergiendo una cuestión social de
efectos indeseables del capitalismo. Desde esta tímida
crítica se preocupa de sustentar el paso de una acción
benéfica de ciertas regularidades metodologicas, desde
las cuales establecer una primera plataforma para
ordenar u definir una practica social con una embrionaria
metodología.
Posteriormente los antecedentes del trabajo social, nos
señalan que como práctica de disciplinaria, deambuló por
el interior de las nacientes ciencias sociales, en busca de
componentes,
elementos,
paradigmas
y
especificaciones analíticas, que nos permitieran
sustentarnos como una profesión en un campo ya
23
tremendamente plagado de incertidumbres, que
apuntaban al nacimiento ya la muerte rápida de marcos
referenciales que permitieran explicar la realidad.
En ese deambular profesional, llegamos casi sin darnos
cuenta a la década del 60, arrastrando conceptos y
preconceptos,
metodologías
disciplinarias
profesionalizantes antiguas y otras recién entrenadas,
como por ejemplo las practicas de desarrollo comunitario
, provenientes de Estados Unidos (10) el desarrollo la
comunidad y cuando la profesión, que pretendía
sustentar su quehacer en una actividad de explicación y
transformación de la realidad social a partir de tres
métodos básico y dos auxiliares como la planificación y la
administración,
cuando
eso
está
precisamente
aconteciendo es que se produce el cataclismo social y
político, que revoluciona todas las estructura sociales de
América Latina y que se presenta tomando forma en la
Revolución Cubana y como las relaciones sociales
rutinarias y cotidianas comienzan a ser subvertidas de
manera constante y radical.
10
Al respecto, es pertinente señalar que esta modalidad metodologica, tiene
como origen la necesidad de EE.UU. de constituir un referente axiológico
respecto de la necesidad de una buena vida en las comunidades y pequeñas
ciudades del medio oeste norteamericano. Un ejemplo fílmico de larga
trayectoria en el cotidianeidad lo constituyo la serie de TV Falcón Crest, que
muestra la cotidianeidad de una pequeña ciudad Norteamericana, que
ostenta una apacible vida de clase media, con acceso a los recién entrenados
refrigeradores y radios, una de las metas de buena vida del New Deal de
Roosveelt.Este es el modelo que junto al desarrollismo EE. UU pretendió
importar como lo que hoy día se llamaría una “buena practica comunitaria”
En ese contexto, es que quisiéramos fijar la mirada en
nuestra clase de hoy. A manera de tesis, sostenemos de
manera preliminar que la cotidianidad de los grupos
sociales en Chile y en América Latina han sido
sometidos de manera reiterada a cambios profundos en
la manera de constituir sus relaciones sociales básicas,
que apuntan a la sobrevivencia de ellos en tanto grupos y
en tanto colectivos constituidos como sujetos sociales.
Es de suponer que toda sociedad y su sistema de
relaciones sociales aceptan cambios paulatinos en los
modos cotidianos de constituir sus rutinas sociales que
los organiza y los recrea como grupos sociales
participando y participantes de un todo. Sin embargo, si
fijamos la mirada en los últimos cincuenta años de la
situación nacional de Chile y en los cambios a las
cotidianidades de los grupos sociales, podemos
perfectamente deducir que estas alteraciones en la
cotidianidad, han acompañado de manera radical y
constitutiva a cada una de las generaciones, que
soportan la continuidad social generacional. Y
sospechamos que esta extremada variabilidad, somete a
cada nueva generación a la realización de procesos
inconclusos de socialización y resocializacion, con
perdidas crecientes de estabilidad identítaria.
Así, cada generación, para constituirse en grupo social
significativo en su medio social, encontrara dificultades
crecientes y acumulativas para adoptar una vida
cotidiana sugerente, significativa y estabilizadora de
procesos de reproducción social. En muchos casos,
existirán procesos abortados de incorporación de una
24
cotidianidad a sustentadora de proyectos personales y
colectivos, que pueden perfectamente explicar la
extremada debilidad y lasitud de proyectos de vida, con
las cuales sucesivas generaciones, se incorporan a la
matriz de las redes de relaciones sociales, que en
definitiva son constitutivas de los grupos humanos.
En esta perspectiva es que queremos mostrar un
resumen sintético de los hechos sociales y políticos que
a nivel de tales sociedades se constituyen como
referentes, y que a mi juicio son relevantes para explicar
los cambios acontecidos en la grupalidad social de Chile
en los últimos cincuenta años.
Permítaseme, entonces, imaginar un grafico con dos
coordenadas principales, con un eje vertical que señala
los periodos históricos y
que conforman tramas
conjuntivas de redes sociales de los últimos cincuenta
años y un eje vertical que arbitrariamente, definiría a
partir de cinco variables: teorías sociales, los hechos
políticos cotidianidad grupal y los modos comprensivos
que adoptará el trabajo social respecto de esos
aconteceres. Enumerare, un conjunto acotado de
nódulos relevantes, que mi juicio se constituyen en una
matriz bullente de impactos y significada con efectos
sistémicos hacia diferentes componentes del sistema
social y efectos decididamente sistémicos y holisticos.
25
26
MAPA CONCEPTUAL REFERENCIAL DE LA COTIDIANEIDAD
Teorías
Sociales.
Hechos
Políticos.
Teoría
Marginalidad
Teoría
Dependencia
Gobierno
DC
Gobierno
UP
Promoción
Popular
Políticas
Publicas.
Reforma
Agraria
Cotidiane
idad
Grupal
Autonomía Creciente
Confianza
Ayuda Mutua
Afectividad
Aprendizaje Participativo
Participación con Autonomía
Explicaci
ón
Metodolo
gica
Trabajo
Social
1960
Ley 16.880.
CORA
INDAP
JAP
Asentamientos.
Construcción de Metodologías
Participativas
Pugna y confrontación en TS.
Reconceptualización
Pedagogías liberadoras
1965
1970
1973
1980
Neoliberalismo
Consenso
Washington
Golpe de
Estado
Crecimiento con
Equidad
CEPAL
Transición
Democrática
Asistencialidad
Municipalización
Red social
Subsidiariedad
Contrarreforma Agraria
Rediseño Estado
Descentralización con
Subsidiariedad
Asistencialidad
Cuasi mercados de
Participación
Fosis
Fondos concursables
Dirección BM del
Desarrollo Social
Profim
Drogas
Microempresarios
Campesino
Programa Puente, etc.
Represión
Clientelismo Alcaldicio
Cooptación
Caudillismo
Clientelismo Político
Regresión Conservadora
Represión de TS
Comprometido
Recorte Planes de estudio.
Censura del marxismo
1985
1990
5 tendencias
Tecnocrática
Conservadora
Tecnocrática católica
Mixtura Indefinida
Post moderna
Tecnopolitica
2000
2005
27
28
MIGRACIÓN RURAL URBANA: éste un hecho
definitorio, con el cual comienza la década del 50 y que
comienza a redefinir la trama física de las ciudades en
América Latina. Contingentes progresivos de población
han comenzado a emigrar, por estimar que en la ciudad
se encuentran mejores condiciones de calidad de vida y
supuestamente estas condiciones están en los rebordes
de la ciudad capital o de la ciudad primada. Hacia alli se
encaminaron en la
crisis del año 30, sin tener
esperanza de hacer una buena vida en el campo. La
dispara desde esa fecha ha sido permanente y algunos
ya han encontrado un pequeño terreno donde levantar
un rancho Y ya eso, representa una cambio para la
familia de los ex campesinos, que cada vez más ven
restringidas su posibilidad de acceso a la tierra.
Dos fenómenos de grupalidad se evidencian en este
acontecimiento: uno el grupo que se abandona, la familia
campesina con sus ritos, costumbre, cotidianidad
religiosidad y capacidad intermitente de reproducción
social y de sobrevivencia y por otro lado, un fenómeno de
grupalidad emergente
de la familia constituida en
inmigrante interno como nueva construcción de
sociabilidad grupal para construir un sistema de
relaciones sociales que le permitan la sobrevivencia en el
medio desconocido de una ciudad que se empieza
construir desde los límites del borde de la trama urbana y
tocará de las ciudades.
Quizás en la matriz genética de la constitución social y
cultural de la grupalidad social popular, se encuentra
siempre presente el fenómeno trágico de la
desvinculación del campo como situación vivida como
resocializacion traumática. El recuerdo del campo de la
“sociabilidad buena quizás no sólo sea un recuerdo
bucólico, sino que al contrario, constituye un fenómeno
psicosocial de persistente arraigo para la comprensión de
la sociabilidad grupal de los grupos populares.
TEORÍA DE LA MARGINALIDAD
El fenómeno ante descrito, es que el que sirve de
“fenómeno social” para que el sacerdote jesuita Roger
Vekemans desarrolle una singular teoría para entender
ese cuadro social emergente y elabore una singular
teoría de migración de lo social y del fenómeno
migratorio antes dicho, bajo el concepto de teoría la
marginalidad.
La propia construcción de su teoría es producto de una
conjunción de eventos políticos y sociales que dan
cuenta de la manifiesta voluntad de la Iglesia Católica
por entrar a disputar la explicación y la comprensión de la
cuestión social de los años sesenta en Chile en América
Latina. Desde el Centro Bellarmino en Almirante Barroso
Mª 13 en Santiago de Chile, el padre Vekemans
establece relaciones privilegiadas para financiar sus
estudios con la República Federal Alemana por medio de
la Fundación Konrad Adenauer. Aglutina a la crema y
nata de la aristocracia católica, reclutando a los jóvenes
egresados del colegio san Ignacio de orientación jesuita,
y desarrollo un peculiar intento por entrar a competir por
la explicación de lo social en América Latina. Su principal
contendor, es a no dudarlo, la revolución cubana y la
29
irrupción de un supuesto comunismo. Esta teoría será
extraordinariamente prolífica para sustentar el principal
acto del gobierno demócrata cristiano, cuál fue su política
de promoción popular orientada a la visualización de los
pobladores urbanos como un nuevo sujeto social que
ostentando la categoría de marginal se constituye en la
base de apoyo orgánico social y político para la
estrategia de la revolución en libertad.
Es decir, la propuesta de Vekemans de los años sesenta,
es extraordinariamente inteligente desde un punto de
vista social y político. Desde un punto de vista social
identifica un fenómeno social emergente, le da nombre y
crea una estrategia de intervención técnica y política. En
el lugar de origen del fenómeno, es decir en el campo, se
hace parte de un ideal común de los técnicos
internacionales de la CEPAL: realizar la reforma Agraria
y en el lugar de destino de los emigrantes, los reconvierte
como sujeto poblador, poseedor de una marginalidad,
que adopta una participación pasiva o activa, según se
adhieran o no a las políticas de promoción popular de la
Consejeria Nacional de Promoción popular. En el campo,
este sujeto, es intermediado por la política pública de la
reforma agraria y es capaz de recrear nuevas relaciones
sociales y políticas. En la ciudad se desarrollará una
política de integración social de los supuestamente
marginados.
desarrollismo: emerge la idea de qué América Latina y
sus proyectos de desarrollo están hipotecados desde la
génesis misma del desenvolvimiento de capitalista
dependiente de los centros imperiales del comando de la
economía mundial. Theotonio Dos Santos señala de
manera contundente, que los esfuerzos que se han
estado realizando en América Latina, no tienen otro
destino que seguir alimentando las tasas internacionales
de plusvalía y que lejos del desarrollo lo que nos vamos
encontrando son cada día en relaciones de carácter más
dependiente hipotecado por el gran capital trasnacional.
REFORMA AGRARIA.
TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
El gobierno demócrata cristiano de Eduardo Freí,
impulsa de manera central por primera vez en América
Latina un proceso profundo de reforma agraria, en un
acuerdo que cursa todos los sectores políticos
nacionales. Desarrolla con precisión la idea que ha
venido planteando la Alianza para el Progreso y los
organismos internacionales desarrollo, en torno al
diagnóstico reiterado: esto es que los territorios rurales
latinoamericanos evidencian niveles deteriorados de
productividad y que sus relaciones son de carácter
tradicional y arcaico. Estas se caracterizan por la relación
desigual entre un hacendado y patrones de grandes
extensiones de terrenos improductivos y una gran
cantidad de campesinos sin acceso a la tenencia de la
tierra.
Aparecen el horizonte de las ciencias sociales
latinoamericanas un planteamiento crítico respecto al
Esa evidente contradicción está generando la fuerza
principal de las corrientes migratorias del campo a la
30
ciudad y por añadidura, está generando problemas
profundo de autosuficiencia alimentaría de vastas
poblaciones de asentamientos en América Latina. Ese
proceso será encabezado en Chile por Jacques
Chonchol, primero como director de la Corporación de la
Reforma Agraria y después como Ministro de Agricultura
de Salvador Allende. Este proceso tendrá una
importancia fundamental para la creación de políticas
públicas para el agro y que intervendrá de manera
determinante en las relaciones sociales cotidianas, tanto
de los territorios campesinos como de los territorios de
las instituciones públicas, que tendrán que hacerse cargo
de la implementación de un proceso de desarrollo social
ligado a la agricultura
social.
El trabajo social será demandado por esta
institucionalidad emergente y tendrá que hacerse cargo,
junto a otros profesionales de las ciencias sociales, de no
sólo explicar la realidad social del campo y su relación
sistémica con la problemática del conjunto de América
Latina, sino que también deberá proponer la creación y la
sistematización de un modo de acción profesional acorde
las circunstancias, en una situación altamente inédita:
como colaborar a una política de transformación radical
de las relaciones sociales en el cambio, y orientarla al
desarrollo de procesos educativos y organizativos de
sectores sociales campesinos, deprimido por centenares
de año de relaciones de tipo servil y clientelar. El
principal camino de búsqueda se orienta en torno a la
propuesta educativa de Paulo Freire y a la necesidad de
incorporar una fuerte orientación educativa al Trabajo
Social para actuar en situaciones de transformación
Para este
efecto se redacta la
ley Nº 16.880
denominada de Juntas de vecinos y demás
organizaciones comunitarias, que pretendía construir
organización social vecinal con la vasta variedad de
procesos
participativos,
que
los
denominados
pobladores habían comenzado a desarrollar desde
principios del siglo veinte. Esta ley establecerá una
estructura
organizativa
sobre
las
informalidad
organizativa y lo hará como regulador jurídico de la
relaciones participativas y cotidianas de grupo sociales
diversos en la interioridad de de las poblaciones, villa y
tomas de terrenos, que forman parte del paisaje urbano
popular de la década del 60.
LEY DE JUNTA DE VECINOS
ORGANIZACIONES COMUNITARIAS
Y
DEMÁS
Si la reforma agraria se proponía para el punto de origen
de la corriente migratoria rural urbana, el proceso social
iniciado por el gobierno demócrata cristiano impulso el
desarrollo de procesos participativos, en el punto de
llegada de la corriente migratoria, bajo la forma de
sucesivas capas concéntricas que pobladores que
comenzaban a asentarse en los bordes de la ciudad
metropolitana.
Desde el punto de vista la sociabilidad popular, los
procesos de agrupamiento comenzarán a regirse por
esta normativa y marcarán definitoriamente una cierta
31
cultura popular organizativa, mediante una topografía
organizativa que determinará el modo de relacionamiento
y de entendimiento de la participación social en el interior
de las organizaciones comunitarias. Este es un dato no
menor, por cuanto la ley proveniente del Estado y
constituida en política pública, entrará a acondicionar el
modo cotidiano de cómo se reproducen la
organizaciones sociales y los procesos participativos en
ésa época.
Algunos autores señalarán que el hecho jurídico de la
ley, en éste período, encapsula, restringe y normativiza la
impulsividad de libre asociatividad del bajo pueblo. Para
algunos, esta es una de las principales formas de
gobernabilidad y control que el Estado comienza a
desarrollar sobre su cinturón de pobladores urbanos y en
clara oposición a la fuerza participativa proveniente de un
capital social acumulado por parte de los pobladores,
tanto proveniente de su historia social campesina, tanto
proveniente de su historial participativo reproductivo
social, orientado a la sobrevivencia en el medio extraño
de la ciudad urbana
GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR DE SALVADOR
ALLENDE.
Desde la relación que queremos establecer entre los
hechos sociales y políticos y la cotidianeidad de los
grupos populares, debemos destacar que los tres años
del gobierno de salvador Allende significaron un
momento culminante de desarrollo y creación de nuevas
relaciones sociales en los diferentes ámbitos de la vida
cotidiana nacional. Las anormalidades de las relaciones
sociales estallaban en lo múltiples espacios territoriales y
temáticos y los tensionados vientos de contradicción
social y política hacían evidente, que se estaba viviendo
un proceso orientado a producir cambios de
transformación profunda en las relaciones sociales del
país. La sociabilidad de los grupos populares, del campo
y de la ciudad, adquieren nuevas fisonomías y se asiste
a una suerte de explosión de nuevos liderazgos, basados
en atributos ligados al acontecer político y social. Las
claves comunicativas al interior de los grupos, dan
cuenta de la necesidad que tienen éstos, de hacerse
cargo de las transformaciones que están aconteciendo
en su vida cotidiana.
En el campo, la nueva organización campesina, pasa
hacerse cargo de la productividad de los fundos
expropiados, marca acontecimientos sociales relevantes.
En la ciudad, la necesidad de tener y construir una casa
propia, regula la sociabilidad de los pobladores con los
aparatos estatales, encargados de satisfacer las
necesidades de vivienda. Pero también y conforme
avanza el proceso de tensionamiento de las relaciones
sociales y políticas, surgen otras entidades que
organizan la sociabilidad popular en torno a la
sobrevivencia y en torno a la satisfacción de las
necesidades de consumo básico. Aparecen así las
denominada JAP, Junta de Abastecimiento y Precios,
que por un período breve de tiempo hasta el año 1973,
redefinirán el paisaje organizativo de las poblaciones
populares en Santiago. En esos terrenos nuevos, de
práctica social y política, el trabajo social se ve obligado
32
a imaginar el desarrollo de estrategias o modelos, que lo
acerquen a una metodología de intervención pertinente y
legitima para los sujetos sociales y para los niveles de
autoexplicación profesional del trabajo Social.
No esta claro de todo, si el Trabajo Social Chileno, tuvo
oportunidad y tiempo para poder sistematizar y elaborar
estrategia metodológicas profesionales, para hacerse
cargo de los tiempos de profunda transformación en los
cuales les tuvo que actuar. Es probable que las hojas de
pequeñas sistematizaciones, en cada institución pública
hayan sido barridas por el vendaval del fascismo. No lo
sabemos. Lo que sí está claro es que fue un campo rico
de creación.
Se hace evidente que la variabilidad permanente de la
realidad social, implica una variabilidad permanente
también de los procesos metodológicos, con los cuales el
trabajo social, como disciplina entiende su propia práctica
profesional. Es el tiempo, en que desde los lugares más
conservadores de la profesión se enarbolan críticas al
activismo práctico, al activismo político o a la desviación
acritica respecto de la asimilación de la profesión a
prácticas para-estatales de mero impulso y cuasi
propaganda de políticas públicas, etc. etc. Es probable
que muchas de esas críticas, pudieran tener bastante
sentido. Lamentablemente no hubo tiempo para discutir
analizar y reflexionar. El golpe militar arrasó a sangre y
fuego las opciones participativas abiertas en ese periodo
y el desarrollo embrionario de nuevas prácticas sociales
en el año 1973.
EFECTOS PARA LA CONSTITUCION DEL TRABAJO
SOCIAL.
Los efectos hacia la estructura social y hacia el Estado
son evidentes. Las políticas públicas son constitutivas y
constituyentes de nuevas institucionalidades y regulación
jurídica, que hacen posible que se hagan viables estos
procesos de desarrollo. Por otro lado, existirán efectos
hacia los propios sujetos que se ven involucrados,
conscientes o no de la matriz de las dinámicas sociales.
Ese podría ser
el caso de variadas cohortes de
profesionales del Trabajo social que comienzan a
participar en estas nuevas dinámicas de relaciones
sociales.
Estos profesionales, en este contexto, estarán
demandados por la necesidad de una práctica social
orientada al desarrollo de grupos y comunidades y no tan
sólo en torno a una atención social de caso. La
metodología del trabajo social será demandada para
proveer de instrumental metodológico para hacer
operable las políticas públicas de desarrollo social y de
reforma agraria, en un contexto nuevo de transformación
social y emergencia de un sujeto social popular, lejano
de aquella clase obrera tradicional, que el asistente
social había aprendido a conocer por medio de los
sindicatos de la Empresa Keynesiana, protegida por el
Estado y soporte estructural de las políticas desarrollistas
y de sustitución de importaciones.
Pero ya no era la transformación social desarrollista, la
que requería de
centenares de
profesionales
33
universitarios, provenientes de las emergentes ciencias
sociales, sino que eran intensos procesos de
movilización social y popular que demandaban nuevos
requerimientos metodológicos y de organización social:
la organización social de grupos de la educación popular,
de la alfabetización, de la transferencia tecnológica, de
alfabetización , de cogestión de empresas, de
asentamientos campesinos o de organización de la
distribución de alimentos. Es decir, el paso de una
Política de Promoción Popular contenida bajo estrictas
prácticas clientelares del gobierno demócrata cristiano se
pasa a la acción más o menos autonómica de
campesinos movilizados en torno a la toma de terrenos o
estudiantes y académicos imbuidos de la idea de una
nueva universidad por medio de una reforma profunda de
la universidad.
El concilio Vaticano segundo ha establecido una reforma
profunda de la Iglesia Católica. En las masas populares y
campesinas en América Latina, comienzan a ser
seducidas por la idea de una iglesia popular de
orientación popular. Las catedrales de las principales
ciudades de América Latina en Santiago son escenarios
de disputas entre una iglesia conservadora y una nueva,
que enarbola la teología de la liberación.
En este escenario, el Trabajo Social, nuevamente se ve
desafiado a abandonar las recién incorporadas teorías en
desarrollistas para América Latina y de sus
consecuencias utilitarias para sus modos concretos de
operación de las políticas públicas y tener que
rápidamente elaborar, soportes teórico explicativos y de
operación de los “nuevo”, de cara a los acontecimientos
que se estaban sucediendo. Y ello acontece en un
período de efervescencia universitaria, que conduce
finalmente a la reforma universitaria del 68 en la
Universidad de Chile y en la Universidad Católica.
La Escuela de Servicio Social de la Universidad de Chile,
había comenzado a desarrollar procesos contestarlos
por allá los años 60 y por tanto, ya había tenido tiempo
para realizar reiterados debates respecto de la cuestión
social del momento. Ello dividía a los sectores
profesionales y colocaba reiterada y cuestionadoramente
los fundamentos, objetivos e identidad de la profesión en
esos nuevos contextos. Ello alimenta distintos tipos de
sociabilidad grupal al interior del trabajo social, que
reproduce también en su interior las intensas
confrontaciones sociales y políticas del momento, que
rápidamente derivan en emergentes propuestas políticas
para entender la profesión. No sólo es la disputa entre lo
viejo y lo nuevo, entre los innovadores y los
conservadores, sino que al calor del proceso de la
discusión de los tiempos que recorren América Latina y
al calor de la discusión de “Que Hacer “con la
universidad en proceso de reforma. También se discuten
las distintas propuestas, mediante las cuales el trabajo
social se constituye a si misma en profesión, en medio
de intensos procesos de movilización social.
Es decir, en el imaginario de ese Trabajo Social, se tiene
presente que se debe responder a la demanda que se
realiza desde el Estado y desde la Sociedad, para
acompañar los procesos de transformación social.
34
Entonces no sólo será una disputa entre los
reconceptualizadores y los conservadores, sino que
la riqueza de la discusión apunta en dos direcciones
fundamentales a las cuales, adhiere un número no menor
de trabajadores sociales en ese momento: Una orientada
a mantener la propuesta desarrollista de desarrollo social
con orden y en el marco del desarrollo capitalista. Y por
otro lado, una tendencia que se hace parte de la
explicación que entiende que el desarrollo de América
latina es inviable en el marco de las relaciones de
dependencia con centros hegemónicos del capitalismo a
nivel mundial.
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Chile: Tramas y Periodos, documento
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Gobierno autoritario.
Conclusiones tentativas sobre democracias
inciertas, Editorial Paidos, Buenos Aires.
35
CAPITULO IV
CHILE: 30 AÑOS DE TRABAJO SOCIAL ,1973- 2003,
NOTAS PARA LA OTRA HISTORIA.
Parte I BORRADOR
Con el golpe militar en Chile el año 1973 el trabajo social
enfrenta desde un ámbito particular profesional, la crisis
general del país, que es una crisis política institucional
social. Todo el proceso que hemos señalado, se
caracteriza `por una creciente enfrentamiento de
posturas y propuestas, que atraviesan también el ámbito
político y que desde la reconceptualización, quedaron
resueltas de manera violenta con el golpe militar. La
dictadura implementa su política de represión del
enemigo interno y dedica particular esfuerzo a neutralizar
los focos de rebelión e insurrección en las
universidades. En particular de aquellas escuelas de las
ciencias sociales, que habían desarrollado una especial
actividad de involucramiento en el desarrollo social del
país, dentro de las propuestas del gobierno de Salvador
Allende. Destacan las Escuelas de Trabajo Social. Hacia
ellas entonces se dirigen las acciones represivas. Estas
Escuelas habían desarrollado múltiples proyectos de
vinculación con pobladores, campesinos y sindicatos
obreros e intervenían bajo diferentes modalidades en los
nuevos campos de participación en el proceso de
transformación social, impulsado desde el gobierno de la
Unidad Popular hacia en los diferentes territorios y
sectores del país.
La discusión más teórica y analítica, había quedado
pospuesta o bien se asumía desde los grandes
planteamientos generales que había efectuado la
reconceptualización. La Escuela Trabajo Social, al igual
que el conjunto de las universidades, se encontraba en
proceso de profundas reformas y reestructuración. Y en
ese contexto, los trabajadores sociales participaban de
su vinculación con los sectores sociales y populares y se
asumía el compromiso político muchas veces como parte
indumentaria inherente a la profesión. Con el golpe
militar ese proceso se ve abruptamente interrumpido,
perseguido y reprimido. Todas las Escuelas de Trabajo
Social del país son cerradas y se declara una atenta
mirada evaluadora a los alumnos y profesores. La
Universidades son intervenidas y lo más dispares e
histórico personajes, con uniforme o sin uniforme,
comienzan a ser impuesto como “Rectores Delegados”.
Por ejemplo al intervenir la Universidad de Concepción,
el régimen militar impone a un capitán de navío en
retiro, que hasta septiembre de 1973, se desempeñaba
como encargado del economato de la Universidad.
Profesores ayudantes, pero proclives al régimen militar,
asumen las direcciones de la Escuela y la totalidad de los
profesores de izquierda son despedidos y perseguidos.
La totalidad de los profesores vinculados a la democracia
cristiana, tratan de pasar desapercibidos.
Algunos
manifiestan su más ferviente apoyo a la dictadura.
En ese contexto, en el año 1974, sólo una Escuela
Trabajo Social, recibe una nueva promoción. Se trata
la escuela de Servicio Social de la Universidad
Concepción, que recibe la demanda nacional
de
de
de
de
36
alumnos. Esta alcanza a un número de 180 en el primer
año. A partir del año 1974, las Escuelas, comienzan a
establecer una relativa normalidad en sus procesos
docentes. Se intervienen sus planes de estudio y se
excluye cualquier referencia al marxismo o mención a
materias que estuvieran cercanas a establecer una
crítica social. Todas ellas son desalojadas de la malla
curricular y el tono general que éstas adoptan es una
vuelta a un planteo tecnocrático desarrollista, que en
muchos casos significa un renacimiento de las
tradicionales posturas existencialistas, que habían sido
arrinconadas, combatidas y desechadas en el periodo de
la reconceptualización.
La Formación Autoritaria en Trabajo Social.
Desde el año 1974 en adelante, sucesivas generaciones,
entonces, estarán siendo formados con una malla
curricular, orientada a la más profunda funcionalidad del
trabajo social, con respecto al sistema y al modelo
capitalista. Estableciendo esta relación, una aceptación
sin cuestionamientos del modelo y solo desarrollando
una discursiva preocupación por la operatividad de las
metodologías y por la eficiencia y eficacia de los
métodos, que deberán asegurar “objetividad, deberán ser
técnicos y neutros”. En ese contexto, los Trabajadores
Sociales deberán operar en una realidad social explicada
desde el autoritarismo curricular de las Universidades y
desde el miedo imperante en la sociedad. No habrá, en
consecuencia, ningún cuestionamiento a la postura
epistemológica ni menos a la relación dependiente con el
positivismo metodológico de la sociología oficial y de la
psicología social.
Hay que decir, que un
proceso de similares
características estará aconteciendo en el resto de las
ciencias sociales. En particular desde la sociología, se
apoya al trabajo social con una fundamentación teórica
preñada del positivismo tecnocrático. Ese ambiente
invade las escuelas de trabajo social, que en no pocos
casos, mostraban una situación de dependencia de la
disciplina respecto de las ciencias sociales como la
sociología o la psicología. Tal dependencia se
profundizaba en una actitud dependiente, a menudo
obsecuente, que marchaba paralelo al proceso de
desmantelamiento teórico que había acontecido en el
trabajo social en 1973. En otras palabras, no había
nadie en el trabajo social chileno que pudiera pensar,
actuar y reflexionar desde la postura planteada en la
reconceptualización.
Durante mucho tiempo existió
miedo físico a expresar posturas distintas y los que
habían estado reflexionando la realidad del trabajo social
en Chile hasta 1973 (Vicente de Paula Faleiros, Luís
Araneda, Herman Krusse y otros) tienen que huir del país
por distintos caminos clandestinos, asilarse e ingresar al
largo camino el exilio.
Desde 1973, en forma tímida, comienzan, lentamente, a
reabrirse algunas Escuelas de Trabajo Social.
Se
produce en buenas cuentas desde el punto de vista
teórico, un proceso de involución de las posturas más
democráticas y progresistas del trabajo social en Chile.
Hecho que no consigue ser ocultado, por la presencia
regular de la Revista de Trabajo Social, de la Escuela de
37
Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de
Chile, reducto demócrata cristiano, que consigue
negociar su permanencia en el interior de la universidad.
Desde 1973 hasta mediados de la década de los
ochenta, sus artículos eludirán olímpicamente el
tratamiento de cualquier temática quien diga relación con
el proceso de crisis social que acontece en el país. La
mirada de esta revista estará puesta en el individuo y en
la familia, con un planteamiento metodológico
tecnocratista, neutro y carente de postura crítica.
En definitiva, a mediados de los ochenta, la situación del
Trabajo Social en Chile, se puede resumir como la de un
Trabajo Social, que se forma con las claves teórica
metodológica de lo años 67, con dependencia al
positivismo metodológico de la sociología Parsoniana y
con una gran influencia de la psicología clínica y de la
psicología social, de aquella especialmente referida al
trabajo de pequeño grupo. Tanto, desde la Escuelas de
Trabajo Social que están funcionando, como desde la
organización gremial del Colegio de Asistentes Sociales
de Chile, se mantiene hasta 1980 una actitud
complaciente, de relativa tranquilidad moral y de
aceptación de la dictadura militar, en tanto esta había
devuelto la tranquilidad país, que había estado
amenazada por el marxismo foráneo. Marxismo que
había penetrado de manera antinatural, las vertientes
profundas del Trabajo Social en Chile. Es decir, también
en el trabajo social había aparecido un enemigo interno y
ese enemigo interno, además de ser marxista,, era un
desadaptado social, cuando no locos revoltosos, que
representaban algo extraño al espíritu de la Escuela
Doctor Alejandro del Río, fundada en Santiago de Chile
en 1925, a impulsos de la buena voluntad de la
oligarquía nacional. Siendo el trabajo social también
parte de la guerra fría, también había aparecido un
enemigo interno, entonces, lo que le ocurriera a los
asistentes sociales detenidos y desaparecidos hasta esa
fecha, era, en opinión del trabajo social dominante de la
época, una cuestión que se la tenían merecida. Al
respecto, citemos una amplia declaración, que una
delegación oficial del Colegio de Asistentes Sociales de
Chile, presentaba al Congreso Mundial de de la FITS,
Brighton, Inglaterra
“…en relación a la situación de Asistentes Sociales
supuestamente desaparecidos, solo podemos señalar
que en uno de los casos, aquí aludido, se trata de una
alumna de trabajo social, que permanente exhibía un
comportamiento desquiciado…”
Solamente digamos, a confesión de partes, relevo de
pruebas. Un sector del trabajo social en Chile, desde
1973, optó por el silencio, y no estableció una postura
que defendiera la vida de muchos estudiantes y
trabajadores sociales. Se dice que en esos tiempos, no
se pudo hacer nada. La historia del trabajo social,
señalará que en el periodo 1973 1980, no hubo ningún
recurso amparo avalado por el Colegio de Asistentes
Sociales o por alguna Escuela de Trabajo Social, que
defendiera los derechos de algunos de sus estudiantes
amenazados en su vida. Muchos de ellos representan
hoy día la larga lista de detenidos desaparecidos.
38
La pérdida de la categoría Universitaria de la Carrera.
En el año 1981, a pesar de la obsecuencia de las
Escuela de Trabajo Social y a la actitud complaciente del
Colegio de Asistente Sociales, no existe por parte de la
dictadura un tratamiento diferenciado hacia este trabajo
social genuflexivo. Al contrario, en el marco de las
modernizaciones del país, el régimen militar plantea una
reforma universitaria que le quita el carácter universitario
a la carrera de trabajo social siempre paralelo postula la
libre a sociabilidad de los profesionales en Chile bajo la
fórmula de las asociaciones gremiales.
Estos dos
hechos, provocan la activación de profesionales
democráticos que encuentran en la primera elección del
colegio asistente social de Chile, una oportunidad para
poder establecer un espacio de resistencia. Se convoca
a todos los profesionales a oponerse a las reformas, que
quitan el carácter de universitaria a mucha carreras y la
regulación ética a las profesiones, por parte de los
colegio profesionales. Desde ese momento, ya no
existirá, nunca más la posibilidad de regular el
comportamiento ético de los profesionales en Chile por
parte de los colegios profesionales y menos aún podrán
ejercer algún
tipo de regulación respecto de los
contenidos de las mallas curriculares de las escuelas de
trabajo social.
La extrema liberalidad, será el eficaz aliado del peso de
la noche de la dictadura en el trabajo social chileno. Tal
situación provocará, a la larga, la reacción social y
política de grupos de profesionales hasta esos entonces
acallados y silenciados. A este proceso se incorporarán
no pocos estudiantes que han sufrido proceso de
enseñanza escolástica y de mallas curriculares
mediocres. Todos ellos convergerán al proceso de
descontento que se inaugura en el país en el año 1982, a
partir de la realización de la primera marcha del hambre.
Estos profesionales, convocan a la organización de una
agrupación de asistentes sociales democráticos, que en
el año 1983 decide plantearse la plena democratización
del Colegio de Asistentes Sociales de Chile. Por primera
vez, después de mucho tiempo, se vuelve a replantear
los temas que habían quedado pendiente con la
reconceptualización.
La Toma de la Silva Henríquez: convergencia
Trabajadores Sociales y movimiento de Pobladores.
Corre el año 1983, y en plena dictadura se produce la
toma masiva por parte de pobladores del sector sur de la
comuna de la Pintana y se constituye la población Raúl
Silva Henríquez. Los asistentes sociales de esta
agrupación, desarrollan una acción masiva de asesoría
técnica al movimiento de pobladores y con este paso, los
hilos rotos de la historia se anulan de nuevo y se
recompone la historicidad que había quedado trunca en
el año 1983. De manera pública, se muestra el proceso
de reconstitución, que un sector del Trabajo Social, había
venido haciendo en las ONG y en la Vicaria de la
Solidaridad, en términos de desarrollar un Trabajo Social
alternativo. Alternativo al oficialismo.
Pero estas acciones no están ajenas al conjunto de la
lucha que comienzan a desarrollar los profesionales por
39
recuperar su organización gremial. Esta agrupación, que
consigue finalmente acceder al Colegio, también se
incorpora a la primera gran organización antidictadura: la
Asamblea de la Civilidad.
Desde allí, y bajo la
conducción del Colegio Médico, el conjunto de los
Colegios Profesionales democratizados en plena
dictadura, convocan al pueblo de Chile, a una serie
sucesiva de manifestaciones y de procesos de creciente
desobediencia civil: Los trabajadores del cobre convocan
al primer cacerolazo del mes de mayo de 1983. Desde
ahí y por cerca de tres años hasta el año 1986, el país
experimenta
un
ascenso
significativo
de
las
manifestaciones antidictadura.
El Diagnostico del Trabajo Social en Dictadura.
Este es el contexto en el cual, se desenvuelve el trabajo
social, proveniente de los sectores de resistencia de la
sociedad y
en el se movilizan
los estudiantes
universitarios
que
recomponen el movimiento
estudiantil. Se desarrolla una actitud crítica respecto del
Estado de formación y profesionalización del trabajo
social en Chile. El diagnóstico es de un sucesivo
deterioro de los procesos de formación. De la nula
capacidad de sistematización y teorización que exhibe el
trabajo social y que da como resultado, que se
experimente una violenta ruptura con los procesos que
se habían estado desarrollando hasta 1973.
El diagnóstico que realizan los grupos más progresistas
del trabajo social en Chile, señala ha habido un proceso
de involución en los procesos de profesionalización y
formación de actitud critica respecto del acontecer social.
Y siendo indudablemente responsabilidad global general
de la dictadura militar, se señala que no es menos cierto,
que la actitud complaciente de las Escuelas de Trabajo
Social y de la dirigencia tradicional de la organización
gremial, contribuyeron por acción o por omisión, al
deterioro del trabajo social en Chile.
Al respecto se dirá en esa época, que no sólo se deforma
sino que se ocultan los procesos de teorización que
están aconteciendo en el resto de América Latina. En
esas condiciones, es que la dirigencia del Agrupación de
Asistentes Sociales Democrático y el Colegio de
Asistentes Sociales ya democratizado, plantea la
realización del IV congreso de trabajo social en Chile
IV Congreso de Trabajo Social en Chile.
A mediados de 1986, el Consejo Nacional declaró al
colegio de asistentes sociales, en estado de congreso
llamando “a movilizar el máximo de recursos y
voluntades en un debate profesional en torno a materias
que respondan a las dudas y cuestionamientos
planteados y generar alternativas de acción futura "
11planteando el objetivo de iniciar un debate acerca de la
realidad socioeconómica del país, la realidad profesional
gremial y la respuesta del Servicio Social profesional en
la coyuntura.
11
Convocatoria al IV Congreso de Trabajo Social en Chile, a realizarse en
Valparaíso
40
Bajo estas condiciones políticas y sociales, se realizan
los primeros congresos regionales, en las ciudades de,
Concepción, Temuco, Osorno y Puerto Montt, durante el
mes de agosto de 1986, permitiendo a los asistentes
sociales de esas ciudades, el análisis de la coyuntura, y
concluyendo en el compromiso de impulsar la
concertación social a través de la federación de colegio
profesionales y asamblea de la civilidad regional.
Mediante este mecanismo, se plantea que congregar al
trabajo social para discutir y analizar el presente y futuro
de la profesión, es importante y necesario y que hacerlo
bajo dictadura y en estado de sitio lo convierte además,
en una manifestación de la voluntad de cambio del actual
situación .Se señala que se afronta así la relativa
dispersión organizacional y conceptual del trabajo social
chileno.