Download INTRODUCCIÓN

Document related concepts

Dislalia wikipedia , lookup

Trastorno del procesamiento auditivo wikipedia , lookup

Pérdida de audición wikipedia , lookup

Dificultades en el aprendizaje wikipedia , lookup

Disartria wikipedia , lookup

Transcript
INTRODUCCIÓN
En este artículo se hará un intento por diferenciar conceptos sobre
Dislalia, Disartria, Dispraxia, Retraso en el Desarrollo del Habla y del
Lenguaje.
Ante toda duda, es necesario realizar una evaluación transdisciplinaria
de todos los usuarios que presenten alguna de estas alteraciones,
orientada por el Terapeuta del Lenguaje, Fonoaudiólogo o
Psicopedagógo. Esto permitirá dilucidar las características del
trastorno, diseñar el plan individual / familiar de intervención
terapéutica y enseñársele a los padres, de manera práctica, cómo
estimular a sus hijos integral e integradamente en todas las esferas de
su desarrollo.
Ha de notarse que los prefijos como "dis" tratan de establecer
parámetros clínico – patológicos (criterios de enfermedad) a hechos
que muchas veces son solo producto del normal desarrollo de la
persona, o no son tan graves como podría pensarse.
El profesional debe ser cuidadoso al emitir estos diagnósticos, ya que
producen generalmente miedo y preocupación a los padres de familia.
Es mejor hacer una explicación sencilla sobre su caracterización y la
manera de abordarlo desde el hogar y la consulta.
De otro lado, es necesario comprender que los trastornos
comunicativos no pueden seguir teniendo una connotación de
enfermedades, sino de eventos que afectan el bienestar psico – social
de la persona. Esto permite ubicar al Terapeuta del Lenguaje,
Fonoaudiólogo o Logopeda como un profesional de las Ciencias
Humanas y no en el campo médico o clínico – asistencialista.
LENGUAJE Y DISCURSO ORAL
Las tres funciones neuropsicológicas básicas del ser humano son:
Praxias, Gnosias y Lenguaje. La aparición de éstas, parte de la
capacidad que tiene el ser humano para aprender y son a la vez las
fuentes fundamentales para continuar aprendiendo. La adquisición y el
perfeccionamiento del lenguaje, están estrechamente asociados con la
evolución del movimiento. Cada pequeño traslado o cambio de
posición de nuestro cuerpo, no solo trae consigo todo un mensaje,
sino que también contribuye a que las estructuras anatómicas
encargadas de la aparición del habla, cumplan su función.
Entre las características más fascinantes de nuestro cerebro se
destaca su capacidad para modificar constantemente su propia
función en respuesta a las experiencias, que se presentan de segundo
a segundo. Es decir, la posibilidad de recordar y aprender. El
aprendizaje hace referencia a los procesos por medio de los cuales
adquirimos nuevo conocimiento acerca de los sucesos del mundo que
nos rodea.
El proceso funcional de aprendizaje debe tener la capacidad para
recibir, codificar, almacenar, evocar, relacionar, analizar y manejar la
información, de manera que pueda surgir desde dentro el
razonamiento, la correlación, la idea.
Para recibir información, la atención juega un papel clave. En la misma
se distinguen tres factores básicos: a) el estado de activación, alerta o
vigilia (encendido del sistema); b) la detección del estímulo
(mecanismos por los cuales se identifica la entrada de una señal); y c)
la orientación hacia él (respuesta motora en la búsqueda del estímulo).
Después de la detección del estímulo, debemos reconocerlo y
discriminarlo. Es decir, saber de dónde proviene, definir su tipo:
gustativo, olfativo, auditivo, visual, propioceptivo, interioceptivo, etc. y
comprenderlo. En esto consiste la Gnosia: es el reconocimiento del
estímulo con base en la información que ya se tiene y el contraste con
otros estímulos, para diferenciarlo. Así, se pueden definir Gnosias
simples como el color y Gnosias complejas, como el reconocimiento
de una palabra en un idioma determinado.
La Gnosia puede ir al tiempo u ocasionar una Praxia. Es decir, la
planificación de un movimiento coordinado desde el cerebro para
realizar una acción determinada. Hay Praxias simples, como indicar o
mover un dedo, hasta Praxias tan complejas como expresar una
oración hablada o escrita.
El Lenguaje, a su vez, necesita de Gnosias y Praxias para su
realización. Como facultad de la mente humana implica la capacidad
para codificar o descodificar un mensaje, mediante mecanismos que
permitan transformar ideas, emociones y conceptos en Praxias, previo
el reconocimiento de los estímulos internos y externos que nos
inducen a la comunicación. Tal facultad se operacionaliza o
implementa, mediante una estructura neuropsicológica conformada
por una red de alta complejidad de mecanismos y centros nerviosos
especializados genéticamente en:



la organización de la producción y el reconocimiento de las
cadenas sonoras del habla;
las reglas que gobiernan el ordenamiento secuencial de las
palabras en frases y oraciones;
y el sistema de significado que se adhiere a éstas, como
consecuencia de las experiencias cotidianas y la interacción
social del individuo en una variedad de situaciones
comunicativas.

Es importante señalar que los centros cerebrales relacionados con el
lenguaje se formaron y evolucionaron a medida que el hombre
necesitó una comunicación más eficaz para la supervivencia de la
especie y la tecnificación del trabajo.
Luria (1978) indica que el lenguaje se pudo originar en la actividad
productiva y surgió bajo la forma de movimientos manuales
abreviados que representaban ciertas actividades laborales y gestos
señalizadores mediante los cuales los humanos se comunicaban entre
sí. Sólo en el curso de un periodo histórico muy largo en el cual,
generación tras generación, fueron apareciendo dispositivos
neurológicos cada vez más especializados, se llegó a realizar la
disociación entre gesto y sonido.
Los sonidos que el hombre primitivo emitía reiteradamente en una
situación determinada provocaban una actividad analítico - sintética
diferenciada de los analizadores auditivo y fónico - motor. La
satisfacción de sus necesidades, posterior a tal conducta, reforzaba la
correspondiente reacción vocal, así como la adecuada imagen
acústica, afianzando en la corteza las asociaciones útiles (Spirkin,
1962).
Durante este proceso, se desarrolló un complejo código oral mediante
el cual era posible no sólo representar objetos separados, sino
abstraer la acción y la cualidad, categorizar a los objetos, representar
sus relaciones más complejas y transmitir sistemas globales de
conocimiento. El lenguaje, entonces, surge por la necesidad que tiene
el hombre de relacionarse con sus semejantes y explicar su acción en
el mundo.
Todas las estructuras cerebrales identificables están presentes desde
el nacimiento, pero el desarrollo de las células continúa,
incrementando la complejidad de la estructura dendrítica y
expandiendo sus conexiones con otras neuronas (DeConde, 1984),
según la estimulación que se proporcione al niño y una adecuada
nutrición.
DISLALIA
La DISLALIA, teóricamente, es una alteración funcional del habla,
caracterizada por omisiones, sustituciones o distorsiones de sonidos
dentro de las palabras. Los niños con “dislalia” presentan un retraso
significativo, respecto a otros individuos de su edad, en la adquisición
y maduración de los esquemas motrices del fonema y en la producción
de la palabra.
Como se decía arriba, una Praxia es la planificación de un movimiento
coordinado desde el cerebro para realizar una acción determinada. En
el caso de los sonidos del habla (que son Praxias complejas), estos
son aprendidos en la medida que los adultos u otros niños con mayor
dominio del idioma, son mediadores de tal proceso. En otras palabras,
hablar se aprende escuchando y hablando.
Las familias que tienen éxito en la adecuada estimulación del lenguaje
y el habla en sus hijo, seleccionan los niveles del discurso en función
de la capacidad del niño para entender el mensaje y no por su
habilidad para producirlo. Un discurso demasiado simple no motiva al
niño para aprender nuevo vocabulario o nuevas estructuras
gramaticales. Y el discurso demasiado complejo es difícil de
comprender. La emisión verbal ideal se compone de un 90% de
palabras y estructuras gramaticales que conoce el niño y un 10% de
nuevas palabras o estructuras.
Slobin (1973) encontró una serie de estrategias que se utilizan con
niños que presentan un desarrollo normal, para el aprendizaje de su
idioma. Una de las más importantes es que los adultos usan nuevas
formas (palabras) con viejas estructuras (gramática), o viejas formas
(palabras) con nuevas estructuras (características gramaticales).
¿Por qué se pone más atención a que los niños adquieran nuevas
palabras, hablen más claramente o usen enunciados más largos y no
en el mensaje? Cualquier persona, cuando no se le entiende, se siente
frustrada y reduce sus intentos por comunicarse. Si los interlocutores
corrigen siempre la forma de expresarse del niño, lo que éste aprende
es que dicha forma es más importante que su contenido. Hay que
moldear el discurso, más que corregir, repitiendo la forma adecuada
de las producciones poco inteligibles del niño, como al descuido, sólo
en determinados momentos.
La edad ideal para iniciar una terapia logopédica o del habla, formal, es
hacia los 4 años. Antes de ello, la familia, con una adecuada asesoría
por parte del Terapeuta del Lenguaje, Fonoaudiólogo o Logopeda,
puede ayudar al niño a superar el problema.
La intervención terapéutica debe ser específica para cada persona,
centrándose primero en los sonidos más relevantes para la
comprensión del discurso. El tratamiento debería concluirse antes de
la vinculación del niño a un programa escolar, para prevenir y evitar
dificultades en el aprendizaje de la lectura y en el proceso de
asociación fonema - grafema.
CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS
Algunos autores dividen esta entidad en los siguientes tipos:
1. 1. DISLALIA EVOLUTIVA. Se refiere a las fallas en la
pronunciación (articulación) de los sonidos del habla en los
niños más pequeños, como consecuencia del proceso normal de
aprendizaje de la lengua nacional, nativa o materna.
Consideramos que no debería hablarse aquí realmente de
Dislalia, pues si se trata de un proceso normal, ¿para qué
rotularlo como trastorno?
2. 2. DISLALIA AUDIÓGENA. Es la alteración en el habla como
consecuencia de pérdidas auditivas (hipoacusias, sorderas) o
desórdenes en la discriminación auditiva. Aquí la Dislalia sería
un síntoma y a la vez un resultado de tales trastornos auditivos.
Hay que tratar primero el problema auditivo.
3. 3. DISLALIA PSICÓGENA. Se tipifica como un trastorno del
habla que presentan generalmente las personas con retraso en
su desarrollo global, debido a la lentitud de su aprendizaje.
4. 4.
DISLALIA ORGÁNICA. Se genera como secuela de
malformaciones de las estructuras del mecanismo fono –
articulador del habla. Obviamente deben comenzar
solucionarse con la corrección de tales malformaciones.
a
AUDICIÓN Y HABLA
Uno de los elementos indispensables para los procesos normales de la
audición y el habla es el sonido. Este, en sí es una onda mecánica
longitudinal que se propaga a través del aire. Entre sus características
específicas se encuentran la frecuencia y la intensidad, que son objeto
de estudio de la acústica, una rama de la física (Cromer, 1978; Miller,
1979).
El oído humano en situaciones normales puede captar sonidos de una
frecuencia entre 16 y 20.000 ciclos por segundo (vibraciones dobles
por segundo o hertz), aunque es más sensible a las diferencias entre
un tono y otro cuando se hallan 50 dB (decibeles) por encima del
umbral de audición y en gama de los 500 a los 4.000 ciclos por
segundo (zona de la discriminación auditiva del habla). Entre mayor
sea el número de hertz (Hz) de la onda sonora, más agudo será el
sonido según la sensación subjetiva del individuo, y mayor será la
frecuencia.
Es de anotar que los sonidos del habla, al igual que todos los que se
producen en la naturaleza no son tonos puros, sino complejas mezclas
que se congregan en un espectro, por lo cual el oído debe ser capaz
no sólo de captarlos, sino de analizarlos y enviarlos al cerebro para
que éste identifique los mensajes que portan.
Para Cromer (1978), Di Nicola (1979) y otros, siguiendo un proceso
evolutivo, los órganos del hombre destinados primariamente a la
respiración y a la alimentación han desarrollado la función adicional de
proferir una rica sucesión de sonidos, cuyo uso es aprendido desde la
más temprana infancia y se utilizan simbólicamente con otras
personas que tienen la misma lengua y están en capacidad de
percibirlos y comprenderlos. Por esto, al habla se la conoce algunas
veces como “función superpuesta”.
Así, la producción de la expresión oral, en su fase mecánica, se divide
en dos etapas: la emisión de un sonido audible cuando las cuerdas
vocales vibran, produciendo una frecuencia fundamental (F0 = 125 - 250
Hz); y la constitución de un fonema concreto por medio de
modificaciones adaptativas del aparato articulador, el cual tiene
algunas estructuras que pueden cambiar de posición.
Según la concepción de Bloomfield (1933), los fonemas de una lengua
no son sonidos, sino conjuntos de rasgos sonoros que los
interlocutores se hallan adiestrados en producir y reconocer dentro de
la corriente sonora del habla. Esto ha sido comprobado por diferentes
autores, entre ellos Bailey (1983), para quien los diferentes fonemas se
distinguen acústicamente por la envoltura del espectro, y
particularmente por la frecuencia de los picos espectrales. Estos
surgen de las resonancias del tracto vocal y se denominan formantes,
identificados por medio de un número (f1, f2, f3, f4, etc.), siendo el
primer formante el de más baja frecuencia. Es decir, que el conjunto de
formantes (rasgos sonoros) conforma un espectro cuyo corpus o
envoltura es en sí lo que constituye el fonema.
Buena parte del problema del uso de la discriminación auditiva para
aprender a leer es una cuestión de desarrollo cognoscitivo. El ser
humano debe desarrollar el concepto de fonema como unidad del
sonido oral y el oído es capaz, entonces, de captarlo y discriminarlo
según este aspecto, su duración y el intervalo temporal entre la
aparición de éste y otro fonema contrastante.
Según la colega Analida Pitty de Arango (comunicación personal),
Audióloga de la Clínica Crespo, S.A. en los Consultorios Médicos
Paitilla y Fundadora del Programa de Detección Temprana de las
Pérdidas Auditivas en el Centro de Atención para el Desarrollo Infantil
del Centro de Especialidades Médicas en San Fernando., de Panamá:
“La primera justificación para realizar un Programa de Identificación
Temprana de Pérdidas Auditivas o Hipoacusias en los recién nacidos,
se relaciona directamente con el impacto que tiene este impedimento
sobre la adquisición y desarrollo del habla, del pensamiento-lenguaje,
de sus logros académicos y de su adaptación psicológica y social. El
objetivo de estos programas es prevenir y minimizar los efectos
adversos sobre la vida y el futuro de nuestros niños.
Hace ya algunos años, en muchos países de Europa y de América, se
vienen desarrollando programas para identificar, desde el nacimiento,
a los niños con algún tipo de pérdida auditiva. En algunos de estos
países, incluyendo al nuestro, estos programas se dirigen más al
estudio de los bebés con alto riesgo, es decir, que cuentan con
antecedentes que
nos hacen sospechar que se pueda haber
comprometido la correcta formación y desarrollo
anatómico y
fisiológico del bebé antes o durante el parto, que haya padecido
posteriormente de enfermedades que pudieron conllevar a alguna
pérdida auditiva y/o que cuente con historia familiar de pérdidas
auditivas.
Debido a esto, algunas veces se nos escapan niños cuyos
antecedentes no reportan ningún tipo de riesgo conocido, y que aún
así, llegan a presentar algún grado de pérdida auditiva o hipoacusia. A
través de los años, la experiencia nos ha demostrado que la edad
promedio para la detección de una hipoacusia oscila entre los 2 y los 4
años de edad, o en edades preescolares o escolares, generalmente
porque su lenguaje y/o su aprendizaje no se desarrolla
apropiadamente. Esto acarrea como consecuencia el retraso en el
establecimiento del diagnóstico y la adaptación de una prótesis
auditiva adecuada, que permita estimular los restos auditivos y la
iniciación de una terapia que apoye el desarrollo de las habilidades
deficitarias del niño hipoacúsico.
Las consecuencias de un impedimento auditivo pueden ser muchas y
dependerán del grado y tipo de la pérdida, de la edad en que se inicie
el tratamiento adecuado y de los métodos de reeducaciòn, los cuales
deberán ser constantes a través de los años de desarrollo del niño y
exigirán un trabajo en conjunto de los padres, médicos, terapeutas,
maestros y de todas las personas que pertenecen al ambiente que
rodea al niño. Estas consecuencias pueden abarcar desde leves hasta
severos compromisos tales como:
Retraso en la aparición y/o adquisición pobre del habla y del
lenguaje.
Retraso en el desarrollo del pensamiento-lenguaje.
Trastornos fonológicos y de pronunciación de los sonidos del
habla.
Irregularidades en las características de la voz.
Dificultades de atención- concentración secundarias.
Dificultades del aprendizaje escolar.
Dificultades en las adquisiciones de los aprendizajes superiores.
Dificultades en la adaptación psicológica y social.”
¿QUÉ HACER PARA PREVENIR LAS DISLALIAS?
1. 1. Asegurarse de que el niño no tiene una pérdida auditiva o
malformaciones en las estructuras del habla.
Los niños con pérdidas auditivas, sean permanentes o intermitentes
por un largo tiempo, no se benefician suficientemente de la
estimulación normal del lenguaje para mantenerse dentro de los
parámetros temporales normales para la adquisición de éste. Diversos
investigadores han reportado que el aprendizaje se retrasa en niños
con estas patologías (Eisen, 1962; Holm y Kunze, 1969; Kaplan,
Fleshman y Bender, 1973; Katz y Ullmer, 1972; Needleman, 1977). Esto
podría explicarse teniendo en cuenta los estudios de Werker (1982),
Werker, Gilbert, Humphrey y Tees (1981); Werker y Tees (1984) los
cuales han demostrado que durante la segunda parte del primer año,
los infantes pueden gradualmente perder capacidad para distinguir
contrastes sonoros no usados en su idioma nativo.
Imaginemos que en ese primer año el bebé ha presentado episodios de
otitis media. Obviamente escuchará el habla de manera distorsionada
y se conformarán engramas auditivo - articulatorios igualmente
distorsionados. Una vez tratada farmacológicamente y curada la otitis,
le será muy difícil al niño reestructurar esos engramas, según los
parámetros dados por el medio lingüístico circundante y se registrará
posiblemente un retraso en el desarrollo del lenguaje. Ya sabemos
cómo repercutiría tentativamente esto en la adquisición de la lecto escritura. De otro lado, la presencia de un agente extraño dentro del
oído medio podría ampliar la latencia entre la producción del sonido
por la fuente sonora y la recepción del mismo en el oído interno, lo
cual desequilibraría la asociación visuo - auditiva de la corriente del
habla y la percepción rítmica, que afectaría con seguridad el
aprendizaje del habla en una forma adecuada.
De otro lado, Stark (1988) estudió el desarrollo fonológico de 45 bebés,
con edades entre los 2 y los 18 meses, aparentemente normales de
acuerdo con los reportes del nacimiento y antecedentes pediátricos.
Ella examinó a 30 de éstos cuando estaban en segundo grado y
concluyó que las subsecuentes dificultades en la lectura podrían
predecirse sobre la base de la identificación temprana de un retraso en
el desarrollo fonológico. Sugirió que un significativo incremento en la
latencia del desarrollo de las habilidades motoras del habla debería
considerarse como predictor de la dificultad para la lectura. Broman,
Bien y Shaughnessy (1985) en una investigación sobre los niños con
bajos niveles de adquisición de la lectura notaron que éstos tienden a
presentar una historia de problemas en la producción e inteligibilidad
del habla, sugestiva de un retraso en la maduración del sistema
nervioso central.
2. 2. Las familias deben ofrecer a los niños experiencias
frecuentes y variadas fuera y dentro de casa.
Nelson (1985), demostró que los niños que gozaban de la oportunidad
de salir más a menudo de sus casas, tenían mayores niveles de
adquisición de lenguaje que otros niños. Las salidas y el cambio de
actividades rutinarias dentro del hogar, pueden generar diversas
experiencias que proporcionan tanto el contenido como la motivación
para compartirlas mediante el discurso.
El padre de familia actual, argumenta que "no tiene el tiempo" y / o la
formación necesaria para asumir su rol en un mundo cambiante. En el
hogar, la comunicación se limita a lo mínimo para la supervivencia o
solamente se produce información vaga, órdenes para realizar
acciones puntuales o expresiones con tendencia a castigar. Por lo
tanto, se genera cierto grado de deprivación sensorial producido por la
insuficiente calidad y cantidad de estímulos lingüísticos. Esta, a su
vez, genera una respuesta fisiológica alterada, y por lo tanto, un
trastorno en el desarrollo del sistema nervioso central que afecta la
adquisición del lenguaje.
La interacción de los padres con el niño, en el hogar, es el punto de
partida para su formación como sujeto social, capaz de comunicarse,
participar realmente y de acuerdo con sus posibilidades en el medio
social, cooperar, construir conocimientos y expresarse libre y
creadoramente. Educar en este contexto, supone facilitarle al niño
experiencias e instrumentos variados, cada vez más ricos y complejos,
para que construya aprendizajes realmente significativos, de acuerdo a
su nivel evolutivo y al contexto sociocultural en el que vive.
Durante el siglo XIX, y de modo más intenso en el siglo XX, se va
consolidando la relación del binomio juego y educación. El "aprender
jugando", se va apoderando de la realidad familiar y escolar. Podemos
encontrar las ideas de autores como Pestalozzi y Fröebel, los aportes
desde el campo de la educación especial de Montessori o Decroly, la
innovación metodológica propiciada por la Escuela Nueva y las
generadas a partir de la obras de Wallon y Vygotsky, entre otros.
Cada individuo, desde que nace, interactúa con un ambiente y tiene
una serie de experiencias que le permiten paulatinamente comprender,
valorar y prospectar su propia existencia. Posee unas características
que varían de acuerdo con el proceso evolutivo, las cuales están
determinadas por variables madurativas, hereditarias y heurísticas, lo
que representa un conocimiento del niño como individuo único e
irrepetible, que tiene unas potencialidades a aprovechar en el medio
circundante y susceptible al cambio, dada la permeabilidad en su
estructura psíquica.
El ambiente de y para la educación será todo el entorno que rodea a la
persona, sin necesidad de crear uno específicamente para este fin.
Corresponde a la familia el establecimiento de unas relaciones
reforzantes con el niño, la creación de un ambiente de estimulación
desde períodos tempranos del desarrollo lo que repercute
significativamente en la competencia social, desempeño intelectual e
independencia personal, entre otros. Se deben buscar las ocasiones
para jugar con el niño, ojalá en el suelo, con elementos manipulables
(animales, carros, muñecos, etc., de materiales durables). Se pueden
crear situaciones, moviendo los juguetes y narrando lo que está
pasando.
3. 3. El interlocutor se muestra entusiasmado por comunicarse.
A ninguno de nosotros se nos ocurriría hablar con alguien que no
parece interesado en lo que estamos diciendo. El interlocutor ayuda a
mantener el interés del niño por comunicarse, con sus respuestas,
comentarios y preguntas de final abierto, cuando es posible, con el fin
de permitir la ampliación en la longitud y profundidad del tema.
Trate de no hacer preguntas cerradas al niño; es decir aquellas que se
responden con un sí o un no. Recuerde que comunicarse no es pedirle
al niño que repita palabras. Es conversar.
Harris (1988) afirma que un rasgo central de cualquier intercambio
comunicativo es la expectativa de influir sobre otro individuo. Así, la
comunicación presupone una comprensión de lo que ciertas acciones
o sonidos pueden significar para otras personas y una decisión para
ejecutar aquellas acciones o sonidos, con el fin de evocar tales
significados.
La pregunta que surge, continúa el citado autor, es cómo los bebés y
los niños pequeños se hacen conscientes de su capacidad para
mantener interacciones sociales. Una solución al problema es pensar
que éstos desarrollan la intencionalidad como resultado de observar a
sus mayores responder ante sus acciones ejecutadas al azar,
calificándolas erradamente como si fueran intencionales (Ryan, 1974;
Shotter, 1975; Newson, 1979). En la misma forma, en una etapa
posterior, a las acciones particulares (por ejemplo, alcanzar un objeto)
se les puede atribuir un significado social especial y así tomar las
características de las mismas por gestos (es este caso, señalar).
ALGUNAS DIFERENCIAS BÁSICAS ENTRE
DISPRAXIA,
DISARTRIA, RDL Y RDH
TRASTORNO
DISPRAXIA DEL
HABLA
DISARTRIA
RETRASO DEL
LENGUAJE
RETRASO DE
HABLA
ORIGEN
Sistema Nervioso
Central
Sistema Nervioso
Central o Periférico
Psico - Social
Psico – Soci
Alteraciones en la
innervación de las
estructuras
articulatorias del
habla
CAUSAS
Desconocida
RACTERÍSTICAS Dificultades para la
producción de los
Prenatales,
Perinatales y
Postnatales
variadas.
Inadecuada
Estimulación en el
Hogar
Inadecuada
Estimulación e
Hogar
Híper o hipotonía Atraso significativo Atraso significa
de los músculos de en la aparición de en la producció
sonidos del habla y
su secuencia en
sílabas o palabras.
Errores
inconsistentes
los órganos fono –
articuladores
Alteraciones en la
respiración
fonación,
resonancia,
articulación y
prosodia.
etapas normales
del desarrollo del
lenguaje:
Balbuceo
Primera palabra
Frases
Oraciones
sonidos
específicos d
habla.
Errores
consistentes