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Esta ponencia para el III EREHNO es enviada por Adrián Alejandro Montiel González. 4to semestre de la licenciatura en Historia de la Universidad de Guadalajara, turno matutino. Tiene por titulo: ¿México en busca de su identidad? RESUMEN: La humanidad tiene hundidas sus raíces en el creciente fértil, donde surgió la civilización, y nos dotaron de rasgos hoy comunes a todos los seres humanos. Además, esta herencia asiática vino a desarrollarse en Europa, logrando avances cada vez más útiles. Todo el Oriente lejano, medio y próximo tuvieron focos civilizadores y de éste próximo oriente Europa tomó todo lo cultural, de aquí griegos y romanos. Las culturas orientales y las europeas no fueron las únicas de la antiguedad. En América se desarrollaban pueblos tan diversos unos de los otros, pero siempre abrazados por una cultura madre que les daban filiación. Comienza la andanza de lo que serán los pueblos mesoamericanos y andinos; y en concreto el pueblo mexica, el representativo de nuestro país, tuvo que pasar por diversas peregrinaciones, en ocasiones penosas, y lo más importante, que siguieron su camino sabiéndose poseedores de un grandioso destino. El desarrollo mexica se vio interrumpido por la conquista española. De ahí en adelante el imperio mexica debería vivir bajo las órdenes de otros; no obstante continuó con su memoria teniendo firme confianza en lo que habían sido, de donde venían y gracias a los misioneros registraron éste pasado. La fusión de mentalidades de indios y españoles marca una nueva forma de ver. Las autoridades se empeñan en mantener a raya a los nativos, y los misioneros les defienden. La nueva forma de ver viene a surgir en la conciencia de su pasado y el querer recuperarlo: los criollos se identifican con una patria mexicana y los indios y mestizos, en una perfecta fusión, se identifican con la virgen de Guadalupe. Las presiones de España terminan debilitándola y cae en la Nueva España. México ya a cargo de la vida nacional, vacila en busca de una identidad buscando en otras naciones. Logra alguna estabilidad, pero no del todo, precipitándose después en la Revolución como el último movimiento en la búsqueda general y el 1 surgimiento el arte auténticamente mexicano y el despertar del pueblo nativo ensombrecido varios siglos. Introducción He podido darme cuenta a través de lo que ocurre a diario, en lo personal y más en lo general, que todo es una búsqueda o refuerzo de la identidad. Es algo de lo que todos nos damos cuenta, algunos creemos verlo, otros lo ven, otros no. ¿Acaso no todo es búsqueda o reafirmación de la identidad? Yo pienso que sí. Esto puede justificar en México varias etapas desde su antigüedad hasta su actualidad. Sólo y brevemente he advertido algo de esto en el mundo antiguo, gracias a la conservación y traducción de sus cantares; y teniendo en cuenta que no sólo los mexicanos sino el mundo entero busca o reafirma su identidad, sólo me concentro en lo mexicano, trazando algunas líneas de su actualidad, y doy algunos trazos del desarrollo posterior de esta búsqueda. Pero lo primero será ubicar la Humanidad globalmente. Las antiguas civilizaciones han quedado resueltas como cunas de la civilización, en lugares donde floreció la humanidad. Me refiero a los centros de civilización como Mesopotamia, Egipto, el del valle del río Indo y el del río Amarillo, como las más antiguas culturas; lugares en donde se conocieron sistemas de escritura, de cómputo, el monoteísmo, las artes, el urbanismo, entre otras cosas. El desarrollo del Medio y Extremo Oriente fue independiente, mientras que la parte occidental se vio influenciada toda gracias a los avances de Mesopotamia y Egipto; de estos grupos culturales los griegos tomaron grandes conocimientos para su desarrollo; y de etruscos y griegos los romanos se sirvieron; el imperio islámico bebió de la influencia cristiana y judaica. Sobre la influencia griega, romana, cristiana e islámica se yergue Europa en el medievo; el Nuevo Mundo recibe la influencia de esta 2 por España, influencia religiosa, política, de lengua, de instituciones. Así vemos echadas las raíces de lo occidental en dos continentes: Europa y América. Sin embargo, el desarrollo americano se antecede por varios milenios de adaptación y progresivo desenvolvimiento, hasta llegar a establecer focos en toda mesoamérica y la zona andina. Múltiples y particulares fueron sus aportaciones, todas bajo un tronco común cuya razón recae sólidamente en el contacto íntimo que tuvieron todas estas culturas. Ahora, las culturas, particularmente la mexica, en la cual me intereso, tras el arribo hispánico, no obstante perder su autonomía, conservaron su integridad espiritual labrada desde tiempos, hoy poco visibles, en su corazón: su memoria, lo que fueron, la gloria alcanzada y a quienes se debieron: a los toltecas, gracias a los códices y crónicas conservadas. La búsqueda de su rostro Comienza el andar mexicano tiempo después de que algunos señoríos del altiplano ya se encontraban establecidos por el siglo XII. En una versión de Miguel León-Portilla, de un texto náhuatl, se describe la peregrinación de los mexicas, conducidos por Huitzilopochtli: ...-“Yo os iré sirviendo de guía, yo os mostraré el camino.” En seguida, los aztecas comenzaron a venir hacia acá, Existen, están pintados, Se nombran en lengua azteca Los lugares por donde vinieron pasando los mexicas, Y cuando vinieron los mexicas, Ciertamente andaban sin rumbo, Vinieron a ser los últimos. Al venir, Cuando fueron siguiendo su camino, Ya no fueron recibidos en ninguna parte. Por todas partes eran reprendidos. 3 Nadie conocía su rostro. Por todas partes les decían: -“¿Quiénes sois vosotros? ¿De donde venís?” Así en ninguna parte pudieron establecerse, sólo eran arrojados, por todas partes eran perseguidos. Vinieron a pasar a Coatépec, Vinieron a pasar a Tollan, Vinieron a pasar a Ichpuchco, Vinieron a pasar a Ecatépec, Luego a Chiquiuhtepetitlan. En seguida a Chapultepec Donde vino a establecerse mucha gente. Y ya existía señorío en Azcapotzalco, En Coatlinchan, En Culhuacán, Pero México no existía todavía. Aún había tulares y carrizales, donde ahora es México. 1 He aquí los primeros pasos, difíciles sin duda, de los próximos grandes señores. Más, sin embargo: “En el año1325 llegaron al fin al lugar donde había de construir su gran capital: el islote de México-Tenochtitlan ... hallazgo tantas veces buscado del águila devorando la serpiente, símbolo anhelado que mostraba ser ése el lugar de su destino.” 2 El siguiente paso para poseer su rostro, su identidad, fue encontrar filiación tolteca; para lo cuál fueron a pedir al señor de Culhuacán, Naúhyotl, a su hijo Acamapichtli Itzpapálotl y, aunque con recelo, aceptaron concientes de “su rico legado cultural de origen tolteca”3 Acamapichtli Itzpapálotl fue el primer tlatoani de los mexicas. Así, bajo las crónicas que Miguel León- Portilla ha estudiado, los mexicas fueron haciéndose dueños de un rostro, de su Tierra, de su origen tolteca y al fin de su identidad. Y les duró cien años. 1 Miguel León-Portilla, Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares, FCE, México, 1993, pp. 40-41, (Col. Popular 88). 2 León-Portilla, op. cit., p. 42 3 León-Portilla, op. cit., pp. 85-86. 4 Fue asombrosa la evolución del pueblo mexica, perfecto colofón a las culturas mesoamericanas. De estos tenemos el nombre, mexicanos, por ser los más prominentes antes y después: antes, por su imperio y fuerza; después por ayudar a la elaboración de los códices y crónicas, historias y poemas, resguardo de su rostro, para que no fuese olvidado. Los misioneros, indígenas y mestizos Gracias a los misioneros, indígenas y mestizos tenemos el rostro por sus pinturas, poemas y, en sí, el arte. Los mayas guardaron muy bien el secreto de su escritura, los nahuas, en cambio, cooperaron en el ejercicio de contarlo e ilustrarlo. Veamos un breve texto en donde se manifiesta el celo maya de su propia escritura: ...“Y os digo que en la edad novena ningún sacerdote Ni profeta nuestro Os declarará la escritura Que generalmente ignoráis.”4 Para los aztecas era de capital importancia saber su historia, su pasado, ya que por aquel tiempo “se piensa que la existencia sin historia y cultura, implica el fin de sus vidas y la terminación misma del universo”. 5 Las crónicas fueron las impresiones de los conquistadores para dar a conocer a su rey las nuevas que tenían sobre sus tierras conquistadas. Pronto, e incluso junto a ellos, llegaron los frailes franciscanos a evangelizar y extender los brazos de la Iglesia. Pero también a conocer las idolatrías de los nativos. 4 Werner Wolf, En busca del alfabeto maya, SEP, Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, México, 1964, p. 11, (Biblioteca Pedagógica de Perfeccionamiento Profesional). 5 León-Portilla, op. cit., p. 52. 5 ¿A qué se debió el interés de los misioneros por la religión de los nativos? Las razones sobran en este aspecto, y lo aclara ampliamente la introducción al Códice Ixtlilxóchitl: “Las obras religiosas de aquel tiempo fueron escritas principalmente por los misioneros cristianos con el fin de informar a otros cristianos sobre las idolatrías tan temidas por ellos. Explica Sahagún que: Para predicar contra estas cosa, y aun para saber si las hay, menester es de saber, como los usaban en tiempo de su idolatría, que por falta de no saber esto, en nuestra presencia hacen muchas cosas idolátricas, sin que los entendamos”. 6 Los misioneros por tal impulso escribieron no sólo de las cosas idolátricas, sino también de las costumbres, de la educación, de los discursos de los viejos. Posteriormente: “A principios del XVII, varios indígenas o mestizos como don Fernando de Alvarado Tezozómoc, Chimalpain e Ixtlilxóchitl, descendientes de la antigua nobleza indígena, escribieron en idioma náhuatl o en castellano sus propias historias basadas principalmente en documentos de procedencia prehispánica.” 7 Estos últimos no se informaron directamente de los tlamatinime, o sabios de la antigüedad prehispánica, ni de la tradición en que crecieron como creyentes, ahora cristianos, sino más bien de los documentos. Los misioneros del siglo de la conquista, y aún después, conocieron la lengua y con referencias de los indios se enteraron de la realidad; en el caso de fray Bernardino de Sahagún, como le atribuye Ángel Ma. Garibay K., él fue quien tuvo la idea del grandioso plan.8 Así podemos darnos una clara idea de que después del trauma de la conquista y gracias a los documentos que se conservaron y a los que coordinaron en su realización los misioneros, los indígenas y mestizos se aventuraron a elaborar más códices, aunque éstos con la influencia europea Citado en la “Introducción” al Códice Ixtlilxóchitl, FCE, México, 1998. León-Portilla, op. cit., “Introducción”, p. 11. 8 Fray Bernardino de Sahagún, Historia General de las cosas de Nueva España, Porrúa, México, 1981, Tomo I, Introducción, p., 14-16. 6 7 6 (escritos en náhuatl con caracteres latinos), pero, como ya se aclaró, sobre testimonios auténticos. La etapa de la Nueva España vista como nación mexicana y la independencia Pasando el siglo XVII y aterrizando en el XVIII, dan noticia de la antigüedad mexicana hombres como Pedro José Márquez y Francisco Xavier Clavigero, entre muchos otros; este último escribió su Historia Antigua de México y además de los dos jesuitas nombrados, muchos otros fueron expulsados. De Clavigero se saben los motivos de su expulsión: hacer pensar por sí mismos a sus alumnos, fomentar la opinión de los mismos y, sobre todo, fomentar “su amor a la patria mexicana”. Es indudable que por esos tiempos “los jesuitas eran los dueños de las conciencias y de los corazones mexicanos” 9 Dejando a los jesuitas atrás, considerando su estimación a una colonia que poco a poco dejaba de ser española, para hacerse mexicana, pasemos a la atmósfera que propició el interés de las autoridades sobre las cosas mexicanas: “Por aquel entonces, España estaba siendo atacada por sus enemigos europeos (Inglaterra y Francia) y una de las formas de hacerlo era decir que la conquista de América no tenía ningún mérito, pues se había logrado sobre pueblos bárbaros.” 10 Y Eduardo Matos Moctezuma nos da el testimonio de don Antonio León y Gama expresándolos motivos de dichos estudios (estaba estudiando la piedra del Sol y la Coatlicue): 9 Jesús Gómez Fregoso, la historia según Chuchín: perspectivas de una vida, Amate, México, 2003, p. 51 Matos Moctezuma, Eduardo, La piedra del Sol, FCE, México, 2000, pág., 16. (Colección Fondo 2000). 10 7 “Me movió también de ello de manifertas al orbe literario parte de los grandes conocimientos que poseyeron los indios de ésta América en las artes y ciencias, en tiempo de su gentilidad, para que se conozca cuan falsamente los calumnian de irracionales o simples los enemigos de nuestros españoles, pretendiendo deslucirles las gloriosas hazañas que obraron en la conquista de reinos.” 11 El conocimiento de las cosas mexicanas tuvo antes de la independencia, cosa de veinte años antes, marcados fines políticos. Vemos claramente que era necesario mostrar la cara mexicana tantas veces escondida, o peor aún, ignorada. Venida la Independencia y cuyo estandarte de lucha fue ni más ni menos que la imagen de la Virgen de Guadalupe, se reunieron a la causa y a la imagen multitudes de indios para aplastar a los gachupines. La virgen de Guadalupe-Tonantzin, Tonantzin, que significa en náhuatl nuestra madre y fue en tiempos prehispánicos la diosa de la fertilidad, cuyo rito se celebraba en el Tepeyac, donde hoy día está el santuario de Guadalupe, es ella “el refugio de los desamparados ..., el consuelo de los pobres, el escudo de los débiles, el amparo de los oprimidos”12 o, simplemente, la madre de todos los mexicanos. Es la Virgen de Guadalupe hoy todavía, un ir a las raíces y a la identidad: la virgen morena que se le aparece al indio Juan Diego. México en busca de una nación propia Pasando la lucha de Independencia y siendo el primer presidente mexicano Guadalupe Victoria, la mayoría de los mexicanos trató de olvidar su pasado español. Reflejo de tratar de olvidar fue arrancar los escudos españoles de los edificios. Pero había que crear una nación. No se podía retroceder al pasado nativo, nada práctico, ni quedar bajo los modelos de administración española por odio, por honor. Yo creo que, enteramente institucionalizados a la española y negando en absoluto volver a ello, no fue fácil crear un diseño de nación. Y no lo fue. Se refugiaron en los modelos de Los Estados Unidos y 11 12 Ibidem, pág. 16-17. Paz, Octavio, El Laberinto de la Soledad, FCE, México, 2002, pág., 93. (Col. Popular 471) 8 de Francia, de liberalismo, de legislación y de la Declaración de los Derechos del Hombre: fraternidad, igualdad y libertad. Con legado español vinieron a implantarse sistemas opuestos a este país. Una consecuencia clara es la amortización de los bienes de la Iglesia, y así se terminaba la influencia física española que resguardaba la Iglesia. Después la Revolución de 1910 fue y ha sido hasta el momento otra búsqueda de la identidad. Surge en la Revolución el arte auténticamente mexicano y el problema indígena, raza olvidada, restos sin duda de lo que fue un gran pueblo. El patriotismo moderno iniciado por Manuel Gamio “La nación mexicana ha sido tratada de conquistar por más de 400 años sin haberlo conseguido aún”; Manuel Gamio tiene razón si damos una ojeada al sur del país, a Chiapas o a Oaxaca o en el norte de Jalisco donde aún con débil fuerza, pero con fuerza, late el corazón de las raíces mexicanas; sin embargo, también el abandono es inminente: es gente olvidada y rechazada, seguirá así porque la continuaremos discriminando; desafortunadamete todo apunta a eso. Manuel Gamio diseñó un plan para combatir el retraso de los grupos indígenas: “Enfrentando con éxito a un problema de frente organicidad étnico-cultural, análogo al de México: -equilibrar la situación económica elevando la de las masa proletarias -intensificar el mestizaje, a fin de consumar la homogenización racial. -substituir la deficientes características de esas masas, por las de la civilización moderna, utilizando aquellas que representen valores positivos, -unificar el idioma enseñando castellano a quienes sólo hablan idiomas indígenas. Es pues un nacionalismo referente a la estructura social, étnica, cultural y lingüística, el que proclamamos.” 13 La declaración de Manuel Gamio ha sido escuchada, pero no por todos. Es una labor enorme atender todos estos puntos y que sean resueltos también es una labor 13 Manuel Gamio, Hacia un México nuevo: problemas sociales, Instituto Nacional Indigenista, México, 1987, p. 51. 9 gigantesca. Un proyecto en que deben colaborar los indígenas, el gobierno y el resto del país. La labor de Manuel Gamio fue fomentar con sus propios estudios, múltiples y de lo más diverso, ya arqueológicos, ya agrícolas, ya sociales como impulsar a las minorías en el aprendizaje del español, y sin duda el ser director del Instituto Nacional Indigenista por muchos años ayudó, junto a Ángel Ma. Garibay Kintate, al conocimiento de la antigüedad y de la actualidad mexicana. Conclusiones En este recorrido hacia la búsqueda de la identidad que he remontado desde tiempos prehispánicos, vale la pena preguntarnos donde estamos y si tenemos identidad, o si tratamos de reforzarla o si la estamos buscando o si somos dueños de una verdaderamente. Hoy en día hay varias tentativas para acercarse al pueblo nahua moderno, y permítaseme una reflexión. Sobra decir que están muy marginados, que no les da empleo, que se les humilla por su lengua, que se les repulsa por pobres y vender papas o guitarras o juguetes; o que tienen los puestos más modestos, de afanadores, de peones, de tomateros en Sinaloa, de mojados inmigrantes que, en resumen, se les trata como la peor ralea humana, y no es un insulto, en su nombre genérico, gritar a otra persona que no lo sea “eres un méndigo indio”, no, no es una ofensa común, es una afrenta que nos hacemos nosotros cada vez que lo gritamos. Las barreras son muy altas y sólidas: la discriminación racial y económica, la falta de interés social y el apoyo, el progreso que no les llega. Creo que fijarnos en el problema social que atraviesan esas comunidades creará unidad, un aspecto de la identidad que siempre ha buscado el México antiguo y moderno. ¿Hemos buscado identidad desde siglos? ¿La seguiremos buscando? Un 10 aspecto a resolver es la unidad de los mexicanos pudientes, promedio y los marginados, pues ¿Acaso no la estratificación es monstruosa? Yo creo que somos hijos del pasado y que nos educa el presente, y además que la búsqueda o la reafirmación o el saberse dueños de un rostro, como lo denominaban los antiguos, es algo que no termina, pero que va dejando una huella que distingo como sabiduría. Bibliografía -Códice Ixtlilxóchitl, FCE, México, 1998. -Gamio, Manuel. Hacia un México nuevo: problemas sociales, Instituto Nacional Indigenista, México, 1987. -Gómez Fregoso, Jesús. La historia según Chuchín: perspectivas de una vida, Amate, México, 2003. 11 -León-Portilla, Miguel. Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares, FCE, México, 1993, (Col. Popular 88). -Matos Moctezuma. Eduardo, La piedra del Sol, FCE, México, 2000. (Colección Fondo 2000). -Paz, Octavio. El laberinto de la soledad, FCE, México, 2002, (Col. Popular 471). -Sahagún, fray Bernardino. Historia General de las cosas de Nueva España, Porrúa, México, 1981, Tomo I. -Wolf, Werner. En busca del alfabeto maya, SEP, Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, México, 1964, (Biblioteca Pedagógica de Perfeccionamiento Profesional). 12