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Título: La transversalizacion de la Equidad Social en la gestión del Hábitat en la
ciudad de Sagua la Grande.
Eje temático: Equidad Social, Gestión del Hábitat, Desigualdad y Segregacion Social.
Autora: Lic. Denia Laza Santos. 1
Lic. Dayana Mesa Martínez2
RESUMEN
La gestión hábitat en la ciudad de Sagua la Grande se ha caracterizado por la
sectorialidad, la centralización de los espacios, el verticalismo en la toma de
decisiones, el asistencialismo basado en enfoques tecnicistas y normativos,
provocando la reproducción de la segregación y la polarización espacial de los
diferentes grupos sociales.
La investigación se basa en la complementariedad de técnicas y métodos para
una mayor profundización en el estudio de las brechas equidad como expresión
de la gestión del hábitat en el asentamiento Laredo de la ciudad.
Los resultados evidencian el aumento de la segregación socio-espacial en la
reproducción del patrón de movilidad descendente que incluye a las mujeres,
personas no blancas, bajo nivel educacional y la carencia de activos,
combinados estos rasgos con una trasmisión generacional de las desventajas.
La transversalización del enfoque de equidad social en la gestión del hábitat
implica insertar en el debate la situación de los asentamientos con mayor
precariedad y desventaja social; incorporando la economía que se desarrolla
en ellos, la creatividad que surge de sus prácticas para la construcción de
viviendas y recuperación de espacios públicos con el fin de convertir buenas
prácticas en buenas políticas.
1
Profesora – Investigadora. Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad
Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Correo electrónico: [email protected]
2
Profesora – Investigadora. Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad
Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Correo electrónico: [email protected]
Hábitat y equidad ¿Ecuación posible?
El estudio del hábitat debe analizarse de una forma global y no con un
pensamiento fragmentado, reduccionista que en ocasiones discrepa y deja
vislumbrar como única la visión de la vivienda. Esta situación implica nuevos
desafíos para la gestión del hábitat, consistente en generar políticas sociales
focalizadas para atender las desventajas sociales y crear oportunidades de
acceso a los recursos materiales y subjetivos.
Los estudios sobre el hábitat en Cuba, de autores como Gina Rey, Carlos
Pleyán, investigadores del CIPS, refieren que la gestión hábitat se ha
caracterizado por la sectorialidad, la centralización de los espacios, el
verticalismo en la toma de decisiones, el asistencialismo basado en enfoques
tecnicistas y normativos, provocando la reproducción de la segregación y la
polarización espacial de los diferentes grupos sociales.
Si bien los estudios relacionados con la gestión del hábitat desde la
Arquitectura y el Urbanismo han prevalecido en el contexto cubano, su relación
con la Sociología, han sido escasos y con frecuencia desligados a la equidad
social, cuando corrobora la necesidad de relacionar tales variables.
Se impone el estudio de las brechas de equidad social por las que atraviesa la
sociedad, dado que el análisis de la realidad subsiste desde la superficie, sin
profundizar en las contradicciones vigentes, de lo que se trata es de impregnar
el carácter crítico a un modelo de gestión del hábitat impuesto e igualitario,
centralizado, vertical; sin tener en cuenta las características, particularidades,
potencialidades de cada contexto.
El enfoque de equidad social en la gestión del hábitat permite introducir
cambios en las concepciones existentes en torno a la planificación, desde una
racionalidad que se entendía básicamente como un ejercicio centralizado de
decisiones de asignación, a otra que se sustenta en el carácter colectivo y
heterogéneo de la base social, con la municipalidad como centro articulador de
una gestión negociada entre diversos actores. (Rey, 2010:35) 3
Repensar las conceptualizaciones sobre la gestión del hábitat desde las
condiciones concretas de cada espacio urbano, permite la construcción de un
modelo de equidad social que maneje las tensiones entre centralización y
descentralización por medio de una planificación territorial-local en un sistema
integrado que potencie todas las instancias y recursos disponibles en cada
nivel.
La investigación, se inserta en las líneas del proyecto internacional:
“Fortalecimiento de las capacidades locales para la gestión integral del hábitat
a escala municipal” financiado por la Agencia Suiza para la Cooperación y el
Desarrollo (COSUDE) en conjunto con la Facultad de Construcciones y la
colaboración del Departamento de Sociología de la Universidad Central “Marta
Abreu” de las Villas. Este proyecto interviene en varios municipios del país, en
función de asesorar y acompañar a los grupos locales en el diseño de su
Estrategia del Hábitat con enfoque inclusivo e integral, teniendo como punto de
partida el diagnóstico de las problemáticas y potencialidades de cada escenario
local. Uno de los municipios seleccionados ha sido Sagua la Grande, debido a
las características y recursos que posee como catalizadores de procesos de
desarrollo endógeno del hábitat. El estudio se realizó en uno de los
asentamientos de la ciudad, donde se evidencian disímiles problemáticas
sociales vinculadas con el hábitat precario, urbanización difusa y fragmentada,
ausencia de procesos participativos y de autogestión del hábitat; que
repercuten en la reproducción de brechas de equidad social y la segregación
socio-espacial.
A partir de estos argumentos surge el siguiente problema de investigación:
¿Cómo se manifiestan las brechas de equidad social en relación con la gestión
del hábitat en el asentamiento Laredo de la ciudad de Sagua la Grande?
Objetivo general: Analizar las brechas de equidad social en relación con la
gestión del hábitat del asentamiento Laredo de la ciudad de Sagua la Grande.
Repensar las conceptualizaciones sobre la gestión del hábitat desde las
condiciones concretas de cada espacio urbano, permite la construcción de un
modelo de equidad social que maneje las tensiones entre centralización y
descentralización por medio de una planificación territorial-local en un sistema
integrado que potencie todas las instancias y recursos disponibles en cada
nivel.
Esta investigación es resultado de la Tesis de Diploma de Grado de la
Licenciada Denia Laza Santos, con colaboración de la Licenciada Dayana
Mesa Martínez.
El trabajo expone el análisis de los resultados de la investigación teniendo en
cuenta la problemática de investigación y los objetivos trazados.
Asentamiento Laredo: estudio de las brechas de equidad
El asentamiento Laredo pertenece al Consejo Popular Coco Solo - Pueblo
Nuevo, se encuentra en la periferia, al norte del municipio de Sagua la Grande,
limitando con Isabela de Sagua. Forma parte de la zona 38 de la ciudad, con
un total de 7 Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y 1 bloque de la
Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Ha sido catalogado por el DMPF como
zona para actividades productivas. (PGOTU, 2012:51)
Aparece en el Plan General de Ordenamiento Urbano (PGOU) como uno de los
asentamientos insalubres y por tanto centro de atención para la DMPF y el
gobierno municipal. Su ubicación en la periferia, refuerza sus condiciones de
desventaja social debido a las características de estos asentamientos que
surgen informalmente sin previa planificación, lo que deviene en situaciones de
precariedad.
Tiene un total 557 habitantes; de ellos 299 del sexo masculino y 258 del sexo
femenino, prevaleciendo la cantidad de hombres por encima del total de
mujeres. La mayor cantidad de población con 293 habitantes se encuentra en
los rangos de edad 15- 49 años, que constituye una potencialidad para el
desarrollo. Según el color de la piel, la cantidad de población blanca es de 455
individuos por encima de la población negra que es de 102 individuos.
Teniendo en cuenta la cifra elevada de población blanca que habita en el
asentamiento no se corresponde con los resultados de los estudios de Mayra
Espina y el CIPS, que develan “…la sobrerrepresentación de la población
negra y mestiza en las peores condiciones de vivienda y habitacionales en
general”. (Espina, 2010: 15)
Del total de mujeres, 7 están embarazadas. Existen 18 discapacitados físicos,
de ellos 3 niños y 6 mayores de 18 años de edad, 9 adultos mayores, de ellos 5
están encamados. Elemento importante a tener en cuenta debido a la
vulnerabilidad que representa tanto individual como para las familias, por sus
capacidades limitadas para generar ingresos y acceder a las oportunidades.
En las encuestas aplicadas a la muestra de estudio se pudo verificar, la
heterogeneidad de los grupos específicos que constituyen brechas de equidad
social más relevantes. El análisis del sexo, la edad, el nivel escolar, la
composición familiar, la ocupación, profesión; permite conocer los niveles de
acceso y control que tienen estos grupos específicos en la gestión del hábitat.
El 52 % de la muestra seleccionada, tiene un bajo nivel escolar, predominando
el nivel secundario, lo que dificulta su acceso al conocimiento, oportunidades
productivas, a conocer los procesos de gestión del hábitat, la participación y a
superar su condición histórica inferior en la estructura social.
Las familias se componen en su mayoría por más de 4 miembros, siendo
polinucleares, donde prevalecen las relaciones de unión consensual. Los
ingresos son insuficientes, debido a que los grupos específicos se caracterizan
por tener profesiones de baja cualificación y remuneración. El 100% de los
niños son estudiantes lo que evidencia el derecho igualitario de acceso a la
educación como principio de la política social en Cuba. El 21% de los adultos
mayores son jubilados, el 21% de las mujeres son amas de casa y el 24% del
grupo vinculado a la condición de raza son amas de casa.
Constituye un potencial a fortalecer para la formación de capacidades y
oportunidades a partir de la generación de empleos. Debido a no contar con
ingresos salariales, tienen en su base dificultades y obstáculos que generan
condiciones
de
partida
asimétricas
para
aprovechar
la
equidad
de
oportunidades y revertirla en equidad de resultados.
El 16% del grupo específico vinculado a la dimensión territorial es técnico
medio, se encuentran empleados en el sector de comercio y gastronomía en
profesiones como contadores, dependientes y administradores de placitas.
Constituye un porciento bajo de población con acceso a ingresos salariales,
que en temas de equidad social, se traduce en una cantidad considerable de la
individuos con dificultades para acceder a los recursos y beneficios, a las
opciones diversas que existen actualmente para generar ingresos en las
familias a partir de pequeños negocios, del arrendamiento de locales. Con el
nivel de ingresos insuficientes se dificulta el acceso a los mecanismos de
redistribución como créditos para el mejoramiento de viviendas y la apertura de
negocios familiares.
Los jóvenes constituyen un potencial humano para el desarrollo económico y
productivo del asentamiento, no obstante el 20% de ellos está desvinculado del
trabajo, dedicándose a actividades del mercado negro. Esta situación genera
problemáticas de delincuencia y representa un recurso humano que constituye
un potencial para el autodesarrollo del asentamiento que no se tiene en cuenta
en los procesos de generación de oportunidades productivas para el hábitat.
A partir de estos resultados se demuestra la vulnerabilidad de la población que
habita en este asentamiento periférico con respecto al centro, que unido a la
visión reduccionista del hábitat imposibilita su movilidad ascendente en la
estructura social. Se corresponde con los resultados de investigaciones
realizadas en Cuba, según los estudios de Mayra Espina y el CIPS donde
expresan que la movilidad ascendente o descendente es equivalente a mejoría
o no en la situación del hábitat.
La vivienda constituye una prioridad esencial en los análisis del hábitat, existen
203 viviendas, 104 en estado constructivo bueno, 63 en estado regular y 36 en
mal estado. El acceso a la vivienda es un derecho de cada ciudadano, la
política cubana ha tratado de garantizar este recurso de forma igualitaria,
aunque todavía existen muchas insuficiencias e ineficiencias en los procesos
de gestión que garanticen una política de vivienda articulada con el hábitat, que
a su vez permita que la población no solo acceda a este recurso, sino que
tenga control sobre él, a partir de la propiedad.
El acceso a la vivienda en todos los grupos se realiza por el esfuerzo propio
fundamentalmente. Esto representa la autogestión de recursos para la
construcción, que analizado en articulación con los ingresos bajos, el nivel de
escolaridad y el empleo, es una población con dificultades para acceder a otras
formas y modelos de autogestión. Tener control sobre la vivienda constituye
también un principio de equidad social, garantiza a los grupos sociales la
seguridad de tenencia por generaciones. Se han ido implementado algunos
mecanismos y acciones afirmativas de atención a las desventajas como el
crédito y subsidios para la construcción de viviendas, en detrimento de la
centralización de las políticas sociales, lo que ha permitido generar accesos
más equitativos.
El 100% de los encuestados coincidió que el asentamiento tiene las
condiciones y el potencial humano capaz de mejorar sus condiciones
habitacionales mediante procesos de autogestión, pero no existe un
financiamiento por parte de las instituciones locales para apoyar procesos de
desarrollo del hábitat como: talleres de capacitación, proyectos comunitarios,
gestión de cooperativas. A pesar de ser planteada por el DPFM como una de
las zonas residenciales más precarias; la población no participa en las
decisiones en torno al hábitat, los espacios formales como las reuniones de
delegados, los CDR y la FMC son medios para informar a la población y
recoger planteamientos que luego no tienen una solución negociada con los
habitantes.
En general, el 50% de los encuestados tienen desconocimiento sobre el
hábitat, donde el 98.2% lo identifica con la vivienda, siendo la mayor incidencia
en el grupo vinculado a la condición de raza. Esta situación tiene como una de
las causas el bajo nivel educacional y las dificultades para acceder al
conocimiento que limitan su acceso y control a las oportunidades, activos y
beneficios que ofrece el contexto. Teniendo en cuenta que el 48.42% del total
autogestiona el hábitat mediante el esfuerzo propio; resulta importante generar
instrumentos de focalización para promover y estimular la movilización de las
potencialidades del capital humano y otros recursos sociales.
La inexistencia de experiencias participativas en los procesos de gestión del
hábitat, generan situaciones de “invisibilidad real”, debido a la reducida
participación en redes sociales y políticas sociales, a su poca capacidad de
acción colectiva por lo marginal y estigmatizada que es su situación territorial.
En todos los grupos más del 50 % no se sienten identificados y en condiciones
de acceder a los recursos del hábitat, vinculado a la ausencia de procesos
participativos, proyectos de autodesarrollo y autogestión.
La gestión del hábitat no solo incluye el problema de la vivienda y el acceso al
conocimiento. El acceso y control de los espacios públicos, la movilidad y la
infraestructura constituye un catalizador de situaciones de equidad o inequidad
social.
Es el asentamiento más crítico debido a la ausencia de algunos servicios.
Presentan déficit en cuanto a círculos infantiles, escuelas primarias y
secundarias básicas, las cuales se encuentran en asentamientos distantes, lo
que afecta la asistencia de los niños y niñas a la escuela, que se desvinculan
tempranamente de los estudios; los trayectos son bastante largos para arribar a
estos centros por la carencia de una ruta de ómnibus urbano, que conecte la
zona residencial con ellos.
Otra de las grandes críticas que realizaron los diferentes grupos específicos se
relaciona con la responsabilidad del gobierno y las instituciones, en el
desarrollo de políticas focalizadas para atender los grupos en desventaja
social. Estas políticas sociales deben beneficiar los procesos de autogestión
del hábitat, en conjunto con un asesoramiento para el conocimiento del tema.
Manifiestan que existen programas o campañas nacionales priorizadas para las
distribución de los recursos que no constituyen de acceso igualitario, que
incluyen dietas alimenticias, remuneraciones a las personas cuidadoras,
opciones de recreación, de educación y salud diferenciadas. El 50% de las
mujeres reconoce los programas del Adulto Mayor y el de la Niñez (vinculados
a la desnutrición y enfermedades crónicas).
Esto evidencia la universalidad y la homogeneidad de las políticas sociales con
su alcance nacional, que ha intentado utilizar instrumentos focalizadores para
atender situaciones particulares que se convierten en cuestiones de
desigualdad, pero a la vez no tienen en cuenta la expresión de estos
fenómenos con sus especificidades y heterogeneidad vinculadas al contexto
local.
El 100% de los encuestados coincidieron en manifestar que nunca han existido
programas de desarrollo del hábitat en el asentamiento, repitiéndose el
diagnóstico que caracteriza a los asentamientos periféricos: la falta de
servicios, los problemas de accesibilidad, y la carencia de espacios públicos,
limitando procesos de crecimiento individuales y colectivos, sentido de
identidad y pertinencia con el espacio.
En el asentamiento los espacios públicos son inexistentes. El 100% de los
grupos específicos declararon que no existen áreas deportivas, parques
infantiles, ni micro-parques o espacios públicos de socialización y el
esparcimiento, lo cual se corroboró mediante la observación y el análisis del
PGOU.
Debido a esta situación los niños juegan en la calle, en condiciones de
inseguridad; mientras que los jóvenes tienen que trasladarse al centro de la
ciudad. No existen otros espacios de recreación como joven club de
computación, casas de cultura y salas de video, debido a la carente gestión y
planificación de las instituciones encargadas. Existe un espacio que podría
utilizarse para la construcción de un parque, ya que en el asentamiento se
encuentran terrenos y áreas al aire libre que han sido identificados por la
población para este uso. No obstante la DPFM no lo ha incorporado en sus
planes futuros lo que evidencia la limitada autonomía de la población para
llevar a cabo procesos de autogestión, así como su insuficiente participación en
la toma de decisiones.
La inexistencia de espacios públicos es una consecuencia de la fragmentación
y centralización en los procesos de planificación del espacio urbano, donde la
distribución de recursos es desigual sin tener en cuenta la diversidad, las
capacidades o habilidades de cada grupo específico; lo que provoca que la
población se sienta insatisfecha, excluida y marginada al no tener las mismas
posibilidades de acceder a estos espacios.
Constituye un emergente la existencia de opciones distintas para satisfacer
intereses y necesidades también distintas, donde los grupos específicos
articulen sus opiniones en procesos de concertación de decisiones con las
instituciones.
La movilidad urbana del asentamiento está marcada por el trasporte alternativo
compuesto por bicitaxis y vehículos de tracción animal provenientes del centro
de la ciudad. La ruta final de estos medios de transporte es la entrada del
asentamiento debido al mal estado constructivo del trazado vial. Para el 98%
de los encuestados constituye una limitante para sus actividades cotidianas,
debido a los altos precios y por las condiciones físicas de estos medios. Esta
situación de desventaja social los ubica en la inaccesibilidad a los mercados,
escuelas, servicios y espacios públicos.
El transporte alternativo, no garantiza estabilidad ni igualdad de oportunidades
para toda la población del asentamiento. Como consecuencia la pérdida de
autonomía y movilidad de los niños, los ancianos y los discapacitados ha
generado un incremento de dependencia hacia las personas que les cuidan.
Las condiciones de deterioro creciente del trazado vial constituye otra
problemática, el 58.9% de los grupos específicos manifestó la inexistencia de
calles asfaltadas lo que dificulta la vida de los habitantes en temporadas de
lluvias debido a las inundaciones.
En cuanto a la infraestructura técnica, el 57.5% de los encuestados declaró que
prácticamente no existe alumbrado público, haciendo las calles más inseguras.
Además el 100 % evidenció que esta problemática dificulta el acceso en las
noches a lugares recreativos del centro por la inseguridad de las calles y la
inexistencia del transporte.
De esta forma se corroboró que la percepción de la inseguridad aparece con
mayor frecuencia ligada a el grupo específico vinculado a la condición de
género, los que afectan la niñez y la tercera edad, siendo una de las
limitaciones fundamentales para su movilidad y autonomía, lo cual incide sin
dudas en la socialización en el espacio público, principalmente por la falta de
alumbrado público.
A pesar de existir redes de acueducto, el 52.9 % de los grupos específicos
declararon la inexistencia de redes de alcantarillado, problema clave, debido a
que en las épocas de lluvia las calles son inundadas y dificulta el tránsito
peatonal. Además constituye una zona baja desde el punto de vista
topográfico.
En el asentamiento existe una casilla, que no ofrece variedades de productos
alimenticios, por ello deben trasladarse al centro de la zona urbana para
satisfacer esta necesidad. No existen farmacias, ni instituciones escolares, ni
otros servicios secundarios como barberías y peluquerías. Con respecto a los
servicios de lavandería y peluquería existe déficit de ellos.
La carencia de servicios en el asentamiento, la contaminación ambiental, la
dificultad de la fluida conectividad entre los diferentes subsectores del
asentamiento,
limita
la
posibilidad
de
una
sinergia
de
desarrollo
socioeconómico para los grupos específicos que se ven limitados en su
cotidianidad.
Todas las insuficiencias de servicios, se agrava con la falta de autonomía y
autogestión por parte de los grupos específicos, al no poder tomar decisiones
del espacio urbano que habitan. La inexistencia de opciones distintas para
satisfacer intereses y necesidades heterogéneas, provoca exclusión y
reproduce desigualdades sociales. El acceso y control a los recursos urbanos
se reduce a la capacidad de consumo individual y familiar, lo que permite la
legitimación de procesos de segregación socio-espacial. La falta de
diversificación de las opciones para generar empleo e ingresos según las
capacidades de la población, ha provocado la ampliación y permanencia de las
brechas sociales existentes.
La gestión del hábitat debe favorecer a la creación de opciones múltiples según
la diversidad del espacio y las personas, evitando situaciones de inferiorización
de los grupos específicos. Las políticas de gestión del hábitat deben tener en
cuenta las acciones diferenciadas que cubran o cierren desigualdades tanto en
sus procesos como en los resultados. El objetivo es llevar a un punto de partida
común, teniendo en cuenta las situaciones de mayor necesidad.
Las problemáticas que afectan la equidad social en el asentamiento están
relacionadas con la posibilidad de acceso que tienen los grupos específicos a
las oportunidades productivas (empleo, arriendo, pequeñas y medianas
empresas, ingresos, cooperativas, cuenta propias, pequeños negocios), a los
recursos (infraestructura, empleo, vivienda, movilidad, espacios públicos,
servicios que garanticen alimentos, salud, educación, deporte, cultura, canasta
básica) y a los beneficios (subsidios, estímulos, créditos, propiedad de la
vivienda, compra de artículos a menor precio, viajes, carro, conocimiento, visita
a hoteles).
A partir de las encuestas por grupos específicos, el 37 % de los adultos
mayores, el 16 % de los jóvenes y el 23 % vinculado a la condición de raza
consideran
que
se
crean
oportunidades
productivas,
mediante
el
cuentapropismo como opción priorizada, con la apertura de pequeños negocios
en sus viviendas; ya que no existen locales estatales como oportunidad para su
arrendamiento. Esta situación evidencia la necesidad de que la población
posea propiedades inmuebles y activos fijos para poder acceder a las nuevas
opciones de empleo no estatales. Se corrobora en que el 100% de los grupos
específicos coincidieron al manifestar que no tienen ningún tipo de control
sobre las oportunidades productivas.
El limitado enfoque del hábitat, no ha permitido el acceso a oportunidades, al
no concebirlo como espacio de creación de empleo, arriendo, de pequeñas y
medianas empresas y proyectos de generación de ingresos; posibilidad de
acceso a servicios y distribución de los recursos, lo que permite dar cauce a
iniciativas individuales, familiares y grupales. Estas oportunidades solo podrán
ser aprovechadas por quienes posean los activos necesarios o la capacidad
para generarlos, lo que deja fuera o disminuye las probabilidades de mejorar su
situación de desigualdad al acertar en el diseño e implementación de políticas
focalizadas en los escenarios locales, donde el objetivo es llevar a los grupos
específicos a un punto de partida común que tome en cuenta las situaciones de
mayor necesidad.
Conclusiones
funciones económicas, políticas y culturales. Es el espacio donde la gestión del
hábitat adquiere una dimensión tangible; constituye el receptor de la
inmigración, el lugar de encuentro y desencuentro de la diversidad, donde se
concentran
las
principales
fuentes
de
empleo
y de
generación
de
oportunidades, de expresión cultural y desarrollo científico-técnico.
sistema abierto de producción y gestión de procesos sociales, recursos
materiales e inmateriales, oportunidades y capacidades, de forma participativa
en función de las necesidades, intereses y expectativas de los individuos
heterogéneos. Es estimular la innovación y la diversidad de soluciones, tejiendo
redes de interacción y retroalimentación.
por la centralización, el verticalismo y la sectorialidad en la toma decisiones, lo
que ha permitido la persistencia de las brechas de equidad social que legitiman
las desventajas en el acceso y control de los recursos y beneficios de los
grupos que no pueden aprovechar las opciones de distribución igualitaria de
bienes.
gestión del hábitat de Sagua la Grande ha producido dos espacios paralelos: la
ciudad consolidada de la residencia con servicios y la ciudad de los espacios
empobrecidos, aislados, sin espacio público, sin acceso a los servicios básicos.
y de la población, para trazar de
forma autónoma estrategias de desarrollo participativas, ajustadas a sus
necesidades y las particularidades de la ciudad, ha provocado la exclusión de
las vulnerabilidades y las brechas de equidad en los procesos de gestión del
hábitat.
de las políticas y el homogenismo distributivo de los recursos según normativas
nacionales, reproduce y acentúa las brechas de equidad preexistentes (de
raza, género y generacionales) y del perfil de movilidad ascendente selectivo.
discriminación social, la pérdida de identidad colectiva de los ciudadanos y la
creciente fragmentación entre centro y periferia como evidencia de la
reproducción del patrón de selectividad territorial y de las asimetrías territoriales
a partir de ventajas comparativas.
Laredo, ha provocado el aumento de las familias afectadas por el proceso de
disminución del empleo estatal, que no posean activos que les permitan
generar iniciativas productivas como oficio, relaciones, bienes que pueden
utilizarse para producir servicios y productos comercializables, redes sociales
que proveen informaciones relevantes para tomar decisiones eficientes en el
mercado de trabajo e influencias para obtener privilegios en el acceso a
puestos ventajosos.
-espacial en la
reproducción del patrón de movilidad descendente que incluye a las mujeres,
personas no blancas, bajo nivel educacional y la carencia de activos,
combinados estos rasgos con una trasmisión generacional de las desventajas.
del asentamiento Laredo y su condición de exclusión son
evidentes, quedan radicalmente al margen de las oportunidades (a través de
recursos educativos, nuevos empleos o mejoras de la vivienda o del barrio) lo
que acrecienta la privación y la marginalidad.
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