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Título: La transversalizacion de la Equidad Social en la gestión del Hábitat en la ciudad de Sagua la Grande. Eje temático: Equidad Social, Gestión del Hábitat, Desigualdad y Segregacion Social. Autora: Lic. Denia Laza Santos. 1 Lic. Dayana Mesa Martínez2 RESUMEN La gestión hábitat en la ciudad de Sagua la Grande se ha caracterizado por la sectorialidad, la centralización de los espacios, el verticalismo en la toma de decisiones, el asistencialismo basado en enfoques tecnicistas y normativos, provocando la reproducción de la segregación y la polarización espacial de los diferentes grupos sociales. La investigación se basa en la complementariedad de técnicas y métodos para una mayor profundización en el estudio de las brechas equidad como expresión de la gestión del hábitat en el asentamiento Laredo de la ciudad. Los resultados evidencian el aumento de la segregación socio-espacial en la reproducción del patrón de movilidad descendente que incluye a las mujeres, personas no blancas, bajo nivel educacional y la carencia de activos, combinados estos rasgos con una trasmisión generacional de las desventajas. La transversalización del enfoque de equidad social en la gestión del hábitat implica insertar en el debate la situación de los asentamientos con mayor precariedad y desventaja social; incorporando la economía que se desarrolla en ellos, la creatividad que surge de sus prácticas para la construcción de viviendas y recuperación de espacios públicos con el fin de convertir buenas prácticas en buenas políticas. 1 Profesora – Investigadora. Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Correo electrónico: [email protected] 2 Profesora – Investigadora. Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Correo electrónico: [email protected] Hábitat y equidad ¿Ecuación posible? El estudio del hábitat debe analizarse de una forma global y no con un pensamiento fragmentado, reduccionista que en ocasiones discrepa y deja vislumbrar como única la visión de la vivienda. Esta situación implica nuevos desafíos para la gestión del hábitat, consistente en generar políticas sociales focalizadas para atender las desventajas sociales y crear oportunidades de acceso a los recursos materiales y subjetivos. Los estudios sobre el hábitat en Cuba, de autores como Gina Rey, Carlos Pleyán, investigadores del CIPS, refieren que la gestión hábitat se ha caracterizado por la sectorialidad, la centralización de los espacios, el verticalismo en la toma de decisiones, el asistencialismo basado en enfoques tecnicistas y normativos, provocando la reproducción de la segregación y la polarización espacial de los diferentes grupos sociales. Si bien los estudios relacionados con la gestión del hábitat desde la Arquitectura y el Urbanismo han prevalecido en el contexto cubano, su relación con la Sociología, han sido escasos y con frecuencia desligados a la equidad social, cuando corrobora la necesidad de relacionar tales variables. Se impone el estudio de las brechas de equidad social por las que atraviesa la sociedad, dado que el análisis de la realidad subsiste desde la superficie, sin profundizar en las contradicciones vigentes, de lo que se trata es de impregnar el carácter crítico a un modelo de gestión del hábitat impuesto e igualitario, centralizado, vertical; sin tener en cuenta las características, particularidades, potencialidades de cada contexto. El enfoque de equidad social en la gestión del hábitat permite introducir cambios en las concepciones existentes en torno a la planificación, desde una racionalidad que se entendía básicamente como un ejercicio centralizado de decisiones de asignación, a otra que se sustenta en el carácter colectivo y heterogéneo de la base social, con la municipalidad como centro articulador de una gestión negociada entre diversos actores. (Rey, 2010:35) 3 Repensar las conceptualizaciones sobre la gestión del hábitat desde las condiciones concretas de cada espacio urbano, permite la construcción de un modelo de equidad social que maneje las tensiones entre centralización y descentralización por medio de una planificación territorial-local en un sistema integrado que potencie todas las instancias y recursos disponibles en cada nivel. La investigación, se inserta en las líneas del proyecto internacional: “Fortalecimiento de las capacidades locales para la gestión integral del hábitat a escala municipal” financiado por la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (COSUDE) en conjunto con la Facultad de Construcciones y la colaboración del Departamento de Sociología de la Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas. Este proyecto interviene en varios municipios del país, en función de asesorar y acompañar a los grupos locales en el diseño de su Estrategia del Hábitat con enfoque inclusivo e integral, teniendo como punto de partida el diagnóstico de las problemáticas y potencialidades de cada escenario local. Uno de los municipios seleccionados ha sido Sagua la Grande, debido a las características y recursos que posee como catalizadores de procesos de desarrollo endógeno del hábitat. El estudio se realizó en uno de los asentamientos de la ciudad, donde se evidencian disímiles problemáticas sociales vinculadas con el hábitat precario, urbanización difusa y fragmentada, ausencia de procesos participativos y de autogestión del hábitat; que repercuten en la reproducción de brechas de equidad social y la segregación socio-espacial. A partir de estos argumentos surge el siguiente problema de investigación: ¿Cómo se manifiestan las brechas de equidad social en relación con la gestión del hábitat en el asentamiento Laredo de la ciudad de Sagua la Grande? Objetivo general: Analizar las brechas de equidad social en relación con la gestión del hábitat del asentamiento Laredo de la ciudad de Sagua la Grande. Repensar las conceptualizaciones sobre la gestión del hábitat desde las condiciones concretas de cada espacio urbano, permite la construcción de un modelo de equidad social que maneje las tensiones entre centralización y descentralización por medio de una planificación territorial-local en un sistema integrado que potencie todas las instancias y recursos disponibles en cada nivel. Esta investigación es resultado de la Tesis de Diploma de Grado de la Licenciada Denia Laza Santos, con colaboración de la Licenciada Dayana Mesa Martínez. El trabajo expone el análisis de los resultados de la investigación teniendo en cuenta la problemática de investigación y los objetivos trazados. Asentamiento Laredo: estudio de las brechas de equidad El asentamiento Laredo pertenece al Consejo Popular Coco Solo - Pueblo Nuevo, se encuentra en la periferia, al norte del municipio de Sagua la Grande, limitando con Isabela de Sagua. Forma parte de la zona 38 de la ciudad, con un total de 7 Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y 1 bloque de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Ha sido catalogado por el DMPF como zona para actividades productivas. (PGOTU, 2012:51) Aparece en el Plan General de Ordenamiento Urbano (PGOU) como uno de los asentamientos insalubres y por tanto centro de atención para la DMPF y el gobierno municipal. Su ubicación en la periferia, refuerza sus condiciones de desventaja social debido a las características de estos asentamientos que surgen informalmente sin previa planificación, lo que deviene en situaciones de precariedad. Tiene un total 557 habitantes; de ellos 299 del sexo masculino y 258 del sexo femenino, prevaleciendo la cantidad de hombres por encima del total de mujeres. La mayor cantidad de población con 293 habitantes se encuentra en los rangos de edad 15- 49 años, que constituye una potencialidad para el desarrollo. Según el color de la piel, la cantidad de población blanca es de 455 individuos por encima de la población negra que es de 102 individuos. Teniendo en cuenta la cifra elevada de población blanca que habita en el asentamiento no se corresponde con los resultados de los estudios de Mayra Espina y el CIPS, que develan “…la sobrerrepresentación de la población negra y mestiza en las peores condiciones de vivienda y habitacionales en general”. (Espina, 2010: 15) Del total de mujeres, 7 están embarazadas. Existen 18 discapacitados físicos, de ellos 3 niños y 6 mayores de 18 años de edad, 9 adultos mayores, de ellos 5 están encamados. Elemento importante a tener en cuenta debido a la vulnerabilidad que representa tanto individual como para las familias, por sus capacidades limitadas para generar ingresos y acceder a las oportunidades. En las encuestas aplicadas a la muestra de estudio se pudo verificar, la heterogeneidad de los grupos específicos que constituyen brechas de equidad social más relevantes. El análisis del sexo, la edad, el nivel escolar, la composición familiar, la ocupación, profesión; permite conocer los niveles de acceso y control que tienen estos grupos específicos en la gestión del hábitat. El 52 % de la muestra seleccionada, tiene un bajo nivel escolar, predominando el nivel secundario, lo que dificulta su acceso al conocimiento, oportunidades productivas, a conocer los procesos de gestión del hábitat, la participación y a superar su condición histórica inferior en la estructura social. Las familias se componen en su mayoría por más de 4 miembros, siendo polinucleares, donde prevalecen las relaciones de unión consensual. Los ingresos son insuficientes, debido a que los grupos específicos se caracterizan por tener profesiones de baja cualificación y remuneración. El 100% de los niños son estudiantes lo que evidencia el derecho igualitario de acceso a la educación como principio de la política social en Cuba. El 21% de los adultos mayores son jubilados, el 21% de las mujeres son amas de casa y el 24% del grupo vinculado a la condición de raza son amas de casa. Constituye un potencial a fortalecer para la formación de capacidades y oportunidades a partir de la generación de empleos. Debido a no contar con ingresos salariales, tienen en su base dificultades y obstáculos que generan condiciones de partida asimétricas para aprovechar la equidad de oportunidades y revertirla en equidad de resultados. El 16% del grupo específico vinculado a la dimensión territorial es técnico medio, se encuentran empleados en el sector de comercio y gastronomía en profesiones como contadores, dependientes y administradores de placitas. Constituye un porciento bajo de población con acceso a ingresos salariales, que en temas de equidad social, se traduce en una cantidad considerable de la individuos con dificultades para acceder a los recursos y beneficios, a las opciones diversas que existen actualmente para generar ingresos en las familias a partir de pequeños negocios, del arrendamiento de locales. Con el nivel de ingresos insuficientes se dificulta el acceso a los mecanismos de redistribución como créditos para el mejoramiento de viviendas y la apertura de negocios familiares. Los jóvenes constituyen un potencial humano para el desarrollo económico y productivo del asentamiento, no obstante el 20% de ellos está desvinculado del trabajo, dedicándose a actividades del mercado negro. Esta situación genera problemáticas de delincuencia y representa un recurso humano que constituye un potencial para el autodesarrollo del asentamiento que no se tiene en cuenta en los procesos de generación de oportunidades productivas para el hábitat. A partir de estos resultados se demuestra la vulnerabilidad de la población que habita en este asentamiento periférico con respecto al centro, que unido a la visión reduccionista del hábitat imposibilita su movilidad ascendente en la estructura social. Se corresponde con los resultados de investigaciones realizadas en Cuba, según los estudios de Mayra Espina y el CIPS donde expresan que la movilidad ascendente o descendente es equivalente a mejoría o no en la situación del hábitat. La vivienda constituye una prioridad esencial en los análisis del hábitat, existen 203 viviendas, 104 en estado constructivo bueno, 63 en estado regular y 36 en mal estado. El acceso a la vivienda es un derecho de cada ciudadano, la política cubana ha tratado de garantizar este recurso de forma igualitaria, aunque todavía existen muchas insuficiencias e ineficiencias en los procesos de gestión que garanticen una política de vivienda articulada con el hábitat, que a su vez permita que la población no solo acceda a este recurso, sino que tenga control sobre él, a partir de la propiedad. El acceso a la vivienda en todos los grupos se realiza por el esfuerzo propio fundamentalmente. Esto representa la autogestión de recursos para la construcción, que analizado en articulación con los ingresos bajos, el nivel de escolaridad y el empleo, es una población con dificultades para acceder a otras formas y modelos de autogestión. Tener control sobre la vivienda constituye también un principio de equidad social, garantiza a los grupos sociales la seguridad de tenencia por generaciones. Se han ido implementado algunos mecanismos y acciones afirmativas de atención a las desventajas como el crédito y subsidios para la construcción de viviendas, en detrimento de la centralización de las políticas sociales, lo que ha permitido generar accesos más equitativos. El 100% de los encuestados coincidió que el asentamiento tiene las condiciones y el potencial humano capaz de mejorar sus condiciones habitacionales mediante procesos de autogestión, pero no existe un financiamiento por parte de las instituciones locales para apoyar procesos de desarrollo del hábitat como: talleres de capacitación, proyectos comunitarios, gestión de cooperativas. A pesar de ser planteada por el DPFM como una de las zonas residenciales más precarias; la población no participa en las decisiones en torno al hábitat, los espacios formales como las reuniones de delegados, los CDR y la FMC son medios para informar a la población y recoger planteamientos que luego no tienen una solución negociada con los habitantes. En general, el 50% de los encuestados tienen desconocimiento sobre el hábitat, donde el 98.2% lo identifica con la vivienda, siendo la mayor incidencia en el grupo vinculado a la condición de raza. Esta situación tiene como una de las causas el bajo nivel educacional y las dificultades para acceder al conocimiento que limitan su acceso y control a las oportunidades, activos y beneficios que ofrece el contexto. Teniendo en cuenta que el 48.42% del total autogestiona el hábitat mediante el esfuerzo propio; resulta importante generar instrumentos de focalización para promover y estimular la movilización de las potencialidades del capital humano y otros recursos sociales. La inexistencia de experiencias participativas en los procesos de gestión del hábitat, generan situaciones de “invisibilidad real”, debido a la reducida participación en redes sociales y políticas sociales, a su poca capacidad de acción colectiva por lo marginal y estigmatizada que es su situación territorial. En todos los grupos más del 50 % no se sienten identificados y en condiciones de acceder a los recursos del hábitat, vinculado a la ausencia de procesos participativos, proyectos de autodesarrollo y autogestión. La gestión del hábitat no solo incluye el problema de la vivienda y el acceso al conocimiento. El acceso y control de los espacios públicos, la movilidad y la infraestructura constituye un catalizador de situaciones de equidad o inequidad social. Es el asentamiento más crítico debido a la ausencia de algunos servicios. Presentan déficit en cuanto a círculos infantiles, escuelas primarias y secundarias básicas, las cuales se encuentran en asentamientos distantes, lo que afecta la asistencia de los niños y niñas a la escuela, que se desvinculan tempranamente de los estudios; los trayectos son bastante largos para arribar a estos centros por la carencia de una ruta de ómnibus urbano, que conecte la zona residencial con ellos. Otra de las grandes críticas que realizaron los diferentes grupos específicos se relaciona con la responsabilidad del gobierno y las instituciones, en el desarrollo de políticas focalizadas para atender los grupos en desventaja social. Estas políticas sociales deben beneficiar los procesos de autogestión del hábitat, en conjunto con un asesoramiento para el conocimiento del tema. Manifiestan que existen programas o campañas nacionales priorizadas para las distribución de los recursos que no constituyen de acceso igualitario, que incluyen dietas alimenticias, remuneraciones a las personas cuidadoras, opciones de recreación, de educación y salud diferenciadas. El 50% de las mujeres reconoce los programas del Adulto Mayor y el de la Niñez (vinculados a la desnutrición y enfermedades crónicas). Esto evidencia la universalidad y la homogeneidad de las políticas sociales con su alcance nacional, que ha intentado utilizar instrumentos focalizadores para atender situaciones particulares que se convierten en cuestiones de desigualdad, pero a la vez no tienen en cuenta la expresión de estos fenómenos con sus especificidades y heterogeneidad vinculadas al contexto local. El 100% de los encuestados coincidieron en manifestar que nunca han existido programas de desarrollo del hábitat en el asentamiento, repitiéndose el diagnóstico que caracteriza a los asentamientos periféricos: la falta de servicios, los problemas de accesibilidad, y la carencia de espacios públicos, limitando procesos de crecimiento individuales y colectivos, sentido de identidad y pertinencia con el espacio. En el asentamiento los espacios públicos son inexistentes. El 100% de los grupos específicos declararon que no existen áreas deportivas, parques infantiles, ni micro-parques o espacios públicos de socialización y el esparcimiento, lo cual se corroboró mediante la observación y el análisis del PGOU. Debido a esta situación los niños juegan en la calle, en condiciones de inseguridad; mientras que los jóvenes tienen que trasladarse al centro de la ciudad. No existen otros espacios de recreación como joven club de computación, casas de cultura y salas de video, debido a la carente gestión y planificación de las instituciones encargadas. Existe un espacio que podría utilizarse para la construcción de un parque, ya que en el asentamiento se encuentran terrenos y áreas al aire libre que han sido identificados por la población para este uso. No obstante la DPFM no lo ha incorporado en sus planes futuros lo que evidencia la limitada autonomía de la población para llevar a cabo procesos de autogestión, así como su insuficiente participación en la toma de decisiones. La inexistencia de espacios públicos es una consecuencia de la fragmentación y centralización en los procesos de planificación del espacio urbano, donde la distribución de recursos es desigual sin tener en cuenta la diversidad, las capacidades o habilidades de cada grupo específico; lo que provoca que la población se sienta insatisfecha, excluida y marginada al no tener las mismas posibilidades de acceder a estos espacios. Constituye un emergente la existencia de opciones distintas para satisfacer intereses y necesidades también distintas, donde los grupos específicos articulen sus opiniones en procesos de concertación de decisiones con las instituciones. La movilidad urbana del asentamiento está marcada por el trasporte alternativo compuesto por bicitaxis y vehículos de tracción animal provenientes del centro de la ciudad. La ruta final de estos medios de transporte es la entrada del asentamiento debido al mal estado constructivo del trazado vial. Para el 98% de los encuestados constituye una limitante para sus actividades cotidianas, debido a los altos precios y por las condiciones físicas de estos medios. Esta situación de desventaja social los ubica en la inaccesibilidad a los mercados, escuelas, servicios y espacios públicos. El transporte alternativo, no garantiza estabilidad ni igualdad de oportunidades para toda la población del asentamiento. Como consecuencia la pérdida de autonomía y movilidad de los niños, los ancianos y los discapacitados ha generado un incremento de dependencia hacia las personas que les cuidan. Las condiciones de deterioro creciente del trazado vial constituye otra problemática, el 58.9% de los grupos específicos manifestó la inexistencia de calles asfaltadas lo que dificulta la vida de los habitantes en temporadas de lluvias debido a las inundaciones. En cuanto a la infraestructura técnica, el 57.5% de los encuestados declaró que prácticamente no existe alumbrado público, haciendo las calles más inseguras. Además el 100 % evidenció que esta problemática dificulta el acceso en las noches a lugares recreativos del centro por la inseguridad de las calles y la inexistencia del transporte. De esta forma se corroboró que la percepción de la inseguridad aparece con mayor frecuencia ligada a el grupo específico vinculado a la condición de género, los que afectan la niñez y la tercera edad, siendo una de las limitaciones fundamentales para su movilidad y autonomía, lo cual incide sin dudas en la socialización en el espacio público, principalmente por la falta de alumbrado público. A pesar de existir redes de acueducto, el 52.9 % de los grupos específicos declararon la inexistencia de redes de alcantarillado, problema clave, debido a que en las épocas de lluvia las calles son inundadas y dificulta el tránsito peatonal. Además constituye una zona baja desde el punto de vista topográfico. En el asentamiento existe una casilla, que no ofrece variedades de productos alimenticios, por ello deben trasladarse al centro de la zona urbana para satisfacer esta necesidad. No existen farmacias, ni instituciones escolares, ni otros servicios secundarios como barberías y peluquerías. Con respecto a los servicios de lavandería y peluquería existe déficit de ellos. La carencia de servicios en el asentamiento, la contaminación ambiental, la dificultad de la fluida conectividad entre los diferentes subsectores del asentamiento, limita la posibilidad de una sinergia de desarrollo socioeconómico para los grupos específicos que se ven limitados en su cotidianidad. Todas las insuficiencias de servicios, se agrava con la falta de autonomía y autogestión por parte de los grupos específicos, al no poder tomar decisiones del espacio urbano que habitan. La inexistencia de opciones distintas para satisfacer intereses y necesidades heterogéneas, provoca exclusión y reproduce desigualdades sociales. El acceso y control a los recursos urbanos se reduce a la capacidad de consumo individual y familiar, lo que permite la legitimación de procesos de segregación socio-espacial. La falta de diversificación de las opciones para generar empleo e ingresos según las capacidades de la población, ha provocado la ampliación y permanencia de las brechas sociales existentes. La gestión del hábitat debe favorecer a la creación de opciones múltiples según la diversidad del espacio y las personas, evitando situaciones de inferiorización de los grupos específicos. Las políticas de gestión del hábitat deben tener en cuenta las acciones diferenciadas que cubran o cierren desigualdades tanto en sus procesos como en los resultados. El objetivo es llevar a un punto de partida común, teniendo en cuenta las situaciones de mayor necesidad. Las problemáticas que afectan la equidad social en el asentamiento están relacionadas con la posibilidad de acceso que tienen los grupos específicos a las oportunidades productivas (empleo, arriendo, pequeñas y medianas empresas, ingresos, cooperativas, cuenta propias, pequeños negocios), a los recursos (infraestructura, empleo, vivienda, movilidad, espacios públicos, servicios que garanticen alimentos, salud, educación, deporte, cultura, canasta básica) y a los beneficios (subsidios, estímulos, créditos, propiedad de la vivienda, compra de artículos a menor precio, viajes, carro, conocimiento, visita a hoteles). A partir de las encuestas por grupos específicos, el 37 % de los adultos mayores, el 16 % de los jóvenes y el 23 % vinculado a la condición de raza consideran que se crean oportunidades productivas, mediante el cuentapropismo como opción priorizada, con la apertura de pequeños negocios en sus viviendas; ya que no existen locales estatales como oportunidad para su arrendamiento. Esta situación evidencia la necesidad de que la población posea propiedades inmuebles y activos fijos para poder acceder a las nuevas opciones de empleo no estatales. Se corrobora en que el 100% de los grupos específicos coincidieron al manifestar que no tienen ningún tipo de control sobre las oportunidades productivas. El limitado enfoque del hábitat, no ha permitido el acceso a oportunidades, al no concebirlo como espacio de creación de empleo, arriendo, de pequeñas y medianas empresas y proyectos de generación de ingresos; posibilidad de acceso a servicios y distribución de los recursos, lo que permite dar cauce a iniciativas individuales, familiares y grupales. Estas oportunidades solo podrán ser aprovechadas por quienes posean los activos necesarios o la capacidad para generarlos, lo que deja fuera o disminuye las probabilidades de mejorar su situación de desigualdad al acertar en el diseño e implementación de políticas focalizadas en los escenarios locales, donde el objetivo es llevar a los grupos específicos a un punto de partida común que tome en cuenta las situaciones de mayor necesidad. Conclusiones funciones económicas, políticas y culturales. Es el espacio donde la gestión del hábitat adquiere una dimensión tangible; constituye el receptor de la inmigración, el lugar de encuentro y desencuentro de la diversidad, donde se concentran las principales fuentes de empleo y de generación de oportunidades, de expresión cultural y desarrollo científico-técnico. sistema abierto de producción y gestión de procesos sociales, recursos materiales e inmateriales, oportunidades y capacidades, de forma participativa en función de las necesidades, intereses y expectativas de los individuos heterogéneos. Es estimular la innovación y la diversidad de soluciones, tejiendo redes de interacción y retroalimentación. por la centralización, el verticalismo y la sectorialidad en la toma decisiones, lo que ha permitido la persistencia de las brechas de equidad social que legitiman las desventajas en el acceso y control de los recursos y beneficios de los grupos que no pueden aprovechar las opciones de distribución igualitaria de bienes. gestión del hábitat de Sagua la Grande ha producido dos espacios paralelos: la ciudad consolidada de la residencia con servicios y la ciudad de los espacios empobrecidos, aislados, sin espacio público, sin acceso a los servicios básicos. y de la población, para trazar de forma autónoma estrategias de desarrollo participativas, ajustadas a sus necesidades y las particularidades de la ciudad, ha provocado la exclusión de las vulnerabilidades y las brechas de equidad en los procesos de gestión del hábitat. de las políticas y el homogenismo distributivo de los recursos según normativas nacionales, reproduce y acentúa las brechas de equidad preexistentes (de raza, género y generacionales) y del perfil de movilidad ascendente selectivo. discriminación social, la pérdida de identidad colectiva de los ciudadanos y la creciente fragmentación entre centro y periferia como evidencia de la reproducción del patrón de selectividad territorial y de las asimetrías territoriales a partir de ventajas comparativas. Laredo, ha provocado el aumento de las familias afectadas por el proceso de disminución del empleo estatal, que no posean activos que les permitan generar iniciativas productivas como oficio, relaciones, bienes que pueden utilizarse para producir servicios y productos comercializables, redes sociales que proveen informaciones relevantes para tomar decisiones eficientes en el mercado de trabajo e influencias para obtener privilegios en el acceso a puestos ventajosos. -espacial en la reproducción del patrón de movilidad descendente que incluye a las mujeres, personas no blancas, bajo nivel educacional y la carencia de activos, combinados estos rasgos con una trasmisión generacional de las desventajas. del asentamiento Laredo y su condición de exclusión son evidentes, quedan radicalmente al margen de las oportunidades (a través de recursos educativos, nuevos empleos o mejoras de la vivienda o del barrio) lo que acrecienta la privación y la marginalidad. 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