Download 4º ESO Historia

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
4º ESO Historia
Tema 4
La España del siglo XIX: la construcción del régimen liberal
2.- Guerra y Revolución liberal (1808-1814)
2.1.- La crisis de la monarquía de Carlos IV.
Al estallar la Revolución Francesa, España le declaró la guerra junto a otras
potencias europeas, pero fue vencida. El rey Carlos IV volvió a la tradicional alianza
con Francia. En 1808 se autorizó al ejército francés de Napoleón a cruzar España para
invadir Portugal.
El Príncipe de Asturias, Fernando, aprovechó el descontento popular suscitado
por las derrotas militares y la presencia de los franceses para dar un golpe de Estado y
destronar a su padre, Carlos IV. Fernando se proclamó rey (Fernando VII).
Napoleón reunió entonces a la familia real española en Bayona, y allí consiguió
que tanto Fernando como Carlos renunciaran a la Corona de España a favor suyo.
Napoleón, seguidamente, nombró rey de España a su hermano, José Bonaparte.
2.3.- La Guerra de la Independencia (1808-1814).
El pueblo español se rebeló contra la monarquía de José Bonaparte y se negó a
acatar las abdicaciones de Bayona. Se crearon Juntas en las regiones para dirigir la
lucha contra los franceses. Como apenas había dinero, buena parte de la guerra se
sostuvo con guerrillas y sitios, desgastando a los invasores. Los británicos enviaron un
Ejército (general Wellington) para luchar contra los franceses en España. En 1812
Napoleón invadió Rusia, y el desastre allí sufrido le obligó a evacuar sus tropas de
España. En 1814, Fernando VII regresó a España como rey.
2.4.- Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
Entre 1808 y 1814, hubo un vacío de poder en España, porque los reyes Borbón
no estaban, y no se reconocía a José Bonaparte como monarca. Esta situación fue
aprovechada por personalidades ilustradas que ocuparon el poder para hacer una
reforma de la Monarquía y del Estado, modernizándolos. Para ello se convocaron
Cortes en la ciudad de Cádiz, no ocupada por los franceses.
Los representantes de las Cortes de Cádiz eran en su mayoría ilustrados y de
ideología liberal, admiradores de las reformas de la Revolución Francesa. Se
proclamaron representantes de la Nación Española y elaboraron una Constitución,
aprobada en 1812 (19 de marzo, “la Pepa”).
La Constitución de 1812 establecía los principios del Liberalismo político:
- Soberanía Nacional
- División de poderes (ejecutivo, legislativo, judicial)
- Sufragio universal masculino
- Declaración de derechos.
- Igualdad civil
- Abolición de derechos feudales
Pero la guerra contra los franceses impidió que se implantara.
4.- Fernando VII: el regreso al Absolutismo (1814-1833).
4.1.- El Sexenio Absolutista (1814-1820).
Fernando VII regresó a España en 1814 y reimplantó el Absolutismo, derogando
toda la legislación y la Constitución de las Cortes de Cádiz. Se reimplantó el régimen
señorial. Se persiguió a los liberales. Los liberales comprendieron que sólo podrían
recuperar el poder a través de un golpe de Estado con el apoyo de los liberales del
Ejército, un “Pronunciamiento”.
4.2.- El Trienio Liberal (1820-1823).
En 1820, el coronel Rafael Riego, liberal, dio un golpe de Estado y consiguió
que Fernando VII renunciara al Absolutismo y reimplantara la Constitución de 1812
con toda su legislación: “Marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda
Constitucional”.
Pero la Santa Alianza europea, decidida a evitar la consolidación de cualquier
régimen liberal en Europa, envió un ejército francés, los Cien Mil hijos de San Luis, que
sin oposición apenas consiguió restaurar a Fernando VII como rey Absoluto (1823).
4.3.- La Década Ominosa (1823-1833).
Fernando VII persiguió a los liberales duramente.
España atravesaba una dura crisis económica y no pudo evitar la independencia
de las colonias en Hispanoamérica.
En 1833, Fernando VII sólo tenía dos hijas. La tradición borbónica –que no
española- establecía que las mujeres no podían reinar, lo que suponía que el heredero de
la Corona sería el hermano del Rey, Carlos, de ideología absolutista. Pero Fernando VII
decidió que le sucediera su hija mayor, Isabel, nacida en 1830. Fernando VII murió en
1833, dejando como Regente a su viuda, María Cristina de Borbón.
4.4.- La Independencia de la América Hispana (1808-1826).
4.4.1.- Las causas de la Independencia.
Las colonias españolas en América tenían deseos de independizarse de España, a
causa de:
- La difusión de las ideas de la Ilustración, extendidas por la Enciclopedia, la
Revolución Norteamericana y la Revolución Francesa.
- El éxito de los Estados Unidos en su independencia.
- El descontento de la burguesía criolla. Los criollos eran descendientes de
españoles afincados en América. Los criollos tenían el poder económico,
porque poseían las tierras y controlaban el comercio. Pero no tenían el poder
político, que estaba en manos de los “peninsulares”, con cargos nombrados
por la Corte de Madrid. Además, el comercio estaba controlado por España,
y los criollos veían en este control un freno para sus intereses y su desarrollo.
4.4.2.- El fin del Imperio americano.
Cuando en 1808 Napoleón invadió España, en América también se formaron
juntas, integradas por criollos, que tomaron el poder. Algunas de estas juntas se negaron
a acatar la autoridad de España y proclamaron su independencia (Buenos Aires, 1810).
Tras la derrota de Napoleón en 1814, España intentó recuperar estos territorios
enviando tropas. Pero en general Bolívar desde Venezuela, y el general San Martín
desde Argentina, avanzaron hacia Perú, independizando los países a su paso. En la
batalla de Ayacucho (1824) España perdió sus últimas posesiones continentales en
América. Sólo conservó Cuba y Puerto Rico, y las islas Filipinas, hasta 1898.
Los problemas de las nuevas Repúblicas Americanas.
Los estados americanos independizados se convirtieron en repúblicas,
fragmentando el territorio según la voluntad de los caudillos locales. El ejército retuvo
mucho poder, y a menudo controló la política de los nuevos países. Los problemas
sociales no se solucionaron y se agravaron las desigualdades sociales y económicas.
5.- Los Carlistas, defensores del Antiguo Régimen.
5.1.- El surgimiento del Carlismo.
Al morir Fernando VII en 1833, los absolutistas (partidarios del absolutismo
regio) apoyaron la subida al trono del hermano del rey, el infante Carlos, defensor del
absolutismo. Pero la viuda de Fernando, María Cristina de Borbón, defendió los
derechos de su hija Isabel al trono. María Cristina buscó el apoyo de los liberales, hasta
entonces perseguidos por Fernando VII.
Estalló entonces una guerra entre los defensores de Carlos (absolutistas o
carlistas) y los de Isabel (liberales, isabelinos o cristinos). Los Isabelinos eran de
ideología liberal, y partidarios de los cambios que suponían las reformas liberales: eran
burgueses urbanos y propietarios agrarios.
5.2.- Las bases sociales del Carlismo.
Los Carlistas eran de ideología absolutista, y partidarios de las formas
tradicionales de explotación de la tierra: eran sobre todo nobles, eclesiásticos y
campesinos. En concreto, muchos campesinos se hicieron carlistas porque la abolición
del régimen señorial o feudal comportaba perder la explotación de las tierras comunales
y algunos privilegios (caso vasco).
5.3.- Los ideales del Carlismo: Dios, Patria, Rey y Fueros.
Los carlistas defendían el absolutismo real, la intervención de la Iglesia en la
vida pública y el mantenimiento de las leyes antiguas o Fueros (sistema fiscal propio,
exención de servicio militar, instituciones propias), frente al liberalismo político, el
laicismo y la modernidad legislativa (igualdad de leyes para todos los ciudadanos de un
país).
5.4.- Las Guerras Carlistas
Fueron tres.
5.4.1.- La primera Guerra Carlista (1833-1839).
La guerra duró siete años, y se desarrolló sobre todo en el País Vasco, Cataluña
y Valencia. Los Carlistas no consiguieron controlar ninguna ciudad importante. En 1840
se llegó a la paz (Convenio de Vergara), pero el Carlismo no desapareció.
5.4.2.- La segunda y tercera Guerras Carlistas.
La segunda Guerra Carlista correspondió a levantamientos en Cataluña, pronto
sofocados. La tercera estalló durante el Sexenio Revolucionario (1872-1876)
aprovechando que no había rey en España tras el exilio de Isabel II. Acabó con la
derrota militar del pretendiente Carlos (VII).
6.- Isabel II y la construcción del Estado liberal (1833-1868).
6.1.- La regencia de María Cristina de Borbón (1833-1840).
Los liberales estaban divididos entre Moderados, partidarios de reformar el
antiguo Régimen, y los progresistas, partidarios de eliminar radicalmente toda su
estructura. La Reina regente María Cristina de Borbón dio el poder a los moderados.
Cuando los progresistas se dieron cuenta que nunca iban a llegar al poder, decidieron
dar un golpe de Estado (“pronunciamiento”) en 1835.
Los progresistas gobernaron durante dos años (1835-1837), disolviendo el
régimen señorial y desamortizando los bienes de la Iglesia (Desamortización de
Mendizábal), y elaboraron una Constitución (1837) que no se aplicó.
6.2.- La Regencia de Espartero (1840-1843).
Los moderados recuperaron el poder en 1837, pero en 1840 el progresista
general Espartero asumió la Regencia tras una sublevación contra la reina María
Cristina. Pero fue depuesto en 1843 por un pronunciamiento, Isabel II (con 13 años) fue
declarada mayor de edad y comenzó a reinar.
6.3.- La década Moderada (1843-1854)
La reina Isabel II tenía la potestad de nombrar al Presidente del Gobierno, y por
sistema apoyó siempre al partido Moderado. Esto dio a su reinado un carácter liberal
conservador, favorecido porque el sufragio era censitario.
El sistema estatal era centralizado y uniformista. La Hacienda del Estado
centralizó los impuestos. Se elaboró el Código Penal. Se creó la Guardia Civil para
vigilar los caminos, perseguir a los bandoleros y mantener el orden.
En este período la nobleza se fusionó con la alta burguesía. El sistema de poder
favorecía que estas clases altas mantuvieran el poder, alejando del mismo a los
progresistas. La única vía que les quedaba a los progresistas para acceder al poder era la
insurrección, el pronunciamiento.
6.4.-El Bienio Progresista (1854-1856).
En 1854 los progresistas dieron un golpe de Estado (Vicalvarada), y llegaron al
poder (Desamortización de Madoz, Ley de Ferrocarriles).
6.5.- La descomposición del sistema (1856-1868).
En 1856 volvieron los moderados al poder. El nuevo Gobierno (general
O’Donnell) realizó una importante política exterior (Guerra de África 1859-1860;
intervención en México (1861-1862); Guerra del Pafíco (1864-1866); intervención en
Cochinchina (1858-1862)).
Pero el Gobierno fue derechizándose, aumentaron los incidentes, y la oposición
(progresistas, demócratas, republicanos) se unió para derribar a la reina que impedía a
progresistas y moderados radicales llegar al poder.
7.- El Sexenio Democrático (1868-1874).
7.1.- La revolución y el gobierno provisional (1868-1869).
Una crisis económica hizo crecer el malestar en la población. Los descontentos
con el régimen Isabelino (moderados radicales, progresistas, demócratas, republicanos)
se unieron para dar un golpe de Estado.
El pronunciamiento estalló en septiembre de 1868, extendiéndose a diversas
ciudades y guarniciones. Isabel II tuvo que marchar al exilio tras la derrota de sus tropas
(Puente de Alcolea).
Un Gobierno Provisional tomó el poder (generales Prim y Serrano), e implantó
un programa progresista: reconocimiento de derechos fundamentales, establecimiento
del sufragio universal masculino, reforma de la Enseñanza, democratización de los
Ayuntamientos… Se elaboró una nueva Constitución (1869).
7.2.- La Monarquía de Amadeo I (1870-1873).
Se eligió como nuevo rey a Amadeo de Saboya. Pero el monarca se encontró con
la oposición de los Moderados (partidarios de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II), de
los carlistas (partidarios de su candidato al trono, Carlos de Borbón), la Iglesia
(enemistada con los Saboya por la ocupación de los territorios del Papado en la
unificación italiana), y los republicanos (partidarios de implantar una República).
Estallaron insurrecciones en Cuba (Guerra Grande, 1868-1878), y se levantaron los
carlistas ( Tercera Guerra Carlista, 1872-1876).
Amadeo de Saboya abdicó (1873).
7.3.- La Primera República (1873-1874).
Las Cortes votaron entonces la implantación de la República. Pero los
republicanos no consiguieron ponerse de acuerdo en establecer un sistema unitario o
federal. Los monárquicos plantearon una dura oposición. Estallaron las revueltas
cantonales (Alcoi, Cartagena, Valencia, Sevilla, Málaga, Granada, Murcia…). Emilio
Castelar fue nombrado Presidente del Poder Ejecutivo de la República, pero al reabrir
las Cortes fue derrotado y dimitió. Entonces, el general Pavía dio un golpe de Estado, y
disolvió las Cortes. Ante la negativa de Castelar a seguir en el poder, asumió el
Gobierno el general Serrano.
8.- La Restauración borbónica (1874-1902).
8.1.- El Sistema Canovista.
En 1874 el general Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII,
hijo de Isabel II, en un pronunciamiento.
El político conservador Cánovas del Castillo elaboró el nuevo sistema político,
basado en el bipartidismo de los partidos Conservador y Liberal. No era un sistema
plenamente democrático, pero alcanzó la paz y la estabilidad política.
8.2- Bipartidismo y turno pacífico. El caciquismo y el falseamiento electoral.
Los partidos Conservador y Liberal coincidían en que el régimen debía de ser
una monarquía, con un Estado centralizado y unitario, y elecciones periódicas. Tras la
muerte de Alfonso XII (1885) y para evitar problemas políticos durante la Regencia de
María Cristina de Habsburgo-Lorena, establecieron un acuerdo para repartirse el poder,
independientemente de quien ganara las elecciones. Para ello, se negociaba de antemano
cuál de los dos partidos iba a ganar las elecciones, y se informaba de ello a los
potentados de cada distrito (“caciques”), que obligaban a los vecinos a votar lo
establecido. Este sistema, llamado “Caciquismo”, permitía a los dos partidos principales
alternarse en el poder, y dar una apariencia de democracia. Los partidos menores –
republicanos, carlistas, socialistas…) quedaron marginados.
8.4.- El surgimiento de los Nacionalismos.
Los Nacionalismos periféricos surgieron como reacción al Estado centralista en
defensa de sus identidades regionales.
- En Cataluña, la Renaixença literaria dio paso a reivindicaciones políticas de
autonomía.
- En el País Vasco, la abolición de los Fueros tras la 3ª Guerra Carlista
provocó el surgimiento de un movimiento de reivindicación de los Fueros,
que llevaría a la fundación del PNV (Partido Nacionalista Vasco)
-
En Galicia y Valencia los movimientos de reivindicación se politizaron muy
poco, manteniéndose como meramente culturales.
8.5- La crisis de 1898.
En 1895 estalló una nueva revuelta en Cuba, exigiendo la independencia. USA,
con grandes intereses económicos en la isla, apoyó a los rebeldes. Cuando un barco
norteamericano (el Maine) estalló en la bahía de La Habana, el Gobierno de Washington
acusó a España de atentado, y le declaró la guerra. La superioridad naval
norteamericana se impuso. España perdió todas sus colonias (Cuba, Puerto Rico y
Filipinas).
Esta derrota supuso un golpe moral que dio origen al Regeneracionismo, que
pedía una democratización real del Estado y el fin del caciquismo.