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TEMA 8 LA MOTIVACIÓN CONCEPTO DE MOTIVACIÓN La motivación es lo que causa el comportamiento, lo que da energía y dirección a la conducta. La motivación se utiliza para dar explicación a diferentes efectos que pueden ser constatados en el comportamiento observable de una persona: el comienzo de una actividad, el mantenimiento de un comportamiento, la dirección u objetivo que tiene el comportamiento, la intensidad y la finalización de un comportamiento. Los motivos son los procesos psicológicos que dan explicación al “porqué” del comportamiento observable de una persona. DEFINICIÓN: Podemos definir la motivación como un proceso multideterminado que energiza y direcciona el comportamiento. EL PROCESO MOTIVACIONAL El proceso motivacional implica unos determinantes internos y externos, que movilizan la intención de realizar un comportamiento con una determinada intensidad y dirección, comportamiento que en cuanto interactúa con el medio modificándolo o no, produce cambios en la propia intención, creando así un sistema de retroalimentación DETERMINANTES DE LA MOTIVACIÓN: Los determinantes internos son los que ejercen de tracción del comportamiento y se concretan en la herencia disposición idiosincrásica de una persona que se mantienen estable a través del tiempo y de las situaciones, conceptualizada muchas veces como instintos. Un “instinto” es un conjunto de respuestas genéticamente programadas que ocurre cuando las circunstancias son apropiadas, sin requerir un aprendizaje previo para su ejecución. La herencia es uno de los determinantes generales del comportamiento, debido a los mecanismos que están programados genéticamente en el organismo. La homeostasis Cannon (1939) estados estables logrados en cualquier momento por los procesos fisiológicos que funcional en el organismo vivo. No hace referencia a un estado estático, sino más bien todo lo contrario, un equilibrio dinámico constantemente cambiante. El crecimiento, los seres humanos están motivados a alcanzar un potencial completo, tanto en lo que se refiere a los aspectos físicos, como a los factores psicológicos y emocionales. Los procesos cognitivos los determinantes que provienen del tipo de información que una persona selecciona y del modo de procesar esa información, factores que influyen tanto en el tipo como en la forma de producir el comportamiento, tales como los planes, los propósitos, las metas o la intención. Los determinantes externos son los que ejercen de propulsión del comportamiento, implican el aprendizaje, muchas conductas motivadas se adquieren, desarrollan y mantienen por efecto del aprendizaje. El impulso crea una necesidad en el organismo, lo que hace que la persona lleve a cabo una conducta para satisfacer la necesidad y reducir el impulso. El hedonismo la existencia de una tendencia a aproximarse hacia lo que nos produce placer y a evitar lo que nos desagrada o nos produce dolor. Los procesos afectivos son motivos que activan, sostienen, regulan y organizan la conducta. La interrelación social las situaciones sociales tienen una gran influencia en nuestro comportamiento debido a que la presencia de otras personas alteran nuestra motivación, al tiempo que nosotros alteramos la de los otros. Determinantes Herencia Homeostasis Internos Crecimiento Procesos cognitivos Externos Aprendizaje Hedonismo Efectos Programas genéticos del organismo. Mantenimiento de niveles óptimos de activación del organismo. Variables biológicas. Necesidad de control del entorno. Planes, propósitos, metas e intención. Adquisición, modificación y mantenimiento de patrones de conducta por efecto del aprendizaje. Variables situacionales. Búsqueda del placer y evitación del dolor. Variables emocionales. Interrelación Alteraciones en la motivación debidas a la presencia de otras social personas. LA INTENCIÓN: Los planes: cuando una persona evalúa una situación, tendrá una representación ideal y una representación real de los hechos. La representación ideal tiene que ver con el debe ser, y por otro lado, está la representación de lo que es actualmente. Las metas: las personas que tienen metas consiguen más objetivos que aquellas que no las tienen. Para que una persona pueda elevar la motivación la meta tiene que ser difícil, desafiante y concreta, cuanto más difícil es la meta más esfuerzo hay que realizar para conseguirla, siempre que tengamos una meta clara y concreta. La disonancia cognitiva: las diferencias existentes entre los valores, creencias, ideas, pensamientos y acciones, y las conductas que realiza. La persona debe tener una consistencia (Coherencia) entre ellos, realizar realmente lo que cree que debería hacer. Las expectativas: las evaluaciones subjetivas de la probabilidad de alcanzar una meta. La expectativa de eficacia es la evaluación subjetiva que se realiza si podemos realizar una conducta y la expectativa de resultado es la evaluación para saber si la acción generará un resultado positivo o no. La atribución: las personas buscan cuál es la causa de los hechos que les ocurren. Fishbein (1967) el determinante inmediato de toda conducta motivada es la intención de ejecutar o de no ejecutar tal conducta, aunque esta intención estaría determinada a su vez por todos los determinantes internos y externos, como por la actitud hacia esa conducta, junto con las creencias normativas sobre la misma y la motivación para actuar según esas normas percibidas. Las influencias de las disposiciones generales sobre las conductas, en situaciones específicas, quedan atenuadas en gran medida por otros factores más inmediatos a la conducta y la situación, y se plantea que esas disposiciones generales influirían sobre una conducta únicamente de una forma indirecta, a través de esos factores más inmediatos. La intención es el factor motivacional que influencia directamente a la conducta como indicador de con qué intensidad se está dispuesto a intentar o cuánto esfuerzo se pretende dedicar para ejecutar el comportamiento en cuestión. La intención conductual es considerada un antecedente inmediato de la conducta real, de manera que cuanto más fuerte sea la intención de comprometerse en una acción o de lograr ciertos objetivos, más probable será que se produzca la conducta. La relación entre intención y conducta es más evidente cuanto mayor es la correspondencia entre los niveles de especificidad en que se operativizan la intención y la conducta. Puede ocurrir que la intención no llegue a plasmarse finalmente en la conducta; pero en ausencia de factores situacionales altamente específicos que limiten su capacidad de decisión y acción, la conducta manifiesta depende fundamentalmente de la intención que la persona tenga al respecto. La intención está determinada por dos factores: la actitud hacia la conducta, la evaluación personal favorable o desfavorable de esa conducta, la creencia acerca de que ésta lleva a ciertas consecuencias y a la evaluación de esas consecuencias, se refiere únicamente a la ubicación de la persona en una dimensión evaluativo o afectiva bipolar con respecto a esa conducta; conciben la actitud hacia una conducta como un constructo unidimensional y de naturaleza afectiva. La norma subjetiva, es el elemento que introduce la percepción que tienen las personas sobre la presión social que les induce a realizar o no ciertas conductas. Las creencias sobre lo que otras personas o grupos de personas esperan que una persona en concreto haga en relación con una conducta y las motivaciones para cumplir con esas personas o grupos. Este elemento introduce la percepción que tienen las personas sobre la presión social, que les induce a realizar o no realizar cierta conducta. Cuanto más intensamente piense una persona que las personas que son importantes para ella creen que debería comportarse de determinada forma, más proclive será su intención de comportarse de esa forma, la norma subjetiva influye sobre la intención del individuo independientemente de cuál sea su actitud personal sobre la conducta, tanto favorable como desfavorable. Tanto la actitud hacia la conducta como las normas subjetivas están determinadas por ciertas creencias relacionadas con la conducta en cuestión. Tales asociaciones pueden derivarse, a partir de la observación directa (creencias descriptivas), del razonamiento silogístico o de procesos de atribución causal (creencias inferenciales), la información que proporcional fuentes externas (creencias informacionales), en la mayoría de las ocasiones, para cada persona en concreto, sólo son realmente relevantes unas pocas creencias, sólo aquellas que de verdad son importantes para ella en un momento dado. A estas creencias se las designa como creencias sobresalientes. La actitud de una persona hacia una conducta está determinada por no más de cinco a nueve creencias sobre esa conducta, sobresaliente en ese momento concreto, y la norma subjetiva que un individuo tiene en relación con cierta conducta está determinada por no más de cinco a nueve creencias normativas sobresalientes para él en ese momento concreto. La formación de la actitud hacia una conducta (o hacia cualquier objeto) se explica mediante procesos de aprendizaje: Cada uno de los atributos percibidos en una conducta tiene asociada una respuesta evaluativo implícita, la actitud del individuo hacia ese atributo. Que esas respuestas evaluativos se asocian a la conducta mediante procesos de condicionamiento. Que las respuestas evaluativos condicionadas se integran en una única respuesta evaluativo global. Que en futuras ocasiones, la conducta elicitará la respuesta evaluativo global, la actitud del individuo hacia la conducta. Son dos los componentes que intervienen a la hora de formar la base cognitiva de la actitud hacia la conducta: La intensidad de las creencias conductuales, o probabilidad subjetiva (expectativa) de que la ejecución de la conducta reportará el atributo al que alude la creencia. La evaluación subjetiva (valor) del atributo en cuestión. Las normas subjetivas, como las actitudes, también se derivarían a partir de dos elementos, las creencias normativas de grupo o individuo referente y la motivación de la persona para acomodarse o cumplir con ese referente (Fishbein y Ajzen, 1975). Las creencias normativas son las creencias que la persona tiene sobre lo que determinadas personas piensan respecto a si ella debe o no comportarse de cierta forma, son creencias sobre las expectativas que los otros tienen en relación con nosotros y nuestro comportamiento en ciertas situaciones, se generan fundamentalmente de dos formas: Porque cierta persona o cierto grupo de personas nos digan cómo creen que deberíamos actuar en cierta situación. Porque sin que nos digan realmente, nosotros inferimos, a partir de la observación de ciertos hechos o de cierta información, cuál es la expectativa que esa persona o grupo de personas tienen sobre cómo deberíamos actuar en esa situación. La intención está determinada por la actitud hacia la conducta, las normas subjetivas y el control percibido, el cual a su vez actuará sobre la propia ejecución de la conducta. LA ACTIVACIÓN MOTIVACIONAL: La activación es una de las variables responsables del inicio, mantenimiento, intensidad y finalización de la conducta motivada. El primer efecto de la activación es la producción de comportamiento, es decir, el inicio o finalización del mismo. Una segunda característica de la activación está relacionada con el mantenimiento del comportamiento en una determinada actividad. Otra característica de la activación es la intensidad del comportamiento que en principio mantiene una relación directa con el nivel de activación. Comportamiento Producción Efectos de la activación Incrementos en la activación inician comportamientos y su reducción los finalizan. Mantenimiento A la mayor activación, mayor persistencia del comportamiento. Intensidad A mayor activación, mayor intensidad del comportamiento. LA DIRECCIÓN DEL COMPORTAMIENTO: Mediante la dirección se hace referencia a la tendencia a acercarse o evitar un determinado objetivo o meta. El concepto de direccionalidad recoge, los objetivos del comportamiento determinados genéticamente, que proporcionan un comportamiento mecánico del organismo, tanto la dirección como la intensidad de la conducta están directamente relacionadas con el estado de necesidad biológica generado por el organismo. Metas autopropuestas, típicas del comportamiento humano, en las cuales la dirección de la conducta está influida de forma directa por las situaciones y la historia de aprendizaje previa de la persona. El desarrollo de las capacidades psíquicas y la interacción con el aprendizaje van produciendo un incremento de la autodirección del comportamiento y una reducción de la motivación genéticamente determinada. Cuando las posibilidades de elección de objetivos se reducen de tal modo que permiten decidir fácilmente qué tipo de comportamiento y hacia dónde se orientará dicho comportamiento, la característica de la dirección adquiere una importante consideración como predictor de la conducta motivada. Cuando las posibilidades de elección aumentan el comportamiento se torna más difícil de predecir y se pone más claramente de manifiesto la importancia de este elemento del proceso motivacional. TIPOS DE MOTIVOS El motivo es una disposición relativamente estable para ejecutar determinado tipo de acciones. Madsen (1980): MOTIVOS PRIMARIOS: También llamados INNATOS o BIOGÉNICOS: motivaciones centrales que, están relacionados con la subsistencia del individuo y de la especie. Los principales determinantes son: herencia, homeostasis y hedonismo. MOTIVOS SECUNDARIOS: También llamados ADQUIRIDOS o PSICOGÉNICOS, Son motivaciones centrales que, después de un proceso de aprendizaje, están relacionados con el crecimiento general de la persona. Los principales determinantes son: aprendizaje, interrelación social, crecimiento y procesos cognitivos. Si bien es cierto que los motivos primarios son comunes a todas las especies, los motivos secundarios parecen ser patrimonio fundamentalmente de la especie humana. Motivos primarios: Las variables que permiten la supervivencia oscilan entre unos valores máximos y mínimos biológicamente determinados, con una clara tendencia a un punto medio u óptimo (homeostasis). Pero en el ser humano, los motivos primarios se acompañan de comportamientos secundarios, que pueden llegar a ser más importantes que las propias motivaciones fisiológicas. LA SED Y LA CONDUCTA DE BEBER: Es la necesidad sistemática de ingerir líquido debido a mecanismos homeostáticos. Los mecanismos fisiológicos de regulación de la sed dependen del riñón y del hipotálamo. Además existen mecanismos conductuales de regulación para cuando no se puede restablecer el equilibrio mediante mecanismos fisiológicos. Los determinantes de la sed y la conducta de beber son: Homeostasis, Procesos Cognitivos, Aprendizaje y la Interacción Social. Determinantes Homeostasis Efectos Balance de líquidos regulado por los riñones. El área lateral preóptica del hipotálamo controla la deshidratación celular. Procesos cognitivos Creencias sobre los efectos de la ingestión. Aprendizaje Estímulos ambientales que incitan al beber. Interacción social Normas y usos sociales sobre la conducta de beber. Roles sociales. EL HAMBRE Y LA CONDUCTA DE COMER: Se corresponde con la necesidad de ingerir alimentos, dependiente de mecanismos fisiológicos de regulación. La conducta de comer en el ser humano se encuentra regulada tanto por mecanismos internos fisiológicos, como por mecanismos externos o ambientales. Los determinantes del hambre y de la conducta de comer son: Homeostasis (hipotálamo, sistema gastrointestinal), Procesos Cognitivos, Aprendizaje e Interacción Social. Determinantes Efectos Porción ventromedial del hipotálamo que regula la saciedad. Porción Homeostasis lateral del hipotálamo que regula el hambre. Sistema gastrointestinal que regula el hambre a corto plazo. Procesos cognitivos Actitudes selectivas sobre los alimentos. Aprendizaje Estímulos ambientales asociados al comer. Interacción social Ajuste de la conducta de comer a las normas de comportamiento social. LA CURIOSIDAD Y LA CONDUCTA EXPLORATORIA: Comprenden las actividades que implican respuestas destinadas a provocar cambios en las condiciones estimulares. La curiosidad es el determinante motivacional que activa las conductas exploratorias. Hipótesis explicativas: nivel óptimo de activación y búsqueda de sensaciones de Zuckerman. Los determinantes son: homeostasis (formación reticular e hipotálamo), Procesos Cognitivos. Determinantes Homeostasis Efectos La formación reticular e hipotálamo son responsables de mantener un nivel de estimulación óptima. La atención está modulada por la variedad y novedad en la estimulación. Procesos cognitivos El grado de desafío de la tarea y la habilidad para desarrollarla, modulan la experiencia y la conducta exploratoria. EL SUEÑO Y LA CONDUCTA DE DORMIR: Forma parte de los ritmos circadianos. El ciclo vigilia-sueño sobrepasa las 24 horas del ciclo luz-oscuridad, oscilando alrededor de las 25 horas. El sueño se divide en sueño lento, o fase NMOR, y sueño paradójico o fase MOR. Como determinantes de la conducta de dormir están la Homeostasis controlada por los ritmos circadianos del NSPQ (núcleo supraquiasmático) en el hipotálamo, y un aprendizaje basado en el ajuste del reloj biológico a las exigencias ambientales. Determinantes Efectos Homeostasis Regulación de ritmos circadianos por los núcleos supraquiasmáticos. Aprendizaje Ajuste del reloj biológico a las exigencias ambientales. EL SEXO Y LA CONDUCTA SEXUAL: En la especie humana está asociada a la procreación y a la obtención de placer y gratificación. Los determinantes de la conducta sexual en el ámbito homeostático están controlados por hormonas como los andrógenos y estrógenos, regulado por el hipotálamo, los Procesos Cognitivos responsables de la activación sexual y el aprendizaje mediante la creación de roles sexuales y de las condiciones ambientales facilitadoras. Determinantes Homeostasis Efectos Activación producida por estrógenos y andrógenos, regulados por el hipotálamo (estimulación glándula pituitaria). Procesos Responsable de la activación (dirección) sexual. cognitivos Aprendizaje Creación de guiones y roles sexuales. Condiciones ambientales facilitadoras de la activación sexual. Motivos secundarios: Representan necesidades que son adquiridas, y que, se encuentran fundamentalmente determinadas por el medio ambiente y por la cultura imperante en el mismo. MOTIVACIÓN DE LOGRO: Se trata de una necesidad de hacer las cosas del mejor modo posible, no tanto por conseguir la aprobación de otras personas, sino por la propia satisfacción de hacerlas. Las características de la conducta desencadenada son: búsqueda activa del éxito en el rendimiento profesional, conductas emprendedoras, asunción de responsabilidades, interés por la información sobre su rendimiento, eficacia en tareas desafiantes, preferencia por tareas de dificultad moderada, evitación de riesgos extremos. El desarrollo de motivo de logro se inicia a los 3 o 4 años y parece tener su origen en el ambiente familiar. Búsqueda activa del éxito en el rendimiento profesional, asumiendo riesgos, pero sin exceder sus capacidades reales. Conductas emprendedoras, con interés por los negocios o actividades empresariales. Asunción de responsabilidades de su comportamiento. Interés por la información sobre el rendimiento de su comportamiento. Búsqueda activa de nuevas formas de realizar las tareas que conduzcan al objetivo deseado. Ejecución más eficacia en las tareas que les resultan desafiantes. Mejor rendimiento ante tareas que suponen motivación intrínseca. Preferencia por tareas de dificultad moderada. Evitación de riesgos extremos, aunque asumiendo muchos riesgos calculados. MOTIVACIÓN DE PODER: Se pone de manifiesto la necesidad que muestran las personas de influir en los demás, de persuadir o controlar a otras personas, con objeto de conseguir su reconocimiento y aceptación sobre nuestros propios comportamientos. Las características de esta conducta son: intención de convencer o persuadir a otros de diversas cuestiones, manifestación de comportamientos asertivos, competitivos o agresivos, realización de conductas cuyo objetivo es el lograr prestigio ante los demás, utilizar al grupo en beneficio propio. El desarrollo de este motivo es en edades muy tempranas en el seno de la educación familiar. - Intención de convencer y persuadir a los demás acerca de diversas cuestiones, incluso llegando a elegir actividades profesionales donde se puede ejercer influencia sobre otras personas. - Manifestación de comportamientos asertivos, competitivos y agresivos. - Realización de conductas cuyo objetivo es lograr prestigio ante los demás. - Utilización en su propio beneficio de los miembros del grupo al que pertenecen. - Pueden llegar a ser buenos líderes, en el caso de que su comportamiento se oriente a la tarea, rehuyendo el beneficio personal. - Evaluación y juicio de los demás guiados por estereotipos, siendo más susceptibles de estar influidos por prejuicios. MOTIVACIÓN DE AFILIACIÓN: Se refiere al interés por establecer, mantener o restaurar una relación afectiva positiva con una o varias personas. Se trata de una necesidad de ser aceptado socialmente por los demás y de tener seguridad en las relaciones interpersonales. Va acompañada de miedo al rechazo interpersonal. Algunas características la conducta desencadenada son. Elevación en la participación en las conversaciones de grupos pequeños, mantenimiento de un compromiso mayor con la pareja, búsqueda activa de los demás, incremento de las relaciones amorosas y tempranas convivencias en pareja, reducción del tiempo libre que se está sólo. El desarrollo de este motivo se fundamenta en que en la infancia el niño aprende a relacionar la presencia de los demás con la satisfacción de sus necesidades fisiológicas y psicológicas. - Elevación de la participación en las conversaciones de pequeños grupos. - Elección de estilo de vida y vivienda que facilite el contacto social, más que la intimidad. - Mantenimiento de un compromiso mayor con la pareja. - Búsqueda activa de los demás. - Elección de compañeros y amigos para la realización de actividades en grupo, independientemente de que sean más o menos competentes en la tarea. - Incremento de las relaciones amorosas y temprana convivencia en pareja. - Reducción del tiempo en el se está solo. - Evitación de comentarios susceptibles de promover divisiones en el grupo en que se encuentren.