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26 octubre 2001
“FUNDAMENTOS DE LA ECONOMÍA SOCIAL”.
LA ECONOMÍA SOCIAL. CONCEPTO Y ENTIDADES
QUE COMPRENDE.
AUTOR: Francisco Pérez Giner
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1.- La Economía y la Economía Social. Concepto y contenido.
1.1.- La "neutralidad" o "beligerancia" social de la Economía.- Su relación con la
ética
1.2.- Denominación.
1.3.- Notas características.
1.4.- Contenido de la Economía Social.- La actividad económica desde el punto de vista
de la función social que realiza.
1.4.1.- La delimitación del contenido por el inventario del tipo de entidades
que puede encuadrar.
1.4.2.- Principios básicos de cada “ órbita” o zona, y tipos de entidades que
comprende.
1.4.3.- La delimitación del contenido, no por la forma sino por el objetivo de
las empresas.
1.4.4.- Interés de la cuestión a efectos teóricos y a efectos de su protección por
los poderes públicos
1.4.5.- Conclusión sobre el contenido de la Economía social (a efectos de su
protección por los poderes públicos).
1.4.6.- Concepto que se propone.
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2.-La Empresa y la empresa social.
2.1.- Revisión de conceptos básicos
su aproximación a los de empresas sociales.
2.1.1.- El trabajo.2.1.2.- La empresa.2.1.3.- El mercado.2.1.4.- El desarrollo.2.1.5.- La gestión.2.1.6.- El beneficio económico.
<19>
empresariales .- Tendencias actuales y
2.2.- La Empresa “cooperativa”.
<26>
2.3.-: Actitudes Cooperativas.
<29>
2.4.- Concepto del cooperativismo.
<31>
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(Los signos “<...>”, corresponden a la referencia bibliográfica en la biblioteca del Centro, que
todavía está en Pº Constitución, 7ª, aunque para cualquier consulta en él, conviene llame primero al
976791012, hablando conmigo).
“Sí; otro mundo es posible”
(pancarta que encabezó la manifestación
de O.N.G.s, el 31 agosto 2001 en la Conferencia sobre el racismo de Durban (Suráfrica) .
“¿Cuál es el mejor Gobierno?. Aquel que nos
enseña a gobernarnos nosotros mismos”
Goethe.- “Un Jardín de Tranquilos Pensamientos”.
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1.- La Economía y la Economía Social. Concepto y contenido.
<NOTA: Para el desarrollo de este apartado, puede consultarse en la biblioteca del Centro, el
folleto “La Economía Social. Concepto y entidades que comprende”, del mismo autor,
registrado con el nº R.- 942>
Tratatamos de analizar o descubrir aquí el sentido básico de la economía social: el por
qué existe, para qué nació y para qué sirve. Empecemos por puntualizar algo obvio: la
Economía Social añade a la Economía los criterios sociales. Es necesario incluir entre ellos a
los éticos pues si no, caemos en corporativismo, mafia, egoismo de grupo.
1.1.- La "neutralidad" o "beligerancia" social de la Economía.- Su
relación con la ética
La palabra economía etimológicamente significa gestión de la casa, del hogar. Pero
hoy se suele definir como la ciencia que estudia la forma de administrar bienes escasos,
susceptibles de usos alternativos, para lograr la combinación más adecuada en orden a la
mejor satisfacción de nuestras necesidades. Por "necesidades" se entiende lo que es
demandado, de manera que igual se considera un "bien económico" (si tiene venta) la medicina
que nos restablece la salud, que el tabaco que nos la quita.
Frente a ese sentido instrumental, aséptico, de técnica al servicio de un fín frente al
que la economía permanece "neutral", es útil recordar la definición inicial que nos da su
etimología, tan modesta pero tan humanista, para gestionar los medios de que disponemos, al
servicio del fin de vivir mejor, o sea, al servicio de la persona humana y de la sociedad en que
vive. Ese planteamiento, origina un cambio tan radical como el que hizo Copérnico al decir que
la tierra giraba alrededor del sol, y no al revés. Aquí se trata mas bien de una rectificación,
volviendo a los criterios iniciales, porque la economía nació muy vinculada a la ética, pero cayó
en la obsesión “cientifista” de buscar su neutralidad y asepsia.
Vamos a estudiar la economía con el calificativo de "social". Yo creo que el Principito
de Saint Exupery, preguntaría ingenuamente: “¿pero es que puede existir otra?”. Sin embargo,
el planteamiento mas extendido es el de que la economía debe ser una ciencia neutral, que se
limita a estudiar la combinación más idónea de los medios de que disponemos, para lograr el
fin perseguido. Al buscar, desde la propia denominación, un efecto "social", la ciencia
económica deja de ser "neutral”, para pasar a ser beligerante: aspira a satisfacer las
necesidades que socialmente son más atendibles y por los medios sociales más convenientes.
Y al igual que, tradicionalmente, se prima que se produzcan artículos de más interés
estratégico o los que traigan -o eviten que salgan- divisas o incorporen trabajo y demás valor
añadido; y se castiga, incluso con normas penales, las actividades “económicas” que no
respetan los derechos de los demás o el interés de la Comunidad; del mismo modo, pensando
con una visión mas amplia de los objetivos a perseguir con la gestión económica, habrá que
atender también con criterio social a la creación de riqueza y a su distribución, por lo que se
habrá de primar a las empresas que cumplan mejor función social.
Hoy nadie discute la vinculación del desarrollo humano con la economía:
- Siempre ha sido necesaria la satisfacción de necesidades para sobrevivir y
para desarrollar la propia vida y las propias potencialidades (aunque la escala de necesidades
de Maslow no es, en absoluto, una regla matemática)
-Pero hoy, además, se ha impuesto en el mundo el criterio de que el desarrollo
económico es un signo y un índice de desarrollo humano, de forma que cualquiera que no
tenga un nivel económico creciente, normalmente no se siente satisfecho, y son económicas la
mayoría de las aspiraciones formuladas por los individuos.
Es cierto que las afirmaciones anteriores se han exagerado con mucha frecuencia,
llegando en muchos casos a identificar prácticamente el bienestar o el desarrollo con el
Producto Interior Bruto o la renta per cápita. Pero aunque desde luego sin caer en esos
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extremos, es necesario reconocer su importancia. La O.N.U., procurando corregir los excesos
citados, elabora un "índice de desarrollo
humano", en el que no se tiene en cuenta sólo la economía, pero se le da un lugar importante
junto a otros baremos como la esperanza de vida al nacer, el analfabetismo, salud, etc.
La ética es un tema esencial para la convivencia, hay que olvidarse de etiquetas
puestas de moda por los que están de vuelta (sin haber ido nunca), y pensar las cosas. La
economía nació muy vinculada a la ética (las preocupaciones básicas de los primeros
centíficos
de la economía, eran éticas), pero cayó en la obsesión “cientifista” de buscar su neutralidad y
asepsia. Hasta que no ocurre una catástrafe (“Watergate”en su día; atentados terroristas del 11
de setiembre, para querer controlar el dinero de los terroristas), no se recobran criterios éticos...
y generalemente sólo entonces se toma conciencia de su necesidad, e incluso esto, sólo
porque son rentables, y en tanto lo sean (el buen servicio post venta de los grandes almacenes
es una norma ética, pero su asunción por los vendedores no está motivada por criterios éticos,
sino por la experiencia de que eso genera confianza en el cliente, lo que le lleva a comprar más
allí.).
La Declaración fundamental de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) alude a que
las cooperativas “Asumen, tradicionalmente, los valores éticos de Honestidad, Transparencia,
Responsabilidad y Vocación social”. Ya os hablará del tema José María Larrañaga, pero yo
quiero resaltar que la eficacia de estos valores, ha de concretarse en normas que juzguen y
evalúen conductas propias y ajenas, así como también en motivación para actuar en beneficio
de la sociedad (interna, de la cooperativa, y externa, de la sociedad entorno)
Para la teoría liberal, “la responsabilidad social de la empresa es incrementar sus
beneficios”: Al cumplir con ese objetivo, la empresa queda “santificada”, porque en una
economía de mercado el beneficio empresarial es precisamente la señal de que la empresa
responde a lo que la sociedad demanda; las ganancias son un premio que le permite invertir y
asegurar que ese bien que confiere a la sociedad pueda prolongarse. Los liberales siguen
defendiendo que en el mercado no gana el mas fuerte, sino el mas eficiente y la historia rebosa
de ejemplos que prueban que un débil pero innovador David puede derrotar a un poderoso
pero rígido Goliat. El mercado fomenta la ética, dicen, porque la premia y castiga sus
violaciones. (si alguien prueba a engañar en un mercado, verá lo difícil que le resulta volver a
operar en él).
Frente a ese planteamiento, la tendencia actual sobre la responsabilidad empresarial,
que se puede sintetizar en la “stakeholder theory”, alega que la empresa no debe responder
sólo ante los accionistas, sino ante todos los que tienen un stake (interés) en ella, es decir, los
que están afectados por ella: además de los propietarios, los empleados, los suministradores,
los clientes y la comunidad donde actúa. El objetivo será pués coordinar todos esos intereses.
4
Encuesta para que la piense cada uno:
Un gerente,
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¿Debe ser leal con su empresa?.
¿Por qué?.
¿Aunque le paguen poco?
¿Aunque tenga la oportunidad de hacer un buen negocio, limpio y particular?
¿Aunque le bastara para retirarse de por vida?
¿Y con los socios de su empresa en concreto,
con los clientes,
con el público,
con las autoridades locales,
con Hacienda?
¿Qué ventajas le proporcionará ser leal, ser ético?:
- económicas directas
- de dejarse la puerta abierta para la próxima vez, por si la hay
- de consideración social
Además de ésas, ¿Hay alguna otra ventaja o motivo para ser ético?
- de consideración social
- ¿Además de esas, hay alguna otra ventaja, o motivo para ser ético?
1.2.- Denominación
Aunque no exista consenso todavía sobre su nombre y contenido, es comunmente
aceptado que existe un sector económico diferenciable, con características comunes, al que se
le llama con expresiones como Economía Social, Tercer Sector, Tercer Sistema, Sector No
Lucrativo, Sector Informal, Sector Voluntario... Y es importante que elijamos bien el nombre y
delimitemos el concepto, porque, “si no somos capaces de delimitar conceptualmente lo que
son las entidades del Tercer Sector o de la Economía Social, no seremos capaces de
contarlas; no seremos capaces de analizar su impacto en las políticas de empleo, no seremos
capaces de evaluar su eficacia en la creación de empleo” (José Luís Monzón en la lección
inaugural del curso 2000/01 en Esc. Univ. Ests. Sociales de Zaragoza). De ahí depende que
sepamos de qué hablamos; y de las cifras que supone el colectivo de que hablamos (cuántos
son), dependerá qué fuerza tendrían si consiguieran tomar conciencia de su unidad, y actuar
en consecuencia; e incluso ese es un requisito previo necesario para poder conectar con los
conceptos y cifras de la Contabilidad Nacional, facilitando así la intervención de los poderes
públicos, porque la E.S. tiene derecho a un trato especial y preferente de los poderes públicos,
como se verá.
Se trata de un concepto que está todavía en elaboración, aunque ya se usó en Francia
en 1.883 y, curiosamente, en Zaragoza probablemente por influencia francesa se dió ese
nombre a un certamen y una sección de la Exposición en el Centenario de los Sitios (1.908).
El liberalismo, con su teoría de que el máximo beneficio colectivo se obtiene por la
simple acumulación de los intereses individuales, defendidos por sus beneficiarios ("dejad
hacer; dejad pasar: el mundo marcha por sí mismo"), olvidaba cualquier alusión al término
"social", aunque, de hecho, siempre aceptó una serie de frenos y correcciones para las
consecuencias más graves que originara la desigualdad que nace de la libertad, tanto por
exceso de poder (ej.: monopolios) como por defecto (masas paupérrimas) 1
Por su parte, la Iglesia Católica elaboró su "Doctrina Social", ante la “miseria
inmerecida” de los trabajadores, llamando a la solidaridad y a que el contrato de trabajo asuma
influencias del contrato de sociedad.
Los socialistas franceses en la década de los ochenta, restablecieron el uso de la
expresión "Economía social", e incluso aprobaron - por unanimidad - una Ley con ese nombre
Entre las correcciones al liberalismo, conviene recordar por ejemplo la política de defensa de la
competencia de la Comisión Europea, que somete a su control y autorización cualquier ayuda pública a
las emnpresas
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el 20-7-83, y crearon una Secretaría de Estado. En el actual Gobierno francés, es un Ministerio,
de los considerados “menores”. En ese país como en Bélgica, se la considera un sector
intermedio entre la economía privada (de particulares, con la máxima ganancia como objetivo)
y economía pública (de los poderes públicos, que persigue el interés general)
Incluso la expresión se ha extendido a la vez que la influencia del CIRIEC (que es una
organización internacional con sede en Bélgica y secciones nacionales en muchos paises de
Europa, América e incluso Japón), imponiendose en muchos paises de Latinoamérica (con
algunas variantes como Economía Solidaria, en Colombia).
Alemania utiliza la expresión de "Gemeinwirstchaft" que se puede traducir por
"Economía de las Empresas de Interés General", en la que no se tiene en cuenta la naturaleza
jurídica del dueño, sino las funciones y objetivos que se persiguen, por lo que quedan incluidas
las empresas públicas.
En España, la Constitución utiliza a la vez con mucha frecuencia (ver cap. 3º del Tít. I)
los conceptos de “económico” y “social”, pero siempre de forma yuxtapuesta, separandolos por
una coma o una conjunción copulativa, como si los considerara más bien lineas paralelas qe
convergentes. El artículo 129, anuncia que los poderes públicos promoverán diversas formas
de participacion, y en concreto, las cooperativas.
El mundo anglosajón, y en especial Estados Unidos, prefieren hablar de “Sector No
Lucrativo”, marcando pues el acento en la ausencia de ánimo de lucro más que en tratarse de
“sociedades de personas” que aplican la democracia a las relaciones económicas.
Israel habla de Economía Obrera, incluyendo, además del kibbutz, fórmulas mixtas.
Otras expresiones utilizadas son las de "Economía Participada", "Colectiva" o
"Comunitaria", Sector Solidario de la Economía, sector de la Economía del Trabajo (S.E.T., en
conclusiones III Congreso COLACOT, Bogotá, 1984), ... y se mantiene el gusto por calificarla
de “tercer” algo (tal vez para rememorar la expresión de “tercer Estado” que hizo fortuna
durante la Revolución francesa), pese a todos los inconvenientes que tiene cualquier
denominación basada en la alusión a otros), como por ejemplo Tercera Vía, Tercer Sistema o
Tercer Sector. Incluso a veces se identifica (indebidamente) con otros conceptos, también a
veces equívocos ellos mismos, como “Sector Informal” o “de voluntariado”
1.3.- Notas características.
Es habitual la consideración de "r e s i d u a l": lo que no es ni privado~capitalista, ni
público (lo que lleva a las expresiones de "tercer" algo). Así, se ha definido por vía de
exclusión: "todo lo que no responde al ánimo de lucro mercantil" (S. Reyna. Prólogo a nº 0 de
CIRIEC), o lo que siendo social no es estatal ni privado. Sin embargo, por mi parte, prefiero
delimitar el concepto buscando notas propias (como hago a continuación), o realizando un
inventario de los tipos de entidades que se pueden encuadrar en la Economía social, aún a
sabiendas de que tal inventario nunca será exhaustivo, pues “de cualquier forma que el hombre
quiera obligarse, queda obligado", y la mejor fórmula en cada caso, debe ser la que "inventen"
los interesados, (lo que, por cierto, es un reto a los jóvenes: que además de criticar lo que
encuentran mal, lo arreglen ellos, pasando, al menos, de la protesta a la propuesta), o bien
combinando ambos criterios.
Si solo se tiene en cuenta la entidad titular, se exige que no sea pública. En cambio,
cuando se acentúa la atención al interés general, como en Alemania, se incluye a las empresas
estatales, de otros entes públicos, y desde luego participadas. Por su parte, la expresión
“Sector No Lucrativo”, admite en su seno a todas las entidades que se rijan por normas no
democrráticas sino jerárquicas, como es el caso de las de la Iglesia Católica. O sea, que el
nombre de alguna manera lleva implícitas las características de su contenido y los tipos de
instituciones que abarca.
Los principios de la Carta Social Francesa, pueden resumirse en éstos:
-libre adhesión
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-gestión democrática.
-ausencia de "ánimo de lucro", en el sentido de no repartir el beneficio o
excedente en proporción al capital aportado (suelen trabajar con capital, pero no trabajan para
el capital, sino que el capital tiene un carácter instrumental al servicio de la finalidad social)
y -no dependencia del Estado, ni de otros poderes públicos
(Comunidades Autónomas, Diputaciones o Ayuntamientos).
Es necesario aludir a que la diferencia mas importante en cuanto al concepto, está
entre la idea continental europea de “Economía Social” y la anglosajona (sobre todo
norteamericana) de “Empresas no lucrativas”. El CIRIEC España, intenta abarcar las dos,
aunque para ello tenga que hacer una definición tan extensa como la que luego veremos. El
presidente del CIRIEC España, José Luís Monzón, en la conferencia citada, intenta integrar los
conceptos anglosajón y continental europeo, distinguiendo dos grandes corrientes o enfoques
de la Economía Social:
* El enfoque de Economía Social, del Tercer Sector, de raiz continental
europea (francesa, ya del siglo XIX), y que incluye fundamentalmente a tres grandes
familias: las Cooperativas, las Mutualidades y las Asociaciones, con diferentes
variantes en los ámbitos nacionales de cada país (en España están las Sociedades
Laborales y las Sociedades Agrarias de Transformación), y este enfoque continental
europeo de Eco. Soc., tiene como característica esencial definitoria de las entidades de
E S fundamentalmente el que son organizaciones en las que el capital social no
manda; es decir, que son organizaciones en las que hay una primacía de las personas
sobre el capital en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios;
fundamentalmente, hay una regla de funcionamiento democrático, que con
matizaciones podemos resumir en el principio de “una persona, un voto”, y hay otra
regla que dice que los beneficios, en el caso de que se distribuyan, se distribuyen con
crierios distintos a los de las sociedades mercantiles: no se distribuyen en proporción al
capital, sino con otros criterios. En definitiva, las entidades o empresas de E.S. trabajan
muchas veces con capital, pero no trabajan para el capital, sino que el capital tiene un
carácter instrumental al servicio de la finalidad social, y no al revés. Y son empresas
que tratan de satisfacer las necesidades de los socios a través del mercado,
compitiendo en el mercado
* El enfoque “Non Profit Organisation”, el enfoque de Organizaciones no
lucrativas, que es un enfoque desarrollado por la literatura anglosajona, sobre todo por
los norteamericanos. Parte de una definición de entidad no lucrativa que hizo en
Estados Unidos Weisbrood a mitad de los años setenta: “una Entidad es No Lucrativa
cuando en virtud de sus reglas constitutivas, no puede repartir ningún tipo de beneficios
entre sus propietarios o entre los administradores que controlan la organización de las
entidades del Tercer Sector o No Lucrativas. Y ha establecido como características
fundamentales que han de ser organizaciones privadas (lo mismo que en la la E.S.:
quedan excluidas las Entidades del Sector Público), con autogobierno, con una cierta
componente de trabajo altruista o voluntario no remunerado, y no han de repartir
beneficios. Entre las características del Sector No Lucrativo que acabamos de citar, no
aparece pues para nada el carácter democrático: pueden ser democráticas, o no serlo.
Incluso es tanta la tendencia expansiva del concepto de Economía Social, que los
intentos de incluir a los autónomos, son muy fuertes.
1.4.- Contenido de la Economía Social.- La actividad económica
desde el punto de vista de la función social que realiza.
De acuerdo con lo dicho a propósito del concepto de Economía y su exigencia
social, clasifiquemos los diferentes tipos de unidades económicas, en relación con la función
social que realizan.
1.4.1.- La delimitación del contenido por el inventario del tipo de entidades que
puede encuadrar.
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La carta de la Economía Social Francesa incluye a entidades con tres formas jurídicas
posibles: cooperativas, mutuas y asociaciones (siempre que estas últimas tengan actividad
económica sensible)
Por mi parte, empezaré por resaltar que la Sociedad Civil se estructura -y así ha de sera través de organizaciones múltiples y de formas y especies variadísimas (clubes,
Fundaciones, Asociaciones, Colegios Profesionales, Empresas, Agrupaciones... y un inmenso
etcétera) que la hacen presentar una imagen que está muy lejos de la figura de un jardín
(aunque no pensemos en uno de tipo francés, simétrico y ordenado), y mas próxima a un
bosque natural, y probablemente de la zona tropical, variadísimo y salvaje.
A mí me parece lo más razonable que el elemento caracterizador sea la forma en que
se toman las decisiones, así como la relación que tienen las personas que toman las
decisiones con la necesidad o interés a atender. Sólo creo que se puede hablar en sentido
estricto de Economía Social, cuando sean los propios beneficiarios quienes decidan por medio
de autogestión o autoayuda, pero con conciencia de solidaridad, para que el beneficio no se
quede solo en ellos, y repercuta en la colectividad en que se desenvuelven (lo que le distingue
del corporatismo, e incluso de la autogestión sin más).
Para poder agrupar los distintos tipos de entidades que tienen un grado similar de
atención a fines sociales y una forma similar de tomar las decisiones, he elaborado el gráfico
de una especie de "planetarium" distinguiendo grados u órbitas de servicio del interés Social
(“socialidad” podría ser la palabra). Ello permite analizar los diferentes tipos de empresas, en
consideración a la función social que realizan, lo que creo que puede ser muy útil, no solo para
librarnos de la perspectiva capitalista a la que estamos habituados en cuyo centro tenemos
situada a la Sociedad Anónima, de la que parecen "desviaciones" los otros tipos de empresas,
sino además porque los poderes públicos creo que pueden tener en cuenta el esquema a la
hora de fomentar el nacimiento o desarrollo de empresas, y el tratamiento fiscal que deben dar
a cada tipo de empresa, según la función social que realice. He elegido el modelo gráfico de las
órbitas elípticas excéntricas, por intentar mostrar la escasa simetría existente en estos campos.
Cada una de las órbitas o zonas de "socialidad", agrupa a las de similar intensidad
(positiva en principio, sólo la acción antisocial se sale de órbita, es “centrífuga” en el sentido de
que los efectyos sociales de su actuación, son negativos... ), y por supuesto incluye a las
órbitas que están dentro de ella, siendo el nucleo el que mayor función social cumple.
Al buscar definir el concepto de E.S., no sólo buscamos agrupar las entidades cuya
naturaleza jurídica esté próxima entre sí, o al menos que tegan unas motivaciones cercanas,
sino que además -y probablemente eso es lo más importante, y lo que se busca con el
concepto de Economía Social, no sólo por sistematizar la realidad, sino también por intentar
influir en ella- tienen y generan una cierta conciencia de proximidad y de pertenecer al mismo
campo, de tener y ser algo común.
Como prueba de la existencia de esa conciencia (débil todavía, pero ya perceptible y
desde luego atendible y que queremos ayudar a que se desarrolle), cabe resaltar que a
muchas de sus entidades se les aplican frecuentemente, por asimilación expresamente
prevista como excepción ( 2) en las leyes, normas que en principio son propias sólo de las
cooperativas:
-S.A.T. y A.P.A.S. para Uniones Agrarias (159, 3 Ley y D.A.1ª Ley 20/1990)
- S.A:L., en cuanto a beneficios, en anteriores regulaciones de las
Cooperativas.
- Muchas normas de beneficios o exenciones fiscales.
Y es que la Economía social es un concepto que se va formando, estructurando y
consolidando (cristalizando, pero en ebullición, sin reposo: parecido a cualquier formación
Evidentemente, la “excepción” es formal, en cuanto al contenido y estructura de la Ley, pero
obedece a una exigencia sociológica, vital, “real” de que se dé un trato parecido a entidades que
son similares.
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geológica, en que hay fósiles y estructuras cristalizadas, pero se ha formado por procesos
variadísimos), por la presión social, además de los trabajos teóricos.
ÓRBITAS DE ACTIVIDAD ECONÓMICA, AGRUPANDO A LOS TIPOS DE EMPRESAS
POR LA FUNCIÓN SOCIAL QUE REALIZAN
Actividad
ilegal
o antisocial
Actividad Ilegal
o antisocial
Coops.
Economía Social
(autogestionada)
Economía social
Economía de interés
general
Actividad ilegal
o antisocial :
Actividad económica legítima
Actividad ilegal o antisocial: - Actividades
delictivas: delitos
Redes
delictivas,
“mafias”
Causa
de
deseconomías externas
- Eco. sumergida (con
matices)
1.4.2.- Principios básicos de cada "órbita" o zona, y tipos de entidades que
comprende
+ Para el "núcleo" cooperativo. los siete proclamados por la A.C.I. en su XXXI
Congreso (Mánchester, 23 set. 1.995: puerta abierta, gestión democrática, participación
económica, autonomía e independencia, formación, federalismo e interés por la Comunidad),
<que recojo en la página siguiente>. Sin entrar en mayores precisiones, incluirá en principio a
todas y solas las cooperativas, de cualquier clase que sean.
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+ Los principios exigibles para la economía social, serán los que exige la Carta Social
Francesa, que tenemos en el cuadro anterior, e incluye a las propias entidades que la
redactaron, que eran las cooperativas, mutuas y asociaciones (siempre que estas últimas
tengan actividad económica sensible). Se pueden resumir en:
- Libre adhesión
- Gestión democrática,
-Ausencia de “ánimo de lucro”, en el sentido de que no reparten el beneficio o
excedente en proporción al capital aportado (suelen trabajar con capital, pero no
trabajan para el capital, sino que el capital tiene un carácter instrumental al servicio de
la finalidad social), y
- No dependencia de los Poderes Públicos (Estado, ayuntamientos, etc.)
Esta zona, admite dos grados distintos de intensidad social, según sean los propios
beneficiarios los que atienden la necesidad (autogestionada por tanto), o no. Quiero resaltar
que considero es mas social la primera alternativa (siempre que sea posible), pues es
"socialmente mas sano", y desde luego es mas democrático, que cada uno se resuelva sus
problemas, que no que haya “benefactores ajenos”.
+En la "órbita" de la Economía Social en sentido estricto, quedarán incluidas entre
nosotros (además de las coops., naturalmente, que ya están en el nucleo) las Sociedades
Laborales (Anónimas o Limitadas. Ley 4/1997, de 24 de marzo), S.A.T. (Sociedades Agrarias
de Transformación: antiguos “Grupos Sindicales de Colonización. R.D.L. 31/1997 de 2 de junio
y R.D. 1776/1961 de 3 de agosto), A.P.A.S. (Agrupaciones de Productores Agrarios. Ley
29/1972, de 22 de julio), Agrupaciones de Interés Económico (tanto las españolas, "A.I.E.",
como las Europeas, "A. E. I. E.”, reguladas ambas en la Ley española 12/1991 de 19 de abril
(Ar. 1149/91, con modificaciones 3106/97 y 1638/98), Mutualidades de Previsión Social y
Mutuas de Seguros, otras asociaciones sin ánimo de lucro, que tengan una actividad
económica sensible, los clubes de fútbol que no revistan la forma de Sociedad Anónima,
sociedades de Garantía Recíproca, los Colegios Profesionales (de abogados, arquitectos ... ),
Comunidades de Regantes, pequeños grupos de autoconsumo, así como los restos
supervivientes de instituciones tradicionales de solidaridad, como Hermandades o Pósitos de
Pescadores.
+Si abandonamos la exigencia del requisito de la autogestión, quedarán dentro de la
economía social (en sentido amplio, pues) las Fundaciones (Ley 30/1994, de 24 de
noviembre), las Cajas de Ahorros, y los trabajos benévolos que no presupongan reciprocidad.
+Dentro de la zona que podemos llamar Economía de Empresas de Interés General,
se incluye, también a las empresas a las que no se exige ser privadas, las Empresas Públicas
que atienden el interés general, siendo propiedad (al menos en parte) del Estado o de otros
Entes Públicos (ejs.: Empresas Nacionales y “hoteles", "viveros" o "incubadoras" de empresas
promovidos por alguna entidad local).
Los autónomos son un colectivo que conviene analizar. Por supuesto, les mueve su
interés personal, y no suelen plantear entre sus objetivos ningún fin social explícito, por lo que
sus características coinciden en principio con las del grupo que vamos a ver a continuación de
“actividad económica legítima”, sin más; pero el autónomo merece mejor trato por dos motivos:
en primer lugar por su vinculación personal y humana con la Comunidad en la que actúa, ante
la que asume vitalmente toda la responsabilidad social, pues aquí no juega sociológicamente el
desdoblamiento de la personalidad entre vida privada y figura empresarial. Y en segundo lugar,
porque esa misma falta de desdoblamiento y esa misma asunción de responsabilidad, se
concreta en la no interposición de “responsabilidad limitada”, con todo lo que ello implica y pese
a la actual posibilidad (aunque sea una contradicción en sus propios términos) de la sociedad
unipersonal. En consecuencia, su actuación como persona física, tan "de proximidad" en la
localidad en que actúan, producirá efectos directos en el desarrollo local endógeno, teniendo
muy en cuenta habitualmente los intereses de la colectividad conectados a sus propios
intereses, por todo lo que me inclino a encuadrarlos en esta zona, ya que aquí se dan hoy
sociológicamente con bastante aproximación la coincidencia entre los objetivos de cada uno de
los interesados, y el interés general.
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+Para la restante economía legítima, que se rige por el teórico principio de la "mano
invisible" reguladora, únicamente se le exige el requisito de que cumpla las exigencias legales
vigentes y atienda fines sociales de manera indirecta o sobrevenida (como hace al pagar
impuestos, crear riqueza, puestos de trabajo, cultura empresarial, además de procurar atender
la demanda...).
En esta zona también quedarían pues incluidas las restantes Sociedades de diversas
formas jurídicas (civiles; mercantiles colectivas, comanditarias, de responsabilidad limitada o
anónimas), que no deban estar en el apartado siguiente.
+Y hablo de Actividad económica ilegal o antisocial, para referirme a la que sea
antisocial en los resultados, cuya aportación a lo social es naturalmente negativa, por lo que la
represento con flechas que la separan del núcleo, como fuerzas centrífugas.
En esta última zona se incluirá, además de la actividad evidentemente ilegal (el clásico
atraco al banco), la de las bandas delictivas que trafican con drogas o armas o manipulan
conciencias ("sectas"), en principio la economía sumergida, y también la que engendre
grandes "deseconomías externas". Porque no todo lo antisocial es ilegítimo: existen actividades
no prohibidas por la Ley, pero que son antisociales en el sentido de que producen mayores
costes sociales que los beneficios (incluso indirectos) que originan (así ocurrirá por ejemplo en
la empresa que “hace productivo” a efectos contables un árbol al talarlo, ya que antes sólo
servía para adornar el paisaje, y al cortarlo lo convierte en madera con valor económico
cuantificado. Y, en general, las empresas que a final de año cierran el ejercicio con beneficios
menores a la contaminación -aunque no fuera ilegal- que originan, o subvenciones que reciben,
como es el caso del orondo señor orgulloso de la empresa que gestiona... que va mutilando
con sus bocados el mundo como si se tratara de comerse una manzana. Esta incursión en
pensar en los efectos que, su actividad produce, de hecho, nos pondrá en la pista de que es
más importante el fondo que la forma, como defienden los autores de que nos ocupamos a
continuación.
1.4.3.- La delimitación del contenido, no por la forma sino por el objetivo de las
empresas.
Luciano Berrocal y otros autores que le siguen (C. Doudet y A. Bajén entre nosotros),
tienen
una
interpretación
interesante:
parecen
considerar
Economía
Social
(independientemente de la forma jurídica que adopten) a todas las empresas, incluso
individuales, que "puedan asumir en profundidad las potencialidades territoriales en que está
injertada esta economía". (pág. 70 de II Jornadas de Estudio sobre Economía social", citado), O
sea, entiendo, que potencien recursos locales ociosos y nazcan con el objetivo de los propios
afectados, de evitar o eliminar su situación de paro (lo que viene a ser también potenciar un
recurso local ocioso, el más valioso: la capacidad de trabajo e iniciativa de sus habitantes).
Considero digna de destacar esa postura, que incluiría en la E.S. a los autónomos: "Dentro del
campo de la economía social agrupamos, tanto a los que en sentido estricto e histórico se
definen como tales, como sobre todo a aquellos agentes que integran lo económico y lo social
en una misma lógica de acumulación" (nota 7 pié de pág. 71 o.c.).
Basta pensar en el origen o motivación habitual de la forma jurídica que adopta cada
empresa concreta, para entender lo endeble del criterio formalista para encuadrar y delimitar el
campo de la Economía Social. ¿Cómo van a "ser todas las que están, y estar todas las que
son", si a la pregunta de "¿por qué? -o “¿por qué no?...- os constituisteis como Sociedad
Laboral o Cooperativa?", la respuesta más frecuente es: "porque para nuestro número de
socios y escaso capital, nos dijeron que era la forma más barata de constituir la empresa, y por
la que más ayudas íbamos a conseguir"; y el criterio suele ser tan simple, que si reúnen el
número suficiente de socios trabajadores, se acogen al cooperativismo; salvo que necesiten
socio capitalista, en cuyo caso escogen la Sociedad Laboral. Y si son menos, se dan de alta
como autónomos, constituyendo si acaso una sociedad civil. Prueba de lo dicho se obtendría
11
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viendo la correlación que sin duda existe, entre la evolución del número de sociedades
laborales creadas, y la de la legislación vigente en cada época, dándole facilidades y ayudas. 3
1.4.4.- Interés de la cuestión a efectos teóricos y a efectos de su protección por
los poderes públicos
Evidentemente, las empresas lo serán de Economía social o no, por sus objetivos, y la
forma que adopten no será nunca determinante. La cooperación en principio no es una virtud
ética, sino simplemente un instrumento, que puede utilizarse al servicio de la solidaridad entre
los débiles, o al servicio de otras causas peores (corporativismo; manipulaciones fraudulentas
del mercado...). Hasta la "empresa" de Luis Candelas, el legendario bandido generoso que
asaltaba y robaba a los ricos para repartirlo a los pobres, podría ser Economía Social. Y
también lo sería, desde luego, cualquier sociedad Anónima con fines sociales, como puede ser
la formada por varias cooperativas para cumplir sus objetivos, como por ejemplo el Banco
Cooperativo Español, que en efecto, ha adoptado la forma de S.A.. Y, en el extremo contrario,
no serán en absoluto sociales esas cooperativas de confección o cableado que
lamentablemente tanto han proliferado en las zonas deprimidas y en las que un empresario
encubierto monta (dándole el nombre de cooperativa, y cumpliendo todos los requisitos
formales para ello) un taller auxiliar encubierto, con la intención de burlar los progresos sociales
conseguidos en siglo y medio de lucha obrera, como son los límites a la jornada máxima,
salario mínimo garantizado, vacaciones retribuidas, responsabilidad por falta de condiciones de
higiene y seguridad en el trabajo...: en lugar de contratar la fuerza de trabajo (con todos sus
riesgos y limitaciones sociales), contrata la obra realizada a un precio predeterminado por
unidad, con lo que fija y asegura de antemano el precio de coste de la producción (“a tanto el
pantalón cosido”).
Pero la Economía Social tiene una indudable relación con problemas que afectan a las
entidades públicas (como veremos en la parte específica de cooperativas), y por eso el
concepto de Economía Social nace y se estudia habitualmente por un interés concreto que es
el de conseguir un trato favorable de los poderes públicos, y así, el hecho de incluir o no
determinadas entidades en el concepto de Economía Social está muy unido al tema de los
beneficios fiscales y en general legales, ya desde el propio texto constitucional (art. 129,3). Lo
expuesto en la nota al pié de la página anterior, es la mejor ratificación de esta opinión.
Lo dicho, no implica crítica alguna. Estamos hablando de un ciencia comprometida, que
desde sus propios orígenes, siempre se ha planteado unos problemas teóricos, como
consecuencia de unas situaciones reales prácticas insatisfactorias y con el afán de mejorarlas.
Y para ello, es lógico que tenga un trato peculiar por parte de los poderes públicos (por razones
tan obvias como “a sensu contrario” exigen que el Estado dicte un Código Penal, para
sancionar las conductas antisociales, y precisamente sancionarlas más cuanto más lucrativas
sean para el actor, si consiguiera su propósito).
De ahí viene el tomar el concepto de Economía Social como una forma de delimitar qué
empresas merecen la protección especial de los poderes públicos, por considerar que con
darles tal protección, se beneficiará el interés general. Hasta ahí, estoy totalmente de acuerdo
con el planteamiento; pero para llevarlo a la práctica, sólo veo dos criterios posibles: el de
analizar caso por caso, y el de definir de antemano que tendrán automáticamente derecho a tal
protección las que cumplan con determinados requisitos formales.
Una primera aproximación a ese trabajo hicimos (Carmina Marcuello, Olga Urbino, Fernando
Chico y el autor del presente) al III Congreso de Economía Aragonesa, el 25 de noviembre de 1994: el
suprimir la posibilidad de capitalizar el desempleo constituyendose en autónomo, originó un enorme
incremento de la creación de Sociedades Laborales (para las que se mantiene); en cambio, las Sociedades
Laborales disminuyeron sensiblemente, cuando se les aumentaron las exigencias a cumplir por ser S.A.
(fundamentalmente, suscribir un capital mínimo de diez millones de pesetas). Y sin duda volvieron a
nacer muchas Sociedades Laborales al admitirse la forma de Sociedad Limitada Laboral, que es la que
suele cuadrar mejor con los planteamientos sociológicos de los promotores. Naturalmente, no es la única
variable a considerar, pero creo que será una de las mas importantes, junto a las circunstancias
sociológicas del paro y dificultad de encontrar un empleo, y habitualmente por encima de las
motivaciones teóricas de tipo ético.
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El primer criterio exigiría analizar empresa por empresa los objetivos, sin condicionar a
la forma su inclusión o no en la Economía Social, y el segundo sería el formalista de considerar
Economía Social (a efectos de protección especial de los poderes públicos) a todas y solas las
empresas que hayan adoptado determinadas formas jurídicas. El primero de ellos, que
deslinda por los objetivos, sería en principio el que más se podría aproximar a la justicia
perfecta. Pero recuerdo un refrán que dice que "lo perfecto es enemigo de lo bueno" (o si lo
prefieren en latín, "sumum ius, summa iniuria": el derecho aplicado de forma rígida, da lugar a
las mayores injusticias), porque más vale actuar de manera aproximadamente acertada en el
momento justo, que actuar y aplicar exactamente las medidas oportunas, pero con retraso: eso
llevaría consigo varios riesgos muy peligrosos: excesivo intervencionismo, inseguridad para el
que monta la empresa con la expectativa de tal ayuda, lentitud en la tramitación y resolución al
tenerse que examinar caso por caso y peligro de arbitrariedad (consecuencia siempre de la
discrecionalidad), por diferencias de trato realizadas de buena o mala fe ...
Por su parte, el CIRIEC España (según expuso su presidente en la inauguración del
curso 2000/01), sistematiza los tipos de entidades que integran la economía social, llamando a
todas aquellas que obtienen la mayoría de sus recursos financieros del mercado,
“organizaciones de mercado”. Y ahí fundamentalmente están las cooperativas (“Todos los
valores de la E.S. tienen su fuente de inspiración en los principios cooperativos. Y las
cooperativas, por su extensión en el mundo, por su arraigo internacional, por su arraigo en lo
económico, por su cobertura legal, por su fortísima personalidad, son la columna vertebral de la
E.S y ahí es donde se inspiran los principios de la E.S”.). En España metemos aquí también a
las Sociedades Laborales, aunque formalmente son sociedades en que los beneficios se
distribuyen en proporción al capital social. Y luego están las instituciones de no mercado, que
fundamentalmente son las Asociaciones (instituciones sin fines de lucro al servicio de los
hogares).
1.4.5.- Conclusión sobre el contenido de la Economía social (a efectos de
su protección por los poderes públicos).
No se puede olvidar que el cooperativismo se basa antes que en leyes o en
“principios”, en “actitudes” humanas y vitales (“valores”, dice la ACI), concretadas después por
la experiencia en formas de actuar a nivel empresarial, y concretadas por los Estados, en
formas jurídicas a través de la legislación. O sea, que la necesidad inicial de adoptar actitudes
cooperativas, la considero indiscutible y la vacilación me viene en la forma de concretarlas.
Pues bien; llegado a ese punto y ante los peligros que quedan expuestos, yo me inclino
por aplicar (a efectos de su protección por los poderes públicos, que de hecho, es el motivo por
el que más se estudia el tema) un criterio formal, con todas las inspecciones y sanciones "a
posteriori" que se quiera. Prefiero (pese a todos los riesgos que también tiene este segundo
criterio, como que se haga la trampa después de hecha la Ley) que las Entidades Públicas
garanticen de antemano que darán tales subvenciones a las empresas que tomen tales formas
jurídicas. ¿Cuales?. Pues, sencillamente, las que fomenten, provoquen o procuren unas
consecuencias que sean sociales en principio. Porque todos sabemos que “la forma, conforma”
(o por lo menos, influye en la conformación de la personalidad y en su forma posterior de
actuación). Así ocurre por ejemplo con la forma cooperativa que exige una reserva para Fondo
de Educación y Promoción o para Fondo de Reserva (irrepartible, y por lo tanto ya no individual
sino social), o con la exigencia, para una Cooperativa de Trabajo Asociado o Sociedad Laboral,
de que los dueños sean en su mayoría, a la vez, trabajadores, con lo que no se podrán utilizar
tales fórmulas para una multinacional, siendo más probable que los beneficios se reinviertan en
la zona, etc. En general, es evidente que las formas de lo que llamamos “economía social”,
permiten que las mejores iniciativas, aunque procedan de un sector socialmente poco
favorecido para la promoción empresarial, puedan llegar a realizarse, con lo que se favorece al
menos la permeabilidad social; y en los casos mas perfeccionados, se favorece además la
institucionalización de tal permeabilidad, creando cauces para que en el futuro todos los
ciudadanos tengan más oportunidades vitales, sea cual fuere el estrato social en que han
nacido.
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Esta postura mía, que reconozco como formalista, tiene el inconveniente de cerrar la
puerta de las subvenciones y apoyos a cualquier actividad que adopte una fórmula jurídica no
prevista como “social". Cuando precisamente, las empresas más innovadoras serán las que
"inventen" fórmulas jurídicas originales, como hicieron en su tiempo los pioneros de Rochdale.
Por si un símil ayuda a aclarar lo que quiero decir, me referiría a unos jóvenes que quisieran
hacerse su vivienda, y no se conformaran siquiera con trazar ellos los planos de la casa en que
quieren vivir, sino que además quisieran usar unos materiales de construcción también
diseñados por ellos, sustituyendo por ejemplo los tradicionales ladrillos de barro cocido que se
vienen utilizando hace miles de años, por una nueva materia plástica, que considerasen más
resistente, aislante, decorativa y económica. Esos son los supuestos que más interesa
proteger, precisamente por su carácter innovador y consiguiente "alto riesgo"; pero para ellos
yo no veo más cauce de apoyo que el individual, aislado, previo análisis detallado de cada
caso.
Aceptando pues como mal menor la exigencia formal para agilizar y encauzar
actuaciones diarias de la Administración, creo que debe ir acompañada de una postura política
abierta a la innovación y a incluir como sociales con la mayor agilidad posible (dentro de los
límites “de lege ferenda"), todas las fórmulas que se presenten y demuestren lo son. He
encontrado un texto que me parece ejemplar a ese respecto. Y curiosamente, es el texto
refundido de la Ley del Tercer Plan de Desarrollo Económico Y Social (D.1542/1972, de 12 de
junio), que anunciaba que “se establecerá una ordenación legal para las Empresas Asociativas
Laborales y análogas, entre las que se encuentran las Sociedades Anónimas Laborales, y se
facilitará y procurará su creación". Sin pretender dar a la cita más valor que el anecdótico que
tiene, me parece acertadísima la atención del legislador en este caso hacia unos tipos de
sociedades que él no conoce, que probablemente no existen todavía, pero respecto a los que
anuncia que se respetarán y fomentarán, probablemente porque piensa que la fórmula perfecta
y definitiva, está todavía, siempre, por descubrir.
1.4.6.- Concepto que se propone.
La economía social es la
ciencia que estudia la actividad económica
desde el punto de vista de su función social,
con el objetivo de poner la economía al servicio de la sociedad,
fomentando el desarrollo de las técnicas adecuadas
(entre las que cabe destacar:
- la democracia económica,
- el principio mutualista,
- la educación popular, y
- el aprovechamiento económico integral de los recursos endógenos ociosos),
y de las organizaciones a que tales técnicas dan lugar.
Empiezo por llamarla ciencia, concorde con el planteamiento de no partir de unas
empresas o tipos de empresas concretos, sino de un análisis global de la actividad económica,
desde una perspectiva muy concreta. Es evidente que podrá ser objeto de análisis desde
distintos puntos de vista, que darán lugar a distintas ciencias (como, por ejemplo, el hombre es
el fundamento de la anatomía, la psicología o la historia). En nuestro caso nos interesa el
punto de vista de la utilidad social que esa actividad económica origine.
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Se trata de una ciencia “comprometida” (sin entrar aquí en la cuestión de si todas, en
fín de cuentas, lo son, aunque no lo reconozcan): no aspira sólo a analizar y describir, sino
también a cambiar, a influir en la realidad que estudia. La estudia precísamente con el afán
práctico de descubrir y acondicionar unas herramientas que faciliten el logro de un objetivo
explícito: el de poner la economía al servicio de la sociedad. Si la ciencia es el puro “saber”, la
práctica el puro “hacer”, y la técnica, el “saber hacer” que los conecta, la economía social será
tanto ciencia como técnica. Por eso ha de analizar y experimentar las técnicas para seleccionar
las más útiles y usarlas eficazmente. De ahí una de las ventajas del cooperativismo: nació hace
mas de siglo y medio (cuando el capitalismo era todavía un tierno infante), y con la intención de
corregir los defectos que ya producía el capitalismo, pero que ahora dejan sentir sus efectos
nocivos (contaminación; inconvenientes del trabajo en serie, producción en cadena, falta de
colaboración del trabajador, etc.) de manera mas global, por lo que se extiende la búsqueda de
soluciones y se puede aprovechar la experiencia de los ensayos de siglo y medio de
cooperativismo, coordinado desde hace mas de cien años en un Movimiento Cooperativo
estructurado: la Alianza Cooperativa Internacional (A.C.I.).
Entre esas técnicas, conviene destacar:
*- La democracia económica. La democracia, uno de los mayores progresos de la
humanidad, implica libertad y participación. Nos permite participar en el gobierno de "nuestra"
ciudad o nación, en términos políticos. Se trata de aplicarla en términos económicos, a
"nuestra" empresa, tienda o proveedora de un servicio cualquiera.
*- El principio mutualista, de autosatisfacción colectiva de necesidades, es el motor
de la actividad de la economía social. Esto no implica que no se pueda incluir en la economía
social al trabajador autónomo: además de que suele realizar una función social, en muchos
casos es la técnica más adecuada para realizarla. Su eficacia se deriva por ejemplo de su
sencillez y proximidad a la necesidad que atiende.
*- La educación popular la considero imprescindible para que se puedan dar la
democracia económica y el desarrollo mutualista. Baste recordar la conocida verdad de que no
podrá haber cooperativas auténticas si no hay auténticos cooperativistas.
*- El aprovechamiento integral de los recursos endógenos ociosos. La expresión
"endógenos", implica mucho más que hablar de los recursos de la localidad o comarca: son
endógenos "los que tienes dentro", y eso se puede aplicar tanto a las potencialidades de una
zona geográfica como a las del cerebro humano, pongo por caso. Serán endógenos los
recursos que tiene o genera la propia sociedad de que se trate (pueblo, comarca, colectivo de
cualquier tipo), si bien es importante que no se entre en contradicción con los recursos
exógenos (importación de capitales, técnicas y por supuesto personas), especialmente cuando
éstos contribuyan a estimular la actividad endógena, o bien nos ahorren esfuerzos (en vez de
“descubrir” lo que ya está descubierto, copiar y tomar lo que otros consideran lo mejor, “su
cien”, para utilizarlo como nuestro cero: nuestro punto de partida, para perfeccionarlo).
Caben, naturalmente, otras técnicas (como la planificación por ejemplo) pero no las cito
aquí, por no considerarlas específicas ni definitorias de la Economía Social.
Las organizaciones a que tales técnicas dan lugar, serán, además de las empresas
sociales, en su diversa tipología y grado, las organizaciones que las agrupen en cuanto a
aspectos económicos o de representatividad, siguiendo su misma filosofía de atender las
necesidades que así lo exijan por el cauce de autogestión colectiva.
Consecuente con su esencia, entre los recursos locales ociosos, se ha de considerar
en primer lugar a la capacidad y voluntad de trabajo de sus habitantes, lo que vincula a la
economía social desde el principio y de forma indisoluble al problema del paro.
Para concluir el tema del concepto de Economía Social, quiero recoger la definición
elaborada por el CIRIEC España, para integrar en un único concepto los dos tipos de enfoques
predominantes (la corriente continental de Economía Social como “democrática”, y el concepto
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norteamericano o anglosajón de no reparto de beneficios), llegando al siguiente concepto de
Economía Social, según lo expuso J.L.Monzón en Zaragoza el 18 oct. 2000.
“Conjunto de empresas privadas creadas para satisfacer las necesidades de
sus socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios, asegurando o financiando, y
en las que la distribución del beneficio y la toma de decisiones no están ligadas directamente
con el capital aportado por cada socio, correspondiendo un voto por cada uno de ellos.
La Economía Social también incluye a las instituciones sin fines de lucro que
son productores no de mercado privado, no controlados por las administraciones públicas y
que producen servicios no destinados a la venta para determinados grupos de hogares,
procediendo sus recursos principales de contribuciones voluntarias efectuadas por los hogares
en su calidad de consumidores, de pagos de las administraciones públicas y de rentas de la
propiedad.”
2.-La Empresa y la empresa social
2.1.- Revisión de conceptos básicos empresariales.- Tendencias actuales
ysu aproximación a los de empresas sociales (que son las que aplican a las empresas los
criterios sociales, incluidos los éticos).
Hoy no es cierta ninguna de las afirmaciones -habituales hace unos años, en una
cultura media- de que la empresa típica e ideal era la gran industria en las afueras de la gran
ciudad para producir bienes que ya se venderán.
2.1.1.-El trabajo.- No es éste el lugar para analizar el sentido del
“Trabajo por cuenta ajena”, pero resaltemos al menos que se excluye de ese concepto el que
se ha prestado sin libertad (esclavitud), pero sigue conservando la idea de venta de algo propio
(se traspasa el riesgo del valor del fruto del trabajo, al empleador), y los pioneros de Rochdale
consideraban al asalariado “indigno”. Otra nota del trabajo por cuenta ajena es la de
colaboración en una empresa común (derecho de toda persona a vivir en la Sociedad, de lo
que puede derivarse el derecho constitucional a trabajar, establecido por el Estado de
Bienestar, como forma en las sociedades con un capitalismo maduro, de lograr la integración
de los menos favorecidos). De él se deducen pues dos temas claves de los que nos
ocuparemos: el empleo y la participación.
Frente a las notas características tradicionales del contrato laboral de que el trabajo se
prestara “por cuenta y bajo dependencia ajenas”, hoy lo que mas se valora es la iniciativa, la
colaboración en los objetivos a perseguir, o sea el resultado mas que el esfuerzo. Y si hace
unos años se consideraba que la capacidad de innovación debía ser la característica del
empresario, hoy se da otro gran paso adelante, y se dice que "El empleado tiene que ser
innovador y poner energía en el proyecto, mientras que el ejecutivo debe preocuparse de
desarrollar el talento de todo el equipo" (Manuel Cervantes, Director General de Recursos
humanos de I.B.M., en una entrevista recogida en El País semanal de 9-4-00, p. 42). O sea,
que esa tarea de la innovación ya se le pide al propio empleado, reservandose el papel del
directivo a estimular al equipo.
La función del empresario es pues la de coordinar medios para obtener un fin. Por
supuesto que el fín de la actividad de la empresa, tiene que decidirlo el empresario, pero
aprovechando al respecto la capacidad e iniciativas de todos los que se relacionana con la
empresa: clientes, proveedores, vecinos, y sobre todo, trabajadores.
Si es grande la evolución desde el trabajo tal como lo puede concebir un hombre
aislado (pensad por ej. en Robinsón Crusoe) a cómo lo concebía Taylor (obrero descerebrado),
creo que es también un cambio y un salto comparables, la evolución desde Taylor a la
actualidad, por la necesidad de iniciativa.
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2.1.2.- La empresa. La empresa, es la célula (núcleo elemental de
vida) de la economía.
Empresa es cualquier unidad productiva, en el mercado; la que combina los medios de
todo tipo de que se dispone (personales y materiales; siempre escasos y susceptibles de usos
alternativos), para atender la necesidad de que se trate, con un beneficio económico. Debe
quedar claro ya desde este primer momento, que toda empresa persigue conseguir un
beneficio económico, en el sentido al menos de aspirar a poner en el mercado un producto por
el que obtenga un valor superior a todo lo que le ha costado producirlo: Cualquier actividad
económica realiza una función social,(que yo sintetizo en el esquema visto), ya que se persigue
que el producto final tenga un valor económico superior al coste de los medios empleados,
(pues de lo contrario será más práctico comprarlo a su coste de mercado, ya que en ese
supuesto, al producirlo no se habría hecho nada útil, sino mas bien “deshecho”). Naturalmente,
las discrepancias entre las opiniones llegan cuando pasamos a plantear quién será el
beneficiario de esa plus-valía que todos sabemos que ha de buscarse: el dueño del capital, el
que ha aportado el trabajo manual, todos los factores que han intervenido en la producción, de
manera proporcional, el que adquiere el producto para usarlo... Ese sí es un tema polémico, y
las respuestas son muy variadas, dependiendo del criterio político de que se parta ya que es
uno de los elementos clave para la diferenciación de los sistemas políticos. Pero insisto en que
está fuera de discusión que si se trabaja, se trabaja para hacer algo que valga mas que lo que
nos ha costado.
Las ideas que se defendían hace poco casi en exclusiva por la Economía Social, (sobre
participación, integración de los elementos que componen la empresa, necesidad de una
cohesión social atractiva para todas las capas sociales, o de lograr una distribución de la
población y la riqueza menos desigual, por ejemplo), se han puesto hoy tan “de moda” que los
que las defendían por afán de “llevar la contraria”, van a tener que cambiar: afortunadamente,
la mayoría de las técnicas por las que luchaban los pioneros de Rochdale, se van incorporando
ya a la nueva cultura empresarial del capitalismo avanzado, aunque desde luego no se puede
cantar victoria, pues se suelen acompañar de nuevas formas de explotación (sobre todo, de
otras áreas geográficas) y de destrucción del entorno, que exigirán estar alerta para descubrir
nuevas técnicas útiles para el verdadero progreso de la Sociedad.
El cambio es una constante, que hay que aceptar y anticiparse a él
La organización científica y la visión global de la empresa que hoy son necesarias,
exigen que dentro de la empresa colaboren todos y cada uno de los elementos que la
componen e incluso que la circundan: círculos de calidad; imagen ante la opinión pública,
fidelizar clientes, “Know-how”...
A la empresa, se le pide, por supuesto, calidad. Prácticamente, eso es ya un requisito
previo, sin el que nada puede sobrevivir. También en el ámbito de la Administración Pública, se
busca desde hace medio siglo la simplificación, racionalización y eficacia. Y hasta se han
establecido ya premios “a la calidad” y “a las mejores prácticas”, en la Administración General
del Estado.
¿Qué se le pide a la empresa, como objetivo básico? . El tema del fín que la Empresa
debe perseguir, tiene tanto interés, que la crisis actual en bolsa de las NT., obedece a que
olvidaron que dominar Internet no era el fín: era sólo el medio.
SHUMPETER, (J.A. Teoría del Desenvolvimiento Económico [1911]. México.- Fondo de
Cultura Económica, 1978.) sentó las bases de de las futuras teorías económicas del
empresariado, al diferenciar entre el capitalista (que es el que asume el riesgo, proporcional al
capital que ha suscrito) y el empresario o emprendedor, cuya esencia es el ser portador de
“nuevas combinaciones”, es decir, de mecanismos de cambio, dirigiendo la realización de tales
combinaciones.
En base a esa diferenciación, se puede afirmar que el deber del empresario no es
ganar dinero; esa es una exigencia para sobrevivir. El deber tiene que ver con el crecimiento,
con aquel principio bíblico del crecer y multiplicaos. Las empresas de los emprendedores
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empiezan con una idea y una pasión y luego evolucionan, crecen, se transforman, superan
retos hasta convertirse en organizaciones que desbordan incluso lo imaginado por su promotor.
Responsabilidad de la Empresa.- Ya vimos al hablar de la ética, que mientras los
liberales se inclinan por reducir la ética a una legislación penal que proteja la competencia y
evite los abusos mas graves, confiando que el mercado por sí sólo buscara el equilibrio entre
oferta y demanda, al costo más conveniente, hay otras teorías actualmente que consideran que
la empresa, que con su actuación aúna intereses y voluntades, debe sentirse responsable de
su actuación ante todos los afectados: además de propietarios, empleados, clientes,
suministradores y la comunidad donde actúa. El objetivo será pués coordinar todos esos
intereses.
Los liberales ven en la teoría que acabo de exponer, dos peligros graves: la elusión de
responsabilidades por parte de los directivos, que al no tener que propiciar un solo interés,
encuentran facilidades para disfrazar latrocinios y fracasos <Yo mas bien diría que ahora no
responde ante los accionistas, sino sólo ante los accionistas fuertes, y también ha de responder
ante las leyes.>. Y que se tiende a ceder ámbitos de libertad al Estado, única entidad
presuntamente capaz de conciliar los intereses particulares en pro del bien común, pero hacia
la que ellos sienten desconfianza, cuando no animadversión.
Se considera habitualmente, que la empresa tiene la obligación de satisfacer en primer
lugar a los accionistas; en segundo lugar a los clientes, y en tercer lugar a los empleados. Ese
es realmente el orden por el que hay que satisfacer los intereses de esos colectivos, en cuanto
a “urgencia”. Pero el mejor efecto para la empresa, se logra, cuando ese orden se invierte,
satisfaciendo con especial interés a los empleados, lo que producirá una mayor satisfacción de
los clientes, y en consecuencia un mejor rendimiento económcio de la empresa.
También nos encontramos en un mundo cambiante en cuanto a la fuerza con que
aparecen nuevas formas de organización empresarial. Las estructuras también han variado
profundamente en los últimos tiempos:
*Franquicias. Viene a resumirse en venta con imagen ajena. Sus ventajas: contar con
el respaldo de una marca de prestigio, y beneficiarse de las economías de escala en compras,
publicidad, etc.. Da seguridad, rentabilidad y experiencia en el desarrollo de un negocio.
Duplica modelos de negocio ya probados, y permite implantar y desarrollar nuevas actividades
comerciales, utilizando el “saber hacer” (“know how”) del franquiciador y aminorando así el
riesgo de fracaso. Por su parte, para el franquiciador, es la fórmula mas sencilla de una rápida
expansión del negocio, implicando a los que de otra forma hubieran sido sus empleados, en
aportación de capital y gestión interesada. En cuanto a aportaciones, el franquiciador ha de
ofrecer experiencia empresarial exitosa y que le permita evitar cualquier tipo de imprevisto para
el franquiciado, entre cuyas condiciones se suelen exigir las de ser dinamicos, tener interés por
el negocio y comprometerse con la marca, además de habilitar un local de características
determinadas y hacer la inversión que se le exija.
Con esas bases, en España (datos del Salón Internacional de la Franquicia de
Valencia, 17 al 20 oct. 2001, según El País, Negocios, 14 oct 01) se contabilizan 624 enseñas
(empresas franquiciadoras) y 32.378 establecimientos franquiciados, proporcionando 126.783
empleos directos y 63.594 indirectos; mueve mas de un billón de pesetas al año en España,
con crecimiento interanual de un 12%. También tiene riesgos, especialmente en cuanto a las
relaciones entre franquiciador y franquiciado, si no se han establecido eficazmente las
condiciones (regulando todos los detalles), o una de las partes no cumple (como ocurrió en
Zaragoza con las de frutos secos Martín Martín, en 1999, o con las de “foticos”, que se
independizaron con el nombre de red “fotogenia”).
*Spinn off. Creación de una empresa, por independizar una sección de otra ya
existente,
aprovechando el “know-how” del equipo que trabajaba en ella, para ampliar su actividad y
rentabilidad, o para cubrir un hueco del mercado detectado entre sus proveedores o clientes
(“empresarial”), o bien, llevando a la práctica el estudio previo de viabilidad realizado en un
centro de enseñanza, como parte de la formación (“académico”).
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* Licencias, contratos en agricultura por encargo, con cosecha vendida de antemano,
la sociedad de riesgo compartido...
* Las microempresas (hasta diez trabajadores), como pequeñas unidades de
producción, son muy ágiles, versátiles, adaptables a las necesidades, conveniencias u
oportunidades de cada momento y recogen la "externalización" (outsourcing). Unirse los
pequeños mediante red o cadena, es una buena técnica.
Por eso decía, como resumen, que hoy no es válida ninguna de las afirmaciones habituales hace unos años, en una cultura media- de que la empresa típica y con mas
brillante porvenir, era la gran industria en las afueras de la gran ciudad para producir en serie
bienes, con la idea de que ya se venderán, organizada de forma jerárquica en que unos pocos
piensan, deciden y ordenan y los demás ejecutan... La realidad, hoy, contradice todas aquellas
afirmaciones: mejor que industria, servicios; mejor que grande, ágil (coordinada)...
Y los cambios se producen también en los instrumentos, a través de nuevas
tecnologías. No es un concepto estable: Indudablemente, la rueda, en su tiempo, fue una N.T.
revolucionaria; e indudablemente hoy ya no lo son los ordenadores (mientras que el “software”
tiene un panorama de gran crecimiento futuro, el “hardware” ha llegado al límite). Se ha
intentado cuantificar el concepto diciendo que lo será un producto industrial que anualmente
aumente su producción a más del doble y reduzca su precio a menos de la mitad. Bastará con
que la caractericemos por
- aportar una solución nueva, desconocida hasta entonces, a un problema, y
- ser capaz de producir una gran rentabilidad.
Pues bién, un cambio mas importante aún que los que originan la introducción de
nuevas tecnologías en la empresa actual, es que la empresa ha de potenciar algo que
tradicionalmente estaba al menos marginado: la imaginación. Cuando queremos modernizar
una empresa, se suele caer en la ingenuidad de pensar enseguida en comprar una máquina
cara y sofisticada..., a la que probablemente no le saquemos todo el rendimiento de que es
capaz. Y en cambio, no pensamos en aprovechar las informaciones de los que están haciendo
el trabajo diario en esa empresa, y ven el conjunto laboral desde otras perspectivas.
A los jóvenes, que según la fama, tienen tanta imaginación, yo les recomendaría que
en lugar de reprimir esa imaginación, la encauzasen. Porque una imaginación bien
administrada, es un tesoro. Pero hay que ser capaces de pasar de la protesta a la propuesta. Y
de aplicar con constancia los resultados.
2.1.3.-El mercado.La globalización.
El paradigma del mercado ha sustituido en la actualidad al de la cohesión social, que
fue base del Estado del Bienestar, convirtiéndose casi en un Dios al que hay que venerar. Tras
la segunda guerra mundial, la socialdemocracia asumió que cualquier proyecto había de
elaborarse sobre la base de funcionar en el mercado. Aceptar eso significa (como decía Félix
Ovejero Lucas, profesor de Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de
Barcelona, en el País, “Dos parábolas sobre la igualdad”, 1 set. 2001) aceptar que las gentes
se mueven en sus tratos con los demàs según los principios de: el egoismo (“participo en las
tareas colectivas sólo mientras pueda obtener beneficios”) y la desigualdad (“participo mientras
existan desigualdades y pueda beneficiarme de ellas”). Sin embargo, “la especie humana tiene
tambièn una psiquis propicia a los comportamientos cooperativos”.
Y el mercado está cambiando constantemente: el cambio es una constante, que hay
que aceptar y a la que hay que anticiparse. Para ello hace falta aprovechar la materia gris de
todos los componentes de la empresa (y podremos esperarla, en contraprestación, si antes
hemos tenido la habilidad de asumir la responsabilidad de la empresa respecto a “todos” ellos:
no sólo los “dueños”, sino también los trabajadores, los proveedores (López de Arriortúa), los
clientes (fidelizados)... cuanto mayor grado, mejor.
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20
Por eso, hay que mirar al mercado, poner al cliente en el centro de la empresa, y
preguntarle qué quiere. Y saber anticiparse a sus caprichos y deseos. Cuando decimos que no
es correcto pensar en producir, dando por supuesto que ya se venderá, estamos diciendo que
en lo primero en que hay que pensar es en la venta, o sea en el mercado; el “dato-base” es
predecir la venta, y de él se deducirá cualquier cálculo de producción, de volumen de inversión
en inmovilizado... <Ej. Trigo y carne argentino>.
Alberto LAFUENTE (El País, 12 de setiembre 99 “La competencia después del P.P.”)
considera los siguientes problemas fundamentales en la España actual: los niveles de
concentración empresarial impiden la existencia de rivalidad entre las empresas, y desde luego
el ejercicio efectivo de los derechos de elección de los consumidores entre ofertas
independientes; hay concentración intersectorial en el ámbito de los servicios básicos (sus
empresas tienen accionistas con intereses comunes y suelen tener vínculos que originan un
poder al margen de las reglas de la competencia, que por su tamaño puede influir
considerablemente en el Estado); por último, los instrumentos de defensa de la competencia no
gozan de buena salud en la actualidad: el Tribunal de Defensa de la Competencia, la Comisión
del Sistema Eléctrico Nacional y, en general, las decisiones de las autoridades españolas de
competencia, no se ocupan de los grandes problemas (lluvia de concentraciones en los
sectores de servicios básicos, alianzas entre empresas potencialmente competidoras,
constitución de barreras a la entrada...Por cierto, el artículo está escrito antes de conocerse las
intervenciones de la CNMV en Gescartera), sino que están arrinconados, ocupándose de
sectores poco trascendentes. Así se pierde una fuente de defensa de la competencia tan
importante como es la transparencia y la información.
No se puede esperar ingenuamente que el mercado sea “libre y tranparente”, porque
no lo es, ni lo ha sido nunca mas que en las teorías. Entre las claves que explican el éxito
conseguido por los “nuevos países industrializados” del Sureste Asiático, sin duda es esencial
el dato de que desde los Gobiernos se monta una infraestructura que facilita una serie de
servicios a las empresas, desde el estudio de rentabilidad para obtener créditos, al dumping
social” (permitir que se trabaje en condiciones inhumanas, respecto a seguridad e higiene,
trabajo infantil, etc.). Y, en el otro extremo de antigüedad en la industrialización, en el Reino
Unido, si es cierto que “la agencia británica de espionaje ofrece sus servicios a empresas
privadas” (El País, , 8 set. 01, p.1) o sea, a las grandes industriales nacionales sobre sus
competidores extranjeros, e incluso si símplemente lo que hace es aconsejarles métodos para
protegerse de los piratas “sin cargo alguno” (id.), el resultado es que esas empresas se
encuentran en mejor situación en un mercado que dista mucho de ser transparente e igual para
todos. Se podrían multiplicar los ejemplos: pesca, precios de los productos agrícolas...
Es muy ambicioso, pero también muy bonito y rentable pensar que la empresa aspira a
aprovechar los recursos sociales ociosos que haya en la Comunidad, sea rural o urbana.Y el
principal de esos recursos insuficientemente aoprovechados, es siempre la capacidad humana.
Vuestra capacidad. Si perdéis el miedo a creeroslo. Como posibilidades poco utilizadas aún,
citemos el teletrabajo, hecho en casa, a distancia, con medios informáticos.
La expresión globalización se suele usar confusamente, refiriéndose a la libertad de
movimientos para las mercancías, y especialmente para los capitales. Se da realmente la
posibilidad de trabajar de manera compartida, colaborando en el trabajo común, por fases,
piezas o como sea, lo que (si aceptamos también en esto las teorías clásicas), será beneficioso
para todos, tanto los que dirigen la distribución, como los que asumen una parte de la tarea,
pero las fuerzas en la relación entre ellos no están equilibradas y, por otra parte, para que la
globalización fuera auténtica, debería incluir algo que está tan lejano de los objetivos que se
marcan, como es el libre tránsito de las personas (¿dónde ha quedado aquel precedente de
“trabajadores del Mundo, uníos”?).
2.1.4.-El desarrollo.
En esta materia, hace unos años se partía de unas premisas indiscutidas, que luego se
han revisado totalmente. Así, por ejemplo la de que el indicador automático del desarrollo era la
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renta per cápita, cuya elevación iba indisolublemente unida a la gran industria, en la gran
ciudad... 4
Poco a poco se ha ido cambiando de criterios. "Desarrollo" es mucho más que
crecimiento económico, incluso ´per cápita` y ya tras el primer Plan de Desarrollo franquista, se
le añadió, al calificativo de económico, el de "social" (lo que, aun en el supuesto de que sólo
pretendiera cubrir las apariencias, ya revela una mala conciencia), y luego se vio, porque las
circunstancias lo pusieron de relieve, que más que el nivel de ingresos importa la calidad de
vida; que la actividad terciaria no tiene por qué tener menor valor que la industrial; que las
modernas técnicas de comunicación permiten estar informado a tiempo real, casi en cualquier
punto del Planeta; que 1a descentralización es rentable y una fábrica será más eficaz si
aprovecha mediante la externalización (“outsurcing”) la actividad de "consultings" externos o
pequeños talleres que actúen a su servicio o le proporcionen productos en un grado más
avanzado de elaboración. Hoy se busca un desarrollo "sostenible" (respetuoso con el medio
ambiente) , "alternativo", al que se le vuelve a buscar (pero mas profundamente) el calificativo
de "social" (no sólo para marginados, sino pensando también en bienestar y calidad de vida del
conjunto de la sociedad), mientras las Naciones Unidas hablan de Desarrollo Humano.. "Se
diría que la necesaria modernización de estructuras productivas (... ) pasa por una concepción
del desarrollo más participativo y actual", concurrente con las ideas que reflejan expresiones
como "la España de las autonomías" o "la Europa de las regiones" (Luciano Berrocal, o.c.)
Y es que la necesidad de un desarrollo económico y social, sigue existiendo, con todas
las revisiones y matizaciones, que se estimen oportunas.
2.1.5.- La gestión.
Como consecuencia de que han cambiado los conceptos de “trabajo”, “empresa” y
“desarrollo”, ha tenido que cambiar también el concepto de “gestión”.
La Corporación Cooperaiva de Mondragón, lo resume esquemáticamente, así:
- Nuevo modelo de gestión:
El enfoque tradicional tailorista, aspiraba a :
Producir bienes
Fijar los objetivos por Departamentos.
estratégicos
Unos pocos son los que piensan todo
Trabajo Individual.
Énfasis en los medios físicos.
La mejora, mediante inversión
El trabajo, mercancía de compra-venta
Confrontación-Negociación-Confrontación
El actual enfoque de Calidad Total, a:
Generar satisfacción al cliente
Despliegue
de
los
objetivos
Todos piensan
Trabajo en equipo
Énfasis en las personas
Mejora Continua
Integración del trabajo en objetivos
Cooperación
El Emprendedor.- ¿”Nace o se hace”?. Aún se habla de “tener madera de
empresario”. Yo, mas que de nacimiento o madera, hablaría de tener una cultura o escala de
valores propia de empresario. Y, como cualquier técnica, se puede aprender.
"Recientes estudios y análisis realizados por organismos internacionales ponen de relieve que el índice
de crecimiento económico, mencionado anteriormente, de un país desarrollado viene a ser
aproximadamente igual a la tasa media de crecimiento del total de sus áreas urbanas, debido a la elevada
proporción que vive en áreas urbanas, y al gran número de actividades económicas que tiene lugar en
núcleos urbanos. Esto ha sido así, como mínimo, en los dos últimos siglos; los factores económicos han
sido la fuerza motriz del desarrollo urbano. En primer lugar, se produjo la urbanización industrial. Luego,
durante este siglo, la urbanización terciaria ha ido teniendo cada vez más importancia; en todo caso, los
factores extraeconómicos han venido a reforzar los estímulos económicos" (Joan Blanch i Rodríguez, en
"l Jornadas Nacionales de Cooperativismo y Municipio" (Zaragoza, 1.985).Ed. Min. Trabajo. Madrid,
1.985).
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Se está dando una evolución de la figura del jefe, a la de “facilitador”, pasando de la
tradicional dirección por instrucciones, a una dirección por objetivos, y hacia una “dirección por
valores, aumentando la autonomía y responsabilidad profesional, así como la calidad y
orientación al cliente y la formación de equipos con redes y estructuras mas aplanadas (menos
jerarquizadas). (“La Dirección por Valores. El cambio más allá de la dirección por objetivos”.Salvador GARCÍA y Shimon DOLAN. McGraw-Hill. Madrid, 1997).
Ahí se percibe un nuevo perfil de la figura del lider: La esencia del verdadero líder
está en los “valores inherentes a la condición humana” de humildad, capacidad de trabajo en
equipo y comunicación, gusto por el anonimato, inteligencia, solidaridad, creatividad. (Santiago
Álvarez de Mon: “El mito del líder. Profesionales, ciudadanos, personas: la sociedad
alternativa”. Financial Times/Prentice Hall. Debe ser 2001. Lo tomé de la recensión de El País,
Negocios, 1 set. 01),
Los métodos organizativos tradicionales han quedado obsoletos, por la complejidad
adquirida por la tecnología, las organizaciones, el comercio y las finanzas. El nuevo modelo, ha
de ser a la vez ordenado y caótico (por eso, el fundador de Visa Internacional ha escrito un
libro con el título de “El nacimiento de la era ´caórdica`” (Dee Hock. Ediciones Granica. 2001)
La gestión de las personas, merece consideración especial. Se considera ya superado
totalmente el planteamiento tailorista (cadena de montaje; fragmentación del proceso de
producción en operaciones sencillas y repetitivas, especializando a cada puesto de trabajo en
algo muy sencillo: organización y productividad, en que las personas son tratadas como
máquinas), y las empresas hoy suelen procurar darle al empleado participación y motivación,
para cautivar su voluntad y usarlo como un medio para conseguir sus propios objetivos.
Incluso, se abre camino un nuevo planteamiento en que el propio empleado es el objetivo como
persona, que debe ser atendida, comprendida y cuidada. Y así, se desarrollan políticas que
promuevan la empleabilidad, flexibilidad y armonía de vida y trabajo. Si el taylorismo buscaba
“un empleado que produzca mucho”, la segunda etapa tendría la aspiración de “tener un
empleado motivado” y vamos hacia la de “tener un empleado con éxito”, al que incluso se le
facilita la formación y asesoramiento más idóneos para lograr una nueva –y, a ser posible,
mejor- colocación cuando la empresa no necesita sus servicios (“outplacement”)
“El desafío de Matsushita“ es una crítica que hizo ese japonés, líder del desarrollo en
el sureste asiático, a los criterios occidentales: “Uds. Tienen la equivocación metida en sus
cabezas, de pensar que la empresa puede funcionar bien con lo que piensan unos pocos, que
los demás tendrán que ejecutar. La empresa necesita aprovechar las ideas e iniciativas de
todos y cada uno de sus miembros.
La organización horizontal en la empresa ha sido elogiada como “la corporación
modelo para los próximos 50 años” (Fortune) o como “la opción mas eficaz” (Business week), y
ha demostrado su poder al transformar el trabajo de las unidades de las principales
corporaciones y organizaciones. A quien interese conocer lo que es la organización horizontal,
la forma en que funciona, cómo mejora el trabajo, dónde puede aplicarse –y dónde no-, así
como el modo de establecerla, puede acudir al libro de ese título de Frank Ostroff (Oxford
University Press. <2001 supongo>), que presenta también ejemplos de organizaciones reales
que han utilizado el concepto para alcanzar sus metas competitivas <según la recensión de El
País, Negocios, 2 set. 01>
2.1.6.- El beneficio económico
Entre los factores que mejoran el rendimiento económico, están:
- El capital privado
- El capital público
- La tecnología
- El capital humano
- El capital social: si hay corrupción, no hay desarrollo económico.
La confianza en las relaciones entre capital y trabajo, es un valor decisivo en la siempre
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Conflictiva- marcha de las empresas.
2.2.- La empresa cooperativa
Y llegamos a conectar los conceptos iniciales de “Economía Social”, con los que
acabamos de ver de “Empresa”, entrando en el análisis de la cooperativa como empresa.
Quiero puntualizar previamente que al hablar de “La Empresa Cooperativa” me refiero
a las empresas que se constituyan y funcionen con lo que llamo “actitudes cooperativas” (que
veremos a continuación), lo que no siempre coincide con las que tengan esa forma jurídica,
pues una vez mas, se cumple aquello de que “ni son todas las que están...”
La cooperativa no es un tipo de empresa cuyo único sentido sea ser subsidiaria a falta
de otras alternativas “normales” que son las capitalistas, sino que parte de unos planteamientos
propios, distintos, autóctonos, con unas bases tan sólidas al menos como puede ser la de
cualquier otro planteamiento: ante la necesidad de asociarse para transformar el mundo que
nos rodea, cabe que se asocien las personas, o bién que se asociaen los capitales. Y cada
sistema será bueno para una serie de empresas.
En su sentido amplio, es el tipo de empresa más primitivo, puesto que su base que es
la solidaridad, existió desde que la especie humana existe en grupos, y desde luego antes de
existir el dinero.
Pero eso no impide que, junto a esta autonomía conceptual, el cooperativismo,
históricamente,
- Nació en el capitalismo, poco después de la Revolución Industrial, y
- Nació para oponerse a consecuencias no deseables del capitalismo, defendiendo
unos valores, objetivos y forma de funcionar propios, por lo que es la primera
empresa postcapitalista (eso que ahora está tan de moda) en el sentido de que
nació como consecuencia de las novedades originadas por la Revolución Industrial.
El cooperativismo defiende desde su origen las ideas de gestión participativa o de
importancia de la persona o cuidado del medio ambiente, por ejemplo, que están ahora
plenamente “de moda” para buscar soluciones a los problemas actuales. Y es ese hecho de
que naciera precisamente como forma de defensa de los afectados, para oponerse a las
consecuencias no deseables del capitalismo, (barbaridades a que dio lugar la implantación de
esa Revolución Industrial, respecto a jornadas de trabajo, trabajo de menores,...), lo que hace
que tenga (¡y ensayadas ya, desde hace siglo y medio!) una serie de respuestas a esos
problemas, que, en muy buena parte, coinciden
con las respuestas que ahora va
descubriendola sociedad, cuando las atrocidades industriales producen sus efectos a largo
plazo y gran escala, que son peores que los inmediatos.Puertas adentro de la cooperativa, la
hegemonía corresponde al trabajo y no al capital; hacia fuera, la coop es útil a la comunidad,
satisfaciendo sus necesidades de forma eficaz, ya sea creando puestos de trabajo de calidad,
asentando la población en el territorio de manera mejor, logrando créditos o viviendas para los
segmentos de la sociedad con más dificultades de conseguirlos de otro modo, etc. En
consecuencia, su experiencia es hoy valiosísima para cualquier intento de encontrar salidas
alternativas a las que nos plantea el “pensamiento –pretendidamente- “único” (que en realidad
tiene habitualmente poco de pensamiento y más que ofrecer salidas, aconseja resignación).
Partiendo del principio de que el eje de la actividad económica es la persona, las
empresas sociales, al optar por la asociación de personas incorporan una o unas cuantas de
estas funciones:
· Una función paliativa (actividades de inserción, centros especiales de trabajo...),
· Una función preventiva y/o proactiva (autoocupación colectiva frente al paro, compra
y distribución cooperativa...) y
· Una función transformadora, tanto en el ámbito microsocial (nuevos modelos de
gestión, como la gestión cooperativa integral) como en el ámbito macrosocial (mercado social,
socioeconomía solidaria...
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24
En la gestión de las cooperativas, existen dos tendencias: la espiritualista y la
empresarialista. Y es peligroso caer en cualquiera de los dos extremos:
En cuanto a la tendencia empresarial en la gestión, una gran trampa en la que han
caído muchas empresas sociales ha consistido en reproducir modelos de gestión
convencionales, a menudo incluso tayloristas, pretextando la necesidad de diferenciar la
gestión empresarial de la gestión social, cuando una y otra forman una realidad indivisible y las
técnicas de gestión mas vanguardistas en el mundo del management convencional se acercan
a las prácticas de las cooperativas inspiradas en los principios y valores cooperativos.
Y respecto a la que he llamado tendencia espiritualista, sus peligros son mucho
mayores: olvidarse de que la cooperativa es una empresa, que vive en un mercado, es como
olvidarse de que en invierno hace frío.
Por todo ello, es muy importante que profundicemos en un modelo de gestión
cooperativa propio, aprovechando las ventajas comparativas que nos da, precisamente, ser
empresas democráticas y sociales.
Puede ser útil hacer una contraposición entre los valores que desarrolla o en que se
basa el pensamiento Neoliberal, predominante hoy en día, especialmente en los medios de
difusión, y el cooperativo. Basándome en un trabajo de Jordi Vía, Presidente de la Federación
de Cooperativas de Cataluña, he sacado estos esquemas:
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Habla de:
El “Pensamiento Único”
Neoliberal
Libertad de capitales
El Cooperativismo
Cooperación
Económica
y
democracia
Soberanía de los mercados
Soberanía del trabajo
Satisfacción de la demanda
Satisfacción
sociales
de
necesidades
La riqueza empresarial...
La reduce a riqueza monetaria
Aspira a generar excedentes
económicos y socioculturales, a
distribuir entre: -Los socios,
-la
Empresa,
y
la sociedad entorno
La competitividad...
Tiene
acepción
militarista:
-“guerra comercial”
,
-“Opa hostil”
,
- Destruir a la competencia ,
lo
que origina:
- oligopolios
- insolidaridad social
- individualismo
- stress
Se mide sólo por su dimensión
monetaria
Competencia,
combinada
con
cooperación.
“Perseguir juntos”(cumpetere).
Principio de puerta abierta
La economía, la considera
Crematística
Gobierno de “la casa” para vivir
mejor
La globalización económica
La considera derecho del capital a
intervenir en todo el mundo, sin
regulaciones.
Resultado: crecen
- diferencias de frenta
- bolsas de pobreza
- Contaminación
- Destrucción biosfera
Sólo la considera como “masa”
Estructura la globalización de abajo
a arriba, y es –Igualitaria
-solidaria
-ecológica
-apoya la diversidad *personal, y
*nacional.
La eficiencia
La persona
Amplía su concepto, y la evalúa
teniendo
en
cuenta
o¡tras
racionalidades
(importantes
también para la empresa):
- Social
- Tecnológica,
- Afectiva
- Ambiental,
Produciendo un resultado mas
equilibrado y estable
La considera miembro artífice de
una
comunidad
ciudadana
autodeterminada
Una cooperativa se monta:
- Para materializar una forma de vida solidaria (++). (Actitudes cooperativas).
- Para aprovechar recursos sociales ociosos (+)
(Ante el paro, autoempleo colectivo, y mejor con 2º grado y red).
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- Para ganar dinero y ahorrar impuestos (=)
- para burlar la legislación social, desprotegiendo al trabajador (--)
De paso, sirve para formar emprendedores, una sociedad mas participativa y
democrática, ("vertebrada"), con mas oportunidades vitales, hacer que la economía del país
sea menos dependiente...
Álvaro Bajén en trabajos que no me consta se hayan publicado, parte de considerar
como principal punto de discrepancia, la intención con que se emprende la empresa: “No es lo
mismo poner en común bienes y servicios para la obtención de lucro, que buscar el lucro para la
satisfacción de una necesidad económica. En uno, el acto de poner en común bienes y servicios
supone que creamos una entidad con patrimonio propio, con capital, el cual lo ponemos a circular
para obtener un lucro, un beneficio, unos dividendos. En el otro, creamos una agrupación humana
que persigue en común la satisfacción de unas necesidades económicas; una persigue el dinero y
la otra persigue la satisfacción de una necesidad.” Es necesario admitir que, sin caer el
“idealismos”, como siempre, hay que ser capaz de salir de lo sabido, hacer un giro mental para
asumir otra perspectiva y abrirse a otra forma de ver el tema: en nuestra sociedad, junto a las
sociedades de capital (“pongo un dinero a trabajar, para que me produzca el máximo beneficio”).
Vener lo que me sobra, para comprar lo que necesito, usando como intermediario el dinero, es una
forma de organizar la vida o la empresa; gastar mi dinero en lo que quiero vender, para así obtener
un beneficio, es el proceso “capitalista” (el dinero, como medio para satisfacer una necesidad, se
ha convertuido en capital, como medio para obtener beneficio), que parte del dinero, para ir a la
mercancía y volver al dinero (más) como objetivo. “El movimientoque consiste en vender para
comprar, que tiende a la apropiación de cosas aptas para slatisfacer determinadas necesidades,
encuentra un límite en el consumo de las cosas compradas, es decir, en la satisfacción de las
necesidades; por el contrario, el movimiento de comprar para vender que tiende al aumento de
valor, no tine límites, pues el valor solo aumenta por su renovación continua. Como representante
de este movimiento, el poseedor del dinero se convierte en capitalista. Su único objeto es el
movimiento continuo de la ganancia, constantemente renovada por el lanzamiento continuo del
dinero en la circulación, esto es, la plusvalía creada por el valor. No se preocupa para nada del
valor de uso, de la utilidad...". Hay pués otras formas de organización empresarial que concluyen
su actividad con la satisfacción de la necesidad, así las cooperativas de viviendas están integradas
por socios que buscan para sí y para sus familias una vivienda
Álvaro concluía su charla con un ejemplo: “Del mismo modo ocurre con las cooperativas
de trabajo asociado, así, por ejemplo, Hebrero, licenciado en económicas, se quiere juntar con
Abril y Martius, graduados sociales, para constituir una sociedad de asesoramiento y servicios a
las empresas, su principal finalidad no es ganar dinero con el capital aportado ( ya que ellos
cuentan únicamente con sus conocimientos y su saber hacer), sino tener un trabajo digno que les
permita ganar el suficiente dinero para vivir y tener el suficiente tiempo para poderse dedicar al
ajedrez, su verdadera pasión. Así, se juntan y deciden que van a trabajar sólo el tiempo necesario
para ganar 200.000 pesetas al mes, cada uno. Los primeros años son duros, pero al cabo del
tercer año, trabajando 20 horas semanales ya cumplen con su objetivo, tienen la mitad de la
semana para poder jugar al ajedrez, cosa que hacen; como la empresa les va bien, deciden dar
entrada a nuevas personas que tengan la misma mentalidad que ellos: trabajar lo suficiente para
vivir. Les resulta muy difícil encontrar estas personas pues la mayoría, se han quedado sin sueños
y solo quieren o ser trabajadores o "ganar mucho dinero". ¿Qué os parece?. Hebrero, Martius y
Abril han constituido, como podéis ver una cooperativa de trabajo asociado, y repartirán el
resultado de su trabajo en función de la actividad cooperativizada desarrollada y no en función del
capital aportado que ha sido mínimo.”
2.3.- Actitudes Cooperativas
La cooperación, en el sentido en que aquí la analizamos, es ante todo, una actitud a
aplicar a una empresa; una actividad que origina una empresa. Cooperar es operar en común,
y es una forma posible de atender un problema o necesidad sentido por varias personas y que
se puede resolver mejor si se afronta en común (mediante una actividad empresarial). “Una
mano lava la otra, y las dos lavan la cara” (¡Con lo difícil que es lavarse una mano sola!).
26
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Pero la cooperación es también y desde siempre, una actitud humana de las que se
pueden adoptar ante cualquier circunstancia, al igual que se puede adoptar la actitud de
sumisión/resignación. O la de oposición-confrontación por ejemplo. Veamoslo un poco:
-
Actitud mental: preguntarse ante un problema. "¿Cómo lo arreglaré o ayudaré a
arreglarlo?", crea una relación de solidaridad frente a las actitudes pasivas
(“esperaré a que se arregle”, “¡Ojalá...!”), de dependencia o de parasito (“¿Quién
me podrá resolver el problema?”). Es sentir que “si nos unimos, tal vez podamos
resolver nuestro problema; “yo solo no puedo, pero sí entre todos,
proponiendonoslo”, “no es inevitable el que todo siga siempre así: vale la pena
luchar”...
-
Actitud dialéctica: Esa actitud mental se ha de basar en una concepción de la vida
dialéctica en vez de dogmática. Frente a la idea de que la verdad es algo que hay
que aprender de quien nos la enseñe, aceptandola y atacando lo contrario que es
error y es malo (actitud que produce malas consecuencias, desde la frustrción
personal a las guerras), Antonio Machado decía “¿Tu verdad?. No. La verdad. Y
ven conmigo a buscarla. La tuya, guardatela”. Y el peligro de adoptar actitudes
intransigentes, “fundamentalistas”, prepotentes, se da desde cualquier ángulo: no
sólo entre los “ayatholas” o “talibanes”, sino también en los que hablan de “el fín de
la historia” o asumen la operación “justicia infinita”
-
Actitud personal: Usamos la palabra, en el sentido de desarrollarme como persona,
no dejando que los demás me organicen la vida: es llegar, en la escala de
necesidades de Maslow, a la etapa de máxima autorealización, tras cubrir otras
necesidades mas elementales. Este planteamiento cooperativo origina una relación
de solidaridad entre las personas, totalmente diferente de las de aislamiento o
dependencia. Se da en todos los aspectos de la vida, pero sólo cuando se ha
alcanzado cierta madurez. Por ejemplo, el hijo depende de la madre, y desde que
queda cortado el cordón umbilical, se inicia el proceso de ir independizándose para
vivir por sí mismo. Al principio, espera que le resuelvan “los mayores” todos sus
problemas; al llegar a la adolescencia, se hace rebelde y rechaza cualquier cauce
de sus mayores, aspirando a ser autosuficiente. Sólo al alcanzar la mafurez, vuelve
a aceptar la relación de ayuda con los padres, pero no ya en el sentido de
depender de ellos, sino como colaboración entre adultos y en ambos sentidos. El
proceso consiste en evolucionar “de la dependencia tuitiva a la colaboración
solidaria”, aceptando la interdependencia en lugar del aislamiento, el dominio o la
subordinación.
-
Actitud laboral: el cooperativismo (al menos el de trabajo asociado), ofrece una
tercera vía, entre ser empresario y trabajador; el hombre se hace dueño de la
materia que transforma por su trabajo, desligandole de la dependencia del capital
como principal medio de producción. Pero no de manera individual aislada, ni como
empresario que asume el riesgo de la producción propia y la de otros, ni como
trabajador (de los de “me engañarán en el sueldo, pero lo que es en el trabajo, ya
procuro yo engañarles a ellos...”), sino combinando estas dos últimas, para ser
empresario (en común, con los otros socios-trabajadores) y a la vez trabajador (del
propio conjunto, o sea, de la Cooperativa).
-
Actitud empresarial, asumiendo la correspondiente responsabilidad. Frente a las
posturas de imposición o negociación entre partes enfrentadas, la cogestión que
integra distintos puntos de vista, ideas y aportaciones. Y al servir de práctica de
gerencia (mandar menos y dirigir mas; no considerar “defectos” las “condiciones”
de sus colaboradores), resulta escuela de emprendedores, que son la figura básica
para el progreso de un país.
-
Actitud social: desarrolla personas solidarias, libres y democráticas.
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28
-
Actitud política. El cooperativismo aporta una idea política de participación en la
resolución de los problemas sociales, aunque sin atarse a una ideología política
concreta.
2.4.- Concepto del cooperativismo.
Al enfrentarse a la problemática que nos describe por ejemplo Dickens en sus obras,
los pioneros del cooperativismo tuvieron que optar entre la alternativa de oponerse o colaborar
(como se le presenta también a cualquier hijo de familia: ser rebelde o revolucionario, o ser
continuista). Así, las cooperativas se presentan como “Una alternativa paralela y antagónica a
la historia del capitalismo; una alternativa que Marx no dudó en definir como ‘’el primer signo de
la ruptura de la antigua forma’’: los trabajadores dan vida, espontaneamente, a un “nuevo modo
de producción’’, ellos se hacen “capitalistas de si mismos, ésto es, emplean los medios de
producción para la revalorización del trabajo propio’’ (El Capital, III, 2 p.127)” (sacado de
Francesco GALGANO “Las Instituciones de la Economía Capitalista”. p. 223<R-229>)
El Estado del Bienestar se basa en distribuir el excedente de los mas ricos, entre los
menos ricos; la solidaridad, en cambio, se basa en organizar la sociedad desde los derechos
de los que disfrutan los menos ricos. <No se trata de atar una pierna a los corredores cuando
concurra un cojo>.
El fenómeno cooperativista es anticapitalista por que, conforme al principio mutualista,
los trabajadores se apropian el beneficio del capital. Y esto, que es claro en las cooperativas de
trabajo asociado, acaba admitiendose normalmente también para las otras clases, incluso -con
reservas- las de servicios. Su motor no es en absoluto el principio del máximo lucro, sino el de
la satisfacción óptima de las necesidades (P. Lambert).
Así, el cooperativismo funciona como un subsistema dentro del sistema capitalista, y
supone un alivio tanto para los que pretenden cambiar el sistema, y consideran que el
cooperativismo ensaya fórmulas inéditas, como para los que pretenden perpetuarlo y
consideran que sirve para paliar sus efectos perversos y suavizar las injusticias más radicales y
peligrosas de las que origina. Sin embargo, y tal vez por eso, todos le miran con desconfianza,
como algo “raro” o “diferente”, que resulta molesto para las visiones simplistas que rechazan
todo lo que no sea convencional.
La Alianza Cooperativa Internacional en su “Declaración sobre la identidad cooperativa”
(Manchester, Congreso de su centenario, 1995), da la siguiente definición:
Una cooperativa es una
ASOCIACIÓN autónoma de personas
que se han unido de forma voluntaria
para
satisfacer sus necesidades y aspiraciones
económicas, sociales y culturales
en común
mediante una EMPRESA
de propiedad conjunta
y de gestión democrática.
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