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Transcript
Una Iglesia de COMUNIÓN Y
PARTICIPACIÓN
“Pero ustedes son raza elegida, sacerdocio real, nación santa y pueblo adquirido…”
1 Pe 2, 9
PRESENTACIÓN
Continuamos en este cuadernillo y el próximo reflexionando sobre la llamada a ser discípulos
en comunión, Pueblo de Dios que camina en Cortés convocado y guiado por el Espíritu de
Jesús que suscita en nosotros actitudes de comunión y participación, y nos lleva a buscar
cauces para llegar a ser una Iglesia comunidad de comunidades en comunión.
Recordamos las palabras que nuestro Obispo nos dijo al celebrar la Solemnidad de San Pedro
Apóstol:
“La Palabra de Dios proclamada en la asamblea litúrgica se dirige como palabra viva y
actual a la comunidad. El “ustedes” somos nosotros, Iglesia diocesana de San Pedro
Sula, Iglesia que escucha la pregunta de Jesús, que es la Palabra de Padre… quedarán
constituidos centenares de grupos sinodales que, en un clima de oración, de escucha de
la Palabra de Dios y de discernimiento pastoral, dialogarán sobre la vida y misión de
nuestra diócesis hoy en este Departamento de Cortés y formularán propuestas que
marquen el camino de nuestra Iglesia para los próximos años, en fidelidad al Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo y en respuesta a las nuevas situaciones culturales.”
Al recibir con inmenso agrado las palabras del Pastor de nuestra Diócesis, y sabiendo que
nosotros somos este pueblo que peregrina en el Departamento de Cortés, nos vamos a
adentrar en esta dimensión de comunión y participación que ha de marcar profundamente
nuestra pertenencia a esta Iglesia de la Diócesis de San Pedro Sula.
1. ENCRUCIJADA (Mirar la realidad)
1- Hernán y Florita, su esposa, no se sienten a gusto en la iglesia que les queda casi en frente
de su casa, porque dicen que no se canta bonito, que los niños molestan mucho, que la
iglesia es muy pobre y que, en fin, ellos mejor resolvieron irse a otra iglesia todos los
domingos porque allí nadie los molesta y no tienen que meterse en comunidades ni grupos
como les estaba pidiendo el padrecito de su colonia
2- Don Bartolo y Doña Emérita hace ya muchos días que no se aparecían por la iglesita de la
colonia donde viven, por lo que les preguntó Doña Florinda, una catequista de la parroquia,
qué estaba pasando con ellos que ya hacía rato no los miraba en la celebración de la
iglesia, a lo que Don Bartolo y Doña Emérita le contestaron casi a la vez, “pues fíjese Doña
Florinda que ahora pertenecemos a un movimiento, y nos reunimos allá con muchas otras
personas y no nos queda tiempo para venir a esta iglesita y viera usted que hermoso
edificio lograron levantar todos los hermanos y hermanas de nuestro movimiento”.
3- Don Olegario es un buen hombre, muy caballero y no se mete con nadie, vive aquí cerquita
de la iglesia de esta colonia, es bastante inteligente, pero como que no le caemos bien los
de aquí, porque él se ha ido para una iglesia del centro donde ayuda como ministro
extraordinario de la comunión y si usted viera la de enfermitos que hay en esta parroquia y
el pobre padrecito que ni tiempo tiene para atenderlos a todos, lástima que Don Olegario y
algunos otros no ayuden y trabajen aquí.
4- Le cuento, me decía un día Doña Ramona, que hay en esta parroquia unas personas que no
se quieren apuntar para nada en esto del Sínodo, porque dicen que para ellos basta lo que
han oído decir de la Biblia y que estos inventos de reuniones y propuestas y participación
no les dice nada, que ellos ya tienen bastante con ir a misa el Domingo y echar unos
centavitos en la ofrenda que pasan pidiendo y que así Dios les dará la salvación
5- “Mire”, me dijo anteayer Don Gumersindo, “yo a eso de la Iglesia comunión y participación
no le hago ni tantito de caso, porque vea usted que el padrecito y las monjas que tenemos
en la parroquia son los que lo hacen todo y sólo mandan, y usted nunca los ve que ayuden a
resolver los problemas que está pasando la comunidad. Viera la llena del mes pasado se
pasó llevando el puentecito del río y fuimos a pedirle ayuda al padrecito y sabe que nos
dijo, ‘yo no tengo problemas para pasar por allí, porque yo tengo un carro doblado y nada
me para’; por eso yo y algunos otros nos hemos echado para atrás con eso de la
participación. ¿Qué le parece?”
6- No había terminado yo de hablar con Don Gumersindo, cuando apareció Doña Teresita, la
señora que vende tortillas allá en el bordo, y después de saludarnos nos preguntó en qué
nos entreteníamos conversando, y una vez que le contamos nos suelta llena de entusiasmo:
“pues miren ustedes, lo que soy yo no me detengo en esa pequeñeces, porque en lo que
toca a mi familia y a mí hemos entendido muy bien que la Iglesia la hacemos nosotros, y
que nos hemos de sentir muy felices si nos comportamos como hermanos, nos apoyamos
como hermanos y, sobre todo, si vamos poniendo nuestro granito de arena en participar en
lo que el señor Obispo y el padrecito nos solicitan, porque nosotros entendemos que la
Iglesia somos usted, yo y muchísimos más hermanos y hermanas”.
Dialoguemos
1. ¿Se dan otras situaciones semejantes entre nosotros?
2. Comentamos brevemente.
2. BRÚJULA Y MAPA
(Juzgar: Conocer la enseñanza de la Iglesia)
1.- “…ustedes, como piedras vivas”
"¿No ves delante tuyo una gran torre que se está construyendo sobre el agua, con
piedras bien dispuestas y resplandecientes? Efectivamente, la torre de forma
rectangular, había sido construida por seis jóvenes que habían venido con la mujer
entrada en años. Otros hombres, millares de ellos, traían piedras, algunas recogidas del
fondo del agua, otras de la tierra, y se las daban a los seis jóvenes que las tomaban para
construir. Las piedras traídas del fondo del agua, se dejaban poner todas, tales y cuales,
en la construcción, ya que se adaptaban perfectamente entre ellas y todas las junturas se
obtenían con facilidad, se soldaban en forma tan estrecha, que no se veían más sus
junturas y la torre parecía construida como si fuese un solo bloque".
El fragmento que acabamos de leer y que introduce este apartado del cuadernillo está tomado
del "Pastor de Hermas", una obra del siglo II que tuvo gran influencia en la Iglesia antigua, que
trae a la mente del cristiano la imagen de una torre que, a diferencia de la bíblica de Babel,
Gén 11, 1-9, no es construida sobre la tierra sino sobre agua; no es señal de división sino
expresión de unidad. Sin duda, ésta es representación de la Iglesia, que tiene origen y fuerza
en el agua bautismal. Es allí donde se construye, porque del agua del bautismo toma pie toda
la vida sacramental y la decisión de ponerse en el seguimiento de Cristo. Las piedras -nosotros
los creyentes- que son tomadas de las aguas vienen representadas plenamente coherentes
entre ellas ya que se adaptan a tal punto que no se vea en la torre ninguna división entre una
piedra y otra. Es la Iglesia de Cristo. Es la imagen de una construcción que todavía no ha sido
terminada y que, sin embargo, se distingue por su dignidad profunda. Su fuerza consiste en el
ser cada piedra hecha para la otra, de tal manera que, ocupando aquel lugar, ninguno pueda
sentirse ni aislado ni inútil; por el contrario, se reconoce como un elemento necesario e
indispensable para la compatibilidad y armonía de la torre. En la primera carta de San Pedro
podemos leer:
"Se han acercado al que es la piedra viva rechazada por los hombres, y que sin embargo
es preciosa para Dios que la escogió. También ustedes, como piedras vivas, edifíquense
y pasen a ser un Templo espiritual, una comunidad santa de sacerdotes que ofrecen
sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Cristo Jesús" (1 Pe 2, 4-5).
2.- Retos en el Camino
Reconocemos nuestra vocación a ser Pueblo de Dios, Templo espiritual, fraternidad ordenada
que, en la diversidad de ministerios y tareas, vive la común dignidad de hijos. Lo sabemos pero
experimentamos también dificultades para dejarnos conducir por el Espíritu. No es algo nuevo
y que nos afecte solo a nosotros. La comunidad de Corinto experimentó esos mismos retos.
Surgieron en ella tensiones, divisiones y preguntas sobre qué acción del Espíritu era la más
valiosa y, por tanto, quién era el más importante.
Conviene que releamos esa primera carta de Pablo a los Corintios especialmente los capítulos
1,10-4,7 y 12,1-14,40. Encontramos en esos textos una llamada a vivir unas actitudes, una
espiritualidad de comunión y, además, orientaciones concretas para estructurar la asamblea y
la comunidad.
3.- Actitudes de comunión
Ante la pregunta de la comunidad en 12,1 sobre las acciones del Espíritu, Pablo recuerda:
3. 1.- Que todos los dones del Espíritu son don, regalo, gracia, no posesión nuestra. Y
encontramos aquí una primera llamada para vivir la espiritualidad de la comunión: Todo
es gracia. Nadie puede presumir ante Dios. No nos gloriamos de nosotros mismos, el que
quiera gloriarse hágalo en el Señor. No importa quién siembra o quién riega, el que
cuenta es quien da el crecimiento. Hemos recibido un tesoro en vasijas de barro para
que todos vean que una fuerza tan extraordinaria procede de Dios y no de nosotros.
3. 2.- Todo don es para el servicio, para el bien común. No hay lugar para competir sino
llamada a cooperar como miembros de un mismo cuerpo y, por encima de todo, es una
invitación a dejarse llevar por el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones.
3. 3.- Hay un tercer aspecto que Pablo señala y que, a veces olvidamos. Todo don de Dios es
eficaz; es fuerza, dinamismo, capacidad de actuar, actividad útil para la comunidad. De
ahí que se conozca por sus frutos y que genere efectos que transforman la vida y las
relaciones.
Sencillez, humildad, gratitud, servicio, disponibilidad, eficiencia, alegría y, por encima de todo,
amor son actitudes que el Espíritu suscita en cada uno y que cada uno hemos de cuidar
permanentemente. Sin ese cuidado de la espiritualidad de la comunión no hay Iglesia de Jesús.
4.- Estructuras de comunión
Y esa espiritualidad nos lleva, como a Pablo, a buscar formas concretas de organización y de
relación. Formas que necesariamente son cambiantes en muchos aspectos y no rígidas. Las
Iglesias que los apóstoles nos dejaron tenían formas diversas de organización y la estructura de
Iglesia que vemos reflejada en el Pastor de Hermas o en la Didajé son tan diversas de la
nuestra como distantes en los siglos. Necesitamos discernir permanentemente. Eso es lo que
el Vaticano II hizo, lo que se realiza en los Sínodos de los Obispos, como el que está
actualmente celebrándose, y esa es nuestra tarea en el Sínodo Diocesano. Recordamos
nuestras actuales estructuras y reflexionamos sobre cómo hacerlas más eficientes. Unas como
la Diócesis y las parroquias están presentes en toda la Iglesia Universal y reguladas desde el
Código de Derecho Canónico, CDC. Otras son propias de algunas diócesis como la nuestra.
 DIÓCESIS
La Diócesis o “la Iglesia particular es totalmente Iglesia, pero no es toda la Iglesia. Es la
realización concreta del misterio de la Iglesia universal en un determinado lugar y
tiempo. Para eso, ella debe estar en comunión con las otras Iglesias particulares y bajo el
pastoreo supremo del Papa, Obispo de Roma, que preside todas las Iglesias. DA 166
 CONSEJO DE ASUNTOS ECONÓMICOS
En cada diócesis ha de constituirse un consejo de asuntos económicos, presidido por el
Obispo diocesano o su delegado, que consta al menos de tres fieles designados por el
Obispo, que sean verdaderamente expertos en materia económica y en derecho civil, y
de probada integridad. CDC 492


 CONSEJO PRESBITERAL
En cada diócesis debe constituirse el consejo presbiteral, es decir, un grupo de
sacerdotes que sea como el senado del Obispo, en representación del presbiterio, cuya
misión es ayudar al Obispo en el gobierno de la diócesis conforme a la norma del
derecho, para proveer lo más posible al bien pastoral de la porción del pueblo de Dios
que se le ha encomendado. CDC 495
 CONSEJO DIOCESANO DE PASTORAL
En la medida en que lo aconsejen las circunstancias pastorales, se constituirá en cada
diócesis un consejo pastoral, al que corresponde, bajo la autoridad del Obispo, estudiar
y valorar lo que se refiere a las actividades pastorales en la diócesis, y sugerir
conclusiones prácticas sobre ellas. CDC 511
El consejo pastoral se compone de fieles que estén en plena comunión con la Iglesia
católica, tanto clérigos y miembros de institutos de vida consagrada como sobre todo
laicos, que se designan según el modo determinado por el Obispo diocesano. CDC 512
 COMISIONES DIOCESANAS DE PASTORAL
Al servicio de las acción misionera de las parroquias, comunidades, caminos,
movimientos, asociaciones, etc. están constituidas las comisiones diocesanas que tienen
como finalidad estar permanentemente atentas a la realidad social y, desde el
discernimiento correspondiente, ofrecer información, orientaciones, cauces de
formación y propuestas de acción común a toda la diócesis en los diversas acciones
pastorales.
 DEPARTAMENTOS
Para coordinar mejor la acción de las distintas comisiones diocesanas se han creado en
nuestra diócesis cuatro departamentos en los que se integran las comisiones existentes.
Actualmente existen estos departamentos:
+ Departamento de la Palabra:
+ Departamento de Liturgia y Vida espiritual
+ Departamento de Pastoral Social y compromiso liberador
+ Departamento de comunión y fraternidad.
 PARROQUIAS
La Parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la
Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se
encomienda a un párroco, como su pastor propio CIC 515 – 1
Entre las comunidades eclesiales, en las que viven y se forman los discípulos misioneros
de Jesucristo, sobresalen las Parroquias. Ellas son células vivas de la Iglesia y el lugar
privilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y
la comunión eclesial. Están llamadas a ser casas y escuelas de comunión. Uno de los
anhelos más grandes que se ha expresado en las Iglesias de América Latina y El Caribe,
con motivo de la preparación de la V Conferencia General, es el de una valiente acción
renovadora de las Parroquias a fin de que sean de verdad “espacios de la iniciación
cristiana, de la educación y celebración de la fe, abiertas a la diversidad de carismas,
servicios y ministerios, organizadas de modo comunitario y responsable, integradoras de
movimientos de apostolado ya existentes, atentas a la diversidad cultural de sus
habitantes, abiertas a los proyectos pastorales y supra parroquiales y a las realidades
circundantes”. DA 170
 PLANES PASTORALES
Una forma eficaz de realizar la misión es a través de una buena organización. Gracias a
Dios, en nuestra Diócesis hemos contado con planes pastorales desde el primero
propuesto por Monseñor Brufrau hasta el que ha orientado nuestra tarea desde el 2007
que Monseñor Ángel promulgó el mismo día que comenzó la Conferencia de Aparecida.
La Diócesis, presidida por el Obispo, es el primer ámbito de la comunión y la misión. Ella
debe impulsar y conducir una acción pastoral orgánica renovada y vigorosa, de manera
que la variedad de carismas, ministerios, servicios y organizaciones se orienten en un
mismo proyecto misionero para comunicar vida en el propio territorio. Este proyecto,
que surge de un camino de variada participación, hace posible la Pastoral Orgánica,
capaz de dar respuesta a los nuevos desafíos. Porque un proyecto sólo es eficiente si
cada comunidad cristiana, cada parroquia, cada comunidad educativa, cada comunidad
de vida consagrada, cada asociación o movimiento y cada pequeña comunidad se
insertan activamente en la Pastoral Orgánica de cada diócesis. Cada uno está llamado a
evangelizar de un modo armónico e integrado en el proyecto pastoral de la Diócesis. DA
169
 Asambleas de pastoral parroquial
Con el término de Asamblea, definimos el encuentro amplio, plural y participativo de
todos los agentes de pastoral que están activos en la vida de la Parroquia, o en su caso,
en el Sector. Los asambleístas, animados por un espíritu de comunión, celo pastoral y
corresponsabilidad con el Párroco en las tareas evangelizadoras, reflexionan sobre la
misión de la Parroquia como comunidad de comunidades.
 Consejo Parroquial
El consejo pastoral Parroquial es un organismo eclesial de participación de carácter
consultivo, establecido como órgano de comunión, participación y corresponsabilidad,
presidido por el Párroco e integrado por Sacerdotes, religiosos(as) y laicos
representantes de la comunidad, que ayudan responsable y eficazmente en el análisis de
la realidad pastoral, la planeación y elaboración de proyectos de su parroquia. CDC 511514 y 536
 Consejo Pastoral Local
El Consejo Pastoral local (CPL), es el organismo pastoral que representa a toda la
comunidad católica de una aldea, barrio o colonia de la parroquia. Es la estructura de
comunión que ha de dinamizar toda la vida comunitaria.
El Consejo Pastoral Local (CPL) ha de animar y coordinar todo lo que se refiere a la
evangelización, a la celebración (liturgia) y la promoción humana en cada una de las
comunidades locales de la parroquia.
 Comunidades Eclesiales
Dedicaremos todo el cuadernillo próximo a discernir las características y funciones de las
comunidades eclesiales en su diversidad de realizaciones y tareas.
3. EN CAMINO
(Actuar: Nuestras Propuestas)
Sin angustias o temores, sin pensar que lo que propongamos será lo más acertado, sin
considerarnos superiores o inferiores a otros, procuraremos en este momento buscar nuestras
propuestas, con la finalidad, como ya nos lo decía Monseñor Ángel en la Homilía de la
Solemnidad de San Pedro, “que marquen el camino de nuestra Iglesia para los próximos años,
en fidelidad al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y en respuesta a las nuevas situaciones
culturales”.
Ya en la Asamblea Diocesana sobre renovación parroquial proponíamos actitudes y estructuras
que hicieran operativo el proyecto de ser Iglesia de comunión y participación. Recordamos
algunas de esas propuestas:
 La primera transformación es la personal de cada miembro de la parroquia, de
comunidades, grupos o movimientos, de cada agente de pastoral -laicos, religiosos,
presbíteros- con la necesaria conversión. Una conversión que nos lleve: a mirar la
realidad con esperanza, sin fatalismo; con mirada positiva, no negativa; a ser agentes de
unidad que evitan el individualismo y la indiferencia hacia los demás; a tener una actitud
permanente de formación y crecimiento personal y a cuidar el ser acogedores con los
que se acercan a nuestras parroquias y comunidades por primera vez.
 Para que se dé una pastoral de conjunto y una adecuada organización de la misma es
necesario implementar un Plan Pastoral Parroquial acorde al Plan Diocesano, adecuado con la
realidad parroquial, asumido y conocido por todos y, conforme a él, elaborar un plan de trabajo
anual.
 Debemos potenciar en cada parroquia el Consejo Parroquial de Pastoral con su misión y
estatutos propios; crear el Consejo de Asuntos Económicos; fortalecer y consolidar las
comisiones parroquiales de pastoral; elaborar un organigrama parroquial claro en el que
se especifique las funciones de cada uno y sus relaciones mutuas. Cuidar que las
comunidades parroquiales, o los sectores parroquiales que haya, tengan una estructura
de consejos y comisiones semejante.
Y en esa línea hacemos ahora nuestras propuestas sobre:
- Actitudes del Obispo, presbíteros, religiosas, laicos, responsables de pastorales, etc.
- Estructuras diocesanas:
+ Curia
+ Consejos Diocesano de Pastoral.
+ Comisiones Diocesanas
+ Departamentos
- Consejo Diocesano de Asuntos Económicos
- Consejos Pastorales Parroquiales y comunitarios.
- Plan Pastoral Diocesano y parroquial.
4. ORACIÓN
Recordamos el bello texto de la carta de san Pablo a los Corintios 3, 1-4:
“Hermanos, no me fue posible entonces tratarlos como a hombres
maduros en el espíritu; tuve que hacerlo como a personas inmaduras,
como a cristianos en estado infantil. Les nutrí con leche y no con
alimentos fuertes, ya que no eran capaces de más. Y tampoco lo son
ahora. Aún están sujetos a las apetencias humanas. Pues mientras haya
entre ustedes envidias y rivalidades, es señal de que les dominan esas
apetencias y de que no han superado el nivel puramente humano. En
efecto, cuando uno dice: “Yo estoy con Pablo”, y otro “Yo con Apolo”,
¿No demuestran ustedes que son todavía demasiado humanos?”
Oramos en silencio agradeciendo al Señor Jesús el haber participado en el grupo
sinodal y pedimos que el Espíritu renueve nuestro corazón y nos haga crecer en
madurez.
Recitamos juntos la súplica de la Plegaria eucarística V:
Danos entrañas de misericordia
ante toda miseria humana,
inspíranos el gesto y la palabra oportuna
frente al hermano solo y desamparado,
ayúdanos a mostrarnos disponibles
ante quien se siente explotado y deprimido.
Que tu Iglesia, Señor,
sea un recinto de verdad y de amor,
de libertad, de justicia y de paz,
para que todos encuentren en ella
un motivo para seguir esperando.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Nos damos un cálido abrazo de paz y nos despedimos cantando algunas estrofas del
canto: Id y enseñad, número 218 en la página 224 del Cancionero nacional.
Nota:
Recordar de enviar lo antes posible las propuestas a la parroquia
O a la respectiva comisión de síntesis de sus movimientos, caminos o asociaciones.