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Transcript
República Bolivariana de Venezuela.
Universidad Central de Venezuela.
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
Escuela de Economía.
Cátedra: Política Económica.
Asignatura: Política Económica III.
Dirección del comercio exterior en el crecimiento de las economías.
Alumnos: Aidan J. Curros C. V-18.954.064.
Marco A. Vilera B. V-19.868.752.
Fecha de entrega: Miércoles, 31 de Mayo de 2012.
Presentación.
Las necesidades de los seres humanos muchas veces no pueden ser satisfechas por los recursos o
la producción del país donde se encuentren. Se requiere de producciones foráneas para
satisfacerlas y generar bienestar en la población.
El comercio internacional actúa como un mecanismo de obtención de bienes y servicios
extranjeros que son requeridos por lo nacionales. Asimismo, permite la colocación de mercancías
propias en otros mercados siendo una fuente indispensable para la obtención de divisas.
La forma en que los países orientan su política comercial con el resto del mundo es un factor
determinante para el desarrollo de las economías nacionales. La orientación que se le de al
comercio exterior permitirá explicar el comportamiento de las variables macroeconómicas
fundamentales así como el desenvolvimiento de la economía.
En las próximas páginas observaremos las principales teorías del comercio internacional y su
influencia en el desarrollo de la industria nacional.
Asimismo, observaremos las principales políticas exteriores implementadas por el gobierno de
Corea del Sur que permitieron desarrollar la industria interna y permitieron la acumulación de
riquezas en el país.
Analizaremos algunos elementos de estas políticas en Venezuela y presentaremos una breve
comparación entre ambos países.
2
Índice.
Contenido
Página
Objetivos....................................................................................................................…..Pág. 4
Antecedentes:
Teorías del Comercio Internacional…………………………………………………………………………………..… Pág. 4
Desarrollo:
Comercio exterior y desarrollo en Corea del Sur……………………………………………………………….… Pág.11
Política Comercial….…………………………………………………………………………………………………………... Pág. 13
Reformas aplicadas a raíz de la crisis asiática……………………………………………………………………… Pág. 16
Comercio Internacional y crecimiento económico en Venezuela………………………………………..Pág. 19
Algunas consideraciones sobre Venezuela y Corea del Sur……………………………………………….. Pág. 20
Conclusiones.…………………………………………………………………………………………………………….…….... Pág. 23
Bibliografía………………………………………………………………………………………………………………….………. Pág. 24
3
Objetivos.
Objetivo general: Por medio del presente documento se busca observar la influencia que tiene el
comercio exterior con el desarrollo de las economías.
Objetivos específicos:
1- Conocer las principales teorías relacionadas con el comercio exterior.
2- Observar las principales políticas comerciales implementadas en Corea del Sur como caso
de estudio de desarrollo a partir del comercio exterior.
3- Analizar el impacto que la implementación de estas políticas sobre la economía
Surcoreana.
4- Observar algunos elementos del comercio internacional en Venezuela.
Antecedentes.
Teorías del Comercio Internacional.
1. Mercantilismo.
Es conocido como la doctrina que establece conveniente una balanza comercial favorable, porque
de algún modo esta genera la prosperidad nacional.
Para el mercantilismo una política comercial proteccionista promoverá la industria nacional
mientras mantenga un saldo favorable en la balanza de pagos. Esta teoría se basa en el juego
suma cero, donde si alguno de los participantes tiene ganancia, una de sus contrapartes perderá
en la misma magnitud. Sin embargo los detractores de esta teoría determinan que luego de un
excedente comercial viene un aumento de la oferta monetaria, lo que conlleva a procesos
inflacionarios y por consecuencia pérdida de competitividad, llevando a la balanza de pagos al
equilibrio nuevamente.
Las ideas proteccionistas mercantilistas han tenido cabida en muchos pensadores económicos
como método de estimulo de la inversión y empleo, además de un mecanismo para lograr l
desarrollo nacional.
2. Economía Ortodoxa.
Esta teoría presenta una oposición frontal al proteccionismo mercantilista, y es defendida por
grandes pensadores como Adam Smith y David Ricardo.
Se plantea al comercio como motor del crecimiento económico y desarrollo nacional, donde los
productos excedentes que no son colocados en el mercado interno se pueden intercambiar con el
resto del mundo por productos que son escasos o no son posibles de producir, así la estrechez del
4
mercado local no impide que el proceso de producción y de división del trabajo llegue a su
máximo nivel de perfección. Lo que estimula a mejorar las capacidades productivas e incrementar
el ingreso y riqueza de la sociedad. El nexo causal entre comercio exterior y crecimiento
económico es importante, ya que para Smith la actividad económica sólo puede aumentar “en
proporción a su capital”, el comercio exterior, al aumentar tanto la producción como la renta de la
nación, eleva la proporción del ingreso destinado al ahorro y, por tanto, fomenta la acumulación
de capital y la expansión de la actividad económica, el beneficios del libre cambio se resume en un
medio para el acceso de bienes inexistentes en el mercado domestico, sin sacrificio del consumo
que implicarían las medidas proteccionistas planteadas en el mercantilismo. Es decir, la pérdida
del consumidor en el caso de los aranceles a la importación (el sobreprecio que éste debe
soportar), en las subvenciones a la exportación (doble, en este caso: el impuesto para financiar el
subsidio más el sobreprecio) y en los tratados comerciales preferenciales (desviación de comercio
por regionalismo).
Debido a esto se plantea lo que sería la teoría de la ventaja absoluta, donde se importarán los
bienes que sean más baratos en el extranjero que en el mercado local y se exportarán aquellos
que sean más caros en el mercado internacional que en el doméstico. David Ricardo tuvo un papel
fundamental en el desarrollo de estas teorías, basándose en los trabajos de Smith, fue el primer
economista que estableció el estudio del comercio internacional separado del comercio interior, la
teoría de las ventajas comparativas fue su principal aporte.
Ricardo establece que el comercio internacional es indispensable para la acumulación capitalista,
aumentado las tasas de ganancia y el crecimiento económico. Si el comercio exterior permite el
acceso por parte de los trabajadores a los productos por ellos consumidos a un precio menor,
entonces se elevaría la tasa de beneficio de las empresas y con esto la acumulación de capital.
Además de un incremento en la oferta de bienes y de la competitividad.
A partir del librecambio se desarrollan una gran cantidad de postulados como: la ampliación de
los mercados contribuye mucho a perfeccionar los procedimientos de producción, vía mayor
división del trabajo; al introducir nuevas necesidades y deseos en un país el comercio exterior
produce algunas veces una especie de “revolución industrial” en los países cuyos recursos están
sin desarrollar por falta de energía y ambición de la gente, existen los efectos del comercio en el
plano moral e intelectual que son importantes, los efectos referentes al progreso técnico, pero
también moral, que implica la comunicación entre los pueblos impuesta por su comercio exterior,
es decir, algo mucho más amplio que el argumento de la transferencia de tecnología y know-how.
Por otro lado tenemos las teorías neoclásicas basadas en el libre cambio donde se busca la
especialización internacional (modelo de Hecksher – Ohlin – Samuelson).
Este enfoque destaca la importancia de una óptima asignación de recursos (es decir, que los
recursos se utilicen allí donde son más productivos) según el criterio de la ventaja comparativa. El
argumento apunta, en pocas palabras, que el librecambio produce esa óptima asignación de
recursos y da lugar a la especialización.
3. La economía heterodoxa.
5
La economía heterodoxa sobre el comercio internacional surge, esencialmente, para explicar y
resolver la aparente incapacidad del comercio como medio de solventar los problemas del
subdesarrollo.
El análisis de los “efectos indirectos” del comercio internacional queda postergado hasta después
de la II Guerra Mundial, otros economistas habían destacado anteriormente la importancia de
los elementos dinámicos presentes en el desarrollo económico, otorgándoles un papel central en
detrimento del interés neoclásico por la asignación de recursos
En 1912, se publica Teoría del Desenvolvimiento Económico, obre de Schumpeter en donde se
vuelca sobre los aspectos dinámicos del crecimiento económico, proceso que él entiende como la
puesta en práctica de nuevas combinaciones de medios productivos. Dentro del concepto de
‘nuevas combinaciones’ Schumpeter incluye cinco casos:
12345-
Introducción de un nuevo bien
Introducción de un nuevo método de producción
Apertura de un nuevo mercado
Conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento
Creación de una nueva organización de cualquier industria
Los cinco casos contemplado por Schumpeter tienen mucho que ver con el comercio
internacional: los puntos 3 y 4 se explican en sí mismos, mientras que los puntos 1, 2 y 5 pueden
enmarcarse dentro del componente tecnológico del crecimiento económico, conectándolo con la
relación difusión de la tecnología-comercio internacional
Schumpeter, lejos de ser un librecambista dogmático, se sitúa en un área más pragmática y no
considera la teoría clásica como una “demostración del librecambio”, deplorando su desprecio
por los argumentos proteccionistas basados en la ausencia de pleno empleo o en la industria
naciente.
Pero lo que queremos destacar aquí es la importancia del comercio internacional en el proceso de
crear “nuevas combinaciones de medios productivos”: el acceso a nuevos productos, a nuevas
tecnologías, a nuevas formas de organización y, porqué no, a nuevos mercados con demandas
distintas a la doméstica y a formas diferentes de entender el proceso económico e incluso la vida
política y social. En este sentido, Dornbusch ha afirmado que “una apertura comercial agresiva
puede calificarse como un cambio schumpeteriano que desencadena el crecimiento”. No
obstante, Dornbusch admite que la aceleración del crecimiento será temporal, no indefinida,
pero suficiente para conducir a la economía en cuestión a una senda de mayor crecimiento.
-
El estructuralismo latinoamericano.
En este segmento observaremos los aportes de Prebisch en sus estudios sobre Latinoamérica.
La base teórica del estructuralismo de Prebisch radica en la división de la economía internacional
en dos elementos interrelacionados, el centro y la periferia. En contraste con la tradición
6
dominante que mantenía que las economías mundiales estaban simétricamente ligadas por
relaciones mutuamente beneficiosas, Prebisch postula un sistema internacional asimétrico que
supone ganancias para el centro y pérdidas para la periferia, en una especie de "oposición binaria"
en varias dimensiones:







El tipo de producción: los países centrales producen bienes industriales y la periferia
productos primarios.
El alto grado de monopolio existente en el centro, especialmente en el sector industrial.
El acceso del centro al cambio técnico, frente a los métodos de producción tradicionales u
obsoletos de la periferia.
La apertura comercial de la periferia, en el sentido de mayor peso de su comercio
exterior en la renta nacional que en el centro (a pesar de mayores grados de protección en
la periferia), principalmente respecto de los Estados Unidos, país clave de ese centro
desde la perspectiva latinoamericana.
La tendencia del centro a la inestabilidad cíclica, que es fatalmente transmitida a la
periferia.
La escasez de ahorro y la baja tasa de formación de capital en la periferia, en claro
contraste con el centro. Una tendencia inflacionista de origen estructural en la periferia,
frente a causas monetarias en el centro.
Y, por último y principal, el deterioro de la relación real de intercambio entre los precios
de los productos primarios y los de los productos manufacturados, al cual los países
productores de productos primarios verían reducirse el poder de compra de sus
exportaciones.
El deterioro de la relación real de intercambio observado empíricamente por Prebisch sería una
de las principales explicaciones del fenómeno del subdesarrollo. En sus cálculos, debido a que los
índices de precios no estaban disponibles para muchos países desarrollados, Prebisch utilizó los
términos de intercambio del Reino Unido de 1870 a 1938. Estos mejoraban para Inglaterra
durante todo el período. Concluyó que los términos de intercambio de los países desarrollados
que comerciaban con el Reino Unido se habían deteriorado y se apuntaban tres explicaciones
teóricas principales:
1- El sesgo en la demanda, conforme aumenta el ingreso, la proporción de éste gastado en
alimentos (por extensión en materias primas) disminuye; además, agregan Prebisch y
Singer, a medida que aumenta el ingreso, la demanda de manufacturas se eleva más que
proporcionalmente.
2- La innovación técnica reduce el uso de materias primas, presionando a la baja sus precios.
3- Las imperfecciones del mercado, es decir, el mayor grado de oligopolio existente en la
industria que en la agricultura, permiten a la primera mantener una tendencia favorable
de la relación real de intercambio.
Para cambiar las estructuras que limitan el desarrollo económico se proponen una serie de
medidas de política económica: restructuración de la agricultura para eliminar su condición de
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cuello de botella, diversificar las exportaciones para generar divisas y superar la restricción
exterior e intensificar la sustitución de importaciones para aprovechar el dinamismo de la
industria: dado que los países en desarrollo (periferia) exportan básicamente productos primarios
y que los países industriales (centro) exportan manufacturas, el comercio internacional perjudica
ostensiblemente a los primeros en razón del deterioro de la relación real de intercambio padecida
por las materias primas. La ruptura de este círculo vicioso sólo puede producirse mediante la
industrialización de los países en desarrollo y ésta, a su vez, sólo puede surgir amparada por la
protección del mercado doméstico, que ha de reservarse para los productores nacionales y ser
impulsada por la intervención del estado.
-
La economía del desarrollo
La economía del desarrollo surge como subdisciplina de la economía tras la II Guerra Mundial.
Se ha escrito mucho sobre las condiciones que impulsaron el despliegue de la economía del
desarrollo. Sin duda, las circunstancias internacionales eran estimulantes: descolonización,
importantes esfuerzos de industrialización en la entonces URSS y de reconstrucción en la Europa
aliada, aparición de tensiones entre bloques, entre otros. No obstante, para entender el
nacimiento de la economía del desarrollo debemos referirnos principalmente al clima imperante
en los círculos económicos.
El paradigma en esos momentos era el keynesiano y muchos de sus elementos centrales y
preocupaciones se extienden hacia el nuevo campo de estudio: intervención del estado,
desempleo, concepción dinámica de la economía y cierto desprecio por el comercio internacional.
Todos los autores enmarcados en la economía del desarrollo llevaron a cabo un esfuerzo
importante por elaborar teorías que explicaran el fenómeno del subdesarrollo y ayudasen a
superarlo. Pese a que se trata de un grupo heterogéneo, todos ellos compartían una desconfianza
patente en el comercio internacional como medio de acelerar el proceso de modernización y
crecimiento económico de los países atrasados. Así, un primer argumento común a todos ellos
consistió en propugnar una estrategia de industrialización, la cual sólo podía llevarse a cabo
mediante la protección, temporal en el mejor de los casos de las industrias nacientes.
Otro argumento que alimentó el escepticismo de los economistas del desarrollo acerca de las
bondades del comercio internacional radica en lo que se ha dado en llamar el pesimismo
exportador. Las exportaciones de los países en desarrollo afrontarían una demanda inelástica a los
incrementos de renta de los países del centro y, además, las exportaciones necesarias para
alcanzar el desarrollo económico de los países pobres saturarían el mercado mundial.
Hirschman va más allá cuando expone la incapacidad de los países en desarrollo para exportar
manufacturas, basándose en la orientación de la industria de estos países hacia el mercado
interior, su imposibilidad de competir por los elevados costes de producción generados por la
protección y la decisión de las corporaciones transnacionales de no competir con su matriz.
8
Esta postura se demostró errónea a raíz del éxito exportador experimentado por los países del
sudeste asiático, Turquía o Brasil, países que han contribuido de forma inestimable a cuestionar el
sistemático pesimismo exportador expuesto por estos economistas.
En definitiva, la existencia de una supuesta ley de deterioro inexorable de la relación real de
intercambio de los productos primarios, la aparición de teorías que justificaban el proteccionismo
como único medio de alcanzar la industrialización (y ésta como el único medio de alcanzar el
desarrollo económico), la inadecuación de los supuestos de la teoría neoclásica del comercio
internacional y un pesimismo exportador extremo pusieron en jaque la tradicional visión del
comercio internacional como motor del desarrollo económico.
La derrota de la economía neoclásica a manos de Keynes y sus seguidores acentuó el proceso.
Pero no sólo los factores económicos intervinieron en esta nueva concepción de las relaciones
entre desarrollo y comercio internacional: la polarización de un mundo escindido en dos bloques
(capitalista y comunista) y el ascenso del nacionalismo en los países en desarrollo a raíz de su
independencia reforzaron la tendencia. Así, hasta la década de 1980, con la eclosión de la crisis de
la deuda externa de los países en desarrollo y la proliferación de los programas de ajuste
estructural respaldado por los organismos internacionales, la economía del desarrollo estuvo
dominada por un único concepto: la sustitución de importaciones.
-
La teoría de la dependencia.
La teoría de la dependencia se convirtió en teoría dominante en amplios círculos de especialistas
del subdesarrollo en los años sesenta y setenta. Aglutina autores heterogéneos: parte de ellos
provienen del enfoque neomarxista, otros en cambio aportan relaboraciones estructuralistas. La
teoría de la dependencia, por tanto, hace abstracción de los obstáculos internos al crecimiento
presentes en los países en desarrollo. Los aspectos de la dependencia económica más
comúnmente citados son, entre otros, los siguientes:
1- La fuerte penetración en la periferia de la inversión extranjera directa (procedente del
centro);
2- El uso de tecnologías intensivas en capital, desarrolladas en el centro (que presenta
abundante capital y escasez de mano de obra), en una periferia con escaso capital y
abundante trabajo;
3- La especialización de la periferia en productos primarios o intensivos en trabajo;
4- Los patrones de consumo de las clases dominantes de los países en desarrollo,
determinadas por el efecto-demostración y compuestas por bienes intensivos en capital y
frecuentemente importados del centro;
5- Intercambio desigual en el comercio internacional: los países en desarrollo utilizan
mucho más trabajo para producir los bienes que exportan a los países desarrollados que
el que éstos utilizan para producir los bienes que ofrecen a cambio, y por tanto el
comercio internacional es perjudicial para la periferia.
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La economía ortodoxa niega especialmente el supuesto de "intercambio desigual" recurriendo a
la teoría de la ventaja comparativa: en el modelo ricardiano no se compara el trabajo necesario
para producir las exportaciones con el trabajo extranjero necesario para producir las
importaciones. Por el contrario, debería compararse el trabajo necesario para producir las
exportaciones con el necesario para producir las importaciones en el país. Los dependentistas,
persuadidos de que las relaciones con los países desarrollados (comercio, tecnología, capitales,
multinacionales, entre otros) no son sino las diversas expresiones del imperialismo, olvidan
considerar que esos mismos fenómenos pueden constituir medios de crecimiento y desarrollo. En
ese trágico olvido evitan acometer cambios internos en los países subdesarrollados y establecer
así las condiciones necesarias para que esos medios cumplan el papel deseado.
Hoy parece superada la tesis de la desconexión, la propuesta autárquica propugnada por la teoría
de la dependencia.
4. La nueva teoría del comercio internacional.
La doctrina neoclásica se basa en la existencia de competencia perfecta y rendimientos constantes
de escala. A finales de los años setenta numerosos autores idearon modelos de comercio
internacional que modelaban elementos dinámicos tales como las economías de escala, la
competencia imperfecta o la existencia de externalidades. Autores cómo Krugman, Dixit, Helpman
y otros introducían una teoría complementaria a la de la ventaja comparativa para explicar las
pautas del comercio internacional.
En un primer momento, se afirmó que las economías de escala operaban en el comercio
intraindustrial, mientras que el comercio interindustrial se podía seguir explicando por las ventajas
comparativas. La consecuencia sería que la nueva teoría es relevante para el comercio entre países
desarrollados, cuyo comercio es en gran medida intraindustrial, mientras que el comercio NorteSur podía seguir siendo explicado por el teorema de la ventaja comparativa.
Se han extendido modelos de desarrollo afines a la nueva teoría, en especial la literatura sobre
adaptación y creación de tecnología en países semi-industrializados y los modelos de "crecimiento
económico endógeno". Krugman afirma que las economías de escala también juegan en los
productos primarios, si no necesariamente en la producción, si en la distribución y en las
infraestructuras. Pero donde la teoría se aplicaría plenamente es en el comercio de bienes
intermedios, que explica el elevado desarrollo que ha alcanzado el tráfico de
perfeccionamiento en los países en desarrollo: en efecto, gran parte de las exportaciones e
importaciones del mundo en desarrollo corresponden a operaciones enmarcadas en este tipo de
comercio que es, por definición, de carácter intraindustrial.
La determinación del comercio internacional por economías de escala y externalidades de distinto
tipo tiene importantes consecuencias en las políticas comercial e industrial, que en ocasiones
contradicen abiertamente las propuestas neoclásicas. En palabras de Ocampo:
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"La implicación más importante es que la neutralidad de incentivos y el carácter pasivo de la
política industrial (y agrícola o minera, según el caso), tan en boga en la literatura ortodoxa
reciente, no son necesariamente políticas óptimas."
La nueva literatura sobre comercio internacional tiene implicaciones mucho más complejas
sobre la política comercial que la teoría tradicional. En general, el libre comercio no sería una
política óptima, y los efectos de las políticas comerciales dependerán críticamente de la
importancia relativa de las economías de escala en los sectores respectivos y de la estrategia de
las empresas en mercados imperfectos. La nueva teoría se ha ocupado principalmente de los
sectores exportadores, en el marco de la denominada "política comercial estratégica". El objeto es
explorar las condiciones bajo las cuales ciertas decisiones gubernamentales en favor de las
empresas nacionales aumentan la capacidad de éstas para extraer rentas monopólicas u
oligopólicas en mercados extranjeros, aumentando así el ingreso nacional.
La polémica suscitada por las nuevas teorías ha sido fuerte entre los economistas, por cuanto se
ha hecho una lectura neoproteccionista de las mismas. La postura de los nuevos teóricos ha sido
acusada de ambigua y cobarde, pues no terminan de llevar a las últimas consecuencias de política
económica las implicaciones de su teoría. No obstante, éstos argumentan que el comercio es
beneficioso para todos y superior al proteccionismo, pero más por cuestiones de economía
política que por las carencias de sus desarrollos teóricos. Así, se reconoce que la capacidad del
Estado
para
seleccionar objetivamente los sectores estratégicos susceptibles de ser
subvencionados es escasa, que las garantías de que tras dicho proceso de selección no se
encuentren las presiones de los diversos lobbies son insuficientes, que el coste administrativo del
proceso puede superar a sus ventajas, que el proteccionismo en sectores estratégicos puede
acarrear medidas similares por parte de los socios comerciales y que todos estos problemas
redundarán en una asignación ineficiente de recursos. Independientemente de su interés teórico,
las recomendaciones de política comercial de esta corriente, debido a los problemas
mencionados, no se han apartado del librecambio. Las virtudes de éste radican en la sencillez
técnica de su aplicación, la eliminación de los comportamientos consistentes más en conseguir
una subvención que en llevar a cabo una producción eficaz, su neutralidad y su eficiencia en la
asignación de los recursos.
Desarrollo.
Comercio exterior y desarrollo en Corea del Sur.
Durante las últimas décadas ciertos países asiáticos han mostrado al mundo altos niveles de
crecimiento industrial, reducción del desempleo y una mejora en la distribución del ingreso.
Asimismo, han mostrado una nueva forma de relacionarse con el mercado mundial, lo que ha
motivado su estudio con miras a asimilar algunos de los programas implementados.
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Mucho se ha especulado acerca de las políticas llevadas a cabo por estos países en particular
aquellas relacionadas al comercio internacional: niveles de apertura y protección industrial
nacional.
Se afirma con cierta recurrencia que el éxito de estos países ha sido posible por la aplicación de
estrategias de libre comercio, argumentando que permite asignar recursos más eficientemente en
correspondencia con las ventajas comparativas, incrementando su competitividad. De tal forma se
recomienda como medida de éxito en el comercio internacional la liberalización.
En los 50’s muchos países implementaban políticas de sustitución de importaciones, en particular
países de Asia como Corea del Sur, Taiwan y algunas repúblicas de Latinoamérica. Sin embargo,
rápidamente se dieron cuenta de las limitaciones que esta propuesta significaba para su desarrollo
y cambiaron su rumbo hacia políticas de promoción de exportaciones.
Un fuerte debate se hizo presente a lo largo de esa década y principios de la siguiente acerca de
las implicaciones y costos de la aplicación de una u otra política. Aquellos a favor de la sustitución
de importaciones, bajo el esquema proteccionista, sostenían su tesis sobre la base de las
imperfecciones en mecanismo de mercado que iban en detrimento de la competitividad y
desarrollo de los países.
Los promotores de las exportaciones esgrimían que los costos de las políticas proteccionistas
implicaban una ineficiencia en la asignación de los recursos. Bajo la promoción de las
exportaciones se había logrado dinamizar las economías internas y acelerar el crecimiento
económico.
La experiencia en países con esta propuesta reflejaron importantes tasas de crecimiento
relacionadas con el crecimiento de las exportaciones.
En los países que llevaron a cabo esta estrategia destaca Corea del Sur. Durante los años 19701995 la tasa de crecimiento del PIB superó el 9% anual y el ingreso per cápita subió de 87$ en 1962
a más de 5.500$ en 1990. Las exportaciones se incrementaron de 55 mil millones de $ a 65
billones de $. El desempeño del país le hizo ganador de puesto número 14 en la lista de países
exportadores, subiendo del puesto 101. Esto a su vez generó procesos de aprendizaje,
incorporación y difusión tecnológica así como incrementos en la productividad.
La aplicación de esta estrategia significó una transformación en la estructura productiva. El sector
manufacturero en el PIB aumentó de 18% a 31% entre 1965 – 1990. Las exportaciones
manufactureras pasaron de 59% a 94% en el período.
Entre las principales industrias desarrolladas en el país destacan las industrias química y pesada
que crecieron de 15% a 55% en el período gracias a la venta de acero, electrónicos, químicos,
maquinarias y equipos de transporte.
A pesar de su alto crecimiento Corea del Sur vivió un período de estancamiento y desaceleración a
finales de los años 70 y principio de los 80.
12
Política comercial en Corea del Sur.
No es cierto que la política comercial de Corea del Sur haya sido de apertura indiscriminada. El
proceso de promoción de exportaciones no se realizó en un contexto de amplia liberalización
comercial, sino en una combinación sincronizada entre la estrategia de estimulo a las
exportaciones y la política de sustitución de importaciones.
Las medidas proteccionistas aplicadas contenían un alto grado de selectividad, modificándose de
acuerdo a la dinámica y necesidades del desarrollo industrial del país. Corea del Sur destaca entre
los demás países asiáticos por ser el que mayor protección implementó a su economía.
El proceso de sustitución de importaciones y de promoción de exportaciones tuvo buenos
resultados en el caso surcoreano. Las empresas que se incorporaban a sectores prioritarios tenían
la posibilidad de esperar beneficios tales como subsidios y créditos baratos.
El sistema arancelario se configuró de forma que otorgara altos niveles de protección para los
bienes manufacturados que se empezaban a producir internamente y bajos niveles de protección
para materias primas, bienes de capital y bienes intermedios.
Entre las medidas más importantes resaltó la creación de una lista negativa en 1967 en donde se
agrupaban los bienes que estaban prohibidos totalmente para su importación o que guardaban
ciertas restricciones; los rubros que no aparecían en la lista recibían el permiso de importación.
La lista era revisada cada dos años para ajustar la cantidad de ítems que contemplaba sobre la
base de la balanza de pagos y los requerimientos de protección de productores nacionales. Las
restricciones de importación se aplicaban principalmente los bienes competitivos no esenciales o
suntuarios, mientras que las importaciones de materias primas y bienes intermedios no
competitivos se aprobaban automáticamente.
En este orden de ideas, se planteó un sistema de estímulos directos e indirectos a las
exportaciones que incluía:
-
-
Acceso automático a créditos bancarios subsidiados para el capital de trabajo necesario,
así como créditos a los importadores de insumos para las industrias de exportación y para
la conversión de fábricas. Además, se creó un sistema contingente para financiar las
actividades de las firmas exportadoras en el extranjero.
Acceso libre de aranceles a las importaciones de insumos requeridos para exportar.
Exención de impuestos indirectos a la compra de bienes, importados o nacionales,
destinados a la exportación o a la producción de bienes exportables.
Reducción de los impuestos al ingreso generado en actividades de exportación.
Tarifas preferenciales de energía y transporte para la producción y el traslado de
productos exportables.
Además de lo anterior, cabe destacar la fijación de metas de exportación y la realización de
reuniones mensuales de promoción del comercio. El sistema de metas de exportación se inició en
13
los años sesenta y consistía en fijar montos anuales por empresas, ramas industriales, productos y
mercados extranjeros. Inicialmente los montos eran fijados por el Estado, posteriormente las
propias empresas fueron quienes los determinaron y el gobierno pasó a actuar como coordinador.
Durante las reuniones mensuales de promoción comercial, que los ministros y otros altos
funcionarios públicos realizaban conjuntamente con directores de grandes empresas, se analizaba
la marcha de las metas de exportación y se discutían las medidas a tomar en caso de existir el
peligro de no alcanzarlas. Dichas reuniones eran una manera de mejorar la coordinación entre el
sector público y el privado.
Transcurrida la primera mitad de los sesenta se inició una política de liberalización de las
importaciones y los controles tradicionales de éstas se suavizaron gradualmente. Sin embargo,
esta liberalización prosiguió sólo hasta cierto grado y de ninguna manera fue tan vigorosa como la
promoción de exportaciones, sobre todo a causa del déficit crónico de la balanza de pagos.
Respecto de esta primera etapa de apertura, se puede afirmar que al iniciar los años setenta se
comenzó a otorgar un elaborado conjunto de incentivos a la agricultura y a otras actividades
estratégicas. Así, la estructura de protección de los mercados internos se volvió cada vez más
compleja y varió según las industrias; hacia fines de esos años se hizo también mucho más notable
el peso de la protección. Pese a la disminución de la tasa arancelaria media vigente para todas las
industrias, excluyendo bebidas y tabaco, de 49.6 a 31.8% en el periodo 1968-1978, la tasa media
de protección nominal se elevó de 14.6 a 17.7% en el mismo periodo, lo que significa que durante
ese lapso hubo una escasa liberación general de importaciones en Corea, si es que hubo alguna.
En 1980, este país sufrió la primera caída de su economía después de la Segunda Guerra Mundial,
con una disminución del 5.2% en su producto, inflación anual de 38% y el mayor déficit en cuenta
corriente de su historia.
En estas circunstancias, el gobierno abandonó la estrategia a favor de las industrias promovidas en
el periodo anterior, y emprendió un programa de liberalización económica que incluyó al sector
financiero mediante la privatización de los bancos y el alza de las tasas de interés y la liberalización
de las importaciones. Con el fin de reunir el capital necesario para las inversiones se dio prioridad
a los préstamos extranjeros. Además, se autorizó a las empresas a establecer operaciones
conjuntamente con inversionistas que participaran con inversiones extranjeras directas.
En esta estrategia se dejaron de lado las intervenciones en gran escala.
Entre sus principales objetivos se pueden mencionar:
-
Reparar en las ventajas comparativas en lugar de apoyar determinadas ramas de actividad
consideradas prioritarias y a las industrias sustitutivas.
Iniciar un proceso de transición hacia una economía encabezada por el sector privado.
Reducir en todos los ámbitos la intervención del Estado y otorgar mayor libertad a las
fuerzas del mercado.
Acentuar el desarrollo social.
14
-
Procurar por todos los medios la estabilización macroeconómica.
La participación de los productos que podían importarse sin permiso previo se elevó de 68% en
1980 a 95% en 1988, en tanto los aranceles sobre productos manufacturados cayeron de un
promedio de 32% en 1980 a 12% en 1989. En la política cambiaria se pasó de un sistema de tipo
de cambio a otro flotante controlado, que permitía fluctuaciones del won frente al dólar dentro de
un rango definido.
No obstante, los objetivos antes señalados no se cumplieron a cabalidad, ya que a mediados de la
década de 1980 el proceso de restructuración de la economía no se condujo con acierto.
El gobierno de Corea se enfrentó a la necesidad de modificar su estrategia económica; con el fin
de aumentar la competitividad de la industria pesada, el gobierno tuvo que recurrir a políticas de
ajuste de las inversiones en la industria pesada y la industria química.
Diversos acontecimientos determinaron que la reforma económica no pudiera profundizarse, de
tal forma que a principios de los años noventa todavía parecía difícil que el gobierno coreano
aplicara medidas reformistas. Sin embargo, a partir de 1993, con el inicio del gobierno de Kim
Young Sam, la desregulación, la liberalización, la privatización y la globalización se convirtieron en
los lemas de la nueva gestión económica, con los siguientes objetivos que caracterizaron su
política económica:
1) La globalización o segyehwa. Se considera que la liberalización del mercado interno y el respeto
por las normas internacionales son de suma importancia para ampliar la economía. Se toma en
cuenta, específicamente, que la liberalización económica es el instrumento más importante para
aplicar una política de globalización eficaz.
2) La desregulación y la reducción del aparato de Estado.
3) Profundización de la apertura comercial. Excepto un número reducido de productos
agropecuarios (arroz y carne vacuna) más del 90% de los productos son importables sin
restricciones cuantitativas. El arancel comenzó a equipararse al de los países desarrollados. Como
todo promedio, éste oculta grandes disparidades, pues mientras los aranceles a productos
industriales poseen un promedio de 7.5%, un gran número de productos agrícolas de alto valor, así
como productos pesqueros se encontraban sujetos a altos aranceles, alcanzando el 90%. Este
aumento en los aranceles, contemplado como temporal, fue para compensar la eliminación de las
prohibiciones a importar tales productos.
4) Disminuir las restricciones a la inversión extranjera directa (IED).
5) La adecuación de la legislación comercial a las normas de la Organización Mundial de Comercio
(OMC) y de otras organizaciones internacionales de comercio.
Hasta principios de la década de 1990, la República de Corea había aplicado una amplia gama de
medidas directas e indirectas de política industrial dirigidas a alentar el desarrollo de la industria
15
nacional. Desde entonces, el gobierno ha procurado aplicar activamente medidas de
desregulación.
Se aprobaron o enmendaron 27 leyes relativas al comercio conforme a las normas de la OMC. Se
han eliminado los subsidios directos a las exportaciones a determinados sectores o ramas de
actividad considerados prioritarios, y adoptado medidas indirectas relacionadas con el entorno
comercial, como el establecimiento de normas industriales y el otorgamiento de exenciones
fiscales y tasas de interés muy favorables.
6) El fomento de la cooperación económica regional con el fin de liberalizar el comercio en la
región de Asia Oriental. Siguiendo a Sachs, se puede afirmar que una vez iniciado el proceso de
crecimiento basado en las exportaciones, a principios de los años sesenta, su competitividad se
mantuvo celosamente, no a través de la liberalización generalizada de las importaciones, sino más
bien por medio de una combinación de control del tipo de cambio y de incentivos para la
exportación.
Esto es, existió un sistema de libre comercio para exportadores pero no para la economía en su
conjunto.
Reformas aplicadas a raíz de la crisis asiática.
Antes de la crisis económica asiática iniciada en 1997, la economía coreana había experimentado
alto crecimiento, bajo desempleo e inflación relativamente moderada. Sin embargo, en el sector
externo había señales de alerta. Entre éstas, figuraba el rápido crecimiento del déficit comercial, el
cual rebasó los 10 mil millones de $ en 1995, y alcanzó un máximo de más de 20 mil millones en
1996. Como ya se señaló, Corea disminuyó notablemente sus barreras comerciales a lo largo de la
primera mitad de los noventa. Sin embargo, el incremento de las importaciones en 1995 y 1996
puede ser atribuido al rápido aumento en la entrada de capital externo, el cual incrementó el valor
del won.
La crisis estalló en parte por el pobre desempeño y alta tasa de endeudamiento de ciertos grandes
conglomerados.
Como resultado de la crisis cambiaria de finales de 1997, la economía coreana experimentó una
profunda crisis: el PIB cayó 6.7%, en términos reales en 1998, la tasa de desempleo aumentó
alcanzando el 8.6% en febrero de 1999. En el momento más fuerte de la crisis, las reservas
internacionales usables del país cayeron a tan sólo 3.9 mil millones de $ y el volumen del comercio
internacional cayó dramáticamente. Aunque en 1998 se obtuvo superávit comercial, fue resultado
de la pronunciada caída en las importaciones y no del débil crecimiento de las exportaciones. A
pesar de la considerable depreciación del won, las exportaciones crecieron lentamente debido a la
crisis de los principales socios comerciales de Corea. La crisis también puso en evidencia la
debilidad estructural de su economía. Con el fin de superar esta debilidad el gobierno emprendió
una amplia serie de reformas basadas en el mercado. Para los objetivos del presente trabajo
destaca la eliminación de las restricciones a las importaciones.
16
En la actualidad, los aranceles son el principal instrumento de la política comercial de Corea y
constituyen alrededor del 6.5% de los impuestos. El arancel promedio de Nación Más Favorecida,
fue de 13.8% en 2000, ligeramente menor al 14.4% de 1996. Sin embargo, hay una gran disparidad
en las tasas aplicadas a los diferentes tipos de productos, ya que mientras el arancel promedio
Nación Más Favorecida aplicado a los productos industriales es de 7.5%, el de los productos
agrícolas es de alrededor de 50%, como se observa hay una clara dispersión arancelaria.
En muchos casos, los aranceles aplicados se encuentran por debajo de lo consolidado en la OMC,
lo que le imprime cierta incertidumbre a la tarifa aplicada.
Por otro lado, cabe recordar que las restricciones no arancelarias están confinadas principalmente
a los productos agrícolas y ganaderos. Específicamente, sólo los rubros carne de res y arroz se
hayan sujetos a restricciones cuantitativas.
En lo referente a las restricciones a la exportación, éstas afectan a algunos otros rubros (pescados,
mariscos, arena y grava). Se eliminaron todas las restricciones voluntarias, excepto aquellas
relacionadas con las exportaciones de textiles y ropa, partes automotrices y sobrantes de seda
(destinadas a Japón).
En 1998, Corea suprimió 3 subsidios relacionados con las importaciones, actualmente sólo
mantiene un subsidio a frutas y flores. A partir de abril de 1999, entró en operación un sistema de
devolución de impuestos de tasa fija, que cubre más de una tercera parte de las fracciones
arancelarias dirigido a las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Adicionalmente, se han
fortalecido una serie de apoyos financieros tales como incentivos fiscales, que expiran como
máximo en 2003, incluyen también precios preferenciales de energía para los granjeros y
manufactureros. Aparte de los sectores receptores tradicionales de asistencia (agricultura y
ganadería), los apoyos han estado dirigidos a las PYMES, la investigación y desarrollo, y la
reubicación de empresas.
En 1999, tanto las exportaciones como las importaciones experimentaron un crecimiento
sustancial de 8.6 y 28.4% respectivamente, lo que resultó en un superávit comercial de 23.9 mmd,
aunque este superávit fue menor al de 1998, se logró en un contexto de crecimiento de la
economía. Es de destacar que este crecimiento ha estado liderado por el consumo privado.
La inversión extranjera directa en Corea del Sur.
Tres son los aspectos en que la IED repercute en el proceso de industrialización exportadora: el
ahorro interno, el suministro de tecnología y la experiencia productiva necesarias para alcanzar
niveles adecuados de competitividad y abrir las puertas de los mercados internacionales.
El gobierno coreano emprendió una política deliberada de desarrollo de grandes conglomerados,
generando una fuerte concentración económica y abriendo el acceso de empresas y marcas
nacionales a los mercados internacionales.
17
Como resultado de ello, la política de Corea con respecto a la IED, fue restrictiva durante los
primeros años del proceso de industrialización. La actitud frente al capital foráneo respondía a la
idea de que en caso de autorizar a las empresas extranjeras a saturar ciertas áreas del mercado,
las corporaciones podrían encabezar en el largo plazo, el desarrollo tecnológico de las áreas
mencionadas, lo que limitaría el acceso de las compañías nacionales. Según Bekerman, eso
provocó que la IED tuviera efectos mínimos en la economía coreana, hasta que las restricciones se
fueron liberalizando durante los años ochenta para empezar a crecer sensiblemente hacia finales
de esa década.
Si se le compara con los préstamos extranjeros, el papel de la inversión extranjera directa durante
el periodo de crecimiento acelerado (1962-1977) fue mínimo, ya que ésta representó el 5.4% del
total de préstamos extranjeros e IED en Corea de 1962 a 1966; en el periodo 1962-1971 esta
participación bajó a 4.3%, mientras que para 1972-1976 fue entonces del 9.3%, la cifra más alta
hasta 1977, en tanto que en el mismo año fue del 5.2%, como se puede observar en el Cuadro 1.
Se tiene así, que esta participación nunca alcanzó el 10% de los recursos procedentes del
extranjero.
Junto con la liberalización comercial iniciada en los ochenta, también se dio la liberalización de las
regulaciones a la inversión extranjera. Así, desde 1980, ésta puede participar hasta con el 100% de
la propiedad en varias ramas industriales. En 1984 el gobierno pasó de una lista positiva (únicas
actividades en las que era posible la inversión extranjera) a otra negativa (actividades que
mantenían restricciones), aunque esta última se redujo de 34 a 20% de todas las industrias en
1988.
A partir de 1993, el gobierno coreano ha otorgado diversos incentivos para alentar la inversión
extranjera directa. El gobierno ha otorgado exenciones fiscales, creado polígonos industriales a fin
de atraer a las empresas extranjeras, establecido un grupo de trabajo que se ocupe de los
conflictos laborales, exigido el cumplimiento estricto de las medidas de protección de los derechos
de la propiedad intelectual y ampliado el período de residencia de los extranjeros.
Adicionalmente, se simplificó considerablemente el procedimiento para la aprobación de la
inversión extranjera, requiriéndose sólo la presentación de una solicitud a cualquier banco
comercial o a las sucursales de los bancos extranjeros en la República de Corea. Como resultado,
se tiene que en 1995 la IED en ese país fue de 1,777.8 millones de $ que en comparación con los
788.5 de 1990, representa un crecimiento de 125.2%, lo que significa una tasa de crecimiento
anual de 17.63%, hecho sin lugar a dudas impresionante.
Sin embargo, como se puede observar en el mismo cuadro, es sólo después de la crisis asiática que
la IED supera a la inversión coreana en el exterior. Así, en 1990, mientras que la primera fue de
788.5 millones de $, la última alcanzó 1,051.6 millones. Para 1995, se ensanchó la brecha entre la
inversión coreana en el exterior y la IED en Corea, ya que mientras la primera fue de 3,552.0
millones, ésta última alcanzó los 1,775.8 millones de $, es decir casi la mitad.
18
Es a partir de 1998 que la IED supera a la inversión coreana en el exterior.
Esto se debe posiblemente entre otras causas, al profundo proceso de restructuración de los
grandes conglomerados coreanos y, significativamente, a la profundización de la liberalización
y desregulación de la economía de ese país, resultado de los compromisos contraídos con el FMI a
partir de la crisis de 1997.
El objetivo del desmantelamiento de las barreras a la IED no fue sólo atraer capital foráneo, sino
introducir también una mayor competencia del mercado mundial y estándares administrativos
internacionales en la economía coreana.
Una característica relevante de la política hacia la inversión extranjera en Corea, es que se dio
prioridad para asegurar que la IED –orientada hacia sectores específicos– permitiera cristalizar
transferencias de tecnología y acumular capacidad tecnológica interna. Así, la IED se ha canalizado
a los sectores en donde las empresas nacionales encontraron dificultades para obtener
tecnologías por otros medios, especialmente en productos electrónicos, químicos y farmacéuticos.
Comercio Internacional y crecimiento económico en Venezuela.
El comercio internacional es un catalizador importante en lo que a crecimiento económico se
refiere. Si las fuerzas productivas combinan eficientemente los factores determinantes del
crecimiento, el aumento de la producción y productividad no se hará esperar, con esto la
expansión del mercado interno y externo, en el lado interno se producirá cada vez más, y por el
externo cada vez se reinvertirá más capital en el país, impulsando el crecimiento económico. Las
desigualdades que se puedan generar durante el proceso entre sectores económicos y sociales
tienen que ser manejados por las instituciones, esto con el objetivo de que además del aumento
de la actividad económica se logre lo más buscado, que es el desarrollo integral de la nación.
Así, la productividad económica, la acumulación de capital y la institucionalidad se convierten en
elementos claves de crecimiento por la vía externa, ya que la competitividad está ligada a estos
elementos; en consecuencia, para lograr crecimiento hacia el mercado externo hay que ser
competitivo. No basta sólo con sustituir importaciones y proteger la economía interna con
barreras arancelarias, hay que impulsar a los sectores para que sean competitivos a nivel regional
y mundial.
Integración económica.
Al hablar de este tema en relación a la política de crecimiento enfocada al sector externo que debe
adoptar el país, debemos entender que mientras mayor sean las debilidades/fortalezas de
nuestros socios regionales con los que llevamos un proceso de integración, el que tenga un sector
exportador más débil siempre “sufrirá” más los males que pudieran ocurrir. Por ello, se
recomienda que los niveles de los países con los que se realice la integración sean lo más parecido
a los niveles de industrialización nacionales, esto para evitar reveses en la economía.
19
Algunas consideraciones acerca de Venezuela y Corea del Sur.
A inicios de 1960, ambos países poseen niveles similares a nivel de PIB, observamos como durante
el transcurso del tiempo las políticas económicas implementadas por Corea del Sur fueron mucho
más acertadas que las venezolanas, esto se debe al desarrollo del aparato productivo exportador
de Corea y una gran influencia de inversión extranjera en su economía. Mientras que Venezuela
sólo se conformó con sustituir importaciones, el país asiático sacó provecho de sus ventajas
comparativas para desarrollar los sectores con mayor productividad. Además de utilizar el auge de
estos sectores, para apoyar el resto de la economía Coreana.
Evolución del PIB para el perído 1960 - 1990 (En Miles de MM US$)
350.000,00
300.000,00
250.000,00
200.000,00
PIB Venezuela
150.000,00
PIB Corea
100.000,00
50.000,00
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
-
Gráfico 1: Evolución del PIB para el período 1960 -1990. (Fuente: Banco Munidial).
Para 1990, Venezuela a duras penas logra llegar a los 100.000 MM de US$ en valor de producción,
mientras los coreanos se encontraban a nivel de 300.000 MM de US$, tres veces mayor que el
nivel de los venezolanos.
Si analizamos esta situación a nivel de PIB per cápita, ya que se podría decir que las cantidades de
factores productivos (capital y trabajo) no son las mismas en ambos países, podremos ver un
aproximado de la productividad por individuo, lo que si es comparable.
20
Evolución del PIB per Capita durante el período 1960 -1990 ( En Miles de US$)
8.000,00
7.000,00
6.000,00
5.000,00
PIB per Capita Venezuela
4.000,00
PIB per Capita Corea
3.000,00
2.000,00
1.000,00
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
-
Gráfico 2: Evolución del PIB per cápita durante el período 1960 -1990. (Fuente: Banco Munidial).
Se observa como luego de 30 años la situación inicial se invierte. Para 1960, la productividad del
venezolano era por mucho mayor a la de un individuo coreano. Sin embargo, esta permanece
estancada en los 30 años siguientes mientras la de Corea realiza un aumento considerable. Para
1990 el PIB per cápita de Corea era cercano a 7.000 US$ mientras que el venezolano no llegaba a
los 5.000 US$ (Siendo este nivel más bajo que en 1960)
Esto nos permite inferir que las políticas dirigidas a aumento de la productividad en Venezuela y el
modelo de sustitución de importaciones, además de las políticas proteccionistas (ni siquiera con la
ayuda de los ingresos petroleros), pudo lograr un incremento real del ingreso venezolano (más
bien este disminuye). Trayendo consigo mayor pobreza y desigualdad social. Por el lado de los
coreanos, este aumento significativo de su productividad los llevo a un período más prospero para
sus habitantes.
Ahora analizando la evolución del sector exportador en ambos países podemos observar:
Valor de las exportaciones durante el período 1976 - 1990 (En Miles de MM US$)
70.000
60.000
50.000
40.000
Exportaciones Venezuela
30.000
Exportaciones Corea
20.000
10.000
-
1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990
Gráfico 3: Valor de las exportaciones durante el período 1976 – 1990 MM$. (Fuente: Banco Munidial).
21
Notablemente se aprecia como el valor de las exportaciones coreanas sobretodo en la década de
los ochenta logra un repunte importante, mientras que las exportaciones venezolanas se hunden
en los altos y bajos de los precios petroleros. Cabe destacar que ocurren dos procesos inversos en
estos países. Mientras Corea se industrializa cada vez más, Venezuela se hace más dependiente de
la renta petrolera y va ocurriendo un proceso de desindustrialización, donde cada vez los
productos manufactureros exportados son de menor valor agregado, y sólo se evidencia un
avance en las industrias relacionadas con la actividad del petróleo. La inversión en Corea permitió
una economía exportadora de bienes manufacturados, la inversión en Venezuela permitió el
desarrollo de la actividad petrolera (la más rentable) en detrimento del resto de los sectores
económicos.
22
Conclusiones.
El comercio internacional constituye un factor determinante en el proceso de desarrollo de las
naciones. Observamos en las páginas anteriores como la literatura económica ha planteado
una diversidad de teorías y enfoques del comercio internacional y su relación con el
crecimiento de los países.
Este tema ha causado fuertes debates y sobre él se han desarrollado una multiplicidad de
políticas que han tenido resultados muy diferentes.
Uno de los procesos más destacados fue el sucedido en Corea del Sur cuya evolución generó
un incremento importante en la producción industrial y en general un crecimiento en la
economía coreana.
Vimos como en ese país la aplicación de políticas comerciales tanto de liberalización como de
protección a sectores prioritarios permitieron crear un sector industrial fortalecido con amplia
capacidad exportadora.
Un gobierno preocupado por el desarrollo exportador implementó una serie de medidas de
promoción a la industria con miras a la exportación. El aumento de la productividad y de la
competitividad del país otorgó un crecimiento sostenido del producto interno bruto y el
ingreso per cápita.
Observamos también el caso venezolano donde la aplicación de políticas de forma
inconsistente no ha permitido el desarrollo industrial que durante los últimos años ha ido en
franco deterioro.
Una buena política comercial facilita el desarrollo de la economía nacional y coadyuva en el
mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la nación.
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