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DESCARTES “Tiempo ha que había advertido que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho ya en la parte anterior; pero, deseando yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar la verdad, pensé que debía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indudable. Así, puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.” Discurso Método, IV Parte. 1. Sintetiza las ideas del texto mostrando la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor. 2. Define los términos relacionados “duda” y "paralogismos" partiendo de la información ofrecida por el texto, y completándola con el conocimiento que tengas de la filosofía del autor. 3. Redacción: Dualismo antropológico en Descartes. 4. Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues importante en alguno de los sentidos. 1. Sintetiza las ideas del texto. Este fragmento del Discurso del Método es argumentativo, puesto que se pueden hallar en él tres argumentos fundamentales en la filosofía cartesiana: a) Descartar la primera máxima de su moral provisional (seguir las opiniones de los más sensatos), para descubrir la verdad, huyendo de los dudoso. b) Obviar todo conocimiento proveniente de los sentidos y la razón, teniendo presente que todo lo sentido o aprehendido respectivamente, puede ser causa de un sueño y no de la vigilia, o estado de despierto, así, dudando de todo, Descartes se “topará” con la primera verdad evidente de su filosofía. c) Cómo Descartes puede dudar, piensa, y según él es necesario existir para pensar, así concluye con esta verdad tan obvia que ni los escépticos, podrán desmontarla. Teniendo en cuenta lo dicho, procederé al análisis estructural de este fragmento, el cual queda dividido en tres partes: 1) Hace referencia a la moral provisional, la cual aparta para conocer lo real, de hecho hace lo contrario de lo mandado en su moral, duda de todo para así, rechazar lo dudable, lo que deje paso a la más ínfima duda. 2) Es la fase en la que evita los métodos de conocer que le inducen a error, sentidos, razón, hipótesis del sueño… 3) Como duda de todo, se percata de que está pensando y de que para realizar este acto, es necesaria la condición de existencia, llegando a la primera evidencia real, distinta, clara y rotunda. Hay que destacar que en la segunda parte, Descartes expone el porqué de la no fiabilidad de los sentidos y la razón, pues muchas veces nos inducen a error. 2. Define los términos relacionados “duda” y “paralogismos”. En este texto, encontramos dos palabras a definir y correlacionar, paralogismos, que aparece en la línea octava y duda que lo hace en las líneas cuarta y quinta (aunque en esta línea lo hace como opuesto, como indudable). Sabiendo esto: ◦ ◦ Paralogismo: En el texto significa error, pero no uno cualquiera, sino error en el ámbito geométrico o matemático, en resumen, en el ámbito de lo medible. Existen paralogismos cuando dos razonamientos concluyen en afirmaciones contradictorias, por lo que se ponen en duda ambos. Duda: En el fragmento es inexactitud, inseguridad… sobre algún pensamiento, y que por ser inseguro ha de ser descartado como verdadero. En resumen, es el estado subjetivo de indecisión (sentidos, sueño…) y el estado de fluctuación entre varias opciones. En el texto, las dos palabras tienen una clara relación común, el paralogismo es un error del ámbito medible, lo cual es causa de que el conocimiento mediante la razón sea dudoso e inseguro, frente a la necesidad de lo evidente. En la filosofía cartesiana, la duda es un medio para conocer, por eso es metódica, y gracias a los paralogismos Descartes puede afirmar que como duda ha de existir, adquiriendo su primera verdad evidente de sus bases filosóficas. 3. REDACCIÓN: DUALISMO ANTROPOLÓGICO. INTRODUCCIÓN El dualismo antropológico cartesiano básicamente plantea la existencia de un cuerpo y un alma que conforman al ser humano, pero ¿son un todo real, y si lo son cómo se unen? Descartes pondrá la solución de la glándula pineal, no obstante ¿es válida esta solución o es deficiente? También nos plantea la duda problemática de si son codependientes, si somos libres o sin embargo estamos sujetos y regidos por las leyes físicas. Incluso también se nos abren las siguientes dudas, ¿Dios interviene en la antropología? ¿es esta teoría una mera copia de la de Platón? Se han propuesto y planteado varias dudas, ahora procederé a analizarlas con más detenimiento. DESARROLLO Para Descartes, una substancia es un ser o naturaleza dependiente de la res infinita o Dios, que utilizará para justificar toda su filosofía. Al proponer al humano como conjunto de res o substancia extensa (cuerpo), captada por los sentidos y totalmente infiable en el ámbito gnoseológico, y de una totalmente opuesta a la anterior, la res cogitans o substancia pensante, que es el alma propia o también llamada por Descartes como “yo pensante”, substancias tan contrarias y polémicas entre sí, Descartes ha de justificar lo expuesto argumentando, cómo se unirían tales substancias, y si hay dependencia común entre ambos entes dependientes de la res infinita. Para justificar la unión substancial, Descartes propone que aunque estos entes substanciales sean opuestos, conforman al humano y se unen en él en la llamada glándula pineal encefálica. Esta respuesta, solución o argumento, es harto deficiente y es considerado como el punto filosófico cartesiano más flojo, ya que se puede desmontar rápidamente este argumento, cuestionándole en qué parte de la nombrada glándula se hallaría el alma. La otra cuestión que ha de aclarar es la dependencia. El cuerpo es sensible y corrompible, obviamente, puesto que está sujeto a las leyes físicas por el hecho de ser substancia extensa, pero en cambio, el alma, al ser substancia pensante, no está sujeta al mecanicismo, por consiguiente es inmortal y libre, así que, pese a que el cuerpo necesite del alma para vivir, aunque sea en completa lucha, oposición y desacuerdo, el alma no necesita del cuerpo para subsistir, sólo a Dios, como cité con anterioridad. Previamente se nombró el mecanicismo y la libertad, así que ahora procederé a explicarlas. El mecanicismo es el lastre de la substancia extensa, que por su naturaleza, es dependiente tanto de Dios como de las leyes físicas, se rige por el mecanicismo; en cambio, el alma, al no ser extensible, sólo depende de Dios y es libre e inmortal. Esto también es justificado por la existencia de pasiones involuntarias, no controlables e irracionales, que no atienden al dictamen racional. Estas pasiones últimas, las irracionales, hacen que el alma pueda ejercer su libertad, pues como he dicho tiene voluntad o libertad y entendimiento o razón, y puede escoger una opción u otra distinta. Referente a las pasiones, éstas no tienen ni naturaleza buena ni mala, somos nosotros quienes se la atribuimos cuando las usamos para según qué fines. Por lo tanto, para Descartes pueden servir como ejercicio de control (de claras influencias estoicas e incluso se podría decir cristianas, por el tema de las tentaciones) del alma racional, y como no se puede permanecer indiferente a las elecciones, a no ser que se sea un ignorante, siempre se ejercerá la libertad. Hecho que es un claro convencimiento cartesiano, pues según Descartes, que el humano (con alma) sea libre es una de sus características más relevantes, que lo llevan a diferenciar entre los animales regidos por los sentidos e instintos, que no poseen voluntad, lógicamente. CONCLUSIÓN: Recapitulando todo lo mencionado, dicho y expuesto, Descartes propone un dualismo antropológico muy similar al de Platón, pero con incisos propios como el tema del mecanicismo, libertad o pasiones. Aunque Descartes proponga una solución, evidentemente ésta no es la definitiva, ni mucho menos; de hecho muchos autores futuros propondrán sus propias teorías referentes a la antropología y muchas lograrán superar la cartesiana. Lo único indudable es que la antropología cartesiana es una solución al problema, con aspectos innovadores. Por esto, y por otros temas se le llama el filósofo moderno, que rompe con la filosofía medieval, y sin embargo otros aspectos serán bastante discutibles, como por ejemplo la unión entre el cuerpo y el alma, que sitúa en la glándula pineal, es un “remedio” o solución muy deficiente. 4.-Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor que juzgues importante en alguno de los sentidos. El problema de los universales visto por Descartes. Desde la Edad Media, muchos filósofos se cuestionaban la naturaleza o esencia de los llamados universales, conceptos o ideas. Es decir querían conocer, entre otras cuestiones, “dónde” se localizaban estos universales, si lo que vislumbraban en la naturaleza exterior con los sentidos era lo que correspondía con la realidad, como afirmaban los posteriores empiristas, si lo que razonaban con su pensamiento era lo fiable y verdadero, como decían los racionalistas, si simplemente lo único que era real se encontraba en otro mundo diferente y “lejano”, como concluyen los platónicos, o incluso si estaban expuestos realmente en la naturaleza externa pero nuestra razón y sentidos no nos desvelaban completamente su esencia, sino sólo una pequeña parte. En esta disputa de los universales, hubo una escisión entre católicos del Medioevo, los que aseguraban que el conocimiento era a posteriori, y que por tanto, con los sentidos podían percibir la verdad, si razonaban lo sentido en la inteligencia. De hecho, un claro ejemplo fue Santo Tomás de Aquino, quién aseguró, por ejemplo, la existencia de Dios a través de unos argumentos, como el de la causalidad última (muy aristotélico), que caracterizaban a los sentidos como fuente válida de conocimiento, aunque no única, puesto que lo sentido había de se procesado por la razón, posteriormente. Por otro lado estaban los que no veían fiables los sentidos y que preferían la razón como única herramienta de conocimiento. Ellos eran los seguidores del “a priori”. Uno de sus ejemplos fue el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury (más platónico). El problema formulado se había decantado más por el conocimiento del dominico, pero Descartes, entonces, propone de nuevo el conocimiento “a priori”, el que sólo concibe la veracidad y exactitud de la razón; lo que ocurría es que Descartes no le atribuye a la razón el conocimiento de todos los universales. Es decir, la razón sólo conocía, según qué universales, únicamente los universales relativos a las mediciones y a las matemáticas referentes al mundo “extensible”, las evidencias ciertas y verdaderas, pero puramente abstractas “pensantes” (pienso luego existo) o las verdades halladas a partir del método, ninguna más.