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EL RECORRIDO INFORMAL DE LOS RESIDUOS URBANOS RECICLABLES. ACTORES
INTERVINIENTES Y CIRCUITOS ECONÓMICOS. Mar del Plata, Argentina.
Prof. MSc. Nélida Margarita Barabino1
RESUMEN:
La mayoría de las ciudades latinoamericanas medias y grandes presentan problemáticas en
común, que se desprenden de similares niveles de desarrollo y posiciones alcanzadas en el
proceso de globalización: en general países periféricos o emergentes, con realidades socio
económicas poco consolidadas y agendas políticas locales sobrecargadas e inestables por
efecto de la descentralización, adopción de nuevos roles e insuficiencia de recursos.
Dos de las problemáticas que estos Estados locales deben atender se desprenden del
agrandamiento de sus territorios urbanizados: atención de servicios básicos, vivienda y
puestos laborales para la población generalmente pobre, y saneamiento ambiental,
dimensión que incluye entre otros aspectos la gestión de residuos urbanos, tanto sólidos
como líquidos, industriales y domiciliarios.
En este caso se analizó de manera profunda lo referido a los residuos sólidos domiciliarios y
asimilables (comerciales e industriales) reciclables. Esta condición determina que a partir de
su recolección, mayoritariamente informal, se genere una actividad comercial que es el
punto de inicio de importante valor para la industria del reciclado. Se analizó
detalladamente el recorrido informal de estos residuos, la intervención de distintos actores,
sus características, status económico y los nexos entre las problemáticas urbanas presentes
en nuestras ciudades.
El objetivo general contempló la realización de un estudio exploratorio y analítico, sin
antecedentes previos para la ciudad de Mar del Plata, de las prácticas informales que se
realizan sobre los residuos urbanos reciclables y la observación y descripción de las redes de
actores que intervienen en las mismas y las implicancias territoriales de todo el conjunto.
Teóricamente la investigación está basada en la Teoría de los Circuitos de la Economía
Urbana expuesta por Milton Santos, como base explicativa del posicionamiento y vinculación
económica que alcanzan las ciudades latinoamericanas. Se explica la cadena comercial que
se origina a partir de los elementos reciclables obtenidos entre los residuos urbanos,
identificando actores y actividades pertenecientes tanto al Circuito Superior como al Inferior.
El trabajo se realizó para obtener el grado de Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo
Urbano y cuenta con una parte empírica, de relevamiento y entrevistas a actores
representativos de las actividades que integran los eslabones de la cadena que lleva desde el
desecho de los residuos hasta su utilización como insumo en la industria recicladora.
Como casi la totalidad de esta actividad se realiza informalmente y la llevan adelante
integrantes del segmento más precario de la sociedad, se incluyó la descripción de su perfil
socio-económico, habitacional y de localización espacial, tomando lo elaborado por el Grupo
de Investigación Calidad de Vida que integra la autora de esta ponencia.
11
Prof. Adjunta – Investigadora. Grupo de Investigación Calidad de Vida – Centro de Investigaciones Geo Socio
Ambientales. Departamento de Geografía – Facultad de Humanidades – Universidad Nacional de Mar del Plata.
Argentina. [email protected]
Entre las conclusiones más significativas puede observarse que la recolección informal es una
actividad de refugio económico que permite la sobrevivencia a población extremadamente
pobre, que participan de la misma varios miembros de los grupos domésticos, incluidos los
menores, que utilizan una amplia variedad de vehículos tanto motores como con tracción
animal y humana, que recorren amplísimas distancias desde sus lugares de residencia en la
periferia hasta los lugares de recolección y los de venta y que en las primeras etapas el
comercio es íntegramente informal y carece de regulación. En tanto en los eslabones
superiores, comercio entre grandes acopiadores y empresas recicladoras, las transacciones
se encuentran sujetas a regulación impositiva. Finalmente se incluye una importante
cantidad de planos e imágenes ilustrativas del contenido.
Palabras Clave: Residuos – Circuitos Económicos – Actores – Reciclaje – Territorio
TRABAJO COMPLETO:
La ciudad de Mar del Plata, cabecera del Partido de General Pueyrredon en la Provincia de
Buenos Aires, Argentina, se identifica por su volumen poblacional de alrededor de 700.000
habitantes2, entre las aglomeraciones de tamaño intermedio superior (ATIS). En tanto que
por sus características de ciudad turística de veraneo, su industria derivada de la actividad
pesquera y otras radicadas desde antiguo en la ciudad sigue siendo un centro de destino para
corrientes de movimientos internos de población y en menor cuantía, en la actualidad, de
migraciones internacionales. Entre el grupo de migrantes, un porcentaje considerable es
población pobre tanto nacional como extranjera que engrosa la periferia urbana asentándose
en barrios insuficientemente provistos de servicios básicos. Esta población alimenta muchas
veces la oferta de mano de obra que se vincula informalmente al mercado de trabajo debido
a su, por lo general, bajo nivel de calificación laboral y a la insuficiente oferta de puestos de
trabajo que presenta la ciudad en las últimas décadas3. Desde el punto de vista de la
integración social, son hogares pobres, numerosos, que dependen en gran medida de la
asistencia pública para sobrevivir en tanto sus ingresos son insuficientes y esporádicos con
relación a lo que se indicó de la vinculación con el mercado laboral.
En tanto se da esta situación social, la ciudad se expande territorialmente y el gobierno local
enfrenta serios problemas a la hora de brindar los servicios básicos de provisión sanitaria,
saneamiento e infraestructura urbana. También por la modalidad de desarrollo imperante
en nuestro país en general y en Mar del Plata en particular se incrementan cada vez más las
prácticas consumistas y asociada a ellas aumenta la producción de residuos sólidos urbanos
domésticos y asemejables, que constituyen otro gran problema para las ciudades modernas
del mundo subdesarrollado. Dos son las vertientes más notorias de este problema: el costo
que significa en el erario municipal mantener un servicio de recolección y tratamiento de los
RSU capaz de mantener la higiene de toda la extensión urbana de manera aceptable y la
formación de grandes basurales barriales toda vez que el servicio municipal –propio o
2
630.000 según datos del último Censo Nacional de Población de 2010
En reiteradas oportunidades en los últimos 20 años Mar del Plata ha figurado entre los conglomerados
urbanos con más alta desocupación del país, siendo varias veces el primero en ese ranking.
3
concesionado – resulta insuficiente. También es importante señalar que el nivel de educación
ambiental y de concientización de la población sobre las problemáticas que se asocian a la
generación-tratamiento-disposición de los residuos no alcanza los mejores niveles en el
mundo subdesarrollado.
En este contexto, la recolección informal de residuos sólidos urbanos potencialmente
reciclables, comúnmente denominada en nuestro país “cartoneo” o “cirujeo” se constituye
en una actividad que colabora en paliar dos déficit simultáneamente: permite que la
población más pobre lleve adelante una actividad por cuenta propia que les permite obtener
algún ingreso monetario diario como así otros elementos tanto comestibles, como ropa,
calzado, juguetes y utensilios domésticos entre otros y, adquiere enorme importancia en
cuanto a la limpieza urbana. En Mar del Plata alrededor del 20% del tonelaje total de
residuos evacuados diariamente por la población es recolectado informalmente por los
cartoneros. Esto es alrededor de 200 toneladas diarias de materiales reciclables como cartón,
papeles, plásticos, maderas, metales, vidrio, trapos, etc., etc.
A su vez esta actividad es el primer eslabón de una importante cadena de recuperación de
materiales reciclables que ha sido analizada desde la teoría de los circuitos de la economía
urbana que expusiera Milton Santos. ¿Por qué se vincula esta actividad netamente informal
con la teoría de Santos?. Sencillamente porque es el primer eslabón, indispensable, de una
cadena que tiene allí su inicio y culmina en la industria del reciclado que utiliza esos
elementos recolectados como insumos básicos para su producción, y en todo ese recorrido
se identifican exactamente cada uno de los circuitos, descriptos por el geógrafo brasilero, y
los actores que los integran, con sus características respectivas. Los recolectores
“cartoneros” y los acopiadores pequeños y medianos desarrollan su actividad de manera
absolutamente informal, hasta marginal si se quiere, sin ningún tipo de resguardo legal ni de
protección laboral en la que participan varios o todos los miembros de un hogar, incluidos los
menores, con medios de transporte artesanales lo que incluye tracción a sangre o con fuerza
humana y algunos vehículos que carecen de las condiciones mínimas de seguridad para
circular, como muestran las fotografías.
Fuente: Archivo fotográfico propio.
Bajo estas condiciones todo lo recolectado durante el día se transforma, mediante la venta al
acopiador, en el ingreso que les permite obtener con qué subsistir. Así como la actividad, el
comercio de los elementos recolectados se desarrolla de manera totalmente informal, en
efectivo y sin registro alguno de la transacción. En iguales condiciones se lleva adelante el
comercio entre esos pequeños acopiadores que les compran a los cartoneros y los medianos
que les siguen en la cadena de comercialización. Estos actores se identifican por estas
razones, entre otras, como pertenecientes al circuito inferior y aún cuando el acopio que
ellos realizan forma parte luego de las transacciones entre las grandes empresas acopiadoras
o recuperadoras y las de la industria recicladora, estos primeros niveles se mantienen
ocultos a los ojos impositivos, según lo establece la misma Resolución AFIP RGC 2849/10 de
la Agencia Federal de Ingresos Públicos de la República Argentina. Desde el punto de vista
territorial, la primera de las actividades descriptas se desarrolla en el espacio público, allí
donde la población deposita sus bolsas de residuos y de donde los cartoneros rescatan lo útil
antes que el servicio de limpieza urbana y recolección de residuos los retire. Por su parte los
acopiadores pequeños y medianos son simples espacios destinados a acumular materiales en
los patios de las viviendas de quienes ejercen esa actividad. En la mayoría de las
oportunidades no se los puede apreciar porque no se distinguen con claridad de los patios de
los barrios más pobres donde conviven trastos, basuras, pastizales, autos que esperan
improbables reparaciones, algún caballo, muchos perros, etc., etc. El gran número de
integrantes del grupo de cartoneros y de pequeños y medianos acopiadores es también una
características distintiva del circuito inferior aunque su existencia sólo está garantizada en
tanto exista un Circuito Superior que demanda la realización de alguna actividad de
características menos valorizadas y del cual dependen, tal como lo señala Silveira “… las
grandes ciudades del país albergan un importante y denso circuito superior; sin embargo, tal
circuito está siempre acompañado de un profuso circuito inferior, recordando que
abundantes clases sociales permanecen fuera del modelo de modernización, aunque sean su
resultado indirecto”. (Silveira, 2004).
A estos acopiadores le siguen, por la importancia de los volúmenes de las transacciones,
otros dos o tres eslabones de mayor porte siendo los mayores los que finalmente
comercializan con las empresas industriales nacionales o internacionales encargadas de la
transformación de esa materia prima para obtener igual o distintos productos. Estos actores
sí integran el circuito superior de la economía y se encuentran formalizados impositivamente
según la resolución mencionada. No es sólo esta la razón por la que se identifican con el
Circuito Superior sino que la complejidad de la actividad que desarrollan, la utilización de
otras técnicas, la inversión de capital en infraestructura, maquinarias y mano de obra de
distintos niveles de calificación, los posicionan como actores de ese circuito. En el territorio
ocupan grandes espacios, se los aprecia como grandes galpones, predios donde se deposita
el material acondicionado para la venta y las maquinarias de trabajo. Casi en su totalidad se
localizan en la zona periférica de la ciudad e incluso fuera del ejido urbano ya que por el tipo
de elementos acopiados suelen atraer plagas, generar ruidos y suciedad y necesitan espacio
para la circulación de vehículos de gran tamaño.
Por otra parte la Teoría de Santos explica claramente que la relación entre los circuitos
asemeja un sistema de vasos comunicantes, en beneficio, indudablemente, del Circuito
Superior y esa vinculación se ha podido apreciar con total claridad en lo referido a la
recolección informal de residuos sólidos reciclables, donde el cartonero es quien recorre la
ciudad, de día y de noche, hurga entre las bolsas depositadas por los vecinos, selecciona lo
útil y lo acarrea hasta el copiador a quien le vende, a un precio de monedas en concepto
estricto del material objeto de comercio. Por su parte los acopiadores –de cualquier tamaño
que sea – acondicionan los materiales y se los venden al eslabón siguiente en precios
significativamente más altos ya que tiene la posibilidad de negociar los precios en función de
los volúmenes/kilajes que entran en la transacción. Sucesivamente los acopiadores
incrementan el precio de los materiales hasta que las grandes empresas industriales son las
que fijan los topes máximos para cada producto y las ventas se hacen a ritmo establecido y
por kilajes muy importantes. Esto permite a los grandes acopiadores negociar no sólo precio
estricto sino fletes, acarreos y porcentajes de las retenciones impositivas. Esas variables
dependen siempre de la demanda de cada producto por parte de las industrias y en muchos
casos de los precios internacionales de algunos de ellos. La mano de obra ocupada en los
eslabones superiores es considerada al momento de fijar precios en tanto la del cartonero
está absoluta e intencionalmente invisibilizada, no reconocida e impaga.
Es así como funciona ese sistema de vasos comunicantes, los cartoneros necesitan el ingreso
que logran vendiendo lo que recolectan aún cuando sea mínimo e insuficiente pero carecen
de la fuerza, organización y peso político para plantear cualquier tipo de reclamo respecto
del precio que se les paga por los materiales. Las industria recicladoras incorporan esos
materiales como materia prima y fijan los precios máximos a pagar según el precio de
mercado del producto final obtenido y los grandes acopiadores mantienen sus márgenes de
ganancia haciendo fluctuar el precio que establecen para la compra a los acopiadores
intermedios y por consecuencia a los cartoneros. Por otra parte es totalmente imposible
realizar cualquier control sobre los tonelajes comercializados entre grandes acopiadores e
industrias, por las cifras que alcanzan y por los volúmenes involucrados, en cambio el
comercio minorista se cuantifica fácilmente por su pequeña escala.
La estructura socio-económica de la población de Mar del Plata ha sido profundamente
estudiada y para esta ponencia se utilizará la base teórica desarrollada por el Grupo de
Investigación Calidad de Vida, que consistió en diseñar una tipología asentada no sólo en
aspectos económicos y laborales tradicionales sino incorporando a la misma otros,
relacionados con características demográficas, lugar de residencia, etc. El tipo de hogares
denominado de Precaria Integración Social, que contienen a los cartoneros "…asume como
principal característica la insatisfacción de las necesidades básicas. Se caracteriza, además,
por la participación de la Unidad Doméstica como un todo en la producción y reproducción
económica. Raramente son propietarios de los terrenos donde han asentado sus viviendas y
están localizados en su totalidad en áreas de villas, terrenos ocupados y las áreas más lejanas
en la periferia urbana. Esto remarca las malas condiciones de vida que registra el tipo. El
tamaño de los hogares alcanza sus máximos valores con aproximadamente un punto y medio
por encima del promedio marplatense y formado por grupos extendidos compuestos por
núcleos familiares directos numerosos a los que se incorporan otros familiares y miembros no
emparentados. Se encuentra aún más acentuada la natalidad adoptando la pirámide una
forma progresiva con predominio masculino. Registra los valores máximos de desocupación
en correspondencia con la falta de capacitación de la población que lo compone. No poseen
cobertura para la salud dependiendo para ello de la que se brinda en establecimientos
públicos gratuitos, en forma exclusiva. La concurrencia de los menores de 5 años a los
establecimientos educacionales (Jardines de Infantes y Guarderías) es prácticamente nula y el
bajo porcentaje que concurre está motivado por la existencia de otros servicios asociados,
como comedores. La repitencia en el nivel obligatorio es la más alta entre los hogares pobres
y duplica ampliamente a la del promedio general de la ciudad. Este mismo esquema se
presenta en cuanto a la deserción escolar, aunque hay que considerar la permanencia de los
menores en el sistema educacional motivada por la obligatoriedad y por los servicios
asociados que se brindan.
Este tipo se subdivide internamente en dos subtipos teniendo en cuenta las actividades que
realizan sus integrantes, mientras algunos se identifican con ocupaciones informales variadas
relacionadas con “changas” en la construcción, jardinería y trabajos temporarios en la
industria pesquera que no requieran calificación, cirujeo, limpiavidrios, abre puertas, etc., el
otro subtipo realiza actividades que son culturalmente consideradas marginales como la
prostitución, mendicidad y otras directamente se vinculan al delito, tráfico, etc. Es la más
clara manifestación de actividades no declaradas”. (Grupo Calidad de Vida, 1998)
En general por las características señaladas a los integrantes de los hogares de este segmento
social se les presentan serias dificultades al momento de vincularse al mercado laboral,
especialmente por sus bajos o nulos niveles de instrucción, formación y capacitación laboral.
En concordancia con esto, las actividades que les permiten subsistir se encuentran signadas
por la informalidad, la marginalidad y la inestabilidad. Bajo estas condiciones realizan su
tarea los cartoneros.
El conjunto de cartoneros entrevistados presenta la composición que se indica en el cuadro
que sigue. Puede notarse como dato significativo el alto porcentaje de menores de 16 años4
que lo integran. En cuanto a la distribución por sexos es notoria la participación masculina en
esta actividad.
4
En Argentina la condición de menor de edad varía en la cantidad de años en función de diversos aspectos. La
edad de 16 años es el límite a partir del cual una persona puede ejercer su derecho a voto, en coincidencia con
eso se ha considerado aquí la misma edad como límite entre las categorías menor/mayor.
SEXO
INTERVALOS DE EDAD
TOTAL/%
16-29
5 – 12.5
30-44
7 – 17.5
VA RONES
45-59
6 – 15.9
60 y +
4 – 10.0
16-29
1 –
2.5
30-44
1 2.5
MUJERES
45-59
4 - 10.0
60 y +
VARONES Y MUJERES
Menores de 16 años
12 – 30.0
Total entrevistas realizadas 25 – Personas participando 40. Promedio 1.6
Características de la recolección informal o “cartoneo”:
Se señaló que las condiciones de vida urbana, los niveles de desarrollo económico
latinoamericano y las pautas de consumo que gran parte de la población citadina ha
adquirido en la últimas décadas dá por resultado que se genere aproximadamente 1.5 kg. de
residuos sólidos per cápita/día. Los gobiernos municipales deben tener a su cargo o tercerizar
los servicios de limpieza urbana y gestión integral que permita mantener a las ciudades en
condiciones aceptables de salubridad urbana. En muchos casos la erogación que significa
este servicio en el presupuesto municipal alcanza porcentajes realmente significativos.
En el caso de Mar del Plata, se generan diariamente alrededor de 1000 toneladas de residuos
sólidos urbanos (en la temporada estival ese total asciende aproximadamente a 1200 Tn.), de
los cuales alrededor del 30 % son recuperables para reuso o reciclaje. De estos totales,
alrededor de 100 Tn. se recuperan en la planta de separación los días que se recolectan los
desechos secos, en bolsas verdes5. Estimativamente 200 toneladas6 son recolectadas
diariamente de manera informal de las veredas donde se depositan: esa es la tarea que
realizan los recolectores informales o cartonero. De allí la importancia que reviste esta
actividad desde varios puntos de vista como por ejemplo para mantener la higiene urbana,
disminuir los tonelajes de residuos que llegan a las celdas de disposición final, disminuir el
monto pagado por el municipio a la empresa concesionada de tal servicio (cobra por peso
recolectado), además de permitirles a los mismos cartoneros y sus familias subsistir. Todos
los materiales se destinan al reciclado por lo que abarata sensiblemente el costo de
producción de las industrias respectivas.
5
La planta de separación se inauguró en 2012 a la vez que se comenzó a implementar la recolección
diferenciada de residuos secos y orgánicos algunos días a la semana. Los días que se recolectan los residuos
secos los camiones descargan en una planta donde los operarios rescatan los reciclables y los clasifican a
distintos cajones. Esta práctica no registra hasta la fecha los resultados esperados por falta de campañas de
concientización y fallas en la operatoria de recolección.
6
Estos valores se estimaron a partir de la información recolectada en las entrevistas realizadas a cartoneros,
acopiadores y empresarios recuperadores de la ciudad.
Todas estas actividades se sostienen en el trabajo directo de los recolectores, adultos y niños,
expuestos a todas las condiciones meteorológicas y a los riesgos de una tarea realizada en la
calle.
El detalle de estas prácticas es lo que permite visualizar más cabalmente tanto su
importancia como los riesgos que implica, amén de su escaso o nulo reconocimiento.
Para sintetizar de manera ordenada las características se remarcan 4 aspectos:
a- distancias recorridas,
b- medio de transporte,
c- materiales recolectados, y
d- tipos de acopiadores.
a- Distancias recorridas: Siendo Mar del Plata una ciudad extendida en el territorio que
cuenta con los barrios más precarios localizados en su periferia, hacia el Oeste y Suroeste,
todas las distancias hasta el micro y macro centro, donde se genera el mayor porcentaje de
residuos de este tipo, se ubican todas entre los 12/15 kilómetros. Por lo tanto los traslados
de recolección, ida y vuelta a los lugares de residencia y para la venta de lo recolectado
siempre implican distancias de entre 25 y 30 kilómetros en promedio. Debe considerarse que
las distancias están en relación con los lugares de la ciudad donde los cartoneros van a
recolectar y también del medio de transporte que utilizan. Igualmente como residen en los
barrios más precarios, localizados en la periferia como se indicó, las diferencias en función
del medio de transporte no son las más significativas. Se incorporan dos planos en los que se
han señalado los recorridos que realizan los cartoneros que se movilizan con carros tirados
por caballos y de quienes lo hacen a pie llevando sus carritos o bolsas.
El plano 1 indica los recorridos declarados por los entrevistados que realizan su actividad
utilizando un carro o carreta llevado por un caballo a pesar de la existencia de una ordenanza
municipal que prohíbe su circulación por un área muy grande dentro del núcleo consolidado
de la planta urbana y de la fuerte oposición de las asociaciones protectoras de los derechos
de los animales. Estos recolectores, identificados como “carreros”, no gozan de la simpatía
de la población y tampoco de los otros recolectores ya que éstos los acusan de avaros pues
por la capacidad de los carros y la fuerza del animal de tiro pueden juntar gran cantidad de
elementos y no dejan restos para los recolectores con vehículos de menor porte o de a pie.
La circulación de estos carros por la zona urbana se torna peligrosa ya que los animales
suelen espantarse por el ruido y por la cercanía con los vehículos automotores, generando
severos accidentes. Y al existir la prohibición de circular con tracción a sangre surgen después
de los accidentes serios inconvenientes de orden legal de difícil resolución. Por su parte las
autoridades municipales de control suelen infraccionar a los carreros e incautar los carros y
animales lo que también genera controversia con aquellas personas que defienden la
actividad de sobrevivencia que realizan los cartoneros.
En el Nº 2 se han señalado los recorridos declarados por quienes transitan caminando con
sus carritos artesanales o llevando bolsas.
Plano Nª 1: Recorridos con carros con caballos
Fuente: Elaboración propia en base a los relatos de los recolectores. Cartografía base: google
Plano Nª 2: Recorridos caminando
Fuente: Elaboración propia en base a los relatos de los cartoneros. Cartografía base google.
b- Medios de transporte: En el trabajo de campo se pudieron identificar distintos
vehículos utilizados por los cartoneros para llevar a cabo su tarea: automóviles, camionetas y
hasta pequeños camiones en muy precarias condiciones y sin las habilitaciones requeridas
para circular (identificación de dominio, seguros, verificaciones técnicas, etc.), carros o
carretas tiradas por caballos, pequeños carros artesanales tirados por motocicletas o
bicicletas, carros artesanales acarreados a pie, carritos de supermercado y bolsas que son
llevadas a hombro. En relación directa al medio que utilizan para transportar lo recolectado
debe analizarse la capacidad en kilos que posee el recolector y el tipo de materiales que
recolecta como también la cantidad de salidas que debe realizar para poder obtener una
cantidad que le permita lograr un ingreso capaz de satisfacer algunas de sus necesidades
básicas.
Además el medio empleado se relaciona de manera directa con los elementos que se
recolectan. Por ejemplo juntar vidrio requiere de un vehículo capaz de soportar muchos kilos
y albergar gran volumen. Prácticamente los únicos que recolectan vidrio (botellas, frascos,
etc.) son los carreros y algunos recolectores que utilizan motos. Por su parte para recolectar
PET (Típicas botellas de gaseosas) se necesita un vehículo con capacidad para transportar un
gran volumen, no peso. En todos los casos hay que considerar el precio de los materiales y la
situación de necesidad por la que atraviesa el cartonero en cada momento.
Algunas fotos muestran los vehículos que se pudieron identificar en la etapa de campo de la
investigación.
Fuente: Archivo fotográfico personal
c- Materiales recolectados: Si nos guiamos por lo declarado por los propios recolectores
podemos resumir que recolectan DE TODO. Ese de todo está conformado por materiales
comercializables; comestibles, ropa, calzados y juguetes que usan para ellos mismos y sus
familias; materiales de construcción y otros.
Entre los materiales comercializables se engloban todos los que son demandados por la
industria recicladora como cartones, papeles, metales, vidrios, trapos, plásticos, baterías de
autos, etc.
En cuanto a la ropa, juguetes, calzado recolectan lo que encuentran entre las bolsas y
también lo que logran por el sistema de “timbreo” y que consiste justamente en tocar timbre
en las casas o departamentos para pedir ropa usada, calzado o juguetes.
Para recolectar alimentos frescos, como carnes, frutas y verduras y panes y facturas,
proceden a “manguear”, ir a los negocios a pedir restos de verdura, fruta muy madura, panes
y facturas del día anterior, recortes de carne, menudos de pollo, etc. que sirve de base para
la alimentación de las familias. En esta tarea participan fuertemente los niños ya que causan
una mayor sensibilidad al momento de pedir. Los recolectores informales que caminan por
las calles, raramente sacan alimentos de las bolsas de desechos y esto los diferencia de los
hurgadores de los predios de disposición final.
También recolectan materiales de construcción como ladrillos, caños, chapas, artefactos
sanitarios, cerámicos, maderas, etc. que muchas veces utilizan para la construcción de sus
casillas, de sus carros cartoneros o los cambian con alguien del barrio por otros materiales.
En general no son elementos demandados por los acopiadores.
Finalmente juntan todo otro elemento que pueda tener algún valor de mercado o que pueda
trocarse y alimentos en mal estado o desechos de carnicerías y verdulerías que luego venden
a quienes crían cerdos.
Ya se indicó que el precio de cada uno de los materiales está regulado por la demanda de las
industrias y a nivel local son los acopiadores los que determinan cuanto se paga el kilo para
sostener su rentabilidad, siendo el recolector quien finalmente soporta las bajas.
d- Los acopiadores, también denominados galponeros o mayoristas son quienes les com
pran directamente a los cartoneros lo que han logrado recolectar cada día. A partir de ellos
se inicia una cadena de comercialización cada vez más específica y de mayores volúmenes
hasta el nivel de recuperadores que son los que comercializan de manera directa con las
industrias. Los acopiadores más pequeños pertenecen al sector informal y al igual que los
cartoneros se identifican con el circuito inferior de la economía. En el caso de Argentina estos
acopiadores tampoco están incluidos en la legislación para el sector y compran una variedad
importante de materiales.
Los acopiadores de 2ª orden no sólo son más específicos en cuanto a los materiales que
compran, acopian, acondicionan y comercializan, sino que además poseen mayor nivel de
organización para el trabajo, tecnología para acondicionamiento y movilización de lo
acopiado, muchos de ellos poseen personal empleado –aún cuando la contratación sea
informal-, disponen de terrenos medianos o grandes con tinglados o galpones y este nivel es
el primero que está incluido en la normativa impositiva en la primera categoría de retención.
Loa grandes acopiadores son específicos, por ejemplo trabajan con metales o PET o Cartones
y papeles o como máximo con dos materiales simultáneamente. Su nivel organizativo en
mayor y más complejo y pueden identificarse con al circuito superior marginal de la
economía urbana. En sus establecimientos trabajan varias personas y les corresponden las
primeras categorías de retención impositiva (entre 7.5 y 12 %). En nuestra ciudad una de los
acopiadores específicos está vinculada comercialmente de manera directa con una empresa
china, localizada en el Gran Buenos Aires, que la proveyó de maquinaria para enfardar y a la
que le vende en exclusiva todo el PET/PEAD que acopia.
Las empresas recuperadoras, son establecimientos económicos de gran porte que
concentran gran parte del comercio con las industrias del reciclaje. En el caso de Mar del
Plata existe sólo un comercio de esta categoría que moviliza alrededor del 80% de lo
recolectado informalmente en la ciudad. Otros dos acopiadores grandes comercializan con
empresas industriales: una de vidrios en la provincia de Mendoza y una de cartón en San
Pedro, Pica. Buenos Aires. Esta recuperadora pertenece al circuito superior de la economía y
la normativa impositiva le fija el máximo nivel de retenciones (superior al 12%), a la vez que
la habilita como agente de retención sobre las transacciones que realiza con sus
abastecedores. Sus transacciones son directamente con empresas como KRAFT (Cartón),
ACINDAR (Metales ferrosos), por citar algunos ejemplos. Y los kilajes están en el orden del
millón de kilos mensual para cada producto.
En los planos incorporados en páginas anteriores se encuentran señalados los acopiadores de
todos los niveles, según se indica en las leyendas respectivas.
Consideraciones finales:
A partir de lo analizado se puede sostener que la recolección informal de residuos urbanos
reciclables a manos de un conjunto de población de condición socio económica precaria,
arroja beneficios económicos, ambientales y en menor medida sociales.
Los beneficios económicos se reflejan en la importancia que adquiere toda la cadena de
comercialización de los materiales recolectados: recolector-pequeños acopiadoresacopiadores medianos y grandes-empresas recuperadoras-industrias recicladoras. Si esta
cadena se analiza desde la postura teórica de Milton Santos/María L. Silveira se identifican a
esos actores con los circuitos económicos urbanos en el contexto de una ciudad
latinoamericana de tamaño intermedio superior y en el caso de Argentina la legislación los
categoriza como contribuyentes y agentes de retención de manera similar, según los
porcentajes que se aplican en cada caso.
Al profundizar el análisis, siempre a la luz de la teoría utilizada, sobresale la relación de vasos
comunicantes que nombra Santos y se aprecian los beneficios que obtienen los agentes del
Circuito Superior, en gran medida a expensas de los del Circuito Inferior.
Para el primer eslabón de esta cadena, los recolectores informales, existe un magro beneficio
que sólo les permite niveles de sobreviviencia, llena de escaseces y a costa de un trabajo que
los expone físicamente como individuos y como grupos familiares. Es una de las pocas
actividades que pueden desarrollar acorde a sus precarios niveles de instrucción y formación
laboral. En muchos casos es una tarea que heredan de padres a hijos.
Por su parte las pautas de consumo de una ciudad de tamaño intermedio superior, de un país
latinoamericano subdesarrollado, como es el caso de Mar del Plata, generadora de un gran
kilaje de residuos sólidos diarios per cápita les permite tener, cada día, algo que juntar y algo
que vender para sobrevivir.
La actividad, en el contexto en que se realiza, representa para la ciudad de Mar del Plata un
beneficio económico relacionado con el costo que significa la higiene urbana en el
presupuesto local ya que el canon del servicio tercerizado se establece a partir de la relación
con los tonelajes recolectados y por las estipulaciones del pliego hay residuos que la empresa
no recolecta, los cartoneros, sí.
Desde el punto de vista ambiental, los beneficios están en relación con los ahorros, de
recursos y energéticos, que representan las prácticas de reciclaje y reutilización.
También con la durabilidad de servicio que tendrá el predio de disposición final, ya que el
ritmo de colmatación de las celdas es más lento y de mejor calidad.
Finalmente, desde el punto de vista social los beneficios se reflejan en la posibilidad, aunque
precaria, que tiene este conjunto poblacional de llevar adelante una tarea o trabajo y no
depender exclusivamente de la asistencia pública. Todos los entrevistados reconocen esta
actividad como un trabajo: “es mejor salir a cartonear y no andar robando”.
Es importante también la cantidad de ocupados directa e indirectamente en toda la cadena
que se inicia con la recolección informal y llega, en nuestra ciudad, hasta la gran empresa
recuperadora: alrededor de 10.000 personas hacia fines de 2014, considerando trabajadores
informales y empleados regularizados.
“Che ciruja heredero del mendrugo final redimiendo
porquerías que tiró la ciudad…”
De Che Ciruja, Miguel Cantilo.
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