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Propiedad intelectual y redes sociales
Por: Juan Carlos Hernández y Santiago Zubikarai
[email protected], [email protected]
Asociados de la Firma Basham, Ringe y Correa, S.C.
Las redes sociales en internet permiten a individuos, empresas y a prácticamente
cualquier entidad, generar vínculos con otros usuarios a partir de un perfil. Hoy en
día, es posible encontrar todo tipo de sitios en internet para realizar conexiones
sociales. Su potencial como herramientas para el intercambio de ideas, la difusión
de conocimiento y para la promoción de actividades, tanto lucrativas como sin fines
de lucro parece no tener límites.
Una de las razones principales por la cual el potencial de estas plataformas parece
ser tan vasto es que el Internet no tiene fronteras. A excepción de restricciones que
han llegado a ser impuestas por los gobiernos de ciertos Estados, la serie de
comunicaciones, ligas y protocolos que conforman al Internet, permiten que redes
de cómputo de cualquier lugar del mundo intercambien información. Esto abre la
posibilidad a los usuarios de establecer contacto inmediato con personas situadas
en cualquier parte del mundo. Lo anterior tiene beneficios evidentes, pero también
supone complicaciones y desafíos en distintos ámbitos.
La utilización de redes sociales en internet se ha convertido en una de las
principales actividades de los usuarios de internet en el mundo. Estudios realizados
por entidades como Business Insider y la Asociación Mexicana de Internet
respaldan lo anterior y demuestran no sólo que las personas dedican más tiempo a
sus cuentas de redes sociales que a cualquier otra actividad en internet, sino que
los internautas tienden a tener múltiples cuentas de redes sociales, dependiendo
del enfoque de éstas y de sus intereses.
Por lo anterior, se puede afirmar que, actualmente, el internet gira en torno a las
redes sociales. Estas plataformas se han convertido en el centro de atención de
usuarios que desean obtener y compartir todo tipo de información. Asimismo, han
ganado terreno como espacios atractivos para la promoción de productos y
servicios. Los costos más bajos en publicidad y la posibilidad de alcanzar a
cualquiera que cuente con una conexión a internet explican esta situación.
A pesar de los beneficios que representan las redes sociales, su existencia y rápido
crecimiento ha significado nuevos retos. Su utilización indebida ha facilitado la
comisión de actos ilícitos en distintos ámbitos y la propiedad intelectual no ha sido
la excepción. El uso sin autorización de marcas, de obras protegidas por el derecho
de autor, así como la revelación no autorizada de secretos industriales a través de
estos sitios, ha sido un tema preocupante.
La naturaleza de internet provoca que el daño para el titular de un derecho de
propiedad intelectual sea potencialmente mayor. La reproducción no autorizada de
una obra de dibujo hecha por una persona en su perfil de Facebook, por ejemplo,
puede ser replicada un sinnúmero de veces. Incluso si la persona que realizó el
primer uso no autorizado quita de su perfil dicha reproducción, será prácticamente
imposible revertir el daño causado por las copias subsecuentes. En los países en
los que se reconocen y protegen los derechos morales en el ámbito de los derechos
de autor, esto cobra especial relevancia. Una obra puede ser modificada,
deformada o alterada, sin autorización de su autor, en cuestión de minutos para
después ser difundida de forma masiva.
El fenómeno de los “memes de internet” ilustra lo anterior. Los “memes” son
creados a partir de un dibujo o fotografía a la cual se le añade texto. Generalmente
tienen un tono humorístico, pero pueden incluir mensajes políticos, religiosos, entre
otros. La situación comienza a complicarse cuando se toma en cuenta que los
“memes” constituyen, en la mayoría de los casos, reproducciones no autorizadas
de obras. Estas obras, además, pueden incluir la imagen de personas que no han
dado su autorización para su diseminación o, aún más preocupante, la imagen de
menores de edad. Las imágenes son modificadas, resultando en un menoscabo de
ésta, lo cual, como se ha señalado, es significativo cuando los derechos morales
son reconocidos. En este fenómeno, también puede haber repercusiones desde la
perspectiva del derecho a la privacidad.
Un ejemplo de las implicaciones que pueden llegar a tener los memes es el del
rapero Blake Boston. Una fotografía suya, tomada de su perfil de MySpace fue
utilizada para crear memes en los que se le presentaba como una persona
indeseable. Su fotografía era acompañada de textos como “Te pide un chicle, toma
tres”. Se le conocía como “Steve el Patán”. En este caso, no sólo hubo un uso no
autorizado de una obra respecto de la cual quien tomó la fotografía tenía derechos.
También se utilizó la imagen de una persona, cuyo estatus de persona pública es
cuestionable, para generar imágenes denigrantes. Para estos casos, no se
vislumbra una solución que pueda ser eficaz y rápida para quienes padecen las
consecuencias de la creación y diseminación de los memes.
El uso no autorizado de marcas y derechos de autor en redes sociales también ha
generado preocupación. Los titulares de estos derechos han visto sus marcas y sus
obras utilizadas sin autorización en perfiles, así como en fotografías y videos en
redes sociales. En ocasiones, se trata de usuarios que actúan sin intención de
desprestigiar a la marca o causar confusión, o que la mencionan para fines de
crítica. Sin embargo, en muchos otros casos, se trata de personas que pretenden
obtener un beneficio indebido. Si bien las principales redes sociales cuentan con
mecanismos para eliminar de manera rápida contenido infractor, es común que las
consecuencias para los titulares sean significativas.
El tema es aún más complejo cuando se considera que cualquiera puede
convertirse en titular de derechos de propiedad intelectual al instante. Es común
ver a personas tomando fotografías o videos con sus teléfonos móviles en una
amplia variedad de situaciones. Estas fotos o videos pueden ser encontrados en
redes sociales y su reproducción sin autorización puede realizarse con suma
facilidad. En muchas ocasiones, quien realiza y sube una grabación a Facebook,
por ejemplo, no está consciente de que dicho video podría implicar derechos de
autor y derechos conexos, así como derechos a la propia imagen, entre otros.
Los beneficios derivados de las redes sociales en internet parecen superar por
mucho a sus efectos negativos. Si bien ciertos usos han ido en detrimento de
derechos de propiedad intelectual, el potencial de dichas redes para su promoción
y protección es, a su vez, enorme. La existencia de herramientas que permiten
defender los derechos de los legítimos titulares dentro de las mismas plataformas
constituye un factor positivo; sin embargo, debe existir, asimismo, conciencia entre
los usuarios de estas redes de la importancia de la propiedad intelectual, ya que
incluso ellos mismos pueden ser creadores de contenido valioso. En este sentido,
uno de los tantos beneficios que podrían generar las redes sociales es una mayor
conciencia entre sus usuarios del valor que tiene su propiedad intelectual. Sin
embargo, para que esto ocurra, debe existir un mayor compromiso por parte de
dichos usuarios.
En el año 2012, se dio una tendencia interesante entre algunos usuarios de
Facebook. En sus muros, se publicaba un texto mediante el cual el titular de la
cuenta que sus derechos de autor estaban protegidos bajo la “Convención de
Berner”, seguramente refiriéndose a la Convención de Berna y que para el uso
comercial de sus detalles personales, ilustraciones, dibujos, pinturas, artesanías,
fotografías y videos se requería consentimiento escrito. Sin embargo, lo que esos
usuarios probablemente no sabían, es que el artículo 2 de la Declaración de
Derechos y Responsabilidades de Facebook, cuya aceptación es una condición
para poder abrir una cuenta en dicha plataforma, establece lo siguiente:
“Para el contenido protegido por derechos de propiedad
intelectual, como fotografías y vídeos (en adelante,
"contenido de PI”), nos concedes específicamente el
siguiente permiso, de acuerdo con la configuración de la
privacidad y las aplicaciones: nos concedes una licencia
no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia,
libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para
utilizar cualquier contenido de PI que publiques en
Facebook o en conexión con Facebook (en adelante,
"licencia de PI"). Esta licencia de PI finaliza cuando
eliminas tu contenido de PI o tu cuenta, salvo si el
contenido se ha compartido con terceros y estos no lo
han eliminado.”
Es decir, Facebook, Inc. no necesitaría permiso para utilizar las obras de sus
suscriptores, toda vez que estos últimos otorgaron una licencia amplia al momento
de darse de alta. Llama la atención que exista mayor conciencia entre algunos
usuarios de Facebook acerca del uso de su propiedad intelectual, pero es necesario
que den pasos adicionales y se informen al momento de suscribirse a una
plataforma como esta.
Sin embargo, es relevante también señalar que algunas legislaciones en materia de
derechos de autor, como por ejemplo la mexicana, contienen disposiciones de orden
público en contra de las cuales no es posible contratar. Por ello, la validez de las
políticas de Facebook y algunas otras redes sociales podría ser cuestionada ante
los tribunales de algunos países. De ahí la relevancia tanto para el usuario, como
para la red social de estar debidamente informados sobre las legislaciones autorales
nacionales en materia de propiedad intelectual.
Por lo que refiere a las marcas, las redes sociales ofrecen amplias posibilidades de
publicidad, incluyendo desde luego útiles herramientas de marketing. A través de
las redes sociales, el titular de una marca puede identificar consumidores
potenciales y obtener retroalimentación con relativa facilidad y rapidez.
Jurídicamente, cumplir con la obligación que algunas legislaciones imponen para
usar una marca registrada puede en muchos casos puede llegar hacerse a través
de una red social.
No obstante lo anterior, también hay que señalar que las infracciones a registros
marcarios pueden ocurrir con facilidad en redes sociales. Los usuarios pueden
colocar marcas registradas en contextos donde causen un daño a la imagen de la
marca, incurrir en imitaciones de marcas registradas en su país, e inclusive tomar
marcas extranjeras e imitarlas. Igualmente, cualquiera puede en principio abrir un
perfil y hacer comentarios desfavorables sobre cualquier marca, incluso un
competidor.
La piratería y la competencia desleal también presentan un potencial problema,
pues a través de las redes sociales se pueden ofrecer productos o servicios
apócrifos ya sea en forma directa o mediante anuncios, vínculos, u otros medios.
En tales plataformas, la detección y el combate de estos actos pueden ser muy
difíciles ante la facilidad para crear perfiles y colocar anuncios.
Lo anterior obliga a las empresas a monitorear las redes sociales para proteger sus
marcas. Como se ha expuesto, las redes sociales cuentan con medidas para
resolver posibles infracciones, lo cual permite a los titulares de marcas reportar los
usos indebidos y que los contenidos respectivos sean eliminados; sin embargo, la
efectividad de tales medios depende en gran medida de la pronta detección por
parte del titular de la marca. Los titulares de marcas deben tener presente que las
empresas detrás de las redes sociales no son autoridades y que, en muchos casos,
no cuentan con los medios para detectar una posible infracción, máxime
considerando el efecto territorial de los registros de marca.
Así, por ejemplo, puede ser el caso que dos personas distintas sean, sin mediar
mala fe de por medio, titulares de registros para marcas idénticas o similares en
grado de confusión en sus respectivos países. Evidentemente, existirán casos en
que los medios que el titular de la red social para decidir quién tiene un mejor
derecho sean insuficientes y que el conflicto se tendrá que resolver ante instancias
como los tribunales, por ejemplo.
De tal manera, es importante considerar que los titulares de derechos pueden
adoptar diversas acciones, desde presentar una demanda ante el tribunal de su
país, usar los mecanismos que la red social ponga a su disposición, e incluso
contactar personalmente al infractor. Para ello, deberá desde luego evaluarse el
impacto que tales acciones puedan tener en la percepción pública de la marca. Una
sobrerreacción puede ser muy contraproducente, potencialmente dañando la
imagen de la marca y difundiendo el contenido infractor a una enorme escala; sin
embargo una falta de respuesta puede ser igualmente dañina. La crítica que no se
contesta puede estimarse cierta.
En conclusión, las redes sociales presentan tanto nuevas oportunidades para crear
y explotar derechos de propiedad intelectual, como riesgos a la observancia de los
mismos. Lo importante es poder hacer valer estos derechos en el nuevo entorno de
las redes sociales y fomentar la conciencia de los mismos tanto a las redes como a
sus usuarios.
Intellectual Property and Social Networks
By: Juan Carlos Hernández and Santiago Zubikarai
[email protected], [email protected]
Associates of the Firm Basham, Ringe y Correa, S.C.
Social networks on the Internet allow individuals, companies and practically any
entity to generate links with other users through a profile. Nowadays, it is possible it
is possible to find all kinds of websites for social networking. Their potential as tools
for the exchange of ideas, the diffusion of knowledge and the promotion of lucrative
and non-lucrative activities do not seem to have a limit.
One of the main reasons why these platforms appear to have such protection is that
the Internet has no physical boundaries. With the exception of the restrictions
imposed by the governments of certain States, the series of communications, links
and protocols that compose the internet allow computer networks from any place on
Earth to exchange information. This opens the possibility for users to establish
immediate contact with persons on any other location. This has evident benefits,
though it can also present problems and challenges in different fields.
The use of social networks has become one of the main activities of internet users
in the world. Studies conducted by entities such as Business Insider and the Mexican
Association for the Internet confirm this and demonstrate not only that people
dedicate more time to their accounts on social networks than to any other activity on
the internet, but also that internet users tend to have several social network
accounts, depending on the focus of such networks and the users´ interests.
In view of the above, it may be argued that, currently, the internet revolves around
social networks. These platforms have become the center of attention for users
wishing to obtain and share all kinds of information. Equally, social networks have
gained ground as an attractive space for the advertising of products and services.
The lower advertising costs and the possibility to reach any person with an internet
connection explain this situation.
Despite the benefits represented by social networks, their existence and fast growth
have presented new challenges. Their misuse has allowed the commission of
unlawful acts in different fields and intellectual property has not been an exception.
The unauthorized use of trademarks, works protected by copyright and industrial
secrets through these sites, is a serious issue.
The nature of the internet allows the damages caused to the owner of intellectual
property rights to be potentially larger. The unauthorized reproduction of a drawing
on a Facebook profile, for example, may be endlessly replicated. Even if the person
that initially made the unauthorized copy removes it from his or her profile, it will be
practically impossible to reverse the damage caused by subsequent copies. In
countries where moral rights are recognized to authors, this is especially relevant. A
work may be modified, deformed or altered, without the author’s consent, in a matter
of minutes and then be subject to massive diffusion.
The phenomenon of “memes” illustrates this point. “Memes” are created from a
drawing or picture to which text is added. Generally they have a humoristic theme,
but they may include political or religious messages, among others. The situation
grows complex because “memes” are in most cases an unauthorized reproduction
of copyrighted works. Such works may also include the images of people that have
not given their authorization for spreading their image, or even more worrying,
images of minors. The images are modified in such a manner as to constitute a
deformation, which as previously mentioned, is significant if moral rights are
recognized. The phenomena may also be quite relevant from the perspective of a
right to privacy.
An example of the implications that memes may have is that of the rapper Blake
Boston. A picture of him, taken from his MySpace profile was used to create memes
in which he was presented as undesirable person. His picture was used with texts
such as “He asks for a gum, takes three”. He became known as “Scumbag Steve”.
In such case, there was not only an unauthorized use of a work to which the person
that took the picture had rights. Also, the image of a person, whose status of public
figure was questionable, was used to create denigrating images. In such cases,
there does not seem to be a fast and effective solution for those who suffer the
consequences for the creation and dissemination of memes.
The unauthorized use of trademarks and copyright in social networks has also
generated concern. The owners of these rights have seen their trademarks and
works used without authorization on profiles, as well as in photographs and videos
on social networks. In some cases, such use is made by users without any actual
intent to damage the image of a trademark or to create confusion or that only mention
it for reviews. Nonetheless, in many cases, such use is made by people trying to
obtain an unfair advantage. Although the most important social networks have
mechanisms for swiftly eliminating infringing contents, it is common that the
consequences for the owners of the respective rights become significant.
The matter becomes more complex when the fact that anyone can instantly become
the owner of intellectual property rights is considered. It is common to see people
taking photographs or videos with their cellphones in a wide variety of
circumstances. Such photographs and videos may be found in social networks and
their unauthorized reproduction may be easily done. In most cases, people who
upload their recordings into Facebook, for example, are not aware that such video
may implicate copyright, related rights, as well as rights over personal image, among
others.
The benefits derived from social networks seem to outweigh their negative effects.
Even when some uses have detrimental intellectual property rights, the potential for
such networks in promoting and protecting such rights is enormous. The existence
of tools that allow the defense of rights by their legitimate owners within the same
platforms is a positive factor; still, awareness among users of the importance
intellectual property should also exist, especially when the users themselves can be
the creators of valuable content. In this regard, one of the many benefits that social
networks could generate is a greater awareness among users of the value that their
own intellectual property has. However, for this to happen, a greater commitment on
behalf of the users is necessary.
In the year 2012, an interesting tendency among certain Facebook users arose. On
their walls, a text in which the user of the account declared their copyright to be
protected under the “Berner Convention”, surely referring to the Berne Convention,
was made, stating that the commercial use of their personal details, drawings,
illustrations, paintings, crafts, photographs and videos required a previous written
consent. However, what these users probably did not know is that article 2 of the
Statement of Rights and Responsibilities from Facebook, whose acceptance is a
prerequisite for opening an account on such platform reads as follows:
“For content that is covered by intellectual property
rights, like photos and videos (IP content), you
specifically give us the following permission, subject to
your privacy and application settings: you grant us a nonexclusive, transferable, sub-licensable, royalty-free,
worldwide license to use any IP content that you post on
or in connection with Facebook (IP License). This IP
License ends when you delete your IP content or your
account unless your content has been shared with
others, and they have not deleted it.”
In this manner, Facebook, Inc. would not need permission to use the works created
by its users, since they granted a broad license in the moment they created their
account. The fact that there is greater awareness among some Facebook users on
the use of their intellectual property is noteworthy, but it is necessary to take
additional steps and to be properly informed when subscribing to such a social
network.
Nonetheless, it is also relevant to point out that some copyright laws, such as that of
Mexico, contain provisions of public order against which the parties may not
convene. Therefore, the enforceability of Facebook´s and other social networks´
policies may come into question before the courts of certain countries; hence the
importance for both the user and the social network of being duly informed about the
national copyright laws.
In connection with trademarks, social networks offer wide possibilities for advertising,
as well as several useful marketing tools. Through social networks, the owner of a
trademark may identify potential consumers and obtain feedback with relative ease.
Legally, to fulfill the requisite of use of a registered trademark imposed by some local
laws for its maintenance may in several cases be fulfilled through a social network.
Notwithstanding the above, it is also important to point out that infringement to
registered trademarks may easily occur on social networks. Users may place
registered trademarks in contexts where the image of the mark will be damaged,
imitate trademarks registered in their own countries or even imitate foreign
trademarks. Equally, anyone, even competitors, can create a profile and make
negative comments regarding a trademark.
Piracy and unfair competition are also a potential issue, since social networks may
be used to offer counterfeit products or services, either directly or through
advertisements, links, or other means. In such media, the detection and prosecution
of such actions can be very difficult due to the ease in creating profiles and posting
advertisements.
This situation forces companies to engage in constant monitoring of social networks
to protect their trademarks. As it has been mentioned, social networks have means
to try to solve possible infringements, allowing users to report infringements and
have the contents eliminated; however, the efficacy of such procedures greatly
depends on detection by the owner of the mark. Trademark owners must
understand that the entities behind social network are not authorities and that in
many cases they will lack the means to detect a possible infringement to a registered
trademark, especially considering the territorial effect of a trademark registration.
For example, it may be the case that two different persons own, without any bad
faith, trademark registrations for an identical or confusingly similar trademark in their
respective countries. Clearly there will be cases in which the means that the owner
of the social network may have will prove insufficient and the conflict will have to be
solved before instances such as courts, for example.
Therefore, it is important to consider that trademark owners can take several
different actions that may range from filing a lawsuit with a local court, using the
mechanisms that the social network may have at their disposal or even personally
contacting the infringer. For deciding, it is very important to determine the impact
that the specific action to be taken will have on the image of the trademark. An
overreaction may be counterproductive, damage the image of the trademark and
publicize an infringing content to a huge scale; but, failure to take action can be
equally damaging. An unanswered criticism may be deemed to be true.
In sum, social networks offer both new opportunities for creating and using
intellectual property rights as well as risks to their observance. It is important is to
promote the awareness of these rights for both the social networks and the users.
Juan Carlos Hernández Campos
Juan Carlos Hernández Campos es Licenciado en Derecho egresado del Instituto
Tecnológico Autónomo de México. Cuenta con una maestría en Derecho de la
Propiedad Intelectual por The George Washington University Law School en
Washington, D.C., EUA.
Es asociado del Despacho Basham, Ringe y Correa. Cuenta con doce años de
experiencia en el área de propiedad intelectual, especializándose en marcas,
marcas en el extranjero y derechos de autor, con especial interés en el entorno
digital y las redes sociales.
Ha sido ponente en varias conferencias, participando activamente en los Cursos de
Verano impartidos por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial en
coordinación con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Es autor de
diversos artículos relacionados con propiedad intelectual.
Juan Carlos es Coordinador del Comité de Marcas de la Asociación Mexicana para
la Protección de la Propiedad Intelectual y miembro activo de la Asociación Nacional
de Abogados de Empresa y la International Trademark Association.
Juan Carlos Hernández Campos
Juan Carlos Hernández Campos obtained a law degree from the Instituto
Tecnológico Autónomo de México. He has a Master´s degree in Intellectual Property
Law from The George Washington University Law School, in Washington, D.C.,
U.S.A.
He is an associate at the law firm Basham, Ringe y Correa. Juan Carlos has twelve
years of experience in the area of intellectual property, specializing in trademarks,
foreign trademarks and copyright, with special interest in social networks and the
internet.
He has dictated numerous conferences, actively participating in the Summer
Courses provided by the Mexican Institute of Industrial Property in coordination with
the World Intellectual Property Organization. He is the author of various articles
related with intellectual property.
Juan Carlos is the Coordinator of the Trademarks Committee of the Mexican
Association for the Protection of Intellectual Property and active member of the
National Association of Enterprise Attorneys and the International Trademark
Association.
Santiago Zubikarai González Mariscal
Santiago Zubikarai González Mariscal es Licenciado en Derecho egresado de la
Universidad Anáhuac, siendo acreedor al Premio Ceneval al Desempeño de
Excelencia (EGEL). Cuenta con diversos diplomas expedidos por la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual y es miembro de la Asociación Mexicana para
la Protección de la Propiedad Intelectual (AMPPI). Ha trabajado por cinco años en
el área de propiedad intelectual del Despacho BASHAM, RINGE Y CORREA tanto
en la obtención y mantenimiento de signos distintivos como en litigios concernientes
a derechos de propiedad intelectual.
Santiago Zubikarai González Mariscal
Santiago Zubikarai González Mariscal earned his law degree from Universidad
Anahuac, obtaining the Ceneval Award for Excellence in Performance. He has
various diplomas issued by the World Intellectual Property Organization and he is a
member of the Mexican Association for the Protection of Intellectual Property.
Santiago has worked for five years in the intellectual property practice group of the
law firm Basham, Ringe y Correa in the obtaining and maintenance of distinctive
signs, as well as in litigation related to intellectual property rights.
Resumen:
En este artículo, Juan Carlos Hernández y Santiago Zubikarai analizan las redes
sociales en internet desde la perspectiva del derecho de la propiedad intelectual.
Estas plataformas se han convertido en el centro de atención de los usuarios para
la obtención y difusión de todo tipo de información, representando importantes
beneficios. No obstante lo anterior, la utilización indebida de las redes sociales en
internet también ha facilitado la comisión de actos ilícitos en materia de propiedad
intelectual. La naturaleza de internet, que hace que los contenidos puedan ser
fácilmente reproducidos en poco tiempo, provoca que las afectaciones a los
derechos de propiedad intelectual sean potencialmente mayores.
Los autores consideran las implicaciones que puede tener el uso no autorizado de
marcas y derechos de autor en redes sociales para sus titulares, así como los
posibles mecanismos para defender estos derechos de propiedad intelectual.
Destacan, además, que cualquier usuario de redes sociales puede convertirse en
titular de derechos de propiedad intelectual y que, por ende, los usuarios en general
de estas herramientas deben adquirir mayor conciencia respecto a tales derechos.
Abstract:
In this article, Juan Carlos Hernandez and Santiago Zubikarai analyze social
networks on the internet from the standpoint of intellectual property law. These
platforms have become the center of attention of users for obtaining and sharing all
kind of information, conveying important benefits. However, the incorrect use of
social networks on the internet has also enabled the commission of illegal acts in the
field of intellectual property. The nature of the internet, which allow contents to be
easily reproduced in a small amount of time, causes the negative effects on
intellectual property rights to be potentially greater.
The authors consider the implications that the unauthorized use of trademarks and
copyright on social networks may have on their holders, as well as the available
mechanisms for defending these intellectual property rights. Furthermore, they
highlight that any user of social networks may become the owner of intellectual
property rights and, thus, that users in general of these tools should acquire greater
conscience with respect to such rights.